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REPARTIDO UNIDAD I _ ROMANTICISMO

Breve periodización histórica del romanticismo.

En literatura se conoce como Romanticismo a uno de los movimientos literarios


más importantes de Europa, surgido en Alemania alrededor de 1780 (finales del siglo
XVIII) y luego popularizado al resto del continente y sus colonias americanas hasta
mediados del siglo XIX.
Surge como una reacción revolucionaria contra las tendencias imperantes de la
Ilustración (Siglo de las luces) y su manifestación artística, el neoclasicismo. Que
aspiraba a reflejar los valores de sencillez, seriedad y racionalidad propios de la
época, y que habían sido exaltados en tiempos de la antigua Grecia. Así como los
valores de universalidad y realismo.
Fue una época muy agitada de la historia europea, caracterizada por muchos
cambios. La economía está marcada por la Revolución industrial (segunda mitad del
siglo XVIII) Con el desarrollo del maquinismo, surgen las grandes industrias y crece el
proletariado. La consolidación del capitalismo industrial resume la estructura
económica de la época y explica las tensiones sociales.
En el ámbito sociopolítico, la Revolución francesa (1789) marca el fin de la
antigua sociedad estamental y de régimen monárquico, siendo sustituida por la
sociedad de clases, instaurando un nuevo régimen donde la burguesía se convierte en
la fuerza política dominante. La posición que un hombre ocupa en la sociedad ya no
depende del nacimiento o la tradición, sino de su situación económica, del puesto que
ocupa en los procesos de producción y de su riqueza. A mayor poder económico,
mayor poder político. La nobleza es así desplazada por la burguesía bajo el estandarte
de los ideales de la revolución: libertad, igualdad y fraternidad.
En 1804 cae la primera República a manos del general Napoleón Bonaparte,
quien instaura el primer Imperio francés. Gobierno monárquico que conquista la mayor
parte de Europa central y occidental, exceptuando Gran Bretaña y Portugal. Napoleón
Bonaparte mantuvo un gobierno constitucional, que reservaba un inmenso poder
político a la figura del emperador. Aun así, el imperio fue fundado y gobernado en las
bases de la revolución francesa, en tanto fue electo soberano mediante un plebiscito,
estableciendo un estado continental y centralizado muy comparable al antiguo Imperio
romano. Con sus conquistas, varios gobiernos absolutistas fueron extintos y las ideas
de la revolución francesa se diseminaron por Europa.
Las ocupaciones napoleónicas (1804-1815) trajeron como consecuencia el
desarrollo del nacionalismo en los pueblos dominados, en tanto necesidad de
reafirmar sus identidades, sus peculiaridades históricas, culturales, lingüísticas, etc. En
este contexto, la exaltación de lo nacional será parte importante del pensamiento y de
la literatura del Romanticismo.
Se puede decir que el Romanticismo, en tanto rompe a través de sus obras con
las normas morales y estéticas propugnadas por el Neoclasicismo; implicó una
revolución en la esfera cultural, tanto como lo fue la revolución industrial en la esfera
económica, y la revolución francesa en el ámbito sociopolítica de la Europa de finales
de siglo XVIII e inicios del XIX.

Resumen de principales ideas.

- El romanticismo es el movimiento literario más importante de Europa entre finales del


siglo XVIII y hasta la primera mitad del siglo XIX
-La economía de la época está marcada por la Revolución industrial de la segunda
mitad del siglo XVIII
- En el ámbito social y político, la Revolución francesa marca el fin de la monarquía y
el inicio de la sociedad de clases.
- La burguesía se convierte en la nueva fuerza política dominante
- Las ocupaciones napoleónicas implican la caída de la república, instaurándose el
Imperio napoleónico que conquista la mayor parte de Europa.
- Ante el dominio del imperio de Napoleón, surge en los pueblos europeos el
sentimiento de nacionalismo; concepto de gran importancia para la literatura del
romanticismo
- El romanticismo implica una Revolución cultural, en tanto es un movimiento rupturista
que se rebela contra la moral y estética de la Ilustración.

