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Arte esquemático ibérico

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Pintura rupestre esquemática en Peña Escrita (Ciudad Real)


Se denomina Arte Esquemático a una serie de representaciones prehistóricas (sobre
todo pintadas y casi siempre rupestres) que aparecen en la península ibérica
asociadas a las primeras culturas metalúrgicas (Calcolítico, Edad del Cobre, e
incluso, con pervivencias marginales en el inicio de la Edad del Hierro). La
cronología es, aún, tema de debate, pero podría abarcar desde el cuarto al primer
milenio antes de Cristo, solapándose, en sus inicios, con el Arte Levantino y
perviviendo marginalmente en algunas zonas aisladas durante etapas muy tardías.

Su principal característica, y la que le da nombre, es el esquematismo, es decir,


un estilo figurativo en el que solo se representan los fragmentos básicos de cada
figura (eliminando todos los demás); además, la representación es tan básica que
los elementos gráficos se convierten en meros esbozos, pero sin perder los rasgos
mínimos de identificación. De hecho, el fenómeno esquemático se considera algo muy
poco preciso y problemático, y se integra en un amplio movimiento que afecta a casi
toda Europa y el Mediterráneo1

Podría decirse que el fenómeno esquemático tiene dimensiones globales, aunque cada
región, incluida la hispana, tenga aspectos propios y diferenciadores.

Índice
1 Fenómeno esquemático en la península ibérica
2 El contenido
2.1 Antropomorfos
2.1.1 Posibles ídolos
2.1.2 Escenas
2.2 Zoomorfos
2.3 Símbolos y objetos
3 Técnica
4 Origen y cronología
5 Epílogo
6 Véase también
7 Referencias
8 Enlaces externos
Fenómeno esquemático en la península ibérica
El Esquematismo en el arte es un concepto hermano de otros como el Realismo (una
representación figurativa más o menos fiel a la naturaleza, con detalles concretos
que permiten identificar fácilmente lo figurado2), la Estilización (también
figurativo, pero acentuando ciertos detalles considerados arbitrariamente
importantes, repitiéndolos y deformándolos hasta perder sus rasgos realistas),3 y
la Abstracción (representaciones completamente ajenas a la realidad, por tanto no
figurativas, asociadas a una simbología filosófica y que, aunque pueda recordar
inconscientemente ciertos elementos reales, no es posible comprobar tal relación).4

Ciervo esquemático del abrigo gaditano conocido como Cueva de Bacinete. La


representación del animal se caracteriza por el uso de trazos simplificados y
convencionales que no pretenden ser realistas, omitiendo todos los detalles
irrelevantes para la información que interesa resaltar, llegando a rozar la
abstracción. A pesar de ello, la figura es fácilmente comprensible y cualquiera que
conozca esta especie animal, la reconocerá inmediatamente.
Incluso, si solo se tiene en cuenta el ámbito peninsular, el arte esquemático
carece de uniformidad: abarca una cronología considerablemente amplia y su
geografía es demasiado extensa, lo que dificulta enormemente su estudio y hace casi
imposible establecer fases o regiones culturales. En todo caso, y de un modo
general, suele distinguirse una tendencia más geométrica y de temática restringida,
frente a otra más naturalista y variada en las que incluso se aprecia cierta
intención narrativa. A pesar de los intentos y de los debates, no ha sido posible
atribuir un contenido cronológico a esta separación en dos tendencias que, por otro
lado, casi todos consideran que, en el fondo es muy subjetiva y por tanto poco
fiable.5 De cualquier modo, las figuras carecen de orden compositivo, parecen
repartidas aleatoriamente: simplemente yuxtapuestas. Tampoco hay sensación de
movimiento o, en todo caso, este es sustituido por convencionalismos.

