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REFLEXIONES SOBRE EL LIBRO DE JOB

Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job. Aquel hombre era


intachable[a], recto, temeroso de[b] Dios y apartado del mal. 2 Le nacieron siete
hijos y tres hijas. 3 Su hacienda era de 7,000 ovejas, 3,000 camellos, 500 yuntas de
bueyes, 500 asnas y muchísima servidumbre. Aquel hombre era el más grande de todos
los hijos del oriente.
4 Sus hijos acostumbraban ir y hacer un banquete en la casa de cada uno por turno, e
invitaban[c] a sus tres hermanas para comer y beber con ellos. 5 Cuando los días del
banquete habían pasado[d], Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose
temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía:
«Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones». Job siempre
hacía así.
JOB 1:1-5. NBLA

Job, es un justo oriental, es significativo que el protagonista del libro sea un extranjero,
por todas las implicaciones que su inclusión como ejemplo de piedad tiene dentro de la
comprensión del pueblo escogido como integrado desde el inicio también por
extranjeros, además, un extranjero que encarna la sabiduría, pues, es el género del libro.
Aparece el personaje Job, como un justo sufriente, que después, veremos concretada
su tipología en el justo sufriente por excelencia que es Jesús, el inocente que sufre, y su
sufrimiento perfecto perfecciona, salva y sana a los hijos de Dios.
En el texto, resalta el tema de la teodicea, o la pregunta por el sentido del sufrimiento,
el tema de la justicia, se busca la explicación a la cuestión: ¿porque ocurren cosas malas
a personas justas? La respuesta, históricamente se ha pretendido dar desde el concepto
de la doctrina de la retribución, pero, muchas veces desde un esquema simplista o cuasi
matemático, que simplifica el problema a un esquema si hace cosas buenas, luego
entonces te deberían pasar cosas buenas, y si haces cosas malas, luego entonces, te
deberían pasar cosas malas, pero ese esquema simple, no puede responder a la pregunta
¿ porque hay personas que ejecutan buenas obras, y a pesar de ello, afrontan situaciones
desafortunadas, pobreza, enfermedad, muerte trágica etc?.
El libro de Job precisamente pretende responder a ese modelo simplista de la doctrina
de la retribución, para plantear las profundidades de la teodicea, o la pregunta por el mal
y su origen y propósito.
El texto describe a Job como piadoso, intachable, temeroso de Dios, y recordemos que
el temor de Dios es el principio de la sabiduría. (Prov. 1:7).
El temor de Dios por parte de Job tiene expresiones de espiritualidad muy concretas y
prácticas, a saber:
Es un hombre que intercede por sus hijos, con lo que vemos el ejercicio del
sacerdocio de su casa. Es un hombre que llama al arrepentimiento a sus hijos,
pues, ofrece sacrificios por ellos, por si acaso hayan pecado contra Dios y
maldecido a Dios en su corazón. (1:5). Vemos en Job un hombre que cuida el
corazón de sus hijos.
De forma tangencial vemos que Job, mantiene una vida de piedad en medio de las
riquezas terrenales, es decir, la biblia enseña que la piedad y la riqueza no son
excluyentes, pero, tampoco nos permite pretender hacer una simplificación de que la
piedad por si, como una regla matemática se traduce en riquezas materiales y ausencia
de dolor.
La trama celestial
6 Un día, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del Señor,
Satanás[e] vino también entre ellos. 7 Y el Señor preguntó a Satanás: «¿De dónde
vienes?». Entonces Satanás respondió al Señor: «De recorrer la tierra y de andar por
ella». 8 Y el Señor dijo a Satanás: «¿Te has fijado[f] en Mi siervo Job? Porque no hay
ninguno como él sobre la tierra; es un hombre intachable[g] y recto,
temeroso de[h] Dios y apartado del mal». 9 Satanás respondió al Señor[i]: «¿Acaso
teme Job a Dios de balde? 10 ¿No has hecho Tú una valla alrededor de él, de su casa y de
todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus
posesiones han aumentado en la tierra. 11 Pero extiende ahora Tu mano y toca todo lo
que tiene, y verás si no te maldice en Tu misma cara». 12 Entonces el Señor dijo a
Satanás: «Todo lo que él tiene está en tu poder[j]; pero no extiendas tu mano sobre él».
