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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

Argumentación Jurídica

AUTORES:

GALLARDO SALAS, Walter Willy

JULCAPOMA RAMÍREZ, Lucy María

MALDONADO ESPINOZA, Karol Andrea

QUISPE BOBADILLA, Melanie

REYES, Vilchez Lizeth

DOCENTE:

Abg. Mgtr. La Rosa Sanchez Paredes De Chumpitaz, Maria Consuelo

AÑO 2022
LIMA-PERÚ

ÍNDICE
I INTRODUCCION

II. CONCEPTO DE ARGUMENTACION JURIDICA


II.I. Simon Martinez Ubarnez
II.II. Gómez Garcia Juan
II.III. Meza Fonseca Emma
II.IV. Manuel Atienza
II.V. Ronald Dworkin
II.IV. Protágoras

III. TEORIAS Y PRINCIPALES EXPONENTES DE LA ARGUMENTACION JURIDICA


III.I. Teoría de Juan Antonio Garcia Amado
III.II Teoría de Alexy Robert
III.III Teoría de Manuel Atienza
III.IV Chaim Perelman Y La Nueva Retórica

IV. CONCLUSIONES
V. CON CUÁL DE LAS TEORÍAS ESTÁ DE ACUERDO EL GRUPO Y PORQUE
V.I. Manuel Atienza

VI. BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo nos ayuda a tener conocimiento sobre conceptos sobre la argumentación
jurídica ya que puede ser así considerada como un caso especial de la argumentación práctica
general subordinada a la ley, a la dogmática y al precedente.

En este planteamiento se organiza el pensamiento del autor que más ha desarrollado lo que se
viene conociendo como “Teoría de la argumentación jurídica”. Modelo en el que hemos creído
encontrar claves suficientes para poder hablar de una verdadera teoría que explique el origen,
validez y límites del “hecho jurídico” desde una triple vertiente: analítica o de investigación de
la estructura de los argumentos; normativa o de estudio de la composición de normas y
descriptiva o de estudio del soporte empírico que la envuelve. Una teoría que pretende superar
las carencias del positivismo jurídico a la hora de abordar los problemas de la sociedad actual y
cuyo objeto es la elaboración de un procedimiento que asegure la racionalidad de la aplicación
del derecho.

Creemos que el autor podría estar de acuerdo en definir la argumentación jurídica como el
lenguaje del Derecho resultante de la aplicación actual de reglas y principios a la solución de
conflictos teóricos y prácticos que la sociedad se plantea en el ámbito del propio Derecho.
II. CONCEPTO DE ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

II.I. Simon Martinez Ubarnez, refiere que la argumentación jurídica, se proyecta como teoría
interdisciplinaria de las formas seguidas para lograr conclusiones válidas al aplicar el derecho
al tomar decisiones judiciales. Los antiguos la usaban en escenarios que requerían hablar y
escribir convincente y persuasivamente y en el siglo XXI ha alcanzado vigente actualidad.
La teoría de la argumentación implica y exige competencias en el campo del debate y la
negociación, que permitan avanzar hacia conclusiones aceptables de consenso. También
incluye el diálogo erístico (palabra derivada del griego Eris = disputa o conflicto y techné =
arte, procedimiento, arte del conflicto y el debate), entendido como debate en el cual la
principal motivación es vencer al oponente.

II.II. Según Gómez Garcia Juan, la argumentación jurídica tiene uno de sus pilares
fundamentales en la argumentación y (especialmente en lo que respecta a su actividad práctica)
en su capacidad de convicción y de persuasión. El hecho de que la argumentación jurídica vaya
ganando cada vez más terreno hoy, hace necesario que los juristas disponen también de una
formación y un adiestramiento específicos en este campo que les capacite para enfrentarse con
garantías, tanto a la comprensión teórica de lo jurídico desde su vertiente argumentativa, como
a su realización práctica a través del conocimiento, tanto de sus aplicaciones y usos, como de
los métodos, las técnicas y los modos de argumentar. Asimismo, el jurista debe tener también
una especial sensibilidad y capacidad para el análisis de las argumentaciones, si quiere llevar a
efecto buenas valoraciones de las mismas, de cara a evaluar su calidad.