Toda la península ibérica posee yacimientos de arte rupestre esquemático. Aunque,


para ser más concretos, este predomine en zonas montañosas donde hay disponibilidad
de abrigos rocosos, los vacíos se pueden llenar gracias al arte mueble esquemático
(ya que este también aparece en yacimientos situados en valles, campiñas y
llanuras), a lo que hay que añadir la decoración de muchos megalitos. Aparte de
eso, las mayores concentraciones de estaciones esquemáticas están en las montañas
de la costa levantina, en Sierra Morena y las serranías circundantes,6 en la cuenca
baja del Guadiana y del Guadalquivir (hasta llegar a la provincia de Cádiz7), en el
estuario del Tajo, en las sierras centrales de la Meseta Central, donde sobresale
la región de Las Batuecas (en la Sierra de Gata, entre Salamanca y Cáceres), con
ramificaciones en Ávila, en la cornisa cantábrica, con extensiones a las pinturas
en las provincias de Soria, León y un particular núcleo en Galicia, que, debido a
su fuerte personalidad atlántica, suele estudiarse aparte.

Distribución del arte esquemático en la península ibérica.


La realidad que va desvelando la investigación es que este estilo artístico
ciertamente tiene una base común, basada en el esquematismo, pero, sería un error
considerarlo un fenómeno único. Ni siquiera un horizonte que abarcase varias
culturas. Más bien, debe hablarse de varios horizontes y de muchas culturas, facies
y fases de cada una. Incluso, dentro de una misma área geográfica y en un mismo
periodo pueden convivir diversas tradiciones de fondo esquemático, aunque
independientes.

Por ejemplo, en el Levante hispano nos encontramos con decoraciones esquemáticas


lineales (consideradas, como mínimo, precedentes epipaleolíticos del arte
esquemático) ya desde el horizonte cardial de la cueva de la Cocina (Valencia),
pero también en estratos no cardiales de la cueva de Nerja (Málaga), ambas de fines
de quinto milenio. Otro ejemplo es el señalado en Galicia, donde la decoración de
los enterramientos en cista tiene motivos esquemáticos geométricos angulosos de
tradición megalítica, mientras que los petroglifos exteriores tienen motivos
radicalmente distintos (espirales, círculos, cérvidos). Los dos son coetáneos,
rondando el 3000 a. C., pero expresan tradiciones de base esquemática similar que
se han separado al progresar.8

En vista de ello, la mayoría de los investigadores coinciden en aceptar la


existencia de regiones estilísticas que coincidirían con tradiciones culturales
diferentes. Sin embargo, en el estado actual de la investigación no es posible
diferenciarlas con precisión.5 A lo sumo se habla de tres focos (el galaico-
portugués, el sureño y el arco levantino), pero debe haber más y quedan amplias
lagunas por cubrir. De hecho se ha detectado que existe cierta permeabilidad
estilística entre las diferentes regiones, lo que, sin dejar de ser un acicate a la
investigación, al mismo tiempo pone las cosas más difíciles.

A pesar de lo dicho, y sin dejar de tenerlo en cuenta, es posible indicar una serie
de patrones que suelen repetirse en todo el arte esquemático, entre ellos el papel
que ocupa la elección de lugares estratégicos en relación al paisaje circundante,
pudiendo revelar cómo cada grupo cultural organizaba su entorno ambiental (aunque
ese aspecto está aún muy virgen, caben destacar algunos trabajos9). Entre estos,
las teorías de Ramón Grande del Brío, para quien las estaciones rupestres
esquemáticas son centros cultuales con una estructura que suele repetirse: hay un
núcleo principal y una serie de santuarios secundarios. El lugar principal suele
ser una o varias covachas que marcan el dominio vital, y los centros secundarios lo
rodean configurando el territorio sacralizado. Para más exactitud, las estaciones
esquemáticas no solo eran un signo de sacralización, sino también de dominio sobre
una zona y el paisaje que se domina desde ellos.10 En cualquier caso, es posible
desarrollar los siguientes epígrafes.

El contenido
El arte esquemático carece de la capacidad narrativa o temporal aplicable al arte
levantino español y de otros tipos de arte esquemático europeo, aunque contiene
numerosas escenas de tipo descriptivo y ha sido definido como una arte
esencialmente conceptual.11 Por otro lado, las representaciones reflejan una
sociedad perfectamente urbanizada y jerarquizada, propia de pueblos con un
importante desarrollo cultural y tecnológico. Han existido diversos intentos de
sistematizar la temática del arte levantino, pero todos ellos se han encontrado con
importantes dificultades, destacando en especial, los trabajos de Pilar Acosta, de
Gómez Barrera, de Eduardo Ripoll o de Julian Bécares.12

Por otro lado ha podido determinarse que dentro del arte esquemático hay varias
tendencias. Una de ellas posee un esquematismo más exacerbado, otra algo más
naturalista y una tercera denominada «macroesquemática» (que podría ser la más
antigua y merecería ser deslindada, pues enlazaría con las últimas etapas del
Neolítico). Su temática puede clasificarse en antropomorfa, zoomorfa y la relativa
a símbolos y objetos.

