Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRESENTADO POR:
CATEDRÁTICO:
Persona Moral:
Se entiende por persona moral (o persona jurídica) a los entes que, para la realización de
determinados fines colectivos, las normas jurídicas les reconocen capacidad para ser titular de
derechos y contraer obligaciones.
También se les llaman Personas morales a la agrupación de personas que se unen con un fin
determinado, por ejemplo, una sociedad mercantil, una asociación civil.
Las personas morales, han adquirido personalidad jurídica en virtud de un mandato legal,
existen diferentes teorías acerca de la naturaleza jurídica de estos entes, pero en concreto
podemos afirmar que jurídicamente son personas.
las que niegan expresamente que una persona moral pueda tener nacionalidad,
los que la aceptan que una persona moral tenga nacionalidad,
y los eclécticos que han dicho que sí, pero que es completamente distinta a la de una
persona física, ya que se rige por reglas distintas.
Posturas sobre la Nacionalidad
“Los que niegan que una Persona Moral pueda tener Nacionalidad”
Se limitan a decir que las personas morales al ser una ficción jurídica, no tienen los elementos
necesarios para poseer un estado, es decir, no tienen ni estado civil, ni político. En el derecho
norteamericano esta postura ha quedado muy arraigada. En la opinión de estos tratadistas, se
dice que al atribuir nacionalidad a las personas morales, se han confundido las nociones de
nacionalidad y domicilio. El domicilio de la sociedad es fijado por el estatuto, el cual esta
conforme a la ley aplicable y resuelve los problemas de su funcionamiento extraterritorial, sin
necesidad de recurrir a la noción de nacionalidad.
Siendo la nacionalidad un vínculo con un Estado, no es posible que dicho vínculo pueda
existir entre una persona moral y un Estado. Cuando el Estado determina quienes son sus
nacionales, lo que realmente hace es un inventario. Para esta posición, la verdadera
nacionalidad, la única que existe, crea una relación de orden político entre un individuo y un
Estado.
“Los que aceptan que las personas morales tienen nacionalidad llanamente”
En realidad quizás muchos de las personas con estos criterios ven a las personas morales
como un ente jurídico, con una verdadera personalidad y que sus decisiones se expresan a
través de sus órganos. Generalmente argumentan su posición al reproducir las normas legales
que le atribuyen una nacionalidad a las personas morales. Unos identifican la nacionalidad de
las sociedades a los individuos, y así aplican analógicamente el concepto de nacionalidad de
la persona física aunque adaptándolo a la naturaleza diferente de las personas morales.
Los que aceptan que las personas morales tienen una nacionalidad
Al respecto no se ha elaborado una teoría única, y podemos decir que muchos de estos
criterios han perneado en la legislación, no siendo la nuestra una excepción.
Conforme al País en que se constituyó la sociedad: Según el país en que fue constituida la
sociedad, va a regirse conforme a las normas de derecho privado de sus estatutos y de su país
de origen. Este caso se da muy frecuentemente en los piases en los que se regula la
transferencia de sede.
La del Domicilio Social: El lugar en donde se tomen las decisiones puede servir para darle la
nacionalidad a una sociedad, aunque existe el problema de que este puede variar, o incluso
que estas decisiones se tomen en un lugar diferente cada vez, además de que no esta claro, si
en muchos casos es el domicilio de la Asamblea General o el de la Administración de una
sociedad.
Ziulu relata que un sector de la doctrina considera que se debe negar la nacionalidad a las
personas jurídicas, otros autores sostienen que las personas jurídicas extranjeras traen
aparejadas el reconocimiento de su nacionalidad, esta doctrina ha llegado a distinguir entre
sociedades nacionales y extranjeras.
Y es que, decir que se tiene cierta nacionalidad supone la posesión por parte de un sujeto –
persona natural o jurídica– de un objeto sobre el que pueda, de un modo singular, exteriorizar
una actividad o ejercicio; tener nacionalidad equivale a "ser nacional de un Estado".
En virtud de ello, -se dijo- se pone de manifiesto la verdadera esencia de la nacionalidad cual
es la de ser un presupuesto subjetivo necesario para ejercitar algunos derechos; aunque no
puede ignorarse que el desconocimiento ilegítimo de la nacionalidad no es un puro
desconocimiento de la cualidad de nacional en sí, sino un desconocimiento funcionalmente
encaminado a privar a una persona del ejercicio de derechos En este punto y con estas
premisas, cabe cuestionarse si la negación indebida de la nacionalidad es susceptible de
protección constitucional. En una interpretación puramente literal, y dado que la nacionalidad
no es un derecho fundamental, la respuesta sería negativa; sin embargo, desde un punto de
vista técnico, es absurdo negar protección a lo que es presupuesto necesario del ejercicio de
derechos fundamentales.
En conclusión, -se dijo- puede afirmarse que aunque no existe un derecho fundamental a la
nacionalidad protegible en el ámbito constitucional de un modo expreso y autónomo, como
situación jurídica fundamental que es siempre puede ser protegible de un modo directo
cuando su afectación acarrea como consecuencia la imposibilidad de ejercer determinados
derechos fundamentales.