II.III Meza Fonseca Emma, En consecuencia, por argumentación jurídica ha de entenderse


aquel tipo de razonamiento que se formula en alguno de los niveles en que se utilizan normas
del derecho y en los cuales sea necesario convencer. Podemos decir que la interpretación
jurídica es desentrañar el sentido de una norma, el desnudarla para verificar por qué y para qué
fue creada, el verificar su esencia, lo cual nos servirá para saber si es aplicable al caso concreto.

III.IV. Desde la perspectiva de Manuel Atienza “la argumentación viene a ser el conjunto de
los enunciados en las que cabe distinguir siempre tres elementos: las premisas (aquello de lo
que se parte), la conclusión (aquello a lo que se llega) y la inferencia (la manera como están
unidas las premisas y la conclusión, la relación que existe entre ambos
Como destaca el profesor Atienza, los orígenes de la idea de razonamiento jurídico o
argumentación jurídica son muy antiguos. En el derecho romano ya se estudiaban las formas
lógicas de los diferentes argumentos que emplean los juristas. Además, el citado autor destaca
que el origen de la retórica (en Sicilia, en el siglo V antes de Cristo) se vincula al mundo del
derecho, pues el que es considerado como primer tratado de retórica – el “Corax”- nace de la
necesidad de persuadir a los jueces en relación con determinados conflictos acerca de la
propiedad de la tierra.

En el siglo XX, al lado de las diferentes concepciones del derecho aparece un especial interés
científico por la argumentación y por su incidencia en el derecho. En relación con los
denominados “precursores” de la teoría de la argumentación jurídica (Theodor Viehweg,
Chaïm Perelman, y Stephen E. Toulmin) y los autores de la llamada “teoría estándar” de la
argumentación jurídica (Neil MacCormick y Robert Alexy). El primer momento coincide con
el auge del análisis lógico del derecho, la tópica y la retórica; el segundo, se vincula con el
llamado aspecto “material” de la argumentación jurídica, es decir, con el estudio de lo que hace
que un razonamiento jurídico sea racional.

III.V. Ronald Dworkin. “identifica una fase de metodología jurídica, y otra de metodología
ética, ambas imbuidas dentro del concepto de integridad. La noción de integridad es entonces el
eje de lo que podemos llamar como su propuesta argumentativa.”

Es por eso que para Ronald Dworkin la argumentación jurídica en base a los principios son
prioridad para un juicio, ya que llevan de un lado a otro. Pero que no son determinantes para el
resultado.

III.VI. Protágoras: La capacidad para defender con igual destreza cualquier proposición dada,
lo mismo que su contraria. Protágoras se preciaba de poder presentar con igual fuerza
persuasiva lo mismo la proposición “buena” que la “mala”, la verdadera que la falsa; decía
contar con la posibilidad de defender con el mismo éxito la postura más convincente y la
menos convincente, logrando así “transformar la peor razón en la mejor”.
III. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

III.I. El planteamiento de García Amado es mucho menos sistemático y global que el de


Atienza. Los presupuestos en los que basa su concepción se adecuan a lo que podemos llamar
positivismo contemporáneo, alejado de las posiciones postpositivistas de Atienza. De esta
forma los puntos esenciales sobre los que se asienta su visión sobre la argumentación jurídica
son los siguientes:

● En primer lugar, un firme empeño por separar Derecho y moral. Aunque ambas
nociones pueden ir de la mano y a menudo se entrelazan, es de vital importancia para la
utilidad práctica de las Teorías de la Argumentación, y en definitiva de cualquier
disciplina jurídica, distinguir claramente entre ellas. En este sentido sería igual de poco
efectivo afirmar que la norma jurídica no es norma jurídica por ser inmoral, como decir
que una noción moral no es moral por ser antijurídica. Una comparación utilizada por el
propio Amado es la de que no sería muy útil confundir el amor con la Filosofía o la
bioquímica con la medicina, aunque mantengan evidentes relaciones.
● En segundo lugar, el rechazo a la metafísica como fundamentación de los sistemas
normativos. El Derecho no se fundamenta en nociones inmateriales de interpretaciones
etéreas, sino que se fundamenta en el mundo de lo empírico y de las interrelaciones
sociales. De la misma manera que la idea de la bipartición del ser humano en cuerpo y
alma para el positivismo filosófico no es aceptable por mezclar un componente
empírico con otro metafísico basado en el misterio y la fe, tampoco es aceptable la idea
de que el Derecho tenga un cuerpo empírico y un alma moral objetiva. Cosa distinta es
que en la práctica del cuerpo del Derecho existan otras fuerzas que intenten gobernarlo
desde diferentes ideologías o ideas de lo que es bueno o malo, o de cómo debe ser una
sociedad. Pero cada cosa es lo que es y lo que realmente sabemos es lo que todos
podemos captar, es decir, la parte empírica, y ese es el núcleo desde donde debemos
organizarnos.
● En tercer lugar, la impronta democrática. Un rasgo común entre todos los grandes
positivistas jurídicos de nuestra era, empezando por Kelsen, es el de ser unos
importantes y eruditos teóricos de la democracia. Cada uno de estos autores es escéptico
sobre la existencia de una moral única y verdadera, y vienen a afirmar que aún en el
caso de que ésta existiera no podría ser conocida por nosotros. De tal forma que, ante la
presencia de una razón práctica común a todos, estos autores abrazan el sistema político
que supone el mal menor, es decir, la democracia, ya que es el que produce normas
jurídicas que contravienen las ideas del menor número de ciudadanos, si bien
rechazando la idea de que la mayoría pueda ser poseedora de una verdad absoluta por lo
que se garantiza el respeto de las minorías. El Derecho creado en un estado democrático
de Derecho a través de los cauces democráticos del propio sistema es el mejor de los
derechos posibles como guía o pauta de una vida en común.

Estos son los presupuestos más importantes a partir de los cuales se forma la visión positivista
de la argumentación jurídica, pero tal y como el propio García Amado reconoce, las
herramientas que proporciona la argumentación jurídica pueden ser apropiadas tanto para una
visión positivista como para un enfoque iusnaturalista. La teoría de la argumentación
(coincidente prácticamente en todas sus formas y visiones) se puede resumir como:

I. Es una teoría dialógica o discursiva de la realidad. Esto quiere decir que no es posible
descubrir el contenido de la decisión racional a través de algún género de razón
monológica, ya sea a través de la reflexión o el estudio individual. Sin embargo, es
mediante el discurso y el diálogo entre argumentos y argumentaciones donde se puede
llegar a conformar el contenido de la decisión racional.
II. Es una teoría consensualista de la racionalidad. Es racional aquella decisión que sea
apta para llegar al consenso entre los argumentantes, pero también de cualquier otro
argumentante que tenga interés y razones suficientes para cuestionarse sobre el asunto,
aportando argumentos y razones a esos argumentos y valorando también los argumentos
ajenos. Sin ese componente de consenso y de intención de llegar a una posición común
consensuada, no hay racionalidad.
III. Es una teoría procedimental de la razonabilidad. Aunque haya intención de consenso
general y además se produzca un diálogo, no será racional aquella decisión tomada sin
el cumplimiento de una serie de reglas que todo participante debe cumplir: las reglas de
la argumentación racional. Esas reglas serían algo así como el “derecho procesal de la
argumentación racional”6 . Pueden resumirse en que ningún argumentante legitimado
se quede privado de su derecho a argumentar con igual libertad e igualdad que el resto
de los argumentantes; también en que deben ser tomados en consideración dichos
argumentos con igual respeto y consideración inicial. Y además se entiende que los
argumentos deben estar basados en la lógica común, es decir que se lleven a cabo las
inferencias correctamente, evitando las falacias lógicas, así como también el uso de un
lenguaje compartido sin que se utilice un lenguaje privado o ad hoc. Si un diálogo
basado en dichas reglas llega a un consenso, esa decisión será racional.
IV. Es una teoría formal, no material, de la racionalidad. Cómo lógica consecuencia de todo
lo anterior, el contenido de la argumentación no puede estar preestablecido, no puede
saberse antes de que se lleve a cabo el diálogo y se llegue al consenso. Es el contenido
de ese consenso el que precisamente configura la decisión, por lo que también se dice
que la teoría de la argumentación jurídica es una teoría de tipo constructivista.

