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Corrientes filosóficas: Opuestos

Cuando hablamos de corrientes filosóficas, encontramos muchas vertientes a lo


largo de la historia. En este momento nos vamos a centrar rápidamente en los
rasgos más importantes de tres de las corrientes que marcaron un parteaguas, un
antes y un después en el pensamiento de la humanidad.

Empecemos presentando y comprendiendo el materialismo; la cual es una


doctrina que nos habla sobre la estructura de la realidad, caracterizada por
oponerse al idealismo y al espiritualismo. Para el materialismo lo único real es la
misma materia, es decir, todo lo que percibimos; lo cual podría relacionarse
incluso mucho o poco con el empirismo y con la dialéctica, esto porque basa la
realidad en lo tangible y no en ideas.

El método es equiparse para el conocimiento de la realidad, en este caso, la


realidad educativa. El método materialista histórico-dialéctico se caracteriza por el
movimiento del pensamiento a través de la materialidad histórica de la vida de los
hombres en la sociedad, es decir, se trata de descubrir (por el movimiento del
pensamiento) las leyes fundamentales que definen la forma organizativa de los
hombres durante la historia de la humanidad. (Pires, 1997)

Y nos vamos relacionando con el idealismo a partir de esta ideología. Ya dijimos


que esta corriente es lo opuesto al materialismo, puesto que el idealismo cree en
que la realidad la presenta con ideas, sentimientos y pensando que las ideas
pesan más que la materia. La naturaleza no nos rige, sino que cada uno de
nosotros decide su naturaleza y nos guiamos de la misma forma.

Hablando de estas dos corrientes existe un punto, o más bien, una persona la cual
une a ambas corrientes más allá de la oposición. Georg Wilhelm Friedrich Hegel
fue uno de los filósofos más notables del idealismo, principalmente en Alemania, el
último de la Era Moderna. El objetivo más general de su filosofía era explicar
lógicamente el proceso a través del cual lo real y la verdad llegan a constituirse
como tal mediante la comprensión de lo que se percibe, lo tangible en todo y
todos.
Acerca de este entendimiento (Zambrana, 2012) nos dice que “tal comprensión,
sostiene Hegel, está vinculada con el advenimiento de la modernidad. No
obstante, esta comprensión también tematiza algo estructural sobre espíritu, a
saber, que es fundamentalmente histórico.”

Pero también nos dice que “una comprensión filosófica del espíritu es adecuada,
según Hegel, porque le permite al espíritu comprenderse a sí mismo a la luz de su
compromiso normativo primordial, a saber, la libertad.”

Por último, tenemos al racionalismo, una corriente filosófica que pretendía explicar
la experiencia y los hechos que ocurren a partir de la lógica, el intelecto, la razón y
en muchos casos la ciencia. No cree en suposiciones y solo se mantiene gracias
al método científico.

La opinión de (Galván, 2016) ante este pensamiento es que “los supuestos


epistemológicos de una propuesta filosófica son el sustento explicativo del modelo
metodológico que esta defiende; de ahí que los problemas de naturaleza
epistemológica no puedan resolverse únicamente mediante recursos de índole
metódica.” Esto refiere a que no siempre es tan viable ver solo la perspectiva
científica.

Referencias Bibliográficas

Galván, M. (2016). Racionalismo crítico e interpretación. Ideas y Valores, 65(160),

239-251.

Pires, M. F. de C. (1997). O materialismo histórico-dialético e a Educação.

Interface - Comunicação, Saúde, Educação, 1, 83-94.

Zambrana, R. (2012). EL LEGADO DE HEGEL. Universitas Philosophica, 29(59),


15-31.

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