Antropomorfos
La figura humana es uno de los motivos más abundantes, no por ello dejan de ser muy
simples, fundamentalmente basados en un trazo vertical (el tronco) con brazos de
diversas tipologías, ya sea en forma de cruz (†); de doble cruz (bien †† o bien la
letra griega ∏); con forma de Te, bien con los brazos rectos, bien con los brazos
curvados hacia abajo (golondrinas y ancoriformes), o hacia arriba (con forma de Y),
e incluso con los brazos en jarra (como la letra Φ griega); también hay figuras
esquemáticas en X. Un caso especial, por su importante papel simbólico, lo
constituye el Indalo del abrigo de Maimón Chico, en Los Vélez (Almería); representa
a una figura humana esquemática con los brazos extendidos y un arco sobre sus
manos. Por último señalar que numerosos casos de figuras masculinas tienen el sexo
señalado explíciamente (normalmente se alarga hacia abajo el trazo que representa
el tronco).
Figuras masculinas
Arte esquematico-Cruciforme.png
Arte esquematico-Brazos curvos.png
Arte esquematico-golondrina.png
Arte esquematico-ancoriforme.png
Antropomorfo cruciforme
Antropomorfo de brazos curvos
Antropomorfo tipo golondrina
Antropomorfo ancoriforme
Arte esquematico-antropomorfo en Y.png
Arte esquematico-antropomorfo en Phi.png
Arte esquematico-antropomorfo en X.png
Arte esquematico-antropomorfo sexuado.png
Antropomorfo en Y
Antropomorfo en Phi (Φ)
Antropomorfo en X
Antropomorfo sexuado
Véase también: Indalo
Posibles ídolos
Aquí se incluyen figuras antropomorfas ambiguas, de las que es difícil asegurar que
se trate de seres humanos o divinidades. A veces, se trata, simplemente de figuras
humanas en las que se incorpora la vestimenta, lo que enmascara su verdadera
apariencia. Por ejemplo, en el «Abrigo de Los Órganos», en Despeñaperros, hay
posibles representaciones de una danza de figuras femeninas cuyo cuerpo son dos
triángulos opuestos, invertidos, cuyos vértices se tocan (sería el tórax y una
falda acampanada) junto con una gran cabeza que parece llevar un complicado tocado
con rodetes, plumas y cuernos.
Figuras femeninas (¿ídolos?)
Arte esquematico-Idolo bitr.png
Arte esquematico-Idolo bitriangular con brazos.png
Arte esquematico-Idolo bitriangular con rodetes.png
Arte esquematico-Idolo de Despeñaperros.png
Bitriangular,
¿ídolo femenino?
Bitriangular con
brazos
Bitriangular oculado
o con Rodetes
Figura engalanada,
Despeñaperros
Las representaciones bitriangulares aparecen en más cuevas y, no sin controversia,
se interpretan como femeninas (por comparación con el arte mueble recuperado en
algunos megalitos, grabados y restos de poblados del bronce temprano).13 Como
femeninas se interpretan también los llamados halteriformes, es decir figuras
formadas por un trazo vertical y dos óvalos en los extremos14 (a veces a esta
figura se le añaden rasgos a modo de extremidades, con lo que los halteriformes
parecen hormigas). A veces, incluso se pintan estas posibles mujeres junto a
figuras claramente masculinas, lo que podría simbolizar una relación familiar de
las que pueden inferirse ceremonias o rituales hierogámicos (por ejemplo, el de
Peñaescrita de Fuencaliente, Ciudad Real).
Ídolos y hierogamias
Arte esquematico-Halteriformes.png
Arte esquematico-Halteriformes con extremidades.png
Arte esquematico-Hierogamia 1.png
Arte esquematico-Hierogamia 2.png
Ídolos halteriformes simples
Ídolos halteriformes
con extremidades
Pareja de
Peñaescrita de Fuencaliente
Pareja de la
Virgen del Castillo
Hay, no obstante, representaciones claramente relacionadas con ídolos, pues tienen
fuertes paralelismos con temas idénticos aparecidos en cerámica o en ídolos-placa
exhumados en excavaciones de poblados, necrópolis y dólmenes. Su antigüedad puede
remontarse, pues, al Neolítico. En primer lugar podríamos citar los Oculados, así
llamados porque los ojos son muy grandes y están rodeados por líneas que los
realzan o que los encierran. También hay Ídolos-placa, de forma más o menos
rectangular, o bitriangular, con brazos esquemáticos, casi idénticos a los que
aparecen en los dólmenes de la zona atlántica de la península ibérica.
Ídolos y estelas
Arte-esquematico-Idolo oculado 1.png
Arte-esquematico-Idolo oculado 2.png
Arte-esquematico-Soliforme.png
Arte-esquematico-Esteliforme.png
Ídolo oculado
Ídolo oculado
Soliforme
Esteliforme
Los soliformes o esteliformes parecen constituir un segmento aparte, no tienen
forma humana (aunque al ser considerados ídolos los incluimos aquí) y son tan
variados que es difícil sistematizarlos.

