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E.E.T.

P N° 322

Formación Ética y Ciudadana.

¿QUE VAMOS A ESTUDIAR EN FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA?

La formación ciudadana sirve para aprender a vivir adecuadamente en sociedad, de acuerdo a


nuestros valores como seres humanos, adecuándonos a las normas para poder convivir con nuestros
semejantes de una manera armónica.
Por lo tanto, en la materia “formación ética y ciudadanía” vamos a estudiar los procesos por los
cuales nos convertimos en miembros de una sociedad y adquiriremos las herramientas para actuar
como tales.
Con la formación ética y ciudadana aprendemos identificar y respetar las normas en sociedad, a
relacionarnos adecuadamente y convivir en armonía.

El objetivo de la materia es motivar una reflexión sobre ciertas conductas individuales y colectivas
en el marco de la sociedad, de la que formamos parte, esto hace necesario reflexionar sobre las
normas que guían nuestras acciones cotidianas y los valores ciudadanos sobre los que éstas se
fundamentan.

Es la escuela el lugar adecuado para poder comenzar a pensarnos como parte de la sociedad, como
miembros activos, cada uno de nuestro lugar, y es a través de la formación ética y ciudadana que se
nos presenta el espacio para una intervención útil, relevante y necesaria.

En el aula fomentamos la creación de un espacio democrático, sujeto al respeto por el otro y el lugar
en donde estamos. Esto se logrará generando capacidades para la participación de todas y todos,
fomentando las expresiones libres y actitudes respetuosas, con el fin de fomentar un ejercicio de la
ciudadanía activa. Debe ser un espacio donde se experimente la democracia, donde se acepten y
respeten ciertas reglas básicas, comunes y compartidas.
Material de lectura

ETICA Y MORAL.

La responsabilidad que deben asumir las personas por las decisiones que toman en su vida cotidiana,
es una de las consecuencias más importantes que surgen del ejercicio de la libertad. Por eso, los
actos cuyos resultados afectan a otros, ya sea de manera positiva o negativa, pueden ser objeto de
una valoración moral.

Si en la escuela, por ejemplo, un compañero le pide a otro que lo ayude


a resolver un ejercicio que no entiende y este lo hace, esa conducta puede
ser valorada como buena. Si se negara a hacerlo porque no tiene ganas,
por el contrario, esa actitud sería valorada como negativa. Si el
compañero no pudiera ayudar a su amigo porque tampoco él entiende el
tema, no se podría realizar un juicio moral sobre esta respuesta.
Únicamente las acciones que los seres humanos realizan al elegir y decidir
libremente como obrar pueden calificarse desde el punto de vista moral.

Cuando se realiza este tipo de juicio acerca de las conductas de los demás
se suelen utilizar como sinónimos los términos ética y moral. Así, por
ejemplo, se dice que Nelson Mandela fue una persona ética, que los
La boca della veritá. delincuentes son inmorales, que no es ético que alguien reciba un
Roma soborno o que es solidario quien tiene una conducta moral. En estos
casos, lo ético y lo moral se relacionan con lo bueno y lo positivo, en tanto
que lo inmoral o lo no ético, tienen que ver con lo mano y lo negativo. Pero pese a este uso indistinto
que se les da en el lenguaje cotidiano y al estrecho vínculo que existe entre ambos términos, ética
y moral se refieren a cuestiones diferentes.

Diferencias.

Etimológicamente, es decir, desde el punto de vista de los orígenes de ambas palabras, ética y moral
significan lo mismo. Ética deriva del griego, de la palabra ethos, que significa costumbre o hábito. La
palabra moral proviene del latín mos, que también quiere decir costumbre o hábito. Pero con el
correr del tiempo estas palabras se diferenciaron una de la otra.

En la actualidad, la palabra moral se puede definir como el conjunto de normas que son
consideradas buenas y justas, reguladoras de las conductas de las personas y de las diferentes
sociedades. La ética, por su parte, es una rama o área de la filosofía que tiene como objeto de
estudio la moral, es decir que reflexiona acerca de lo que es la moral.

La moral ofrece una serie de normas que le indican a las personas cuales son las conductas deseables
y cuales, las reprobables. La ética busca fundamentar o argumentar el motivo de dichas
consideraciones. Trata de explicar porque las conductas son o no son morales. Se puede decir, por
ejemplo, que de acuerdo a las normas morales, matar es una acción prohibida: no se debe matar.
Respecto de esta norma, la ética se pregunta: ¿Por qué no se debe matar? ¿es inmoral la pena de
muerte?

