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1-La Comunicación
Comité Editorial Salus
1.2- La Comunicación
Desde un hombre que baja de los árboles y camina solo con sus piernas hasta
otro que tiene la habilidad de crear el fuego, (los llamados Homo) han ido
construyendo las bases exactas para ir incluyéndose dentro de una sociedad.
En toda comunicación está presente una serie de elementos sin los cuales no
se llevaría a cabo este proceso tan complejo. No basta sólo con hablar, es
necesario ir más allá, romper la barrera de lo superficial. No se trata solamente
de transmitir información, sino de expresar ideas, opiniones, sentimientos,
emociones, tanto de un lado (emisor), como del otro (receptor). Para que se
logre la comunicación entre dos personas, se tiene que dar un intercambio
mutuo.
Las conversaciones que se mantienen con las personas son las que
determinan las relaciones. Lo que se habla y escucha, como lo que se dice el
mismo individuo, determina el mundo de acciones que es posible para todos.
Por ello el desarrollo de las competencias conversacionales puede llevar a los
individuos a una mayor efectividad y bienestar en su vida.
En este sentido, la condición del ser social hace a los sujetos partícipes de las
relaciones interpersonales y de la comunicación desde el momento mismo de
su nacimiento. La supervivencia y el desarrollo del individuo van a estar
ineludiblemente vinculados a estas relaciones sociales y comunicativas. Para
poder lograr el máximo desarrollo de la personalidad, y por ende, del ser social,
es necesario entablar una comunicación asertiva, que no se ubique en los
extremos de la pasividad o la agresividad como muchas veces se puede
apreciar.
El ser asertivo te permite tener criterio propio y no dejarte llevar por las órdenes
impuestas en las que estés en desacuerdo, ayuda a aumentar nuestro
liderazgo. Generalmente las personas asertivas tienden a tomar decisiones y
guiar a otros de manera mucho más sencilla que quienes no cuentan con este
rasgo. Teniendo conocimiento pleno de nuestras facultades, aceptando las
derrotas y celebrando las victorias, siempre con la elegancia y sutileza de la
asertividad. Veámoslo como un medio para crecer en valores humanos
promoviendo conceptos saludables, aumentando el estima personal.
La palabra
El tono de voz El lenguaje
corporal.
Se puede afirmar que el 99 por ciento de los problemas del ser humano son de
origen lingüístico. Nunca nos encontraremos con un perro llorando porque se
han olvidado de celebrar su cumpleaños, por la sencilla razón de que el
cumpleaños no forma parte del universo lingüístico del perro. En cambio, en
nosotros los humanos, valores de este tipo nos crean en todo momento
estados mentales de ansiedad, frustración, celos, resentimientos, etc., lo cual
provoca situaciones conflictivas.
Hay personas que utilizan el lenguaje para generar acción, están siempre
creando nuevas realidades, y todo el mundo quiere estar cerca de ellas. Hay
otras que usan la comunicación para nada, y les encanta explicar sus
problemas, inventar intrigas o decir tonterías.
Una advertencia para aquellos a quienes les gusta contar sus problemas a los
demás: el 80 por ciento de los que escuchan no están realmente interesados,
y al 20 por ciento restante les causa alegría saber que usted tiene problemas.
Entonces, no pierda el tiempo contando sus problemas a los demás.
Otro tipo de lenguaje que tampoco crea realidad son las frases con el verbo en
condicional: “Me gustaría agradecer a tal persona...”. Entonces, ¿por qué no
se lo agradece? Diga: “Agradezco a tal persona...”, y de esta manera estará
creando algo en el Universo. Otro ejemplo:
“Me gustaría invitarle a comer un día...”. Esta frase sólo revela la timidez y la
indecisión de quien pronuncia. Diga concretamente: “Le invito a comer
conmigo mañana”, y generará una acción.
Cuando usted hace lo que sabe y le gusta hacer (si le gusta, pero no sabe,
aprenda con ahínco hasta saber y le gustará más todavía), genera una acción
de forma correcta y productiva, y el Universo se lo retribuirá con el aura de la
competencia. La forma de comunicarse de la persona que es reconocida
como competente adquiere un poder especial, porque su actuación en el
mundo despierta confianza. Es importante que se entienda que la competencia
depende fundamentalmente del modelo establecido. Por ejemplo: una
secretaria competente puede convertirse, de la noche a la mañana, en
incompetente si en su sitio de trabajo, donde se usaba una máquina de escribir,
de repente deciden sustituirla por un ordenador y ella no sabe nada de
informática.
