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L A NEUROARQUITECTURA

COMO BASE PARA UN DISEÑO


ENFOCADO EN L AS
EMOCIONES
La neuroarquitectura está cada día más en auge en
nuestra vida y tiene una buena razón de ser. Como
explica Juan Luis Higuera, arquitecto e investigador de
neuroarquitectura del Instituto i3B en la Universitat
Politècnica de Valencia, pasamos el 90% de nuestro
tiempo en espacios construidos. Esto nos abre los
ojos a la importancia de crear espacios que sean humanos,
saludables y que generen bienestar.
El espacio tiene un gran poder sobre nuestro cerebro,
por lo que un diseño adecuado en las áreas de trabajo
influye tanto en nuestro estado de ánimo, como en
nuestras habilidades sociales y profesionales, ya
sean la creatividad, la productividad o la capacidad de innovación,
entre muchas otras.
La neuroarquitectura sabe cómo influir en nuestro
cerebro porque estudia y tiene presente aquellos
elementos que le afectan, como la disposición, distribución
y forma del espacio y el mobiliario, los elementos naturales o
todo aquello que tengan presentes nuestros cinco
sentidos. Es decir, diseña el espacio para influir en nuestras
emociones, pensamientos y conductas.

La iluminación, las texturas, los sonidos o los colores


y sus tonalidades afectan a nuestro cerebro, sobre
todo en nuestro estado de ánimo, lo que repercute en
nuestra actitud a la hora de tomar decisiones, así
como la posibilidad de disponer de espacios informales y/o
exteriores, ya que estar en contacto con la naturaleza
ayuda a que el cerebro pueda desconectar.

Esta disciplina se centra en un diseño enfocado en el


funcionamiento del cerebro de quienes ocupan el
espacio. Por ejemplo, elementos arquitectónicos como la altura
de los techos influye de manera positiva en actividades
artísticas y creativas si estos son altos, y favorecen la
concentración si son bajos.

La neuroarquitectura también trabaja en componentes


como el uso de espacios abiertos y su forma, pues los
espacios rectangulares provocan una menor sensación
de espacio cerrado que los cuadrados, o en diseños
con ángulos marcados o en punta, que favorecen la
aparición del estrés, por poner algunos sencillos
ejemplos.

De esta forma, la neuroarquitectura busca entender, a


través de la neurociencia, cómo el espacio afecta a la mente
humana. Por ello, el psicólogo y director de la cátedra
cognitiva de la ETH Zurich, Christoph Hölscher, uno de
los líderes en el campo de la neuroarquitectura,
explica en una entrevista a Clarín ARQ que su
propósito es “entender, describir y predecir cómo se
comporta la gente en los espacios para transmitirles a
los arquitectos y diseñadores la manera de mejorar la
concepción de grandes edificios”.

En plug&go diseñamos en
base a la neuroarquitectura
El diseño centrado en las personas y en sus emociones
siempre toma las riendas de los proyectos que
desarrollamos, porque en plug&go nos preocupamos
por proporcionar bienestar y calidad de vida, además de
fomentar la felicidad y la productividad, reduciendo el
estrés y la ansiedad.

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