La ética no ofrece una sola respuesta, sino que, como toda disciplina filosófica, presenta diferentes
interpretaciones desde variados puntos de vista a cerca de las cuestiones relacionadas con la moral.

EL HOMBRE, UN SER SOCIAL.

Al nacer, a diferencia de la mayoría de los animales, los seres humanos, somos seres indefensos que
necesitamos el cuidado de otras personas para poder sobrevivir. Los animales, en cambio, por
medio de su instinto, pueden satisfacer sus necesidades. Las abejas, por ejemplo, saben cómo
construir sus colmenas y no necesitan estudiar ingeniería para hacerlo. Ante una necesidad dada, el
instinto provee a los animales de una reacción orgánica, natural.

Los comportamientos humanos son adquiridos y aprendidos en las sociedades que cada persona
vive y, ante un problema, el ser humano es capaz de elaborar una respuesta racional, de pensar, de
elegir y de tomar decisiones. Estas capacidades que nos distinguen de los animales son adquiridas
en el ámbito social.

Por eso se dice que, a diferencia de los animales, los seres humanos no podemos sobrevivir si no
interactuamos con otros seres humanos. Pero no se trata únicamente de lograr la supervivencia,
sino que, solo conviviendo en sociedad, con otros, se adquieren los rasgos característicos de
humanidad: aprender a caminar erguidos, tener un lenguaje, incorporar hábitos y valores.

Sin ese contacto, las personas no podemos desarrollarnos como tales. Las personas somos, en
definitiva, seres sociales.

En nuestra vida permanentemente compartimos los problemas, las alegrías que tenemos con
nuestros semejantes, en busca del apoyo de quienes nos rodean. Y no somos la única especie de la
naturaleza que comparte la vida con otros individuos de la misma especie.
El vuelo de los gansos.

Los gansos van hacia el sur en otoño, y lo hacen en formación: dibujan un V.

Los conocimientos científicos afirman que cuando los pájaros vuelan de esa forma, al batir sus
alas realizan un movimiento que ayuda a los que van detrás. Así la bandada aumenta su poder
de vuelo mas de un sesenta por ciento con respecto al que tendría si cada pájaro volaría solo.
De esta manera, los hombres que comparten sus objetivos con otros, es decir, que tienen
sentido comunitario, llegan a donde quieren con mayor facilidad y se fortalecen mutuamente.

Si un ganso se aleja de la formación, percibe la resistencia que le ofrece el aire, nota las
dificultades que le trae volar solo y vuelve para recibir las ventajas del que vuela delante de él.
Cuando el líder de los gansos se agota, pasa a una ubicación posterior, y otro toma su lugar.
Tomando ese ejemplo, los trabajos humanos mas costosos resultarían mas sencillos si nos
turnáramos para realizarlos.

Los gansos que están detrás graznan alentando a los que van adelante para que mantengan la
velocidad. El aliento que brinda la voz de un semejante produce enormes beneficios en cada
uno de nosotros.

Si un ganso es herido, otros gansos de la formación salen para brindarle ayuda. Lo acompañan
hasta que pueda volar o hasta que muera. Al cabo de ello retoman vuelo con sus compañeros
Así como los gansos emigran, volando en grupo, así el hombre desarrolla su vida en sociedad, pues
o con un nuevo grupo.
es un animal de naturaleza social. Los conceptos de hombre y sociedad están íntimamente ligados,
¿Podríamos los seres humanos, como los gansos, mantenernos unidos, acompañarnos y
son inseparables.
apoyarnos?
Fuente: Crespo, Martiza. “Mirad a los gansos”, en el Espíritu del encuentro, Año XIX, num 97 (adaptación)

La persona, un ser social y cultural.

A continuación, vamos a ver la historia de dos niños que fueron encontrados viviendo en estado de
naturaleza Kamala y Víctor. Sus historias nos permiten afirmar que un ser humano solo se convierte
en una persona si se desarrolla en relación con otros seres humanos, dentro de una sociedad,
incorpora su cultura.

“En 1921, un misionero británico halló en una cueva de la India a una niña que vivía con lobos y que
debía tener entonces alrededor de ocho años. El misionero la llevó a su escuela, la llamó Kamala y
junto con su esposa comenzó a cuidarla y educarla.

