Está en la página 1de 5

Escuela Megárica

La fundación de la Escuela de Megara se atribuye a Euclides, quien la nombró en honor a


su ciudad natal. Euclides, discípulo de Sócrates según se relata en el Fedón platónico, fue
uno de los seguidores más leales de su maestro, acompañándolo en su lecho de muerte. Se
dice que proporcionó refugio tanto a Platón como a otros seguidores de Sócrates después de
la ejecución de este último.

Mégara, ubicada en el Ática occidental, cerca de Atenas, fue una ciudad de gran
importancia en la antigua Grecia. Fundada originalmente como Nissa y luego renombrada
en honor al héroe Megareas, la ciudad fue poblada por descendientes de los dorios
alrededor del año 1000 a.C., lo que influyó profundamente en su cultura. Su posición
estratégica la convirtió en un enclave naval y comercial crucial, con colonias en Sicilia,
Bizancio y el Bósforo.

Theagenis fue uno de los destacados gobernantes de Mégara a fines del siglo V y principios
del VI a.C., conocido por su apoyo a las artes y la construcción de importantes obras de
infraestructura como el Acueducto de Mégara. Durante su apogeo entre los siglos VI y IV
a.C., la ciudad vio el surgimiento de la Escuela de Filosofía de Euclides, que más tarde,
bajo Zenón de Citio, se transformó en la escuela cínica de Megara. Los megarenses eran
conocidos por sus casas robustas y por vivir cada comida como si fuera la última.

Mégara fue aliada de Atenas durante las Guerras Médicas, participando con veinte barcos
en la batalla de Salamina y mil soldados en la batalla de Platea. Sin embargo, las tensiones
con Atenas aumentaron, especialmente después de que los megarenses, con el apoyo de
Corinto, se rebelaran contra la ocupación ateniense en 447 a.C. Esto llevó a Pericles a
proponer un decreto de bloqueo comercial contra Mégara en la asamblea de Atenas, que
prohibía el acceso de las naves megarenses a los puertos de la Liga de Delos y cualquier
comercio con productos de Mégara. Esta medida desencadenó conflictos que incluyeron
una anécdota sobre un incidente con prostitutas que se convirtió en un pretexto para la
guerra.

El pensamiento de Euclides y sus seguidores está fundamentado en la ontología eleática y


la ética socrática. Euclides sostiene que solo existe una realidad verdadera: "el bien". Según
él, fuera de este bien único, eterno e inmutable, no hay nada más real. Euclides identifica
este bien con diferentes nombres como sabiduría, dios o mente, y niega la existencia de
cualquier cosa contraria a este bien. Sus argumentos se basan en cadenas de razonamientos
lógicos, evitando suposiciones o dogmas, y rechaza las comparaciones en los argumentos,
afirmando que estos deben constar de cosas similares o distintas.

Euclides, al igual que Zenón de Elea, sostiene que el movimiento es una ilusión creada por
nuestros sentidos, lo que le lleva a desarrollar una dialéctica similar a la de Zenón. Se le
considera el promotor de la dialéctica megárica, utilizando el método de reducción al
absurdo para refutar tesis oponentes llevándolas a conclusiones evidentemente falsas.
Otro miembro destacado de la escuela fue Diodoro Cronos, quien también argumentó la
imposibilidad del movimiento. Según él, lo posible solo es real en acto, negando la
existencia de la posibilidad reduciéndola a la nada. Sin embargo, su tesis entra en
contradicción con la interpretación del condicional lógico propuesta por Filón de Megara,
conocida como "implicación filoniana".

Eubulides Milesio, discípulo de Euclides, fue conocido por su enemistad con Aristóteles y
por inventar diversas formas de argumentos engañosos en la dialéctica. Estilpón de Megara,
otro miembro importante de la escuela, incorporó elementos cínicos a la doctrina megárica,
adoptando una posición nihilista y considerando la apatía como el bien supremo.