Cuando usted se comunica con otra persona, todo su cuerpo habla. Fíjese en
sus gestos durante una conversación. Intente percibir su tono de voz, sus
movimientos, sus sentimientos. Son factores que, como ya hemos visto, van
mucho más allá de las meras palabras. Pero no basta con observarse a uno
mismo: también es fundamental observar a nuestro interlocutor y ver en él algo
más que las palabras.
¿Sabe cuál es el mejor punto para fijar nuestra vista mientras conversamos?
Los ojos de la otra persona. Dicen que los ojos son la ventana del alma, y es
cierto. Saber observar los ojos de la persona con quien conversamos es de
hecho una manera de leer sus pensamientos.
El éxito no llega por casualidad, si miramos hacia arriba nuestra mente está
trabajando con imágenes. Es el componente visual de nuestro pensamiento.
Cuando miramos hacia arriba y a la derecha, estamos creando imágenes.
Usted podrá darse cuenta de que su interlocutor está mintiendo o inventando
una excusa si mira en esa dirección en el momento en que le formula una
pregunta cuya respuesta debería saber, pero que no sabe. Cuando miramos
hacia arriba y a la izquierda, el cerebro está recordando imágenes, se activa su
memoria visual. ¿Recuerda el color de la camisa que usó anteayer?
Una pequeña observación antes de continuar: las posiciones de los ojos hacia
la derecha o hacia la izquierda, mencionadas anteriormente, pueden variar en
las personas zurdas, aunque son válidas para el 96 por ciento de la gente,
incluso para la mayoría de los zurdos. La explicación es la siguiente: cerca del
90 por ciento de las personas son diestras y tan sólo el 10 por ciento son
zurdas. En la mayoría de estas últimas, los hemisferios cerebrales, derecho e
izquierdo, funcionan en la misma posición que en las personas diestras.
Apenas un 4 por ciento de la gente es “zurda” también en el cerebro. Menos
del 1 por ciento de las personas diestras son “zurdas” en el cerebro, y, por lo
tanto, tienen las posiciones de recordar y crear invertidas.
Esto pertenece al campo de la fisiología, que tiene más poder que la palabra
para lograr una comunicación eficaz. Si una persona habla despacio usted
hable también lentamente al menos durante los primeros cuatro minutos de la
conversación. Si ella habla rápido usted hable más deprisa todavía.
2. Apego preocupado-ansioso
Son personas que suelen buscar de manera constante aprobación de los
demás y la respuesta continua de la pareja. Por tanto, son individuos
dependientes, desconfiados y tienen una visión poco positiva de sí mismos y
de sus relaciones interpersonales. Presentan niveles altos de expresión
emocional e impulsividad.
3. Apego evitativo-independiente
Son individuos que suelen aislarse porque no se sienten cómodos en la
intimidad con otras personas, por lo que son muy independientes. Se ven a sí
mismos como autosuficientes y sin necesidad de relaciones cercanas. Suelen
suprimir sus sentimientos.
4. Apego desorganizado
Los adultos con apego desconfiado se caracterizan porque tienen sentimientos
contradictorios en sus relaciones interpersonales. Es decir, pueden sentirse
tanto deseantes como incómodos con la intimidad emocional. Suelen verse a sí
mismos con poco valor y desconfían de los demás. Igual que los anteriores
buscan menos la intimidad y suelen suprimir sus emociones.
Principios fundamentales para un vínculo seguro padres-hijos
Queda claro que, como han demostrado muchas investigaciones, la actitud de
los padres hacia sus hijos va a ser determinante a la hora de que su hijo se
desarrolle correctamente. Por tanto, los progenitores deben ser cuidadosos a la
hora tratar a sus hijos y deben tener paciencia para que crezcan sanos y con
una personalidad fuerte para hacer frente a las situaciones que pueden
presentarse en el futuro.