Kamala poseía características “no humanas”, tenía una forma muy particular de alimentarse: antes
de empezar a comer olfateaba la comida, despedazaba con gran facilidad grandes trozos de carne
cruda y fibrosa, sin recurrir a la ayuda de las manos; para beber también olfateaba el agua o la leche
y luego la bebía a lengüetadas parada en cuatro patas. No solo se paraba en sobre sus cuatro
miembros, sino que para desplazarse se arrastraba sobre las rodillas con las manos, o corría
gateando; le resultaba imposible sostenerse erguida en posición vertical: las articulaciones de las
caderas y de las rodillas se habían adaptado tonto a la marcha en cuatro patas que no podían
extenderse, de pronto para permitirle caminar en posición erguida.

Kamala tenía un régimen de vida crepuscular y nocturno; de día se metía en rincones cara a la pared,
al caer la noche comenzaba a manifestarse activa. En los primeros tiempos se le había oído solo un
tipo de señal sonora, una especie de aullido.

Cuando fue encontrada, Kamala no llevaba ropa y en la misión se negaba a usarla. El misionero y su
esposa, que observaban a la niña en forma permanente, no notaron en ella durante los primeros
cuatro meses de su estadía, indicio alguno de conciencia, pensamiento y emoción.

Los esposos hicieron grandes esfuerzos para modificar las características de la niña: le hablaban
constantemente, aunque no obtuvieron respuesta, la habituaron al régimen de vida diurno y para
ayudarla a mantenerse erguida la mujer le hacía masajes en el cuerpo, sistemáticamente.

El aprendizaje de Kamala fue muy lento; se logró por primera vez después de tres años, una
silenciosa respuesta, ante una pregunta de la esposa del misionero la niña movió afirmativamente
la cabeza. Emitió los primeros sonidos que significaban “si” o “no” a fines del tercer año de su vida
en la misión. Luego aprendió la palabra “arroz”. A los cinco años de educación, Kamala logró adquirir
un vocabulario de treinta palabras. Formuló la primera frase coherente cuando tenía trece años. Al
año siguiente hizo evidentes progresos en su desarrollo y en su dominio del habla, pronunciaba
palabras sueltas, frases cortas y sencillas. Le gustaba jugar con otros niños y aprendió a reconocer
gran cantidad de las cosas que tenía.

Murió luego de nueve años desde que la hubieran encontrado. Para ese entonces, había aprendido
a comer alimentos cocidos, a vestir, a jugar con otros niños, a caminar erguida, a comprender el
lenguaje simple, a expresar varios tipos de emociones.

Kamala nunca alcanzó un desarrollo acorde a su edad, pero hizo grandes progresos, especialmente
al tomarle cariño a la esposa del misionero que la encontró”.

Adaptación de “El niño y la sociedad” de Frederick Elkin.

La historia de Kamala nos permite afirmar que un ser humano solo se convierte en una persona se
desarrolla en relación con otros seres humanos, dentro de una sociedad: de esta manera, incorpora
su cultura.

A diferencia de los animales, el hombre carece de pautas instintivas de comportamiento que le


permitan dominar el medio ambiente y relacionarse con sus semejantes.

El ser humano “ensaya” maneras de dominar la naturaleza ante distintas situaciones. Estas
experiencias no se pierden, se transmiten de generación en generación, se van acumulando. De esta
manera el hombre construye cultura. Aprendemos tanto a partir de los éxitos o de los fracasos. Por
ejemplo, el hombre primitivo aprendió a cazar para comer, a hacer fuego para calentarse, a construir
viviendas, para protegerse de la intemperie, también inventó palabras y gestos para comunicarse
con otros seres humanos, todos estos elementos constituyen la cultura de un grupo humano y son
transmitidos a las nuevas generaciones. De esta manera las distintas sociedades van construyendo
su historia y acumulando mayores recursos.

Los hombres no solo viven juntos, sino que están en permanente interacción. Si bien las formas en
que las personas se relacionan entre sí son diferentes, existen relaciones sociales que son más o
menos regulares. Las personas que son miembros de una misma sociedad, esperan que las
relaciones profesor-alumno, vendedor-comprador, médico-paciente, etc., sean de una determinada
manera. Un alumno sabe cómo dirigirse a un profesor, y el profesor sabe cómo responder ante una
pregunta del alumno, aun cuando las formas en que cada alumno y cada profesor se relacionen en
forma particular. Cada uno sabe que esperar del otro (en relación a la función de cada uno), en este
caso se dice que las relaciones están pautadas o institucionalizadas, por la sociedad.

Desde el nacimiento la vida de las personas se desarrolla en una trama de relaciones pautadas por
distintas instituciones sociales. En estas instituciones adquirimos dichas pautas, las ideas
compartidas de lo que se espera en cada circunstancia.

