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gradualmente hacen descender al feto por la cérvix (cuello del útero) y la vagina
(canal del parto) hacia el exterior.
PRIMERA ETAPA
Fase activa
El cuello del útero se dilata por
completo, pasando de los 4 a los
10 cm. Se hace más delgado y se
va retirando (borrando) hasta
que se une con el resto del útero.
La parte que presenta el bebé,
por lo general la cabeza,
comienza a descender por la
pelvis de la mujer.
La mujer comienza a sentir la
necesidad de pujar mientras el
bebé desciende, pero se debe
resistir. Empujar demasiado
pronto puede ser
innecesariamente agotador y con
frecuencia desgarra el cuello
uterino, que debe ser reparado.
Esta fase dura de 5 a 7 horas de
media en un primer embarazo y
de 2 a 4 horas en los embarazos
posteriores.
SEGUNDA ETAPA
TERCERA ETAPA
Toda mujer que ya ha tenido partos rápidos en embarazos anteriores debe ponerse en
contacto con su médico apenas piense que está comenzando el parto. Las
contracciones en la parte inferior del abdomen al principio pueden ser débiles,
irregulares y muy espaciadas. Pueden sentirse como dolores menstruales. A medida
que pasa el tiempo, las contracciones abdominales se van haciendo más largas, más
intensas y más próximas entre sí. Las contracciones y el dolor de espalda pueden ser
precedidos o acompañados de otros hechos como los siguientes:
A partir de los resultados el médico puede permitir que el parto siga adelante o
practicar un parto por cesárea inmediatamente.
Durante la primera etapa del parto, la frecuencia cardíaca del feto se controla de forma
periódica mediante un estetoscopio o un ecógrafo o de forma continua mediante un
aparato electrónico. El control de la frecuencia cardíaca del feto es la forma más fácil
de determinar si el feto está recibiendo suficiente oxígeno. Las anomalías de la
frecuencia cardíaca (demasiado rápida o demasiado lenta) y las variaciones (en el
tiempo y en respuesta a las contracciones) pueden indicar un peligro para el feto
(sufrimiento fetal). El ritmo cardíaco de la mujer también se monitorea
periódicamente.
Durante la segunda etapa del parto, la frecuencia cardíaca del feto se controla después
de varias contracciones o bien de forma continua si se usa un control electrónico. Se
controla con regularidad la frecuencia cardíaca y la presión arterial de la mujer.
Una vez que comienza el parto, estos planes pueden modificarse, según se desarrolle
el mismo, cómo se sienta la mujer y lo que recomiende el médico o la matrona.
Pueden usarse analgésicos (medicamentos para aliviar el dolor). Si una mujer solicita
analgésicos durante el parto, se le suelen administrar. Sin embargo, dado que algunos
de estos fármacos pueden volver más lenta (deprimir) la respiración y otras funciones
del recién nacido, la cantidad administrada será lo más pequeña posible. Por lo
general, para aliviar el dolor se administra un opiáceo, como fentanilo o morfina, por
vía intravenosa. Estos fármacos pueden retrasar la fase inicial de la primera etapa del
parto, así que se suelen administrar durante la fase activa de la primera etapa. Además,
como estos fármacos tienen el máximo efecto durante los primeros 30 minutos tras su
administración, los medicamentos no suelen administrarse cuando el parto es
inminente. Si se administran muy cerca del parto, el recién nacido puede estar
demasiado sedado, lo que le hará más difícil la adaptación a la vida fuera del útero.
Para contrarrestar los efectos sedantes de estos fármacos sobre el recién nacido, el
médico puede administrarle el antídoto opioide naloxona inmediatamente después del
parto.
La anestesia local adormece la vagina y los tejidos que se encuentran alrededor de su
abertura. Esta área puede insensibilizarse mediante la aplicación de un anestésico local
a través de la pared de la vagina en la zona alrededor del nervio que brinda
sensibilidad a la parte inferior de la zona genital (nervio pudendo). Este
procedimiento, denominado bloqueo pudendo, se utiliza solo al final de la segunda
etapa del parto, cuando la cabeza del bebé está ya a punto de salir de la vagina. Este
método se ha sustituido en gran medida por las inyecciones epidurales. Un
procedimiento más frecuente pero menos efectivo consiste en la inyección de un
anestésico local en el mismo orificio de la vagina. Con ambos procedimientos, la
mujer puede permanecer despierta y pujar, y no afectan a la actividad del feto. Estos
procedimientos son útiles en partos sin complicaciones.
La anestesia regional insensibiliza una zona más extensa. Se puede emplear en las
mujeres que desean un alivio del dolor más completo. Pueden utilizarse los siguientes
procedimientos:
Cuando hace falta aliviar el dolor, casi siempre se usa una inyección
lumbar epidural. Se inyecta un anestésico en la parte inferior de la
espalda, en el espacio comprendido entre la columna vertebral y la capa
externa del tejido que cubre la médula espinal (espacio epidural). De
forma alternativa, se coloca un catéter en el espacio epidural, a través del
cual se administra de manera lenta y continua un anestésico local como
bupivacaína. A menudo también se inyecta un opiáceo, como fentanilo o
sufentanilo. La inyección epidural en el parto no impide que la mujer
empuje adecuadamente y no aumenta la probabilidad de que sea
necesario un parto por cesárea. También se puede usar la inyección
epidural en los partos por cesárea.
La anestesia raquídea consiste en la inyección de un anestésico en el
espacio comprendido entre el centro y las capas internas del tejido que
cubre la médula espinal (espacio subaracnoideo). Por lo general, se
utiliza la anestesia raquídea en los partos por cesárea cuando no existen
complicaciones.
A veces el uso de cualquiera de los dos procedimientos ocasiona un descenso de la
presión arterial en la mujer. Por lo tanto, si se utiliza uno de estos procedimientos, se
debe medir con frecuencia la presión arterial de la madre.
Epidural
VIDEO
La anestesia general provoca la inconsciencia temporal de la mujer. Es necesaria en
escasas ocasiones y no suele usarse porque puede volver más lento el funcionamiento
del corazón, los pulmones y el cerebro del feto. Aunque este efecto suele ser temporal,
puede afectar al recién nacido en su adaptación a la vida fuera del útero. Se puede
emplear en cesáreas de urgencia porque es el modo más rápido de anestesiar a la
madre.
Parto natural
El parto natural utiliza técnicas de relajación y respiración para controlar el dolor
durante el parto.
La técnica de relajación consiste en poner bajo tensión en forma consciente una parte
del cuerpo y luego relajarla. Esta técnica ayuda a la mujer a relajar el resto de su
cuerpo mientras el útero se contrae durante el parto y a relajar todo el cuerpo entre
contracciones.