De manera resumida, es importante que los padres traten de:
Entender las señales de los niños y su forma de comunicarse
Crear una base de seguridad y confianza
Responder a sus necesidades
Abrazarlo, acariciarlo, mostrarle cariño y jugar con él
Cuidar su propio bienestar emocional y físico puesto que repercutirá en el
comportamiento hacia su hijo.
Los hijos que son educados por este tipo de padres generalmente son muy
obedientes, parecen carentes de espontaneidad, curiosidad y originalidad,
generalmente son dominados por sus compañeros. Estos efectos son más
marcados en los niños que en las niñas.
Estilo permisivo: padres poco exigentes, que atienden las necesidades de sus
hijos. Este tipo de padres tienen una actitud tolerante a los impulsos de los
hijos, usan muy poco el castigo como medida disciplinaria, dejan que los hijos
tomen sus propias decisiones, establecen pocas reglas de comportamiento,
son afectuosos con sus hijos.
Estilo negligente: Padres con poca exigencia y poca atención a las
necesidades de sus hijos. Estos padres son muy parecidos al estilo anterior,
pero la principal diferencia es la poca atención que ponen a los hijos y las
escasas muestras de afecto que les prodigan.
Los niños que son criados en este tipo de familias, suelen tener problemas de
autocontrol, pobre funcionamiento académico y problemas de conducta tanto
en la escuela como en la sociedad en general.
En sus primero trabajos, Baumrind estudió familias con hijos en edad
preescolar, posteriormente realizó investigaciones con niños de primaria entre
8 y 9 años (Baumrind, 1971,1973). Sus últimos trabajos fueron realizados con
adolescentes Baumrind (1991).
Los trabajos de Baumrind han sido la base de una gran cantidad de
investigaciones en Estados Unidos y otros países cuyos objetivos
fundamentales han sido determinar la influencia que ejercen los padres en el
desarrollo de los hijos (Asili y Pinzón, 2003; Lamborn y Felbab, 2003; Lamborn,
Mounts, Steinberg y Dornbusch, 1991; Steinberg, Lamborn, Darling y
Dornbusch, 1992; Steinberg, Lamborn, Darling, Mounts y Dornbusch, 1994;
Steinberg, Mounts, Lamborn y Dornbusch, 1991; Palacios, 2005; Vallejo,
Aguilar y Valencia, 2001; Vallejo, Aguilar y Valencia, 2002).
Desde sus investigaciones iniciales, Baumrind encontró una relación importante
entre la forma como son tratados los niños y niñas por sus padres y su
rendimiento escolar.
Un grupo de investigadores estadounidenses utilizaron los planteamientos de
Baumrind para estudiar la relación de los estilos parentales y el desempeño
académico de muestras de adolescentes (Dornbusch, Ritter, Leiderman,
Roberts y Frailegh, 1987). Encontrando resultados muy similares a lo reportado
por Baumrind: los hijos cuyos padres tenían un estilo parental negligente o
permisivo presentaron las calificaciones más bajas, mientras que aquellos
adolescentes cuyos padres tenían un estilo autoritativo tuvieron las
calificaciones más altas.
Siguiendo esta línea de investigación, Steinberg, Elmen y Mounts (1989) se
propusieron determinar en qué medida la autonomía psicológica que
promueven los padres con estilo autoritativo es un elemento del buen
desempeño académico de las hijas e hijos, encontrando que efectivamente
esta característica del estilo autoritativo influye de manera positiva para que las
y los adolescentes tengan ideas positivas hacia la escuela y su propio
desempeño en ella.
En esta misma línea de investigación, Steinberg, Lamborn, Darling y
Dornbusch, (1992) encontraron, mediante un estudio longitudinal, que aquellos
adolescentes con padres con un estilo autoritativo, eran padres que
participaban de manera más activa en las actividades que marcaba la
institución e impulsaban a sus hijas e hijos en las actividades escolares; por
tanto, las y los jóvenes tenían un mejor desempeño académico. En esta línea
de investigación, Steinberg, Lamborn, Darling, Mounts y Dornbusch (1994)
realizaron un estudio de tipo longitudinal con adolescentes estadounidenses
que cursaban la educación media, en este trabajo evaluaron los efectos de los
estilos parentales de los padres e indicadores académicos de los hijos;
encontrando que aquellos adolescentes que tenían padres con estilos
autoritativos fueron los que presentaron un autoconcepto académico más alto y
obtuvieron las mejores calificaciones. Un dato interesante es que los
adolescentes con padres con estilo negligente decrementaron de manera
significativa su autoconcepto académico y sus calificaciones entre la primera y
segunda evaluación que se hicieron de estos factores.