Características:

Las características de la escuela megárica incluyen su fundación por Euclides de Mégara,


nombrada en honor a su ciudad natal y donde estableció su escuela. Euclides,
estrechamente vinculado a Sócrates, fue uno de los acompañantes de su maestro en su lecho
de muerte. La escuela buscó fusionar la filosofía eleática y la socrática, identificando la
idea de Parménides del ser único e inmutable con la ética socrática del bien, relacionando la
razón o el bien supremo con Dios.

Para los megáricos, la felicidad radica en la reducción o eliminación de necesidades y


bienes superfluos, equiparando la virtud con la felicidad y considerando que todas las
virtudes se reducen a la búsqueda del bien y el conocimiento. La especialidad de la escuela
era la erística, el arte de la argumentación y disputa, donde los miembros, conocidos como
dialécticos, demostraban su habilidad en debates estructurados.

La escuela promovía la autosuficiencia, el autocontrol, el equilibrio emocional y la libertad


individual, considerándose como precursores del estoicismo. Además, negaban el dualismo
ontológico platónico que divide el mundo en el sensible y el inteligible.

1. Especialización en Lógica: La Escuela Megárica se enfocó en la lógica y el


razonamiento, centrándose especialmente en los argumentos dialécticos. Estaban
interesados en las paradojas y en cómo resolver problemas lógicos y filosóficos.
2. Eudemonismo: Aunque la escuela se centraba en cuestiones lógicas, también tenía un
enfoque eudemonista, es decir, estaban interesados en la búsqueda de la felicidad y la
vida virtuosa. Creían que la virtud y la sabiduría eran esenciales para alcanzar la
verdadera felicidad.
3. Relativismo Ético: La escuela sostenía una forma de relativismo ético, argumentando
que las acciones no son intrínsecamente buenas o malas, sino que su valor depende del
contexto y de las circunstancias.
4. Rechazo de Placeres Físicos: Aunque tenían un enfoque eudemonista, los megáricos se
distinguen por su renuncia a los placeres físicos. Creían que los placeres materiales y
corporales eran engañosos y que la verdadera felicidad se encontraba en la sabiduría y la
virtud.
5. Realismo Conceptual: La escuela defendía una forma de realismo conceptual, que
sostenía que los conceptos abstractos, como las propiedades y las relaciones, existen
objetivamente y son independientes de la mente humana.
6. Dualismo Ontológico: Los megáricos sostenían un dualismo ontológico, es decir,
creían en la existencia de dos tipos de entidades: las cosas concretas y los conceptos
abstractos. Sostenían que los conceptos abstractos, como la virtud y la justicia, son tan
reales como los objetos concretos.
7. Influencia de Sócrates y Platón: La escuela megárica estaba influenciada por las
enseñanzas de Sócrates y Platón, especialmente en su enfoque en la dialéctica y la
búsqueda de la verdad y la virtud.

Máximos representantes:

Euclides de Mégara, quien vivió entre 450 y 380 a.C., fue discípulo de Sócrates y el
fundador de la escuela megárica. Además de establecer vínculos entre la filosofía eleática
de Parménides y la ética socrática, Euclides afirmaba la existencia de un ser único, el
"bien", que es la base del universo y posee cualidades como la perfección, la inmutabilidad
y la eternidad. Rechazaba el cambio y la multiplicidad como formas de no-ser, y utilizaba
la dialéctica y el diálogo como métodos erísticos para defender sus ideas, refutando a sus
oponentes con paradojas y desestimando la argumentación basada en la similitud o
analogía.

Eubulibes de Mileto, que vivió en el siglo IV a.C., fue sobrino de Euclides y es conocido
por su trabajo en la dialéctica, particularmente por el desarrollo de paradojas. Una de sus
paradojas más destacadas es la del mentiroso, que plantea la cuestión de si una afirmación
sobre la mentira es verdadera o falsa. Esta paradoja desafía el principio de contradicción y
ha generado un debate profundo sobre la lógica y la verdad.

