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EL DERECHO COMO REALIDAD SOCIAL

En el ámbito jurídico existe un celebre aforismo que indica: “Ubi societas, ibi ius”, esto es:
“Donde hay sociedad hay derecho”. Los romanos pretendieron significar la conexión
interseca que entre los humanos y el derecho. Pero Moresco, Villajosana afirman que es
relativa, puesto que no todas las sociedades conocidas se hayan estructurado en las relaciones
sociales con algo parecido con el derecho tampoco aseguran que en un futuro estas
sociedades estén reguladas, como lo están actualmente. Igualmente se habla que las personas
tienen una que otra idea sobre el matrimonio, el divorcio, pensión alimenticia, herencias,
leyes, abogados, etc. Todas esas y más las suelen relacionar con el derecho. Lo cierto es que
el forma parte o más bien se encuentra relacionado con una cantidad de acciones u omisiones
que llevamos a cabo en el ámbito social. De la misma forma se dice que el derecho constituye
una realidad social, y que se llega a asumir que una sociedad sin derecho sería imposible,
pero un derecho sin sociedad no es posible, ya que no tendría ningún sentido que existiera
este.
Por otra parte, vale la pena preguntarse por qué existe el derecho. Entorno a tal cuestión es
sensato reconocer, que el objetivo o instinto de todo y sobre todo el ser humano es el de
supervivencia. El ser humano en su generalidad quiere, desea vivir.
H.L.A Hart en el “concepto del derecho” ha expuesto el objetivo de sobrevivir junto con el
reconocimiento de algunas verdades básicas como vulnerabilidad, la igualdad aproximada,
los recursos limitados, el altruismo, comprensión y fuerza de voluntad limitadas del ser
humano, explica la existencia del derecho.
Y una verdad evidente es que los seres humanos somos vulnerables a los ataques de otros
seres humanos. Y también se sabe que nosotros estaríamos dispuestos a recurrir a ataques con
tal de imponer nuestra voluntad o hacer prevalecer nuestros propios intereses. Y es por eso,
por lo que el derecho resulta sumamente útil, ya que nos ayuda a restringir el uso de
violencia.
En cuanto a la igualdad aproximada entre los seres humanos, Hart señala que, aunque estos
sean igual en fuerza física, agilidad e inteligencia, es un hecho que ningún individuo es lo
suficientemente poderoso como para el solo pueda dominar o sojuzgar a los demás hombres.
Por eso es necesario crear un sistema de abstenciones y concesiones mutuas, para evitar la
agresión ilimitada entre seres iguales.
No obstante, queda claro que los seres humanos somos altruistamente limitados. Es decir que
nosotros procuramos el bien ajeno, aunque este sea limitado. Y gracias a que al mismo
tiempo nos interesa la sobrevivencia el bienestar de nuestros semejantes es posible la
creación de un sistema que permita la convivencia y evite la agresión.
Los seres humanos con el objetivo de sobrevivencia requerimos de recursos como los
alimentos, ropas y espacios para resguardarnos. Estos recursos son limitados y por ello se
requieren reconocer sus propiedades y que se generen mecanismos que respetarán los
restantes miembros de la sociedad. Finalmente, Hart considera que la mayoría respetan las
normas establecidas en un grupo social. Pero la verdad es que no todas pueden alcanzar a
comprender los intereses de largo alcance que se consagran en ellas. Todas las personas
podemos tener la tentación de preferir e intentar prevalecer nuestros propios intereses por
encina de cualquier otro. Y es por ello necesaria una organización especial que descubra y
castigue las faltas.
Por ello se puede decir que el derecho existe en la sociedad porque supone el establecimiento
de reglas básicas, correcciones, restricciones, que permiten la convivencia en grupo.
La teoría de Hart puede criticarse por ser insuficiente, pues las razones expuestas para el
derecho no garantizan que estas sean las que llevaron a la creación del derecho, pue siempre
se pueden imaginar otros mecanismos con los que el ser humano regularía su convivencia
social. Hart al menos proporciona seis buenas razones para que los humanos contemos con el
derecho, con un sistema de normas jurídicas, que nos permite regular la convivencia social y
garanticen, en la mayor medida posible, nuestra propia sobrevivencia.

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