Glasgow, Dornbusch, Troyer, Steinberg y Ritter (1997) investigaron la relación
entre los estilos parentales de adolescentes de diferentes grupos étnicos e
indicadores de su desempeño académico como fueron: la participación en las
clases, el tiempo dedicado a la realización de las tareas, las calificaciones, las
expectativas educativas y las atribuciones que hacían de sus calificaciones en
varias materias. Estos autores encontraron que los adolescentes con padres no
autoritativos tendieron a atribuir el resultado de sus buenas calificaciones a
causas externas y sus calificaciones deficientes a su falta de habilidad. Estos
autores enfatizan la importancia de los procesos de atribución del
comportamiento en el desempeño académico de los estudiantes.
En estos trabajos, los investigadores incluyeron muestras de diferentes grupos
étnicos de la sociedad estadounidense: blancos, afroamericanos, asiáticos e
hispanos. Uno de los resultados importantes fue encontrar que en familias
asiáticas con adolescentes, los estilos parentales autoritativo y autoritario no
presentaban los mismos efectos en el desarrollo de los hijos, especialmente en
el rendimiento académico, como se presentó en las familias americanas
blancas. Esto ha generado una serie de estudios cuyo objetivo fundamental ha
sido analizar el efecto de los estilos parentales en el desempeño académico de
los hijos de familias asiáticas. En esta tónica, el trabajo de Chen, Dong y Zhou
(1997) se propuso determinar los efectos de las prácticas parentales
autoritativas y autoritarias en la ejecución escolar de niños de 8 y 9 años,
encontrando que el autoritarismo en los padres se asoció con niños con mayor
agresividad y rechazo por parte de los compañeros, así como un menor
rendimiento académico. Aquellos niños cuyos padres tenían prácticas hacia
ellos de tipo autoritativo presentaron los índices de ajuste social y rendimiento
académico más altos.
Recientemente, diversos autores han extrapolado la tipología de los estilos
parentales o las dimensiones consideradas en ella, para caracterizar los
comportamientos de los maestros hacia los estudiantes o bien las condiciones
generales de las instituciones educativas (Hetherington, 1993). Esta
aproximación es muy interesante porque ha demostrado que la exigencia y el
involucramiento de los maestros o las instituciones educativas, tiene efectos
muy significativos en los procesos escolares de los estudiantes así como en
sus trayectorias personales, encontrando similitudes muy grandes con los
resultados de los estudios sobre los estilos parentales de las familias y el
desarrollo de los hijos.
En México se ha dado un interés cada vez mayor en utilizar los planteamientos
de los estilos parentales para el estudio de las familias (Asili y Pinzón, 2003;
Palacios, 2005; Vallejo, Aguilar y Valencia, 2001; Vallejo, Aguilar y Valencia,
2002) aunque estas investigaciones no se han propuesto estudiar los efectos
de los estilos parentales y el desempeño académico, se han desarrollado una
serie de instrumentos e información que seguramente serán de gran utilidad
para futuras investigaciones mexicanas sobre las relaciones entre las
condiciones de la familia y el desempeño académico de los hijos. De hecho,
existe un trabajo que se inicia entre la Universidad Veracruzana y académicos
de la Facultad de Psicología de la UNAM donde se está trabajando la
aproximación de los estilos parentales para estudiar la influencia de la familia
en el desarrollo de los hijos, donde se piensa incorporar a las actividades de
investigación de estos dos grupos la relación entre los estilos parentales y el
desempeño académico de los hijos.