A diferencia de la conducta instintiva de los animales, que son siempre iguales, el hombre crea
constantemente nuevas respuestas ante los “estímulos” sociales.

El derecho, los derechos…

El derecho es un sistema de normas que regula la


vida en la sociedad. Los derechos son atribuciones
que este sistema de normas otorga a cada
persona para hacer o no hacer, para exigir al
Estado o a otras personas.

Los derechos suponen obligaciones, es decir


deberes, por lo tanto, como personas somos
responsables de sus acciones o decisiones.

Los derechos y las obligaciones que tienen como


ciudadanos están consagrados en la Constitución
Nacional y demás leyes que conforman el
ordenamiento jurídico de un país. Son derechos y
deberes legales porque es la ley la que se los
confiere.
Cada sociedad tiene sus reglas.

Imaginen un juego. Cualquiera, el que más les guste. Piensen que la sociedad es como ese juego y
que todos los que vivimos en ella somos los jugadores. A todos nos gusta jugar, pero cada uno de
nosotros tiene su propia manera de hacerlo. Por eso, a veces el juego se complica, alguno “hace
trampa”, otro se enoja y abandona, todos nos sentimos mal. Para evitar estas situaciones, es
necesario que las reglas del juego sean claras y que todos las respetemos. En la sociedad pasa lo
mismo. Las reglas sociales o normas son las que permiten a cada persona saber cómo actuar y que
cosas son correctas o incorrectas. A través de las normas, la sociedad organiza la convivencia de
todos sus integrantes, con el objetivo de evitar los conflictos o resolverlos sin que nadie resulte
perjudicado.

Normas que son costumbres.

Algunas normas se usaron durante mucho tiempo y fueron transmitidas de padres a hijos. Otras se
modificaron como consecuencia de los cambios que se fueron experimentando en la sociedad.
Muchas de estas normas no están escritas. Sin embargo, las conocemos, las aceptamos y ni siquiera
nos preguntamos por qué debemos cumplirlas. Estas normas son los usos y las costumbres, por
ejemplo, utilizar cubiertos para comer, sentarnos en sillas, dormir en camas y saludar a los demás
cuando llegamos a un lugar, entre muchas otras.

¿Qué sucede si alguien no cumple con los usos y las costumbres de la sociedad donde vive? Puede
que se lo reprenda o regañe, o es posible que los demás no lo consideren un buen miembro del
grupo.

Leyes para cumplir.

Existen normas que están escritas y que todos debemos respetar. Son las leyes o normas jurídicas,
que organizan la convivencia de todos los habitantes del país y establecen que acciones están
permitidas y cuales están prohibidas. Existen leyes para distintos aspectos de la vida en sociedad,
como el gobierno, el trabajo, la educación, entre otros. ¿Qué pasa si no cumplimos con lo que dice
la ley? Podemos recibir una pena o sanción. Por ejemplo, los automovilistas que cruzan el semáforo
en rojo reciben una sanción que consiste en pagar una multa.

Las leyes son distintas en cada país y, además se modifican con el paso del tiempo y según las
necesidades y los problemas de las personas de cada lugar. Cuando una ley es aprobada, su
cumplimiento es obligatorio para todos los habitantes del país. Las leyes son muy importantes
porque indican cuales son nuestros derechos y obligaciones. De esta manera, todos los integrantes
de la sociedad estamos protegidos, sabemos que cosas podemos hacer sin que nadie nos lo impida
y de qué manera debemos comportarnos para contribuir a una buena convivencia.

La ley más importante: La Constitución Nacional es nuestra ley fundamental. En ella se establecen
todas las pautas para la organización del país (por ejemplo, la forma de gobierno y las funciones de
los gobernantes) y además indican los derechos y las obligaciones de todos los habitantes.
Las normas.

Existen distintos tipos de normas, y pueden clasificarse de la siguiente manera:

*Las normas morales: son aquellas que expresan


principios que cada persona “desde dentro” y que tienen
que ver con su forma de sentir y de entender el mundo
que la rodea. Estas normas no son obligatorias. Ejemplos:
respeto a las personas mayores, ser solidarios, ser
respetuosos con los demás, etc.

*Las normas sociales: incluyen las normas de cortesía y


los usos y las costumbres, son impuestas por cada
sociedad e iguales para todos sus miembros. Las pautas
que establecen estas normas no son imprescindibles para
la convivencia, por eso son voluntarias, pero si todos las
cumplimos la convivencia social resulta más ordenada.
Pese a no ser obligatorias, las normas sociales tienen un
castigo si no se respetan: el rechazo social al que puede ser sometido quien no esté dispuesto a
cumplirlas. Ejemplos: vestirse correctamente, no molestar a los vecinos, cuidar el espacio público,
escuchar a los demás, respetar opiniones distintas a las propias, etc.

