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PROCESO DEL PARTO

El parto consiste en una serie de contracciones uterinas rítmicas y progresivas


que gradualmente hacen descender al feto por la cérvix (cuello del útero) y la
vagina (canal del parto) hacia el exterior.
El parto se compone de tres etapas principales:
Primera etapa: periodo de dilatación (o trabajo de parto). Cuenta con dos fases,
inicial y activa. Las contracciones provocan la dilatación gradual del cuello
uterino, que se va haciendo más delgado hasta llegar a desaparecer
(borramiento) y casi a confundirse con el resto del útero. Estos cambios permiten
que el feto pase a la vagina.
PRIMERA ETAPA
Desde el principio de los trabajos de parto hasta la dilatación completa del cuello
uterino (unos 10 cm).
Fase inicial (latente)
Las contracciones son irregulares al principio, pero se vuelven cada vez más
fuertes y rítmicas.
Las molestias son mínimas.
El cuello uterino (cérvix) empieza a hacerse más delgado y se dilata
aproximadamente 4 centímetros.
La fase inicial tiene una duración media de 8 horas (por regla general no más de
20 horas) en un primer embarazo y de 5 horas (por regla general no más de 12
horas) en los embarazos posteriores.
Etapas del parto

FASE ACTIVA
El cuello del útero se dilata por completo, pasando de los 4 a los 10 cm. Se hace
más delgado y se va retirando (borrando) hasta que se une con el resto del útero.
La parte que presenta el bebé, por lo general la cabeza, comienza a descender
por la pelvis de la mujer.
La mujer comienza a sentir la necesidad de pujar mientras el bebé desciende,
pero se debe resistir. Empujar demasiado pronto puede ser innecesariamente
agotador y con frecuencia desgarra el cuello uterino, que debe ser reparado.
Esta fase dura de 5 a 7 horas de media en un primer embarazo y de 2 a 4 horas
en los embarazos posteriores.

SEGUNDA ETAPA
Desde la dilatación completa del cuello uterino hasta el nacimiento del bebé: esta
etapa suele durar aproximadamente 2 horas en un primer embarazo y
aproximadamente 1 hora en embarazos posteriores. Puede durar una hora o
más si la mujer ha recibido una inyección epidural o un medicamento para aliviar
el dolor. Durante esta etapa, la mujer empuja.

TERCERA ETAPA
Desde el nacimiento del bebé hasta la expulsión de la placenta: esta etapa suele durar
unos minutos aunque puede llegar a durar hasta 30 minutos.
COMIENZO DEL PARTO
Todas las mujeres embarazadas deben saber cuáles son los principales signos
del comienzo del parto:
Contracciones a intervalos regulares en la parte inferior del abdomen
Dolor de espalda
Toda mujer que ya ha tenido partos rápidos en embarazos anteriores debe
ponerse en contacto con su médico apenas piense que está comenzando el
parto. Las contracciones en la parte inferior del abdomen al principio pueden ser
débiles, irregulares y muy espaciadas. Pueden sentirse como dolores
menstruales. A medida que pasa el tiempo, las contracciones abdominales se
van haciendo más largas, más intensas y más próximas entre sí. Las
contracciones y el dolor de espalda pueden ser precedidos o acompañados de
otros hechos como los siguientes:
Expulsión del tapón mucoso: una pequeña secreción de sangre mezclada con
mucosidad de la vagina generalmente es un indicio de que el parto está a punto
de iniciarse. Desde la expulsión del tapón mucoso hasta el comienzo de las
contracciones pueden pasar hasta 72 horas.

Rotura del saco amniótico: al inicio del parto normalmente se rompe el saco
amniótico (membranas llenas del líquido que contiene el feto) y el líquido
amniótico sale al exterior a través de la vagina. A este episodio se le suele llamar
«rotura de aguas». Algunas veces la rotura de membranas se produce antes de
comenzar el trabajo de parto. La rotura de las membranas antes del comienzo
del parto se llama rotura prematura de membranas. Algunas mujeres sienten la
salida de un chorro de líquido de la vagina, seguida de fugas menores pero
constantes.
Si las membranas se rompen antes del trabajo de parto, la gestante debe
ponerse en contacto con su médico o matrona de inmediato o debe ser
conducida a la maternidad más cercana. Alrededor del 80% al 90% de las
mujeres cuyas membranas se rompen en o cerca de su fecha de parto, inician el
parto espontáneamente en un plazo de 24 horas. Si el parto no ha comenzado
después de varias horas y el feto está preparado para nacer, las mujeres suelen
ser ingresadas en el hospital, donde se les inicia el parto artificialmente
(inducción) para reducir el riesgo de infección. Este riesgo se origina porque
después de la ruptura de las membranas, las bacterias de la vagina pueden
entrar en el útero con mayor facilidad y causar una infección en la mujer, el feto
o en ambos.

Tras el ingreso en un centro de maternidad de una mujer con rotura prematura


de membranas se indica oxitocina (que provoca la contracción del útero) o un
medicamento similar, como una prostaglandina, para inducir el parto. Sin
embargo, si el saco amniótico se rompe más de 6 semanas antes de lo debido
(de manera prematura o antes de la semana 34), los médicos no inducen el parto
hasta que el feto no sea más maduro.