Y Satanás salió de la presencia del Señor.
Job 1:6-12. NBLA

Es de notar que, el autor sagrado, coloca un escenario celestial, que será central en el
sentido de los eventos que van a acontecer en la vida de Job, recordemos para la
interpretación del texto, que a los lectores se les permite ver una parte de los personajes
y de la trama del libro, que Job ni sus amigos podrán ver, hasta que al final del libro Dios
responda las cuestiones que Job plantea pero sin dar explicaciones sobre su actuar, sino
mostrando a Job, lo insuficiente de su conocimiento para comprender toda la trama de
la creación y de la historia tal como Dios omnisciente la contempla y la dirige a hacia su
finalidad.
Se nos presenta, un escenario celestial, donde nos identifica a satanás en un consejo
celestial, ( 1:6), Dios, cuestiona a Satanás sobre su procedencia, a lo que el ser maligno
responde, de recorrer la tierra, y es Dios, quien introduce a Job ( plano terrenal) en la
escena, Dios cuestiona a Satanás ¿ Te haz fijado en Job? Pero hay una indicación especial
en el texto: Mi siervo y el señor describe a Job, Porque no hay ninguno como él sobre la
tierra; es un hombre intachable[g] y recto, temeroso de[h] Dios y apartado del mal, nótese
a efectos de la interpretación que Dios, confirma la descripción con que el autor del texto
abre el libro ( 1: 1), esta repetición, muestra un paralelismo, que nos indica el tema de la
piedad, frente al mal ( satanás).
La tesis del diablo, la piedad de Job, no es más que su propio interés en
las bendiciones que recibe.
». 9 Satanás respondió al Señor[i]: «¿Acaso teme Job a Dios de balde? 10 ¿No has hecho
Tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has
bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra. 11 Pero
extiende ahora Tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no te maldice en
Tu misma cara».
Acaso teme a Dios de Balde, implica, la piedad de Job, esta influida por la
conveniencia, de alguna forma entiende que ser temer a Dios conserva sus posesiones y
sus prosperidad, entiende que su prosperidad viene de Dios y le tema para que no quite
sus posesiones, a lo sumo, la piedad seria agradecimiento, pero en insinuación del Diablo
mas bien, la piedad de Job, no es mas que puro materialismo, una vida que religiosa
basada en los deseos de bendición material.
En otras palabras la tesis del diablo sería “él te adora porque sabe que le conviene,
porque aprecia los dones materiales que tu le das, ama su riqueza, ama los dones, pero
no a Dios, si le despojas de esos dones, te maldecirá. “
Así, que lo que vamos a ver en adelante, son los actos de satanás contra Job,
tentándolo por medio del dolor, para que maldiga a Dios, cuando enfrente la perdida de
sus bienes y su familia.
Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado
en la tierra.
El diablo afirma, que las posesiones de Job, son el resultado de la bendición de Dios
sobre el trabajo de Job, resaltemos, Job trabaja, responsabilidad humana, su trabajo es
prosperado por Dios, lo que es un don divino, pero, no podemos convertir esta situación
que es verdadera en la vida de Job, para hacer una teología de la retribución simplistas,
que realice una inferencia validad, pero no siempre cierta, Job tiene dinero, el dinero es
don de Dios, luego entonces todo el que tiene dinero es piadoso o su dinero viene de Dios.
Desde esta visión simplista, trabajan los amigos de Job, tu dinero te lo dio Dios, cuando
tenias su favor, ahora, ya no tienes los mismos dones que antes, luego entonces, quiere
decir que ya Dios no te tiene en su favor o te retiro tu gracia y eso sólo se explica porque
has pecado.
Es también relevante, que el texto, habla de la protección de Dios sobre sus hijos, pero
también aprendemos que Dios en el dolor tiene un propósito, de tal manera, que puede
permitir situaciones de dolor, con un propósito para sus hijos, que excede el darnos una
vida perfectamente cómoda en la tierra.
