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UNIVERSIDAD TÉCNICA LUIS VARGAS TORRES DE

ESMERALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y


ECONÓMICAS

TEMA:

EL MINISTRO DE RELACIONES LABORALES

MATERIA:

LEGISLACIÓN MERCANTIL Y DE A COMPAÑÍA

DERECHO II

INTEGRANTES:

MINA SOLÍS JERSON NÉSTOR


SEGURA QUIÑONEZ NATHALY JULISSA
CATAGUA VÉLEZ MICHELLE LILIBETH
LARA CHARCOPA DAMARIS DANIELA
CHEME HERNÁNDEZ JAHIR PAUL
DOCENTE:
Abg. JOSÉ CORTEZ ALTAFUYA

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Índice
ORIGEN DEL MINISTERIO DE RELACIONES LABORALES............................................3
Competencias del Ministerio de relaciones laborales....................................................6
Fuentes del derecho laboral............................................................................................10
Concepto de derecho laboral...........................................................................................16
Principios generales laborales........................................................................................18
Conceptos de relaciones de trabajo...............................................................................22
BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................28

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ORIGEN DEL MINISTERIO DE RELACIONES
LABORALES
Son la Institución rectora de políticas públicas de trabajo, empleo y del talento
humano del servicio público, que regula y controla el cumplimiento a las obligaciones
laborales mediante la ejecución de procesos eficaces, eficientes, transparentes y
democráticos enmarcados en modelos de gestión integral, para conseguir un sistema de
trabajo digno, de calidad y solidario para tender hacia la justicia social en igualdad de
oportunidades.
Fue creado el 13 de julio de 1925 por decreto expedido par la Primera Junta de
Gobierno Plural que se formó como consecuencia de la Revolución Juliana que puso fin al
gobierno cel. Dr. Gonzalo Córdova Rivera Anteriormente, todas las responsabilidades
correspondientes a este ramo estuvieron a cargo del Ministerio de Instrucción Pública,
Fomento, Correa, Culta y Beneficencia. La precariedad laboral es la condición de
inseguridad, incertidumbre y falta de garantía en el trabajo, que en caso de Ecuador está
prohibida como dispone el artículo 327 inciso segundo de la Constitución, sin embargo, no
hay control ni sanción para los empleadores que incumplan; siendo los inmigrantes
indocumentados quienes más se enfrentan a esta condición. La investigación ha tenido un
carácter cualitativo donde se examina la normativa constitucional, laboral y acuerdos
ministeriales sobre aquello.

El Ministerio de Trabajo y Recursos Humanos se creó con la finalidad de mejorar


el desarrollo de los recursos humanos mediante la protección de los deberes y derechos
de los trabajadores y empleadores.

Ministerio de Relaciones Laborales

Mediante Decreto Ejecutivo No. 10 del 13 de agosto de 2009, se fusiona el


Ministerio de Trabajo y Empleo con la Secretaria Nacional Técnica de Desarrollo de
Recursos Humanos y de Remuneraciones del Sector Público, creándose el nuevo
Ministerio de Relaciones Laborales y se ejerce tanto en el sector público como privado y
trabajo no remunerado.

Según Lázaro Jubany la precariedad laboral, se manifiesta en la pérdida de


empleos formales, el estancamiento de salarios y la incertidumbre laboral, mismos que se
han incrementado a escala global. La literatura especializada asocia la precariedad con el

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modelo de producción flexible, en lugar de entenderla como constitutiva del capitalismo
moderno colonia

De igual manera, Fabio Perocco señala que:

El proceso de falta laboral tanto en su vieja versión como en la nueva, ha afectado


la masa de trabajadores de maneras diferentes: los primeros y más afectados han sido los
inmigrantes, los jóvenes, las trabajadoras con hijos con bajo nivel de educación y
cualificación, los older workers interesados por las reestructuraciones empresariales, los
trabajadores poco cualificados”.

En este orden de ideas, este grupo humano, son quienes salen más perjudicadas
debido que salen de su país y tienen menos posibilidades de encontrar un trabajo decente
para el desarrollo de su buen vivir. La ampliación e intensificación de las migraciones
internacionales en el contexto de la globalización neoliberal renuevan la pregunta sobre el
tipo de relación establecida entre el trabajo y la migración en la sociedad contemporánea.
Sin embargo, la respuesta parece ser la misma: a fuerza de condiciones que son
extremadamente precarias, de políticas migratorias de carácter penal, de racismo y de
discriminación, los trabajadores inmigrantes son utilizados como reserva de mano de obra
a bajísimo costo, para incrementar la competencia entre el conjunto de los trabajadores y
profundizar el proceso de desvalorización general de la fuerza de trabajo.

Herrera afirma que, a pesar de una apertura en materia de políticas migratorias, la


sociedad ecuatoriana tiende a mostrar una actitud negativa frente a los inmigrantes. La
llegada de la población venezolana a Ecuador se produce entonces en un entorno de
inmigraciones recientes, con un Estado que empieza a asimilar su nuevo papel como
receptores de migrantes y una sociedad con una predisposición más bien negativa hacia
los inmigrantes.

En este ámbito la Constitución de la República en el art. 327 sobre cómo debe ser
la relación laboral entre empleador y trabajador manifestando de la siguiente manera: “La
relación laboral entre personas trabajadoras y empleadoras será bilateral y directa. Se
prohíbe toda forma de precarización, como la intermediación laboral y la tercerización en
las actividades propias y habituales de la empresa o persona empleadora…” (Constitución
del Ecuador, 2008). Se puede evidenciar que la misma carta magna establece una
prohibición expresa de la precarización laboral, la cual debe ser bilateral y directa.

Derecho al trabajo

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La Constitución de la República (2008) en el art. 33 menciona que el derecho al
trabajo es derecho y un deber social, y un derecho económico, fuente de realización
personal y base de la economía. Y de igual forma en el art 325 establece que el Estado
garantizará el derecho al trabajo. Se reconocen todas las modalidades de trabajo, en
relación de dependencia o autónomas, con inclusión de labores de auto sustento y
cuidado humano. En el Código de Trabajo siendo la norma jurídica que regula la materia
laboral explica que los trabajadores deberán estar sujetos a un contrato de trabajo siendo
este según el art. 8: “el convenio en virtud del cual una persona se compromete para con
otra u otras a prestar sus servicios lícitos y personales, bajo su dependencia, por una
remuneración fijada por el convenio, la ley, el contrato colectivo o la costumbre. El
Ministerio del Trabajo (2018) expidió el Acuerdo Ministerial No. MDT-2018- 0006, en el
cual se establece un instructivo para regular los derechos laborales de las personas
inmigrantes, mencionándose las multas y sanciones a los empleadores que no cumplan
con esta resolución del ente regulador en materia laboral, por cuanto ellos gozan de los
mismos derechos que una persona ecuatoriana, tal como se menciona en la Carta Política
de Ecuador.

Creación del código del trabajo en Ecuador.

CREACIÓN DEL CÓDIGO DE TRABAJO DEL ECUADOR EI General Gil Alberto


Enríquez Gallo, Jefe Supremo de la República, y el Dr. Carlos Ayala Cabañilla, Ministro de
Previsión Social y Trabajo, suscribieron el Código del Trabajo del Ecuador el 5 de agosto
de 1938. Apenas fue conocido el Código por el público, los patronos se opusieron. Los
patronos simplemente no querían que se lo expida y entre muchos argumentos sostenían
que era una copia de leyes extranjeras, especialmente del Código Mexicano de Trabajo y
que no era aplicable a la realidad ecuatoriana, y por supuesto, sostenían que iba a
fomentar la vagancia y el abuso de los trabajadores.

