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El DIPr hunde sus raíces en épocas antiquísimas ya que desde tiempos inmemoriales el hombre realiza
actividades fuera del lugar que constituye su hábitat natural. Si bien es cierto que primitivamente el grupo se
daba sus propias reglas y se cerraba a mantener contactos con individuos ajenos a su comunidad, poco a poco
cada sociedad particular fue abriéndose a las otras y a sus componentes, estableciendo relaciones con personas
de sociedades foráneas y generando situaciones conectadas con diversos territorios. Este hecho trajo consigo la
necesidad de regular tales situaciones y relaciones jurídicas pergeñándose las reglas que dan nacimiento a la
materia. Los antecedentes de las actuales construcciones doctrinales se sitúan entre los siglos XII y XIV,
girando en torno a un punto muy concreto: la aplicación de los estatutos de una ciudad para determinar el
régimen jurídico de los supuestos en que intervenía un sujeto de otra ciudad distinta.
Esta ciencia jurídica en la que por hipótesis se pone en contacto varios ordenamientos internos, reconoce a lo
largo de su historia frecuentes deformaciones formalistas, que generalmente se sustentan en una visión
excesivamente abstracta y conceptual de su cometido y de sus medios. Sucede que a partir de una concepción
instrumental del DIPr como "derecho para la aplicación del derecho" se llega a olvidar en ocasiones la realidad
material y concreta de los elementos y datos que deben considerarse para la articulación de las soluciones.
El DIPr es una rama del Derecho Privado que se ocupa del estudio de los casos jusprivatistas con elementos
extranjeros y de sus soluciones. Esta rama del derecho aspira a reglamentar jurídicamente el tráfico externo, es
decir aquellas relaciones y situaciones cuyos elementos no se realizan en una sola esfera jurídica y por lo tanto
no quedan captadas por un solo ordenamiento.
En consecuencia la pluralidad y diversidad de ordenamientos jurídicos aparece como presupuesto de la
existencia de esta asignatura que existe porque hay un orden internacional fuera del cual apenas sería
concebible.
Tradicionalmente se sostiene que el DI Pr tiene por objeto regular las relaciones jurídico-privadas con elementos
foráneos, caracterizándose por una actitud de comprensión y respeto hacia la existencia de grupos humanos o
comunidades que viven bajo órdenes jurídicos distintos, cuyos comportamientos en la vida de relación pueden
no coincidir con los que son propios de nuestra comunidad. Esta actitud de respeto se concreta en la aplicación
del derecho extranjero, frente a la virtualidad que poseen las relaciones jurídicas de estar conectadas con más de
un ordenamiento.
Se trata entonces de un sector del derecho que regula relaciones o situaciones jurídicas de particulares que en su
formación, desarrollo o extinción, trascienden la esfera espacial de un solo ordenamiento jurídico conectándose
con otro u otros sistemas por la presencia de uno o varios elementos extranjeros.
Para precisar esta ciencia desde una visión abarcativa de sus particularidades, a nivel de fuente autónoma,
podemos decir que se trata del conjunto de normas y principios que cada Estado brinda a su sistema jurídico
para solucionar los problemas que genera el tráfico jurídico externo entre particulares.
Una comparación superficial permite advertir que los presupuestos para establecer o extinguir una relación son
diversos en razón de los factores señalados y se reflejan en requisitos relativos, por ejemplo, a la edad o a los
impedimentos para contraer matrimonio, pues una misma institución se sustenta en principios diferentes y unos
ordenamientos admiten incluso una determinada institución jurídica, en tanto otros la desconocen o la rechazan,
los ordenamientos que regulan las técnicas de fertilización humana asistida y los que deciden no hacerlo, o
directamente no abordan el tema.
Desde esta perspectiva, podría afirmarse que los problemas del DI Pr desaparecerían si todos los Estados
legislaran de idéntica forma. Empero, no podemos desconocer aquellas posturas que sostienen que aun cuando
exista la misma legislación entre los distintos Estados, no desaparece el DIPr como disciplina jurídica, puesto
que los jueces de diferentes países pueden interpretar una misma norma de manera diversa conforme a su
cultura y su realidad social.
Existen determinadas materias que por su propia naturaleza se presentan como proclives a la uniformidad
legislativa. Tal es el caso de las materias comerciales. Sin embargo, en aquellas asignaturas que se vinculan
estrictamente con aspectos relacionados con la persona humana (capacidad, matrimonio, filiación, sucesiones,
entre otros) es muy difícil lograr la mentada uniformidad. De allí se desprende que a mayor personalismo,
mayor diversidad legislativa.
Otro punto a precisar es el alcance del "ordenamiento jurídico" en tanto no se identifica con el "ordenamiento
estatal". Estos conceptos no son equivalentes y se advierte frente a la existencia de ordenamientos
plurilegislativos. Estos son prueba de la coexistencia de varios sistemas jurídicos en un Estado. Numerosos son
los ejemplos que podemos brindar en este sentido, así cabe mencionar entre otros: Estados Unidos, Canadá,
México, Reino Unido, etc., que cuentan con ordenamientos propios de los Estados federados.
El tráfico privado externo es el otro presupuesto de esta ciencia que alude a la realidad social de la persona. Al
modo particular de actuación del sujeto que en el desenvolvimiento cotidiano y al entablar relaciones jurídicas
con las demás personas en la sociedad debe necesariamente transponer la frontera. Podría decirse que una
persona humana o una persona jurídica de DIPr que desarrolle su vida o actividad en el seno de un mismo
Estado, si no formara familias con nacionales o domiciliados en otros países, ni contratara con empresas con
sede en otro Estado o no celebrara contratos con establecimientos foráneos, o al morir no diera lugar a
sucesiones vinculadas con más de un ordenamiento jurídico, si las personas no tuvieran propiedades en otros
países, o cuentas corrientes en bancos extranjeros, no darían lugar a la aplicación de un derecho extranjero y por
lo tanto no se presentaría problema alguno propio del DIPr.
Estos supuestos son poco creíbles, pues hace prácticamente a la esencia de la persona humana su carácter
cosmopolita. La existencia de relaciones o situaciones vinculadas con más de un ordenamiento jurídico, es decir
relaciones o situaciones jurídicamente heterogéneas, para diferenciarlas de las relaciones o situaciones
homogéneas llamadas así por desarrollarse íntegramente en el marco de un único ordenamiento, es causal de los
problemas que pretende solucionar el DIPr, determinando el tribunal que tiene competencia para entender en
dicha cuestión, el ordenamiento jurídico conforme al cual se resolverá el tema en litigio y, su caso, el
reconocimiento y modo de ejecución en un Estado de la resolución dictada en otro.
Debe tratarse de relaciones de Derecho Privado: obligaciones, contratos, filiación, adopción, derechos reales,
obligaciones extracontractuales, es decir, relaciones horizontales o entre particulares en que ninguna de las
partes actúa revestida de un poder soberano o estatal, lo que no significa que una de las partes no pueda ser un
Estado pero actuando como particular.
El contexto internacional en que estas relaciones se desarrollan. Este es el elemento que distingue al DIPr de
otras ramas del Derecho Privado. ¿Por qué? Porque son relaciones entre particulares que al desplegarse en el
contexto internacional conducen a la vinculación de dos o más ordenamientos jurídicos.
En el mundo fragmentado en el que habitamos coexiste un pluralismo jurídico, y cada Estado cuenta con sus
propios tribunales que aplican su propio Derecho.
La consecuencia de esta situación es que hay una limitación territorial del poder coactivo por lo que cada Estado
solo puede garantizar la implementación coactiva de los derechos subjetivos dentro de su territorio. De allí que
cuando se plantea una situación jurídica de carácter privado que queda captada por dos o más ordenamientos
jurídicos, toca al DIPr intervenir para brindar la solución a dichas relaciones.
En cambio, cuando se hace presente el elemento extranjero, estamos ante una relación jurídico-privada
internacional. Según este criterio las relaciones jurídicas privadas pueden ser: absolutamente nacionales,
relativamente internacionales o absolutamente internacionales.
Al DIPr le interesan las dos últimas. A continuación explicaremos cada supuesto:
a) Relaciones jurídico-privadas absolutamente nacionales: son aquellas en las cuales todos sus elementos se
vinculan a un mismo país, el caso en el cual se juzga la validez de un matrimonio celebrado en Argentina,
contraído entre dos personas de nacionalidad y con domicilio en la Argentina. Este tipo de caso es irrelevante
para el DIPr, pues carece de la presencia del elemento extranjero.
b) Relaciones jurídico-privadas relativamente internacionales: son aquellas que nacen como un caso
absolutamente nacional, pero que por una circunstancia sobreviniente se convierten en internacionales. Se juzga
la validez de un matrimonio celebrado en España, entre dos españoles con domicilio en España, que se trasladan
a Argentina fijando su domicilio en el país e interponen demanda de divorcio ante los jueces de la República.
c) Relaciones jurídico-privadas absolutamente internacionales: el caso ya desde su génesis muestra
elementos internacionales, reclamando la posible aplicación de varios Derechos. Controversia sobre la validez
de un matrimonio celebrado en Roma entre un francés y una española, primeramente domiciliados uno de ellos
en Alemania y el otro en Inglaterra; planteándose el juicio en Argentina en donde poseen su domicilio conyugal.
Reiteramos entonces que al DI Pr le interesan los dos últimos supuestos.
1. Los temas que integran la problemática de la jurisdicción internacional se aborda en el artículo 2601 del
C.C.y C., el cual establece: “la jurisdicción internacional de los jueces argentinos, no mediando tratados
internacionales y en ausencia de acuerdo de partes en materias disponibles para la prórroga de jurisdicción, se
atribuye conforma a las reglas del presente Código y a las leyes especiales que sean de aplicación.
Entonces, el orden de prelación para determinar la competencia del juez argentino a fin de entender en la
situación jurídica – privada internacional reconoce en primer lugar el acuerdo de partes siempre que se trate de
materias disponibles. En segundo lugar, de no existir tal acuerdo, la jurisdicción debe estar establecida por un
tratado internacional y, en su defecto por normas internas del Estado. Es preciso resaltar, que integra aquí el
tratamiento de prórroga de la jurisdicción dado por las partes, facultado por la autonomía de la voluntad.
2. La respuesta al segundo interrogante se obtiene a partir del análisis de las normas de DI Pr en sus diversas
manifestaciones, mayormente normas de conflicto que son las que nos alumbrarán el camino para llegar a la
solución material.
Nuestro ordenamiento argentino, establece en el artículo 2594 que, las normas jurídicas aplicables a situaciones
vinculadas con varios ordenamientos jurídicos nacionales se determinan por los tratados y las convenciones
internacionales vigentes de aplicación en el caso y, en defecto de normas de fuente internacional, se aplican las
normas de derecho internacional privado argentino de fuente interna.
Ante una hipótesis legal que conecta ordenamientos jurídicos nacionales de diversos países, el juzgador debe
buscar la solución del caso recurriendo, en primer lugar, a la fuente internacional (se de origen institucional –
Mercosur- o convencional –tratados bilaterales o multilaterales-) que enlaza a Argentina con el Estado
vinculado, en la materia en análisis. Solo en las situaciones en las que no existan normas institucionales o
convencionales aplicables, el juez debe buscar la respuesta en el DIPr autónomo. En consecuencia, el DIPr
contenido en nuestro Código se aplica únicamente con carácter subsidiario.
3. La solución al tercer planteo vendrá de la mano del análisis de las normas relativas al reconocimiento y
ejecución de las decisiones extranjeras.
Cuando en juicio se invocare la autoridad de una sentencia extranjera, esta solo tendrá eficacia si reúne los
requisitos del artículo 21. Fuentes: Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Argentina, art. 519. Dichos
laudos serán sometidos a reconocimiento y ejecución los laudos arbitrales dictados fuera del territorio argentino
y las sentencias arbitrales que no sean consideradas como sentencias nacionales en el Estado y que tengan su
origen en diferencias de carácter patrimonial e internacional entre personas humanas o jurídicas. Dichos laudos
podrán ser ejecutados por el procedimiento establecido en los artículos anteriores siempre que:
l. Se cumplieren los recaudos del artículo xx en lo pertinente y, en su caso, la prórroga de jurisdicción hubiese
sido admisible en los términos del artículo xx.
2. Las cuestiones que hayan constituido el objeto del compromiso no se encuentren excluidas del arbitraje y
puedan ser objeto de transacción.
El estudio del DIPr no se agota en estos tres ítems ya que hay un tópico que, como hemos advertido al enunciar
los fenómenos que condicionan esta rama jurídica, ha cobrado un gran auge en los últimos decenios: la
cooperación jurisdiccional internacional.
Todas las técnicas necesarias para aportar soluciones puntuales a trámites o cuestiones internacionales se llevan
a cabo a través de la cooperación jurisdiccional internacional, y es indispensable considerarlas dentro de lo que
es el Derecho Procesal Internacional. Ejemplos que comprende la cooperación jurisdiccional son: la notificación
de documentos en territorio foráneo, la obtención de pruebas en el extranjero, etc.
El objeto del DIPr es la relación jurídico-privada internacional, y que los casos que se generan dando lugar al
surgimiento de estas situaciones se resuelven a través de determinados métodos que se corresponden con las
soluciones que históricamente se han ido propiciando. De este modo se comprende que el objeto no se reduce a
un conjunto de normas o técnicas normativas: las normas tienen un valor instrumental a los fines de realizar las
soluciones justas de las controversias jusprivatistas multinacionales.
La noción de un sistema dinámico, orientado por principios propios tendientes a concretar la solución justa de la
totalidad del caso jusprivatista multinacional, obliga a examinar la eventual intervención de las diversas
jurisdicciones estatales que tengan un lazo efectivo con la controversia. Puesto que la jurisdicción internacional
condiciona el sistema de Derecho Internacional Privado aplicable al caso, debe reconocerse una conexión
fundamental entre las normas que deciden el fondo de la controversia y el procedimiento para reconocer efectos
y, eventualmente, ejecutar en el país sentencias o decisiones provenientes del extranjero
3) La exclusividad del DIPr significa que a la hora de resolver los problemas o cuestiones jurídicas que suscitan
las relaciones jurídico-privadas internacionales, los tribunales del país aplican sus propias normas, sean de la
dimensión que fueren, pero se aplican con exclusividad las normas nacionales de DIPr.
Ello significa que los jueces argentinos aplican exclusivamente las normas nacionales de DIPr para:
a) determinar la jurisdicción de tribunales y autoridades del país en casos internacionales;
b) el Derecho aplicable a las situaciones privadas internacionales, y
c) la validez y eficacia jurídica en Argentina de sentencias dictadas en el extranjero.
Ello no significa que las autoridades jurisdiccionales argentinas no puedan aplicar Derecho extranjero. Por el
contrario, en numerosos supuestos tienen el deber de hacerlo, pero es en virtud de lo que expresa una norma
argentina. Es decir que la aplicación del Derecho extranjero deviene de lo dispuesto por el legislador nacional.
En consecuencia, la relatividad en esta materia implica que frente a un único caso los resultados materiales son
distintos de Estado a Estado.
Como consecuencia natural de la relatividad del DI Pr aparece el llamado fórum shopping, fenómeno que se
verifica cuando las partes eligen una jurisdicción para que resulte de aplicación una determinada ley que sea
favorable a sus pretensiones. ¿Por qué puede suceder esto? Porque los particulares son conscientes de que una
misma situación privada internacional se puede resolver de distinto modo si es incoada ante el tribunal de un
Estado o si se interpone ante los tribunales de otro país.
-Tanto la exclusividad como la relatividad del DIPr traen consecuencias particulares. Se trata de resultados
adversos que surgen porque cada Estado tiene su propio DIPr y sus tribunales aplican exclusivamente su DI Pr.
-Esta situación puede fomentar una crisis en la seguridad jurídica además de potenciar decisiones claudicantes.
-Significa que una sentencia surtirá efectos en el país en que es dictada pero no será reconocida en otros, porque
puede no pasar el filtro que es la frontera. La existencia de decisiones claudicantes daña la concepción de tutela
judicial efectiva.
¿Cómo pueden paliarse estos efectos negativos derivados de los caracteres señalados?
Los mecanismos legales para combatir estas consecuencias son, por una parte, fomentar la unificación de las
normas de DIPr de los Estados, lo que se logra mediante la firma de tratados o instrumentos internacionales. En
este camino se enrolan los foros de codificación internacional. En tanto que contribuye también a combatir estos
efectos no deseados la formulación de criterios flexibles sobre la validez extraterritorial de sentencias.
En este caso, ya no se trata de alcanzar la firma de tratados, lo que no siempre es sencillo, sino de construir un
sistema que brinde respuestas flexibles, amplias, a la hora de diseñar las reglas destinadas al reconocimiento y
ejecución de sentencias extranjeras.
Así se torna posible la libre circulación de decisiones que favorece la tutela judicial efectiva y la verdadera
realización de justicia. Va de suyo que estos criterios flexibles o generosos tienen un límite en algunos recaudos,
principalmente en el respeto del orden público local y es en esta noción en la que debe trabajarse a efectos de
acotar las diferencias.
-El Maestro Goldschmidt concibió el DIPr como "el conjunto de los casos jusprivatistas con elementos
extranjeros y de sus soluciones, descritos casos y soluciones por normas inspiradas en los métodos indirecto,
analítico y sintético-judicial, y basadas las soluciones y sus descripciones en el respeto al elemento extranjero".
Esta doctrina que reinó en Argentina de forma pacífica durante buena parte del siglo XX es muy útil para
determinar el concepto desde la dimensión normativa, aunque no podemos identificarla con las características
que revisten los desenvolvimientos actuales de la materia. Sin embargo, no se encuentra totalmente escindida
del pluralismo metodológico que vincula cuestiones procesales y sustanciales que le atañen. En esta línea, puede
aseverarse que las normas imperativas y la cláusula de orden público.
