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LITERATURA MEDIEVAL III:

El mester de clerecía, Gonzalo de Berceo y el Arcipreste de Hita


1 – EL MESTER DE CLERECÍA

El mester de clerecía (cuyo significado es “oficio de clérigos”) es la corriente literaria que domina
durante el siglo XIII y la primera mitad del XIV. Precisamente el auge económico y social del XIII lleva
asociado un desarrollo cultural que permitirá la escritura y difusión de libros cultos, ya no solo en latín, sino
también en castellano. Asimismo, hay un claro interés por parte de estos autores de ser conocidos y
entendidos por el pueblo llano.
Las obras del mester de clerecía están escritas por autores cultos, habitualmente clérigos o personas
vinculadas a la Iglesia y están sujetas a una técnica poética precisa. Frente a la poesía juglaresca, los textos
no están concebidos para el canto y su métrica está bien determinada, pues emplean estrofas monorrimas
de rima consonante de cuatro versos de catorce sílabas con fuerte cesura intermedia. Esta estrofa se llama
cuaderna vía (14A / 14A / 14A / 14A)
Los temas son normalmente religiosos (vidas de santos y colecciones de milagros de la virgen,
especialmente), aunque también hay algunos poemas de contenido histórico o novelesco. Todos tienen en
común su intención didáctica, generalmente unida a los intereses de monasterios, diócesis, órdenes
religiosas o de la Iglesia en general, que pretendían atraer más peregrinos y estimular las limosnas y
donaciones económicas, aumentando así su riqueza e influencia política. Este interés propagandístico
explica el estilo familiar, sencillo y ameno de muchas de las obras y el empleo de recursos técnicos
juglarescos con los que atraer el interés del auditorio.
El carácter culto y erudito del mester de clerecía queda de manifiesto en tres poemas anónimos del s. XIII:
o Libro de Apolonio: un moralizante poema de aventuras.
o Libro de Alexandre: largo poema, muy influido por la poesía latina, narra la vida de Alejandro Magno.
o Poema de Fernán González: reelaboración de un poema épico hoy perdido, escrito por un monje del
monasterio de San Pedro de Arlanza, en el que es transparente la intención del autor de defensa de
los intereses monacales.

Además se conservan dos poemas religiosos en versos pareados y de autores anónimos:


o Vida de Santa María Egipciaca: desarrolla una leyenda sobre la vida de María Magdalena.
o Disputa de alma y cuerpo: un poema sobre la muerte desde el punto de vista cristiano.

2 – GONZALO DE BERCEO

2.1 – VIDA E INTENCIÓN DE SUS OBRAS


Es la figura más destacada del mester de clerecía durante el siglo XIII y el primer autor de nombre
conocido de la literatura en lengua castellana. De su vida poco se sabe: apenas que nació en Berceo, un
pequeño pueblo riojano, que fue clérigo en el monasterio de San Millán de la Cogolla ocupándose de tareas
administrativas y que vivió en la primera mitad del s. XIII
Sus obras tenían una doble intención. Por un lado propagandística, ya que pretendía convertir su
monasterio, ubicado en la ruta del camino de Santiago, en lugar de peregrinación, además de solicitar
directamente que los pueblos tributarios del monasterio pagaran los diezmos correspondientes. Por otro
lado, en sus textos destaca la intención didáctica. Esta finalidad pedagógica buscaba educar al bajo clero
ignorante para que predicara en la lengua del pueblo (castellano) y no en latín, reivindicar la figura de la
Virgen María y de los santos, reforzar la devoción en la misa y defender el orden establecido.

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2.2 – OBRAS
En su producción destacan nueve obras, todas ellas escritas en cuaderna vía, que pueden agruparse
por temas:
o Vidas de santos: Vida de San Millán, Vida de Santo Domingo de Silos, Vida de Santa Oria y El
martirio de San Lorenzo.
o Obras de culto mariano. A este tipo pertenece su obra más conocida: Milagros de Nuestra Señora;
también existen otras dos en esta línea: Duelo de la Virgen el día de la Pasión y Loores de la Virgen.
o Libros litúrgicos y doctrinales: pretendían mejorar el culto religioso; destacan El sacrificio de la misa
y De los signos que aparecerán antes del juicio final.

• MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA


Los Milagros de Nuestra Señora son una colección de veinticinco relatos, muchos de ellos inspirados
en otros que en la época gozaban de gran popularidad en Europa, en los que la Virgen aparece como
intercesora de los humanos con arreglo al nuevo papel de María en la sociedad medieval. De todos ellos,
solo uno es de origen español (el de San Ildefonso de Toledo), lo que demuestra que Berceo conocía bien
las colecciones de milagros que circulaban por Europa escritos en latín y que se preocupó de traducirlos y
adaptarlos al castellano.
La obra viene precedida de una introducción alegórica en la que Berceo destaca la caída del hombre
en el pecado y su única salvación posible a través de la devoción. En general, la estructura de cada uno de
los milagros es bastante similar:

INTRODUCCIÓN y CONFLICTO: DEVOTO DE INTERVENCIÓN DE ARREPENTIMIENTO PERDÓN DE LA


PRESENTACIÓN. LA VIRGEN QUE PECA O LA VIRGEN PARA DEL DEVOTO, QUE VIRGEN Y SALVACIÓN
LOA A LA VIRGEN SE ALEJA DE ELLA SU SALVACIÓN CORRIGE SU ACTITUD DEL DEVOTO

Además, al final de cada milagro aparece una moraleja o enseñanza para hacer comprender al oyente
las ventajas que reporta ser un devoto de la Virgen y reforzar de este modo el culto mariano. Es interesante
destacar que la Virgen se presenta como un personaje humanizado que se aparece a los devotos y que
muestra su carácter (enfado, alegría, ira, solidaridad…)
Uno de los principales valores de esta obra es el completo retrato de la sociedad medieval que ofrece.
Desde los campesinos hasta los obispos, todo aparece dominado por los poderes sobrenaturales de la
Virgen. El propósito es preservar el orden establecido, invocando la posibilidad del milagro cotidiano y de
una vida entera de devoción o, por el contrario, de un castigo ejemplar. Además es interesante la
información que ofrecen los milagros sobre cómo se vivía la religiosidad popular y cuál era la mentalidad de
las gentes respecto a la religión. Sin embargo, conviene recordar que la visión que se ofrece proviene de
una élite cultivada que escribía las obras del mester de clerecía.
Esto explica algunos rasgos del estilo de Berceo: presencia constante del autor como narrador de los
relatos; recursos juglarescos como apelaciones al auditorio para mantener la atención; tono afectivo, con
frecuentes rasgos de humor; lenguaje coloquial, próximo al pueblo junto a rasgos cultos; referencias a la
naturaleza; abundancia de las figuras de repetición y sintaxis sencilla para asegurarse ser comprendido por
el auditorio.

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3 – ARCIPRESTE DE HITA: El libro de buen amor

3.1 – TEXTO, AUTOR, FECHA Y TÍTULO


Esta es la obra más representativa del mester de clerecía en el s. XIV. En el inicio del libro, su autor
confiesa llamarse Juan Ruiz y ser arcipreste1 de Hita (Guadalajara). No se conserva ninguna obra más del
autor y se desconocen datos sobre su vida, apenas que vivió en la primera mitad del s. XIV.
Desconocemos el título original del libro y el que hoy recibe y por el que se conoce fue establecido por
Menéndez Pidal en el s. XX, basándose en una de las frases de la introducción. El libro se ha conservado en
tres copias manuscritas y varios fragmentos, en los que aparecen dos fechas de composición: 1330 y 1343.

3.2 – MÉTRICA, LENGUA Y ESTILO


El Libro de buen amor es un extenso poema de más de mil setecientas estrofas (unos siete mil versos),
la mayor parte de ellas escritas en cuaderna vía, aunque abundan otros metros y estrofas con las que el
autor muestra su depurada técnica poética. Esto demuestra que Juan Ruiz tiene un notable dominio de la
métrica, mayor que el de los juglares e incluso que los clérigos de la época.
En su lengua y estilo abundan tanto los recursos de la tradición culta como los de la popular. De la
tradición culta destacamos un extraordinario repertorio léxico y sintáctico y un gran uso de figuras
literarias: enumeraciones, sinónimos, anáforas, interrogaciones retóricas, juegos de palabras. Vinculados a
la poesía popular, cabe señalar el uso de diminutivos con valor afectivo, el abundante empleo de refranes,
uso de modismos2 y exclamaciones.
Destacan por otra parte los diálogos frecuentes que dramatizan el relato. Además hay mucho estilo
directo en el texto, sobre todo para reproducir conversaciones coloquiales, y de ahí la sintaxis desordenada
de la oración, típica del lenguaje familiar, el ritmo cambiante de la entonación, el humor y el chiste. El aire
festivo y burlón es característico de una obra en la que la ironía, la parodia y la caricatura de la sociedad y
los estamentos de su época son los rasgos básicos de un autor que no expresa una visión complaciente del
mundo y que demuestra un espíritu más vitalista que las obras del Mester de clerecía del s. XIII.

3.3 – ESTRUCTURA Y CONTENIDO


El Libro de buen amor está compuesto de numerosos materiales muy heterogéneos, hilvanados por el
hilo narrativo de la primera persona:
a) Un prólogo en prosa donde declara la intención de la obra.
b) Una serie de aventuras amorosas con diversas mujeres, que conforman una suerte de autobiografía
amorosa ficticia del propio Arcipreste. Aquí aparecen personajes como Don Amor (que actúa como
consejero) o Trotaconventos (vieja alcahueta, antecedente de Celestina, que ayuda al autor a
seducir a algunas mujeres).
c) Una colección de treinta y dos fábulas y cuentos con intención didáctica.
d) Episodios adaptados de textos latinos medievales (el relato de don Melón y doña Endrina).
e) Un conjunto de digresiones3 morales o satíricas4 (la del poder del dinero o la censura del clero
libertino).
f) Sátiras y parodias5
g) Pasajes alegóricos como la pelea de don Carnal y doña Cuaresma.
h) Un grupo de composiciones líricas y juglarescas.

