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Tema 3.

Estado, elementos y creación del estado

Estado: un país soberano que es reconocido como tal en el orden internacional (cuando
la ONU lo reconoce), asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno
propios. Es un concepto controvertido, ya que no es una idea universal, sino que cambia con el
tiempo y el espacio.
El Estado ha experimentado una evolución desde la organización política personalista (l´etat c
´est moi) al Estado despersonalizado, es decir, que no depende de su representante, y
actualmente esta forma de organización política se ha extendido por el mundo. El poder
político se materializa en el Estado, y el sistema político se articula a través del Estado.
Algunos consideran que el Estado es un sujeto autónomo que tiene sus propios intereses y
voluntad, mientras que otros piensan que es un instrumento de un sector social que aprovecha
el estado para perseguir sus propios intereses.
Weber: el Estado es el ente que tiene el monopolio de la fuerza física y puede imponerse por la
fuerza, y es quien toma las decisiones vinculantes a un pueblo. La monopolización de la fuerza
física se establece a través de 3 tipos de autoridad, pero estas se pueden mezclar, por ejemplo,
un líder puede ser elegido por elecciones democráticas y también tener una autoridad
carismática.
- Autoridad tradicional (sucesión divina, derecho divino)
- Autoridad carismática: culto al líder
- En función de la constitución formal

Elementos del estado: soberanía, territorio y pueblo


Soberanía: el ejercicio de poder político en un territorio determinado. Tiene 2 dimensiones
formales:
- dimensión interna (autoridad suprema; capacidad de regular cualquier aspecto de la
sociedad sin límite)
- dimensión externa (independencia de cualquier otro poder o agente)
Por ejemplo, los Estados de la UE han transferido poderes soberanos a la UE, y las CCAA
también tienen poderes soberanos. Sin embargo, eso no quiere decir que la soberanía se haya
dividido, sino que tiene dos sentidos. Uno es el ejercicio de la soberanía que se refleja en
diferentes ámbitos (como utilizando la fuerza física, aprobando e imponiendo la ley), y otro es
la esencia de la soberanía, tener la última decisión. Es decir, aunque legalmente se les ha
delegado facultades de soberanía a la UE y a las CCAA, los Estados mantienen la última palabra
y la capacidad para revertir la delegación de esos poderes.
En el siglo XIX muchas constituciones señalaban que la soberanía era de la nación o del
Estado. Pero la nación, como es un ente abstracto, no implicaba la garantía de que todos los
ciudadanos tuvieran el derecho a votar, y por lo tanto había un sufragio censitario donde solo
los hombres con bienes y educación tenían el derecho al voto. Hoy en día, la mayoría de
Constituciones tienen en común que la soberanía la tiene el pueblo.

Territorio: es el espacio físico donde se ejerce y se lleva a cabo la autoridad soberana, y en él se


aplica el ordenamiento jurídico en vigor. Este territorio lo integran: el territorio terrestre, las
aguas interiores, el mar territorial y otras secciones marítimas cercanas a la costa, las sedes
diplomáticas en países extranjeros y los medios de transporte con bandera nacional (buques,
aeronaves). La relación entre el Estado y el territorio es susceptible al cambio a lo largo del
tiempo; en ocasiones se amplía, se integran, se desanexionan, etc.

Pueblo: la humanidad siempre se ha clasificado en distintos grupos en función de etnias, tribus,


autonomías, regiones, nacionalidades, reinos, naciones y Estados. El concepto de pueblo es
ambiguo y controvertido, pero es importante definirlo con precisión jurídicamente para evitar
malentendidos. En derecho constitucional, pueblo no equivale ni a población ni a raza, y no se
puede entender como el soporte de una cultura concreta ni como una clase social.
Según la política contemporánea, es el conjunto de personas físicas establecidas en un
determinado territorio, los organizadores del Estado.
Según la Constitución, es el sujeto político activo que se erige en poder constituyente para la
aprobación de la constitución.
A lo largo de la historia el pueblo no ha sido un sujeto activo que participara en el poder, sino
un objeto político. Durante la Edad Media (siglos V-XV) se consideraba que el poder era de
procedencia divina, luego, en la Ilustración filósofos como Locke defendieron que el poder era
el resultado de un acuerdo entre la sociedad civil y el poder político, y fue Rousseau con su
Contrato social el que expresó la necesidad de la soberanía popular. Por último, durante la
Revolución francesa el pueblo se identificó con el concepto de nación. Desde un punto de vista
jurídico-constitucional el pueblo tiene una gran importancia; es el titular de la soberanía del
Estado, y es el poder constituyente. Desde el punto de vista sociopolítico, a partir de la
Revolución francesa el pueblo será algo más que el poder constituyente, se compara con los
que llevan a cabo la labor productiva.