El Artículo 31 de la C.N., Establece que, esta Constitución, las leyes de la Nación, y Tratados con potencias
extranjeras, son ley suprema de la nación y las autoridades de cada provincia deben conformarse a ellas, no
obstante cualquier disposición en contrario.
La Constitución nacional se define como una ley suprema que fundamenta todo el orden jurídico argentino y
establece la supremacía de las leyes nacionales siempre que sean sancionadas en consecuencia con la
Constitución y en virtud del modo establecido en ella; los Tratados Internacionales que gozan de supremacía
luego de ser negociados y firmados por el Ejecutivo y aprobados por el Congreso; el Derecho Federal: las leyes
y constituciones provinciales, deben necesariamente ajustarse a la Constitución Nacional y al derecho de orden
federal que no desconozca las facultades propias de las provincias.
2. La dimensión institucional es la que se genera a partir de los tratados de DIPr propios de un proceso de
integración regional. En Argentina, corresponden a esta vertiente los acuerdos y protocolos de DIPr del
MERCOSUR que se suponen construidos sobre axiomas propios de los procesos de integración, como
son principalmente la confianza integracionista, la no discriminación por nacionalidad y el respeto a la
identidad nacional.
3. La dimensión trasnacional comprende los usos y costumbres y la Lex mercatoria. El ejemplo clásico
para ilustrar esta dimensión son los Incoterms. Esta vertiente se reconoce como un "derecho blando",
soft law y no tiene coactividad porque emana de instituciones sin capacidad normativa. Solo pueden ser
coactivas si las partes en un contrato declaran que resulta aplicable, o si son incorporadas por los
Estados a su ley positiva, por medio de una ley interna.
4. La dimensión autónoma es la que se conforma con el Derecho interno generado en el país por los
órganos que establece la CN o las regulaciones internas. Las normas que integran esta dimensión
expresan necesariamente la particular concepción de justicia sobre la disciplina del legislador nacional,
o sea del Estado.
Esta clasificación se corresponde con los fenómenos que se desarrollan en la sociedad de naciones que coexisten
en el mundo y las necesidades que se advierten con el transcurso del tiempo. El DIPr, está destinado a cumplir
una función social y los fenómenos políticos, sociales, económicos y culturales ejercen su influencia en esta
rama del Derecho.
- Tienen jerarquía constitucional: las Declaraciones, los Convenios y los Tratados de Derechos Humanos en las
condiciones de su vigencia al tiempo de la reforma de la Carta Magna. Los nuevos tratados y convenciones
sobre Derechos Humanos requieren el voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada
Cámara del Congreso para revestir igual jerarquía.
- Tienen jerarquía superior a las leyes: a) los tratados concluidos con Estados, con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede; b) los tratados de integración que deleguen competencia
legislativa y jurisdiccional a organizaciones supranacionales.
4.- Convención interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado, Montevideo, 1979.
Esta Convención fue adoptada en la Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho
Internacional Privado (CIDIP-II), celebrada en Montevideo, Uruguay – Mayo 1979.
Objetivo: esta Convención establece normas de tipo general para la aplicación de las reglas de conflicto.
El ámbito de aplicación de esta convención establece de forma expresa la primacía del derecho internacional
sobre las normas de derecho internacional privado que resulten de fuente interna. La Convención se basa sobre
el principio de aplicación de oficio del derecho extranjero, excepcionados los casos en que la ley de un Estado
Parte tenga instituciones o procedimientos esenciales para su adecuada aplicación y no estén
contemplados en la legislación de otro Estado Parte. Esta Convención reconoce también, que la interpretación
deberá ceñirse al ordenamiento jurídico del cual es parte la ley aplicable y no a las normas de interpretación
propias del juez que conoce la causa. Otra excepción del ámbito de aplicación es la norma que decide que en
caso de fraude a la ley, los Estados parte tienen derecho de negarse a aplicar el derecho de otro Estado Parte. La
Convención establece que recursos procesales serán determinados conforme a la ley del foro (lex fori) y da
reconocimiento recíproco a situaciones jurídicas bajo la convención.
Finalmente, la Convención requiere la búsqueda de la solución más justa para el caso de que una misma relación
jurídica este sometida a la regulación de diferentes leyes.
I.PLURALISMO DE MÉTODOS
1. Criterios de selección de métodos de reglamentación y de técnicas normativas en el sector del Derecho
aplicable.
-Durante largo tiempo, siguiendo la postura metodológica clásica, el método conflictual se constituyó
prácticamente en el único método del Derecho Internacional Privado. Efectivamente, a pesar de que
históricamente han coexistido métodos de solución de los problemas de tráfico externo distintos al método de
elección o atribución, durante mucho tiempo se consideró que este método indirecto, de atribución o de elección
y las normas que este emplea (normas de conflicto) eran el único procedimiento, el único instrumento
metodológico y las únicas normas de las que disponía el Derecho Internacional Privado.
-Sin embargo, el contexto actual de la evolución del Derecho Internacional Privado nos permite comprobar la
existencia de un pluralismo metodológico al servicio de nuestra disciplina, donde resultan tres los métodos
fundamentales de los cuales se vale el Derecho Internacional Privado para reglamentar la relación privada
internacional: el método de elección o de atribución; el método de creación o sustancialista, conocido también
como método de creación sustancialista o método de las normas materiales; y el método autolimitativo o
exclusivista, o método de las normas de aplicación necesaria o inmediata.
Hoy en día existe una convicción bastante generalizada de que el método del Derecho Internacional Privado no
puede quedar reducido al método del conflicto de leyes, tampoco se puede dejar de reconocerse la importancia
que este instrumento detenta aún en el panorama metodológico del Derecho Internacional Privado.
En tal sentido, el método de las normas de conflicto, a pesar de los variados ataques y cuestionamientos de los
cuales ha sido objeto, conserva todavía su posición dominante.
Según UZAL el pluralismo metodológico
TIPO DE NORMA
MÉTODO UTILIZADO
NORMA DE CONFLICTO: se caracteriza por dar una solución al caso multinacional por medio de la
elección indeterminada del derecho material nacional o del derecho material extranjero.
MÉTODO INDIRECTO O DE ELECCIÓN: brinda indirectamente la solución material al caso designando el
derecho que decidirá sustancialmente el mismo. Establece una relación jurídica entre la situación jurídica y el
ordenamiento. Encuentra fundamento en el principio de proximidad, pero también en el de soberanía o el de
autonomía de la voluntad.
NORMA MATERIAL: en ella el caso jusprivatista multinacional está conectado a varios sistemas jurídicos
nacionales, cuya solución se puede dar por un derecho nacional elegido, una solución material o individual.
NORMA DE POLICÍA: son normas inspiradas en rigurosas consideraciones de orden público, excluyendo
así el funcionamiento de las otras dos clases de normas.
MÉTODO DE AUTOLIMITACIÓN: Aquí se autolimita exclusivamente la aplicabilidad del derecho nacional a
un caso multinacional, ello debido a que el caso queda vinculado exclusivamente al derecho nacional propio.
MÉTODO DIRECTO O DE CREACIÓN: Aquí el caso multinacional está conectado a varios sistemas
jurídicos nacionales, y que puede ser resuelto mediante la creación de un derecho nacional especialmente
aplicable a casos multinacionales. Cuando estemos frente a principios idénticos, el legislador elegirá el método
de creación.
-En el método de creación o sustancialista se busca proporcionar una solución preventiva que adelantándose a la
generación del problema prevea su solución material y directa de manera anticipada, evitando así que ocurrido
el problema se produzca un conflicto de leyes entre los ordenamientos jurídicos en presencia y que se tenga, por
tanto, que elegir entre aquellos el derecho aplicable.
Mientras que el método clásico juega con la diversidad, en tanto considera que lo relevante de la relación
jurídica internacional es su vínculo con los diferentes órdenes materiales vinculados, el cual es visto desde el
ángulo de los derechos nacionales; el método material deja de lado esta diversidad y propone soluciones
concretas para una cierta y decidida temática jurídica internacional.
El tema de los métodos no debe ser planteado en términos de sustitución o reemplazo de uno de ellos por el
otro, sino de complementariedad entre los mismos. Desde un marco de operatividad funcional, percibimos que
existe un importante elemento de contacto entre normas de conflicto, entre derecho unificado y derecho formal:
La internacionalidad.
METODO AUTOLIMITATIVO O EXCLUSIVISTA: (no lo pide en esta unidad)
La relación privada internacional también puede ser regulada a través de la autolimitación del derecho material
propio, la cual se realiza a través de las denominadas normas de policía y seguridad y de orden público. Estas
normas, según Boggiano son la manifestación más importante del intervencionismo estatal en el desarrollo de
las relaciones internacionales ocurrido en el transcurso de estos años, y su observancia es necesaria para la
salvaguardia de la organización política, social y económica del país.
Estas normas se caracterizan por:
Su aplicación está calificada como inmediata o necesaria, porque se hacen sin la mediación de las normas de
conflicto de leyes, que es una noción que pertenece al método conflictualista.
Son normas de ineludible observancia, porque son reglas que obligan a todos los que habitan en el territorio
de un
Estado, debido a que sin éstas normas el Estado no podría subsistir.
Son normas exclusivas, porque excluyen de la relación que contemplan cualquier otra regulación.
Son de naturaleza positiva rigurosamente obligatoria, debido a que ante su existencia, el Juez no puede sino
aplicar
el derecho nacional, aunque en principio debiera ser aplicado un derecho extranjero.
Son normas de carácter insustituible y de aplicación absolutamente necesaria.
No conceden relevancia jurídica alguna a los elementos extranjeros eventualmente existentes en la relación a
regular ni a ley extranjera alguna.
Prevalecen sobre las normas de conflicto, incluso sobre las establecidas en un convenio internacional del cual
el
Estado en cuestión forma parte, ya que tienen como efecto la elusión de la norma de conflicto, en razón de que
cumplen una función social de tal importancia que no puede ser postergada ni aún en los casos que presenten
elementos extranjeros jurídicamente relevantes.
2. La norma de conflicto:
Norma Iusprivatista Internacional (Norma de Colisión) como norma indirecta
La norma indirecta no es la norma que resuelve el conflicto, sino que es la encargada de establecer cuál es la
legislación correspondiente que debe ser utilizada para resolver el caso, si es de aplicación la normativa
argentina, o es de aplicación la normativa del país extranjero.
b) Criterios utilizados: en atención al objeto de referencia, o en atención al carácter del punto de conexión.
c) Directrices de selección:
Nacionalidad: su utilización como punto de conexión se debe a la elaboración doctrinaria de Mancini. (algunos
estados solo la receptaron para algunos aspectos como estado, capacidad, derecho de familia).
Domicilio: es el primer punto de conexión de la historia del DIPr, es el más importante del DIPr Argentino,
antes de la entrada en vigencia del código civil, lo era la nacionalidad. (es el preponderante en nuestro derecho y
en los Tratados de Montevideo). Puede ser:
Real: es el lugar donde las personas tienen establecido el siento principal de su residencia.
De Origen: es el lugar del domicilio del padre, el día del nacimiento del hijo.
Legal: es el lugar donde la ley presume que, sin prueba en contra, que una persona reside de una manera
permanente para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no esté allí
presente.
Residencia: es el lugar de la habitación real de la persona que puede estar en el lugar del domicilio o en otro.
Crea entre la persona y el lugar, una relación de hecho semejante a la derivada del domicilio, pero menos estable
y menos duradera.
En el derecho comparado, varios países lo consagran como punto de conexión subsidiario.-
El Tratado de Montevideo señala que habrá residencia cuando una persona no tiene o no se le conoce
domicilio.-
B) REALES: se refiere a los objetos: cuando la cosa o negocio jurídico, se encuentren en el extranjero o estén
registrados allí. Se trata sobre la situación de las cosas (lex situs). Para problemas relacionados con bienes.-
C) CONDUCTISTAS: son los que se enfocan en los sucesos. Como por ejemplo: el lugar de la celebración o de
ejecución del contrato, el lugar de la perpetración del delito.
I.ASPECTOS GENERALES.
1. Diferencia entre jurisdicción internacional y competencia judicial interna.
Los vocablos "jurisdicción" y "competencia" se emplean de manera indistinta, aunque técnicamente la noción de
competencia judicial internacional determina cuándo pueden conocer los órganos jurisdiccionales de un país
considerados en su conjunto. La jurisdicción internacional en cambio, alude al poder de las autoridades de un
Estado para conocer y decidir en un caso iusprivatista con elementos extranjeros, como así también al poder de
las autoridades extranjeras para dictar un pronunciamiento en condiciones de ser reconocido y ejecutado en otro
Estado.
Dicho en otros términos, la jurisdicción es la facultad de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado; es una potestad
emanada de la soberanía estatal que consiste en la atribución que tienen los jueces para decir el Derecho
aplicable.
La competencia judicial interna indica internamente la jurisdicción en determinada materia y no en otras. Una
vez identificados los jueces nacionales, las reglas internas del país distribuyen la competencia en razón de la
materia y el territorio, esto es en base a criterios de competencia territorial, objetiva y funcional. Nos interesa
que la competencia judicial internacional establece cuando pueden conocer los órganos jurisdiccionales
argentinos considerados en su conjunto, la jurisdicción internacional se determina con base en las normas
atributivas de DIPr sean de la dimensión convencional, institucional o autónoma, en tanto que la competencia
judicial interna se consigna de conformidad con las normas distributivas del Derecho interno.
La CSJN así lo sostuvo ya que las disposiciones delimitan el ejercicio de la soberanía jurisdiccional del propio
Estado frente a la jurisdicción de los Estados extranjeros. El tema pertenece a la órbita del Derecho Público y se
proyecta internacionalmente. De allí que corresponde al Congreso de la Nación y no a las provincias la sanción
de las normas que deciden cuándo los órganos judiciales están facultados para entender en un litigio que surge a
partir de conflictos jusprivatistas internacionales. Las provincias han delegado la facultad de legislar en materia
de fondo en el gobierno central reservándose la potestad de hacerlo en materia procesal (CN art. 75 inc. 12). Sin
embargo, la competencia exclusiva del gobierno federal y de las provincias son funciones concurrentes que
ejercen simultáneamente en tanto dicho ejercicio no sea incompatible (CN arts. 125 y 126).
La jurisdicción competente para entender en los supuestos que atañen al Derecho Privado cuando intervienen
diferentes ordenamientos, está establecida en la CN, en las convenciones ratificadas por Argentina y, a falta de
convenios en las partes pertinentes del Código Civil y Comercial.
Cuando un Estado por su soberanía fija una competencia internacional, lo hace inducido por el principio de
acceso a la justicia, ya que es deber de los Estados procurarle a la población procesos adecuados para que los
sujetos protejan sus derechos. Por lo tanto, debe existir la posibilidad de acudir ante un órgano judicial
independiente e imparcial y, también, que se cuente con procedimientos razonables e idóneos para ejercitar los
derechos. Por costumbre internacional cada estado está obligado a facilitar el acceso a tribunales a todo sujeto
que lo requiere o necesite.
En algunos supuestos en pos de la paz y armonía, se hace necesario excluir de jurisdicción a una categoría
especial de litigios, son aquellos donde actúa un estado extranjero. Esa limitación surge de dos fuentes:
a) El ordenamiento jurídico internacional
b) Por naturaleza convencional.
Los principios de los cuales se halla impregnadas las disposiciones del Código Civil y Comercial son:
- Debido proceso: (art. 18 C.N.) en el cual se respeten todas y cada una de las garantías. La inviolabilidad
de la defensa exige que el presunto infractor sea oído y se le dé oportunidad de hacer valer sus medios de
defensa en la forma prescripta en las leyes procesales. También implica la oportunidad razonable de alegar y
probar.
- No denegación de justicia: emana de los TDDHH incorporados a la CN; aquí se debe incluir a un
procedimiento judicial gobernado por el principio de celeridad, sin dilaciones indebidas, la conducta negligente
del órgano judicial en la conducción de la causa. Se implementa el instituto de “foro de necesidad” cuyo
objetivo es evitar la denegación de justicia.
- Igualdad de trato: los ciudadanos y los residentes permanentes en el extranjero gozan del libre acceso a la
jurisdicción para la defensa de sus derechos e intereses, en las mismas condiciones que los ciudadanos y
residentes permanentes en la Nación Argentina. También se aplica a las personas jurídicas. De este modo se
impide que el Estado pueda fijar normas de jurisdicción internacional que favorezcan injustificadamente a una
de las partes en el litigio.
- Efectividad de las decisiones: traduce de forma meridiana las relaciones entre el caso y el foro.
- Independencia: se trata de un principio del derecho de gentes del que gozan todas las naciones en cuanto a que
tienen jurisdicción sobre los “habitantes, hechos que ocurren en su territorio, y casos
judiciales que se produzcan a consecuencia de los mismos”
2. Clasificación.
A. Según la naturaleza de los criterios utilizados:
En otros casos es frecuente que en una sola relación iusprivatista internacional deban aplicarse varios Derechos
resultando obvio que la jurisdicción no puede sino residir en el juez de uno solo de los países cuyos
ordenamientos jurídicos habrán de aplicarse.
Foro de necesidad;
Como principio general, la jurisdicción argentina para entender en un caso jusprivatista internacional debe
derivar siempre de una norma de competencia cuyo foro se localiza en el territorio nacional. Excepcionalmente
y a los fines de evitar la denegación internacional de justicia, el Estado puede avocarse al conocimiento del caso
siempre que el mismo presente un mínimo de contacto con la Nación y se garantice la tutela judicial efectiva de
todas las partes.
