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UNIDAD 3

Innovación y tecnología
Tecnología
en educación

Práctica de aula:
Innovadora con
uso de las TIC

Innovación
educativa
Tecnología en educación
Es normal encontrar la invención de un sinnúmero de artefactos
tecnológicos que de una u otra manera están influyendo en las
vidas de los seres humanos, pues la misma sociedad de
consumo lo lleva a eso, a que se sienta la necesidad de ir
adquiriendo el nuevo modelo de computador, celular, tablet,
proyector o software. Esta tendencia presiona el sistema
educativo, por la simple razón de que no se puede vivir en la
dicotomía de que cada día haya más inventos tecnológicos,
pero vetados en los espacios de formación.

Pero, cuando se habla de veto ¿a qué nos referimos?


Nos referimos a la continua discusión existente en los
ambientes educativos sobre si el uso de la tecnología es
benéfica o no para el sistema de educación (específicamente
hablando del celular y la tablet), tema que genera controversia.

Desde el punto de vista de la educación y la formación del ser


humano esta limitación genera obstáculo en el desarrollo del
libre pensar, existir y educar. No se puede hablar de formación
en competencia del individuo, ni de teorías pedagógicas, si se le
está cohibiendo educarse desde su realidad, que no es otra que
la del universo tecnológico en el que se encuentra inmerso el
ser humano.

Es precisamente en este punto donde se hace énfasis en que la


educación del siglo XXI exige que el currículo de cualquier
contexto educativo sea replanteado, que el docente deje de ser
el centro (el que dicta, manda y organiza), para que le dé el
protagonismo al estudiante, que sea el que consulte, pregunte,
indague, contrarreste y explique, de la mano con la tecnología,
para desarrollar múltiples competencias.

En tal sentido, el papel de la tecnología es el de ayudar a los


estudiantes a ser autónomos, a crear su propio conocimiento, a
aprender por sí mismo, teniendo al maestro como una guía que
lo orienta y lo acompaña en este nuevo proceso de aprendizaje.

Por su parte, se requiere que el docente se desprenda de


prácticas pedagógicas no tan contextualizadas para aliarse al
buen uso de la tecnología. Se hace énfasis al “buen uso”, pues
educar con tecnología no es proyectar un vídeo o una diapositiva
y seguir haciendo lo mismo de siempre, caso en el que se estará
cambiando el tradicional tablero por un proyector eléctrico.
Adicionalmente, Soto (2009) menciona algunas ventajas del uso
de la tecnología en la educación:

Interacciones comunicativas mediáticas (cierre de brecha


de espacio físico y tiempo).

Ambientes de formación flexibles.

Procesos de enseñanza y aprendizaje exitosos.

Comunicación fluida entre los actores del proceso


pedagógico.
Enseñanza personalizada.

Acceso rápido a la información.

Contenidos interactivos.

Interacción con la información.


Realidad aumentada (software 3D).
Mayor interés y motivación en los estudiantes.
Eficacia educativa.
Distribución óptima del tiempo tanto del docente como del
estudiante.
Actividades complementarias de apoyo para los
estudiantes.

Innovación educativa
Innovar es hacer lo que se viene haciendo, pero de una manera
renovada, mejorada, con cambios positivos que generen
nuevos resultados.
Hacerlo desde el campo educativo es revisar los procesos
pedagógicos que se vienen dando, las estructuras que ya se
manejan y analizar exhaustivamente si lo que se está
obteniendo está generando revolución educativa o si todo
sigue igual que siempre.

Hoy día cuando se habla de cambios, tecnología, innovación,


uso de las TIC, los exigentes contextos educativos invitan a
renovar las teorías pedagógicas y los modelos que se vienen
trabajando. Uno de ellos, que está generando cambio y se
ajusta a las demandas educativas, es el conectivismo.

