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CASO PRÁCTICO Nº3

“PACTO DE NO COMPETENCIA POST-CONTRACTUAL”


1. Si son válidos los pactos de no competencia post- contractual suscritos por D.
Jesús Zazu y Dª Miriam Larumbe con la empresa Promociones Larumbe,
detallando los requisitos necesarios para su validez.
Para valorar si los pactos de no competencias firmados por la empresa con
ambos trabajadores son válidos, tenemos que atender al art. 21.2 ET: “no podrá
tener una duración superior a dos años para los técnicos y de seis meses para los
demás trabajadores…solo será válido si concurren los requisitos siguientes:
a) Que el empresario tenga un efectivo interés industrial o comercial en ello.
b) Que se satisfaga al trabajador una compensación económica adecuada”.
Por tanto, para saber si el pacto de Jesús y el de Miriam son válidos, hay
que atender a la duración (no más de 2 años en técnicos y 6 meses en resto de
trabajadores), a que el empresario tenga un efectivo interés industrial o comercial
y que haya una compensación económica adecuada para el trabajador. Conviene
detenerse en los tres requisitos por separado y comparar con las dos situaciones
para ver si se cumplen o no, es decir, si serían pactos de no competencia válidos
o no.
A) JESÚS. Hay que analizar los tres requisitos del art. 21.2 ET.
1. El tipo de plazo al que se somete. Él está contratado como “responsable
comercial”, figura que nos podría llevar a calificarle como un técnico. Para
afirmar que realmente es un técnico, acudimos al Convenio Colectivo de
Sector de Comercio Vario de Navarra, el cual recoge en su art. 13 que clasifica
a los trabajadores según sus conocimientos, experiencias, etc. El primer grupo,
comprende al personal que planifica, dirige y coordina (entre otras cuestiones)
y aquí se menciona el “responsable técnico”, figura en la que englobamos a
Jesús. Este, como responsable comercial, es el encargado de realizar las
labores que exige el convenio para los trabajadores considerados del grupo I.
La consecuencia de que sea un responsable técnico, es el límite que tendrá el
pacto de no competencia post-contractual: 2 años.
2. Si hay un efectivo interés industrial o comercial por parte del empresario.
Este requisito tiene sentido debido a que la empresa se vería afectada si el
trabajador al cesar su actividad, lleva a cabo la misma en una empresa de la
competencia. Esta cuestión se fundamenta en una STS del 8 de noviembre
de 2011: “el pacto de no concurrencia contractual tiene un fin para la empresa
(…) que el trabajador no aproveche los conocimientos adquiridos durante el
desempeño de su contrato de trabajo para desarrollar otra actividad
inmediatamente posterior (…) que repercuta en la posición competitiva de
éste”. Podemos señalar que Jesús, en toda su estancia en la empresa, ha
adquirido grandes conocimientos. Por tanto, sí afirmamos que el empresario
tiene un interés efectivo.
3. Compensación económica adecuada para el trabajador. Siguiendo la STS del
8 de noviembre de 2011, es relevante la proporcionalidad en la compensación.
En caso contrario, estaremos ante una cláusula abusiva. Para valorar si es
proporcional, hay algunas sentencias que se han referido a porcentajes que
sirven de guía para determinar como válida o abusiva la cláusula. Queremos
tener en cuenta al TSJ de Madrid. En una sentencia de 1 de marzo de 2010,
considera adecuada una compensación cuyo porcentaje respecto al salario
oscila entre un 22 y 26%. En nuestro caso, atendemos a la compensación que
puede recibir Jesús (30.000 euros). Él estuvo en la empresa trabajando durante
7 años, con un salario bruto de 50.000 euros. Es decir, ha recibido un total de
350.000 euros por siete años. Si atendemos a una compensación del 20% o
25%, hablaríamos de una cantidad bastante más alta. Por tanto, podemos
señalar que este último requisito en el caso de Jesús no se cumple, pues tendría
que percibir una cantidad más alta que la recibida. Afirmamos que el pacto de
no competencia en el caso de Jesús no es válido por fallar la compensación
económica. La causa puede ser que estuvo mucho tiempo trabajando en la
empresa y la cantidad, al ser fija, cada año era inferior.
B) MIRIAM. Igual que con Jesús, analizaremos los tres requisitos del 21.2 ET:
1. El tipo de plazo al que se somete. Volviendo al Convenio señalado en el
caso de Jesús, existe un grupo (el Grupo III) en el que podríamos incluir a
Miriam: “personal cuya actividad se desarrolla en tareas complejas pero
homogéneas y bajo instrucciones precisas, que se realizarán con un cierto
grado de autonomía (…)”. Miriam, catalogada como vendedora, se
incluiría en este grupo. Al no considerarla bajo la figura del técnico, se le
aplicará el plazo de 6 meses.
2. Si hay un efectivo interés industrial o comercial por parte del empresario.
Podemos decir que también se cumple, pues los trabajadores de la misma
adquieren los conocimientos necesarios para llevar a cabo su trabajo, y el
objetivo del pacto de no competencia es que esos conocimientos sean
aprovechados por “Promociones Larumbe”.
3. Compensación económica adecuada para el trabajador. Teniendo en
cuenta los porcentajes citados por sentencias (señalado al hablar de la
situación de Jesús), hay que calcular si hay proporción en el caso de
Miriam. Ella recibiría una cantidad de 48.000 euros (pues recibía 1.000
euros al mes y estuvo 4 años). Su salario era de 30.000 euros brutos
anuales, algo que en cuatro años resulta ser 120.000 euros. Parece que la
compensación es bastante proporcional, ya que supera el porcentaje del
22-26 % con bastantes creces. Diríamos que en el caso de Miriam, sí se
cumpliría también este requisito.

2. En concreto, informe si es válido en derecho el acuerdo suscrito por D. Jesús


Zazu con la empresa, en virtud del cual quedaba facultada la empleadora
para extinguir el pacto y exonerada de abonarle la compensación acordada,
señalando la jurisprudencia que interpreta la norma.
A primera vista, no parece que haya motivos para rechazarlo, pues quizás
Jesús también podía tener interés para así poder trabajar para otra empresa. Pero
si tenemos en cuenta la STS 1018/2011, estaremos ante un apartado del pacto
nulo. Esta sentencia, concretamente señala que “la validez y el cumplimiento del
contrato no pueden dejarse al arbitrio de los contratantes”. Es decir, en nuestro
caso, no puede ser que sean las partes quienes decidan si cumplir o no el contrato.
3. Informe si es ajustado a derecho el acuerdo suscrito por Dª Miriam Larumbe
con su empresa por el que, en caso de incumplimiento del pacto de no
competencia, debía abonar a la empleadora una cantidad equivalente al
duplo de la compensación de la cantidad económica percibida por el pacto, y
si procede la reclamación económica que formula la empresa en cuantía de
96.000 €, señalando la jurisprudencia que interpreta la norma.
Esta cláusula de abonar el doble de la cantidad que recibiría por la
compensación, recibe el nombre de “cláusula penal”: obligación que compromete
al deudor a cumplir una penalización. Para ver si es proporcional, atendemos a
una STS 4491/2021, que atienda justamente un caso de cláusula penal que
imponía una indemnización del doble de lo recibido. El tribunal señaló que “la
cantidad a reintegrar por el trabajador es desproporcionada respecto de la
compensación recibida, por lo que no sería adecuada”. Por tanto, podemos señalar
que no procede la reclamación de Promociones Larumbe. En todo caso, se podrá
establecer una cantidad similar a la de la compensación.

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