Nación: conjunto de personas de un mismo origen que generalmente hablan un mismo idioma
y tienen una tradición común.
El concepto de nación tiene una connotación de la unión de una sociedad o un colectivo. Según
Benedict Anderson, la nación es una comunidad imaginada; una construcción social cuyos
miembros imaginan que comparten unos rasgos en común, y basándose en esto reivindican
convertirse en sujeto político (autonomía). Los factores comunes pueden ser distintos
(creencias, historia, cultura, lengua, tradiciones, etnia), y estos criterios para ser miembros
también suelen conllevar la exclusión de otros colectivos que no se consideran miembros.
Nación y Estado no son lo mismo, ya que dentro de un Estado puede haber varias naciones,
(España y Gran Bretaña; Estados plurinacionales), y puede haber una nación repartida entre
varios Estados. La identidad nacional puede presentar 3 formas principales:
- Nación étnica: basada en la identidad étnica o raíces comunes (rasgos raciales,
lingüísticos, culturales) (Alemania)
- Nación cultural: basada en una cultura común (religión, lengua, tradiciones, valores) que
a veces es impulsada por el propio Estado (Francia)
- Nación cívica: basada en la identificación con las instituciones políticas, constitución y
valores de un Estado, así como la lealtad hacia él (EEUU)
Nación y pueblo tampoco son lo mismo, aunque en algunos Estados coinciden. Por ejemplo, en
el RU el sentimiento de ser inglés, escocés o galés se combina con el sentimiento común de la
identidad británica, pero en otros, como España, han surgido conflictos por el deseo de
independencia de algunas naciones que no se sienten españolas, como Cataluña o el País
Vasco.

En el siglo XIX la idea de nación se usó con dos objetivos:


- Para poner las bases de unión de un pueblo, como Alemania o Italia
- Para inspirar el imperialismo sometiendo a otros pueblos y llevando a cabo una
expansión territorial, y para justificar el colonialismo y el espacio vital
En el siglo XX fue utilizada por las metrópolis para lograr la independencia, los pueblos
colonizados de África y Asia lograron así su libertad y su soberanía formal.