En este sentido, el artículo 2602 del nuevo Código consigna en su texto un dispositivo claro a seguir. Dice el
artículo: “Aunque las reglas del presente Código no atribuyan jurisdicción internacional a los jueces argentinos,
estos pueden intervenir, excepcionalmente, con la finalidad de evitar la denegación de justicia, siempre que no
sea razonable exigir la iniciación de la demanda en el extranjero y en tanto la situación privada presente
contacto suficiente con el país, se garantice el derecho de defensa en juicio y se atienda a la conveniencia de
lograr una sentencia eficaz”.
La jurisdicción internacional se entiende como el poder de los jueces de un Estado para decidir casos
jusprivatistas internacionales y se estructura sobre la base de foros constitutivos.
Estos foros responden a circunstancias o elementos presentes en la relación jurídica, relevantes para conectar el
caso con el Estado.
Se requiere, entonces, para que un juez esté investido de jurisdicción a nivel internacional, una relación
razonable entre el caso y el foro, que es lo mismo que afirmar que el caso está sustancialmente relacionado con
el tribunal del Estado.
La exigencia de dicha conexión, que implica un límite a la atribución de jurisdicción, se explica en función del
principio de efectividad, vinculado a la jurisdicción indirecta en tanto atiende a las posibilidades de
reconocimiento y ejecución de las sentencias nacionales en países extranjeros.
Los pronunciamientos serán reconocidos y eventualmente ejecutados fuera del foro, siempre que el Estado
requerido entienda que la sentencia o laudo proviene de un tribunal investido de jurisdicción, por mantener una
vinculación relevante con los elementos del caso.
El sistema elaborado como dimensión autónoma descarta atribuir jurisdicciones exorbitantes, y esto se logra en
la medida en que se determina la competencia en virtud del relacionamiento del tribunal con el instituto y el
respeto de los derechos fundamentales de las partes. Si bien la atribución de jurisdicción internacional se realiza
sobre la base de foros, la figura del forum necessitatis permite que el juez amplíe su competencia judicial
internacional cuando no está prevista legalmente, con sustento en el principio de la tutela judicial efectiva que es
la contracara de la prohibición de denegación de justicia.
Dado que la utilización del foro de necesidad implica una ampliación justificada y necesaria de la competencia,
el pronunciamiento debiera ser respetado y ejecutado en cualquier otro Estado.
B. Foros concurrentes
La jurisdicción internacional es concurrente cuando las respectivas reglas la confieren de manera alternativa a
dos o más países.
En Argentina el artículo 2650 CCyC es ilustrativo al efecto dado que en materia contractual, a opción del actor,
resultan competentes para entender en el litigio, no habiendo elección de foro, los jueces del domicilio o
residencia habitual de cualquiera de los demandados, o los jueces del lugar de cumplimiento de cualquiera de
las obligaciones contractuales, o los jueces del lugar donde hay una agencia, sucursal o representación del
demandado.
Esta alternancia se justifica en abrir la posibilidad al actor de interponer su acción ante jueces de otros países
siempre que la conexión sea razonable o derive del ejercicio de la autonomía de la voluntad.
El fundamento de la norma radica en primer término en establecer un foro general con sus consiguientes
ventajas ya explicitadas, seguidamente se trata de foros especiales sustentados por los principios de proximidad
y razonabilidad ya que el lugar de cumplimiento de la obligación en litigio responde a la proximidad que existe
entre el tribunal competente y el objeto de la disputa.
Es en este lugar donde se encontrarán las pruebas y en general los elementos fácticos de la relación, por lo que
el proceso puede ser más fecundo o eficiente.
Por otra parte, y en beneficio del demandado, el foro de cumplimiento de la obligación en el Estado en el cual
está materialmente obligado a cumplir es totalmente comprensible.
La inclusión de foros alternativos o concurrentes se encuentra también en el supuesto de la interposición de una
demanda por deuda de alimentos, incluye la concurrencia de foros en el nuevo art. 2629 que establece: “Las
acciones sobre la prestación alimentaria deben interponerse, a elección de quien la requiera, ante los jueces de
su domicilio, de su residencia habitual, o ante los del domicilio o residencia habitual del demandado. Además, si
fuese razonable según las circunstancias del caso, pueden interponerse ante los jueces del lugar donde el
demandado tenga bienes”.
Se tiende a proteger a la parte débil de la relación, hecho que se comprende fácilmente dada la importancia de
flexibilizar al máximo las respuestas ante un derecho fundamental de la persona humana.
C. Foros generales
Son foros generales aquellos que atribuyen competencia a los jueces de un Estado, cualquiera sea la materia
afectada, sobre la base de criterios comunes que conectan al caso con los jueces nacionales.
Se trata de foros que toman como criterio para determinar la jurisdicción un elemento que existe en todos los
casos, con independencia de cuál sea el objeto del proceso, el tipo de demanda o la localización espacial de los
hechos o derechos en conflicto.
En el DIPr el domicilio y la residencia habitual son dos de los foros generales predilectos; en el Derecho
convencional revisten particular importancia tanto en los TDCIM, como en las Convenciones de CIDIP y en las
de La Haya; también son adoptados en la dimensión institucional.
En la legislación argentina la conexión domiciliar así como la residencia habitual priman sobre la nacionalidad.
En esta línea, el art. 2608 prescribe: “Excepto disposición particular, las acciones personales deben interponerse
ante el juez del domicilio o residencia habitual del demandado”
Por lo tanto, en los casos relacionados con materias en las que no hay una norma que determine la jurisdicción
competente, las acciones personales deben iniciarse en el lugar del domicilio o residencia habitual del
demandado, sumando a los argumentos ya esgrimidos a favor de este foro que es donde el accionado tiene
mejores posibilidades de ejercer su derecho de defensa.
A su vez, la importancia del domicilio y/o residencia habitual en el sistema argentino de jurisdicción
internacional se deduce de los numerosos institutos que los habilitan como foros de competencia internacional
únicos o alternativos. En el Código Civil y Comercial el domicilio determina la jurisdicción internacional,
concurriendo en algunos casos con otras bases en las acciones personales, separación, divorcio y nulidad de
matrimonio, alimentos, ausencia, tutela, contratos y sucesiones. Hay que tener en cuenta que este foro admite
excepciones que se configuran principalmente frente a los supuestos de jurisdicción exclusiva, cláusulas de
elección de foro o de sumisión a arbitraje. En el sentido enunciado, es foro general el que responde a la elección
de las partes, esto es, a la prorrogatio fori en los casos que está expresamente permitido según se establece en el
artículo 2605 del Cód. Civ. y Com.: “Acuerdo de elección de foro. En materia patrimonial e internacional, las
partes están facultadas para prorrogar jurisdicción en jueces o árbitros fuera de la República, excepto que los
jueces argentinos tengan jurisdicción exclusiva o que la prórroga estuviese prohibida por ley”.
Para finalizar, el domicilio del demandado como foro general, se trata de una regla prácticamente universal,
común a todos los sistemas de jurisdicción internacional, que se mantiene en el Derecho Comparado vigente.
También podemos mencionar dentro de estos foros especiales al fuero internacional del patrimonio, en virtud
del cual se confiere competencia a los jueces del Estado en que se encuentran los bienes del demandado.
Conviene tener presente que si el patrimonio está constituido por créditos, se considera localizado en donde el
deudor tiene su domicilio; si la acción importa la entrega de una cosa, el patrimonio determinante de la
jurisdicción se encuentra donde se halla situada la cosa.
Este foro estaba receptado en el DIPr interno: la Ley 14.394 lo admitía con carácter subsidiario si el ausente
tiene bienes en la República, en cuyo caso resulta competente el juez nacional, aunque en la Argentina no se
haya tenido ni el último domicilio ni la última residencia, y actualmente el nuevo Código Civil y Comercial
recepta la situación en el art. 2619.
En cuanto al foro del patrimonio cabe citar también la Ley 24.522 en tanto admite la apertura de un concurso si
hay bienes en el país, tratándose de un deudor con domicilio en el extranjero (art. 2 inc. 2).
El foro internacional del patrimonio le atribuye jurisdicción internacional al juez del país donde el demandado
tiene localizados bienes que integran su patrimonio.
¿Cuál es la situación que justifica la competencia del juez argentino que asume jurisdicción internacional en
función del lugar de situación de los bienes del demandado?
Los foros especiales responden a los principios de proximidad y de razonabilidad y provocan que un sujeto
domiciliado en el extranjero quede sometido a la jurisdicción nacional porque la internacionalidad de la relación
jurídica y su localización en Argentina le es imputable al demandado. En materia de jurisdicción especial el
principio actor sequitur forum rei se destaca para proteger al demandado; es una conexión clásica y
universalmente adoptada.
E. Foros exorbitantes
Lo opuesto a razonable es lo que se conoce como un foro exorbitante, mediante el cual un Estado atrapa bajo su
jurisdicción un supuesto que no le corresponde.
Lo fundamental de un foro exorbitante es, en primer lugar, que el elemento que se toma en consideración para
fundar la competencia es la relación meramente tangencial o accidental, y eso cuando no es totalmente ajeno a
la misma.
En segundo lugar, resulta considerar que la razón de ser de su consagración suele ir emparentada con la
intención de beneficiar a la parte que tiene una conexión local, la que presenta un vínculo con el país cuyo
ordenamiento incluye la norma de jurisdicción exorbitante, en desmedro de la parte foránea.
Dos son los fundamentos que sirven de respaldo para impedir, que se establezcan reglas exorbitantes en materia
jurisdiccional internacional:
a) Como garantía esencial del sujeto: desde el punto de vista activo cada persona tiene derecho a recurrir a una
jurisdicción que guarde vinculación con la relación que se juzga.
b) Porque hay que lograr sentencias eficaces internacionales que se puedan ejecutar en el extranjero y para ello
el juez foráneo que reciba el pedido de ejecución, verificará la jurisdicción que se atribuyó el juez sentenciante y
de ser excesiva o exorbitante la desconocerá, le negara reconocimiento.
F. Foros razonables
Cualquier foro de jurisdicción internacional puede ser sometido a un análisis en cuanto a su razonabilidad. De
esta forma, los foros del lugar de cumplimiento de la obligación contractual en esa materia, o del lugar de la
situación del bien en un litigio en el que se discute acerca de un derecho real sobre el mismo, reúnen las
características exigidas para ser considerados como razonables.
Un estado puede situar antes sus tribunales una situación privada internacional si tiene vinculación o contacto
con el país. Caso contrario debe abstenerse a juzgar, porque sería ilícito determinar competencia internacional
ante circunstancias donde no presente nexo que lo justifique. Toda persona tiene derecho a la jurisdicción o
efectiva tutela de justicia, previsto en el art. 18 de la CN y art. 8 de la convención americana de derechos
humanos, por lo tanto lo lógico es que cada estado atribuya jurisdicción con eficacia, donde tenga acceso a una
justicia efectiva, que no se daría si se fija una competencia alejada a su domicilio o residencia o de algún lugar
territorial donde no pueda exponer sus argumentos, ofrecer prueba al respecto, obtener una decisión fundada, y
recurrir la sentencia adversa.
Por lo tanto el espacio donde se concreten esos derechos tiene que guardar relación con la situación privada
internacional, tanto para poder ser sujeto activo de una demanda como pasivo para defenderse.
El presupuesto para que un foro sea razonable es, que permita hacer efectivo el debido proceso legal y en ese
sentido la Corte Federal siguiendo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que el debido
proceso es el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancia procesales a efectos de que las
personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier, acto del estado que
pueda afectarlas.
La razonabilidad de la jurisdicción responde a las siguientes directivas:
a) Las acciones personales deben interponerse ante los tribunales del domicilio o residencia habitual
del demandado, o el lugar de cumplimiento de la obligación reclamada;
b) En las acciones reales sobre inmuebles, ante el lugar de situación;
c) En el lugar del derecho aplicable;
d) Los tribunales elegidos por las partes en ejercicio de la autonomía de la voluntad siempre que la
elección guarde conexión con la situación privada internacional;
e) En las acciones de nulidad o disolución de sociedades y personas jurídicas en el lugar de su
constitución o sede social;
La manera idónea de obtener foros razonables es celebrar tratados entre los Estados, donde se acuerden
distribuir jurisdicciones. En primer lugar atendiendo el criterio que el acceso jurisdiccional es un derecho
fundamental de todo sujeto, tanto físico como jurídico. En segundo lugar, se brinda más eficacia al proceso una
vez logrado el veredicto, facilita el reconocimiento o ejecución de la sentencia. Por último ajustar competencias
internacionales brinda mayor seguridad jurídica ya que es una garantía de previsión por parte del sistema
internacional.
La jurisdicción directa
Cuando se va a presentar una demanda en el ámbito interno es necesario previamente consultar las normas de
competencia para conocer ante qué tribunal iniciar el juicio. El juez aceptará avocarse al caso si entiende que
tiene competencia.
Este planteo se efectúa al inicio, o sea en el primer momento del proceso. Suponiendo que la contraparte la
acepte, la competencia del tribunal que actúa queda firme a partir de ese momento.
En el ámbito internacional la jurisdicción también se pondera al inicio del proceso o con miras a su iniciación
pues en primer lugar se debe determinar ante los jueces de qué país habrá que presentar la demanda, y el juez
examinará su propia competencia internacional a los fines de asumir o denegar jurisdicción en el asunto que se
intenta someter a su decisión.
En el Derecho Procesal Internacional este supuesto se conoce como jurisdicción internacional directa para
diferenciarlo del supuesto de la jurisdicción internacional indirecta. Ambos tienen lugar en diferentes
momentos.
La jurisdicción directa es la que analiza el juez ante quien se presenta un caso con elementos conectados a
distintos ordenamientos nacionales para determinar si su Estado es competente o no en la esfera internacional.
El juez analiza su propia competencia con vistas a asumir o no jurisdicción en el caso concreto. Las normas que
regulan la jurisdicción directa tienen por objeto fundar la competencia de los tribunales de un Estado. El juez
argentino utiliza su norma para fundar su jurisdicción y entender en el litigio. En este supuesto el juez se
interroga a sí mismo: ¿soy competente para entender en este caso?
Jurisdicción indirecta
Responde a un segundo momento ya que es la que debe analizar el juez del foro, respecto de un juez extranjero
que le solicita cooperación. En esta última hipótesis, el juez del foro analiza si la autoridad extranjera es
competente para entender en la causa para la cual le está solicitando la medida de asistencia judicial
internacional.
La jurisdicción indirecta como queda dicho supra, es un presupuesto de eficacia de las sentencias extranjeras.
En este caso el juez se interroga del siguiente modo: ¿es competente el tribunal que solicita el auxilio judicial
internacional ante mi tribunal?, o ¿es competente el juez que me solicita el reconocimiento y/o ejecución de la
sentencia por él dictada?
La respuesta a este interrogante puede darse desde dos aristas muy diferenciadas. La evaluación de la
competencia internacional se confía a las reglas de jurisdicción del Estado requerido, es decir del país cuyo
tribunal debe cumplir con el acto de cooperación, o se sujeta a la ley del Estado requirente, esto es a la ley del
Estado del juez que solicita la asistencia.
La diferencia que existe entre jurisdicción directa e indirecta es muy importante por varias razones. Se refieren a
momentos, circunstancias y finalidades diferentes y, principalmente, responden a normas que pueden ser muy
distintas.
María Elsa Uzal considera que, “es aconsejable examinar, con un enfoque global y totalizador, cuáles son los
criterios atributivos de jurisdicción de cada uno de los Estados vinculados al caso, a fin de evaluar cuáles de
ellos son los que se abocarían al conocimiento de la cuestión; examinar el criterio con el que cada uno responde
al Derecho aplicable y optar, luego, por aquel foro que nos asegure una mayor efectividad, si llega la hora de
tener que ejecutar coactivamente una eventual sentencia favorable, la efectividad y economía procesal, deberán
ser el norte de la decisión”i. En otras palabras: se analice la suerte práctica que correrá el veredicto cuando se
proceda a su reconocimiento o ejecución en el extranjero.
Características
Neutralidad, ya que se desarrollará en un foro neutral para las partes y ante un organismo y personas
especializados para ello. Es uno de los mayores beneficios del arbitraje, reside en elegir un foro neutral, las
partes alejan la percepción de creer que si litigan ante los tribunales estatales de la otra parte se sentirán menos
protegidas en sus derechos.
La especialización, pues podemos nombrar árbitros especialistas en la materia objeto de la disputa.
La rapidez ya que se tata de procedimientos más rápidos que los desarrollados por la propia administración
de justicia, además de no ser susceptibles de ser recurridas (salvo circunstancias muy tasadas y concretas), lo
que implica que la resolución final del conflicto será mucho más rápida. Se
prevén plazos breves que los establecidos en el procedimiento estatal.
La confidencialidad, ya que podemos optar por una absoluta confidencialidad con respecto a nuestra
disputa, en contra de la publicidad obligatoria de los procesos judiciales.
La flexibilidad y antiformalismo, ya que podemos elegir, desde el idioma en el que se celebrará el
arbitraje, como la sede del mismo, el número de árbitros que queremos que resuelvan nuestra controversia y
quienes, así como el procedimiento en sí, para hacerlo si cabe mucho más rápido y dinámico, acortando fases.
La ejecutabilidad, equiparable al de una sentencia, con el valor añadido de que gracias al amplísimo número
de Estados que han ratificado el Convenio de Nueva York de 1958 sobre reconocimiento y ejecución de laudos
arbitrales, el laudo dictado podrá ser aceptado y ejecutado en cualquiera de estos Estados.
