Está en la página 1de 4

2.

- FENECIMIENTO EN LA SOCIEDAD DE GANANCIALES:

Según la doctrina: “El fenecimiento de la sociedad de gananciales tiene un doble objeto.


Por un lado, pone fin a la sociedad de gananciales, por el otro, se hace posible la
repartición de las ganancias, si las hubiere, después de deducidas las cargas y deudas
sociales. Para esto último, se crea un estado de indivisión en el patrimonio que facilita y
concluye con la liquidación del mismo”. (Arias Schreiber, 2002)

En lo que respecta al fenecimiento, según el artículo 318 de nuestro Código Civil, el


fenecimiento es también conocido como disolución o extinción. Es la pérdida de vigencia
del régimen económico del matrimonio. El fenecimiento de la sociedad de gananciales
implica el término del régimen patrimonial y se producen en los siguientes casos:

 Invalidación del matrimonio.


 Separación de cuerpos.
 Divorcio.
 Declaración de ausencia.
 Muerte de uno de los cónyuges.
 Cambio de régimen patrimonial.

Asimismo, dentro de los supuestos de fenecimiento de la sociedad de gananciales debe


distinguirse dos grupos: el fenecimiento ordinario o normal y el fenecimiento
extraordinario o excepcional.

2.1.- FENECIMIENTO ORDINARIO

También llamado fenecimiento normal. Cabe recalcar que por el hecho de existir un
matrimonio se constituye la sociedad de gananciales es lógico que esta termine cuando
el matrimonio fenezca. Este fenecimiento ocurre regularmente por la muerte de uno de
los cónyuges (art. 318, inc. 5).

Según la doctrina, la extinción del vínculo conyugal puede también ocurrir por otras
causales: la invalidez o divorcio. En estos dos casos es obvio que la sociedad de
gananciales no puede seguir subsistiendo, desde que el vínculo que le dio origen quedó
inexistente o se disolvió. El fenecimiento regular abarca a todos aquellos supuestos de
extinción del vínculo conyugal. Así pues, tenemos los siguientes supuestos: (Varsi
Rospigliosi, 2011)

2.1.1.- INVALIDEZ DEL MATRIMONIO

La invalidez del matrimonio extingue la sociedad de gananciales y el vínculo


conyugal en general. Deja insubsistente el vínculo matrimonial dando término a la
sociedad de gananciales. Si se comprueba en el proceso y la sentencia que
declara la invalidez del matrimonio reconoce la existencia de la buena fe en los
cónyuges, estos conservarán su derecho a los gananciales procediéndose a la
liquidación del régimen.

Según el artículo 284 del Código: “El matrimonio invalidado produce efectos civiles
respecto de los cónyuges e hijos si se contrajo de buena fe, como si fuese un
matrimonio válido disuelto por divorcio”. Una interpretación lógica nos lleva a
determinar que el cónyuge de mala fe pierde los gananciales, sin embargo no se
precisa el destino de estos ni a quien le serán entregados. Se precisa hacer una
distinción sobre la situación del cónyuge de buena fe de la del malicioso.

Si se actuó de mala fe en ambos cónyuges, y como esta circunstancia establece


que el matrimonio invalidado no produzca efectos civiles, no surgirá el régimen de
gananciales. Queda claro que la relación entre estos cónyuges será reconocida
como una unión estable, procediéndose a su liquidación como un caso de división
Y partición de comunidad de bienes.

2.2.2.- DIVORCIO:

La sentencia de divorcio extingue el vínculo matrimonial y, en consecuencia,


queda sin efecto la causa que originó el surgimiento del régimen patrimonial bajo
el cual se rigieron los cónyuges durante la vigencia de la relación conyugal.

Igual como ocurre en el supuesto de la invalidez del matrimonio, la extinción del


vínculo matrimonial por causal de divorcio determina el fenecimiento de la
sociedad de gananciales al desaparecer la causa que originó su surgimiento. En
este caso, el cónyuge culpable solo pierde los gananciales que procedan de los
bienes propios del inocente, vale decir, de los frutos y productos de aquellos y, si
se demostró la causal de abandono injustificado del domicilio conyugal, perderá
también los gananciales proporcionalmente a la duración de la separación de
hecho.

2.2.3.- MUERTE:

La muerte extingue la sociedad de gananciales y el vínculo conyugal. La ley no


hace distingo entre muerte física y legal, razón por la cual la muerte presunta debe
ser considerada como causal válida para efectos del fenecimiento del régimen
patrimonial. Además, debemos remitirnos a lo dispuesto en el artículo 64 del
Código cuando indica que la declaración de muerte presunta disuelve el
matrimonio del desaparecido. El reconocimiento de existencia del declarado
muerto presunto no implica la revalidación del matrimonio extinto ni afecta al
nuevo contraído.

