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Como inciden las malas relaciones en las organizaciones

Actualmente cerca del 80 por ciento de la comunicación interpersonal o de las


relaciones en el trabajo son negativas, pues en general se destacan los errores de
los empleados, sus debilidades o deficiencias, y sólo en el 20 por ciento de los
casos se reconocen las fortalezas del trabajador o se realzan sus aciertos, lo cual
podría elevar más la productividad de una empresa

Las diferencias entre jefes y trabajadores se pueden presentar por dos


razones: la primera de ellas es por la falta de comunicación entre los integrantes
de una compañía y la segunda por no tener claros los objetivos organizacionales
que se quieren alcanzar.

“Llamamos neurosis laboral, al conjunto de frustraciones morales y


psicológicas, que fluyen (directa e indirectamente) del nuevo capitalismo, como
también de las políticas utilizadas para enfrentar-dañar- las problemáticas
sociales. Tanto las fobias como los temores, surgen de la flexibilidad laboral. La
precarización de los puestos de trabajo, y los bajos sueldos, traen como
consecuencia, un miedo neurótico a ser despedido o a no encontrar empleo.
Enfrentándose a un panorama difícil y con consecuencias graves. Los
desequilibrios conductuales como las crisis de pánico, la depresión, el estrés, son
algunos ejemplos de las patologías que se van acrecentando día a día, en la
sociedad. Largas y agotadoras jornadas de trabajo provocan un desgaste físico y
psíquico innegable, sin embargo, de aquí surge justamente una de las
conclusiones más hipócritas e indecentes de los defensores del modelo: "la
flexibilidad laboral tiene el único objetivo de aliviar el desgaste que producen esas
pesadas jornadas laborales, deseamos hacer que su vida sea más humana y
llevadera…". (Paulo Navarrete V. Profesor de Filosofía Instituto Profesional D. P.
Concepción).
Desde un punto de vista menos polémico, podemos señalar que
neurosis laboral se comprende como el factor o conjunto de factores relacionados
con el trabajo, es decir, a causa o con ocasión de las funciones laborales, que
impactan de tal modo en el organismo del trabajador, que son capaces de
provocar alteraciones somáticas o psíquicas importantes y que afectan la
integridad del trabajador, causando incapacidad o muerte.

Estos factores pueden ser absolutamente externos, como sucede


claramente como respuesta al acoso moral prolongado, al hostigamiento laboral o
al estrés derivado de cargas laborales, al que el trabajador no es capaz de dar
respuestas, sea por razones propias o derivadas del medio laboral.

En nuestro medio, la neurosis laboral adquiere con preferencia el


tratamiento de estrés, considerado éste como la consecuencia de factores
psicosociológicos reinantes en el ambiente laboral, de marcada toxicidad en las
relaciones de grupo, o derivadas de los excesos a que se encuentran sometidos
los trabajadores en relación a la recompensa por su trabajo. Estos factores crean
presiones de carácter interno capaces de desestabilizar al individuo, provocándole
serias falencias que lo pueden llevar desde la incapacidad leve hasta un final
trágico y definitivo.

Nuestras costumbres nos definen, somos lo que hacemos y dicen quiénes


somos y cómo actuamos. Se caracterizan por nuestras actitudes, es decir, nuestra
predisposición a la hora de desempeñar nuestro cometido. Por ejemplo, llegar
tarde al trabajo, ser irrespetuoso o trabajar con distracciones, no dicen nada bueno
de nosotros.

Los hábitos negativos en el trabajo se reflejan a diario en todo tipo de


organizaciones, constituyendo así la cultura organizativa de las mismas; por ese
motivo es importante detectar y corregir las malas prácticas, ya que éstas
repercuten en nuestra productividad y visión empresarial.
Es tarea ardua corregir las rutinas negativas, no se realiza en un día. Es
necesario ser constante y seguir unas pautas para modificar
nuestras malas costumbres. Por ello, es vital organizar nuestro tiempo, tener un
riguroso control del mismo y priorizar tareas de tal forma que podamos sacar el
mayor beneficio en nuestro periodo de trabajo.

Éstos son algunos hábitos negativos en el trabajo que se desarrollan a la hora


de realizar nuestro cometido:

– No aprovechar el tiempo. ¿Estamos seguros de rendir al máximo?


Malgastamos y desperdiciamos demasiadas horas en nuestro trabajo. Esto se
traduce en una baja productividad y rendimiento de nuestra empresa.
– No cumplir horarios establecidos. La impuntualidad puede convertirse en
nuestro mayor enemigo. Llegar tarde al trabajo, prolongar el tiempo de las
reuniones o salir cinco minutos antes, son claros ejemplos de malas prácticas que
debemos cambiar, ya que demuestra cierta irresponsabilidad y falta de
compromiso.
– Ser negativo. No tener un comportamiento proactivo en el trabajo nos
perjudica a nosotros y a nuestro ambiente laboral. Hemos de ser positivos y entre
todos construir una atmósfera cordial en la que todos los componentes de la
empresa se sientan a gusto. Por ejemplo, las críticas a los compañeros repercuten
en el ambiente y en las relaciones entre los mismos. Mezclar temas personales
con laborales puede acarrear conflictos en tu ámbito profesional.
– Malas relaciones profesionales. Un ambiente de trabajo cordial y la mejora
de las relaciones profesionales hacen más sencilla la consecución de objetivos.
No seas el «lobo solitario» de la empresa, mantén una relación afable con todos
tus compañeros, sin depender del nivel en el que se trabaje.

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