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Siglo XIX: el Romanticismo

1. Contexto histórico

El inicio del siglo XIX estuvo marcado por las tensiones sociales y políticas que se originaron en
los países europeos después de la Revolución francesa (1789).

La difusión de ideas ilustradas y revolucionarias dio lugar al enfrentamiento entre liberales


(partidarios de una monarquía parlamentaria y constitucional) y absolutistas (defensores del
Antiguo Régimen). Los liberales sostenían ideas como la libertad de expresión o la soberanía
popular, según la cual el poder ha de residir en el pueblo. Su lucha por los derechos civiles
condujo, en el primer tercio del siglo, al estallido de diversas revoluciones por toda Europa,
que acabaron, sin embargo, con la restauración de las monarquías autoritarias.

A pesar de su brevedad, estos periodos liberales trajeron consigo grandes cambios sociales,
económicos y políticos:

- Se consuma el fin del sistema estamental propio del Antiguo Régimen y la burguesía se
afianza, gracias a su hegemonía económica, como la clase más poderosa.
- Comienza la Revolución Industrial en Inglaterra y Francia. Su expansión por Europa se
produce a lo largo del siglo y conlleva la aparición de un nuevo grupo social: el
proletariado, que habrá de luchar por sus derechos ante las duras condiciones de
trabajo a las que se ve sometido.
- Tras la derrota de Napoleón y ante la amenaza de futuras revoluciones liberales,
Rusia, Austria y Prusia en 1815 constituyen la Santa Alianza, cuyo fin era preservar los
intereses de las monarquías totalitarias europeas.

ESPAÑA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX


1808 - Invasión de las tropas napoleónicas.
- Los fusilamientos del 2 de mayo.
- Comienzo de la guerra de la Independencia contra los invasores franceses.
1812 Aprobación en las Cortes de Cádiz de la primera constitución española de signo
liberal.
1814 Fin de la guerra de la Independencia y regreso del rey Fernando VII, que deroga la
Constitución de Cádiz e impone una monarquía de corte absolutista.
1820- Trienio liberal: los pronunciamientos militares de signo liberal obligan al rey a jurar
1823 la Constitución.
1823- Década Ominosa: restauración del absolutismo, que supuso el exilio de numerosos
1833 intelectuales y la imposición de la censura.
1833 Muerte de Fernando VII y estallido de la primera guerra carlista, que enfrentó a los
partidarios de su hija, Isabel II, y los seguidores de don Carlos, hermano del
monarca.
1843 Subida al trono de Isabel II tras un periodo de sucesivas regencias.

2. El Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento cultural nacido en Alemania e Inglaterra que defiende la


libertad del artista y la importancia de la fantasía frente a la exaltación de la razón propia de la
cultura dieciochesca.

El Sturm und Drang (“tormenta y empuje”) es el movimiento literario alemán del siglo XVIII
que reivindica la originalidad y el genio creador. Surgido durante la Ilustración, su estética y sus

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motivos suponen ya la base del futuro del Romanticismo. Destacan dos autores: Friedrich von
Schiller, creador de Guillermo Tell, donde el protagonista se opone a un poder tiránico, y
Johann Wolfgang von Goethe, escritor de Las desventuras del joven Werther, relato de amor
trágico que acaba con el suicidio del protagonista, y Fausto, una de las cumbres de la literatura
universal, en la que se cuenta la historia de un sabio que vende su alma al diablo a cambio de
placeres carnales.

Los principales rasgos del Romanticismo son:

 La rebeldía. Se rechaza la moral imperante, de signo burgués, y frente al pragmatismo