Escenas

Zoomorfos y antropomorfos en el Tajo de las Figuras.


No son muy abundantes. De hecho se consideran casos puntuales, entre las que se han
constatado, algunas, de las que ya hemos hablado, parecen representar hierogamias;
otras son danzas rituales («Valonsadero», Soria) o escenas funerarias. Igualmente
hay actividades agropecuarias (como el caballo cogido de las riendas en
«Peñapascuala», Cuenca) y de caza (Cueva del Tajo de las Figuras, Cádiz; «Canchal
de las Cabras Pintadas', Cáceres), incluso combates.
Escenas narrativas
Arte esquemático-Danza ritual.png
Arte esquemático-Escena funeraria.png
Arte esquematico-Peñapascuala.png
Danza ritual (¿itifálica?)
Posible escena funeraria
Escena de domesticación
Zoomorfos
Las representaciones de animales son mucho más escasas y, dentro de esa escasez,
predominan los cuadrúpedos y aves, raramente naturalistas, solo identificables por
detalles específicos. Los más abundantes son los cuadrúpedos o «pectiniformes» (es
decir, que tienen una silueta tan sencilla que recuerda a un peine), que consisten
en una simple línea horizontal con trazos verticales hacia abajo que representan
las piernas, y toscas grafías de la cabeza. Sobre esta base se añaden. Como hemos
dicho, rasgos que permitirían discriminar diferentes especies: los cuernos en forma
de C para los bóvidos, o en forma de dos arcos paralelos para los cápridos, o en
forma de candelabro para los cérvidos.15 Más difíciles de identificar son los
équidos y los cánidos, de hecho, no se identifican los animales de tiro (excepto
los bóvidos), por más que, como veremos, más adelante, algunas representaciones
abstractas podrían ser, en realidad, carros.
Zoomorfos
Arte esquemático-Pectinifor.png
Arte esquemático-Bóvido.png
Arte esquemático-Cáprido.png
Arte esquemático-Cérvido.png
Arte esquemático-Cigüeña.png
Arte esquemático-Ramiforme.png
Pectiniforme
Bóvido
Cáprido
Cérvido
Cigüeña
Ramiforme
Las aves son escasas, pero muy llamativas, especialmente abundantes en el «Tajo de
las Figuras» (Cádiz). Son reconocibles por sus alas, por tener solo dos patas y una
cabeza muy característica en la que se distingue el pico, pero es complicado
determinar la especie concreta, siendo abundantes los patos y los ciconiiformes y
los buitres. Un caso aparte son los ramiformes u hombres-abeto, de los que no ha
podido deducirse si se trata de zoomorfos, antropomorfos, o ídolos (quizá tengan un
poco de todo).

