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Productividad:

La productividad corresponde a un indicador que define cuántos productos o servicios se han


llegado a producir por cada uno de los recursos utilizados en su elaboración (mano de obra, tiempo
y capital, entre otros) dentro de un plazo determinado.

De este modo, a través del cálculo de la productividad se puede determinar la eficiencia en la


producción de una organización. En particular, existen dos formas para lograr mejores resultados
en la medición de este indicador:

Fabricar una mayor cantidad de productos con los mismos medios disponibles.

Producir una cantidad similar, pero con un menor gasto de recursos.

El hecho de que una empresa logre ser más productiva que otra, tiene relación con diferentes
situaciones, entre las que destacan:

Mayor experiencia y conocimientos de los colaboradores.

Aplicar un uso intensivo de tecnología y maquinaria.

Disponer de una mejor estructura organizacional.

Optimización:
La optimización de procesos es la disciplina que se encarga de adaptar los
procesos para optimizar sus parámetros, pero sin infringir sus límites.
Generalmente, tiene como objetivos minimizar costos y maximizar el rendimiento,
la productividad y la eficiencia.
De esta forma, la optimización de procesos de negocios puede, por ejemplo, crear
estrategias para perfeccionar los flujos de trabajo, optimizar la comunicación,
prever cambios y eliminar redundancias.
En términos generales, la gestión y optimización de procesos es un pilar muy
importante para la transformación digital de todas las empresas.

Competitividad:
La competitividad generalmente se basa en una ventaja competitiva. Esto es una
cierta habilidad, recursos, tecnología o atributos que hacen superior al que la
posee. Se trata de un concepto relativo donde se compara el rendimiento de una
persona u organización con respecto a otras.
cabe mencionar que no existe una definición única de competitividad existiendo
varias interpretaciones y formas de medición que dependen del contexto en que
se analice (empresarial, deporte, relaciones internacionales, etc.).

Eficiencia:
La eficiencia es un concepto de gran importancia en el estudio económico. A
grandes rasgos, se establece que un sistema eficiente es aquel en el que un
individuo no puede mejorar su situación sin que empeore, como consecuencia, la
de otro.
En otras palabras, se trata de un sistema de reparto de recursos eficiente cuando
pueda ser considerado como la mejor opción posible entre las existentes. Este
concepto está relacionado directamente con el óptimo de Pareto.
Es importante señalar que por definición la eficiencia puede clasificarse en dos
campos distintos:
Producción.
Consumo e intercambio.
La medición de lo eficiente corresponde a la necesidad de conocer con exactitud
aquellos repartos de recursos y distintos factores de producción de la mejor
manera posible y otorgando el mayor nivel de utilidad a los agentes económicos
participantes.

Eficacia:
Este término deriva del latín y etimológicamente hace referencia a la capacidad
para alcanzar el efecto deseado a través de una acción. Es decir, que la eficacia
se puede definir como la capacidad de una empresa para alcanzar los objetivos o
metas que se ha marcado. Cuanto más capaz sea una organización de cumplir los
objetivos económicos predefinidos, más eficaz será.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que al hablar de eficacia no se tienen
en cuenta los medios que se van a emplear para alcanzar las metas, ya que este
término solo se centra en los resultados. Esto no significa que los medios no sean
importantes, porque necesariamente van a venir recogidos en el plan de negocio y
son los que se utilizarán para alcanzar los objetivos.
Aunque se suele hablar de eficacia respecto a las empresas, también es
fundamental que sus empleados sean eficaces. Para ello es necesario que estén
bien capacitados y motivados para hacer sus tareas, así como que tengan la
autonomía suficiente para afrontar los retos, compromiso y un alto sentido de la
responsabilidad.

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