de la sociedad decimonónica se defiende la dimensión emocional del ser humano. El
romántico es un defensor a ultranza de la libertad personal: en las ideas, el arte, la
política…; por ello se rebela contra las normas sociales y las costumbres de la época.
 La angustia vital. El mundo, para el romántico, es injusto o imperfecto, alejado de sus
grandes ideales y de su sensibilidad artística. Esta confrontación entre la realidad y el
ideal provoca una constante insatisfacción. Los artistas románticos persiguen un ideal
cuyo carácter inalcanzable los conduce a la frustración y el desengaño.
 El afán de evasión. El rechazo de la sociedad en que viven provoca en los artistas un
deseo de huida, que puede orientarse en el espacio o en el tiempo. Así, los románticos
tienden al exotismo, situando sus obras en lugares lejanos y evocadores, como el
mundo oriental. Del mismo modo, se vuelve la mirada hacia el pasado, en especial a la
Edad Media, que se presenta de manera idealizada.
 El individualismo. En el Romanticismo se reivindica el yo del autor, tanto en su faceta
creativa –defensa de la originalidad- como en la existencial; la sensación de soledad
que ese yo experimenta frente a su entorno lo lleva a aproximarse a los personajes
marginales (piratas, mendigos, condenados a muerte…): el antihéroe romántico
sustituye al héroe de la literatura anterior. Estos antihéroes o antiheroínas románticos
están llenos de misterio y de rebeldía, ansiosos de libertad, sujetos a grandes
sentimientos o pasiones y frustrados por un destino frecuentemente trágico o aciago.
 Subjetividad. El arte se convierte en un medio para reflejar el mundo interior del
artista (sentimientos, deseos, frustraciones…).
 La proyección en la naturaleza. El artista romántico refleja sus emociones en el
paisaje. Se impone una visión de la naturaleza llena de movimiento y oscuridad, en la
que destacan tópicos como las tempestades, los mares embravecidos, los bosques
impenetrables, las noches llenas de luna llena, las ruinas y cementerios, etc.
 El gusto por la fantasía. Se desarrolla un nuevo subgénero, la literatura fantástica y de
terror, con la irrupción de todo tipo de criaturas irreales como vampiros, duendes o
fantasmas.
 El nacionalismo. Los románticos valoran la cultura propia y la perciben como algo
auténtico. En el plano literario, ese sentimiento fomenta el interés hacia el folclore y
las tradiciones, que motiva que se reescriban y rescaten numerosos cuentos y
leyendas de origen popular. En España, la tendencia nacionalista provoca el
resurgimiento de la literatura en gallego (Rexurdimento), en catalán (Renaixença) y en
eusquera.

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3. Cambios entre el Neoclasicismo y Romanticismo

Neoclasicismo (siglo XVIII) Romanticismo (XIX)


- Se afirma el poder de la razón y - Se defiende la supremacía del
la ciencia como única forma de sentimiento y de la subjetividad
conocimiento. sobre la razón.
- El ser humano se siente parte de - El artista reafirma su
un proyecto social y colectivo individualidad y su libertad,
inspirado en la razón. oponiéndose a las normas
- La fe en el progreso y en los sociales.
avances sociales genera un - La confrontación entre el ideal y la
optimismo vital. realidad provoca angustia
- El arte busca la armonía y el existencial y pesimismo.
equilibrio y se inspira en las - El arte busca nuevas formas de
formas clásicas grecolatinas. expresión, creativas, que reflejen
- El arte tiene una función pasiones humanas.
didáctica: enseñar y transmitir - El arte es subversivo: persigue una
valores sociales. nueva sociedad de personas libres.

4. La poesía romántica

La sensibilidad romántica encontró el cauce más adecuado para su expresión en la poesía; de


ahí que se convierta en la forma literaria más cultivada por los escritores del primer tercio del
siglo XIX.

4.1. Clasificación de la poesía romántica:

Dentro de la poesía romántica se pueden distinguir dos grandes tendencias:

a) Poesía lírica. El yo poético manifiesta sus emociones a través de los tópicos habituales
en la estética romántica. En este grupo se encuadran las canciones de Espronceda, las
rimas de Bécquer o los poemas de Rosalía de Castro.
b) Poesía narrativa. Se cuenta una historia extraída de la tradición. El tono épico de estos
textos propició la revitalización de formas métricas como el romance. La poesía
narrativa se puede subdividir, a su vez, en dos grupos:
- Poemas breves, como los de José Zorrilla, en los que retoman temas y motivos propios
de la historia de España o del romancero antiguo.
- Poemas extensos, como El estudiante de Salamanca, de Espronceda.