La construcción del Estado moderno


Durante la Edad Media existía el feudalismo (siglo IX-XIII). Esta sociedad tenía una
economía agrícola de subsistencia bastante atrasada, con una baja productividad y sin
excedentes para el comercio. Las relaciones sociales se basaban en relaciones jerárquicas de
dependencia, como soberano/siervo, dueño/criado, y había una jerarquía social en 3
estamentos: abajo del todo está el pueblo llano, que eran los campesinos y trabajadores, y
luego las clases privilegiadas eran los nobles y el clero, que eran propietarios de los latifundios,
y por último el Rey, que tenía todo el poder. Desde el punto de vista del derecho, existían varios
cuerpos normativos y varias jurisdicciones, por lo que a veces se solapaban los ordenamientos
jurídicos (Iglesia, Rey, señor feudal).
A partir del siglo XII se desarrollaron unas condiciones económicas que suscitaron unos
cambios fundamentales en esta sociedad. Primero, los avances tecnológicos resultaron en una
mayor producción agrícola, y esto permitió que hubiera excedentes para comerciar. Los
comerciantes acumularon dinero, y se creó una nueva clase social, la burguesía, que estaba
compuesta por artesanos y mercaderes que habían logrado cierto margen de libertad
económica. También se produjo una expansión demográfica, y surgieron las ciudades, donde la
burguesía se reunía y comerciaba. La burguesía tenía intereses políticos contrarios a los del
régimen feudal (y la Iglesia), y requería: romper las ataduras del sistema feudal, libertad para
contratar, libertad de movimiento dentro del territorio, y un nuevo marco jurídico y
organización judicial y administrativa. Solicitaba un régimen político distinto porque tenía poder
económico, y reivindicaba también el poder político.
Para desarrollar la actividad de la burguesía se requería un marco jurídico adecuado, por
lo que se estableció un ius mercatorum para regular las actividades de los mercaderes y se creó
una jurisdicción para estos casos. También se dispuso un espacio político autónomo, comunas
con autonomía, que algunas se convirtieron en instituciones políticas. En Italia solo una persona
(Capitano) dirigirá esa institución, y en otros países, como España, Francia o Inglaterra, se les
otorga a las ciudades una jurisdicción y un autogobierno propio. Los habitantes de estas
ciudades experimentaron un sentimiento creciente de pertenencia, pero la autonomía y los
poderes otorgados no fueron suficiente para el desarrollo de las actividades económicas de los
mercaderes.
La burguesía comenzó a participar en el poder político, y como reacción surgió la
organización política a partir de una clasificación estamental. La Carta Magna (1215) de
Inglaterra y el Fuero de León (1188) son los primeros textos legales en los que se reconocen
libertades de los individuos y se limita al monarca, y esta última prevé la participación del
pueblo en las Cortes.
Construcción del Estado absolutista
Estas políticas basadas en un sistema estamental generaban conflictos y tensiones, y así
surgieron los Estados modernos, que luego se extendieron a la mayoría de países de Europa
occidental, como Francia. Sin embargo, en algunos casos, como Inglaterra, el poder se
encontraba dividido entre la monarquía y el Parlamento. Los factores sociales y políticos que
propiciaron la creación del Estado moderno son:
- El desarrollo tecnológico: imprenta, pólvora, tecnología militar
- Renacimiento: vuelta a los clásicos, Derecho romano. Antropocentrismo e
individualismo, mayor fe en el ser humano
- Reforma protestante: el debilitamiento de la Iglesia y del Papado hace que surjan
iglesias nacionales (que están alineadas con la monarquía), liberando a los Estados de su
dependencia y sometimiento a la Iglesia
- Para hacer frente a las guerras y a las anexiones de nuevos territorios se requerían
recursos económicos que se consiguieron a través de los recursos de los territorios
colonizados, sistemas fiscales más efectivos y venta de oficios.
- Las necesidades del mercantilismo: se genera una alianza entre el monarca y los
mercaderes; estos le proporcionan muchos recursos y a cambio el rey les facilita el
desarrollo de sus actividades económicas a través de la economía monetaria, derecho
homogeneizado, eliminando las fronteras interiores, lo cual conlleva a una progresiva
centralización del poder político en manos del monarca.
- Aparato administrativo
- Derecho escrito y sistema de normas uniformes en todo el reino

Implicaciones del Estado moderno


El poder político y las personas que lo ejercen se separan, es decir, se despersonaliza. Surge un
conjunto de instituciones y órganos para garantizar la estabilidad y permanencia del poder
político.

Factores ideológicos y filosóficos


Bodin desarrolló la teoría del Estado donde señala las diferencias entre gobierno y
Estado, y justificó la concentración del poder en el soberano. Puso las bases del Estado
moderno desarrollando el concepto de soberanía, que consiste en el poder ilimitado, constante
de dictar normas que deben ser obedecidas por los súbditos. Bodin también hará una distinción
entre leyes, que son las normas convencionales aprobadas por el monarca, y derechos, que son
las normas de Dios y del estado natural, y limitan el poder de los reyes. Hoy en día serían los
derechos humanos.
Machiavelli es el fundador de la ciencia política, defiende que el Estado tiene que ser
totalmente independiente. Abrió un nuevo campo de análisis político diferente de la religión y
de la ética, y su obra más famosa es El Príncipe, que da una imagen del poder completamente
cínica; “el fin justifica los medios”. Defiende que la intención del Estado prevalece sobre la
monarquía.

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