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INDICE DE CONTENIDO

1. INTRODUCCION..............................................................................................1

2. DESARROLLO..................................................................................................2

2.1) EL OBJETIVO DE LA PRÁCTICA PROBATORIA..................................2

2.2) LA DIFICULTAD PROBATORIA.................................................................3

3. CONCLUSIONES..............................................................................................4

4. BIBLIOGRAFIA................................................................................................6

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1. INTRODUCCION

Los hechos en el proceso judicial constituyen el centro de atención de la justicia


moderna. No puede haber decisión justa si el establecimiento y determinación de los
hechos se realiza arbitrariamente, y sin sujeción a reglas jurídicas y/o racionales. La
prueba es, en este sentido, una garantía de racionalidad. Sin embargo, aun cuando los
seres humanos somos racionales, el fenómeno probatorio no puede ser mirado como
una actividad sencilla.
De las etapas que se le reconocen a la actividad probatoria en el proceso penal, la de
valoración de la prueba es quizás la más importante, pero a la vez la menos explorada
en el ordenamiento procesal penal boliviano, en cuanto a su alcance, estructura y a la
decisión del caso que emerja de la misma.
La labor del juez a la hora de valorar la prueba deberá regirse no solo a las reglas de
la sana critica, sino que también tendrá que considerar la concurrencia de limitantes y
dificultades en la obtención de la prueba.
Es un hecho, que la prueba es un elemento sustancial en todo proceso de
investigación penal, porque es la que permite acercarse a la objetividad en la
investigación. La ausencia de ella, su pérdida o corrupción puede conducir a que los
juicios no generen los resultados previstos en las actuaciones procesales y policiales,
ya que éstas pierden eficacia y efectividad. Ya que en materia procesal, la valoración
de las evidencias convertidas en prueba, se basa en el principio de la sana crítica, por
considerarse que bajo el principio procesal “quien afirma algo en derecho está
obligado a probarlo”, la prueba es por excelencia el instrumento de sustentación de
las acusaciones, por lo que es deber de los órganos de investigación velar por ella,
desde su obtención, objetivo que debe hacerse visible particularmente en el lugar del
hecho, como principal fuente probatoria, consecuente la realización de éste acto
investigativo procesal conlleva una cierta responsabilidad conjunta e individual,
dentro de la administración de Justicia.

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Asumiendo la tarea primordial de salvaguardar los derechos constitucionales y
procesales de las personas, asegurando la igualdad de trato social y jurídico de todos
los que comparecen ante un acto delictivo.
Toda prueba será valorada bajo la sana critica (es decir por lo que se puede evidenciar
objetivamente en un determinado caso) por un órgano competente y mientras tanto
deberá ser resguardada ante dependencias llamadas a cumplir tales funciones. Todos
los adelantos y tecnología moderna de la ciencia criminológica y criminalística están
siendo aprovechadas por quienes sirven a la Ley, donde la criminalística basa sus
conocimientos y técnicas aplicadas, tratando de investigar hechos que pueden ser
delitos, aportando elementos de prueba a los organismos que procuran y administran
justicia. Entre estos elementos se encuentra la “prueba “como tal, para su recaudo y
resguardo y posterior análisis y valoración tanto por el órgano jurisdiccional, las
autoridades competentes e instituciones, para el esclarecimiento de los hechos
punibles desde la investigación preliminar, pasando por la etapa preparatoria, hasta la
sustentación del juicio oral.

2. DESARROLLO

2.1 EL OBJETIVO DE LA PRÁCTICA PROBATORIA.


Los métodos, técnicas y procedimientos para la obtención de la prueba, es decir, la
práctica probatoria, no son sino mecanismos para la consecución de la verdad de los
hechos. La fase probatoria en el juicio tiene como objetivo averiguar todas las
circunstancias que tienen importancia para la decisión del tribunal, dependiendo de la
contundencia de la prueba producida durante el proceso penal, es que la autoridad
jurisdiccional emite una sentencia, la prueba puede contener elementos atenuantes,
agravantes, de descargo, de cargo, y todos ellos son analizados y valorados por el
juzgador, allí es donde radica la importancia de preservar la prueba en las mejores
condiciones posibles. Al carecer de elementos probatorios suficientes, se emite el
sobreseimiento y se libera al reo de la acusación, por el contrario, si los medios
probatorios contienen elementos que generan la convicción en el tribunal, se condena
al reo, es decir, el fin de la actividad probatoria no es otro que el de descubrir la

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verdad. La prueba tiene por finalidad llevar a la o al juzgador al convencimiento de
los hechos y circunstancias materia de la infracción y la responsabilidad de la persona
procesada. la finalidad o función de la prueba en el proceso penal aborda dos
cuestiones. La primera tiene que ver con la función que se asigna a la prueba, lo que
encierra una determinada concepción sobre la misma. La segunda cuestión que se
regula, aunque de forma indirecta, es la determinación del thema probandi o el objeto
de la prueba, indicando que los medios de prueba deberán de referirse a los hechos y
circunstancias materia de la infracción, así como a la responsabilidad de la persona
procesada.
La prueba penal es la actividad procesal que desarrollan las partes, el fiscal y el juez o
tribunal dirigida a formar la convicción objetiva sobre la realidad de los hechos y
estos sometidos a la decisión del órgano jurisdiccional como objeto del proceso. Su
finalidad es lograr el convencimiento del juzgador sobre la existencia o inexistencia
de los hechos alegados por las partes, a partir de la legalidad, que condiciona su
procedencia y eficacia, que se practica en el juicio oral; la ilicitud o idoneidad, que se
han obtenido con medios ilícitos o lícitos; y suficiencia, que exige una mínima
actividad probatoria con todas las garantías judiciales, sin desvirtuar la presunción de
inocencia.
Es así que uno de los requisitos básicos de la actividad probatoria es la LICITUD, la
cual exige que las pruebas en las que se funde la acusación formal y la defensa sean
licitas y no sean contrarias ni vulneren los derechos garantizados.
La prueba es el único medio más confiable, seguro para descubrir la verdad real, de
modo comprobable y demostrable, a la vez la mayor garantía, acreditando su
objetividad y legalidad ante las decisiones judiciales