La forma como el creyente ve sus posesiones materiales sin duda puede ser una
tentación fuerte, Dios otorga licencia a Satanás para tocar esos bienes terrenales de Job,
y vemos como la respuesta de Job, se convierte en modelo para todos nosotros, tal como
Santiago lo expone en su carta:
10 Hermanos, tomen como ejemplo de paciencia y aflicción a los profetas que
hablaron en el nombre del Señor. 11 Miren que tenemos por bienaventurados a los
que sufrieron[g]. Han oído de la paciencia[h] de Job, y han visto el resultado del
proceder[i] del Señor, que el Señor es muy compasivo y misericordioso. ( St 5:10-
11).
Todo en virtud, de las respuestas de Job frente a la prueba:
20 Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose
en tierra, adoró, 21 y dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre
Y desnudo volveré allá.
El Señor dio y el Señor quitó;
Bendito sea el nombre del Señor».
22 En todo esto Job no pecó ni culpó[q] a Dios. Job 1:20-22.
También vemos, la verdadera sabiduría en la respuesta de Job a su esposa, que
encarna al contrario en el texto la necedad:
9 Entoncessu mujer le dijo: «¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y
muérete». 10 Pero él le dijo: «Hablas como habla cualquier mujer necia.
¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?». En todo esto Job
no pecó con sus labios.
Entendió Job, claramente, que en todo su dolor, Dios tenia un propósito, tal como en
su momento lo entendió José, cuando expresó:
19 PeroJosé les dijo: «No teman, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? 20 Ustedes
pensaron hacerme mal, pero Dios lo cambió en bien para que sucediera
como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente. 21 Ahora pues, no
teman. Yo proveeré para ustedes y para sus hijos[a]». Y los consoló y les habló
cariñosamente[b].
Job, no atribuye a Dios despropósito, el tema nos muestra, primero las complejidades
del tema del dolor, pues, debemos tener en cuenta no solo la causalidad material de la
enfermedad, sino el drama celestial, al cual, no tenemos acceso.
El libro de Job no advierte sobre una teología de la retribución simplista. También es
de gran relevancia ese punto, para no caer en consejerías simplistas sobre un tema tan
profundo como el dolor, nos advierte tanto a consejeros como a quien sufre, de no hacer
afirmaciones ligeras sobre la situación, el dolor, requiere una respuesta sabia y pueden
ser necesarios espacios de silencio y meditación para poder ayudar.

SEGUNDO CONSEJO CELESTIAL

2 Y sucedió que el día cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante
del Señor, vino también Satanás[a] entre ellos para presentarse delante del Señor. 2 Y
el Señor preguntó a Satanás: «¿De dónde vienes?». Entonces Satanás respondió
al Señor: «De recorrer la tierra y de andar por ella». 3 Y el Señor dijo a Satanás: «¿Te
has fijado[b] en Mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra; es un hombre
intachable[c], recto, temeroso de[d] Dios y apartado del mal. Él todavía conserva su
integridad a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo arruinara[e] sin
causa». 4 Satanás respondió al Señor: «¡Piel por piel! Sí, todo lo que el hombre tiene
dará por su vida. 5 Sin embargo, extiende ahora Tu mano y toca su hueso y su
carne, verás si no te maldice en Tu misma cara». 6 Y el Señor dijo a Satanás: «Él está
en tu mano; pero respeta su vida».
7 Entonces Satanás salió de la presencia del Señor, e hirió a Job con llagas
malignas[f] desde la planta del pie hasta la coronilla. 8 Y Job tomó un pedazo de teja
para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. 9 Entonces su mujer le dijo:
«¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete». 10 Pero él le dijo:
«Hablas como habla cualquier mujer necia. ¿Aceptaremos el bien de Dios pero no
aceptaremos el mal?». En todo esto Job no pecó con sus labios.
Job 2:1-10. NBLA
Esta es la segunda vez que vemos el escenario celestial, la primera que es además
estructura paralela, pues, en este segundo concilio se remota el tema del primero en el
verso 3 del capítulo 2, sobre se habla de la incitación de satanás (1: 9).
Esta segunda parte tiene los elementos de la primera la pregunta:
«¿De dónde vienes?». ( 1: 7, 2:2), la respuesta es idéntica (1:7, 2:2)
«¿Te has fijado[b] en Mi siervo Job? (1:8, 2: 3).