Su importancia radica en que nace como una nueva propuesta


de aprendizaje en la era digital, en la que la información cada día
es cambiante y se debe tener la habilidad de poder hacer
distinciones entre lo que es útil para el proceso de formación y lo
que debe esquivarse porque desvía de los objetivos propuestos
(Siemens, 2004).
Algunos principios de esta propuesta son:

El proceso de aprendizaje depende de las expectativas que


se tengan.
El aprendizaje y la innovación consiste en conectar lo que
ya se tiene con nuevas fuentes de información.
El aprendizaje no siempre se obtiene de otro ser humano:
existen muchos dispositivos tecnológicos o didácticas por
descubrir.
El interés por conocer supera las expectativas de lo poco
que ya se conoce.
Las conexiones con otros ambientes de aprendizaje son
propicios para mantener un aprendizaje continuo.
La interdisciplinariedad es clave en el desarrollo de
competencias.
la actualización continua es necesaria en los nuevos
ambientes sociales.

Es normal encontrar en estos procesos de innovación actores


que se imponen al cambio, que les cuesta desprenderse de sus
viejas prácticas. Sin embargo, Cuenca (2007) confirma que para
que los verdaderos cambios se vean, debe pasar cierto tiempo.
Los períodos transitorios, en los que las personas van
asimilando cada una de las acciones de cambio e innovaciones
suelen ser lentos. Por lo tanto, la decisión de innovar no se
puede tomar a las carreras, debido a que las consecuencias del
éxito o el fracaso se vivirán a largo plazo.

De igual manera, todo proceso de innovación requiere de una


evaluación continua; de esta manera, se puede hacer evidente
que los objetivos trazados se han ido alcanzando uno a uno. Es
por eso que los procesos evaluativos deben ser bien diseñados,
para que sus resultados aporten al análisis de la transformación
pedagógica en curso.

Práctica de aula: innovadora con uso de las TIC


De acuerdo con el Ministerio Nacional de Educación de
Colombia (MEN, 2018), las prácticas de aula son el conjunto de
acciones que realiza el maestro en un ambiente pedagógico, a
través de las cuales se pretende llegar al estudiante para
incentivar en él el desarrollo de competencias.

Para este mismo ministerio cada una de estas acciones deben ir


ligadas a lo que vive el estudiante en su contexto, con lo que
aprende en la escuela, es decir, debe existir esa relación
inseparable que garantiza el éxito de lo que se realiza en el aula.
La práctica de aula habla por sí sola del quehacer del maestro,
de sus acciones pedagógicas y de la forma en que interactúa
con los estudiantes. Uno de los requisitos para que una práctica
de aula sea exitosa es la existencia de la afinidad académica
entre estudiante y maestro.

Dentro de esta estrategia la planeación es un factor


fundamental para el inicio de la práctica de aula, puesto que
busca darle sentido al quehacer del estudiante en la escuela,
por lo que se organiza en contexto y siempre enfocada en las
competencias que deben desarrollar los estudiantes.

Surge un interrogante: ¿todo ejercicio docente es una práctica


de aula? Respuesta: no. Para que el ejercicio docente sea mirado
como una práctica de aula debe ser significativo, lo que implica
que se den los siguientes aspectos:

El rol del docente es fundamental. Su actitud debe


mantenerse siempre serena y reflejar una actitud reflexiva
ante el conocimiento u otra situación presentada.
El maestro (a), debe destacarse por ser su actitud crítica,
reflexiva y abierta al cambio.
Tener capacidad de sacar adelante proyectos, ser
propositivos y analíticos.
Es la persona mediadora y garante del proceso que dé en el
ambiente pedagógico al interior del aula.

Por esa razón Ortega (2009) menciona textualmente que “la


práctica pedagógica se constituye en una práctica
intencionada; por consiguiente, es una práctica orientada por
fines. Es, entonces, una práctica ética y, por consiguiente,
t a m b i é n p o l í t i c a . N o ex i s te p r á c t i c a e d u c a t i va s i n
intencionalidad; no existen posiciones neutrales en ella en
relación con sujetos, concepciones, situaciones y contextos”.

McLaren (2005) consideró que los maestros renuevan su


práctica convirtiendo los ambientes de clase en espacios
críticos, reflexivos, pedagógicos e innovadores, sin perder de
vista las dimensiones cultural y personal, las cuales favorecen
que el docente sea abierto a los distintos cambios de una
práctica renovada, con la mediación de las herramientas
tecnológicas que, bien usadas, se convierten en las aliadas
número uno para brindar educación de calidad y desarrollo de
competencias, pues le permite al estudiante ir agarrado de la
mano con los avances y artefactos tecnológicos, mientras que
aprende y se divierte aprendiendo.

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