El Instituto Nacional de la Meritocracia, fue creado como una entidad adscrita al


Ministerio de Relaciones Laborales (Actual Ministerio del Trabajo) mediante Decreto
Ejecutivo No. 737 del 18 de abril del 2011 cuyo objetivo era:

Fortalecer la gestión pública

• Garantizar la aplicación de un sistema técnico de méritos en competencias,


habilidades, capacidades, destrezas y valores que permitan seleccionar al personal
idóneo para el servicio público.

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Mediante Decreto Ejecutivo No. 901 de fecha 3 de marzo de 2016, se dispuso la
fusión del Instituto Nacional de la Meritocracia al Ministerio del Trabajo; asumiendo sus
Dirección: al igual que la caja de seguro social, este ministerio tiene diferentes direcciones
naciones que coordinan y ejecutan las funciones según la naturaleza del departamento.

Ministerio del Trabajo > Comunicamos > MINISTERIO DE RELACIONES


LABORALES CAMBIA DE NOMBRE POR MINISTERIO DEL TRABAJO

El Presidente Constitucional de la República, economista Rafael Correa Delgado,


mediante Decreto Ejecutivo No. 500 del 26 de noviembre de 2014, modificó la
denominación del Ministerio de Relaciones Laborales por “Ministerio del Trabajo”.

Tomando en cuenta que, el «trabajo» es una categoría que involucra a todas las
actividades humanas, productivas, sean o no remuneradas. No solo las
relaciones laborales formales, legales, constituyen «trabajo», sino también, por ejemplo,
aquellas que realizan las madres y padres de familia, las trabajadoras de hogar, los
trabajadores autónomos, etc.

Este ministerio tiene como principal función preservar la paz laboral, mediante el
respeto a los derechos fundamentales y laborales.

Competencias del Ministerio de relaciones laborales


Las competencias en el ámbito laboral

Naciones en todo el mundo, han reconocido al conocimiento como el recurso más


importante para incrementar el crecimiento de la sociedad. Por lo tanto, se considera el
conocimiento como parte fundamental en el desarrollo personal y profesional de las
personas.

Según Eurody los individuos que adquieren conocimiento, también logran


capacidades y pueden transformarlas en competencias que les son útiles para sus
actividades laborales y para su desempeño en la sociedad.

A manera de introducción a la variable de competencias, señalamos una de sus


definiciones: “Formar a las personas en un conjunto de conocimientos, habilidades,
actitudes y aptitudes requeridos para lograr un determinado resultado en un ambiente de
trabajo” (Mertens, 1998).

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Esta variable denominada “competencias”, es la que permite establecer un
pronóstico más cercano sobre el rendimiento laboral y lo cual implica estudiar y
determinar el desempeño del capital humano en su puesto de trabajo. Ante lo anterior, las
competencias laborales se relacionan directamente con la formación obtenida en los
institutos académicos a través de los conocimientos, aptitudes y comportamientos que
posteriormente se reflejan en el desempeño del trabajador y, por lo tanto, pueden
determinar las características individuales que inciden en el nivel de éxito y en el
desarrollo de su actividad laboral.

El enfoque en competencias, ha provocado en diferentes países, realizar las


reformas en sus sistemas educativos y de formación para las organizaciones, en
actualizar su estilo de capacitación para su capital humano, adaptándolos a los cambios
organizacionales y a los nuevos perfiles ocupacionales. Lo anterior trae como
consecuencia el desarrollo de nuevas competencias, a través de la actualización y
adquisición de conocimientos, habilidades y aptitudes que favorecen obtener un
desempeño eficiente y de calidad en concordancia con los nuevos requerimientos del
ambiente laboral, (Monzo Arévalo, 2011).

Cuando el escenario económico se hizo tan complejo que las empresas


empezaron a tener problemas con las concepciones y prácticas que hasta ese momento
les habían permitido desenvolverse en el mercado, fue necesario replantear los modelos
según los cuales se concebían los diversos procesos productivos. Fue así como la
perspectiva de competencia empezó a consolidarse y a desarrollarse de manera
ininterrumpida desde los años 70 y en diferentes países de América y Europa, siendo los
Estados Unidos, Inglaterra, Francia y, en cierta medida, México los principales centros de
elaboración conceptual y aplicación práctica del modelo.

Las competencias laborales comprenden todos aquellos conocimientos,


habilidades y actitudes, que son necesarios para que los jóvenes se desempeñen con
eficiencia como seres productivos. Las competencias laborales son generales y
específicas. Las generales se pueden formar desde la educación básica hasta la media.
Las específicas se desarrollan en la educación media técnica, en la formación para el
trabajo y en la educación superior.

Existen algunos otros antecedentes sobre el concepto de las competencias, como


el del profesor de Psicología de la Universidad de Harvard, David C. McClellan, a través

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de su obra en el año de 1973 “Testing for Competence Rather Than Inteligencio”
⎯midiendo la competencia en lugar de la inteligencia⎯ y donde McClellan establece que
los test de inteligencia y los títulos académicos obtenidos no eran suficientemente
confiables por si mismos para predecir el desempeño en el trabajo o el éxito en la vida.
Spencer & Spencer analizan el trabajo de McClellan quienes establecen “la Identificación
de Conductas y Pensamientos Operantes Causalmente Relacionadas con Resultados
Exitosos: Las situaciones de la vida cotidiana y del trabajo raras veces presentan tales
condiciones de prueba”. A través de estas investigaciones encuentra que, para predecir
con una mayor eficacia el rendimiento, era necesario estudiar directamente a las personas
en su área de trabajo.

Los conceptos de competencias presentados por Alles a través de una serie de


tres tomos denominada la trilogía, donde señala y divide las competencias en tres grupos
y estos a la vez en subgrupos, de los cuales establece ejemplos de comportamiento en
una distribución de conceptos. Los aspectos más relevantes son: La selección de las 60
competencias más utilizadas en el siglo XXI e incorpora nuevos conceptos, definiciones
para las competencias, la gestión por competencias y el diccionario de comportamientos,
los cuales se consideran como temas relacionadas con los recursos humanos aplicadas a
las organizaciones que enfrentan los nuevos retos de competitividad global. Según Díaz &
Arancibia el concepto de competencias ha llevado a algunos autores a proponer el
término de “movimiento de las competencias” donde se puede incluir toda diversidad de
definiciones, propósitos, enfoques y clasificaciones.

Considerando la evolución de la tecnología, los procesos de producción y, de


manera general la sociedad, es necesario elevar el nivel de competitividad de la industria
y las condiciones de vida y de trabajo de los individuos, De acuerdo a Ibarra el enfoque de
competencia laboral (CL) surge mundialmente como una respuesta a estos
requerimientos de la globalización, coadyuvando a mejorar permanentemente la calidad y
la pertinencia de la educación, la capacitación y la formación del capital humano. Gallart
menciona que es difícil participar en un debate sobre la formación para el trabajo sin que
se le vincule con la palabra “competencia”, ya que a este concepto se le ha tomado como
la solución a los problemas que el cambio de la tecnología y la globalización económica
han impuesto a la relación entre las calificaciones laborales con la formación profesional.

