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17 oct 2012

LA CLASIFICACIÓN ARTÍSTICA DE LEROI-GOURHAN

El investigador Leroi-Gourhan publicó en 1965 una cronología del arte paleolítico que estamos
usando hasta nuestros días. Creemos que merece la pena que nos detengamos en su
conocimiento.
Su intención era, como la de Breuil, organizar en el tiempo las obras paleolíticas. Y lo hizo
con gran prudencia, utilizando las subdivisiones que él calificó de "estilos", a los cuales
atribuyó una significación cronológica bastante flexible y que no se sincronizaba
automáticamente con las civilizaciones del Paleolítico superior. Refiriéndose al análisis del
estilo y basándose para ello en documentos datados con certidumbre, estableció una
secuencia que se aplica indistintamente al arte parietal y al mobiliar.
1. PERÍODO PREFIGURATIVO. Anterior al 30.000 a.C., recoge los primeros trazos grabados en
fragmentos de hueso y en algunos bloques de piedra, con la apariencia de que aquellos están
sujetos a un cierto "ritmo".
2. ESTILO I. Desarrollado entre el 30.000 y el 23.000 a.C., es sensiblemente contemporáneo
al Auriñaciense y la fase antigua del Gravetiense; este estilo se caracteriza por figuras torpes,
reducidas frecuentemente a la cabeza o a la parte delantera de los animales, asociados a
vulviformes o a series, alineadas o no, de cúpulas; está representado por bloques, grabados o
pintados, del Auriñaciense de la Ferrasie, de los abrigos de Blanchard y Castanet, así como de
Belcayre, yacimientos todos ellos perigordienses.
3. ESTILO II. Comprende aproximadamente, del 23.000 al 18.000 a.C., representando al
Gravetiense y una buena parte del Solutrense. EStá ampliamente difundido. La estructura
fundamental de la figura animalística está constituida por la línea cérvico-dorsal, trazada en
forma de "S" tumbada horizontalmente, a partir de la cual se sitúan los detalles de la
representación; con frecuencia estos detalles están descuidados, son esquemáticos o incluso
son ausentes; las patas están inacabadas, las pezuñas no aparecen, figurando una sola por
par; las cornamentas se ven de frente y, por lo tanto, en "perspectiva torcida"; el ojo, cuando
está presente, es el único detalle que se figura.
4. ESTILO III. Aproximadamente entre el 18.000 y el 14.000 a.C., cubre el Solutrense reciente
y el Magdaleniense antiguo. La línea cérvico-dorsal se conserva, más o menos suavizada, para
traducir un esbozo de movimiento, complementada más ampliamente con detalles
figurativos, como las crineras o las pezuñas en las patas. La técnica pictórica se perfecciona
con el recurso del relleno en negro y rojo. Las proporciones delos animales no se respetan
siempre: el enorme cuerpo, con vientre frecuentemente distendido, está sustentado por unas
patas muy cortas ; son los "animales hinchados"; igualmente la giba ede la cruz de los bisontes
es exagerada. Pero este período representa una etapa de gran dominio artístico. Es el
momento del friso esculpido de Roc de Sers y llama la atención por su fuerza de expresión,
mientras que las pinturas de Lascaux, Cabrerets, Cougnac y Altamira poseen un dinamismo
sorprendente. El arte mobiliar es, sin embargo, poco abundante, y cuenta con plaquetas de
fino grabado.
5. ESTILO IV ANTIGUO. Corresponde al Magdaleniense Medio y se sitúa entre el 14.000 y el
11.000 a.C. El arte parietal presenta en algunos abrigos figuras esculpidas en relieve, como
en Cap-Blanc y en Anglessur-l'Anglin pero, lo que es más peculiar son los santuarios profundos
en las cuevas, como en Font-de-Gaume, Rouffignac, Marsolas, Castillo y Altamira. La pintura
incorpora nuevos procedimientos, entre los que destacan la línea modelada con trazos
gruesos y repasados, así como los rellenos degradados. Tanto en el arte parietal como en el
mobiliar, el caballo y el bisonte son animales numéricamente más representados.
6. ESTILO IV RECIENTE. Se corresponde con el Magdaleniense superior, entre el 11.000 y el
9.000 a.C. El arte parietal presenta añadidos y modificaciones. Posee una doble
característica: por un lado alcanza una figuración cuasi fotográfica, en la que el esquema de
construcción original queda enmascarado y, por otro, apunta hacia una representación del
movimiento, en particular del galope y del agrupamiento de los animales. Por otra parte se
da el hecho de asociaciones animalísticas en forma de parejas y la multiplicación de figuras
femeninas muy estilizadas.
7. PERÍODO DE DECADENCIA. Al final del Magdaleniense, tanto en la Madeleine como en el
vecino yacimiento de Villepin, en Isturiz, etc... el grabado se vuelve torpe y esquematizado
para, al final, desaparecer, mientras que, paralelamente, se desarrollan los grabados
geométricos sobre guijarros anunciadores del Aziliense.

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