Cuadro comparativo entre Neoclasicismo y Romanticismo.

Observemos a través del siguiente cuadro la actitud contraria y rupturista del


romanticismo, frente a las ideas de la ilustración neoclásica

Neoclasicismo Romanticismo
El arte debe ser único y universal No existe un arte único, ya que depende
de una circunstancias económicas,
geográficas o culturales
La razón guía e ilumina al artista Se concede un valor fundamental a lo
subjetivo, a la pasión y la inspiración
Existencia de las reglas del buen gusto Rechazo de cualquier barrera que limite
la expresión personal
Su estética busca lo armonioso y Se tiende hacia lo sublime, pero se da
equilibrado entrada también a lo grotesco y a lo
pintoresco
Se imitan los modelos clásicos de la Admiración hacia escritores como
antigua Grecia Shakespeare, Calderón de La barca y
Dante Alighieri
Finalidad formativa y didáctica del arte La literatura busca impactar, conmover o
inquietar al lector o espectador

Orígenes del Romanticismo o prerromanticismo. El “Sturm und Drang”.

Hacia aproximadamente 1770 surge en Alemania el movimiento


prerromántico “Sturm und Drang” que se significa “Tormenta e impulso”. Es un
movimiento revolucionario liderado por un grupo de jóvenes literatos que inspirados
por las ideas del filósofo francés Rousseau (“el buen salvaje”) y, más cercanamente,
del crítico literario alemán Herder (“Espíritu popular”) irrumpen con obras que rompen
las normas morales y estéticas anteriores, en rechazo al racionalismo de la Ilustración.
Se rebelan ante lo establecido, propugnando la libertad absoluta del individuo y
exaltando la figura del genio creador. Los “sturmers” protestan ante toda regla que
obstaculice la expresión de sus pasiones, y propugnan el retorno a la naturaleza, la
libertad en el sentir y en el arte, y el afán de originalidad. Se concede a los artistas la
libertad de expresar su subjetividad individual y sus emociones en contraposición a las
limitaciones impuestas por el racionalismo de la Ilustración. El “Sturm und Drang” es
pues, el primer antecedente del Romanticismo europeo del siglo XIX.
Características del Romanticismo.

El movimiento romántico se expande a todos los países de Europa a lo largo de


la primera mitad del siglo XIX, y si bien cada pueblo tendrá sus peculiaridades en
cuanto nación; los rasgos fundamentales y sobresalientes del espíritu romántico
coinciden en todos ellos.

Individualismo: el hombre romántico tiene una conciencia aguda y dolorosa de la


propia personalidad, de ser distinto a los demás, y afirma constantemente ese “yo”
frente a lo que le rodea. En algunos casos llega a sentirse superior a todo lo otro:
exalta su propia sensibilidad, sus emociones, su genio, pero también su desgracia o su
infelicidad. Esto lo lleva al aislamiento y la soledad típicas de los románticos.

Egocentrismo: todo va a girar alrededor del yo, por lo tanto frecuentemente habla el
romántico en primera persona, a menudo protestando por la incomprensión de su
sociedad, por el desconocimiento de su genio individual, etc.

Genio creador: dentro de cada ser humano reposa una infinitud, el Dios interior del
cual proviene toda manifestación creativa, toda obra, representada por el Genio
Poético. El poeta es un visionario. Se valora la originalidad de las obras.

Subjetivismo: frente a la razón se levanta la bandera del sentimiento, de ahí la


importancia de emociones, sueños y fantasías. El hombre romántico profundiza
minuciosamente en sí mismo o en sus personajes. Su actitud de búsqueda interior lo
lleva a descuidar el mundo que lo rodea y refugiarse en lugares solitarios.