Gallart define las competencias como un conjunto de saberes puestos en juego


por los trabajadores para resolver situaciones concretas de trabajo. Bajo este concepto

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las competencias han desplazado al antiguo concepto de las calificaciones y se
profundiza en las competencias laborales en relación a las nuevas demandas del trabajo,
no tratándolas solo como un determinado puesto de trabajo, sino desde el enfoque de una
familia de ocupaciones que exigen competencias semejantes a los trabajadores que las
desempeñan, pero de ahí surge la interrogante sobre dónde deben a prender las
competencias laborales y cuánto tiempo les llevara dominarlas. El concepto de
competencias laborales ha evolucionado hasta llegar a las competencias clave, esta
evolución conlleva a las virtudes laborales como la disciplina, puntualidad, etc. hacia la
demanda de otras competencias como trabajo en equipo, capacidad de análisis, aprender
a aprender, capacidad en la solución de problemas, entre otras.

La relevancia del tema de las competencias lo plantea Díaz & Arancibia (2011) y
proponen una serie de definiciones con el objetivo de distinguir y desarrollar un modelo de
competencias. Este enfoque va dirigido principalmente en determinar las competencias de
los individuos que ocupan los cargos clave y operativos de una empresa en Chile, y
también con el fin de aplicarlo tanto a los procedimientos de selección, capacitación y
desarrollo del capital humano dentro de las mismas empresas.

Históricamente, el modelo educativo de las competencias ha surgido como una


alternativa para abordar los modelos y enfoques pedagógicos tradicionales, como el
conductismo, el cognoscitivismo y el constructivismo. En la década de 1990, el modelo las
competencias eran rechazadas por quienes estaban en los otros paradigmas educativos,
pero poco a poco la comunidad pedagógica comenzó a aceptarlas porque brindaban
respuestas pertinentes y claras en torno al currículo, el aprendizaje, la evaluación y la
gestión educativa-docente.

Para Mertens el modelo de formación por competencia laboral (CL) es abordado


por los sistemas del sector educativo con la obviedad de una diferencia entre los países
que la adoptan, esto se debe en medida a la incorporación de aspectos y conceptos
interpretados por cada entidad educativa, que entre otras circunstancias se debe a la
alternancia entre la teoría y la práctica, la evaluación a partir de los criterios de
desempeño en lugar de evaluar solo los conocimientos, la flexibilidad para incorporarse
entre los diferentes subsistemas y el reconocimiento de esta modalidad de formación
laboral por parte de las organizaciones industriales, entre otros.

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Fuentes del derecho laboral
Al hablar de fuentes del Derecho laboral se refiere al origen de esta materia, en
este caso, el artículo 17 de la Ley Federal del Trabajo, señala lo siguiente: A falta de
disposición expresa en la Constitución, en esa Ley o en sus Reglamentos, o en los
tratados a que se refiere el artículo 6o., se tomarán en consideración sus disposiciones
que regulen casos semejantes, los principios generales que deriven de dichos
ordenamientos, los principios generales del derecho, los principios generales de justicia
social que derivan del artículo 123 de la Constitución, la jurisprudencia, la costumbre y la
equidad.

El tratadista Walker Linares expresa que se ve en él la protección a las clases


económicamente débiles; Para Perroux, consiste en el conjunto de medios que reconoce
jurídicamente la persona del trabajador; Según Balell, es la serie de normas jurídicas
referentes a la clase trabajadora; Gallart Folch dice, nace de la regulación de las
relaciones de trabajo entre patronos y obreros.

Con relación al objeto, el Derecho Laboral según Caldera Rodríguez, son las
normas jurídicas aplicadas al hecho social trabajo, en las relaciones entre las partes y con
la colectividad y las tendientes al mejoramiento de los trabajadores.

Para Cardarelli Bringas, constituye las normas rectoras de las relaciones entre el
capital y el trabajo, de patronos y obreros, en las diferentes fases de la producción,
repartición y consumo de las riquezas.

Por la naturaleza del vínculo se define al Derecho Laboral, como el que regula el
trabajo prestado en virtud de un contrato y bajo la dependencia de una empresa privada,
o como el conjunto de leyes que consideran al empleado y al empleador unidos en una
relación laboral, Pergolesi, afirma que es el que rige las relaciones de la prestación
contractual y retribuida del trabajo humano.

Pérez Botija, desde la doctrina de índole dual, es decir basadas en los sujetos y en
la finalidad, manifiesta que el Derecho Laboral es el conjunto de principios y normas que
regulan las relaciones de empresarios y trabajadores y de ambos con el Estado, a los
efectos de la protección y tutela del trabajo.

El Derecho Laboral, tiene la mismo excelente acogida que la de “Derecho del


Trabajo”, ha sido, no obstante, objeto de críticas. Antonio Hernández Gil, señala que la

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designación de “Derecho Laboral”, sin representar ventajas sobre “Derecho del Trabajo”,
es una versión literal de la denominación italiana y constituye un neologismo que no tiene
porqué introducirse.

Guillermo Cabanellas, es un notable defensor de esta expresión, resalta que en el


idioma castellano la palabra “labor” se utiliza como equivalente a “trabajo”. Como
finalidades del Derecho Laboral se señalan distintas, de carácter jurídico, económico y
político.

Dentro de la división general que agrupa a los autores entre el fin normativo o el
de protección del trabajo o de los trabajadores, las tesis principales son las que siguen:
como regulador de la producción; el estudio de las leyes que reglamentan el trabajo; el
contenido típicamente económico; como medio de resolver el problema social; como
recurso para proteger a los débiles, dirigido a la protección de la clase trabajadora; como
regulador del contrato de trabajo.

Néstor de Buen en su obra Derecho del Trabajo, señala que, en términos


generales, parecería factible afirmar que el Derecho Laboral pertenece a un tercer género
que se ha caracterizado siguiendo a juristas como Rad Bruch y a Campillo. Sin embargo,
tal afirmación, que es válida en términos generales, no lo es si se intenta obtener un
resultado científico.

Desde un punto de vista histórico, las disposiciones reguladoras del contrato de


trabajo, han pertenecido, en una primera etapa, al derecho civil. Así ocurrió en Francia, en
el Código Napoleónico; en México ocurrió algo semejante aun cuando sea justo aclarar
que la legislación civil mexicana fue mucho más generosa con los trabajadores que su
antecedente francés.

Esta inclusión en el Código Civil, y la naturaleza misma de las relaciones


reguladas, otorgaron entonces al derecho laboral, el carácter de derecho privado, ya que
se trataba de un derecho individualista, regulador de relaciones entre particulares, que
intentaba realizar la justicia conmutativa.

De la Cueva, expresa que aún vigente la Ley Mexicana Laboral de 1931, el


derecho laboral no perdió totalmente sus vinculaciones con el derecho privado, al grado
de que reprodujo muchas de sus normas y fórmulas, insiste en la naturaleza contractual
del pacto creador de la relación de trabajo y declara al derecho común como un derecho
supletorio.