*Las normas jurídicas: son las que impone el Estado


con carácter obligatorio a todos sus habitantes y cuyo
fin es el respeto de las conductas necesarias para la
convivencia. Su falta de cumplimiento supone una
sanción legal que puede consistir en una multa o una
pena de diferente gravedad según sea la norma que
se haya infringido. Ejemplos: tener el carnet de
conducir, no cruzar semáforo en rojo, pagar los
impuestos, no cometer ningún tipo de delito, etc.
Los valores.

Los valores se relacionan con la idea que cada uno


tiene de cómo deben ser las cosas o las personas y
tienen su origen en la cultura, en los principios
religiosos, en las concepciones filosóficas que
influyen y determinan de diferente manera a los
miembros de una sociedad.

Las personas incorporan los valores que le van a


permitir tomar decisiones y relacionarse con los
demás en el proceso de socialización. Desde el
nacimiento las personas aprenden lo que está bien y está mal en su comunidad, lo que es lindo y es
feo, lo que es bueno y lo que no lo es.

Los valores son cualidades que se le pueden atribuir a una persona, pero también a una cosa o a
una acción, porque son las ideas que las personas tienen a cerca de ellas y hacen que sean
consideradas de una determinada manera. Así, se puede decir, por ejemplo, que una persona es
sincera, que un auto es moderno o que una intervención quirúrgica es delicada.

Los valores no necesariamente expresan aspectos positivos a cerca de lo que se está evaluando. Hay
que tener en cuenta que aparecen desdoblados en pares opuestos: algo puede ser bueno o malo,
justo o injusto, agradable o desagradable, verdadero o falso, divertido o aburrido, etc.

La importancia de los valores.

La importancia de los valores reside en el hecho de que, a partir de ellos, los seres humanos deciden
el rumbo de sus acciones. Las personas eligen entre aquello que les parece bien o mal, conveniente
o desventajoso, agradable o molesto, etc.

Las valoraciones compartidas por una comunidad contribuyen a una convivencia social más
armónica y ordenada. Por su parte, las diferentes apreciaciones sobre las mismas situaciones
pueden llevar a la existencia de conflictos, pero también a tener una mirada más plural y
democrática a cerca de las posibilidades que la vida social ofrece.

Por encima de las diferencias que puedan existir entre una cultura y otra o entre las propias
personas, hay una serie de valores fundamentales vinculados con el concepto de dignidad humana,
que todos coinciden en reconocer y aceptar, y que se transformaron en valores universales, la paz,
la solidaridad, la justicia, la libertad y la igualdad.
EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN.

Los comportamientos que llevan adelante las personas,


incluso los que parecen naturales y espontáneos, han sido
aprendidos en el medio social al relacionarse con otras
personas, por ejemplo, el idioma, la forma de vestir y de
alimentarse, etc.

El proceso de socialización es el conjunto de aprendizajes


mediante los cuales una persona, en el seno de una
sociedad, incorpora hábitos, pautas de conducta, lenguaje,
valores, es decir, su cultura. La socialización se inicia desde
el momento del nacimiento de una persona y se extiende durante toda su vida.

Una persona no puede definir de forma aislada cuáles serán las leyes que guíen su acción, porque
como los humanos somos seres sociales, se constituyen en tales por medio de normas, valores y
costumbres de una comunidad determinada. Se puede afirmar entonces, que el proceso de
socialización es el que convierte a las personas en seres sociales, es decir, en miembros de una
sociedad.

Socialización primaria y secundaria.

Se denomina socialización primaria a la etapa inicial de este proceso que se desarrolla


fundamentalmente en el seno de la familia durante los primeros años de vida. Allí, el niño comienza
a relacionarse con otras personas y adquiere las primeras pautas de comportamiento y las primeras
reglas: aprende a caminar, a hablar, a comer solo, a reconocer su entorno familiar. A medida que el
niño crece, comienza a relacionarse con otras personas por fuera de la familia y aprende nuevos
comportamientos que le servirán para insertarse en diferentes ámbitos sociales.

La socialización secundaria tiene lugar en el contexto de las instituciones sociales con las que se
relaciona una persona, como la escuela, el grupo de pares (los amigos del barrio o del club) el ámbito
laboral y los medios de comunicación. En el curso de toda la vida una persona continúa incorporando
pautas culturales, por eso se puede decir que el proceso de socialización nunca finaliza.