Gusto por la soledad: se convierte en uno de los temas románticos por excelencia.
Esto justifica la preferencia por lugares solitarios, como castillos, cementerios,
espacios apartados y recónditos. La soledad del hombre romántico nace también de
su individualismo, de la afirmación de su yo; en este sentido la soledad produce
también dolor y lo lleva a ansiar la integración, la comprensión de los otros, el amor.

Irracionalismo: se niega que la razón pueda explicar por completo la realidad. Se


abandona la idea de que existan verdades fijas e inmutables que puedan ser
descubiertas. Este rechazo por la razón y lo racional explica la preferencia de los
románticos por lo sobrenatural, lo mágico y lo misterioso.

La Naturaleza: frente a la Naturaleza artificiosa del Neoclasicismo, el artista romántico


representa la naturaleza en forma dramática, en movimiento, con preferencia por la
ambientación nocturna. Opone al orden, a la mesura y la armonía neoclásicos, el
desorden y la falta de proporción. La Naturaleza se identifica con los estados de ánimo
del creador, es como una proyección de sus sentimientos y a la vez está por encima
de todo, lo que deja traslucir cierta concepción panteísta del universo: Dios está en
todos los objetos de la creación y comulga con cada uno de los elementos de la
misma.

Evasión: el romántico opta por escapar de la realidad inmediata que no le gusta, de


un mundo material en el que no encuentra cabida su idealismo extremo. Esa evasión
puede conducirlo a épocas pretéritas, como la Edad Media, o a lugares lejanos y
exóticos, como Oriente o América. La fantasía funciona siempre como forma de
evasión de la realidad para el hombre romántico.

Melancolía: el romántico es por naturaleza alguien inseguro e insatisfecho, lo que da


lugar a una desazón vital. Se habló del “mal del siglo” para referirse a ese estado de
ánimo propio de los románticos, compuesto por melancolía, tedio de vivir,
insatisfacción, desconsuelo. A veces esto constituía una postura, con más de fingido
que de auténtico, como una especie de moda.

Exaltación de la libertad: sólo en libertad se alcanza la plenitud. En el arte, la libertad


está vinculada con lo formal, la negación a dejarse limitar por reglas prefijadas. En la
vida cotidiana, tiene que ver con un estilo libre y desprejuiciado de vivir, conocido en
general como “bohemio”. En lo nacional, a veces se relacionó con actitudes patrióticas.

Nacionalismo: se revalorizan los elementos populares, como la música, el canto, las


narraciones del pueblo. Se busca conocer lo que tiene de particular y específico el
espíritu de cada nación. De ahí su obsesión por buscar las raíces de cada pueblo en
su literatura y su cultura.

El romanticismo francés. Charles Baudelaire.

En Francia, las ideas y obras románticas comienzan a delinearse alrededor del


año 1800, hasta 1840 aproximadamente. Se pueden identificar tres etapas:

1) Iniciación. Dominada por las figuras de Chateaubriand y Madame de Stäel y por la


formación de toda una sensibilidad colectiva que se denominó “el mal del siglo” (1800-
1820)
2) Desarrollo. Época de desarrollo fundamentalmente intelectual y teórico, donde se
libra la “batalla romántica” (hasta 1830)
3) Realización y aceptación (hasta 1840) El movimiento parece desintegrarse como
tal, surgiendo de su seno distintas corrientes: simbolismo, parnasianismo y
naturalismo. Este es el momento en que irrumpe en la escena literaria Charles
Baudelaire.

Contexto histórico-literario.