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Aun ahora, pese a las afirmaciones que hace De la Cueva, implicando una nueva
idea del Derecho del Trabajo, existen normas reguladoras de relaciones laborales que
tienen un cierto aire privatístico, lo que el fondo no es malo por sí mismo y, en todo caso,
se conservan expresiones que tienen obvias raíces en una terminología propia del
derecho privado, por ejemplo, las de contrato individual y contrato colectivo de trabajo

En el Ecuador, existen irregularidades frente al cumplimiento de los derechos de


los trabajadores, sin embargo, existen gremios de trabajadores de sectores específicos
que reclaman los derechos conculcados, un ejemplo de esto, es lo ocurrido en el año
2006, cuando el Consejo Nacional del Trabajo, junto con la Comisión Legislativa de lo
Social lograron un avance en la Ley, que garantizó el respeto a los derechos laborales de
los trabajadores frente a las Compañías de Intermediación de personal.

Pese a todo esto, se evidenció un retroceso en el reconocimiento de los Derechos


laborales cuando en agosto del 2010, a través de decretos ejecutivos y leyes como el
1701 que restringen los derechos de los trabajadores y tienen por objetivo eliminar la
estabilidad laboral y subsidios como consecuencia de la contratación colectiva y los
derechos sindicales.

Así mismo cabe mencionar el duro golpe que afectó a miles de trabajadores
cuando se crea la tan cacareada flexibilización laboral que parecería, en principio,
vulnerar los derechos de los trabajadores y favorecer al sector empresarial, cuando a
través de ésta, el empleador podría contar con la fuerza de trabajo de su empleado, sin
tener la obligación de cancelar nada adicional, independientemente de la jornada que se
elija.

A través de un barrido de los textos Constitucional en contraste con el Código


Laboral encontrando además instrumentos jurídicos tales como La Ley orgánica de
Justicia laboral y Reconocimiento del Trabajo en el Hogar, la Ley Orgánica de Servicio
Público y los Mandatos Constitucionales desde la Asamblea Constituyente de Montecristi,
se puede constatar que los ecuatorianos están conscientes que la Legislación laboral no
contempla todos los aspectos importantes que tienen que ver con el ofrecimiento de la
noción como consecuencia directa del desarrollo de la humanidad.

Lo cierto es que esta noción, vaga e imprecisa juega un papel importante en las
relaciones jurídicas y está latente en todas las ramas y esferas de la actividad humana,
sosteniendo siempre que el orden público es un fundamento necesario, inexorable e

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indispensable en la Legislación Laboral. Además, es conocido que la Asamblea Nacional
legisla redactando Leyes en favor de los ecuatorianos que se codifica con el Código de
Relaciones Laborales, procediendo así con el presidente de la república que sanciona y
ordena publicar en el respectivo Registro Oficial, para que posterior ejecute el Ministerio
de Relaciones Laborales y la Función Judicial, entidades encargadas de controlar las
relaciones de empleadores con los trabajadores.

FUENTES:

Son fuentes del Derecho Laboral de carácter general; la ley, la doctrina, la


jurisprudencia y la costumbre; a éstas fuentes se pueden sumar los convenios
internacionales, especialmente los que están suscritos con la O.I.T (Organización
Internacional del Trabajo).

LA LEY. - Los principales cuerpos jurídicos que se constituyen en fuentes del


derecho Laboral son:

 La Constitución de la República; en este caso vigente publicada en


el Registro Oficial Nro. 449, del 20 de octubre del 2008, que en su Art. 325 y
siguientes contiene todo lo referente al trabajo.
 El Código del Trabajo. - La Constitución Política declara derechos,
establece garantías, pero la aplicación práctica de esos derechos y la vigencia
efectiva de esas garantías dependen de la existencia de leyes que las hagan
viables; éste es el caso del Código del Trabajo.
 El Contrato Colectivo. - Que es un convenio suscrito entre el
empleador y los trabajadores de una empresa representados por una asociación,
en dicho contrato se establecen las garantías de las que serán beneficiados los
miembros de la referida asociación. Generalmente un contrato colectivo contiene
cláusulas sobre vigencia, amparo, sueldos, vacaciones, estabilidad e
indemnizaciones.

LA DOCTRINA. - Está constituida por el conjunto de textos, revistas y


publicaciones referentes a la materia laboral. También constituyen criterios sobresalientes
que de una u otra manera aportaron para el desarrollo del Derecho del Trabajo. En este
aspecto destacan La Doctrina Social de la Iglesia y el pensamiento marxista; la Encíclica
Rumrum Novaran, publicada en 1891 por el Papa León XIII, es el documento que mejor

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expone el pensamiento eclesiástico sobre el tema y El Manifiesto del Partido Comunista,
de Carlos Max y Federico Engels, 1848, lo hace respecto al marxismo.

LA JURISPRUDENCIA. - Comprende el conjunto de resoluciones que en materia


laboral han sido dictadas por la Excma. Corte Suprema de Justicia; en el presente caso
por las Salas Especializadas de lo Laboral y Social; que se constituyen en jurisprudencia
obligatoria cuando son reiterados.

LA COSTUMBRE. - Hemos de entender por costumbre, como fuente de derecho,


la repetición constante, general y uniforme de actos de la misma especie, acompañada de
la convicción de que ella responda a una necesidad jurídica y a la necesidad de que
impere el orden y la justicia en el ámbito de las relaciones sociales a que ellas se refiere.
El Código Civil señala que la costumbre constituye derecho solo en los casos que la ley
se remita a ella; en nuestro campo tenemos el caso del Art. 8 del Código del Trabajo,
cuando se refiere al salario a fijarse entre las partes. (Dr. Julio César Trujillo. Derecho del
Trabajo).

La legislación: La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es el


ordenamiento normativo superior de cualquier ley laboral, en sus artículos 3, 5, 32, 73
fracción X, 115 fracción VIII, 116 fracción V y 123, se señalan la libertad del empleo, la
preferencia de los trabajadores mexicanos sobre los extranjeros, la facultad que tiene el
Congreso de la Unión para legislar en materia laboral, la regulación de los trabajadores al
servicio de los municipios y entidades federativas

El artículo 123 se divide de la siguiente manera:

 Rige entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos,


artesanos y de una manera general, todo contrato de trabajo
 Es el fundamento para la Ley Federal del Trabajo.
 Determina la creación de Junta Federal de Conciliación y Arbitraje
para la resolución de controversias, y Juntas Especiales de la Federal de
Conciliación y Arbitraje
 Rige entre los poderes de la Unión, el gobierno del Distrito Federal,
los Estados, los gobiernos Municipales, y sus trabajadores.
 Es fundamento para la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado, Ley de los Servidores Públicos del Estado de México, así como de
todas las leyes de los Estados de la República Mexicana

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Características:

No existe entre los Tratadista unidad de criterios acerca de las características y de


los principios peculiares del Derecho Laboral, sin embargo, la fisonomía y sustantividad
propias del Derecho del Trabajo provienen de esos caracteres y principios peculiares que,
además, se manifiestan en las instituciones, sujetos, objeto, consecuencia e interpretación
de las normas laborales.

Ante la necesidad de determinar características y principios del Derecho Laboral,


hemos optado por analizar los que son más reconocidos por la doctrina y los que tienen
relación inmediata con el espíritu y el alcance de la legislación positiva de nuestro País.