Entre las instituciones arbitrales en el extranjero con mayor reconocimiento tenemos entre otras, la Cámara de
Comercio Internacional de París (CCI), la Corte de Arbitraje de Londres (LCIA) y la Cámara de comercio de
Suiza en Ginebra (SCCAM), y por lo que respecta a las instituciones españolas tenemos: la Corte de Arbitraje
de Madrid (CAM), así como la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (CIMA), entre otras.
Por otro lado, si no queremos convertir nuestro arbitraje internacional en institucional, y simplemente lo
queremos hacer ad hoc, lo más recomendable y seguro es llevarlo a cabo bajo las normas establecidas en el
Reglamento de UNCITRAL.
CLASES DE ARBITRAJE
Existen diferentes clases de arbitraje, según destaca la doctrina, los cuales se pueden clasificar según sus
procedimientos; según sus principios; y según el ámbito en que éste tiene lugar:
1. Según sus procedimientos: Según esta característica el arbitraje puede ser:
A. institucional: Los administrados por instituciones, conocidos como arbitrajes institucionales, son aquellos
acreditados por la intervención de una institución especializada a la que las partes, con apoyo en el principio de
autonomía de la voluntad, acuden encomendándole la realización de una serie de funciones relacionadas
con el arbitraje, que sus propias normas prevén (FERNANDEZ ROSA, 2008:321).
B. Arbitraje Ad-hoc: En los arbitrajes ad-hoc son las mismas partes las que se encargan de seguir el proceso. No
existe institución alguna que administre el sistema. Son las propias partes las que suministran las normas sobre
las que deben actuar y todo lo necesario para que el arbitraje proceda. Así proveen los mecanismos de elección
de los árbitros, indican el lugar, el idioma, los procedimientos a aplicar, métodos de coerción en caso de
incumplimiento, plazo para dictar el laudo y los recursos pertinentes contra el mismo.
2. Según sus principios: Según los principios que se aplican el arbitraje puede ser:
A. En derecho: Significa que el tribunal arbitral se fundamentará en las leyes y reglamentos que aplican al
contrato. La decisión en derecho implica que las partes deponen la contienda para que el árbitro la defina según
el derecho. La ley nacional ordena en el arbitraje en derecho el árbitro sea abogado.
B. En equidad: En este tipo de arbitraje, el tribunal arbitral no aplica ni leyes ni reglamentos para resolver la
disputa sino su entendimiento de lo que es justo y equitativo. Ante esto, el árbitro obra con discrecionalidad, que
es lo que le permite en últimas formarse un juicio de valor fundado en la apreciación racional y ponderada de
los hechos. La decisión en equidad exige que el árbitro asuma un papel diferente al de juzgador, caracterizado
por la búsqueda de una solución que con recto criterio componga y avenga el estado o la relación jurídica que se
presenta entre las partes. La regla que adopta la Ley Modelo de Arbitraje Internacional propuesta por la
Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional CNUDMI es que, ante el silencio
de las partes, se entienda que el arbitraje es de derecho. En Latinoamérica, solo Ecuador, Bolivia y Uruguay
contemplan un sistema contrario.
3. Según el ámbito en el que se desarrolle: Este criterio aplica dependiendo en el lugar que tiene lugar el
arbitraje:
A. Internacional: Aquel en el que las partes pertenecen a Estados diferentes, siendo factores esenciales el lugar
de celebración y ejecución del contrato, así como el domicilio de las partes. Se aplica tanto entre particulares,
personas naturales o jurídicas o entre Estados y empresas. Es fundamental escoger las normas que rigen al
Arbitraje Internacional.
B. Nacional o interno: Se discute dentro de un solo sistema jurídico con un ordenamiento jurídico específico.
2. Su recepción en la fuente convencional, institucional, transnacional, y autónoma De la guía:
Dimensión autónoma.
EL CCyC ART. 1655
La facultad de dictar medidas cautelares por los árbitros es uno de los aspectos más cuestionados doctrinaria,
legislativa y jurisprudencialmente. Surge de la ley Modelo sobre arbitraje comercial internacional, que en el
2006 incorpora la posibilidad que los árbitros dicten, bajo ciertas circunstancias, no solo medidas cautelares
durante el proceso sino que se encuentran autorizados a adoptar medias preliminares.
Artículo 1656.-Efectos. Revisión de los laudos arbitrales. El convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo
estipulado y excluye la competencia de los tribunales judiciales sobre las controversias sometidas a arbitraje,
excepto que el tribunal arbitral no esté aun conociendo de la controversia, y el convenio parezca ser
manifiestamente nulo o inaplicable.
En caso de duda ha de estarse a la mayor eficacia del contrato de arbitraje.
Este es el llamado efecto positivo del acuerdo arbitral, que obliga a las partes que han pactado a recurrir a este
método de solución de controversias en caso de desavenidas. El efecto negativo obliga al tribunal estatal en la
hipótesis que una de las partes que haya pactado el arbitraje recurriera a él, a remitir a las partes al arbitraje
declarándose incompetente.
Acuerdo de elección de foro. En materia patrimonial e internacional, las partes están facultadas para prorrogar
jurisdicción en jueces o árbitros fuera de la República, excepto que los jueces argentinos tengan jurisdicción
exclusiva o que la prórroga estuviese prohibida por ley.
Prórroga expresa o tácita. La prórroga de jurisdicción es operativa si surge de convenio escrito mediante el cual
los interesados manifiestan su decisión de someterse a la competencia del juez o árbitro ante quien acude. Se
admite también todo medio de comunicación que permita establecer la prueba por un texto. Asimismo opera la
prórroga, para el actor, por el hecho de entablar la demanda y, con respecto al demandado, cuando la conteste,
deje de hacerlo u oponga excepciones previas sin articular la declinatoria.
Fuente convencional
Universal: UNCITRAL o CNUDMI se encuentra abocada a lograr una actualización de las definiciones
contenidas en las convenciones internacionales y se ha pensado que ello habrá de canalizarse a través de un
acuerdo interpretativo que en forma simplificada precise, complete términos tales como documento, firma,
escrito que aparecen en los instrumentos internacionales en vigor para adaptarlos a los requerimientos de los
tiempos actuales.
Regional: CIDIPI 1975 (ley 24.322) en su ART. I establece que es válido el acuerdo de las partes en virtud del
cual se obligan a someter a decisión arbitral las diferencias que pudiesen surgir o que hayan surgido entre ellas
con relación a un negocio de carácter mercantil. El acuerdo respectivo constara en el escrito fundado por las
partes o en el canje de cartas, telegramas o comunicación por télex”.
Institucional
MERCOSUR de 1998 (ley 25.223) dispone en el ART.: I la convención arbitral deberá constar por escrito...
las comunicaciones realizadas por telefax, correo electrónico o medio equivalente, deberán ser confirmadas por
documento original”.
A su turno en el numeral 5 se establece que si no hubieren cumplido los requisitos de validez formal exigidos
por el derecho del lugar de celebración, la convención arbitral se considerara valida si cumpliere con los
requisitos formales del derecho de alguno de los estados con el cual el contrato base tiene contactos objetivos de
acuerdo a lo establecido.
Autonomía del contrato de arbitraje: Este artículo es un reflejo de lo expresado en las Convenciones y
Reglamentos de los que Argentina es parte, ya que determina un elemento fundamental en todo arbitraje: la
independencia del contrato de arbitraje o cláusula compromisoria del contrato con el que se relaciona. Esto
implica que la ineficacia de este último no obsta a la validez del contrato de arbitraje por lo que son los mismos
árbitros quienes, al conservar su propia competencia, incluso en el caso que se declare la nulidad y podrán
determinar y pronunciarse sobre los derechos, pretensiones de las partes.
-Esta situación se plantea siempre que la sentencia extranjera sea susceptible de ser reconocida en el Estado
argentino, porque de lo contrario el de mandante podría tener interés en iniciar ambos juicios simultánea o
sucesivamente.
-Esta figura procesal se ubica en el primer sector constitutivo del contenido del DIPr, es decir en la etapa de la
determinación de la competencia judicial civil internacional y, más concretamente, en la parte de los problemas
aplicativos de este primer sector.
-El motivo se desprende de considerar que el instituto no solo protege intereses legítimos de las partes, sino que
es también un elemento inexcusable dentro del sistema de nuestra jurisdicción internacional.
Entre las funciones derivadas que se le asignan está la de evitar cargas procesales innecesarias provenientes de
comportamientos procesales fraudulentos que pueden aparecer con la duplicidad de procesos y que, en
consecuencia, traen doble esfuerzo procesal.
El origen se encuentra en la existencia de normas competenciales que prevén en sus contenidos foros
alternativos o sucesivos.
La existencia de una multiplicidad de foros potencialmente competentes que obran de conexión entre las normas
de jurisdicción internacional, sean de la fuente que fueren, multiplica las posibilidades de la litis pendencia.
Una vez que el proceso nacional ha sido suspendido por existir un juicio pendiente en el extranjero, solo será
reanudado si se presenta alguna de las siguientes situaciones:
a) que el juez extranjero decline su competencia judicial internacional;
b) que por alguna razón termine o se extinga el proceso extranjero sin que haya llegado a dictarse un
pronunciamiento sobre el fondo del asunto, o
c) que la sentencia dictada por el tribunal extranjero no sea pasible de reconocimiento en nuestro país. En
cualquiera de dichas hipó-tesis, el proceso nacional debe continuar para garantizar la tutela judicial efectiva de
los derechos del actor.
Al igual que sucedía con muchos institutos del DIPr, la litispendencia internacional no estaba regulada por la
dimensión autónoma en el Derecho argentino. Su inclusión en el nuevo Código, además de contribuir a la
determinación de la jurisdicción internacional, garantiza la economía procesal y evita el dictado de sentencias
contradictorias.
Conexidad internacional
En aquellos casos en que exista identidad de objeto y de causa pero no identidad de partes no existe
litispendencia, por ello, el demandado no puede presentar una excepción procesal por litispendencia. En este
caso hay que aplicar la conexidad.
Por ejemplo, si una empresa contrata con varias empresas la ejecución de una obra y finalmente estas incumplen
lo acordado, aquella puede interponer demanda a todas juntas o bien a cada una de ellas por separado. Existe
identidad de objeto y de causa pero no de partes; no hay litispendencia. Los demandados pueden solicitar que
conozca un único tribunal por existir conexidad.
El problema de la calificación es determinar el ordenamiento jurídico que nos dará la definición de los términos
usados en la norma indirecta, y que persona será la encargada o competente de elegir el significado de una
expresión multívoca.
Toda norma indirecta será definida por el ordenamiento del que forma parte, ya sea por la convención el DIPr
nacional; pero el verdadero problema consiste en saber a qué ordenamiento normativo acudiremos como último
refugio, ya que será el definido de las términos empleados en la norma indirecta.-
La “Calificación” es definir los términos establecidos en la norma. Por ejemplo, definir ¿qué es matrimonio?,
para nosotros en Argentina, es un acto jurídico por el cual dos personas independientemente del sexo se unen;
pero en Paraguay es diferente, ya que ellos no aceptan al matrimonio igualitario, atento a esto contra su Orden
Público, es considerado una deshonra.-
Otra situación se presenta por ejemplo, con el matrimonio a distancia (art. 2623) donde en nuestro país esto está
regulado, mientras que en otros, como en Canadá, esto no está permitido. En Argentina por ejemplo, el lugar del
casamiento es el lugar donde se presta el consentimiento, ¿qué ordenamiento jurídico aplicamos? Bueno... de
esto se trata el problema de las calificaciones, quien define qué derecho aplicamos. Es en el Caso “La viuda de
Maltesa” con el que se sienta jurisprudencia para iniciar este tipo de planteos.
La doctrina nos provee de tres Teorías que intentan resolver el problema de las Calificaciones.
Técnicas posibles de solución: a) Teoría de la "lex civilis fori"; b) Teoría de la "lex civilis causae"; c) Teorías
eclécticas; d) soluciones autárquicas.
a.- Teoría Lex Fori (ley del fuero – ley del juez). Esta teoría sostiene que hay que aplicar la Ley del Juez, este
resuelve el caso que se le presenta con su ordenamiento jurídico, el juez resuelve con su código. Hay que tener
en cuenta que no es lo mismo el derecho definidor, que el derecho regulador. Goldschmidt lo ejemplifica
diciendo, que cuando el profesor se despide de los alumnos y le dice “que tengan un buen fin de semana
alumnos”, para este es un buen fin de semana es leer un libro, mientras que para los alumnos, puede ser ir a
bailar, salir a practicar algún deporte. El problema en otro ejemplo, se presenta de la siguiente manera en Grecia
el matrimonio religioso es válido, en nuestro país no lo es, por ende es inaceptable ese matrimonio en nuestro
derecho, este es el problema de eta Teoría de la Lex Fori, el juez no podrá aplicar el derecho argentino a una
figura inexistente (se aplica cuando no está determinado el punto de conexión).
Crítica: este divorcio entre dos ambos derechos, es contradictorio; es abusiva, y niega al derecho extranjero,
porque el juez de la causa puede ser cualquiera, siempre que sea un juez internacional, debe aplicar el derecho
correspondiente, si no lo hace se coarta el derecho extranjero, y se niega la posibilidad de aplicarlo. El juez
competente no tiene por qué aplicar solo su derecho, sino que puede aplicar otras.
b.- Teoría Lex Civile Causae (Ley Civil que sirve de Causa): la idea de esta teoría es fusionar el derecho
definidor con el derecho reglamentario. A este efecto la doctrina distingue entre la definición de los puntos de
conexión y la de los términos contenidos en el tipo legal.
La definición de los Puntos de Conexión incumbe al derecho civil del juez (L. Fori) pero una vez determinado
gracias a los puntos de conexión, el derecho aplicable al problema, o sea la “Causa” de la norma, éste no sólo lo
reglamenta sino que previamente también lo define. Es decir que se usa únicamente el derecho del juez para dar
el punto de conexión que lo llevará a encontrar el derecho aplicable, el que va a dar la definición y la
reglamentación.
Crítica: es incompleta, porque no aclara cómo se hará la primera calificación, y si no podemos determinar
previamente la lex fori aplicable la teoría no es viable.
En vista de diferentes grupos de casos: Se refiere a grupos tomando en cuenta: la clasificación de las normas
indirectas en atención al tipo legal, la clasificación en cuanto a los efectos jurídicos y las condiciones para que
se produzcan. Se clasifican con arreglo a la lex civilis fori y tanto los efectos como condiciones (en forma
conjunta), en virtud de la lex civilis causae.
Critica: Desintegra el problema unitario.
c.- Teoría Autárquica: Sostiene que hay que aplicar a cada Punto de Conexión, un derecho diferente. En
atención a su autonomía esta ciencia reclama principios propios. Proclama la necesidad de que las normas
indirectas tengan sus propias definiciones. La terminología del DIP no puede depender del D Civil, ni Procesal,
ni de la teoría general del derecho. Cabe aclarar que esta teoría dogmática es de tendencia empírica, tendencia
apriorística.
Críticas: dice Goldschmidth que en vez de brindar soluciones es un mero método. No aclaran si la comparación
debe fundarse en todos los derechos del mundo o solo en los afectados al litigio.
Drezyn de Klor sostiene que, es posible encontrar que en un caso jusprivatista internacional existan diversos
aspectos conectados entre sí. Cuando uno de esos aspectos es lógicamente condición del otro, al primero se lo
denomina cuestión previa.
Dicho en otros términos, puede suceder que en una determinada hipótesis jurídica una de las condiciones
predicadas por la norma involucre otra relación legal distinta. También puede presentarse que la existencia de
una cierta relación de Derecho Privado evite la creación válida de otra relación legal. Estas son situaciones en
las que la relación legal que condiciona la producción del efecto jurídico previsto por la norma, es conocida
como cuestión previa o preliminar. Por ejemplo, para decidir sobre la vocación sucesoria del cónyuge supérstite,
la validez del matrimonio con el causante es lógicamente una cuestión previa. En los litigios sucesorios se
presenta con frecuencia la necesidad de regular cuestiones previas, pues antes de adjudicar la herencia debe
resolverse como cuestión preliminar cuál es la ley aplicable al matrimonio del causante, a la filiación adoptiva,
biológica o por fertilización humana asistida. Esto se entiende pues solo heredará el cónyuge supérstite si el
matrimonio fue válido, y heredará el hijo si quien alega serlo efectivamente lo es.
3. Alternativas de solución.
Hay básicamente dos soluciones que dan respuesta a la pregunta generada en virtud de la cuestión previa. ¿Cuál
es el Derecho que se aplica para regularla? Las teorías desarrolladas son: la teoría de la equivalencia y la teoría
de la jerarquización.
Teoría de la equivalencia: A través de esta teoría se considera que ambas cuestiones están en pie de igualdad;
solo se diferencian por una cuestión terminológica. No se reconoce jerarquía entre ellas, por lo que deben ser
resueltas de manera independiente. De esta premisa se desprende que para la cuestión previa, el juez consulta las
normas del DIPr del foro que determinan el Derecho nacional que resulta aplicable. Y, obviamente, procede así
con relación a la cuestión principal. Por lo tanto, el resultado es que ambos aspectos de la relación jurídica
pueden resultar regulados por el mismo o diferente Derecho, de acuerdo a las normas indirectas que rijan cada
supuesto. A modo de ejemplo, tomando la hipótesis de la validez del matrimonio como condición de la
sucesión, la cuestión principal es la sucesión, en tanto que la cuestión previa es la validez del matrimonio. Con
relación a la cuestión principal, según el Derecho argentino la sucesión se rige por el Derecho del domicilio del
causante al tiempo del fallecimiento (art. 2644). Por su parte, el art. 2622 establece que la validez del
matrimonio se regula de acuerdo a la ley del lugar de celebración. Como resultado de la aplicación de la teoría
de la equivalencia, las normas que regulan la cuestión previa y la cuestión principal tienen diferentes puntos de
conexión, los que pueden no localizarse en el mismo Estado.