Revista de Educación y Desarrollo, 5. Julio-septiembre de 2006. 58
Como se puede observar por este breve recuento de investigaciones, la
propuesta de los estilos parentales de Baumrind ha sido un enfoque
ampliamente utilizado para estudiar la influencia que ejercen los padres en el
desarrollo de diferentes áreas de la vida de sus hijos, aunque en sus inicios
este planteamiento influyó principalmente en la investigación sobre familias
estadounidenses, en los últimos años el uso de esta aproximación teórica se ha
extendido a muchos otros países. Existe ya evidencia sólida de la forma en que
los padres influyen en el rendimiento académico de las hijas e hijos desde la
infancia hasta la adultez. También se cuenta con estrategias metodológicas
que han demostrado ser útiles para la investigación sobre este tópico que van
desde estudios observacionales hasta el uso extensivo de cuestionarios en
estudios de tipo transversal o longitudinal. En particular, el rendimiento
académico ha sido abordado con diversas estrategias para evaluarlo que van
desde las calificaciones hasta la trayectoria y expectativas educativas de los
estudiantes, encontrándose que la influencia de los estilos parentales en el
desempeño académico se presenta desde la infancia hasta la adultez.
Por todo ello, es importante destacar que este planteamiento de los estilos
puede ser útil para ahondar en esta relación entre la familia y el desempeño
académico que es un tema central para todos aquellos involucrados en el
proceso educativo.
Bibliografía
i. La Familia
Malde Modino, I. (2012). Manifiesta que:
La familia es la unión de personas que comparten un proyecto vital de
existencia en común que se supone duradero, en el que se generan fuertes
sentimientos de pertenencia a dicho grupo, en el cual existe un compromiso
personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad,
reciprocidad y dependencia.
La familia es la primera escuela donde aprendemos a relacionarnos por medio
de la comunicación ya que desde ahí nos instruyen con valores, normas de
comportamiento y el afecto familiar que permiten interactuar en el ámbito social
y educativo con más vigor para obtener un excelente progreso de la
personalidad, es la célula fundamental de la sociedad y el medio natural y
necesario para la protección de los derechos y el desarrollo integral de sus
miembros; por esta razón la familia debe recibir el apoyo y protección del
estado ecuatoriano, para que cada uno de sus integrantes, pueda ejercitar
plenamente sus derechos y asumir sus obligacionhoga.
Es la base de la sociedad, se preocupa de la reproducción y del cuidado físico
de sus miembros, pues está a cargo del bienestar y desarrollo psicológico y
social de cada uno de ellos; por esta razón se considera a la familia como la
unidad social básica, donde el individuo se forma desde su niñez, para que en
su edad adulta se conduzca como una persona productiva para la sociedad
donde se desarrolle actividades que den a relucir la actitud de las personas
integrantes del hogar.
ii. Tipos de familia
Tra-bucchi, A. (2008). Manifiesta que: “Más que un solo tipo de familia o una
familia ideal existen “muchas familias” que representan diversas formas de
crecer, convivir y relacionarse”.
No se desconoce con esto otros tipos de familia que han surgido en estas
últimas décadas, las cuales también enfrentan desafíos permanentes en su
estructura interna, en la crianza de los hijos/as, en su ejercicio parental o
maternal. Por mencionar algunas, la familia de madre soltera, de padres
separados las cuales cuentan con una dinámica interna muy peculiar para criar
a sus hijos(as) implementando valores que le sirvan de respaldo en la vida
cotidiana.
Hacer un estudio de la familia significa tomar en cuenta diversas características
y tipos, las cuales pueden ser analizadas desde diferentes puntos de vista.
• La familia de padres separados, esto es la familia en que los padres se
niegan a vivir juntos, no son pareja, pero deben seguir cumpliendo a
cabalidad con su rol de padres ante los hijos, por muy distantes que
estos se encuentren; aun cuando hay que reconocer que por el bien de
los hijos se niegan a la relación de pareja, pero no a la paternidad ni
maternidad.
• La familia mono parental, esto es aquella familia que se constituye por
uno de los padres de sus hijos; y esta clase de familia puede tener
diversos orígenes:
• Porque los padres se han divorciado, y los hijos quedan viviendo con
uno de ellos, por lo general la madre;
• Por un embarazo precoz, donde se configura otro tipo de familia, esto es
la familia de madre soltera que desde un inicio asume sola la crianza de
sus hijos; y como es de conocimiento general es la mujer quien en la
mayoría de las veces asume este rol, pues el hombre se distancia y no
reconoce su paternidad por diversos motivos, aunque la doctrina señala
que en este tipo de familia, hay que tener presente, que hay distinciones,
pues no es lo mismo ser madre soltera, adolescente, joven o adulta.