La Europa posterior a 1840 se caracteriza por una serie de transformaciones


producidas en la incipiente sociedad capitalista: rápido crecimiento demográfico,
especialmente urbano; expansión económica centrada en el avance de la
industrialización por la intensificación del comercio y por un notable progreso técnico:
extensión del ferrocarril, el teléfono, el barco vapor.
Todo ello presidido por la consolidación de la burguesía, clase social dominante
preocupada por aumentar su productividad, de posiciones conservadoras para
salvaguardar sus nuevos privilegios frente a las crecientes presiones del proletariado
industrial urbano, que se organiza en sindicatos para reivindicar sus derechos,
inspirados por las teorías de K. Marx. Proliferan los movimientos revolucionarios
comunista, anarquista y socialdemócratas.
Esta tensión social, que opone a obreros y burguesía desemboca en una
insurrección popular conocida como la Revolución francesa de 1848; que obliga al rey
Luis Felipe I de Francia a abdicar, dando paso a la Segunda República Francesa. Así
surgen los primeros gobiernos autoritarios conservadores, como ser, Napoleón III en
Francia y la reina Victoria en Inglaterra. Potencias conservadoras que se caracterizan
por su colonialismo imperialista y su burguesía capitalista.
El mito del progreso está trabajando el tejido social en profundidad. El único
ideal que se persigue es el del progreso, el cual es visible en lo científico, en lo
técnico, en la arquitectura del hierro, en el ferrocarril. Sin embargo, el progreso
científico trajo progreso económico, pero no progreso moral y esto explica el malestar
general de la generación de Baudelaire que se declara apolítica y rebela su profundo
odio a la sociedad materialista de su tiempo.
El desarrollo tecnológico dio lugar al nacimiento de la imprenta de gran
difusión, lo que había hecho de los periódicos la primera tribuna política y artística del
país. El propio Baudelaire publicó muchos de sus poemas, y también la crítica alcanza
más difusión y sensibiliza la opinión; convirtiéndose en el factor principal de éxito y
fracaso.

Acercamiento biográfico al autor

Charles Baudelaire (1821-1867) es un poeta que se anticipa a su tiempo, a la


vez pertenece a él y lo supera; resultando imposible de encasillarlo en un movimiento
o corriente determinada. Su poesía es la base para la poesía de todo el siglo XX.

Nace en París, quedando huérfano de padre a los seis años. Inició sus estudios
en Lyon en 1832 y los prosiguió en París, de 1836 a 1839. Su padre adoptivo, el
comandante Aupick, descontento con la vida liberal y a menudo libertina que llevaba el
joven Baudelaire, lo envió en un largo viaje a las Antillas entre 1841 y 1842 (según
algunas fuentes, podría haber llegado también a la India). De regreso en Francia, se
instaló de nuevo en la capital y volvió a sus antiguas costumbres desordenadas.
Empezó a frecuentar los círculos literarios y artísticos y escandalizó a todo
París con la elegancia y agresividad de su vestimenta y modales. Era el dandy que se
burlaba de las formalidades, escandalizar al burgués lo confirmaba como poeta.
Fueron también motivo de controversia, sus relaciones con Jeanne Duval, la hermosa
mulata que le inspiraría algunas de sus más brillantes y debatidas poesías.
Destacó pronto como crítico de arte: el Salón de 1845, su primera obra, llamó
ya la atención de sus contemporáneos, mientras que su nuevo Salón, publicado un
año después, llevó a la fama a Delacroix (pintor, entonces, todavía muy discutido) e
impuso la concepción moderna de la estética de Baudelaire. Buena muestra de su
trabajo como crítico son sus Curiosidades estéticas, recopilación póstuma de sus
apreciaciones acerca de los salones, al igual que El arte romántico (1868), obra que
reunió todos sus trabajos de crítica literaria.
Fue además pionero en el campo de la crítica musical, donde destaca sobre
todo la opinión favorable que le mereció la obra de Wagner, que consideraba como la
síntesis de un arte nuevo. En literatura, los autores Hoffmann y Edgar Allan Poe, del
que realizó numerosas traducciones (todavía las únicas existentes en francés),
alcanzaban, también según Baudelaire, esta síntesis vanguardista. La misma que
persiguió él mismo en La Fanfarlo (1847), su única novela, y en sus distintos esbozos
de obras teatrales.
Comprometido por su participación en la revolución de 1848, la publicación
de Las flores del mal en 1857, acabó de desatar la violenta polémica que se creó en
torno a su persona. Los poemas (las flores) fueron considerados «ofensas a la moral
pública y las buenas costumbres» y su autor fue procesado. Sin embargo, ni la orden
de suprimir seis de los poemas del volumen ni la multa de trescientos francos que le
fue impuesta impidieron la reedición de la obra en 1861. En esta nueva versión
aparecieron, además, unos treinta y cinco textos inéditos.