Símbolos y objetos
Aparte de seres animados, en el arte esquemático abundan los signos de difícil
interpretación. Hay una serie de geométricos llamados petroglifoides en razón a su
parecido a los Petroglifos gallegos (círculos pintados o cazoletas grabadas,
herraduras, meandros, formas serpenteantes o en zig zag, series de puntos o de
trazos formando diversos contornos…). Estos casi siempre aparecen junto a
representaciones antropomorfas.
Petroglifoides
Arte esquemático-Petroglifoide círculos.png
Arte esquemático-Petroglifoide herradura.png
Arte esquemático-Petroglifoide doble espiral.png
Arte esquemático-Petroglifoide Zig-Zag.png
Círculos
Meandros
Espirales
Zig-zag
Hay, asimismo, estructuras rectangulares, que algunos investigadores consideran
símbolos abstractos y otros consideran la representación de objetos concretos, tal
vez casas, campos de labor.
Estructuras
Arte esquemático-Estructura tectiforme.png
Arte esquemático-Estructura trineo.png
Arte esquemático-Estructura carro.png
Arte esquemático-Estructura embarcación.png
Tectiforme
Trineo
Carro
Barca

Embarcación pintada en la cueva de la Laja Alta.


En otros casos, a esas estructuras se les añaden círculos laterales (ruedas),
adquiriendo una inequívoca apariencia de carros. Esto indica que, cuando menos,
estas representaciones son posteriores a su verificación arqueológica, es decir, el
800 a. C. Por el momento solo se han atestiguado en la provincia de Badajoz. Algo
más frecuentes son los trineos, seguramente anteriores cronológicamente. En ninguno
de los casos aparecen animales de tracción.

Otros signos confusos y contradictorios son las posibles embarcaciones, que solo
han podido ser observados sin sombra de dudas en el arte rupestre del extremo sur
de la península ibérica, concretamente en la Cueva de la Laja Alta (Cádiz). Hay
otro posible caso en el Risco de la Mantequera a orillas del Tajo (Extremadura),
pero podría tratarse de un trineo.

Por su parte, las armas son relativamente frecuentes, pero tan esquemáticas que es
muy difícil identificarlas, en todo caso hay arcos y flechas, hachas o alabardas,
bumeranes y espadas (éstas, solo aparecen en insculturas de la edad de Bronce o
posteriores, por ejemplo el Ídolo de Peña Tú, en Vidiago, Asturias).
Armas y herramientas
Arte esquemático-Armas azada.png
Arte esquemático-Armas hacha.png
Arte esquemático-Armas lanza.png
Arte esquemático-Armas arco.png
Azada
Hacha
Palo o lanza
Arco
Técnica

Ídolo de Pena Tú de Vidiago, Asturias.


Aunque la mayor parte del arte esquemático español consiste en pinturas rupestres,
algunos casos son grabados o insculturas.

En el caso de las pinturas, se trata de tintas planas o simples trazos gruesos,


pero irregulares. Más raramente aparece el punteado o tamponado, que se usa para
delimitar contornos internos o externos, así como para rellenar algunas figuras. El
color predominante es el ocre rojizo, siendo más raro el negro o, incluso, el
blanco. Todas las figuras son monocromas (cuando se han detectados figuras
bícromas, las investigaciones han demostrado que son repintes)

Ídolo-estela salmantino de la Edad del Bronce.


En el caso de los grabados o insculturas, es habitual que éstas se asocien también
a pinturas. En cualquier caso, la técnica más usada es el piqueteado ancho. El
ejemplo más conocido es el llamado ídolo de Peña Tú de Vidiago (Asturias), en el
que desgraciadamente, el deterioro de la roca ha borrado gran parte de los
pigmentos e incluso está desconchando el grabado.16

Aunque el Arte Esquemático es en esencia rupestre, los horizontes cacolíticos


asociados a Los Millares y sus similares del resto de la Península deparan una
serie de objetos cuya decoración tiene motivos equiparables (oculados, zoomorfos,
soliformes, motivos geométricos, etc.), por lo que también podría hablarse de Arte
mueble esquemático; que, por otra parte ayudaría a datar el arte rupestre. En
concreto, en casi toda la Península, incluido el hinterland de Los Millares (en
España) y de Vila Nova de São Pedro (en Portugal). A esto hay que añadir la
decoración de los ortostatos de los megalitos penisulares, que se conserva en raras
ocasiones pero que se hacía con temas y técnicas prácticamente idénticas a las del
arte rupestre (pintura e inscultura).17