Poesía lírica Poesía narrativa


Yo quiero amor, quiero gloria, Subiendo la negra roca
quiero un deleite divino, de embarazosa montaña,
como en mi mente imagino, contrabandista español
como en el mundo no hay; bridón andaluz cabalga.
y es la luz de aquel lucero Lleva el trabuco a su lado,
el cuchillo entre la faja,
que engañó mi fantasía,
y con el humo del puro
fuego fatuo, falso guía
su voz varonil levanta.
que errante y ciego me tray.
(José Zorrilla, El contrabandista)
(José de Espronceda, A Jarifa en una orgía)

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4.2. Temas

Entre los numerosos temas de la poesía romántica sobresalen los siguientes:

 El amor. El yo poético es víctima de una pasión que oscila entre la exaltación del
sentimiento amoroso y el dolor provocado por la traición de la amada. La búsqueda
del amor ideal conduce a un estado de continua frustración.
 La creación poética. Los románticos consideran la poesía como un camino que permite
alcanzar la belleza y el verdadero conocimiento.
 La rebeldía. La voluntad transgresora de los autores la encarnan personajes
marginales. Se pueden distinguir dos corrientes:
- La vertiente conservadora, apegada a las tradiciones.
- La vertiente liberal y revolucionaria, defensora de las libertades.
 La muerte. La decepción del poeta romántico ante su entorno lo empuja a un
profundo pesimismo que impregna el poema de motivos fúnebres: ruinas,
cementerios, apariciones fantasmales…

4.3 Estilo y métrica

La poesía romántica se caracteriza por su afán innovador: se buscan nuevos metros y se


introducen modificaciones en las estrofas tradicionales. Se recupera y cultiva con asiduidad el
romance y se impone la polimetría, es decir, la combinación de versos de diferente medida
dentro de un mismo texto.

En cuanto al lenguaje, es una poesía efectista y retórica, en la que predomina un estilo


grandilocuente marcado por los siguientes rasgos:

 Retoricismo: se emplean numerosos epítetos, símiles, recursos de repetición


(anáforas, paralelismos...), aliteraciones y onomatopeyas.
 Uso de arcaísmos y términos exóticos.
 Expresividad intensa, con abundancia de exclamaciones, interrogaciones retóricas y
antítesis violentas y muy marcadas.
 Tono hiperbólico: la manifestación de los sentimientos tiende a la exageración.
 Presencia de imágenes recurrentes: las metáforas románticas se repiten en la mayoría
de autores. Los campos de referencia favoritos son la naturaleza (el mar, la noche...), la
muerte (tumbas, espectros...) o la propia actividad artística.

4.4. Etapas

Etapas Rasgos Autores/as


Primera etapa Poesía enfática, retórica y grandilocuente. José de Espronceda.
Se cultiva en la primera mitad del siglo. José Zorrilla.
Ángel de Saavedra (Duque de
Rivas).
Carolina Coronado.
Gertrudis Gómez de
Avellaneda.
Segunda etapa Se cultiva a partir de 1850 y constituye el Gustavo Adolfo Bécquer.
(poesía germen de la poesía moderna. Rosalía de Castro.
postromántica) Poesía intimista y sencilla en su expresión.

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Se mantienen los temas románticos, pero
se busca una nueva forma literaria
despojada de excesos retóricos.

4.5. José de Espronceda

Poesía lírica  Destacan, sobre todo, las canciones, dedicadas a personajes


marginales y en las que el autor defiende sus ideas liberales.
 A este grupo pertenece el Canto a Teresa, composición elegíaca
incluida en el poema El diablo mundo.
Poesía narrativa El estudiante de Salamanca:
- En esta obra, dividida en cuatro partes de igual extensión, se cuenta la
historia de don Félix de Montemar, personaje inspirado en la figura de don
Juan. Don Félix seduce y abandona a doña Elvira, quien muere de dolor. El
protagonista acaba persiguiendo a una dama de blanco, fascinado por su
misterio, sin saber que se trata en realidad del esqueleto de su amada, que
lo conduce al infierno.
- El estilo es retórico, con una búsqueda constante de la sonoridad, a la que
contribuye el empleo de la polimetría: octavillas, romances, octavas reales,
décimas...
El diablo mundo:
- Es un extenso poema inacabado en el que el autor intenta comunicar su
visión del mundo a través del personaje de Adán, símbolo de la bondad
humana que acaba siendo pervertida por la sociedad.