Teoría de la jerarquización: A diferencia de la anterior, esta teoría asume como punto de partida que ambas
cuestiones están vinculadas, por lo que no pueden ser resueltas de manera independiente. La teoría de la
jerarquización se divide en dos vertientes que postulan diferentes criterios para encontrar la solución:
a) Teoría de la jerarquización con imperio del Derecho Privado: Esta corriente teórica resuelve la cuestión
principal consultando el DIPr del foro, el cual determina el Derecho que resulta aplicable. Dada la estrecha
vinculación con la cuestión previa, a esta última corresponde aplicarle el mismo Derecho material que rige la
cuestión principal, que es aquel que señala el punto de conexión de la norma indirecta.
b) Teoría de la jerarquización con imperio del Derecho Internacional Privado: Esta postura entiende que si
bien entre ambas cuestiones existe vinculación, esta no es tan estrecha como considera el otro enfoque. Por lo
tanto, la cuestión principal debe resolverse consultando las normas de conflicto del foro, las cuales determinan
el Derecho aplicable. En tanto que para resolver la cuestión previa hay que consultar las normas indirectas del
Estado cuyo Derecho resulta aplicable a la cuestión principal.
Dartín señala en su doctrina que habrá conflicto móvil cuando por el cambio de un elemento de conexión, esto
es, nacionalidad, domicilio o situación de un bien mueble, es sometida sucesivamente a dos sistemas jurídicos
diferentes. Por ejemplo: una mujer suiza contrae matrimonio con un colombiano en España, y fijan su domicilio
en Holanda.
Según la terminología introducida por Dartin hay conflicto móvil cuando por el cambio de un elemento de la
conexión domicilio, nacionalidad situación del bien mueble una situación dada es sucesivamente sometida a
dos sistemas jurídicos diferentes. El problema del conflicto móvil presupone que la regla de conflicto admite la
movilidad del factor de conexión decidiendo, por ejemplo, que la capacidad se rige por la ley del domicilio.
Pero existen ciertas reglas de conflicto que fijan el factor de conexión en un momento del tiempo: "El régimen
patrimonial del matrimonio y las relaciones de los cónyuges respecto a los bienes se rigen por la ley del primer
domicilio conyugal. El cambio de domicilio no altera la competencia para regir las relaciones de los cónyuges
en cuanto a los bienes adquiridos antes o después del cambio.
Aquí se está frente a cuatro legislaciones, la de los cónyuges respectivamente, la del país donde se ha
celebrado el matrimonio y la del domicilio que ha elegido.
En palabras de Goldschmidt, los puntos de conexión requieren, para su completa precisión, una determinación
temporal. El problema de la determinación temporal es denominado a veces “problemas del cambio de
estatuto”. Cada punto de conexión debe tener en cuenta el momento crítico de la controversia. Otro de los
problemas suscitados por los puntos de conexión consiste en encontrar el Derecho competente para
proporcionar sus definiciones (calificaciones).
Se puede sostener que cada punto de conexión debe tener en cuenta el momento “crítico” de la controversia;
pero a fin de saber cuál es este momento, hay que examinar los diversos géneros de supuestos. Y aún así puede
haber numerosas dudas.
Con respecto a un patrimonio, el cambio de estatuto puede ser o no ser tenido en consideración: en el primer
supuesto, se habla de su mutabilidad; en el segundo, de su inmutabilidad. Con respecto al patrimonio
matrimonial de muebles, comulga, por ejemplo la Ley matrimonial con el principio de la mutabilidad, mientras
que los Tratados de Derecho Civil Internacional proclaman el principio de la inmutabilidad con miras a la
totalidad del patrimonio matrimonial mueble e inmueble. Nuestra jurisprudencia no se ha ocupado, al parecer,
del punto de cambio de los estatutos.
Solución en los Tratados Código Bustamante de 1928. El Tratado de La Habana, en su Título Preliminar
referido a las reglas generales, trata la temática de los derechos adquiridos en el artículo 8° de Los derechos
adquiridos al amparo de las reglas de este Código tienen plena eficacia extraterritorial en los Estados
contratantes, salvo que se opusiera a alguno de sus efectos o consecuencias una regla de orden público
Internacional. En lo que respecta al cambio de estatuto, puede inferirse como regla general que al ocurrir un
cambio de estatuto los hechos consumados con anterioridad se regirán por el derecho que le era aplicable hasta
el momento del cambio; mientras que los hechos futuros quedaran sometidos, el nuevo estatuto. Así por un lado,
Bustamante consideraba que la posición jurídica del propietario era un derecho adquirido que no se modificaba
por el paso a distinto territorio: y por otro lado el Código Bustamante contiene diversas normas que sujetan los
bienes a partir de un cambio de situación al nuevo derecho local.
2. El fraude a la ley.
Las características positivas del tipo legal de la norma indirecta: la causa y los hechos subyacentes de los puntos
de conexión, desencadenan la realización de la consecuencia jurídica, siempre que no haya fraude a la ley. El
fraude recae sobre la segunda característica positiva del tipo legal: los hechos subyacentes a los puntos de
conexión y consiste en su “manipuleo fraudulento”, en el intento de los interesados de vivir en un país con la
legislación de otro, lo cual les permite lo que aquel les prohíbe.
Fraude a la ley: Puede ser definido como la alteración maliciosa y voluntaria del punto de conexión
establecido por la norma de conflicto, con el fin de evadir el derecho coactivo aplicable al caso. Si se
determina la existencia de fraude, la sanción que corresponde es la no aplicación del derecho seleccionado
maliciosamente, esto es en virtud de la manipulación realizada, y debe restablecerse la vigencia del derecho
evadido.
El fraude opera sobre todo con respecto a los actos jurídicos, puesto que es evidente que, si bien el legislador
asocia al acto jurídico una consecuencia sin tener en cuenta la voluntad de los protagonistas, como su voluntad
interviene, esta puede organizar los hechos de modo tal que se desencadene la consecuencia deseada. Por
ejemplo, el fraude consistiría en que las partes, previamente a la celebración, se buscaran el país cuya
legislación les convendría, para luego celebrar el contrato en ese país y obtener mediante esa maniobra su
aplicación.
Otro ejemplo de manipuleo frecuente es el domicilio. La maniobra fraudulenta consiste en que por ejemplo, la
persona previamente se informa sobre el derecho que más le place que se aplique a su sucesión, y que luego allí
establezca su domicilio hasta el día de su muerte.
El fraude consiste en el intento de las partes de convertir la relación de causa y efecto en una relación de medio
y fin: los fraudulentos a fin de obtener una legislación divorcista emplean como medio celebrar el matrimonio
en un país que tenga tal tipo de legislación. Se puede sostener que el fraude a la ley aplicable consiste en que los
protagonistas transforman en la norma indirecta los puntos de conexión que el legislador no concibió como
negocio jurídico, en negocio jurídico.
Distintos tipos de fraude a la ley: los fraudes a la ley se pueden clasificar según la relación temporal entre la
maniobra fraudulenta y su propósito:
a) El fraude retrospectivo se comete para eludir las consecuencias de un acto que se realizó en el pasado con
total sinceridad.
b) El fraude simultáneo falsea los hechos ya al llevarlos a cabo, a fin de esquivar consecuencias inmediatas del
acto perpetrado con sinceridad.
c) El fraude a la expectativa manipula los hechos, no porque le acto sincero por el momento produciría
consecuencias inmediatas que desea descartar, sino porque teme que en lo porvenir puedan darse tales secuelas
que, por ello, previsora y eventualmente, resuelve apartar.
Es importante señalar que no todas las normas de conflicto son aptas para el juego del fraude. Este funciona
únicamente en los casos en que el punto de conexión es plausible de modificarse, no siendo posible
tampoco en relación a aquellas en que atendiendo al juego de la autonomía de la voluntad se permite a las partes
la elección de la ley aplicable, sobre todo en materia de contratación internacional.
Los efectos del fraude legal se relacionan con su sanción, que consiste en tener por no efectuada la maniobra y
así aplicar el Derecho que se pretendió evadir, negando todas las consecuencias derivadas de la elección
fraudulenta. El país cuyo Derecho ha sido evadido, aplicará la sanción por tal conducta maliciosa. Los efectos
que se producen en el país a cuyo Derecho se acoge el fraudulento, difieren en la medida que se considere la
excepción como un concepto autónomo o como una especie dentro del orden público. En el primer supuesto, los
Estados tienen que reconocer la noción dado que es su propia ley la que se invoca; en el caso que se incluya el
problema en el orden público, indudablemente no podrán quebrantar su propia concepción desconociéndose así
la eficacia del fraude.
Con respecto a los terceros países, los efectos dependen del fundamento y el fin que se le asigne a este instituto.
Si le reconocen autonomía, deben sancionarlo y aplicar la ley imperativa eludida. Antes bien, si asimilan el
problema del fraude a la ley con el orden público, los terceros países procurarán restablecer el imperio de la ley
violada que armonice con la propia noción del orden público.
REENVÍO. Concepto: Es cuando un País debe aplicar una Ley Extranjera, teniendo en cuenta las remisiones
que hacen sus normas a la Ley de ese país.
El reenvío normal es el internacional, porque también hay reenvío interno, donde primero se caracteriza por
referirse al DIPr de un país al DIPr de otro.-
El “Reenvío”, consiste en saber si la Norma Indirecta nos dice que debemos aplicar:
- el DIPr Extranjero y su derecho interno, o
- solamente su Derecho Interno.
Entonces, el reenvío nos mandará a aplicar el Derecho Privado Extranjero solamente, o todo su
derecho.
A. Distintos ordenamientos legales con normas de DIPr. Las normas de DI Pr son la porción del
ordenamiento legal de un Estado que contempla la internacionalidad de las situaciones jusprivatistas
internacionales, ya sea brindando una solución directa o remitiendo al Derecho que finalmente resolverá
la cuestión. Por lo tanto, el reenvío es posible siempre que existan diferentes ordenamientos legales con
normas de Derecho Internacional Privado indirectas, de modo tal que pueda efectuarse la remisión
normativa de uno a otro.
B. Diferentes puntos de conexión. Asimismo, para que sea aplicable el instituto del reenvío es también
necesario que los diversos sistemas nacionales de DIPr contemplen diferentes puntos de conexión para
las mismas materias. Por ejemplo, para el caso del Derecho aplicable a la sucesión por causa de muerte
Argentina consagra el último domicilio del causante, lo cual puede remitir al ordenamiento legal de otro
Estado. Si ese país, a su vez, contempla cualquier otro punto de conexión diferente (ejemplo:
nacionalidad del causante), puede dar lugar al reenvío hacia un tercer país, y así sucesivamente.
C. Teoría de la referencia máxima. Cuando la norma de conflicto remite a un sistema legal foráneo, surge
el interrogante sobre qué cantidad de aquel ordenamiento extranjero resulta aplicable.
Respecto de este último, debemos reseñar las respuestas que intentaron dar al problema del Reenvío,
desarrollándose tres posiciones doctrinarias.
Teoría de la Referencia media: el DIPr del juez indica como aplicable en primer lugar el DIPr extranjero y el
de sus normas de exportación (son las que indican como aplicable el propio derecho civil del juez)
Si por el contrario, el DIPr Extranjero indica aplicable el DIPr propio, lo abandonamos y buscamos en nuestro
propio DIPr un punto de conexión que nos resulte afortunado.-
Teoría de la Referencia máxima: en este impuesto se sostiene que se aplica todo el DIPr Extranjero,
tanto sus normas de importación, como de exportación.-
Es decir que el DIPr del juez indica como aplicable el DIPr Extranjero y luego el derecho que aquel indique.-
Nuestro CCyC en su ART. 2596, recepta la TEORIA DE LA REFERENCIA MAXIMA.-
2596.-“Reenvío. Cuando un derecho extranjero resulta aplicable a una relación jurídica también es aplicable
el derecho internacional privado de ese país.
Si el derecho extranjero aplicable reenvía al derecho argentino resultan aplicables las normas del derecho
interno argentino.
Cuando, en una relación jurídica, las partes eligen el derecho de un determinado país, se entiende elegido el
derecho interno de ese Estado, excepto referencia expresa en contrario.”
Hay que tener en cuenta que en el Reenvío, se manda la aplicación de un Derecho de otro país, no se manda el
caso al otro país para que sea resuelto, traigo el derecho extranjero para aplicarlo acá.
Estamos ante un juego normativo, donde el juez aplica el derecho extranjero.-
El Reenvío tiene un límite, y está dado por la Autonomía de la Voluntad de las Partes.-
Tenemos diferentes grados de reenvío: Reenvío de Retorno y de Primero y Segundo o Ulterior Grado.-
Arts. 2595 inc. c) y 2597: Método Sintético – Judicial. Excepción:
Artículo 2595 inc. c: método sintético judicial: amortización del derecho
Artículo 2597: cláusula de excepción para el juez
1. Aceptación en sentido estricto: es cuando el DIPr extranjero por contener una norma indirecta de
exportación, declare aplicable su propio DIPr.
Ej: El juez Argentino, resuelve sobre la sucesión de un español muerto con ultimo domicilio en Madrid;
2. Reenvío lisa y llanamente de Primer grado: el DIPr extranjero declare aplicable el Dcho Civil del Juez
Argentino (devolución) Ejemplo:
Un Juez argentino resuelve la “Sucesión” de un muerto argentino domiciliado en Roma (Italia)
DIPr argentino: la sucesión se rige por la ley del domicilio del causante. Se envía. El DIPr Italiano quien aplica
la “nacionalidad del causante”, por lo que reenvía nuevamente al Derecho Civil Argentino.-
3. Reenvío de segundo grado: el DIPr extranjero declara aplicable un 3er derecho civil (envío)
Ej: juez Argentina Resuelve sobre la herencia de un alemán muerto con último domicilio en Madrid, (DIPr.
Argentina, DIPr Español, Derecho Civil Alemán) ya que el DIPr alemán a imagen y semejanza del español,
somete igualmente la sucesión al derecho nacional del causante.-
4.- Reenvío doble: este supuesto no contiene un nuevo género de casos, es igual al segundo caso lo que si
destaca es una nueva solución de él: El DIPr extranjero declare aplicable el DIPr Argentina, y este al tocarle el
turno por segunda vez, indica como aplicable el Derecho Civil Extranjero, al que la primera vez no lo utilizo
porque lo bloqueaba el DIPr Extranjero (DIPr Argentina; DIPr Español, DIPr Argentina, Derecho Civil
Español).-
a. Derecho extranjero como un hecho: significaba que iba a ser aplicado solamente cuando fuese invocado,
alegado y probado por las partes.
Siempre que las partes lo establezcan y la probaran, se aplicaba.
Derecho Extranjero se consideraba como un “hecho” en el derecho extranjero se requería que las partes
demuestren la forma la celebración y el derecho por el cual rigieron para que éste se aplique.-
Art. 13 del CC: "La aplicación de las leyes extranjeras en los casos en que este código autoriza, nunca tendrá
lugar sino a solicitud de parte interesada, a cuyo cargo será la prueba de la existencia de dichas leyes.
Exceptúense las leyes extranjeras que se hicieren obligatorias en la República por Convenciones diplomáticas o
en virtud de ley especial".
(...) el juez debía ir más allá y aplicar el derecho extranjero, conociéndolo o no, debía aplicarlo; para ello el DIPr
remite al derecho que va a resolver el conflicto.-
Esta es la concepción que sigue hoy nuestro Nuevo CCyC.- El nuevo CCyC nos dice que hay que ir a otros
principios generales del derecho extranjero para resolver el caso, y si no llegamos, debemos recién, recurrir a
nuestro derecho interno.
Antes, siempre y cuando lo solicitaban y probaban se aplicaba el derecho extranjero, porque se lo consideraba
como un hecho, y por ende, como se dijo, solo se aplicaba si las partes o invocaban y lo aprobaban.
Medios de Prueba:
En cuanto a los medios de prueba, que se pueden utilizar para probar el derecho extranjero, puede utilizarse
cualquier medio, entre otros:
1. Jurisprudencia.
2. Opiniones doctrinales.
3. Opiniones de embajadores.
4. Opiniones de Cónsules.
5. Opiniones de Ministro de Relaciones Interiores.-
Algunos tribunales sostuvieron que las opiniones de los Cónsules, vertidas en un caso sobre matrimonio, no
eran válidas, ya que no se había transcripto la Legislación, y solo contaba con la opinión del Cónsul, siendo que
antes, como hoy, había libertad probatoria.
Entro caso, sobre un testamento, se había rechazado la opinión de un Cónsul, porque no había sido transcripto la
norma donde trataba el testamento.
c) el Derecho extranjero como "hecho notorio": teoría del uso jurídico. Características.
Hoy se aplica la “teoría del uso jurídico”, donde se establece que le juez debe respetar el derecho extranjero, y
debe llegar a una solución más justa, en el caso en que deba dirimir.
El nuevo CCyC, obliga al juez de imitar lo que haría el juez extranjero a la hora de resolver un similar caso en
su país, debe imitarlo de la mejor manera, como lo hubiera hecho el juez extranjero.
El juez tiene la obligación de aplicar el derecho extranjero “de oficio”, establece su contenido y lo interpreta
como lo haría el juez extranjero a la hora de resolver el caso. Tiene la “obligación”, de aplicar el derecho
extranjero de oficio.
Este inciso, toma la Teoría del uso jurídico, el juez debe conocer el derecho extranjero, debe leer el derecho de
otro país, no se puede escudar en que no lo conoce; no es necesario que lo sepa, pero es fácil que lo sepa hoy en
día.
Es la vía clásica para excluir la aplicación del derecho extranjero al proceso, cuando el derecho foráneo sea
incompatible con los principios y valores fundamentales de la comunidad y del estado.