La descripción del carácter de Job (1:8, 2: 3)
La tesis de satanás es refutada, la primera prueba es superada con éxito
En la anterior escena, satanás plantea la idea de que Job es integro, solo por
conveniencia, porque Dios lo ha bendecido, es decir, una piedad, solo motivada por la
recompensa material ( 1: 9), y a la protección divina, pero, es la tesis del diablo afirma
que: si Job pierde ese interés o ese incentivo para ser justo, entonces, pecara con sus
labios maldiciendo a Dios, apostatando de su fe, ante lo que recibe el permiso divino para
la primera prueba y se desatan las tragedias de la perdida de sus bienes y de sus hijos,
que describen los versos 13 al 19, sin embargo, la fidelidad y la integridad de Job se
mantienen, al contrario encontramos un acto de adoración:
Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra,
adoró,… ( 1:20)
La adoración expresa el reconocimiento de la bondad de Dios que otorga sus dones, el
Señor es quien da y quien quita (1: 21), lo que es una declaración sobre la providencia
divina que suministra los bienes, aunque use medio aparentemente naturales como el
trabajo (1:10).
La adoración (reflexión) de Job, muestra el conocimiento que tiene Job sobre el ser de
Dios, implica un reconocimiento del cuidado de Dios sobre su vida a darles todos los
bienes que ahora ha perdido, entiende también la soberanía de Dios, que puede
determinar el momento en que perdemos esos bienes, pero ni la presencia ni la ausencia
de esos bienes, son motivos para maldecir o renegar de Dios.
Por último, vemos, que la imputación de satanás donde insinúa que al Job perder sus
posesiones maldecirá a Dios, no se cumple, todo lo contrario, Job, aun en su dolor adora
a Dios y no culpa a Dios de nada, ni mucho menos lo maldice.
El texto hace mucho énfasis en el lenguaje, sin duda, porque las palabras expresan lo
profundo de las creencias, en este caso, las palabras muestran el conocimiento que Job
tiene de Dios, no maldice como el diablo pretendía lograr por medio de la tentación, al
contrario, tenemos un hombre doliente, afligido por el mal (satanás) pero, que entiende
que Dios es bueno y que sus anteriores bendiciones eran gracia, de la que el señor podía
disponer retirar en cualquier momento.
Esta comprensión es muy lejana a la teología del mérito, o del merecimiento, que
vemos mucho hoy, donde muchas personas tienen un concepto inadecuado de ellos
mismos (yo soy bueno) por mi bondad merezco x, pero, Job no presume eso, dice Dios
es bueno, el dio y el quito.
Pensamiento también lejano en su formulación a la distorsión que ha sido difuminada
por la teología de la prosperidad.
Job mantiene su integridad
En el capitulo 2, vemos como el tema de la integridad de Job es puesta de presente
nuevamente por Dios y declara, en todo lo que el diablo ha hecho contra Job, se
demuestra que la fe de Job, no está motivada por las bendiciones concedidas por la mano
de Dios, pues, a pesar, de que le fueron quitadas, Job, sigue conservando su integridad,
Él todavía conserva su integridad a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo
arruinara[e] sin causa». (2: 3)
Se demuestra que la vida de piedad de Job no es solo por el interés de los beneficios
recibidos, se implica, entonces un verdadero amor a Dios, que motiva su adoración, así
mismo, que la intercesión por sus hijos es un genuino amor hacia ellos y una sincera
preocupación porque ellos de ninguna manera pequen contra Dios, de nuevo, dicha
preocupación no nace de una genuina espiritualidad y no solo de un deseo de conservar
sus posesiones materiales.