4.6. Mujeres poetas

a) Carolina Coronado
Escribió novelas y obras teatrales, pero destacó en lírica. Creó su primer poema a los diez años
y tenía trece cuando Espronceda le dedicó unos versos. Recibió el apoyo de grandes escritores
de la época, que le invitaron a participar en el Liceo Artístico y Literario de Madrid. Actuó como
protectora de otras autoras.
Su residencia madrileña se hizo famosa por las tertulias literarias que en ella se realizaban, ya
que sirvió como punto de encuentro para escritores progresistas.
Participó también en la campaña contra la esclavitud. En 1868 se fechan los versos "A la
abolición de la esclavitud en Cuba", poesía que provocó un escándalo político. "La rosa blanca"
o "Se va mi sombra, pero yo me quedo", son algunos de sus poemas más conocidos.
b) Gertrudis Gómez de Avellaneda
Nacida en Cuba, se trasladó a España. En el Liceo Artístico y Literario de Madrid recitó sus
primeros poemas. Fue propuesta para ingresar, sin éxito, en la Academia Española, igual que le
sucedió años después a Pardo Bazán.
Gómez de Avellaneda escribió una poesía de gran calidad. Fue valorada en su tiempo como
una de las mejores expresiones del movimiento romántico y una de las figuras clave del
Romanticismo hispanoamericano.
Se dio a conocer con la novela Sab, la primera novela antiesclavista. Está considerada como
una de las precursoras de la novela hispanoamericana. Además, el tratamiento que dio a sus

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personajes femeninos la convirtieron también en una de las precursoras el feminismo
moderno.
Otra de sus obras destacadas es Dos mujeres, la novela, en la que defiende el divorcio como la
solución a una unión no deseada, cosechando sus primeros detractores por el abierto
feminismo que ya destaca en su obra.
5. La poesía postromántica

La obra de Bécquer y Rosalía de Castro constituye el primer paso hacia la poesía


contemporánea española. Su lírica se despojó de los excesos retóricos de la época anterior y
ambos buscaron una voz propia, mucho más intimista y desnuda, con la que expresar su visión
del mundo.

5.1. Gustavo Adolfo Bécquer

La poesía de Bécquer está recogida en sus Rimas, publicadas completas por primera vez en
1871, de manera póstuma. Tradicionalmente se clasifican en cuatro grandes grupos, según el
tema que desarrollan:

Rimas I-VIII Rimas IX-XXIX Rimas XXX-LI Rimas LII-LXXVI


La creación y la La exaltación el amor El amor La soledad y la
propia poesía. ilusionado. desengañado. reflexión vital.

En cuanto a la forma, el propio nombre que el autor dio a sus poemas (rimas) denota ya la
sencillez estilística de sus textos. En los poemas de Bécquer, influidos por la obra y las ideas
estéticas del poeta alemán Heinrich Heine, destacan estos rasgos:

 Poemas en su mayoría breves y con predominio de rima asonante.


 La musicalidad y la búsqueda de una expresión próxima al lenguaje habitual.
 El empleo de recursos de repetición con leves variaciones finales (variatio).
 El uso de imágenes con valor simbólico, extraídas, sobre todo, del campo de la
naturaleza y de las artes.

5.2. Rosalía de Castro

Rosalía de Castro es considerada una de las mejores escritoras españolas en lengua gallega y
una de las principales responsables del Rexurdimento galego decimonónico. Consiguió otorgar
prestigio a la lengua de su tierra al usarlo como vehículo de su obra Cantares gallegos.
De hecho, su Cantares gallegos es la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea.
Se considera a de Castro -junto con Gustavo Adolfo Bécquer- la precursora de la poesía
española moderna.
Aunque fue una asidua cultivadora de la prosa, donde Rosalía sobresalió fue en el campo de la
poesía, a través con la creación de sus tres obras clave: Cantares gallegos, Follas novas y En las
orillas del Sar.
En las orillas del Sar, escrita en castellano, se manifiesta un tono trágico que encaja con las
duras circunstancias que rodearon los últimos años de la vida de Rosalía.

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En sus poemas destacan los siguientes temas:

 El paisaje, que presenta como proyección de su propia sensibilidad, eludiendo su lado


pintoresco.
 La búsqueda del ideal: el yo poético persigue el amor, la belleza, la justicia..., pero su
esfuerzo siempre se ve frustrado por la imperfección de la realidad.
 La melancolía y tristeza: el desengaño y la frustración provocan un dolor que se
combina con el recuerdo de una adolescencia confusa y atormentada.
 La denuncia de la injusticia: en sus versos se retrata la pobreza infantil, la nostalgia de
los emigrantes o las duras condiciones de la vida de los obreros y de los trabajadores
del campo.