Principios:

El término principio aplicado a una ciencia, hace referencia a los fundamentos, a la


filosofía y a las ideas básicas en la que se sustenta dicha ciencia; el Derecho del Trabajo,
considerado como ciencia, se inspira en principios propios, diferentes de los que sirven de
fundamento a las otras ramas del Derecho y estos principios, a la par que le confieren una
fisonomía propia, sirven para determinar el alcance y el espíritu de las leyes laborales.

El Dr. Julio César Trujillo en su obra Derecho del Trabajo, señala como principales
principios del Derecho del Trabajo los siguientes:

Irrenunciabilidad de derechos. - Por renuncia de derechos se entiende el acto


jurídico en virtud del cual el titular se despoja de algunos derechos que le corresponden a
favor o beneficio de otra persona. La renuncia de derechos es reconocida jurídicamente
cuando versa sobre aspectos que atañen exclusivamente al interés particular del
renunciante y siempre que sea consentida libremente por el mismo renunciante y no se
perjudique con ella a terceros

La Transacción. - Íntima relación con la irrenunciabilidad de derechos mantiene la


institución de la transacción, ósea la posibilidad de que empleadores y trabajadores en el
curso de un juicio o fuera de él, para evitarse los inconvenientes de la controversia judicial
o para ponerla término, lleguen a un acuerdo a base de recíprocas concesiones.

Principio de favor o pro operario. - Se ha sostenido que el Derecho del Trabajo


es un estatuto eminentemente protector del trabajador, ahora bien, si en algún caso no
fuera posible fijar con certeza el alcance de sus normas, no puede menos que

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interpretárselas en el sentido que favorezcan al trabajador, cuya protección de preferencia
persiguen.

La intangibilidad. - Significa este principio que el legislador ecuatoriano no pude


mediante ley desmejorar las condiciones, derechos y prestaciones que a favor de los
trabajadores se encuentran legalmente establecidos a la fecha en la que se va a expedir
la nueva ley.

El principio de intangibilidad se halla consignado en el numeral 2 del Art. 326 de


nuestra Constitución, en el que se expresa: “Los derechos laborales son irrenunciables e
intangibles. Será nula toda estipulación en contrario”.

Derecho, obligatoriedad y libertad de trabajo. - Principios que si bien diferentes,


uno y otro se complementan. Entiéndase por derecho al trabajo la facultad que tiene el
hombre para exigir se le ofrezca oportunidades para trabajar, el sujeto pasivo de este
derecho es el Estado, pues a éste corresponde el promover la realización del bien común.

Concepto de derecho laboral


La historia del derecho laboral no es tan antigua como la del trabajo, esta última
existe desde que el hombre comenzó a trabajar para satisfacer sus necesidades
básicas. Durante muchos años fueron varias las culturas que implementaron el
esclavismo como medio de dominación. Los primeros vestigios del derecho laboral
aparecieron en la antigua Roma, donde los empleadores tenían ciertas obligaciones
frente a sus trabajadores (como garantizarles techo y comida) que a su vez juraban
fidelidad a su dueño. Tras la caída de este Imperio y en la Edad Media se comenzó a
pensar en el trabajo como una actividad social y a tomar dimensión de su importancia.
El Derecho Laboral nació a consecuencia de las necesidades de regular las relaciones
entre el trabajador y el patrón, con la finalidad de ser equitativo los derechos y
obligaciones tanto uno para el otro y sostener el equilibrio social
Posteriormente, en 1931, se creó la Ley Federal del Trabajo, misma que fue
reglamentaria del artículo 123 Constitucional, ley que reguló las relaciones entre capital
y trabajo y para ello se crearon autoridades como los inspectores del trabajo, juntas
municipales de conciliación, juntas centrales de conciliación y las comisiones especiales
de salarios mínimos y en 1970 esa misma norma legal introdujo mayores prestaciones
como: mejoramiento y protección de los salarios, otorgamiento de habitación para los
trabajadores, primas de antigüedad, reparto de utilidades, y mejores procesos para

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regular la impartición de justicia en las Juntas de Conciliación y Arbitraje. El Derecho
Laboral es un derecho protector de la clase trabajadora, a su vez busca el equilibrio de
los factores de producción, capital y trabajo, al garantizar que las fuentes de empleo y la
productividad permitan un nivel de vida digno al trabajador y su familia. El Derecho
Laboral, desde el punto de vista legal, es el conjunto de normas jurídicas que regula las
relaciones laborales con el fin de conseguir equilibrio entre el patrón y trabajador.
Dentro de la concepción clásica de política, el Derecho Laboral es definitivamente una
herramienta para su implementación, puesto que su objetivo final es regular las
relaciones para mejorar la calidad de vida de los actores.
Horario de trabajo según el derecho laboral en Ecuador
La legislación laboral de Ecuador estipula que un empleado no debe trabajar
más de 40 horas en una semana laboral estándar, y que cada día de trabajo no debe
durar más de ocho horas.
Las horas complementarias están permitidas, pero deben ser remuneradas
adicionalmente en proporción al tiempo trabajado.
Hay que tener en cuenta que en Ecuador suele haber entre 11 y 12 días festivos
nacionales que caen en días laborables por año natural.
El ofrecimiento de la noción como consecuencia directa del desarrollo de la
humanidad, envuelve necesariamente su imprecisión sin que los autores puedan
determinar y definir que debe entenderse por orden público. Lo cierto que esta noción,
vaga e imprecisa juega un papel importante en las nociones jurídicas y está latente en
todas las ramas y esferas de la actividad humana.
Pisarello, define el concepto laboral como hecho que interesa a la colectividad,
constituye un fenómeno cada vez más complejo, que responde a necesidades vitales
de la comunidad y que se rige por leyes que ella misma establece. Dicho autor expresa
que “toda sociedad establece, en cada momento de su evolución, la forma en que las
actividades laborales deben desarrollarse para satisfacer las necesidades generales
que atiende”, de lo cual se puede concluir que el trabajo es el resultado de una
necesidad social.
Por ello, es un derecho humano que, tal como lo expresa el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas en la Observación General Nº
18, sobre contenido normativo del Articulo 6 Derecho al Trabajo del Pacto de
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), aprobada el
24 de noviembre de 2005 en Ginebra, constituye un derecho fundamental y esencial

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para la realización de otros derechos humanos y constituye una parte inseparable e
inherente de la dignidad humana, por lo cual toda persona tiene derecho a trabajar para
poder vivir con dignidad.
En el Sistema Interamericano, por una variedad de circunstancias y razones, los
instrumentos y mecanismos de protección han tenido muy poco énfasis en el
tratamiento de los derechos económicos, sociales y culturales. Por ello, resulta
necesario acudir a los criterios que han ido desarrollando otros mecanismos de
supervisión, como el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de
Naciones Unidas.