En tercer lugar, la impronta democrática. Un rasgo común entre todos los grandes positivistas
jurídicos de nuestra era, empezando por Kelsen, es el de ser unos importantes y eruditos
teóricos de la democracia. Cada uno de estos autores es la Teoría de la Argumentación, el
siguiente punto que sustenta su visión es el de la idea de utilidad práctica de la argumentación
como patrón de análisis y crítica de las decisiones jurídicas. La inutilidad práctica que para
Amado tiene la visión iusnaturalista de Atienza es una de las críticas de mayor alcance que
aquel hace a éste en la pelea doctrinal que mantienen. La importancia que el proceso tiene para
el buen desarrollo de la argumentación jurídica es capital. Hay que distinguir entre la
argumentación que se desarrolla en el proceso y la argumentación del juez en la sentencia.
III.II. Para poder realizar su teoría de la argumentación jurídica, Alexy realiza un estudio
de algunas de las teorías del discurso práctico, principalmente sobre el discurso de la ética
analítica, con ello realiza un esquema de las teorías que han tratado de sustentar la ética
analítica partiendo desde el naturalismo, estudiando la teoría del discurso ideal, hasta analizar
los postulados de la escuela de Erlanger. Todo ello con el fin de extraer unas conclusiones con
lo cual procede a estructurar un Bosquejo del discurso práctico general, hasta finalmente llegar
a presentar su teoría de la argumentación jurídica)

Teorías del discurso práctico

● El discurso que ha rodeado a la ética analítica sólo es posible comprenderlo en la


medida de que exista una fundamentación de enunciados normativos se hace necesario
que exista una teoría del lenguaje normativo, dentro del discurso Alexy plantea que el
modelo básico del discurso es aquel en que dos personas discuten sobre el deber ser o el
ser de algo, ya sea en medida de que se fundamente una u otra postura o porque se
llegue a un mutuo acuerdo sobre el enunciado que se discute.

Teoría de Habermas

● En su teoría consensual, señala Habermas, que las expresiones, los mandatos pueden
fundamentarse de forma similar a las proposiciones empíricas, para ello Habermas
conforta su teoría consensual con las antiguas teorías de la verdad, con lo que logra
demostrar que las antiguas teorías no resuelven los problemas que se enlazan al
concepto de verdad; dados estos elementos se precisa que se puede determinar la verdad
o falsedad de las proposiciones en la medida que el predicado que alguien le atribuye a
un objeto, otro pueda atribuirle ese mismo predicado. Por otra parte Habermas establece
que hay conexión entre los actos de habla y la teoría de la verdad, esto se establece en la
medida que el concepto de verdad se traslada del nivel semántico al nivel pragmático, y
de otra parte se establece que una proposición es verdadera si se encuentra justificada
por la validez que dan los actos de habla mediante la afirmación de enunciados.

Teoría del discurso práctico general

● Alexy sintetiza los resultados de las discusiones anteriores planteando una teoría del
discurso considerando que dentro de las proposiciones normativas existen expresiones
como - bueno - o -debido- y que el análisis de las mismas no puede tomarse de acuerdo
a los resultados de teorías como el naturalismo o intuicionismo, pero que, tampoco ser
explicadas como emociones o actitudes, ya que esto no muestra si las mismas son
correctas o incorrectas. Dentro de este capítulo propone que es factible que se pueda
realizar una discusión racional sobre problemas, aplicando en ello, basado en la teoría
del discurso ideal, la pretensión de corrección o rectitud. Cuando se hace referencia a
que es un problema de orden práctico, Alexy determina que ha de mirarse lo que es
debido, prohibido, permitido; o si se mira desde otra óptica lo que es bueno o malo. La
aplicación del criterio de corrección, Establece Alexy, solo se da de forma correcta en la
medida que la argumentación utilizada se acople a las condiciones de la argumentación
práctica racional. Dentro de esto Alexy considera que soluciones que aunque parecen
incompatibles puedan ser correctas. Pero también establece que es posible que se den
soluciones necesarias, es decir, que siguiendo las reglas del discurso necesariamente
todos habrán de llegar a esa conclusión.