Baudelaire y el romanticismo.

Si bien Baudelaire toma del Romanticismo muchos de sus temas más


importantes, difiere de él porque en su obra estos temas adquieren una condensación
y una intensidad que los transforma, en ocasiones, radicalmente.
Los sentimientos más clásicos de los románticos como la soledad y la
melancolía, en Baudelaire se transformarán en tedio, hastío, spleen, un sentimiento
más radical, que incluye el asco de sí mismo y que implica una inmóvil e impotente
desesperación: “Lo que siento es un descorazonamiento, una sensación de
aislamiento insoportable, un miedo perpetuo a una desgracia vaga, una desconfianza
completa de mis fuerzas, una ausencia total de deseo, una imposibilidad de descubrir
distracción alguna, me pregunto sin cesar para qué esto, para qué aquello, ese es el
verdadero espíritu del spleen, no me acuerdo de haber caído nunca tan bajo ni de
haberme arrastrado tanto tiempo en el hastío” (Baudelaire, 1856).
Si de acuerdo al gusto romántico predominaba una naturaleza espontánea y
salvaje, en Baudelaire aparece distorsionada, contaminada, deformada y artificial. Es
la naturaleza ciudadana, el producto de la técnica y la civilización; en otros casos
surgirá la descomposición, la enfermedad y la muerte, como en “Una carroña”.
En cuanto a la concepción del poeta, para Baudelaire no es ya un vidente
seguro de sí, de misión divina, sino un testigo del dolor y la dignidad humana en medio
de los llantos. Baudelaire se asoma a la literatura del siglo XIX cuando se produce el
triunfo de la doctrina romántica pero también asiste a la desintegración del movimiento
en función del Simbolismo, Parnasianismo y Naturalismo.
Las flores del mal se publica en el período en el que surgen las obras poéticas
más maduras del movimiento y aparece en él un romántico moribundo, la conciencia
crítica más profunda del romanticismo. La melancolía se convierte en angustia. Su
poesía se hace filosófica y plantea al hombre debatiéndose en la disyuntiva entre el
bien y el mal. Dirá el poeta: “hay en todo hombre, a toda hora, dos postulaciones
simultáneas, una hacia Dios, la otra hacia Satán. La invocación a Dios, o
espiritualidad, es un deseo de subir de grado; la de Satán o animalidad es una alegría
de descender”.
Se considera a Baudelaire un romántico cuando renueva y usa la imagen
poética y la metáfora, cuando cultiva lo exuberante y lo enfático, pero es anti-
romántico cuando se resiste frente a todo lo emocional y sentimental, frente a todo lo
bonito y fácilmente agradable.

Las flores del mal.