• La familia extensa o consanguínea, se compone de más de una unidad
nuclear, se extiende más allá de dos generaciones y está basada en los
vínculos de sangre de una gran cantidad de personas, incluyendo a los
padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás; por ejemplo,
la familia de triple generación incluye a los padres, a sus hijos casados o
solteros, a los hijos políticos y a los nietos.
• La familia nuclear, derivada del matrimonio heterosexual, que
tradicionalmente es la familia básica y cuya base del matrimonio entre
un hombre y una mujer, y que será materia de estudio en un próximo
artículo, cuando trate sobre el matrimonio y el divorcio.
• Las familias homo parentales
v. Violencia intrafamiliar
La violencia implica el uso de la fuerza (psicológica, física, económica) para
producir daño, siendo considerada una forma de ejercicio de poder. El término
violencia familiar, alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las
relaciones entre miembros de la familia, la relación de abuso es aquella en la
que una de las partes ocasiona un daño físico y/o psicológico a otro miembro,
ya sea por acción o por omisión. La relación de abuso debe ser crónica,
permanente y periódica para ser considerada violenta. A partir de estudios
estadísticos se observa que el 50% de la población sufre o ha sufrido alguna
forma de violencia familiar.
Las personas sometidas a situaciones de violencia familiar presentan un
debilitamiento de sus defensas físicas y psicológicas, con desvalorización,
incremento de problemas de salud, muchos padecen de depresión o
enfermedades psicosomáticas, y deseo de morir, con disminución marcada de
su rendimiento laboral. En los niños y adolescentes aparecen: problemas de
aprendizaje, trastornos de la conducta y problemas interpersonales. Los niños
que fueron víctimas de violencia o que se criaron dentro de este contexto,
tienden a reproducirlos en sus futuras relaciones. La violencia puede estar
dirigida a distintos integrantes de la familia: pareja, hijos y padres. Siendo los
ancianos y discapacitados más vulnerables.
vii. Triangulación:
Cuando un niño se ve involucrado en las peleas de sus padres, se produce una
triangulación, ya que el niño puede postularse abiertamente a favor de mamá o
de papá y culpar al otro como causante de los problemas familiares. En otros
casos, algunos niños se involucran ellos mismos de maneras más sutiles, por
ejemplo metiéndose en problemas para que sus padres aúnen fuerzas y dejen
de pelear.
x. La desintegración familiar
La desintegración familiar se entiende como el fraccionamiento del núcleo
familiar, la disolución o quiebra de este mismo; este tipo de crisis familiar que
cada vez es más frecuente en la sociedad moderna, debido a los problemas
sociales y económicos, que hacen que el matrimonio tenga altibajos, es sin
duda un problema que puede llegar afectar el aprendizaje de los niños.
Es una causa principal de muchos fracasos escolares, además de trastornos
emocionales de las personas que viven esta situación; desafortunadamente,
muchos padres de familia piensan que sus hijos no se dan cuenta de lo que
sucede y que por lo tanto no les afecta, cuando en realidad es todo lo contrario
ya que los niños van buscando la manera de hacerse ver, de decir que están
ahí, que sienten y que también importan; por lo general, dicha manera suele
presentarse negativamente.
Cuando la desintegración familiar se desencadena en un momento de la vida
del niño en el que ya tiene conciencia y entiende la situación, representa un
golpe muy duro para él. Si nos ponemos a pensar un poco, su familia en ese
momento es su todo, qué sentirá al verla desbaratada, es algo muy difícil, quizá
no sabe que será de él, cómo será su vida de ahora en adelante, qué le pasará
a sus padres, con quien estará. Los adultos entienden este tipo de situaciones
y analizan los factores dando razón de ellos, pero un niño no, para él es algo
incomprensible y generalmente busca culpar a alguien, muchas de las veces a
sí mismo.
Dentro de un salón de clase, no falta el estudiante estudioso, el estudiante
conversón el estudiante travieso o el estudiante agresivo; este último es el que
afecta más las interrelaciones dentro del grupo, al generar continuamente
problemáticas al grado de golpear o agredir verbalmente a los compañeros, lo
cual obviamente sobrepasa los límites de conducta aceptables. La primera
reacción del docente es reprimirlo, pero él debe darse a la tarea de investigar el
porqué de esas reacciones para poder darle una atención adecuada a ese
alumno y no dañarlo más de lo que está.