2.2.- FENECIMIENTO EXTRAORDINARIO:

También llamado fenecimiento excepcional. Junto a los casos de terminación la


sociedad de gananciales por fenecimiento del matrimonio el Código contempla otros
tres supuestos en que, subsistiendo el vínculo conyugal, finiquita el régimen de
comunidad de gananciales, esto está estipulado en el artículo 318; incisos 2 4 y 6.
(Varsi Rospigliosi, 2011)

2.3.1.- SUSTITUCIÓN DE RÉGIMEN PATRIMONIAL:

El cambio o sustitución puede ser por decisión voluntaria de los cónyuges,


supuesto en el que deberán otorgar escritura pública e inscribirla en el Registro
Personal o, por sentencia judicial dentro de un proceso promovido a instancia
del cónyuge perjudicado por el abuso, dolo, culpa del otro, sentencia que debe
ser registrada. Así también, de acuerdo al artículo 14.2 de la Ley Nº 27809, el
deudor que pretenda su sometimiento a un procedimiento concursal deberá
sustituir su régimen de sociedad de gananciales por el de separación de
patrimonios.

2.3.2.- SEPARACIÓN DE CUERPOS:

Pues ya sea por causal o mutuo acuerdo. Así mismo se suspende la vida en
común, durante la cual estuvo en vigencia el régimen de gananciales, es así que
este no puede continuar, no obstante mantenerse el vínculo matrimonial. La
separación de cuerpos extingue la sociedad de gananciales más no el vínculo
conyugal, sino que supone un decaimiento de este.

La sociedad de gananciales fenece con la declaración de separación de


cuerpos. Curiosa decisión jurisdiccional establece que: “Luego del fin del
régimen patrimonial de sociedad de gananciales con sentencia firme que
establece la separación de cuerpos, si los cónyuges se han reconciliado y han
ostentado la posesión constante de casados, los bienes adquiridos durante ese
lapso deben sujetarse al régimen de sociedad de gananciales.

2.3.3.- DECLARACIÓN DE AUSENCIA:

La ausencia judicialmente declarada extingue la sociedad de gananciales más


no el vínculo conyugal. La concordancia entre la norma bajo estudio y las
contenidas en los artículos 47, 49, 597, 638 y demás pertinentes del Código
hacen referencia a que, producida la desaparición de uno de los cónyuges, y en
tanto no se pronuncie la declaración judicial de ausencia, los bienes del
desaparecido quedan al cuidado de un curador interino a menos que exista un
mandatario con facultades suficientes.

Declarado judicialmente el estado de ausencia fenece el régimen de


gananciales y efectuada la liquidación del mismo el cónyuge presente asumirá
el manejo de los bienes que le hayan sido adjudicados, en calidad de propios,
bajo un régimen de separación de patrimonios. La parte correspondiente al
ausente será entregada en posesión temporal a quienes serían sus herederos
forzosos; no obstante, si no hubiera herederos forzosos continuará en el ejercicio
de sus funciones el curador interino.

El cónyuge presente tendrá sobre su patrimonio las facultades y cargas propias


del régimen de separación de bienes pero el cónyuge ausente no podrá ejercer
aquellas ni cumplir estas estando su patrimonio sujeto, temporal y
transitoriamente, sometido a un régimen sui géneris con un manejo ajeno a las
normas del régimen patrimonial del matrimonio.

CONCLUSIONES:

 A manera de conclusión, por el simple hecho de existir un matrimonio


se constituye la sociedad de gananciales, cuando esta termine, el
matrimonio mismo fenece, así mismo otra causa principal es la invalidez
del acto matrimonial. Por otro lado, dicho fenecimiento en el matrimonio
se logra eventualmente por parte de uno de los cónyuges, ya que el
cónyuge no puede ser sustituido por otra persona, por la misma naturaleza
del matrimonio.
 Fenecimiento según nuestra normativa peruana puede darse en dos
formas : Fenecimiento Ordinario y Fenecimiento Extraordinario ( Art
318)

Bibliografía
Arias Schreiber, M. (2002). Exégesis del Código Civil Peruano. Lima: Gsceta jurídica.

Varsi Rospigliosi, E. (2011). Tratado de Derecho de Familia. Perú: Gaceta Juridica.

También podría gustarte