¿Cómo se produce la socialización?

Los grupos o contextos sociales y las instituciones dentro de los cuales se transmiten los
aprendizajes implicados en el proceso de socialización reciben el nombre de agencias o agentes de
socialización.

La familia

Las personas, cuando nacemos, somos seres totalmente indefensos y necesitamos de manera
continua el cuidado y el afecto de otras personas, en especial de los adultos. Los bebés necesitan de
otros para sobrevivir y adaptarse al medio social que los rodea. Por eso, la familia desempeña un rol
crucial en los primeros años de vida de las personas. A través de la familia, los chicos comienzan a
incorporar el lenguaje y los hábitos cotidianos y a comunicarse y relacionarse con los otros (padres,
hermanos y demás integrantes del grupo familiar).

La familia es la agencia de socialización más importante desde la infancia y hasta la adolescencia, ya


que transmite valores, costumbres, normas sociales, modelos culturales, que les permitirá a sus
miembros más pequeños desenvolverse en el mundo social.

El grupo de pares

Los grupos de pares son aquellos que están conformados por miembros de la misma edad. Son los
grupos de amigos y compañeros más cercanos que se reúnen para pasar el tiempo y para compartir
actividades en común.

Algunos grupos de amigos perduran mucho tiempo, otros pueden disolverse al concluir la actividad
compartida o al pasar a una etapa distinta de la vida, sin embargo, aún en esos casos, los
especialistas coinciden en que el grupo de pares tiene una enorme importancia en la formación de
actitudes y comportamientos de las personas.

Estos grupos suelen tener una mayor presencia en la infancia y en la adolescencia. Tanto los grupos
en sí mismos, como los espacios donde se relacionan (el barrio, el club, la escuela, etc.) ayudan a la
formación de la identidad de niños y adolescentes.

La escuela.

La socialización que se produce en la escuela es distinta a la que se da en el ámbito familiar porque


es un proceso formal, planificado y programado. En la escuela existen grados, asignaturas
(matemáticas, lengua, ciencias sociales, etc.) y los programas que indican los contenidos que se
deben enseñar en cada una de ellas. Pero, además, la escuela enseña otras cosas, que no están
escritas en los programas pero que también son muy importantes: a respetar horarios, a prestar
atención cuando habla el profesor, a compartir con los compañeros, a cumplir con nuestros deberes,
a trabajar en equipo, a respetar diferentes opiniones, a participar de acciones colectivas, entre otras
cosas.

Además, en la escuela, los chicos toman contacto e interactúan con grupos sociales nuevos:
compañeros, docentes, directivos, etc.

Una gran parte de los aprendizajes que incorporamos en la escuela nos servirá, luego en otros
ámbitos sociales, como el trabajo.

Otras agencias de socialización.

Un lugar primordial de socialización en casi todas las culturas es el trabajo, porque al comenzar una
actividad laboral se asumen nuevas responsabilidades, se aprenden nuevas habilidades y se
entablan nuevas relaciones.
También los medios de comunicación, de manera creciente, se han ido convirtiendo en agencias
socializadoras e influyendo cada vez más en las actitudes y creencias de las personas. La televisión,
la radio, los diarios, nos ponen en contacto con otras experiencias y con nueva información, y las
redes sociales, nos abren nuevas experiencias y relaciones en el espacio virtual.

La familia y la escuela, dos instituciones claves en nuestro proceso de socialización.

¿Qué es una familia?

Una familia es un grupo de personas que están unidas por lazos (biológicos y/o afectivos) y por
proyectos en común. No siempre los integrantes de un grupo familiar tienen lazos biológicos o de
sangre, como en el caso de las familias que tienen hijos adoptivos, tampoco tienen una composición
determinada: hay algunas integradas por uno solo de los padres y sus hijos, familias en la que los
padres viven en distintos hogares, y también familias sin hijos, entre otras tantas formas de
convivencia familiar.

Cosas que aprendemos en familia.

Encargada de la socialización primaria, la familia transmite dia a


día un importante conjunto de reglas, conocimientos y valores
que vamos incorporando poco a poco hasta que resultan
significatovos tambien para nosotros incluso hasta cuando los
rechazamos. Se nos trasmiten en un principio una lengua, pero
no solamente como un sitema que nos permite comunicarnos:
aprendemos una forma de hablarla, un universo de palabras y
una entonación particular que sirve para señalar peligro,
asombro, enojo, aprobación y/o humor, pero que tambien
puede indicar la clase social en la que se posiciona la familia.