Para habilitar su funcionamiento la ley extranjera debe contrariar de modo grave el derecho del juez y así
justificar la inaplicabilidad del derecho designado por la regla de conflicto. Es un remedio de carácter
excepcional. Tiene efectos negativo y positivo, el primero produce la inaplicabilidad de la ley extranjera
mientras que el segundo produce la aplicabilidad del derecho nacional.
Articulo 2600 CCCN “Las disposiciones de derecho extranjero aplicables deben ser excluidas cuando
conducen a soluciones incompatibles con los principios fundamentales de orden público que inspiran el
ordenamiento jurídico argentino.”
La norma no establece una solución legal, sin embargo, en virtud que el CCCN prioriza soluciones respetando la
internacionalidad del caso, debe darse una solución prescindiendo del derecho nacional y aplicar otra regla
próxima del derecho aplicable u otra fuente en un tratado internacional que ordene la materia en cuestión,
dejándose acudir como última solución al derecho nacional.
Tratados de Montevideo: “las leyes de los demás estados, jamás serán aplicadas contra las instituciones
políticas, las leyes de orden público o las buenas costumbres del lugar del proceso.
Al Orden Público se lo puede considerar como un (Naturaleza jurídica del orden público)
1. Conjunto Disposiciones: considera al orden público como de aplicación apriorística, es decir, a priori.
Primero debe aplicarse nuestro Derecho Interno, nuestros principios orientadores, luego el Derecho Extranjero.
Nos dice que solo va a importar el derecho Propio de nuestro Estado, todo se soluciona a través de las normas
del Derecho Propio. Para esta teoría no debería existir el Derecho Extranjero. Goldschmidt nos da un excelente
ejemplo sobre ello: según la leyenda el profeta Omar cuando ordenó incendiar la biblioteca de Alejandría, sus
generales le pidieron una explicación de su orden, Omar contestó: “una de dos: ¿O los libros coinciden con el
Corán, entonces sobran; o ellos discrepan con el Corán, entonces son nocivos?”.
En resumen, aplicamos a priori, siempre aplicamos el Derecho Propio, diga lo que diga el Derecho Extranjero,
no hay casi posibilidades que se aplique el Derecho Extranjero.
2. Conjunto de Principios, Considera al Orden Público de aplicación a posteriori. Ve al orden público como el
conjunto de principios fundamentales y no de disposiciones; se analiza y se aplica, luego se ve si es contrario al
Orden Público.
Esta posición se da a través de un binomio, que son los principios y las disposiciones. Se cala más hondo,
tratando de entender los principios que inspiraron a esas normas; sosteniendo como se dijo, una aplicación a
posteriori.
Podemos explicar mejor de la siguiente manera: primero, vemos que derecho debemos aplicar por medio del
Derecho Internacional Privado; segundo, ver cómo soluciona el caso del Derecho Extranjero; y tercero, a
posteriori vamos a estudiarlo y tratar de compatibilizarlo con nuestro propio derecho. Si no compatibiliza con
nuestro derecho, recién lo desechamos.
El orden público marca la excepción de la aplicación del Derecho Extranjero, porque afecta nuestro Orden
Público, no compatibiliza con él. Lo que inspira a la norma de Orden Público es el espíritu de la Legislación, de
los principios es en lo que se inspiran las disposiciones, y de estas disposiciones de Orden Público. El Orden
Público no es más que el conjunto de valores sociales y principios fundamentales de todo el Estado. Estos
principios surgen de la Constitución Nacional y de los Tratados de Derechos Humanos que son la base de
nuestra pirámide.
La cláusula de Reserva, opera cuando el Orden Público es entendido como un conjunto de principios y con
aplicación a posteriori. Puede estar en forma:
a. Expresa: es lo que se expresa en la cláusula y se entenderá como un principio aplicable a priori.
b. Tácita: no resuelve si será a posteriori o a priori.
Comulgando con la tesis del orden público como conjunto de principios, el orden público no aparece entre las
características positivas de la consecuencia jurídica de la norma indirecta sino que constituye una excepción,
una característica negativa, el derecho extranjero se aplica con tal de que no conculque nuestros principios, en
este orden de ideas se habla también del orden público como cláusula de reserva (Zitelmman)
De las dos concepciones del orden público la justa es la que lo concibe como un conjunto de principios y por
ello lo aplica a posteriori, en otras palabras la que coloca el orden público “cláusula de reserva” en el lugar de la
característica negativa de la consecuencia jurídica.
ARTÍCULO 2600 del Nuevo Código Civil y Comercial. Orden Público: “las disposiciones de derecho
extranjero aplicables deben ser excluidas cuando conducen a soluciones incompatibles con los principios
fundamentales de orden público que inspiran el orden jurídico argentino”.
Hoy tenemos una norma restrictiva en el artículo 2600 del nuevo CCyC, el orden público tiene como finalidad
ser un límite general que va a establecer que cuando una norma extranjera es incompatible no sea aplicada. Es
un remedio legal, que es la excepción a la aplicación del derecho extranjero.
Sin embargo, este instituto no es la única barrera a la aplicación de Derecho extranjero. Codificaciones
modernas prevén reglas diferenciadas concernientes al orden público y a la aplicación de disposiciones
imperativas, así como también una cláusula de excepción a la aplicación del Derecho extranjero en razón de la
conexidad del caso con otro ordenamiento, hecho que se explica en atención a los fundamentos distintos que
sustentan cada hipótesis de no aplicación del Derecho extranjero. En esta línea se enrola el nuevo Código Civil
y Comercial siguiendo la adoptada por el Código de Derecho Internacional Privado belga, la Ley Federal sobre
Derecho Internacional Privado de Suiza y el Código Civil de Quebec, Libro 10.
Ya hemos referido dos normas que se articulan en este sentido. Son: el art. 2597 y el art. 2599. Normas
internacionalmente imperativas. Las normas internacionalmente imperativas o de aplicación inmediata del
Derecho argentino se imponen por sobre el ejercicio de la autonomía de la voluntad y excluyen la aplicación del
Derecho extranjero elegido por las normas de conflicto o por las partes. Cuando resulta aplicable un Derecho
extranjero también son aplicables sus disposiciones internacionalmente imperativas, y cuando intereses
legítimos lo exigen pueden reconocerse los efectos de disposiciones internacionalmente imperativas de terceros
Estados que presentan vínculos estrechos y manifiestamente preponderantes con el caso.
La aplicación de Orden Público produce siempre un efecto doble:
Efectos Negativos (eliminación del derecho extranjero nocivo o violatorios a nuestros principios)
Efectos Positivos (sustituye el derecho extranjero por derecho saludable; cuando la ley local impone
aplicación de la lex fori)
Para Goldschmidt no es correcto hablar de efectos positivos o negativos, puesto que siempre se dan los dos. Lo
que debe analizarse es el resultado, que puede ser positivo o negativo.
Ejemplo, si lo nocivo del derecho extranjero es la reglamentación de una incapacidad y el derecho local lo
sustituye por una capacidad, el efecto es positivo; si lo nocivo es la reglamentación de una capacidad y el
derecho local lo sustituye por una incapacidad el efecto es negativo.
Se clasifican en:
Personales (nacionalidad – domicilio – residencia)
Reales (artículo 10 y 11 del C.C.) hoy 2644, 2663 – 2667
Conductistas en los que encontramos a: la autonomía de la voluntad; Lugar de celebración del contrato; Lugar
de ejecución del contrato; Lugar de perpetración de un acto ilícito.
1. Puntos de Conexión personales. Cuando uno de los protagonistas del caso posee:
a.- Nacionalidad: es el vínculo de pertenencia, es la relación entre una persona y un territorio. Una persona es
nacional de un territorio por haber nacido allí o haber adquirido nacionalidad en la forma que allí se reglamenta.
Mancini introduce el principio de la nacionalidad en el Derecho Privado sosteniendo que cada legislador
confecciona las leyes a imagen y semejanza de sus nacionales, por ende cada individuo debe ser tratado en
cualquier lugar en el que esté, conforme a estas leyes.
El primero en receptar como punto de conexión fue el Código Francés de Napoleón, y más allá de ello, la mayor
parte de los países de Europa Continental adoptan la nacionalidad como en Punto Conexión.
En nuestro derecho, el Código de Comercio utilizó a la nacionalidad como punto de conexión, luego la corriente
cambió al domicilio, gracias a las influencias de Savigny, que fueron seguidas por Vélez Sarsfield cuando
redactó el código civil.
La Nacionalidad es la relación de las personas el Estado y el Territorio, es el vínculo político – jurídico del
Estado y sus súbditos. Cabe aclarar que el concepto varía de acuerdo a los Estados, ya que algunos adoptan a la
nacionalidad desde el nacimiento, por naturalización, por herencia de sangre, o bien, por matrimonio; tal es el
caso de la pareja de chinos que tiene un hijo en Argentina, donde acá se sostiene que toda persona que nace en
Argentina, tiene nacionalidad argentina, en China por la herencia de sangre, se lo considera como un nacional
de China también. Lo que define a la nacionalidad, es el domicilio.
La nacionalidad es anti funcional para el derecho internacional privado, recepta el Derecho Extranjero, lo que no
se podría hacer con la Nacionalidad, ya que no recepta al derecho Extranjero.
Código Civil:
Al elegir el sistema del domicilio Vélez (que se aparta de la corriente dominante y de su propio pensamiento
expresado en el código de Comercio) tuvo en cuenta sin duda la realidad de nuestro país, como país de
inmigración. En este sentido no habría podido implantarse otro sistema en la República, sin comprometer la
existencia misma de la nación.
Lo dicho precedentemente no significa que la nacionalidad sea ignorada en el derecho argentino, aunque como
punto de conexión solo tiene significado excepcional. Por lo tanto en cuanto a las personas jurídicas no la
admite de ninguna manera.
Para que exista se deben tener en cuenta dos requisitos: 1.-residencia efectiva; 2.- animus.
Tipos de Domicilio:
-Domicilio Real: es el asiento principal de su residencia y sus negocios.
-Domicilio Legal: el lugar donde la ley presume que la persona reside para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones.
-Domicilio especial: es el elegido por las partes en los contratos para la ejecución de sus obligaciones.
Artículo 2613.- Domicilio y residencia habitual de la persona humana. A los fines del derecho internacional
privado la persona humana tiene:
a.- su domicilio, en el Estado en que reside con la intención de establecerse en él.
b.- su residencia habitual, en el Estado en que vive y establece vínculos durables por un tiempo prolongado. La
persona humana no puede tener varios domicilios al mismo tiempo. En caso de no tener domicilio conocido, se
considera que la tiene donde está su residencia habitual o en su defecto, su simple residencia. Artículo 2614.-
Domicilio de las personas menores de edad.- El domicilio de las personas menores de edad se encuentra en el
país del domicilio de quienes ejercen la responsabilidad parental; si el ejercicio es plural y sus titulares se
domicilian en estados diferentes, las personas menores de edad se consideran domiciliadas donde tienen su
residencia habitual.
Sin perjuicio de lo dispuesto por convenciones internacionales, los niños, niñas y adolescentes que han sido
sustraídos o retenidos ilícitamente no adquieren domicilio en el lugar donde permanezcan sustraídos, fuesen
trasladados o retenidos ilícitamente.
Artículo 2615.- Domicilio de otras personas incapaces.- el domicilio de las personas sujetas a curatela u otro
instituto equivalente de protección es el lugar de su residencia habitual.
Artículo 77.- Cambio de domicilio.- El domicilio puede cambiarse de un lugar a otro. Esta facultad no puede ser
coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad. El cambio de domicilio se verifica
instantáneamente por el hecho de trasladar la residencia de un lugar a otro con ánimo de permanecer en ella.
Artículo 2616.- capacidad.- la capacidad de la persona humana se rige por el derecho de su domicilio. Domicilio
Diplomático: los funcionarios del servicio exterior y que desempeñan funciones en el exterior conservan su
domicilio legal en la República.
País al que una persona presta su servicio: se suele decir que en este supuesto se aplica la ley fori (ley del juez).
En realidad la lex fori no es la ley del país en el cual la autoridad actúa, sino que es la ley del país al que la
autoridad consagra sus servicios
c.- Residencia. Es el lugar en el cual vive una persona. Es el punto de conexión subsidiario del domicilio. Tanto
el domicilio como la residencia establecen una relación entre una persona y un lugar, pero se diferencia por la
habitualidad, permanencia, exteriorización (se reputa conocido por tercero) del domicilio. Los tratados de
Derecho Civil Internacional reconocen la residencia como punto de conexión condicional subsidiario. En
defecto de domicilio, se aplica la ley de residencia.
Los tratados de Montevideo desconocen la residencia como punto de conexión principal.
El DIPr usa igualmente la residencia como punto de conexión condicional subsidiario, quien no tenga domicilio
es tratado en virtud de la ley de su residencia (art. 90 inc. 5).
El DIPr interno coincide con los tratados al considerar la residencia un domicilio fingido, pero tampoco en aquel
puede la ficción alterar la realidad, o sea, que en el DIPr a diferencia de los tratados, aparece la residencia como
punto de conexión principal, en efecto los derechos personales entre cónyuges se rige por el derecho de su
residencia Argentina (art. 3 de la ley matrimonial).
T.M.D. Civil de 1889: las condiciones para que la residencia constituya domicilio se rigen por la ley del lugar
de su residencia.
T.M.D. Civil de 1940: en su artículo 5 inc. 4 el domicilio de la persona física se determina en última instancia
por la simple residencia.
El DIP interno también lo utiliza (art. 62 de la Ley 23.515 que habla del domicilio efectivo en cuanto al
matrimonio; en caso de duda, la de última residencia).
El título, por lo tanto, a una propiedad raíz solo puede ser adquirido, transferido o pedido de conformidad con
las leyes de la república”. (Nota: el que quiere adquirir o ejercer un derecho sobre una cosa se somete
voluntariamente al derecho de la localidad, o sea, los derechos reales se juzgan según el derecho del lugar donde
la cosa se encuentra, lex rei sitae, mismo principio que se aplica al estado de las personas, la lex domicilio. Este
principio es la sumisión voluntaria) y sobre muebles de situación permanente. Art. 11 CC: “Los bienes muebles
que tienen situación permanente y que se conserva sin intención de trasportarlos, son regidos por las leyes del
lugar en que están situados, pero los muebles que el propietario lleva siempre consigo o que son de uso
personal, este o no en su domicilio, como también los que se tienen para ser vendidos o trasportados a otro lugar
son regidos por las leyes del domicilio del dueño”.
BIENES INMUEBLES ARTÍCULO 2663 anterior art. 10 derogado: La calidad de bien inmueble se determina
por la ley del lugar de su situación.
El C.C. incluye dos tipos de bienes inmuebles ya que no incorpora los inmuebles por accesión moral. En efecto,
en el art. 225 C.C. establece que “Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas incorporadas a él de una
manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre”. En el art. 226 dispone que “Son
inmuebles por accesión las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con
carácter perdurable. En este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un
derecho separado sin la voluntad del propietario. No se consideran inmuebles por accesión las cosas afectadas a
la explotación del inmueble o a la actividad del propietario.”
Lugar de su situación y derecho real: la norma al fijar la ley del lugar de su situación para calificar el bien
inmueble, también aplica qué derechos pueden constituirse sobre el inmueble, tanto su posesión, dominio y
demás derechos reales. Aquellos que están situados en la República serán definidos por el derecho nacional y
sus titulares podrán invocarlos frente a todos ya que se trata de un poder jurídico que se ejerce directamente
sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular las facultades de persecución y preferencia.
Artículo 2667. Derecho aplicable. Derechos reales sobre inmuebles: Los derechos reales sobre inmuebles se
rigen por la ley del lugar de su situación.
Los contratos hechos en un país extranjero para transferir derechos reales sobre inmuebles situados en la
República, tienen la misma fuerza que los hechos en el territorio del Estado, siempre que consten en
instrumentos públicos y se presenten legalizados.
El derecho real sobre el bien inmueble se constituye según el derecho del lugar de situación que abarca en el
derecho argentino al dominio, condominio, propiedad horizontal, conjuntos inmobiliarios, superficie, usufructo,
uso, habitación, servidumbre y los derechos reales de garantía. También, el lugar de situación del inmueble
determina el contenido, los modos de adquisición, registración, publicidad, alcance y extinción.
La segunda parte de la norma contempla el supuesto de que por medio de un contrato celebrado en el extranjero
se transfieran derechos reales sobre inmuebles situados en la República. En ese caso, impone como forma
obligatoria el instrumento público y que se presente legalizado, quedando por cumplimentar las exigencias que
refieren a la inscripción registral ante el registro de la propiedad inmueble y la tradición para ejercer la posesión.
La capacidad para adquirir los inmuebles se regula por el derecho del domicilio de la persona ya que se trata de
cualidades personales que carecen de aspecto jurídicos reales.
Artículo 2668. Derecho aplicable. Derechos reales sobre bienes registrables: Los derechos reales sobre bienes
registrables se rigen por el derecho del Estado del registro.
El C.C. consagra el derecho aplicable a los bienes registrables al del Estado del registro. Están comprendidos en
esta categoría los automotores, aeronaves, barcos, buques, aerodeslizadores, caballos de carrera, ganado y
bienes muebles sometidos a leasing, entre otros. Esa previsión evita el problema del conflicto móvil, porque
aunque se trata de bienes que son susceptibles de traslado de un país a otro, la radicación petrifica el derecho
aplicable en el Estado del registro.
Anterior artículo 11, actual art. 2669. Derechos reales sobre muebles de situación permanente. Cambio de
situación: Los derechos reales sobre muebles que tienen situación permanente y que se conservan sin intención
de transportarlos, se rigen por el derecho del lugar de situación en el momento de los hechos sobre los que se
plantea la adquisición, modificación, transformación o extinción de tales derechos.