Esta colección de poemas de Charles Baudelaire, es considerada la obra


máxima de su autor. Abarca casi la totalidad de su producción poética desde 1840
hasta la fecha de su primera publicación. La primera edición constó de 1.300
ejemplares y se llevó a cabo el 25 de junio de 1857. La segunda edición de 1861
elimina los poemas censurados, pero añade 35 nuevos. La edición definitiva será
póstuma, en 1868 y, si bien no incluye los poemas prohibidos, añade algunos más.
Esta versión consta de 151 poemas. La censura que recayó sobre algunos de sus
poemas no sería levantada en Francia hasta 1949.
Las flores del mal es considerada una de las obras más importantes de la
poesía moderna, que imprime una estética nueva, donde la belleza y lo sublime
surgen, a través del lenguaje poético, de la realidad cotidiana y vulgar; aspecto que
ejerció una influencia considerable en poetas simbolistas como Paul Verlaine,
Stéphane Mallarmé o Arthur Rimbaud.
El título “flores,” (poemas) del mal, refiere a que son poemas, flores enfermizas,
en tanto no respetan el estilo ni los recursos de la poesía precedente. Su poesía está
desnuda de artificios y eleva el lenguaje coloquial, incluso vulgar, a la categoría
poética.
El argumento principal es presentar el lado criminal de los hombres, el pecado,
la avaricia; y mostrar en el descenso a los infiernos una salida al tedio, al spleen, al
abatimiento vital.
Por su temática, son flores del mal porque abordan temas marginales y
sórdidos, alejados de la moral convencional: la exploración del mal y el hastío vital. La
visión descarnada del erotismo, el retrato de grupos marginales, delincuencia y
prostitución, alusiones al alcohol, a las drogas y al juego.
Estructura de Las flores del mal.

La obra pertenece al género lírico, conciliando metros y formas tradicionales


con otras innovadoras. Muchos de sus poemas son sonetos, pero también emplea
versos alejandrinos y juega con los versos eneasílabos y heptasílabos, propios de la
versificación francesa antigua.

Baudelaire divide el libro en seis secciones, encabezadas por el famoso poema


Al lector que oficia de introducción y marco a toda la obra, en tanto el autor supo verla
como un todo y tener en cuenta el público/lector para quien escribía. En ediciones
posteriores a su muerte, se añade una séptima sección denominada “Poemas
agregados” cuyo último texto Epígrafe para un libro condenado oficia de conclusión a
toda la obra.

Spleen e ideal: esta sección abarca los 85 primeros poemas, entre ellos El albatros.
Presenta diversas formas de salvación, liberación y huida del mundo, como ser la
belleza, el arte, la poesía, la muerte y más adelante el amor y el erotismo, donde se
recogen poemas dedicados a sucesivas amantes a lo largo del tiempo. Tras haber
comprobado el fracaso de estas formas de ideal, nos encontramos con el spleen o el
hastío, el tedio ante el tiempo y su repetición.
Son poemas que muestran la distancia entre la realidad y el ideal poético y
vital. Cuando el amor, la belleza o el arte fracasan como formas de huida triunfa el
“spleen” el tedio, el abatimiento o angustia ante la monotonía y el tiempo.

Cuadros parisinos: abarca desde el poema 86 Paisaje hasta el 103 Crepúsculo


Matutino, un total de 18 poemas. En ellos descubre, en su deambular por la ciudad de
París; la belleza fugitiva y sus gentes para tratar de olvidar la angustia confundiéndose
con la multitud. Sus protagonistas son los marginados, los viejos y los perdedores. Y
los espacios los suburbios, burdeles, locales y parques públicos lejos de la naturaleza
y el mundo rural.
En la edición de 1857, esta parte del libro no constituía un capítulo separado,
sino que era un segundo intento de huida perteneciente a "Spleen e Ideal" pero a
través de la ciudad de París.

El vino: abarca desde el poema 104 El alma del vino hasta el 108 Vino de los amantes,
un total de 5 poemas. Esta sección se vincula con la serie de textos que dan cuenta de
experiencias con el vino y las drogas, concretamente el opio y el hachis. Es un elogio a
su obra Los paraísos artificiales. Se acerca a la posible salvación en la embriaguez y
las drogas

Flores del mal: abarca desde el poema 109 La destrucción hasta el 120 El amor y el
cráneo, un total de 12 poemas. Constituyen la parte central de la obra. En ella se
encuentran cuatro de los 6 poemas condenados por el Tribunal Correccional del París
por atentar contra la moral. En esta sección se expresa la atracción irresistible del
mal. El descenso hacia lo más profundo del abismo, los vicios, el sexo destructor o la
delincuencia. La mujer aparece como una figura diabólica que lo aleja de Dios. Esta
sección representa el intento de huida por la vía maligna, la perversión, el sadismo, el
vampirismo. Ofrece unos cuadros desoladores.