Principios generales laborales


No es posible pretender hacer frente al tema de los principios del derecho del
trabajo, olvidar aquella que puede considerarse una obra clásica, al menos entre los
juristas de habla hispa-na, respecto del tema en cuestión, cual es el brillante trabajo del
maestro uruguayo Américo Plá Rodríguez, y que lleva por título el tópico del cual trata,
y en la cual que, ya desde el primer párrafo de su introducción, afirma la singularidad o
particularidad de ciertos principios del derecho laboral en relación a otras ramas del
derecho. No estaba equivocado el maestro Plá. Es cierto que puede considerarse que
el derecho del trabajo, o derecho laboral, abre-va en determinados principios jurídicos
propios del derecho común. Pero no es menos cierto que aquella disciplina, que vincula
a quienes prestan tareas por cuenta ajena con las personas para las cuales trabajan, se
funda específicamente en unos principios que le son más o menos propios, pero que en
su conjunto la distinguen de las otras ramas del derecho, y que, como tales, le dan su
base, su impronta, su justificación y su importancia esencial como instrumento para
lograr la concreción de la justicia en los vínculos que abarca.
Y tal es la importancia de dichos principios, que no es posible que quien abrace
la disciplina jurídica laboral prescinda de su estudio y consideración. Más aún, acaso
sea el gran tema de dicha disciplina, y posiblemente el que mejor deba dominar el
jurista laboral, junto con el propio concepto del derecho del trabajo, pues resulta la base
primera sobre la cual se asienta todo el andamiaje de esta rama autónoma, y cuyo
dominio permite discernir lo justo en las relaciones entre empleados y empleadores.
Según lo describe el Diccionario de la Lengua Española publicado por la Real
Academia, existen varias acepciones del término principio, también análogo, tres de las

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cuales pueden considerarse en relación al aspecto jurídico del concepto de principio, a
saber, a) base, fundamento, origen, razón fundamental sobre la cual se procede
discurriendo en cualquier materia; b) cualquiera de las primeras proposiciones o
verdades por donde se empiezan a estudiar las facultades, y son los rudimentos y
como fundamentos de ellas; y c) norma no legal supletoria de ella y constituida
por doctrina o aforismos que gozan de general y constante aceptación de
jurisconsultos y tribunales.
No obstante ello, pareciera que quien más ha acertado en la definición
contextual exacta del término principio ha sido Félix Adolfo Lamas, quien
apoyándose en las enseñanzas del magno Aristóteles de Esta gira, ha expresado: “...
principio es aquello de lo cual algo procede, sea en la línea del ser, del conocer o del
obrar.”3Definición contextual, por cierto, que coincide precisamente con la cuarta
acepción incluida en el Diccionario de la Lengua Española, ya consignadas, debiendo
agregarse que el principio laboral es universal, y tiene una generalidad que puede
denominarse “de segundo grado”, que impide su inmediata individualización y
aplicación, lo cual debe hacerse a través de una norma, precepto general pero
inmediatamente posible de individualizar y aplicar, a la cual se llega desde los principios
a través de la inferencia o deducción, de manera similar al proceso que se da en
cualquier ciencia, sacando conclusiones demostrativas a partir de dichos principios, o
bien mediante un proceso de inducción, que consiste en sacar de la aplicación de los
principios en casos particulares una conclusión general, que es la norma.
Así lo planteó Santo Tomás de Aquino hace ya varios siglos, y así puede
plantearse hoy, con una simple observación de la realidad jurídica. En efecto, hubo de
señalar de Aquinate: “Así también, este vocablo “derecho” originalmente se empleó
para significar la misma cosa justa. Pero más tarde se derivó a denominar el arte con
que se discierne qué es lo justo; después a designar el lugar donde se otorga el
derecho, como cuando se dice que alguien “comparece a derecho”; finalmente es
llamada también la sentencia dada por aquel a cuyo ministerio pertenece administrar
justicia, aun cuando lo que resuelva sea inicuo. De dichos analizados, se impone
señalar, delimitado al as-pecto jurídico-laboral, que constituyen la significación del
derecho del trabajo o derecho laboral como disciplina autónoma, en tanto aquella
que abarca la relación de trabajo en dependencia, es decir, el vínculo que une a quien
trabaja por cuenta ajena, prestan-do tareas para otro, quien resulta el dado de trabajo,
de tal suerte que la relación de dependencia sería todo acto lícito, ya consista en una

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ejecución de obras o en una prestación de servicios, que una persona brinda a
otra, quien a su vez tiene la facultad de dirigirlo, y que es remunerado.
En otras palabras, debe hacerse hincapié en que el principio protectorio del
derecho del trabajo es aquél que da forma y fundamento a dicha disciplina jurídica, y
constituye el elemento en que ella se basa, en tanto pretende reconocer al dependiente,
quien se presenta como la parte económicamente más débil de una relación
laboral, una serie de prerrogativas, que resulten de utilidad para evitar o repeler
eventuales abusos por parte del empresario, quien aparece como la parte más fuerte
desde el punto de vista económico, en tanto dueño del capital y de los medios de
producción.
Así, la protección del trabajador constituye la esencia del derecho laboral, y ella
se concreta en el reconocimiento de una des-igualdad jurídica a favor del dependiente,
es decir, un trato discriminatorio positivo hacia el empleado, con el objeto de compensar
la desigualdad económica que habitualmente se verifica en cabeza del empresario. Por
ello, el fundamento y base esencial del derecho del trabajo se encuentra dado por el
principio protectorio, que puede definirse como aquello de lo cual procede el derecho del
trabajo a fin de lograr un cierto equilibrio jurídico entre empleado y empleador en la
relación laboral en dependencia, y así permitir el imperio de la justicia en dicho tipo de
vinculación particular.
Dicha protección se verifica, a su vez, en un accionar del Es-todo en tres niveles,
cada uno correspondiente a las tres diferentes funciones del Poder, a saber, el nivel
legislativo, el administrativo, y el jurisdiccional. Es decir, a través de su facultad propia de
sancionar normas, ejerciendo su función legislativa, en virtud de la cual limita la
autonomía de la voluntad en la contratación entre el trabajador y el empleador, el Estado
impone un conjunto de disposiciones que las partes no pueden dejar de lado en la
contra-nación, lo cual se conoce como orden público laboral.
Ahora bien, en tales circunstancias, es evidente que la convivencia entre el
empleador y el trabajador en el seno de la empresa, puede generar tensiones y, por
ende, conflictos, surgidos de los distintos intereses que animan a cada una de las partes,
los cuales se ven alimentados porque el beneficio económico o material de una de ellas
será inversamente proporcional a la mengua de aquel que ha de obtener el otro.
Más aún, también debería aplicarse el principio de entropía, en el contenido de la
legislación vigente y en la aplicación que los jueces hagan de ella, a la consideración o
situación particular, en la relación de dependencia, del propio empresario titular de un

