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Job 1:7-12

▪ ¿Por qué me pasa esto a mí? Esta es una pregunta que te harás no
sólo una sino muchas veces. Como ves, la lectura bíblica de hoy te
permitirá ver claramente que muchas veces Dios tiene un plan al
permitir que la aflicción llegue a tu vida. El propósito de ese plan no
lo podrás comprender, a menos que el Señor te lo revele.
▪ Presta mucha atención: la historia de Job te recordará que estás
participando en un conflicto espiritual entre Dios y el enemigo. No
siempre estás consciente de que estás en medio de esta batalla, pero
es muy real. En medio de todo, recuerda que el Señor Jesucristo está
a cargo de tu vida y que Él no permitirá nunca que la tribulación sea
mayor de lo que tú puedes soportar.
▪ Como recordarás, Job servía fielmente al Señor y vivía en obediencia y adoración.
En el conflicto espiritual, Dios presentó la vida de Job como un ejemplo de
integridad delante del enemigo, eso molestaba mucho a Satanás.
▪ El enemigo, quien es padre de toda mentira, acusó a Dios de controlar la vida de
Job a través de todas las bendiciones que le daba como una especie de soborno,
observa la maldad de sus palabras: “¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y
a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes
han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene,
y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia” (Job 1:10, 11). El enemigo
dice que Job sirve a Dios porque le ha dado toda clase de bendiciones, y si Dios
las quitara, Job cambiaría su actitud totalmente. ¿Te das cuenta cómo el enemigo
está enfurecido porque tienes vida eterna y porque Dios te bendice?
▪ En esta oportunidad, Dios le da permiso para hacerle daño a todas las posesiones
de Job, pero no le da potestad de tocar su persona. Esta daño incluye la vida de sus
hijos.
▪ A todo esto, Job no se da cuenta de lo que está pasando, pero puedes estar seguro
que Dios es bueno, perfecto y soberano. A pesar de todo, Dios cuidará de Job.
▪ Mira lo que pasó en la vida de Job:
▪ Primero, los sabeos tomaron los bueyes y los asnas de Job y mataron sus siervos (1:13-15);
segundo, cayó fuego del cielo y consumió las ovejas y los pastores (1:16), tercero, los
caldeos se llevaron los camellos y mataron a los criados (1:17), y cuarto, un gran viento
destruyó la casa del hijo mayor y murió con todos sus hermanos (1:18-19).
▪ Todas estas malas noticias le fueron llegando a Job una detrás de otra ¡en el mismo día! El
peor día que puedas tener en tu vida no podría compararse con todo lo que a Job le estaba
pasando. ¿Cómo reaccionaría Job ante todo esto? ¿Cómo reaccionamos cuando perdemos la
salud? ¿cómo nos presentamos delante de Dios cuando sentimos que estamos perdiendo
nuestros bienes o a un ser querido? ¿Adoramos a Dios o nos enojamos con Él? Observa lo
que hizo Job: “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en
tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio,
y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” (Job 1:20-21).
▪ Job reconoció su posición delante de Dios, él entendió que no era más que un simple mortal
que nació desnudo y que del mismo modo iría a la tumba. Dios es Todopoderoso y es
soberano. Se postró en tierra y adoró al Señor.
▪ ¿Qué lección aprendes de esta clase de fe? La fe verdadera es aquella que recibe y acepta
la voluntad de Dios. Haz lo mismo, póstrate delante de Dios y adórale en medio de las
pruebas.
CONCLUSION
▪ Job perdió sus posesiones más valiosas en la tierra, sin embargo
pudo alabar a Dios ya que confiaba en Él. Esto te recuerda que la
mayor posesión del cristiano es Dios mismo.
▪ Como cristiano te darás cuenta que es muy saludable meditar en
cuánto amas al Señor y si tu fidelidad a Él es igual de firme en
tiempos de bendición pero también en tiempos de pérdida y dolor.
▪ Por sobre todo, no olvides que tienes un Padre amoroso que tiene
propósitos eternos al permitir que suframos.

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