Al respecto comentan SCHÖKEL y SICRE :
Cuando Dios repite los títulos honoríficos de su siervo, el predicado se ha enriquecido:
Job ha dado un paso gigantesco en su honradez, ha perfeccionado su conducta en la
prueba. Se ha «alejado del mal», que tomaba la forma concreta del despecho, rebelión y
blasfemia; su «religiosidad» se ha acendrado, pues lo que existía ya en germen ha
madurado. Recuérdese la pregunta repetida de 1 Re 19, 9.1.3. (SCHÖKEL & SICRE DÍAZ,
2002) (SCHÖKEL & SICRE DÍAZ, 2002, pág. 133)
La incitación de satanás
Comentan SCHÖKEL y SICRE:
«<incitar». El verbo se usa entre hombres, para bien, Jos 15,18, o para mal, 1 Re 21,25
(Jezabel a su marido); puede tener a Dios por sujeto, 1 Sm 26,19 (Dios a Saúl contra
David). La audacia del autor consiste en hacer sujeto al satán respecto a Dios. Es un
antropomorfismo atrevido, muy a tono con el atrevimiento del libro, y se podría traducir
también por instigar. (SCHÖKEL & SICRE DÍAZ, 2002, pág. 133)
La fidelidad de Job, muestra, que no había causa para las afirmaciones de satanás
como tampoco había causa en actuación alguna de Job, para todos los eventos trágicos
que relata el texto, este punto es esencial, pues, deja claro, que la interpretación que
posteriormente harán los amigos de Job sobre un pecado oculto en Job que
es la explicación de la tragedia, se muestra desde este momento inadecuada,
máxime cuando tenemos dos declaraciones de Dios sobre el carácter de Job
como justo, sin embargo, para los amigos con su idea de una justicia retributiva rígida
era la única opción racional, para explicar el misterio del sufrimiento de los justos,
respuesta que ya vemos no es correcta y persiste el misterio.
Él todavía conserva su integridad a pesar de que tú me incitaste contra él para que
lo arruinara[e] sin causa». (2: 3)
El segundo ataque: el cuerpo como centro de otra tentación, la
enfermedad de Job
4 Satanás respondió al Señor: «¡Piel por piel! Sí, todo lo que el hombre tiene dará por su
vida. 5 Sin embargo, extiende ahora Tu mano y toca su hueso y su carne, verás si no te
maldice en Tu misma cara». 6 Y el Señor dijo a Satanás: «Él está en tu mano; pero
respeta su vida».
En este contexto, a pesar de su primer fracaso en su ataque contra Job, el diablo
insinúa otra tentación, Satanás respondió al Señor: «¡Piel por piel! Sí, todo lo que el
hombre tiene dará por su vida.
5 Sin embargo, extiende ahora Tu mano y toca su hueso y su carne, verás si no te
maldice en Tu misma cara». 6 Y el Señor dijo a Satanás: «Él está en tu mano; pero
respeta su vida». ( negrillas del autor)
De nuevo vemos como objetivo de la tentación lograr que Job, blasfeme profiriendo
una maldición contra Dios, ahora satanás dirige sus dardos al cuerpo, al sufrimiento
corporal en la persona de Job, introduce este punto el tema de la enfermedad, en este
especifico caso, vemos una enfermedad que Dios permite que toque a su sirvo Job, pero
que es utilizada por el maligno como instrumento de tentación.
Pero vemos otro elemento y es el vehículo de la tentación, que es la propia esposa de
Job, la que de una forma similar a como satanás usa a Pedro de vehículo de tentación
contra Jesús ( Mt 16:23).
Es la esposa de Job, la que incita al sufriente a maldecir a Dios, por sus desgracias,
como lo anota el texto:
Entonces su mujer le dijo: «¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y
muérete».
Aquello que Dios resalto, es decir, que a pesar de todo lo sucedido Job no profirió
palabra de maldición, ahora, la mujer, incita a Job a la maldición, esto sin duda añade en
el sufriente Job mas dolor, además, de lo corporal la persona que debe ser su ayuda
idónea, añade más dificultades a la situación, permitiendo quizás que el mismo dolor,
por la perdida de sus hijos, y de sus posesiones, le lleve a la insensatez.
Antes de hacer un juicio ligero contra la mujer de Job, recordemos que, por ser un
personaje secundario dentro de la trama, casi no es centro de atención del relato, pero
hay que entender que ella también sufre, también ha perdido hijos y las posesiones de su
marido de las cuales ella también disfrutaba, así, en su sufrimiento actúa con insensatez.
Es quizás su dolor u otro motivo, lo que la convierte en un instrumento de satanás,
recordemos la analogía con Pedro, que en su incomprensión de sentido del dolor
redentor de Jesús y sin ver las cosas desde el plano general del sentido de la historia,
vemos como nuestras emociones, pueden ser puerta de entrada para ser sugestionados
por el maligno, como nuestro pecado no puede cegar con relación al verdadero carácter
de Dios, el sufrimiento o la posibilidad del mismo en nuestras vidas o la de seres queridos
es una gran tentación para el hombre, que puede ser vehículo de satanás en muchos casos
de forma inconsciente, en este punto podemos ver esto en la mujer de Job.