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emprendimiento unipersonal o integrante de una persona jurídica, de pequeña o
mediana magnitud.
El postulado de coordinación económica y justicia social se fundamenta en el
objeto mismo del Derecho Laboral, al buscar la equidad entre empleadores y
trabajadores, reconociendo de esta manera la existencia de dos clases sociales: la de
los primeros, identificada como aquella que posee los medios de producción; y la de los
segundos, que es la de quienes proveen, a cambio de un salario, sus capacidades,
conocimientos y aptitudes físicas e intelectuales, para mantener y hacer más productivos
los medios con los que cuenta el empleador.
La igualdad, entendida desde su esfera material, requiere del despliegue de
diversas actividades que garanticen su efectividad. En el ámbito laboral hace referencia
básicamente al postulado de: “a trabajo igual, salario igual”, independientemente de las
condiciones de raza, sexo, religión, ideología, orientación sexual o cualquier otro rasgo
que no guarde relación con las capacidades intrínsecas del trabajador para el desarrollo
de la labor para la cual fue contratado.
Principio tuitivo:
El principio tuitivo o protector hace referencia a la garantía jurídica que se otorga
a los trabajadores, para el reconocimiento de la situación que les resulte más
beneficiosa, evitando que los cambios normativos o las interpretaciones jurídicas
amenacen la eficacia en la garantía de sus derechos.
De igual forma, este principio busca evitar que los acuerdos que se hagan entre
las partes menoscaben la libertad, los derechos mínimos e irrenunciables de los
trabajadores y las condiciones básicas laborales de las que deben gozar. El principio
tuitivo o protector consta de dos manifestaciones fundamentales: una relacionada con el
principio de favorabilidad y otra con el principio denominado In Dubio Pro Operario.
Ambos están dirigidos a garantizar la mejor apropiación, por parte del operador jurídico,
de los derechos mínimos de los trabajadores y a mejorar en lo posible la aplicación de
las disposiciones normativas. En variada jurisprudencia, las Altas Cortes se han
manifestado sobre la correcta aplicación de este principio, de manera que se garantice la
unificación de estos postulados. Mediante Sentencia C-168 de 1995, la Corte
Constitucional manifestó que, quien ha de aplicar o interpretar las normas escoger
aquella que resulte más beneficiosa o favorezca al trabajador.
El principio In Dubio Pro Operario, manifiesta que toda duda ha de resolverse en
favor del trabajador, porque en este caso tan solo existe un precepto que reglamenta la

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situación que va a evaluarse y, como admite distintas interpretaciones, se ordena
prohijar la que resulte más favorable al trabajador. Entonces se ve que la favorabilidad
resulta aplicable cuando hay varias fuentes de Derecho, mientras que en el principio pro
operario basta una fuente que admita interpretaciones diversas.
La tarea de este operador jurídico, en el marco de protección actual, resulta
entonces de especial importancia y, como se manifestó en Sentencia T-01 de 1999, el
juez debe fallar bajo los postulados constitucionales, evitando una decisión arbitraria que
pueda afectar el equilibrio en las relaciones laborales. Así las cosas, fallos de tutela en
los cuales se ordena el reintegro de los trabajadores, el pago de indemnizaciones no
probadas y demás sanciones hacia el empleador, que resultan en actividades no
previstas en las normas o de carácter económico que exceden el marco de protección de
la acción de tutela, deben ser evaluadas en el contexto actual, pues evidentemente
desmotivan la formalización laboral y alteran el equilibrio social, tan caro para los
cimientos mismos del Derecho Laboral.

Conceptos de relaciones de trabajo


El artículo 20 de la Ley Federal del Trabajo señala: Se entiende por relación de
trabajo cualquiera que sea el acto que le dé origen, la prestación de un trabajo personal
subordinado a una persona, mediante el pago de un salario.
Desglosemos el concepto anterior de la siguiente manera:
 La relación laboral, es el trabajo personal que obliga sólo a las
personas involucradas en él, el trabajador está obligado a cumplir con las
actividades encomendadas por el patrón, a cambio de una contraprestación que
es el salario, el trabajo no puede ser realizado por una tercera persona que
designe el mismo trabajador para su suplencia en la fuente laboral.
 La subordinación, es el superior jerárquico llamado patrón, que
encomienda las actividades al trabajador, desenvolviéndose éste de acuerdo a
sus aptitudes y capacidades.
 El salario, es el pago por los servicios prestados del trabajador
hacia el patrón.
Como ya lo vimos en el subtema anterior, la relación de trabajo se da con dos
sujetos: Patrón y Trabajador, quienes se encuentran sujetos a derechos y obligaciones
que la Ley Federal del Trabajo encomienda a ambos, además de estos sujetos, existe

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otras figuras jurídicas que son los intermediarios de los patrones y los representantes del
patrón, personas que a continuación se describen.
El artículo 8 de la Ley Federal del Trabajo, Trabajador es la persona física que
presta a otra, física o moral, un trabajo personal subordinado. Se entiende por trabajo
toda actividad humana, intelectual o material, independientemente del grado de
preparación técnica requerido por cada profesión u oficio.
Esta misma ley federal distingue otro tipo de trabajadores, siendo los de
confianza que depende de la naturaleza de las funciones desempeñadas y no de la
designación que se dé al puesto. Son funciones de confianza las de dirección,
inspección, vigilancia y fiscalización, cuando tengan carácter general, y las que se
relacionen con trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento,
esta categoría se analizará en el capítulo ocho del presente libro didáctico.
Las relaciones laborales pueden ser por:
a) Obra determinada, solo se contrata a los trabajadores para el cumplimiento y
terminación de una obra específica, por ejemplo: lo que dure la construcción de un
edificio, aquí no importa el fijar tiempo para la terminación del edificio, si no que la
relación laboral terminará cuando culmine la construcción del proyecto.
b) Tiempo determinado, solo se contrata a los trabajadores por cierto tiempo, por
ejemplo: ya sea por quince días, seis meses, etc. El artículo 37 de la Ley Federal del
trabajo únicamente se deben de celebrar estos contratos cuando lo exija la naturaleza
del trabajo que se va a prestar, cuando tenga por objeto el substituir temporalmente otro
trabajador y en los demás casos previstos por la ley.
c) Tiempo indeterminado, se contrata a los trabajadores sin saber cuál es la fecha
de terminación laboral.
La rescisión de las relaciones de trabajo no es otra cosa que la finalización de la
misma, decretada por alguna de las dos partes, en forma unilateral o, como cuando la
otra ha incumplido alguna de las obligaciones establecidas, el trabajador o el patrón
podrá rescindir en cualquier tiempo la relación de trabajo, por causa justificada, sin
incurrir en responsabilidad.
El concepto de trabajo ha cambiado históricamente, y conviene recapitular acerca
de la construcción de su significado. En su aspecto más básico, el trabajo puede
entenderse como la transformación de un objeto a partir de la actividad humana,
utilizando determinados medios de producción para generar un producto con valor de
uso y, en ciertas condiciones, con valor de cambio. Esta actividad no es aislada, sino que

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implica cierta interacción con otros hombres y, como resultado de ella, el hombre genera
productos y él mismo se transforma. Además, el trabajo implica cierto nivel de conciencia
de las metas, y la manera de lograrlas. Esta definición tan general tiene que ser
contextualizada históricamente:
En primer lugar, en cuanto al objeto de trabajo y los medios de producción. Antes
de que adquiriera importancia la producción inmaterial, el objeto de trabajo provenía
fundamentalmente de la naturaleza de manera inmediata o mediata como resultado de
trabajos anteriores. Sin embargo, si algo caracteriza y modifica los anteriores conceptos
de trabajo y de procesos de trabajo a fines del siglo XX, esto es la extensión de la
producción inmaterial y de la transformación y generación de objetos puramente
simbólicos.
El artículo 47 de la Ley Federal del Trabajo señala las causas de rescisión de la
relación laboral de trabajo, sin responsabilidad para el patrón y son:
I. Engañarlo el trabajador o en su caso, el sindicato que lo hubiese
propuesto o recomendado con certificados falsos o referencias en los que se
atribuyan al trabajador capacidad, aptitudes o facultades de que carezca. Esta
causa de rescisión dejará de tener efecto después de treinta días de prestar
sus servicios el trabajador.
II. Incurrir el trabajador, durante sus labores, en faltas de probidad u
honradez, en actos de violencia, amagos, injurias o malos tratamientos en
contra del patrón, sus familiares o del personal directivo o administrativo de la
empresa o establecimiento, salvo que medie provocación o que obre en
defensa propia.
III. Cometer el trabajador contra alguno de sus compañeros,
cualquiera de los actos enumerados en la fracción anterior, si como
consecuencia de ellos se altera la disciplina del lugar en que se desempeña el
trabajo.
IV. Cometer el trabajador, fuera del servicio, contra el patrón, sus
familiares o personal directivo administrativo, alguno de los actos a que se
refiere la fracción II, si son de tal manera graves que hagan imposible el
cumplimiento de la relación de trabajo.
V. Ocasionar el trabajador, intencionalmente, perjuicios materiales
durante el desempeño de las labores o con motivo de ellas, en los edificios,