Durante la Edad del Bronce el panorama cambia, el arte mueble es diferente al


esquemático, porque este está en regresión, pero hay expresiones que pueden
asociarse a los petroglifos galaico-portugueses, sobre todo en la franja atlántica
de la península (Galicia, Portugal y todo el oeste español), donde menudean ciertas
esculturas toscas y de tamaño considerable, aunque de diversas tipologías, llamadas
ídolos-estela o estatuas-menhir en lo que se representan antropomorfos
esquematizados, con diversos convencionalismos y armas de bronce (lanzas, escudos,
puñales, espadas...).

Cuenco oculado del poblado calcolítico de Los Millares (Almería)

Idolillos femeninos del ámbito megalítico peninsular


(Extremadura)

Ídolo-placa femenino con semejanzas a los bitriangulares esquemáticos

Cerámica incisa con soliformes del poblado almeriense de Los Millares

Origen y cronología
El esquematismo no puede ser considerado, por sí mismo, un indicador cronológico,
pues ya aparece en el Paleolítico superior y se percibe en ciertas escenas del arte
Levantino español. En cuanto a su datación, aunque todo parece indicar que es
propio de pueblos peninsulares entre el Neolítico y la edad de Hierro, es muy
difícil, por no decir, imposible, dar más detalles.

Eduardo Ripoll18 considera que entre el arte Levantino y el Esquemático hay una
fuerte relación, de hecho, piensa que este deriva de aquel (por degeneración
evolutiva), proponiendo una fase de transición. Ripoll además, indica, que el arte
Esquemático tienen una extensión geográfica mucho mayor, ya que se va extendiendo,
poco a poco, desde la franja mediterránea, hacia el interior, alcanzando la Meseta
y las costas atlánticas. Para sostener estas ideas se apoya en las comparaciones
que hace con los hallazgos de culturas como Los Millares (donde aparecen triángulos
punteados, ídolos oculados, cérvidos), el yacimiento de Palmela, el de Las
Carolinas y el de Vélez Blanco: cerámica decorada, arte mueble, plaquetas,
idolillos rectangulares, baculiformes, medias lunas, ancoriformes, etc. A los
objetos artísticos añade otros como los carros o las armas.

Cuenco del calcolítico madrileño con ciervos esquemáticos y soliforme.

Ídolo con los ojos resaltados por incisiones verticales.


Posee brazos estilizados.

Placa grabada con cérvido esquemático de Vila Nova de São Pedro (Portugal).

Estela de Granja de Toniñuelo (Badajoz).

Ídolo oculado llamado "de Extremadura" (Calcolítico, M.A.N., Madrid).


Otro investigador, el profesor Antonio Beltrán,11 niega la relación filética entre
el arte Levantino y el Esquemático, aunque admite que pudieron ser contemporáneos
algún tiempo: hay abrigos rocosos en los que el Esquemático se superpone al
Levantino y otros en los que ocurre lo contrario. Este especialista, piensa, más en
una ruptura que en una evolución cultural, en la aparición de nuevas gentes,
exploradores extranjeros, con nuevas creencias y diferentes tendencias artísticas.
Concretamente, piensa que la llegada del metal a la Península afectó profundamente
a los pueblos indígenas (aunque no está claro si hubo colonización o solo
aculturación). Propone como núcleos originarios, los del sur y sureste, zonas en
las que se atestiguan las primeras presencias de forasteros en busca de oro y cobre
hispanos. Desde allí, este nuevo horizonte se extendería por todas partes, creando
culturas variadas e independientes, como la de Galicia, con sus inconfundibles
petroglifos. Este conglomerado de horizontes culturales, asociado al arte
esquemático, predominaría toda la edad de Bronce, e incluso durante el principio de
la edad de Hierro. Con la consolidación de las culturas de la edad de Hierro, el
arte esquemático va desapareciendo. Francisco Jordá Cerdá5 no coincide en absoluto
con Beltrán, ya que rechaza las influencias foráneas, defendiendo una evolución
nativa cuyo núcleo estaría en el Sistema Bético y Sierra Morena. Pero en lo que más
destacan las tesis de Jordá es en que considera que el arte Esquemático no es
posterior ni derivado del Levantino, que en realidad podría responder a una
estilización por aculturación de este. Se basa en hallazgos antiquísimos
(epipaleolíticos) que hemos citado, de decoraciones esquemáticas lineales en la
cueva de la Cocina y en la de Nerja (finales del V milenio a. C.).