El desplazamiento de estos bienes no influye sobre los derechos que han sido válidamente constituidos bajo el
imperio de la ley anterior.
La disposición emplea el criterio de conexión en el lugar de locación material de los bienes muebles con
situación permanente. Es un concepto fáctico que no presenta dificultad alguna porque al mantener una
situación, no se presenta conflicto móvil con relación a la ley aplicable. Ahora bien, la relación jurídica real una
vez constituida se mantiene aquilatada con el derecho vigente al momento de celebrarse, por lo tanto se
mantiene el criterio de la ley del lugar de situación.
En la parte final se contempla el supuesto de desplazamiento del bien y en virtud de que la conexión jurídica
real es regulada por el derecho donde se encontraba el bien al momento del acto, esa relación se mantiene ante
el traslado. La norma entonces, fija la localización del lugar de situación cuando no se presenta intención de
transportarlos y la conserva pese al desplazamiento.
Artículo 2670. Derechos reales sobre muebles que carecen de situación permanente: Los derechos reales sobre
los muebles que el propietario lleva siempre consigo o los que son de uso personal, esté o no en su domicilio,
como también los que tiene para ser vendidos o transportados a otro lugar, se rigen por el derecho del domicilio
del dueño. Si se controvierte o desconoce la calidad de dueño, se aplica el derecho del lugar de situación.
El primer supuesto de la norma contempla los muebles que el propietario lleva consigo: se trata de elementos
personales que generalmente no representan gran valor económico siendo su característica, precisamente, que
son llevados siempre consigo. El segundo supuesto examina la situación jurídica real de los bienes que están
destinados a ser vendidos o que deberán ser transportados de un lugar a otro. Generalmente esta situación revela
que se trata de bienes que están en tránsito o que ya tienen un destino cierto o eventual de ser trasladados al
extranjero. Ante estos supuestos, el C.C. brinda una solución sencilla, que se rigen por el derecho del domicilio
de su dueño.
Hay dos tipos de Autonomía de la Voluntad: 1.- Autonomía de la voluntad conflictual - posee dos variantes
2.- Autonomía de la Voluntad Material
a. Primer Grado
b. Segundo Grado.
La Autonomía de la Voluntad Conflictual (de elección de la norma), este tipo de autonomía posee dos variantes:
a). Está circunscripta a una Autonomía impropia, porque es indirecta, donde las partes alteran en el buen sentido
de la palabra, en el Punto de Conexión para someterse a un derecho determinado. Por ejemplo, una de las partes
vive en Paraguay y otro de las partes en Argentina y el de Paraguay conviene con el argentino que se celebre el
contrato en Paraguay, donde la legislación es más conveniente para ambos, donde si surge algún problema, es
de aplicación la ley paraguaya. Podemos mencionar otro ejemplo, donde dos argentinos deciden celebrar el
contrato en las Islas Canarias, donde la legislación es más flexible a su favor en el hipotético caso de que surja
algún problema entre ellas, donde aplican esa legislación y no la que le correspondería aplicar, que es la
argentina. Otro supuesto es el de dos personas de Paraguay que deciden celebrar su matrimonio en Argentina,
donde se permita contraer matrimonio entre dos personas del mismo sexo, ya que en su país no está legislado, y
no se acepta.
b). otra de las variantes que presenta, también impropia e indirecta como la anterior, se presenta cuando se pacta
en el contrato la justicia que va a entender, los jueces que van a entender en la causa si surge problema.
Generalmente lo realizan por medio de una cláusula donde las partes “prorrogan al juez” que entenderá en la
causa, en casos de conflicto.
En caso de que surja un problema entre las partes y deba intervenir el juez que estos decidieron, este juez
intervendrá y aplicará el derecho local, su derecho. Entonces, interviene el juez pactado y aplica su Derecho
Privado. El interrogante que se plantea acá es: ¿qué normas aplicará el juez? ¿Directas o indirectas?, si las partes
nada pactaron sobre ello, el juez que interviene en el caso, es quien deberá deducir esto, mediante la
interpretación de si se aplica también su derecho, o si no lo hará.-
a.- Autonomía de la Voluntad de “Primer Grado” o “Universal” (universal, porque no se someten a ninguna
legislación en particular). Es la que utilizan generalmente los Organismos Internacionales, donde las partes no
se quieren someter a ninguna legislación específica y por ende redactan un contrato para que el mismo no se
pueda calificar. El Derecho es el Contrato. En estos contratos las partes convienen la sanción de su
incumplimiento, la pena, las indemnizaciones, entre otras cláusulas, con tal de que no resulte aplicable ninguna
legislación, y se rijan pura y enteramente por lo dispuesto en el contrato, para que no intervenga ningún juez o
árbitro en la cuestión. Igualmente, es obvio, que interviene un juez o un árbitro para hacer operativa al contrato
cuando una de las partes incumple alguna de las cláusulas del contrato.
Estos contratos generalmente se conforman con alrededor de 400 o 500 artículos o cláusulas. El juez que
interviene aplicará estas cláusulas en caso de que surja algún conflicto entre las partes. Los Organismos
internacionales utilizan este tipo de contrato, ya que realizan convenio con varios países, y de esta forma evitan
conflictos con los diferentes derechos.
Siempre que haya una de las partes desfavorecidas, el juez argentino puede intervenir para procurar justicia.
b.- Autonomía de la Voluntad de “Segundo Grado”: Las partes en este caso pueden pactar el derecho aplicable
al caso y el juez que intervendrá en caso de conflicto. Pueden pactar para todo el contrato, o para cada parte del
contrato el derecho aplicable y el que intervendrá en caso de problemas entre las partes. Incluso, las partes
pueden pactar un derecho subsidiario para aplicar para el hipotético caso de que el derecho elegido cambie
sustancialmente. Esto de elegir un derecho subsidiario puede ser importante para los casos como hoy en el
Derecho Argentino, que poseíamos un código, y hoy tenemos ya otro código unificado, y no se sabrá si aplicar
el viejo o el nuevo código, o bien otros problemas convergentes, como el caso de EE.UU. que posee un derecho
civil nacional, y los estados pueden redactar su propio código; o bien España que poseen el Código Español y el
Código de Cataluña; o el caso de Bosnia, que invade Serbia y cambia su legislación, para todos estos problemas
convergentes, es bueno pactar un derecho subsidiario.
Artículo 2649. Formas y solemnidades. “Las formas y solemnidades de los actos jurídicos, su validez o nulidad
y la necesidad de publicidad, se juzgan por las leyes y usos del lugar en que los actos se hubieren celebrado,
realizado u otorgado. Cuando la ley aplicable al fondo de la relación jurídica exija determinada calidad formal,
conforme a ese derecho se debe determinar la equivalencia entre la forma exigida y la forma realizada.
Si los contratantes se encuentran en distintos Estados al tiempo de la celebración, la validez formal del acto se
rige por el derecho del país de donde parte la oferta aceptada o, en su defecto, por el derecho aplicable al fondo
de la relación jurídica”
Por ello los Tratados de Montevideo afirman que la Ley del Lugar en donde los contratos deben cumplirse rige:
su existencia, Su naturaleza, su validez, Su efectos, Sus consecuencias, Su Ejecución. Y todo lo que concierne a
los contratos, bajo cualquier aspecto que sea.-
La Argentina ha adherido a la Convención sobre Procedimiento Civil de 1954 por ley 23.502. Además la
Conferencia adoptó la Convención sobre la Obtención de Pruebas en el Extranjero en materia civil y comercial
el 18 de marzo de 1970 a la que adhirió la Argentina por ley 23-480.
Entonces, como principio general en la materia, cabe consignar que la ley aplicable al proceso, esto es a los
juicios y sus incidencias, es la ley del lugar donde se tramitan; es decir, a los procesos se aplica la lex fori
processum, que es la ley territorial del país donde el proceso se lleva a cabo.
Los problemas de procedimiento internacional son muy variados. Los principios generales determinarán la
solución de las cuestiones más atípicas. Reiteramos que la lexfori ejerce un dominio indiscutible sobre las
cuestiones procesales. Pero nunca estará demás advertir sobre el peligro de calificar como procesal una cuestión
con el fin de secuestrarla para la lexfori.
Según Calvo Caravaca, hay tres razones fundamentales que justifican la utilidad del principio:
1) Que se trata de una regla avalada por la lógica y la razón práctica, en virtud de la cual los tribunales de cada
país aplicarán, como norma general y por mejor conocer, las leyes procesales nacionales para la tramitación de
los litigios;
2) Que favorece la seguridad jurídica y el correcto desempeño de la función jurisdiccional; y
3) Que se adapta al principio de soberanía una de cuyas manifestaciones se concreta en la potestad
jurisdiccional y en las normas que disciplinan su ejercicio.
Se presenta una primera cuestión importante: ¿qué personas pueden estar en juicio en la Argentina? ¿Quiénes
pueden ser parte? En general con relación a las personas humanas su capacidad para acceder a la jurisdicción
argentina se funda en principios generales sobre derechos humanitarios. Pero con relación a los extranjeros su
tratamiento en el proceso argentino ha tenido ciertas particularidades históricas, ciertamente con el fin de
favorecerlos y de reforzar sus garantías de defensa. Consideraremos, en particular, el tratamiento privilegiado
A quien Incumbe la prueba, el Derecho Internacional trata de dilucidar qué ley debe regir la carga por la prueba,
o tratándose de una relación o acto jurídico o un hecho que haya ocurrido en el extranjero.
Es la ley del Juez que conoce del asunto o debe ser la ley que rige la relación jurídica litigiosa. La solución
depende del concepto que se tenga de las pruebas.
La carga de la prueba, en cuanto afecta directamente la solución de fondo para quien triunfa o sucumbe en la
prueba debe regirse por la lex causae. Las reglas de la carga de la prueba afectan el resultado del caso; deben
pues quedar sujetas a la lex causae. Si para la lex causae las reglas sobre la carga de la prueba son procesales
hay que aplicar éstas pues determinarán el resultado de la de- cisión. La lex causae se aplica con sus normas
procesales decisivas del fondo del asunto. Las presunciones también afectan el derecho material controvertido.
Medios de la prueba:
Prueba Instrumental, está sometida a la ley del lugar donde se verificó el hecho o acto que se trate de probar.
Esta prueba es admitida en todas las legislaciones, lo que en cierta forma asegura su validez extraterritorialidad,
pero en su otorgamiento debe cumplirse determinados requisitos en cuanto a la forma de su otorgamiento y en
lo relativo a los elementos de cada Estado.
Prueba Testimonial: Algunos opinan que debe ser sometida a la lex fori, porque interesa a Orden Público,
otros apoyan la idea de que se debe aplicar la ley del contrato o del hecho que se pretende probar Prueba
Juramento: La forma como debe presentarse el juramento se somete a la ley del Juez, pues se trata de una forma
ordenatoria, pero su resultado está sometido a la ley que regula el hecho sobre el cual se jura.
Prueba de Presunciones e Indicios: Son las consecuencias para la ley o el Juez sacan de un hecho conocido
para establecer un desconocido, las presunciones pueden ser legales o judiciales. La presunción legal está
sometida a la ley el lugar en el cual se ha producido el hecho conocido, no existe una ley que con un mayor
rigor jurídico pueda ser aplicada.
Prueba de Confesión: Es cuando una persona reconoce que es cierto u hecho, que produce en su contra
consecuencias jurídicas. La forma como ha de proveerse y evacuarse, corresponde a la lex fori.
La igualdad es uno de los principios que expresan el espíritu del Código, axioma plasmado en normas que
regulan los derechos de los ciudadanos sobre la base de la igualdad real, tal como se asevera en los
Fundamentos del Código Civil y Comercial. En esta línea, una de las manifestaciones claras del principio se
encuentra en la exigencia de la igualdad del trato procesal, la cual garantiza el acceso a la justicia en condiciones
de igualdad y la tutela judicial efectiva de las personas, tanto humanas como jurídicas extranjeras y de sus
derechos, ante la jurisdicción argentina.
Art. 2610 establece que: Los ciudadanos y los residentes permanentes en el extranjero gozan del libre acceso a
la jurisdicción para la defensa de sus derechos e intereses, en las mismas condiciones que los ciudadanos y
residentes permanentes en la Argentina.
Ninguna caución o depósito, cualquiera sea su denominación, puede ser impuesto en razón de la calidad de
ciudadano o residente permanente en otro Estado. La igualdad de trato se aplica a las personas jurídicas
constituidas, autorizadas o registradas de acuerdo a las leyes de un Estado extranjero.
En la mayoría de los Estados, los diversos actos procesales están gravados: diversos tributos, timbres, tasas,
aportes de distinto valor, que se abonan de manera diferente, a veces en atención a la importancia de la causa; y
en otras ocasiones hay tributos fijos.
A su vez, es importante señalar que en todos los Estados existen sistemas de exención respecto de estos tributos
para casos especiales, en general vinculados con la situación económica o de ingresos del litigante, como lo son,
por ejemplo, la posibilidad de litigar con carta de pobreza o el beneficio de litigar sin gastos.
Reconocimiento de la fuerza probatoria, registral y ejecutiva de los documentos públicos otorgados ante
autoridad extranjera. Reconocimiento de actos públicos extranjeros. (Klor)
El reconocimiento y ejecución de decisiones extranjeras integra el tercer sector del Derecho Internacional
Privado. El tema, que ha cobrado un impulso significativo independizándose de la cooperación aunque es su
grado más profundo, abarca los documentos y actos jurídicos real izados en el extranjero. Se trata de anal izar
los efectos que producen en Argentina las decisiones que son resultado de un proceso abierto, desarrollado y
concluido fuera del país.
La concreción del reconocimiento de resoluciones y documentos provenientes del extranjero impide situaciones
claudicantes y compendia la función del DIPr, que no es otra que dar continuidad a las relaciones jurídicas en el
espacio.
Las decisiones extranjeras, dado que provienen de actos y negocios jurídicos llevados a cabo más allá de las
fronteras nacionales, pueden producir en Argentina un conjunto de efectos dependiendo del tipo del documento
o acto que se trate. Así, son susceptibles de generar efectos probatorios y registrales y aquellos documentos
públicos que sean ejecutivos según la ley de su país de origen pueden gozar de efectos equivalentes en el
nuestro, siempre que cumplan con los recaudos exigidos. Esta categoría de efectos que reconoce un marcado
tinte procesal, se vincula al régimen de reconocimiento y ejecución de decisiones judiciales extranjeras en el
entendimiento de que, finalmente, son documentos públicos extranjeros. La
eficacia queda subordinada entonces a la satisfacción de determinados recaudos de diversa índole receptados en
la legislación nacional.
La expresión "documentos extranjeros" tiene una amplitud tal que abarca las sentencias, los laudos
homologados expedidos en asuntos civiles y comerciales, las escrituras públicas y demás documentos auténticos
otorgados por los funcionarios de un Estado y los exhortos y cartas rogatorias. Cuando hablamos de
"resolución", que empleamos como sinónimo de "decisión", nos referimos a los documentos que emanan de una
jurisdicción. En cuanto a su naturaleza, pueden provenir de una jurisdicción voluntaria lo que significa que
expresa un acto de voluntad de su autor (v.gr., adopción), o de una jurisdicción contenciosa.
El ejercicio de la potestad jurisdiccional fue siempre considerado como una manifestación de soberanía del
Estado de modo tal que la administración de justicia que conlleva toda resolución judicial poniendo fin a un
litigio entre partes, resulta válida y tiene eficacia en el territorio en que se dicta.
La situación que se presenta es la siguiente: concluido el proceso con elemento extranjero ante un tribunal con
la pertinente resolución judicial, se plantea el problema de la eficacia extraterritorial de la decisión dictada en
otro Estado ya que una resolución judicial solo produce efectos en el territorio del Estado del cual emana. Tanto
la exigencia de continuidad de las relaciones jurídicas como la coexistencia de diferentes ordenamientos
jurídicos abogan por la necesidad de que dicha resolución no se circunscriba al Estado en el que fue dictada. A
ello se suma la necesidad de que los derechos adquiridos al amparo de un tribunal extranjero puedan desplegar
sus efectos en otro Estado.
Cada Estado eximirá de la legalización a los documentos a los que se aplique la presente convención y que
deban ser presentados en su territorio. La legalización, según la presente convención sólo consistirá en la
formalidad por la cual los funcionarios diplomáticos o consulares del país en cuyo territorio deba ser presentado
el documento, certifican la autenticidad de la firma, el carácter con que actuó el signatario del documento y de
corresponder, la identidad del sello o timbre que lleva el documento.
La única formalidad que podrá ser exigida para certificar la autenticidad de la firma, el carácter con que ha
actuado el signatario del documento, y de corresponder, la identidad del sello o del timbre que lleva el
documento, será una acotación que deberá ser hecha por la autoridad competente del estado en el cual se originó
el documento de conformidad con lo previsto en el art. 4 (la formalidad mencionada en el párrafo precedente no
podrá ser exigida cuando la legislación, los reglamentos o las costumbres vigentes en el estado, en el que se
presenta el documento, o un acuerdo entre dos o más estados contratantes que rechace, simplifique o exima al
documento del requisito de la legalización).
La acotación deberá ser hecha en el mismo documento o en una extensión del mismo, la cual podrá ser hecha en
idioma oficial de la autoridad que la expide. Las indicaciones que figuren en la misma podrán ser hechas en otro
idioma, pero el título Apostille- Convención de la Haya de 5 de octubre de 1961 deberá ser escrito en idioma
francés.
La acotación deberá ser hecha ante solicitud del signatario o de cualquier otra persona portadora del documento.