2.2 LA DIFICULTAD PROBATORIA


Al ser los procedimientos que se siguen ante los Juzgados de materia penal, se exige
prueba plena o certeza probatoria para poder enervar el principio de presunción de
inocencia, previsto en el artículo 116 de la Constitución Política del Estado. Las
pruebas que se pueden presentar en este tipo de procedimientos siguen las reglas

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generales, y el juez seguirá el principio de libre valoración de las mismas a la hora de
decidir en sentencia sobre el asunto. A pesar de que no haya especialidades en
materia de prueba por ejemplo en los procesos de Violencia sobre la Mujer, estos
presentan numerosas dificultades probatorias pues, habitualmente, este tipo de delitos
se cometen en la intimidad, en el domicilio familiar, por lo que la única fuente de
prueba que habitualmente nos encontramos es la declaración de la propia víctima,
como ya estableció la propia STS de 24 de junio de 2000, en la que se decía que este
tipo de delitos se cometían ‘en la intimidad de victimario y víctima’, propiciando así
la insuficiencia probatoria en este tipo de procedimientos. Pero es que, además de esta
insuficiencia probatoria, se tiene que añadir el hecho de que la víctima puede retirar la
denuncia o acogerse a su derecho a no declarar, haciendo que en muchas ocasiones
estos procedimientos finalicen sin condena por la falta de medios de prueba.
En materia penal se reconocen las dificultades probatorias a propósito de algunos
delitos en contra de la indemnidad sexual, que resultan particularmente huérfanos de
prueba. El proceso judicial debe servir de instrumento para la reconstrucción de los
hechos que constituyen el objeto de la prueba. Los hechos, por lo general, ocurren en
un lugar y tiempo. Cuando los hechos dejan marcas o huellas, ya sea en una cosa,
lugar o persona, su reconstrucción en el marco del proceso judicial no debería generar
mayores dificultades. Pero cuando el hecho no deja huellas o rastros (vestigios), o
bien, estos son débiles o poco precisos, surgen una serie de dificultades para la
comprobación del hecho. Lo mismo sucede cuando las fuentes de prueba que
permiten establecer el dato fáctico no están a disposición de la parte que tiene la carga
de probarlo, o cuando el legislador ha identificado un objeto de prueba que por sus
propias características no resulta comprobable directamente.

3. CONCLUSIONES

El derecho probatorio no ha prestado mayor atención a los casos en que existen


dificultades de prueba. Solo algunos autores han identificado una serie de casos-
hechos como típicos de difícil prueba. Se trata de situaciones en que el hecho que

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constituye objeto de la prueba no ha dejado rastros físicamente constatables, o bien,
estos son de difícil determinación.
La declaración de la víctima es importante, pero no debe ser la única prueba y debe
procurarse la obtención y aseguramiento de otros elementos de prueba, más aún en
las investigaciones por hechos de violencia sexual, donde un mínimo de
corroboración periférica, ya sea a través de inspecciones, informes médicos o
psicológicos pueden ser determinantes en la solución del caso. Con ello, se aprecia
que al margen de garantizar el cumplimiento del estándar de la debida diligencia que
se exige en la investigación de este tipo de hechos, se garantiza a la vez la no
vulneración del principio de inocencia, pues la carga de la prueba se mantiene para
quien acusa.
Ahora bien, en el ámbito de la doctrina y jurisprudencia se han creado técnicas para
enfrentar casos de difícil prueba. Estas técnicas consisten en métodos de asignación
de la carga de la prueba, presunción de la existencia de un hecho por obedecer a
pautas de comportamiento consideradas normales y máximas de la experiencia
utilizables para construir inferencias probatorias.
Las dificultades probatorias en el proceso penal también se da por la carente
investigación por parte de los entes del Estado, parece abandonar la postura
inicialmente abordada sobre la importancia que adquieren determinados medios de
prueba, como los dictámenes periciales, la prueba de indicioso el testimonio de la
víctima. El problema radica en que cuando se invoca este tipo de situaciones se
produce un relajamiento en la obligación de investigar con la debida diligencia,
habilitar una amplia gama de medios de prueba que va mucho más allá del testimonio
de la víctima, pues no sería prudente que se investigue un solo acto o un hecho
concreto, sino que la prueba debería remitirse a una sucesión de actos en el tiempo es
decir realizar una amplitud probatoria,

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4. BIBLIOGRAFIA

 http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s2393-
61932022000100024
 problemas en la actividad probatoria: análisis de la prueba documental y
personal (mpfn.gob.pe)
 microsoft word - tfg derecho.docx (comillas.edu)
 vista de las dificultades (¿o deficiencias?) probatorias como criterio
diferenciador en la valoración de la prueba en la doctrina penal del tribunal
supremo de justicia de bolivia.
 https://www.derecho.uach.cl/images/plantilla/documentos/2020/
asignatura_optativas_formacion_profesional/derechopenalprocesapenal/
problemas_probatorios_en_el_proceso_penal_2020.pdf

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