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obras, maquinaria, instrumentos, materias primas y demás objetos
relacionados con el trabajo.
VI. Ocasionar el trabajador los perjuicios de que habla la fracción
anterior siempre que sean graves, sin dolo, pero con negligencia tal, que ella
sea la causa única del perjuicio.
VII. Comprometer el trabajador, por su imprudencia o descuido
inexcusable, la seguridad del establecimiento o de las personas que se
encuentren en él.
VIII. Cometer el trabajador actos inmorales en el
establecimiento o lugar de trabajo.
IX. Revelar el trabajador los secretos de fabricación o dar a conocer
asuntos de carácter reservado, con perjuicio de la empresa.
X. Tener el trabajador más de tres faltas de asistencia en un período
de treinta días, sin permiso del patrón o sin causa justificada.
El patrón deberá dar al trabajador aviso escrito de la fecha y causa o causas de
la rescisión.
El aviso deberá hacerse del conocimiento del trabajador, y en caso de que éste
se negare a recibirlo, el patrón dentro de los cinco días siguientes a la fecha de la
rescisión, deberá hacerlo del conocimiento de la Junta respectiva, proporcionando a ésta
el domicilio que tenga registrado y solicitando su notificación al trabajador.
Rescisión de las relaciones laborales, sin responsabilidad para el
trabajador:
El artículo 51 de la Ley Federal del Trabajo señala las causas de rescisión de la
relación de trabajo, sin responsabilidad para el trabajador y son:
I. Engañarlo el patrón, o en su caso, la agrupación patronal al
proponerle el trabajo, respecto de las condiciones del mismo. Esta causa de
rescisión dejará de tener efecto después de treinta días de prestar sus
servicios el trabajador.
II. Incurrir el patrón, sus familiares o su personal directivo o
administrativo, dentro del servicio, en faltas de probidad u honradez, actos de
violencia, amenazas, injurias, malos tratamientos u otros análogos, en contra
del trabajador, cónyuge, padres, hijos o hermanos.

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III. Incurrir el patrón, sus familiares o trabajadores, fuera del servicio,
en los actos a que se refiere la fracción anterior, si son de tal manera graves
que hagan imposible el cumplimiento de la relación de trabajo.
IV. Reducir el patrón el salario del trabajador.
V. No recibir el salario correspondiente en la fecha o lugar
convenidos o acostumbrados.
VI. Sufrir perjuicios causados maliciosamente por el patrón, en sus
herramientas o útiles de trabajo.
VII. La existencia de un peligro grave para la seguridad o salud del
trabajador o de su familia, ya sea por carecer de condiciones higiénicas el
establecimiento o porque no se cumplan las medidas preventivas y de
seguridad que las leyes establezcan.
“La palabra jornada se deriva del latín geonata, que significa la parte del día que
se dedica al trabajo. Igual concepción se sostiene hoy, pues se entiende por jornada las
horas del día que el trabajador está a disposición del patrón a fin de realizar el trabajo
convenido”.
Es preciso mencionar que los trabajadores no están obligados a prestar sus
servicios por un tiempo mayor de los señalados como máximos en cada una de las
jornadas laborales, de lo contrario, si la prolongación del tiempo es de nueve horas a la
semana, sin nunca exceder de tres horas diarias ni de tres veces a la semana, se
computará tiempo extraordinario, motivo que obliga al patrón a pagar al trabajador el
tiempo excedente con un ciento por ciento más del salario que corresponda a las horas
de la jornada, pero si excede de nueve horas a la semana, el tiempo extraordinario, el
patrón está obligado a pagar con un doscientos por ciento más del salario que
corresponda a las horas de la jornada.
El artículo 69 de la ley Federal del Trabajo señala que por cada seis días de
trabajo disfrutará el trabajador de un día de descanso, por lo menos, con goce de salario
íntegro. Se procurará que el día de descanso obligatorio sea el domingo, y el salario de
ese día de descanso se pagará como si fuera un día laboral. Todos los trabajadores que
presten servicio en día domingo tendrán derecho a una prima adicional de un veinticinco
por ciento, por lo menos, sobre el salario de los días ordinarios de trabajo.
Por otra parte, “los trabajadores no están obligados a prestar servicios en sus
días de descanso. Si se quebranta esta disposición, el patrón pagará al trabajador,

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independientemente del salario que le corresponda por el descanso, un salario doble por
el servicio prestado”.
La principal obligación de los trabajadores en su fuente laboral es prestar un
servicio personal y subordinado y la obligación del patrón es retribuir ese servicio
recibido, a esto le llamamos salario. El artículo 82 de la Ley Federal del Trabajo señala
que: Salario es la retribución que debe pagar el patrón al trabajador por su trabajo.
TIPOS DE SALARIOS
Antes de pasar a estudiar los tipos de salarios, hay que conocer el significado de
salario mínimo, siendo que el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo lo define como la
cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios prestados en
una jornada de trabajo. En otras palabras, el salario mínimo, es el pago que debe de
percibir un trabajador como mínimo por el producto de su trabajo.
“Los salarios mínimos podrán ser generales para una o varias áreas geográficas
de aplicación, que pueden extenderse a una o más entidades federativas”, en nuestro
país de dividen en tres áreas geográficas A, B y C.

La eficacia de las normas laborales constituye un campo de estudio propio


del derecho del trabajo y no un derivado de la sociología jurídica. Obra a favor de este
punto de vista no solamente consideraciones de índole teórica, sino el imperativo
del derecho del trabajo de cumplir con el designio re/equilibrador de una relación social y
económicamente desigual. En la primera parte del artículo se construye un marco
referencial para una investigación y se descompone el concepto de eficacia en sus
elementos fundamentales, mientras que en la segunda se opta por seguir la trayectoria
de uno de esos elementos según las observaciones de la Comisión de expertos de la
OIT en una selección de países

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BIBLIOGRAFÍA
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iberoamericana, Buenos Aires, Editorial Heleaste, 1987.
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de Apoyo Humanitario para combatir la crisis sanitaria derivada del Covid-19” y su
posible vulneración a los derechos laborales. Revista Científica FIPCAEC (Fomento de
la investigación y publicación científico-técnica multidisciplinaria). ISSN: 2588-090X. Polo
de Capacitación, Investigación y Publicación (POCAIP), 6(3), 137-156.
Balestero Casanova, M. (2020). ¿ Qué es el derecho a la estabilidad laboral
tecnológica?. Revista de Derecho (Universidad Católica Dámaso A. Larrañaga, Facultad
de Derecho), (21), 118-148.

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