Rebelión: abarca desde el poema 121 La negación de San Pedro hasta el 125
Plegaria, un total de 4 poemas. Los poemas de esta sección fueron cuestionados y por
los que se le instruyó un proceso judicial. En ellos el tema del mal aparece visto desde
la teología, desde un creyente angustiado; que si en Plegaria parece adherir a
satanás, es más por despecho al abandono de Dios. El poeta se rebela, de nada sirve
el sufrimiento del hombre ante un Dios que está ausente del mundo. Poeta satánico,
tenebroso y blasfemo que reniega de Dios.

La muerte: abarca desde el poema 126 La muerte de los amantes al 131 El viaje, un
total de 6 poemas. Constituye el final del viaje. La muerte como reacción frente al
materialismo burgués. Sólo la muerte puede librar al hombre de un mundo lleno de
miserias. Implica la retirada de los personajes, ninguno de ellos estaba destinado a
triunfar, por eso es un infierno sin paraíso. La muerte es una burla a las pretensiones
de inmortalidad del creador.

Antecedentes del Simbolismo y Parnasianismo en Las flores del mal.

El simbolista no busca expresar la realidad, sino trascenderla. El mundo real


es símbolo de otra cosa que está más allá de lo sensible. Se aplica el idealismo
filosófico a la literatura: cada cosa es un símbolo, manifestación de algo oculto. Los
objetos están vinculados, a pesar de sus múltiples apariencias, por ecos, analogías,
correspondencias. El poeta es quien debe relacionar esos dos mundos: el sensible y el
trascendente. Como antecedente del simbolismo, en el poema Correspondencias de
Baudelaire se plantea la unidad de la creación, la correspondencia entre el mundo
espiritual y el material por medio de símbolos que conforman una analogía universal.
Los simbolistas tienen una gran preocupación por el lenguaje, y su influencia
será decisiva en el siglo XX, aun entre aquellos que reaccionaron contra ellos.
Formalmente, la suya es una poesía que explorará la sonoridad del verso, pues “la
poesía es música ante todo”. Por ello la palabra habrá de tener un valor mágico, pues
a través de ella se aprehende la realidad y se la devela. El Simbolismo significó una
revolución en la versificación, que habría de culminar en el verso libre.

Parnasianismo: entre 1860 y 1870 hay una reacción al Romanticismo de corte


sentimental, confesional, que tiene a Teófilo Gautier como su principal representante:
el Parnasianismo, nombre que deriva del mítico monte Parnaso de los griegos, donde
habitaban las Musas, deidades protectoras de las artes. Cultores de la doctrina de “el
arte por el arte mismo”, y “el arte no es un medio, sino un fin en sí mismo.”
Se trata de un movimiento poético típicamente francés, que procura la objetividad, la
impersonalidad. No es intimista, reacciona contra el romanticismo confesional y
postula la abolición del yo en la poesía. Se trata de una poesía minuciosa,
laboriosamente trabajada, donde lo formal cobra gran importancia. Se busca la belleza
como un fin en sí misma, sin compromisos sentimentales, intelectuales, políticos o
religiosos. Si el vínculo del Simbolismo con la Música es evidente, en el caso del
Parnasianismo el vínculo se establece con las artes plásticas en general y con la
escultura en particular.
Esta corriente está presente en Las flores del mal en su sentido del misterio, el
poder de encantamiento de sus versos, su absorbente culto a la belleza, la cercanía
con la plástica y la pintura y la tendencia a no expresar sentimientos en primera
persona.