1
Presbítero que, por nombramiento del obispo, ejerce ciertas atribuciones sobre los curas e iglesias de un territorio determinado.
2
Modismo: Expresión fija, privativa de una lengua, cuyo significado no se deduce de las palabras que la forman. Ejemplo: a troche y
moche.
3
Digresión: efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no tengan conexión o íntimo enlace con aquello de
que se está tratando.
4
Sátírico: que tiene como finalidad censurar con acritud o poner en ridículo a alguien o algo.
5
Parodia: imitación burlesca.
3
Esta diversidad adquiere unidad por el uso de la primera persona narrativa y por el tema común del
amor y los engaños. Pero el libro es un compendio de ricas influencias culturales de la época. Por un lado, la
disposición fragmentaria del libro recuerda la influencia de la literatura oriental, además de la influencia
árabe en el ambiente y en la importancia del destino. Por otro lado, el influjo de la cultura cristiana
medieval se hace patente a través de textos religiosos cristianos, así como la literatura latina (Ovidio, la
comedia latina) y, sobre todo de textos latinos medievales (Pamphilus de amore, De vetula…)

Los temas recurrentes son el amor, la muerte y el destino pero aparecen con un enfoque más
antropocentrista, distanciados de la visión teocentrista cristiana de siglos anteriores:
o El amor: presentado como una fuerza imperiosa natural con una arrolladora fuerza vitalista donde
el erotismo y la concepción placentera y sensual de seres y cosas se encarnan en los personajes.
o La muerte: es la fuerza opuesta al amor y la vida. Sin embargo, frente a la creencia cristiana, se
considera la muerte como destructora y no liberadora, pues destruye la belleza, el placer y todas
las relaciones humanas y afectivas.
o El destino: está marcado por las estrellas y los hombres no pueden escapar a él.

A causa de la convergencia de esta todopoderosa trinidad amor, destino, muerte, el ser humano
queda en conflictiva angustia y constante soledad frente a un mundo en el que las relaciones sociales están
cambiando y en el que todo lo puede el dinero.

3.4 – INTENCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA OBRA


El Libro de buen amor es una obra de difícil interpretación, muy variada en sus temas y géneros, de
estructura compleja y contenido ambiguo e incluso, a veces, contradictorio. La intención del autor no
resulta fácil de desentrañar. En varias ocasiones afirma que pretende dar a conocer los caminos y formas
de ejercitarse en “el buen amor” (de ahí su título), esto es, el amor a Dios. De esta forma, “el mal amor” se
identifica con el amor carnal y humano, esto es, con el pecado. Así, intenta moralizar a sus lectores
presentando lo contrario de lo que intenta enseñar, es decir, haciendo que todas las aventuras amorosas
del protagonista terminen mal y que los lectores se sientan impulsados a rechazar el loco amor.
La cuestión es que, pese a lo que afirma el Arcipreste, en la obra prima la exaltación del amor carnal
con un tono vitalista, regocijante, irónico y burlesco que la convierten en un descarado manual de
incitación a disfrutar de la vida. Pese a ello el autor, consciente del carácter complejo y contradictorio de la
obra, afirma en la introducción que el lector no debe quedarse con lo superficial de la obra, sino que debe
hacer un análisis más profundo.
En cualquier caso, tanto el texto como su interpretación son buena prueba del cambio de costumbres
que comienza a gestarse en la Baja Edad Media.

4 – OTROS AUTORES Y OBRAS DEL MESTER DE CLERECÍA EN EL S. XIV


Además de con El libro de buen amor, el mester de clerecía sigue vivo durante el convulso s. XIV. Otros
dos poetas castellanos proporcionan en sus obras estimables visiones de la compleja crisis medieval que
vivían sus sociedades. De este modo, muestran los contrastes y la evolución de la vieja mentalidad
medieval hacia el Prerrenacimiento que se avecina:
o Pedro López de Ayala: aristócrata que vivió en la 2ª mitad del s. XIV, es autor del Rimado de
Palacio, largo poema en el alterna la cuaderna vía con otras formas métricas como el verso de arte
mayor castellano; su contenido revela una trágica, desengañada y cínica concepción de la vida.
o Sem Tob de Carrión: rabino judío, autor de Proverbios morales; escritos en una estrofa parecida a
la cuaderna vía, son una serie de observaciones y pensamientos de tipo sentencioso, en los que la
codicia y el dinero resultan para el autor origen y fuente de todo mal.

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