Sin embargo, todas estas explicaciones fallan en considerar el fenómeno esquemático


como una unidad en toda la Península. Igualmente la tendencia actual es compaginar
la influencia orientalizante calcolítica, con la evolución local neolítica,
aceptando, incluso, varios focos emisores originarios para el esquematismo
peninsular. Por ejemplo, parece haber acuerdo en que la aparición de los ídolos
oculados calcolíticos (que aparecen en el arte mueble, en la cerámica, los dólmenes
y las pinturas rupestres) revela la influencia de pueblos mediterráneos
extrapeninsulares; pero, al mismo tiempo, su evolución posterior y su difusión
geográfica van acompañadas de transformaciones propias de dinámicas evolutivas
regionales. Por ejemplo, Pilar Acosta ve la transformación de los «ojos» en figuras
soliformes como una prueba del aporte indígena de raíz neolítica a las innovaciones
calcolíticas extranjeras.8 Por otra parte, las influencias externas no solo
debieron venir del Mediterráneo, habida cuenta de las peculiaridades de la zona
galaica que se podrían explicar por los contactos con otras culturas atlánticas. De
hecho, se observa, por los motivos representados, que la idiosincrasia galaica ya
estaba plenamente formada en el III milenio a. C., lo que indica que el origen de
sus petroglifos debe ser muy anterior, contemporáneo incluso con la aculturación
orientalizante del Mediterráneo.

Petroglifos gallegos: meandros

Petroglifos gallegos: cérvidos

Petroglifos gallegos: cápridos

Durante la Edad del Bronce, la fragmentación del fenómeno esquemático peninsular


parece aumentar, su constatación cronológica se hace a través de las armas
representadas (ausentes hasta entonces): en el noroeste los petroglifos siguen su
propio camino, muy relacionado con otros pueblos atlánticos norteños, pero
manteniendo tradiciones megalíticas. De hecho, la edad de Bronce parece el momento
de mayor auge de los petroglifos al aire libre. Paralelamente, toda la franja
occidental de la península ibérica se ve influida. De hecho, en el segundo milenio
el arte esquemático se manifiesta en forma de grabados y de estatuas-menhir, es
decir, estelas funerarias de considerable tamaño.

En cambio, en el sur y en el Levante, coincidiendo con el surgimiento de la cultura


de El Argar, el arte esquemático parece sufrir un fuerte retroceso, quedando
relegado a algunos objetos cerámicos y elementos muebles. De manera residual se
cita la perduración en algunos sitios pintados al Bronce Reciente, por el tipo de
motivos representados. Es el caso de la cueva de la Laja Alta, en Jimena de la
Frontera, Cádiz, debido a la presencia de embarcaciones a vela. Por el tipo de
navío es considerada la manifestación más moderna del esquematismo en la zona,
deslindada de la tradición esquemática general).8 Sin embargo, recientes dataciones
absolutas por radiocarbono y termoluminiscencia sobre trazos negros cercanos a las
embarcaciones y una cerámica del nivel de ocupación más reciente, - obtenidas un
equipo de investigadores de la Universidad de Granada encabezado por el Dr. Antonio
Morgado-Rodríguez- ha permitido proponer, por extrapolación, una antigüedad mayor:
entre el IV y III milenio cal. a.C. Es decir, serían adscritos al Neolítico
Reciente y la Edad del Cobre del sur de la península ibérica, por tanto dentro del
contexto sociocultural del Estilo Esquemático. Por último, estas embarcaciones
serían, por tanto, una de las más antiguas representaciones de embarcaciones a vela
del Mediterráneo.19

Epílogo

Embarcaciones pintadas en la cueva de la Laja Alta (Cádiz).