Debidamente cumplimentada, la acotación deberá dar fe de la autenticidad de la firma, del carácter con que el
signatario haya actuado y de corresponder de la identidad del sello o el timbre que lleva el documento.
La firma, el sello o el timbre que figuren en la acotación quedaran exentos de toda certificación.
Cada Estado contratante designará a las autoridades con competencia para hacer la acotación prevista, y deberá,
notificar esa designación al Ministerio de Asuntos Extranjeros de los países bajos en el momento del depósito
del correspondiente instrumento de ratificación o de adhesión o de su declaración de extensión. También deberá
notificarle toda modificación que se produzca en la designación de esas autoridades.
En argentina el procedimiento es a través de la Cancillería y la firma de la autoridad competente da fe al
documento.
En consecuencia, el legislador deberá decidir si es necesario que se lleve a cabo un procedimiento ante sus
tribunales así como fijar las condiciones que deben cumplirse para que la resolución despliegue eficacia en su
territorio. En todos los casos el reconocimiento de la eficacia está sometido a ciertos requisitos básicos, por
ejemplo: la competencia del tribunal que dicta la resolución, debida notificación y posibilidad de defensa del
demandado, no oposición al orden público, entre otros.
Asimismo, cabe señalar que el reconocimiento de la decisión foránea resulta necesario para realizar la armonía
internacional de las decisiones, principio considerado sustancial en el DIPr comparado. Los recaudos que tornan
posible dicho reconocimiento importan controlar el fallo al deducir que es razonable que no se re- conozca
cualquier decisión judicial extranjera.
La entreayuda que se prestan los órganos jurisdiccionales de los Estados con el propósito de no interrumpir la
continuidad de un proceso incoado ante un tribunal que, a ese efecto, se ve necesitado de solicitar asistencia a
otro tribunal foráneo. Entonces, la hipótesis fáctica que da lugar a la cooperación jurídica internacional ocurre
cuando el juez de un Estado, con motivo de un proceso que tiene lugar ante su jurisdicción, se ve precisado a
solicitar la colaboración del juez de otro Estado, a fin de que lleve a cabo determinados actos procedimentales
que, una vez cumplidos, pasarán a integrar aquel.
Dicho instituto nace ante la necesidad imperiosa de fomentar que los Estados trabajen juntos en la solución del
caso común que los vincula. Ahora incluido en el código impone al juez argentino el deber de considerar la
cooperación jurisdiccional internacional. Su regulación institucional y convencional, cubre el espacio vacío que
adolecía la regulación autónoma, coordinando los niveles de regulación bajo un mismo principio.
El auxilio judicial internacional, fórmula que empleamos como sinónimo de CJI o de asistencia jurisdiccional
internacional, pertenece al ámbito del DIPr en general y, en particular, al Derecho Procesal Civil Internacional,
entendido este como la regulación atributiva de eficacia de determinados actos del proceso extranjero.
La cooperación comprende el cumplimiento extraterritorial de medidas procesales dictadas por la judicatura de
un Estado y el reconocimiento y la ejecución extraterritorial de las sentencias pronunciadas por jueces de un
Estado extranjero.
Si bien en principio la solicitud de la asistencia debe partir y recibirse por organismos judiciales, ello no es
estrictamente así, pues igualmente pueden intervenir organismos administrativos. Esto motiva que parte de la
doctrina prefiera hablar de auxilio jurídico internacional.
A modo de premisa digamos que la cooperación entre los Estados es una exigencia fundamental para prestar
tutela judicial efectiva en un mundo fraccionado jurídicamente. Las Constituciones Nacionales reconocen el
derecho a la tutela judicial efectiva y en nuestro país se alza como un principio rector que hoy es receptado en el
Código Civil y Comercial constitucionalizando el Derecho Privado, por lo que resulta una garantía
constitucional el deber prestacional del Estado de proporcionar la asistencia que le es requerida.
Si bien esta afirmación parece tener bases sólidas, es indudable que el Estado por sí mismo no puede asegurar
una tutela judicial internacionalmente eficaz de los derechos más allá de sus fronteras. El Estado coexiste con
otros Estados y ni la Constitución ni las leyes desconocen este hecho. Entonces, ¿cuál es la situación frente a las
aristas planteadas? En la plataforma internacional signada por el fraccionamiento territorial y jurídico puede
ofrecerse una tutela eficaz; lo que no puede hacerse es garantizarla como en cambio sí se garantiza a nivel
nacional. En primer término, la forma de ofrecer dicha tutela exige de manera imprescindible partir de los
límites que para cada Estado derivan de la división del mundo en Estados independientes y tener en cuenta el
principio de mutuo reconocimiento de sus ordenamientos y de sus autoridades. Ello es así porque en muchos
casos resulta fáctica y jurídicamente necesaria la cooperación con las autoridades de otro Estado. La CJI
depende de nuestro Estado en relación con los demás Estados. Al ser significativa la actitud del Estado frente a
la cooperación, el Estado debe ofrecer cooperación o, mejor dicho, establecer condiciones unilaterales
razonables de cooperación. Esta posición es así sin perjuicio de contar con instrumentos idóneos para instalar la
asistencia a nivel internacional. Estos son los acuerdos signados entre los Estados.
Va de suyo que el recurso a los tratados se justifica por sí mismo. Presenta innumerables ventajas frente a la
cooperación espontánea que se plantea cuando los países actúan solo desde la dimensión autónoma. La CJI a
partir de los tratados no solo beneficia a las partes por la seguridad jurídica que implica, sino por la reducción de
costas y gastos que quedan librados a las más variadas normas internas.
Enrolados en la posición que considera que el auxilio jurisdiccional es un requisito indispensable para lograr la
tutela judicial efectiva de los derechos de las partes en un escenario internacional caracterizado por la
discontinuidad legal, se entiende que el nuevo Código establezca en el art. 2611 que: “Sin perjuicio de las
obligaciones asumidas por convenciones internacionales, los jueces argentinos deben brindar amplia
cooperación jurisdiccional en materia civil, comercial y laboral.”
Teniendo en cuenta que, se trata de toda actividad procesal realizada por un juez de un estado al servicio de un
proceso incoado o a incoarse en otro estado, su importancia deriva de tratar de evitar fronteras jurídicas, para
que los países puedan relacionarse y para que los individuos puedan gozar en todos los países de acceso a la
justicia y de reconocimiento de sentencia.
Fundamento: antes la cooperación se llevaba a cabo por reciprocidad entre los estados, uno colaboraba con
otro estado para que este colabore a su vez. Ahora dentro del ámbito del Mercosur con el Protocolo de las
Leñas, la cooperación se torna una especie de deber por eso, el juez al que se le ha solicitado auxilio y no lo
presta, debe especificar los motivos de su negativa.
¿Cuál es el derecho que se aplica a la cooperación? La regla es que se aplique la lex fori o sea la ley procesal del
requirente para cuestiones de legitimación activa y pasiva; solicitud, pedido y valoración de pruebas y todo otro
procedimiento especial para llevar a cabo una prueba por no estar reglado ese medio de prueba en el país
requerido.
El código civil establece que sin perjuicio de las obligaciones asumidas por convenciones internacionales, los
jueces argentinos deben brindar amplia cooperación jurisdiccional en materia civil, comercial y laboral art 2611
y el articulo 2612 referido a la asistencia procesal internacional expresa: sin perjuicio de las obligaciones
asumidas por convenciones internacionales, las comunicaciones dirigidas a autoridades extranjeras deben
hacerse mediante exhortos. Cuando la situación lo requiera, los jueces argentinos están facultados para
establecer comunicaciones directas con jueces extranjeros que acepten la práctica, en tanto se respeten las
garantías del debido proceso.
Se debe dar cumplimiento a las medidas de mero trámite y probatorias solicitadas por autoridades
jurisdiccionales extranjeras siempre que la resolución que las ordena no afecte principios de orden público del
derecho argentino. Los exhortos deben tramitarse de oficio y si demora, de acuerdo a las leyes argentina, sin
perjuicio de disponer lo pertinente con relación a los gastos que demande la asistencia requerida.
La CJI consiste en la ejecución de un acto procesal por un órgano judicial de un Estado distinto de aquel ante el
cual se sigue el proceso. Su existencia se justifica en la necesidad de la realización de tal acto en una
circunscripción territorial ajena a la del Estado en que tramita el litigio o la situación judicial. El instituto de la
CJI consiste en la entreayuda que se prestan los órganos jurisdiccionales de los Estados con el propósito de no
interrumpir la continuidad de un proceso incoado ante un tribunal que, a ese efecto, se ve necesitado de solicitar
asistencia a otro tribunal foráneo. Entonces, la hipótesis fáctica que da lugar a la cooperación jurídica
internacional ocurre cuando el juez de un Estado, con motivo de un proceso que tiene lugar ante su jurisdicción,
se ve precisado a solicitar la colaboración del juez de otro Estado, a fin de que lleve a cabo determinados actos
procedimentales que, una vez cumplidos, pasarán a integrar aquel.
El auxilio judicial internacional, fórmula que empleamos como sinónimo de CJI o de asistencia jurisdiccional
internacional, pertenece al ámbito del DIPr en general y, en particular, al DPCI, entendido este como la
regulación atributiva de eficacia de determinados actos del proceso extranjero.
La cooperación comprende el cumplimiento extraterritorial de medidas procesales dictadas por la judicatura de
un Estado y el reconocimiento y la ejecución extraterritorial de las sentencias pronunciadas por jueces de un
Estado extranjero.
Es preciso introducir una salvedad a los fines de superar concepciones restrictivas o insuficientes de la CJI: si
bien en principio la solicitud de la asistencia debe partir y recibirse por organismos judiciales, ello no es
estrictamente así, pues igualmente pueden intervenir organismos administrativos. Esto motiva que parte de la
doctrina prefiera hablar de auxilio jurídico internacional. La cooperación entre los Esta- dos es una exigencia
fundamental para prestar tutela judicial efectiva en un mundo fraccionado jurídicamente. Las Constituciones
Nacionales reconocen el derecho a la tutela judicial efectiva y en nuestro país se alza como un principio rector
que hoy es receptado en el Código Civil y Comercial constitucional izando el Derecho Privado. De este modo
está sellando, tanto para nacionales como para extranjeros domiciliados en la República, una garantía de la que
deriva un correlativo deber prestacional del Estado de proporcionar la asistencia que le es requerida. El Estado
por sí mismo no puede asegurar una tutela judicial internacionalmente eficaz de los derechos más allá de sus
fronteras. El Estado coexiste con otros Estados y ni la Constitución ni las leyes desconocen este hecho.
Entonces, ¿cuál es la situación frente a las aristas planteadas? En la plataforma internacional signada por el
fraccionamiento territorial y jurídico puede ofrecerse una tutela eficaz; lo que no puede hacerse es garantizarla
como en cambio sí se garantiza a nivel nacional. En primer término, la forma de ofrecer dicha tutela exige de
manera imprescindible partir de los límites que para cada Estado derivan de la división del mundo en Estados
independientes y tener en cuenta el principio de mutuo reconocimiento de sus ordenamientos y de sus
autoridades. Ello es así porque en muchos casos resulta fáctica y jurídicamente necesaria la cooperación con las
autoridades de otro Estado. La CJI depende de nuestro Estado en relación con los demás Estados. Al ser
significativa la actitud del Estado frente a la cooperación, el Estado debe ofrecer cooperación o, mejor dicho,
establecer condiciones unilaterales razonables de cooperación. Esta posición es así sin perjuicio de contar con
instrumentos idóneos para instalar la asistencia a nivel internacional. Estos son, a no dudarlo, los acuerdos
signados entre los Estados. Va de suyo que el recurso a los tratados se justifica por sí mismo. Presenta
innumerables ventajas frente a la cooperación espontánea que se plantea cuando los países actúan solo desde la
dimensión autónoma. La CJ I a partir de los tratados no solo beneficia a las partes por la seguridad jurídica que
implica, sino por la reducción de costas y gastos que quedan librados a las más variadas normas internas.
Enrolados en la posición que considera que el auxilio jurisdiccional es un requisito indispensable para lograr la
tutela judicial efectiva de los derechos de las partes en un escenario internacional caracterizado por la
discontinuidad legal, se entiende que el nuevo Código establezca en el art. 2611 que: “Sin perjuicio de las
obligaciones asumidas por convenciones internacionales, los jueces argentinos deben brindar amplia
cooperación jurisdiccional en materia civil, comercial y laboral.”
El DIPr nace para regular situaciones jurídicas que se extienden en el espacio y se vinculan con diferentes
Derechos. En tales casos, a pesar de la unidad fáctica del supuesto, subsiste la fragmentación jurisdiccional ya
que cada Estado conserva dentro de su territorio soberanía plena para decidir cómo actuar en relación a la
situación jurídica concreta. Ante la necesidad imperiosa de fomentar que los Estados trabajen juntos en la
solución del caso común que los vincula, se desarrolla entre las naciones el instituto de la cooperación
jurisdiccional internacional. La novedosa incorporación de esta norma en el Código resulta muy útil ya que
brinda una pauta esencial al juez argentino para considerar la cooperación jurisdiccional internacional como un
deber, en respuesta al contexto actual del mundo. Asimismo, al estar expresamente regulada en el marco
institucional y convencional, aunque no aún con el alcance deseado, vino a cubrir el vacío que adolecía la
regulación autónoma en el terreno de la cooperación jurisdiccional internacional, coordinando los niveles de
regulación bajo un mismo principio.
La CJI admite diferentes niveles en razón de la extensión o profundidad del acto que se solicita. Según sea el
grado de cooperación peticionado, serán los recaudos que deben observarse para su cumplimiento. O sea que la
incidencia que la medida solicitada produzca en el territorio del juez exhortado, determina los requisitos
exigidos.
Se debe dar cumplimiento a las medidas de mero trámite y probatorias solicitadas por autoridades
jurisdiccionales extranjeras siempre que la resolución que las ordena no afecte principios de orden público del
derecho argentino. Los exhortos deben tramitarse de oficio y sin demora, de acuerdo a las leyes argentinas, sin
perjuicio de disponer lo pertinente con relación a los gastos que demande la asistencia requerida.
Cuando los tribunales nacionales sean requeridos para cooperar en asuntos de mero trámite y probatorios
deberán brindar auxilio de manera inmediata y gratuita, dejando a salvo los gastos que genere el
diligenciamiento del pedido.
3. niveles o grados de cooperación jurisdiccional internacional: La CJI admite diferentes niveles en razón de la
extensión o profundidad del acto que se solicita. Según sea el grado de cooperación peticionado, serán los
recaudos que deben observarse para su cumplimiento. O sea que la incidencia que la medida solicitada produzca
en el territorio del juez exhortado, determina los requisitos exigidos.
a) La cooperación de primer grado. Este grado de cooperación comprende los pedidos para cumplir
providencias de mero trámite, que son aquellas que no deciden la cuestión controvertida sino que impulsan el
proceso a través de citaciones, intimaciones, emplazamientos, notificaciones, rendición de prueba y otras
semejantes. No obstante ser las de menor envergadura, desde el punto de vista cuantitativo son las más
importantes, siendo que en el Derecho Comparado abarcan el mayor porcentaje de la cooperación judicial. La
concepción general en materia de CJI admite la realización de actos de cooperación de primer grado sin un
control riguroso de competencia, en virtud de la escasa entidad de los mismos y la no generación de efectos
perjudiciales para terceros. Los actos procesales más frecuentes como objeto de la CJI son, sin duda, la
notificación de documentos y la obtención de pruebas en el extranjero.
b) La cooperación de segundo grado: Las medidas provisionales y cautelares son internacionales cuando,
adoptadas por el juez de un Estado, están destinadas a ser cumplidas en otro. Dado el tiempo que suelen insumir
los procesos, se intenta prevenir el riesgo de una alteración que impida el cumplimiento del fallo dictado en el
juicio principal. O sea que a través de estas medidas se evita la frustración del derecho de quien acciona y, a
modo de un anticipo de la garantía jurisdiccional, se asegura que el pronunciamiento será cumplido. La traba de
medidas cautelares en el extranjero es, quizás, el aspecto más difícil de la CJI, por cuanto supone el ejercicio de
medidas de coerción sobre las cosas y las personas sin que se haya dirimido definitivamente la controversia de
fondo, todo ello con una potencialidad generadora de perjuicios respecto de quién padece la medida y de
terceros. Estas medidas, conocidas también como medidas de seguridad o medidas de garantía, se caracterizan
por ser:
a) Provisionales: El auto o proveído del tribunal que dispone una medida cautelar no causa estado, por lo que
puede solicitarse el cambio, sustitución o levantamiento, siempre que hayan sido modificadas las circunstancias
que las fundamentaron en su origen.
b) Inaudita parte: Se decretan sin noticia a la contraria, la cual es notificada luego de la efectivización de la
medida.
c) Accesorias: No tienen un fin en sí mismas, sino que se disponen para asegurar los intereses discutidos en otro
proceso ordinario o ejecutivo.
En el ámbito del Derecho Internacional, las medidas cautelares pueden dividirse en tres categorías
a) Medidas tendientes a asegurar bienes: son las que tienden a asegurar la ejecución forzada o bien a mantener
un status qua, y comprenden el embargo preventivo, el secuestro, la inhibición general de bienes, la prohibición
de innovar.
b) Medidas tendientes a asegurar pruebas: comprenden la recepción de prueba anticipada.
c) Medidas tendientes a asegurar personas: tienen por finalidad la guarda provisional de ellas o la satisfacción de
sus necesidades urgentes. Esta categoría comprende medidas tales como la custodia, la tenencia, los alimentos,
etcétera. Su cumplimiento está sujeto a las reglas que la dimensión institucional y convencional establecen y en
subsidio de éstas, a las normas que integran la
dimensión autónoma.