Al respecto vemos la reflexión de SCHÖKEL y SICRE:
La mujer de Job recoge la instigación del satán cuando invita al marido a maldecir
a Dios. Habla como cómplice inconsciente del satán. Está defendiendo una
religiosidad interesada, condicionada al comportamiento de Dios: el hombre ha
de bendecir al Dios benéfico y maldecir al Dios maléfico; así estarán en paz. Ya
que ha de morir, que guste el último consuelo de la venganza impotente: maldecir
al verdugo. La mujer tienta al marido, poniéndose de su parte contra Dios: en el
fondo es cariño al marido y consiguiente rebeldía frente a un Dios que parece
cruel. (SCHÖKEL & SICRE DÍAZ, 2002, págs. 135-136)
Nótese que Job se reprocha su falta de sabiduría, su ligereza de palabras, esta
hablando desde el dolor quizás, pero, olvidando el ser de Dios, su bondad, su providencia
y su soberanía temas que Job le recuerda:
Pero él le dijo: «Hablas como habla cualquier mujer necia. ¿Aceptaremos el bien de Dios
pero no aceptaremos el mal?». En todo esto Job no pecó con sus labios.
Al respecto de nuevo recurrimos al comentario de SCHÖKEL y SICRE:
Job la llama necia o insensata (no villana o ruin, que es otro significado de i1'{~~).
En Dt .32,6 es'?~~ el pueblo «no inteligente», que no sabe interpretar la historia;
en Ez 1.3,.3 son los profetas «mentecatos, que se inventan profecías»; en Sal14,1
son los necios, que niegan la acción de Dios en el mundo. La mujer -movida quizá
por compasión, por cariño- no comprende el sentido de lo que sucede. ¿Lo
entenderán mejor los sabios amigos?, ¿oJob mismo cuando apriete el dolor y la
angustia y el diálogo? (SCHÖKEL & SICRE DÍAZ, 2002, pág. 136)
De tal forma que se cuida el texto de atribuir una reacción basada en la maldad de la
esposa de Job, lo que por supuesto, no se puede desconocer es que sin ser su propósito
sus palabras son instrumentos del maligno para destruir a su esposo, de ahí, vemos la
necesidad de sabiduría frente al dolor, pues, las acciones en medio de situaciones de
dolor por ira, impaciencia, ansiedad etc, pueden desencadenar mas dolor.
La mujer de Job, habla con insensatez es un discurso incorrecto sobre Dios, pero
después encontraremos otros discursos incorrecto sobre Dios, los discursos de los
amigos de Job.
Al no utilizar el texto específicamente para señalar la acción de la mujer palabras
relacionadas con iniquidad o maldad, sino con insensatez, vemos interesante el análisis
que sobre el particular hacen SCHÖKEL y SICRE:
Ahora bien, la mujer no es simplemente instigadora a la blasfemia. Ella quiere
defender al marido inocente frente a la injusticia de Dios. Y si Dios es injusto, no
tiene derecho a la bendición del hombre. Y ya que su marido ha de morir, pues
nada puede frente al poder de Dios, que deje constancia de su sentido de la
justicia, como un testamento que puede ser un epitafio. El tema se va a agitar en
todo el libro, hasta la cumbre de 40,8. (SCHÖKEL & SICRE DÍAZ, 2002, pág.
136)
Todo el texto nos llama entonces a la sabiduría, a la reflexión sobre la prosperidad o
sobre el dolor:
Alégrate en el día de la prosperidad,
Y en el día de la adversidad considera:
Dios ha hecho tanto el uno como el otro
Para que el hombre no descubra nada que suceda después de él.
Eclesiastés 7:14. NBLA.
Jerónimo comenta así este texto:
«Como esta vida miserable cambia cada día con varios sucesos, el justo debe
preparar el ánimo para lo próspero y para lo adverso; pida a Dios misericordia
para soportar con entereza cuanto suceda. Pues el que teme a Dios ni se exalta en
la prosperidad ni se abate en la adversidad». (SCHÖKEL & SICRE DÍAZ, 2002,
pág. 137)

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