6. La prosa romántica

Frente a la eclosión de la novela en la literatura romántica francesa e inglesa, con autores


como Víctor Hugo (Los miserables; Nuestra Señora de París) o Mary Shelley (Frankenstein), el
género novelesco fue poco cultivado en el Romanticismo español.

Subgéneros Obras y autores más destacados


Prosa de ficción Novela histórica El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco.
Narrativa breve Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer.
Prosa no ficcional Cuadro de Escenas matritenses, de Ramón Mesonero
costumbres Romanos.
Artículo periodístico Artículos, de Mariano José de Larra.

6.1. Los Artículos de Mariano José de Larra

La prosa de Larra se distingue por su ironía y sentido crítico. En sus textos se retratan
situaciones de la sociedad de la época, pero el autor trasciende la anécdota para ofrecernos un
cuadro humano de valor general.

Muchos de los artículos presentan una estructura similar:

 Presentación del tema a partir de un caso particular que involucra al propio autor.
 Desarrollo narrativo, con inclusión de pasajes descriptivos y dialogados.
 Conclusión y reflexión final, de carácter argumentativo.

Según el tema, los artículos de Larra se pueden clasificar en tres grupos:

Artículos de costumbres Se hace hincapié en la necesidad de modernizar la sociedad


española.
Artículos políticos Se defienden las ideas progresistas.
Artículos literarios Se opina sobre la literatura de la época y, muy especialmente,
sobre el teatro, al que se atribuye una función didáctica esencial
para el desarrollo de la sociedad.

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7. El teatro romántico

El subgénero teatral por excelencia en este periodo fue el drama romántico, en el que se
daban cita los rasgos y temas propios del Romanticismo.

El primer drama romántico que llegó a las tablas fue La conjuración de Venecia, de Francisco
Martínez de la Rosa, estrenado en 1834. Quince años después, el estreno de Traidor,
inconfeso y mártir (1849), de José Zorrilla, supondría el fin de este subgénero.

7.1. Características del drama romántico

Entre los rasgos propios del drama romántico sobresalen los siguientes:

 Ruptura de las unidades de acción, tiempo y lugar, retomadas durante el


Neoclasicismo. La trama puede abarcar un espacio temporal indefinido, el argumento
lleva a los personajes por lugares muy diferentes y por lo general se cruzan varias
líneas de acción.
 Preferencia por los espacios abruptos y, a menudo, exóticos. La ambientación es la
típica del Romanticismo: ruinas, cementerios, paisajes agrestes y violentos... Se
observa un gusto muy marcado por los escenarios medievales.
 Polimetría y retoricismo. Las obras combinan metros y estrofas diferentes, y el
lenguaje se caracteriza por su sonoridad, así como por la búsqueda del efectismo
(exclamaciones e interrogaciones retóricas, hipérboles...). También es habitual la
combinación de verso y prosa.
 Mezcla de elementos cómicos y trágicos.
 Temas románticos. Se plantean conflictos que giran en torno a temas como el amor
imposible, el destino inexorable que se impone sobre la voluntad del protagonista, la
transgresión de las normas y la moral establecidas, la seducción...
 División de la obra en cinco actos o jornadas.

7.2. Principales autores.

a) Ángel de Saavedra, el duque de Rivas

El estreno de su obra Don Álvaro o la fuerza del sino (1835) constituyó la consagración del
Romanticismo en la literatura y la escena española. En esta pieza se cuenta la historia de don
Álvaro, prototipo del antihéroe romántico, quien ve cómo el destino lo obliga a cometer una
serie de crímenes en contra de su voluntad.

b) José Zorrilla

Zorrilla es autor de una de las obras teatrales más célebres de la tradición española: Don Juan
Tenorio, versión romántica de la figura de don Juan. La diferencia esencial entre el Don Juan
Tenorio y las versiones anteriores del mito es que el personaje de Zorrilla se salva finalmente
gracias a la intervención de su amada, doña Inés.

La obra se divide en dos partes: la primera se corresponde con la vertiente libertina y


transgresora de don Juan, mientras que en la segunda asistimos a su enamoramiento de doña
Inés.

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