MARCO TEORICO

Desarrollo físico, cognitivo y psicosocial del infante:

El desarrollo del infante abarca tres áreas principales: físico, cognitivo y
psicosocial. En términos físicos, el infante experimenta un rápido crecimiento y
desarrollo muscular, así como mejoras en la coordinación motora. En el aspecto
cognitivo, comienza a desarrollar habilidades como el pensamiento simbólico, la
resolución de problemas y la comprensión del mundo que lo rodea. En cuanto al
desarrollo psicosocial, el infante comienza a formar vínculos emocionales con los
cuidadores principales, a explorar su entorno y a desarrollar una identidad propia.

¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una
profunda sensación de tristeza, pérdida de interés en actividades antes
placenteras, cambios en el apetito y el sueño, sentimientos de culpa o inutilidad,
falta de energía y dificultades para concentrarse. Puede afectar tanto a adultos
como a niños y adolescentes, y puede manifestarse de diferentes formas en cada
grupo de edad.

Características de la depresión infantil:

La depresión infantil puede presentarse de manera diferente en comparación con
la depresión en adultos. Algunas características comunes incluyen cambios en el
estado de ánimo, irritabilidad, quejas físicas vagas como dolores de cabeza o de
estómago, dificultades para concentrarse en la escuela, falta de interés en
actividades que solían disfrutar, cambios en el apetito y el sueño, y
comportamientos de evitación o retraimiento social.

Orígenes, posibles causas y sintomatología:

La depresión infantil puede tener múltiples causas, que van desde factores
genéticos y biológicos hasta experiencias traumáticas o situaciones estresantes en
el entorno familiar o social del niño. Los síntomas pueden variar según la edad del
niño, pero en general incluyen cambios en el comportamiento, el estado de ánimo
y el rendimiento académico.
Posibles tratamientos, a nivel médico y a nivel psicológico:
A nivel médico, el tratamiento de la depresión infantil puede incluir medicamentos
antidepresivos en casos severos, aunque se suelen reservar para situaciones
específicas y bajo la supervisión de un profesional de la salud mental. A nivel
psicológico, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva en el
tratamiento de la depresión infantil, ayudando al niño a identificar y cambiar
patrones de pensamiento negativos, así como a desarrollar habilidades para
enfrentar el estrés y regular las emociones. La terapia familiar también puede ser
beneficiosa, ya que aborda los problemas dentro del contexto familiar y promueve
un ambiente de apoyo para el niño afectado.