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Presentación del Caso Clínico

Motivo de Consulta:
Cefalea, vértigo, palpitaciones, adinamia.
Antecedentes Patológicos Personales y Familiares:
- Ocupación: Empleado de oficina.
- Personales: Fumador ocasional, sedentario, historial de obesidad.
- Familiares: Abuelo materno fallecido por enfermedad cardiovascular.
Historia de la Enfermedad Actual (Semi-estructurada):
Paciente masculino, 32 años, consulta por cefalea pulsátil occipital, moderada, gradual,
sin irradiación, pero con fosfenos y disminución de agudeza visual. Presenta vértigo
ocasional, dificultad para conciliar el sueño, asociada a esfuerzo físico y estrés.
También, episodios de palpitaciones, adinamia y disnea mínima.
Examen Físico:
- Estado general: Regular.
- Signos vitales: FC: 90/min, FR: 26/min, Pulso: 92/min, Temp: 37.4°C, PA: 160/100
mmHg, Peso: 92Kg, Talla: 1.68m, Saturación O2: 92%.
- Otros: Piel normocoloreada, hidratada, facies álgica. Tórax simétrico, abdomen plano,
blando, RHA (+). Neurológico y columna sin alteraciones. Presión arterial en el brazo
derecho: 160/100 mmHg.
Diagnóstico Presuntivo:
- Hipertensión arterial nivel 2 (JNC8).
- Obesidad.
Exámenes de Laboratorio:
- Hemograma completo: Sin alteraciones.
- Glucemia en ayunas: 162 mg/dL.
- Colesterol total: 320 mg/dL.
- HDL: 20 mg/dL.
- LDL: 150 mg/dL.
- Creatinina: 0.9 mg/dL.
- Electrocardiograma (ECG): Sin alteraciones.
Diagnóstico Definitivo:
- Hipertensión arterial Nivel 2 (JNC8).
- Obesidad grado I.
- Diabetes mellitus.
- Dislipemia.
- Síndrome metabólico.
BIOQUIMICA

El síndrome metabólico y la diabetes mellitus están estrechamente relacionados, y


muchas veces se superponen. El síndrome metabólico es un conjunto de condiciones
médicas que, cuando se presentan juntas, aumentan el riesgo de enfermedades
cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2. Estas condiciones
incluyen hipertensión arterial, obesidad abdominal, niveles elevados de triglicéridos,
niveles bajos de colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad) y resistencia a la
insulina o hiperglucemia.
La relación entre el síndrome metabólico y la diabetes mellitus es bidireccional:
1. La diabetes mellitus como componente del síndrome metabólico: La diabetes tipo 2
es una de las condiciones principales del síndrome metabólico. La resistencia a la
insulina, que es una característica central del síndrome metabólico, puede llevar al
desarrollo de la diabetes tipo 2. Cuando el cuerpo no puede utilizar la insulina de
manera eficiente para metabolizar la glucosa, los niveles de azúcar en sangre
aumentan, lo que eventualmente puede conducir a la diabetes.
2. El síndrome metabólico como factor de riesgo para la diabetes mellitus: Las otras
condiciones asociadas con el síndrome metabólico, como la obesidad abdominal, la
hipertensión y los niveles anormales de lípidos en sangre, también pueden
aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y, por lo tanto, diabetes
tipo 2. Además, la inflamación crónica y otros mecanismos fisiopatológicos
asociados con el síndrome metabólico pueden contribuir al deterioro de la función
de las células beta del páncreas, que son responsables de producir insulina.
Así mismo, diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por
niveles elevados de glucosa en sangre debido a deficiencias en la producción de
insulina, resistencia a la insulina o ambas. Uno de los síntomas más prominentes de la
diabetes mellitus es la polidipsia, que se refiere al aumento anormal de la sed. Cuando
los niveles de glucosa en sangre superan el umbral renal, generalmente alrededor de
180 mg/dL, la glucosa no reabsorbida en los túbulos renales genera un gradiente
osmótico que provoca una pérdida excesiva de agua a través de la orina. Esta pérdida
de líquidos desencadena la sensación de sed como una respuesta compensatoria para
restaurar el equilibrio hídrico en el organismo, para un mejor entendimiento de este es
imperativo de igual forma conocer las conocidas como ´´5 P´´ que lo acompañan esta
condición.
1. Polidipsia (aumento de la sed):
- La polidipsia es un síntoma comúnmente asociado con la hiperglucemia en la
diabetes mellitus. Cuando los niveles de glucosa en sangre superan el umbral renal
(generalmente alrededor de 180 mg/dL), la glucosa no reabsorbida por los túbulos
renales induce un gradiente osmótico que resulta en un aumento de la excreción de
agua en la orina. Como respuesta compensatoria, se experimenta una sed excesiva
para tratar de restaurar el equilibrio hídrico en el organismo.
2. Polifagia (aumento del apetito):
- La polifagia en la diabetes mellitus puede ser consecuencia de varios mecanismos,
incluida la resistencia a la insulina y la hiperglucemia. La resistencia a la insulina impide
que las células capten glucosa adecuadamente, lo que resulta en una disminución de la
disponibilidad de glucosa intracelular y una señalización anormal del hambre en el
hipotálamo. Además, la hiperglucemia puede estimular la secreción excesiva de
grelina, una hormona del hambre, que contribuye al aumento del apetito.
3. Poliguria (aumento de la micción):
- La poliguria en la diabetes mellitus está estrechamente relacionada con la
glucosuria y la osmolaridad urinaria elevada. La presencia de glucosa en la orina
arrastra consigo grandes cantidades de agua, lo que aumenta el volumen urinario.
Además, la hiperglucemia conduce a una mayor filtración glomerular de agua y
electrolitos, lo que también contribuye a la poliuria observada en estos pacientes.
4. Pérdida de peso:
- La pérdida de peso en la diabetes mellitus puede ser multifactorial. La degradación
del tejido adiposo y muscular se debe a la acción de la lipólisis y la proteólisis,
respectivamente, como resultado de la movilización de ácidos grasos y aminoácidos
para compensar la falta de disponibilidad de glucosa intracelular. Además, la
hiperglucemia crónica puede provocar una pérdida de masa muscular y una
disminución de la síntesis proteica.
5. Prurito (picazón):
- El prurito en la diabetes mellitus puede ser el resultado de múltiples factores, como
la neuropatía diabética, la piel seca (xerosis cutánea) y las infecciones cutáneas
recurrentes. La neuropatía diabética puede causar disfunción de las fibras nerviosas
sensoriales, lo que altera la percepción del dolor y la picazón. Además, la
hiperglucemia crónica puede favorecer el crecimiento de hongos y bacterias en la piel,
aumentando la incidencia de prurito y erupciones cutáneas.

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