Entre otras cosas incorporamos tambien una manera de vestir, y la manera aproiada para la
situación en la que nos encontramos: nos ponemos un tipo de vestimenta si tenemos que asistir a
una fiesta, y otro seguramente si vamos a un recital o a un evento deportivo. Se nos transmite
tambien una forma adecuada de vestirnos de acuerdo con el ambiente o el entorno social al que
pertence la familia. Poco a poco vamos incorporando pautas de estilo y gusto, siempre claro está,
de acuerdo con el contexto social al que pertenecemos o al rol que desempeñamos: seguramente a
un adolescente estudiante de arte no le guste vestirse con el mismo estilo que un gerente de banco,
por ejemplo.

Hay otros aspectos que también se promueven dentro del ambito familiar, como por ejemplo la
necesidad de cumplir reglas y de asumir responsabilidades. Las reglas que debemos respetar se
basan en valores como por ejemplo la honestidad, la solidaridad, la generosidad, etc. Cumplirlas nos
va ubicando en roles con los que la familia nos identifica, asi podemos ser “el estudioso”, “la
hermana mayor” , “el responsable”…cuanto mas internalizamos las normas, es decir, cuando mas
las incorporamos como propias, mayor es nuestra pertenencia al medio social en el que habitamos,
o sea, mayor es nuestra socialización. El mundo en el que vive nuestra familia se convierte en
nuestro mundo. Y en ese mundo forjamos nuestra personalidad e identidad.

Sin embargo, resulta importante señalar, que no siempre las reglas que nos impone la socialización
familiar se aceptan facilmente. Tambien puede haber resistencia, cuestionamiento y la necesidad
de comprender el porque de las reglas y también de querer modificarlas. Esta intención de cambiar
las reglas no es mala, siempre y cuando se sustenten en el dialogo, el respeto y el acuerdo. Por otro
lado las normas que nos transmite la familia son una forma de que cada individuo incorpore lo social,
y eso implica conocer los límites que uno tiene en su accionar. Desconocer por completo los límites,
podría generar rechazo, enfrentamiento e incluso la expulsión del grupo o del medio social.

La escuela como institución educativa.

Desde que nacemos las personas formamos parte de una sociedad con costumbres, cultura,
conocimientos y valores determinados. El primer vínculo con la sociedad, es a través de nuestra
familia.

Allí recibimos desde los primeros días de vida, una educación a la que denominamos espontánea, y
que es parte de la socialización primaria. Se trata de un proceso continuo que le permite a cada uno
interactuar con el medio para integrarse a la sociedad donde vive. La educación espontánea se
transmite naturalmente en las actividades cotidianas, y la recibimos, a demás de en la familia, en el
grupo de amigos, en los medios de comunicación y en la escuela.

La sociedad necesita complementar la educación espontánea, con la educación deliberada, es decir,


planificada. Esta necesidad dio origen a la escuela, que es la institución específica encargada de esta
tarea, haciendolo de manera sistematica, palnificada y organizada.

La escuela organiza la enseñanza a través de materias, que seleccionan un conjunto de


conocimientos provenientes de distintas áreas: las ciencias, las artes, la educación física, la lengua,
etc.

Así la escuela es un espacio que permite experiencias de integración e intercambio a través de los
que se construyen conocimientos, pero a la vez, traduce o adapta los saberes propios de cada area
del conocimiento para que sean aprendidos y
comprendidos por los alumnos de acuerdo con
sus posibilidades. Tambien reconoce y valora la
diversidad cultural y transmite las formas de
participación activa en asuntos comunes. En
otras palabras, la escuela favorece el
desarrollo de ciudadanos y ciudadanas capaces
de desempeñarse responsablemente en su
realidad.
En síntesis, se poddría decir, que la escuela es la institución social que responde a la necesidad de
organizar el aprendizaje colectivo (o lo que es lo mismo, organizar el conjunto socialmete válidos),
el que corresponde a toda la sociedad. Para lograr esos objetivos, cumple con las siguientes
funciones:

• Facilita la transmisión de la cultura y el conocimiento de la sociedad, dividiendolo en cursos,


asignaturas, por ciclos y por edades.
• Capacita y forma en los hábitos y requerimientos del mundo laboral y profesional.
• Socializa politicamente, formando para la participación comprometida en los asuntos
públicos.
• Reproduce los valores de la sociedad y refuerza las normas de convivencia.
• Incentiva en los estudiantes la creatividad, la expresividad y la capacidad de comunicarse.
• Fomenta el desarrollo vocacional y profesional de los futuros egresados.

