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FUNDACIÓN UNIVERSITARIA AGRARIA DE COLOMBIA

UNIAGRARIA
Julieth Tatiana Albarracín Orduz
Juan Manuel Vargas Castro
Estudiantes de Ingeniería de Alimentos
Desarrollo Regional Y Ruralidad
Profesora Natalia Hurtado Fajardo

El sector agropecuario en Colombia ha sido históricamente uno de los motores de la


economía nacional y un pilar fundamental para el desarrollo rural. Sin embargo, este
sector se ha enfrentado a numerosos desafíos, como la baja productividad, el acceso
limitado a tecnologías y la falta de articulación entre los diferentes actores involucrados.
En este contexto, la Ley 1876 del 2017, conocida como la Ley del Sistema Nacional de
Innovación Agropecuaria (SNIA), surge como un instrumento legal clave para impulsar el
desarrollo rural y local en los territorios colombianos.
MECANISMOS DE LA LEY SNIA PARA EL DESARROLLO RURAL Y LOCAL
Fortalecimiento de la investigación y la transferencia de tecnología
La Ley SNIA establece un marco normativo para fomentar la investigación, el desarrollo
tecnológico y la innovación en el sector agropecuario. Esto se logra a través de la
articulación entre entidades públicas, privadas, académicas y organismos de cooperación
internacional. Al promover la generación y transferencia de conocimientos y tecnologías
apropiadas, se busca mejorar la productividad y competitividad de los productores rurales,
lo que a su vez contribuye al desarrollo económico local.
Además, la ley incentiva la colaboración entre centros de investigación, universidades y el
sector privado para desarrollar soluciones específicas para los desafíos que enfrenta el
sector agropecuario colombiano. Esto puede incluir la adaptación de tecnologías
existentes a las condiciones locales, así como el desarrollo de innovaciones totalmente
nuevas que aborden problemas específicos de la agricultura en Colombia, como la
resistencia a enfermedades o la adaptación al cambio climático.
Enfoque territorial y participativo
Uno de los aspectos clave de la Ley SNIA es su enfoque territorial y participativo. La ley
promueve la creación de Sistemas Territoriales de Innovación Agropecuaria (STIA), que
son instancias de coordinación a nivel departamental y municipal. Estos STIA tienen como
objetivo articular los esfuerzos de los diferentes actores involucrados en la innovación
agropecuaria, incluyendo a los productores, las comunidades locales, las instituciones
educativas y las entidades gubernamentales. Este enfoque participativo y descentralizado
permite abordar de manera más efectiva las necesidades y realidades específicas de
cada territorio, contribuyendo así al desarrollo rural y local.
Los STIA no solo facilitan la coordinación entre los diferentes actores, sino que también
promueven la participación activa de las comunidades locales en la identificación de
problemas y soluciones para el desarrollo agropecuario. Esto garantiza que las políticas y
programas diseñados en el marco de la Ley SNIA estén arraigados en las realidades
locales y respondan a las necesidades reales de los agricultores y las comunidades
rurales.
Fortalecimiento de las capacidades y la extensión agropecuaria
La Ley SNIA reconoce la importancia de fortalecer las capacidades de los productores
rurales y de mejorar los servicios de extensión agropecuaria. La ley contempla la creación
de programas de formación y capacitación, así como la promoción de la asistencia técnica
y el acompañamiento a los productores. Esto les permite acceder a conocimientos,
técnicas y prácticas innovadoras, lo que contribuye a mejorar su productividad, su
capacidad de adaptación al cambio climático y su competitividad en los mercados.
Además de proporcionar capacitación técnica, la Ley SNIA también fomenta el
intercambio de experiencias entre productores, tanto a nivel local como nacional e
internacional. Esto puede llevarse a cabo a través de redes de agricultores, ferias
agropecuarias, intercambios de visitas y otras actividades que promuevan el aprendizaje
entre pares. Estas iniciativas no solo ayudan a difundir prácticas exitosas y conocimientos
técnicos, sino que también fortalecen el sentido de comunidad entre los agricultores y
promueven la adopción de nuevas tecnologías y prácticas agrícolas.
Fomento de la asociatividad y el emprendimiento
Otro mecanismo clave de la Ley SNIA es el fomento de la asociatividad y el
emprendimiento en el sector agropecuario. La ley promueve la creación de
organizaciones de productores, así como el desarrollo de iniciativas empresariales y de
encadenamientos productivos. Esto permite a los productores rurales unir esfuerzos,
acceder a economías de escala, mejorar su poder de negociación y aprovechar
oportunidades de mercado.
Las organizaciones de productores, como cooperativas y asociaciones, no solo brindan a
los agricultores una voz colectiva en la formulación de políticas y la negociación con
compradores y proveedores, sino que también les permiten acceder a recursos y servicios
que de otro modo serían inaccesibles para ellos de manera individual. Además, el fomento
del emprendimiento en el sector agropecuario ayuda a diversificar las fuentes de ingresos
en las zonas rurales y a promover el desarrollo de actividades económicas
complementarias, como el turismo rural o la agroindustria.
Articulación interinstitucional y financiación
La Ley SNIA establece mecanismos para la articulación interinstitucional y el
financiamiento de las actividades de innovación agropecuaria. Esto incluye la creación de
un Sistema Nacional de Competitividad e Innovación Agropecuaria, que coordina los
esfuerzos de diferentes entidades públicas y privadas. Además, la ley contempla la
asignación de recursos financieros para el fomento de la investigación, el desarrollo
tecnológico y la transferencia de conocimientos en el sector agropecuario.
La colaboración entre entidades gubernamentales, organizaciones no gubernamentales,
instituciones académicas y el sector privado es fundamental para el éxito de la
implementación de la Ley SNIA. Esta colaboración puede tomar diversas formas, como
alianzas estratégicas, acuerdos de cooperación técnica o la creación de fondos de
financiamiento específicos para proyectos de innovación agropecuaria. Además, es
importante garantizar la transparencia y la eficiencia en la asignación y el uso de los
recursos financieros disponibles, para maximizar su impacto en el desarrollo rural y local.
En resumen, la Ley 1876 del 2017 o Ley del Sistema Nacional de Innovación
Agropecuaria (SNIA) aporta al desarrollo rural y local de los territorios colombianos a
través de diversos mecanismos. Estos incluyen el fortalecimiento de la investigación y la
transferencia de tecnología, el enfoque territorial y participativo, el fortalecimiento de las
capacidades y la extensión agropecuaria, el fomento de la asociatividad y el
emprendimiento, y la articulación interinstitucional y el financiamiento. Al abordar estas
dimensiones clave, la Ley SNIA sienta las bases para impulsar la productividad, la
competitividad y la diversificación económica en el sector agropecuario, contribuyendo así
al desarrollo sostenible de las zonas rurales y a la mejora de las condiciones de vida de
las comunidades locales.
La implementación efectiva de la Ley SNIA requiere un compromiso continuo por parte de
todos los actores involucrados, así como una coordinación eficiente entre las diferentes
instancias del gobierno, el sector privado y la sociedad civil. Solo a través de un enfoque
integral y colaborativo se podrán aprovechar plenamente los beneficios potenciales de
esta legislación para el desarrollo rural y local en Colombia.

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