Estilpón de Mégara, que vivió entre 380 y 260 a.C., es otro destacado representante de la
escuela megárica. Continuando las ideas desarrolladas por Euclides, Estilpón se enfocó en
elaborar la doctrina del bien, centrándose en la impasibilidad del alma. Según él, el bien se
puede clasificar en tres tipos: el bien del alma, el bien del cuerpo y los bienes externos.

Estilpón afirmaba que la felicidad se encuentra en la virtud y que para alcanzarla, el


individuo debe ser capaz de suprimir sus necesidades y los bienes externos. Como expresó
Estilpón: "Todos mis bienes están conmigo".

Diodoro Crono, nacido en el año 284 a.C., es considerado el orador más hábil entre los
miembros de la escuela megárica, lo que le valió el apodo de "El Dialéctico". Sus
contribuciones más significativas se encuentran en el campo de la lógica, especialmente en
lo que se conoce como el "argumento dominante" (implicación diodórica) y en la distinción
entre lo posible y lo imposible.

Según Diodoro, lo que ha ocurrido es real y posible-necesario, mientras que lo que no ha


ocurrido es imposible y no-necesario. En sus palabras: "Diodoro sostiene que lo posible es
aquello que o es o será, imposible aquello que siendo falso no será verdadero, necesario
aquello que siendo verdadero no será falso, no necesario aquello que o ya es o será falso".
En resumen, Diodoro sostiene que todas las cosas son lógicamente necesarias,
diferenciando entre lo posible, lo imposible, lo necesario y lo no necesario.

Críticas y controversias a la escuela megárica

Aunque la Escuela Megárica tenía sus seguidores y contribuciones a la filosofía, también


fue objeto de críticas y controversias por varias razones:
1. Rechazo de los Placeres Físicos: La renuncia a los placeres físicos por parte de los
megáricos fue objeto de críticas y burlas por parte de otras escuelas
filosóficas. Muchos encontraron esta actitud extremadamente ascética y poco práctica en
la vida cotidiana.
2. Realismo Conceptual y Dualismo Ontológico: La idea del realismo conceptual y el
dualismo ontológico defendido por los megáricos fue objeto de controversia.
Muchos filósofos y pensadores de la época tenían opiniones diferentes sobre la
naturaleza de los conceptos abstractos y su relación con el mundo real.
3. Énfasis en la Lógica: Aunque el enfoque en la lógica era una característica distintiva de
la escuela, algunos críticos argumentaban que este énfasis desviaba la atención de
cuestiones más prácticas y éticas de la filosofía.
4. Relativismo Ético: El relativismo ético de los megáricos, que sostenía que las acciones
no son intrínsecamente buenas o malas, sino que su valor depende del contexto, fue
objeto de críticas. Algunos consideraban que esta posición socavaba la
objetividad moral.
5. Influencia Limitada: A pesar de su énfasis en la lógica y la ética, la influencia de la
Escuela Megárica fue relativamente limitada en comparación con otras escuelas
filosóficas de la época, como el estoicismo y el epicureísmo.
6. Conflictos Internos: Al igual que muchas otras escuelas filosóficas, la Escuela
Megárica también enfrentó conflictos internos y divisiones ideológicas entre sus
miembros, lo que debilitó su cohesión y su influencia en el mundo filosófico.
Escuela Megárica Fundador y Representantes Principales:
Euclides de Mégara Influencia en la Filosofía Posterior:
Estilpón de Mégara Precursores del Estoicismo
Diodoro Crono Impacto en la Lógica y la Ética
Eubulibes de Mileto

Ideas Fundamentales:
Ontología Eleática
Ética Socrática
Fusión de Filosofías

Felizismo y Virtud:
Concepto de "Bien":
Felicidad ligada a la Virtud
Unidad del Bien
Supresión de Necesidades y Bienes Externos
Eternidad e Inmutabilidad
Autosuficiencia
Relación con Dios

Dialéctica y Métodos Erísticos: Contribuciones a la Lógica:


Desarrollo de la Dialéctica Argumento Dominante de Diodoro Crono
Arte de la Disputa Distinción entre lo Posible y lo Imposible
Uso de Paradojas Lógica de lo Necesario

También podría gustarte