Identidad adolescente.

La palabra adolescente viene del vocablo latino adolescens y significa “desarrollarse hacia la
madurez”, “hacerse adulto”.

Algunos ubican la adolescencia como un período vital comprendido entre la infancia y la adultez.
Pero ¿Cuándo termina la infancia? Mas alla de los cambios fisicos, en la actualidad no está claro
cuando termina la infancia y cuando comienza adolescencia. Los cambios en los comportamientos,
muchas veces influenciados por los medios de comunicación, adelantan cada vez mas el fin de la
infancia.

Muchos especialistas denominan a la adolescencia como un “segundo nacimiento”, porque en esta


etapa vuelven a aparecer conflictos similares a los que sienten los bebes cuando tienen que
enfrentarse a un mundo muy vasto y heterogéneo, caótico y desconocido. La adolescencia es un
cambio, los adolescentes necesitan “romper” con el pasado, aunque en realidad es un proceso, la
continuación de lo que ya se ha vivido.

La sociedad y la adolescencia.

Cada cultura construye la adolescencia a su manera: con tolerancia, con temor, con odio, con
rechazo o con admiración. En la actualidad la adolescencia es vivida como un valor positivo, como
promesa de juventud eterna. Así los medios de comunicación apelan a los adolescentes como
sujetos y como objetos de consumo, muchas veces con el objeto de acelerar los procesos de
crecimiento.
En la mayoria de las culturas, el paso de la niñez a la adultez, se realiza a través de una iniciación, es
decir, ceremonias cuyo sentido es determinar que, a partir de ese momento los niños han pasado a
otro grupo, o condición de vida. Estos ritos de iniciación pueden consistir, en una fiesta, una
cremonia religiosa, un viaje, un corte de pelo, entre otras.

La adolescencia puede ser pensada como un compas de espera (esperar un tiempo antes de la
adultez) o como un puente entre dos estados. Como es un período de conflicto muchas veces, los
adolescentes necesitan estar acompañados, en ese cambio tan complicado, sentirse parte de un
grupo para transitarlo. Por eso muchos se agrupan con otros, con los que se reconocen, en “tribus
urbanas”.

Las tribus urbanas.

En las últimas décadas muchos adolescentes


comenzaron a relacionarse mediante un nuevo tipo de
tejido social (es decir un sistema de lasos entre las
personas) llamado tribus urbanas. Las tribus urbanas
son grupos de jovenes que conforman comunidades
emocionales, en la que los adolescentes adquieren una
identidad y comparten experiencias.

Algo en comun.

Lo que une a los integrantes de estos grupos, no es el territorio fijo o el consenso racional y
duradero, sino las cuestiones de género y edad, los repertorios estéticos, los gustos y estilos de vida,
las experiencias sexuales o las vivencias religiosas. Las tribus urbanas, pueden ser agrupaciones
deportivas, fans de algun tipo o estilo de música o grupo, de un programa de televisión, etc.

En general, a medida que crecen, los jovenes van abandonando este tipo de grupos, la excepción a
la regla son los punk, en Inglaterra, cuyos miembros tienen un promedio de edad entre los 15 y los
50 años.

Con la globalización de la cultura, y la generalización de


las redes sociales, estas tribus se hallan
desterritorializadas, se sienten parte de una cultura-
mundo, que borra las fronteras nacionales y crea a su
vez, nuevas fronteras dentro del territorio nacional.

Cada tribu comparte estilos, estéticas y formas de


ralción, tienen sus rituales, ceremonias y elementos de
identificación, que los diferencian de los demas grupos.
Uno de los códigos qu ecomparten las tribus urbanas es
el territorio, un lugar físico específico en el que los

adolescentes se sienten protagonistas. Cada grupo se


apropia simbolicamente de determinadas zonas
urbanas en las cuales expresan sus gustos y estilos.

La música y las tribus urbanas.

Uno de los elementos identitarios de las tribus urbanas es la música. Alrededor de ella se costruye
una estética determinada, muchas veces
relacionada con algun grupo musical específico.
Conocer las canciones de ese grupo, la vida privada
de todos sus integrantes se convierte en un
requisito para ser aceptado dentro de la tribu.

Entre las asociadas a distintos tipos de música, se


puede nombrar a los punks, a los stones, los hard-
core, entre muchos.
E.E.T.P N° 322

FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA

1° AÑO

TODAS LAS DIVISIONES

AÑO: 2021.

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