El discurso jurídico como caso especial del discurso práctico

● Alexy plantea el hecho de que existen diferentes tipos de discursos jurídicos, entre
dichas discusiones resalta como tales las deliberaciones de los jueces, debates de los
tribunales, debates legislativos, y las discusiones de cuestiones jurídicas (estudiantes y
abogados); todos estos tipos de discusiones se centran en alcanzar un resultado; la
consecuencia que una u otra discusión contiene se evidencia en su carácter vinculante;
pero todas ellas concurren en lo lo mismo, debe basarse en una argumentación jurídica.
De lo anterior se debe determinar que la cuestión es este punto es distinguir cuando una
argumentación es de carácter jurídico frente a la argumentación general. Con el fin de
poder determinar por qué el discurso jurídico es un caso especial se evidencia en el
sentido de que i) las discusiones jurídicas se basan en cuestiones de carácter práctico, ii)
las discusiones se centran en la pretensión de corrección, iii) tiene lugar bajo
condiciones de limitación. De otra parte, se establece como establecer una
argumentación jurídica ante lo cual explica Alexy que debe sostenerse el hecho de la
aplicación de la pretensión de corrección, ello con el fin de justificar, en el marco del
ordenamiento jurídico puedan ser racionalmente fundamentadas las proposiciones
normativas.

III.II TEORIA MANUEL ATIENZA

En su texto, las razones del Derecho (2003), el mencionado autor recoge las diversas críticas
realizadas a los representantes de las teorías precursora y estándar de la argumentación, y las
ensambla mediante proposiciones de carácter general que -a su decir- es necesario y
conveniente considerar y tener en cuenta en lo que respecta al diseño, construcción y
evaluación de una teoría general de la argumentación, con una planteamiento de carácter
modelito, derivado de las líneas estructurales y funcionales de su propuesta crítica, mediante un
proceso de generalización de la teoría. Esto último, podría entenderse como una propuesta de
integración –plausible- de las teorías precursoras y estándar de la argumentación, respecto a
distintos elementos implicados en el tema, en la medida que ello resulte adecuado, necesario y
útil para edificar e instrumentar una teoría de carácter alternativo.

Comienza el autor haciendo una pertinente advertencia, al señalar que una teoría general de la
argumentación debe evaluarse desde tres perspectivas diferentes: el objeto, el método y la
función de la misma.
A este propósito el autor, consigna la idea distinguir entre una fase prelegislativa, otra
propiamente legislativa y otra postlegislativa, siendo necesario partir de alguna teoría de la
legislación, que cumpla un papel similar al de la teoría del derecho en el razonamiento jurídico
en la fase de interpretación y aplicación del derecho. Atienza señala que la legislación
constituye una serie de interacciones que tiene lugar entre distintos elementos: editores,
destinatarios, el sistema jurídico, los fines y los valores; ello implica afirmar que la
racionalidad legislativa se puede apreciar desde uno de –varios o todos- los ángulos indicados,
con lo cual la argumentación en cada uno de estos aspectos adquiere perfiles concretos. Coloca
como ejemplos la racionalidad lingüística desde las perspectivas del editor, de la ley en el
sentido de que el editor debe ser capaz de transmitir un mensaje –la ley- al receptor –el
destinatario-; una racionalidad jurídico-formal en tanto la Ley se inserte armónicamente en el
sistema jurídico existente; una racionalidad pragmática dirigida a motivar la conducta de los
sujetos destinatarios; una racionalidad teleológica que comprenda los fines sociales que la ley
debe contener y alcanzar; y una racionalidad ética que logre amalgamar las conductas prescritas
y los fines perseguidos por la Ley en una justificación ética. En tercer lugar, la teoría estándar
de la argumentación privilegia el aspecto de la adjudicación, dejando a un lado la realidad que
resulta que muchos 26 conflictos se resuelven mediante procesos de negociación y mediación,
a los cuales poca atención brinda la teoría de la argumentación. Una tal teoría alternativa
debería considerar los razonamientos y argumentaciones que se producen al interior de dichos
procesos de negociación, no sólo por razones prácticas, sino teóricas. Y en cuanto a los
criterios de corrección es la argumentación, ello requiere de un modelo que sintetice y combine
la racionalidad discursiva con la racionalidad estratégica. En cuarto lugar, la teoría de la
argumentación no puede tener una vocación puramente prescriptiva, sino también descriptiva,
teniendo en cuenta los argumentos que acontecen en la vida jurídica. Para ello propone,
retomar y fortalecer la argumentación en los contextos de descubrimiento y de justificación,
mediante un discurso doble, que sea tanto descriptivo, como prescriptivo.