Los temas recurrentes en Las flores del mal

Son todos variaciones sobre un mismo tema: la exploración del mal y el hastío
vital.
La correspondencia: entre el macrocosmos y el microcosmos; el mundo visible y el
invisible y del que el poeta es el intérprete, analogías con todas las percepciones y los
sentidos, aromas, colores sonidos
El artificio: Baudelaire criticaba la idea de lo natural y espontáneo y reivindicaba el
valor del artificio, la máscara, el maquillaje, el mundo urbano. Frente a la naturaleza
domesticada, exalta los paisajes exóticos donde el hombre puede ser en toda su
plenitud casi como un animal, dejándose llevar por sus instintos. Nostalgia del
paraíso.
El amor y el erotismo: el amor relacionado con la muerte, el erotismo basado en la
transgresión, en la perversión en el gusto por el pecado y el remordimiento que
aumenta el goce; adelantándose a muchas de las teorías psicoanalista de Freud , y a
las relaciones sadomasoquistas.
El mal: el poder universal del Mal. El hombre no puede escapar de su naturaleza
humana, que lo arrastra hasta lo más bajo. Su condición de poeta satánico y blasfemo
nace de su rebeldía ante quien nos condenó a ello. Y su “spleen” o abatimiento tiene
aquí su origen.
La embriaguez: como forma de evasión a de la realidad a paraísos artificiales
El devenir del tiempo: la angustia existencial del inevitable paso del tiempo crea la
conciencia de que la vida no es eterna y que hay que aprovecharla. El reloj se
convierte en un símbolo del transcurrir del tiempo.
La marginalidad: gusto por personajes excluidos socialmente como prostitutas,
borrachos, mendigos.
El tedio: sensación vital negativa y angustiosa. Vacio y falta de expectativas e
ilusiones hacia la vida.
Los arquetipos de “el dandi” y “la mujer fatal”:
El dandi es el hombre refinado de aspecto, vestimenta, modales y lenguaje. El
artista como genio elegido es muy superior al hombre burgués. Desprecia a la
burguesía que sólo busca el progreso y el dinero, pero al mismo tiempo la necesita
pues su vanidad necesita la admiración y el aplauso.
La mujer fatal, Salomé, la mujer lésbica, exonerada de su finalidad procreadora como
se la considera tradicionalmente. La mujer sensual y la abominable, frívola, siniestra
que lo arrastra a la destrucción. Por un lado, seducción e idolatría y por otro, misoginia
y rechazo.
El bohemio y el decadente: el artista bohemio, además de dandi es un hombre
maldito, antisocial y amoral, rechazado por sus contemporáneos.
El paraíso perdido: el hombre ha perdido el bien desde que fue expulsado del
paraíso terrenal. Esta idea viene reforzada por la del pecado original.
El viaje: la vida como un viaje en búsqueda de otra realidad, otros mundos en medio
de éste; a través de cualquier vía de escape.
La ciudad: el desierto urbano. Triunfo del progreso y de la miseria humana. La
metrópolis será la nueva Naturaleza, que ocupa el lugar de la antigua Tierra. El lugar
de la muchedumbre, de las masas donde todo y todos se confunden y donde los
transeúntes aparecen desvalidos y viven su soledad en ambientes nocturnos, cafés,
teatros.

Estilo y recursos literarios.

Su poética es un juego de oposiciones y equivalencias para lo cual usa


frecuentemente la antítesis, la personificación, la metonimia, imágenes dotadas de una
gran fuerza evocadora. Las palabras muerte o libertinaje resultan personificadas
(“Libertinaje y Muerte son dos buenas muchachas”).
Su lengua sonora y rítmica pretende la sugerencia, la vaguedad y el símbolo.
Su poesía está muy adjetivada, el vocabulario es rico y concreto, recurre a las
exclamaciones, interrogaciones, retóricas, invocaciones, súplicas, anáforas o
reiteraciones, paralelismos. Todos recursos que tienen un gran efecto rítmico y
refuerzan la cohesión textual. También incorpora el lenguaje cotidiano a la poesía.

Prof. Ana Lamancha


5to B3 y 6to D2 (2024)

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