A modo de conclusión, se constata que las raíces del arte esquemático están en el
neolítico indígena del arco mediterráneo y del sur, que este nació con el fin del
Neolítico y el principio del Calcolítico en el sureste de la Península.

Que el fenómeno esquemático no es exclusivo de la península ibérica, de hecho se da


en toda Europa y podría decirse que, aunque con fechas y culturas muy diferentes,
en todo el Mundo. La universalidad del fenómeno esquemático es síntoma de leyes
universales, a saber, la homogeneidad en la concepción de los pictogramas por el
ser humano.10
Que en su nacimiento jugaron un papel incierto las influencias mediterráneas
orientalizantes, al mezclarse con las tradiciones indígenas, sin que se sepa
cuantificar el peso de cada una de las tendencias.
Que el arte esquemático no responde a una cultura unitaria, sino que parece un
rasgo común de numerosas culturas regionales diferentes, manifestándose en cada una
de ellas por diversos medios: cerámica decorada, arte mueble, pintura rupestre,
grabados rupestres, decoración de megalitos, etc.
Que en la mayor parte de la Península el auge del fenómeno esquemático corresponde
al tercer milenio a. C., sobre todo al Calcolítico, comenzando su declive en la
edad de Bronce, aunque existen numerosas pervivencias mucho más tardías. La zona
Galaico-portuguesa, marca una pauta distinta, pues su apogeo se da precisamente en
el segundo milenio a. C., es decir, la Edad de Bronce, gracias, tal vez, a
contactos con otros pueblos atlánticos. La zona galaica extendió su influencia a
toda la franja occidental de la Península, donde el arte esquemático sobrevivió en
forma de grabados, insculturas y estelas funerarias llamadas estatuas-menhir.
Que hay muchas lagunas sobre el arte esquemático y que todo lo anterior puede ser
objeto de revisión según avancen los estudios científicos.
Véase también
Arte rupestre paleolítico del norte de España
Arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica
Arte rupestre del extremo sur de la península ibérica
Arte rupestre de los valles de Otíñar
Referencias
Por ejemplo los roquedos de Provenza y de la Liguria italiana.
El realismo afecta a las representaciones paleolíticas más conocidas y
espectaculares, aunque ésa no es la única característica.
Como referencia de estilos prehistóricos estilizados, se pueden citar el Arte
Levantino español o el arte sahariano de Tassili n'Ajjer
El arte abstracto está presente desde periodos paleolíticos en lo que se denomina
ideomorfos, pero no deja de aparecer en ninguna fase del arte prehistórico,
incluido el arte Esquemático: tectiformes, espirales, círculos, chevrones, líneas
quebradas, polígonos, trazos…)
Jordá Cerdá, Francisco (1978). «El arte de la Edad de Piedra». Historia del Arte
Hispánico, Tomo I: La Antigüedad, 1ª parte. Editorial Alhambra, Madrid. ISBN 84-
205-0607-9 (páginas 124-132).
García del Toro, Javier R. (1989). «La pintura rupestre en Murcia». Revista de
Arqueología. Año X (Número 98). ISSN 0212-0062.
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de Nerja». Zephyrus. XXXIV-XXXV (páginas 103-107). ISSN 0514-7336.
El nombre viene de su parecido a las pesas levantadas por atletas de halterofilia
Los cérvidos manifiestan la importancia persistente de la caza, por más que el
arte esquemático sea propio de pueblos de economías agropecuarias que conocían el
metal y que ya tenían importantes núcleos urbanos. Igualmente las representaciones
de cápridos parecen salvajes.
Suárez, Juan R. (1990). «¿Verán nuestros nietos el ídolo de Peña Tú?». Revista de
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Arte esquemático ibérico.
www.reservabiosferavalledelcabriel.com Arte Rupestre en la Reserva de la Biosfera
del Valle del Cabriel.
El arte esquemático-abstracto en Cantabria
Pinturas rupestres esquemáticas de Fuencaliente
Aproximación al arte Levantino y Esquemático
El arte rupestre del noroeste español y las corrientes culturales entre el
Atlántico, la Meseta y el Mediterráneo, por Antonio Beltrán Martínez
www.arterupestre.es Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la península ibérica.
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Categoría: Arte rupestre en España
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