III.IV. CHAIM PERELMAN Y LA NUEVA RETÓRICA

Chaim Perelman fue un abogado y filósofo de origen polaco nacido en 1912 y muerto en 1984
para este autor la lógica de los abogados no es un segmento de la lógica formal debido a que los
razonamientos lógico-formales. Para él, la lógica se deriva de la retórica, y la argumentación
jurídica es el paradigma de la argumentación retórica. Perelman señala que el derecho es
discurso de la retórica nos da la clave para entender el discurso jurídico. Hay dos conceptos clave
en la tesis de Perelman: auditorio universal y auditorio particular. El primero que es la sociedad
in genere se dirige a ella con la finalidad de lograr su adhesión por medio del convencimiento; el
segundo, que su auditorio concreto determinado intenta lograr la adhesión a través de la
persuasión.

El autor rechaza el modelo teórico del positivismo jurídico proponiendo la idea de un derecho
natural positivo, para adherirse al paradigma tópico de razonamiento jurídico muy similar a la
propuesta de Viehweg.
En la obra fundamental de Perelman se llama tratado de la argumentación la nueva retórica
publicada en París en 1958, junto con Lucie Olbrecht- Tyteca.

IV.CONCLUSIONES:

argumentación jurídica, se proyecta como teoría interdisciplinaria de las formas seguidas para
lograr conclusiones válidas al aplicar el derecho al tomar decisiones judiciales.

Estos son los presupuestos más importantes a partir de los cuales se forma la visión positivista
de la argumentación jurídica, pero tal y como el propio García Amado reconoce, las
herramientas que proporciona la argumentación jurídica pueden ser apropiadas tanto para una
visión positivista como para un enfoque iusnaturalista.

Para Manuel Atienza, la argumentación jurídica es una teoría prescriptiva, que nos sólo
describe el proceso de justificación de las soluciones de los casos jurídicos, que realizan los
jueces y otros operadores jurídicos, sino que también prescribe cómo debe realizarse dicho
proceso de justificación.

V. CON CUÁL DE LAS TEORÍAS ESTÁ DE ACUERDO EL GRUPO Y PORQUE


V.I Manuel Atienza

Nuestro grupo ha coincidido con la Teoría Estándar del jurista y filósofo Manuel Atienza
Rodríguez ya que dicho autor consolida las tres concepciones la formal, material y pragmática
según dicha perspectiva es una forma realista de justificar y comprender el derecho. La
argumentación jurídica menciona que esta teoría es la herramienta que permite desarrollar las
razones jurídicas que sirven de justificación para tomar una determinada decisión judicial.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ATIENZA RODRIGUEZ, M., “El giro argumentativo en la teoría del Derecho


contemporánea”, http://lamiradadepeitho.blogspot.com.es, 2014, p.19

GARCÍA AMADO, J.A., “Teoría de la argumentación jurídica para dummies”,


http://garciamado.blogspot.com.es, 2008

Alexy, Robert. Teoría de los derechos fundamentales. Centro de Estudios


Constitucionales. Madrid, 1993.

MARTÍNEZ UBÁRNEZ, S., La teoría de la argumentación jurídica en el contexto


iberoamericano. https://www.eafit.edu.com, 2019

GOMEZ GARCIA, J., Libro: “La argumentación jurídica - Teoría y práctica”.


https://www.marcialpons.es, 2017

MEZA FONSECA, E., “Revista del instituto de la judicatura federal”


http://www.juridicaformativa.uson.mx, 2016
Fernández Ruiz, G. (2011). Argumentación y lenguaje jurídico. Aplicación al análisis de una
sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. (pp. 73-125) México: Universidad Nacional
Autónoma de México. Recuperado de
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3016/7.pdf

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