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Ensayo reflexivo.

Intención comunicativa o de anunciación.

La intención comunicativa es como el alma de un mensaje. Es la chispa que enciende la


llama de la conexión entre el emisor y el receptor. En un mundo inundado de información, la
intención detrás de nuestras palabras y acciones se convierte en el faro que guía la
comprensión y el significado en la comunicación humana.

Cuando nos comunicamos, no solo transmitimos palabras o gestos, sino también nuestros
pensamientos, emociones y propósitos. La intención comunicativa es el motor que impulsa
nuestras interacciones, delineando si buscamos informar, persuadir, conmover o
simplemente conectar con otros seres humanos.

En ocasiones, sin embargo, esta intención puede perderse en el tumulto del ruido
comunicativo. Las palabras pueden ser malinterpretadas, los gestos malinterpretados y las
emociones confundidas. Aquí es donde la habilidad de comprender y decodificar la
intención comunicativa se vuelve crucial.

Es un baile delicado entre el emisor y el receptor. El emisor debe ser consciente de su


propia intención y cómo esta se manifiesta en su mensaje, ya sea a través de la elección de
palabras, el tono de voz o el lenguaje corporal. Al mismo tiempo, el receptor debe estar
atento a las señales que indican la intención detrás del mensaje, leyendo entre líneas y
captando los matices que pueden revelar mucho más que las palabras mismas.
Cuando la intención comunicativa se alinea con la percepción del receptor, se crea un
puente de entendimiento y conexión. Pero cuando hay discordancia, pueden surgir
malentendidos, conflictos y barreras en la comunicación.

Por eso es importante cultivar la habilidad de comunicarnos con claridad y empatía,


reconociendo que nuestras palabras y acciones tienen un poder más allá de su significado
literal. Debemos ser conscientes de nuestra intención y cómo esta influye en la forma en
que nos relacionamos con los demás, construyendo puentes de comprensión en lugar de
barreras de confusión.

En conclusión, la intención comunicativa es el motor que impulsa nuestras interacciones y


da significado a nuestras palabras y acciones. Es la fuerza invisible que guía nuestra
comunicación, delineando si buscamos informar, persuadir, conectar emocionalmente o
simplemente compartir experiencias.
A lo largo de esta reflexión, hemos explorado cómo la intención comunicativa influye en la
efectividad de nuestra comunicación, así como en la percepción y comprensión por parte
del receptor. Hemos visto cómo una alineación entre la intención del emisor y la
interpretación del receptor puede crear conexiones sólidas y significativas, mientras que una
discrepancia puede conducir a malentendidos y conflictos.

En última instancia, la intención comunicativa es el corazón latente de toda comunicación


humana. Es lo que nos permite trascender las limitaciones del lenguaje y conectar
verdaderamente unos con otros en un nivel más profundo. Es un recordatorio de que, más
allá de las palabras que elegimos, lo que realmente importa es la intención que impulsa
nuestras interacciones y la huella que dejamos en el corazón de quienes nos
rodean.Cuando la intención comunicativa se alinea con la percepción del receptor, se
crea un puente sólido de entendimiento mutuo. Pero cuando hay discrepancia,
surgen las olas de la confusión y el desacuerdo. Es entonces cuando se hace
evidente la importancia de la comunicación efectiva, donde la claridad, la empatía y
la comprensión son clave para superar los obstáculos y llegar a un puerto seguro de
entendimiento.
Jose Andres De Leon Geraldo
Aula C.

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