Si se sospecha la rotura del saco o el cuello uterino se ha dilatado más de 4 cm,


la mujer es ingresada. Si el médico o la matrona no está seguro de si el parto ha
comenzado, se suele dejar en observación a la mujer y se supervisa el feto
durante una hora aproximadamente. Si para entonces no se confirma el parto,
se envía a la mujer a casa.
Cuando la mujer es ingresada se anota la intensidad, la duración y la frecuencia
de las contracciones. También se determina el peso de la mujer, la tensión
arterial, la temperatura y las frecuencias cardíaca y respiratoria, y se toman
muestras de orina y sangre para analizarlas. El examen del abdomen incluye la
estimación del tamaño fetal, su posición (si está mirando hacia adelante o hacia
atrás) y su presentación (es decir, si la cabeza, la cara, las nalgas o los hombros
se encuentran más próximos al canal del parto).
La posición y presentación del feto determinarán cómo va a pasar a través de la
vagina. La combinación más segura y frecuente consiste en lo siguiente:
LA CABEZA PRIMERO
Orientada hacia atrás (con la cara hacia abajo cuando la mujer se tumba boca
arriba)

La cara y el cuerpo vueltos hacia la derecha o la izquierda


El cuello doblado hacia adelante
El mentón metido hacia abajo
Los brazos cruzados sobre el pecho
La presentación de vértice o cefálica es la que la cabeza va por delante. Durante
la última o las dos últimas semanas antes del parto, la mayoría de los fetos se
dan la vuelta de forma que la cabeza se presenta primero. Una presentación o
posición anormal, como cuando las nalgas salen primero, cuando el hombro va
primero o cuando el feto está orientado hacia delante, dificulta
considerablemente el parto tanto para la madre como para el feto y el médico.
En ese caso se recomienda el parto por cesárea.

Se practica una exploración vaginal utilizando un espéculo para determinar si las


membranas se han roto. (Un espéculo es un instrumento de metal o de plástico
que separa las paredes de la vagina). A continuación, el médico o la comadrona
exploran la vagina y el cuello uterino con una mano para determinar la dilatación
(anotada en centímetros) y la retracción (borrado) del cuello uterino (anotada en
porcentaje o en centímetros). Esta exploración puede omitirse si la mujer está
sangrando o si las membranas se han roto de forma espontánea. También se
toma nota del color del líquido amniótico. El líquido debe ser claro y sin un olor
significativo. Si la mujer ha roto aguas y el líquido amniótico es verde, la anomalía
de coloración es el resultado de la primera deposición del feto (meconio fetal).
Generalmente se inserta una vía intravenosa en el brazo de la mujer durante el
parto en un hospital. Esta vía se utiliza para administrar líquidos para evitar una
deshidratación y, en caso de ser necesario, para administrarle fármacos.
Cuando se administran líquidos por vía intravenosa, la mujer no tiene que comer
ni beber durante el parto, aunque puede elegir ingerir algunos líquidos y
alimentos suaves durante este periodo. El estómago vacío durante el parto hace
que la mujer tenga menos probabilidades de vomitar. En muy raras ocasiones
se aspira el vómito, por lo general después de la anestesia general. La aspiración
del vómito puede provocar la inflamación de los pulmones, que es
potencialmente mortal. Se suelen administrar antiácidos a las mujeres que tienen
un parto por cesárea para reducir el riesgo de daños a los pulmones si se inhala
el vómito.
POSICIÓN Y PRESENTACIÓN NORMAL DEL FETO

Hacia el final del embarazo, el feto se coloca en posición de parto. Normalmente,


la posición del feto es con la cabeza hacia abajo, inclinada hacia atrás (hacia la
espalda de la madre), y con la cara y el cuerpo formando un ángulo hacia un
lado, el cuello flexionado y en presentación cefálica.
Cardiotocografía
Poco después de que la mujer ingresa en el hospital, el médico u otro profesional
de la salud escucha periódicamente los latidos del corazón del feto usando un
tipo especial de estetoscopio (fetoscopio) o un dispositivo portátil de ecografía
Doppler o bien mediante la monitorización electrocardiográfica del feto, con la
que se realiza un seguimiento continuo. Los médicos monitorizan el corazón del
feto para determinar si su frecuencia cardíaca es normal y, por lo tanto, si el feto
está en una situación de sufrimiento fetal. Ciertos cambios anormales en la
frecuencia cardíaca del feto durante las contracciones pueden indicar que no
está recibiendo suficiente oxígeno.
La frecuencia cardíaca del feto se controla de distintos modos:
Externamente: se fija un dispositivo de ecografía (que transmite y recibe ondas
de ultrasonido) al abdomen de la mujer. O bien se coloca un fetoscopio en el
abdomen de la mujer a intervalos regulares.
Internamente: se introduce un electrodo (un pequeño sensor redondo unido a un
cable) en la vagina de la parturienta y se ajusta al cuero cabelludo del feto.
Normalmente la modalidad interna suele utilizarse cuando es probable que
sobrevengan problemas durante el parto o cuando no pueden registrarse las
señales del dispositivo externo. Este enfoque solo puede utilizarse después de
que las membranas que contienen el feto se han roto (lo que se suele denominar
"romper aguas").
El uso de un ecógrafo externo o de un electrodo interno para controlar la
frecuencia cardíaca del feto se denomina monitorización fetal electrónica. La
monitorización electrónica se usa para controlar continuamente las
contracciones uterinas. Se utiliza prácticamernte en todos los embarazos de alto
riesgo y, según los centros o los profesionales, en todos los embarazos.
En un embarazo de alto riesgo, la cardiotocografía se utiliza a veces para
monitorizar la frecuencia cardíaca del feto en reposo y cuando está en
movimiento. Si la frecuencia cardíaca no se acelera como se espera en dos
ocasiones a los 20 minutos después de un movimiento fetal, el ritmo cardíaco se
describe como no reactivo o no seguro. En ese caso se puede realizar un perfil
biofísico fetal por ecografía, para comprobar el bienestar del feto.
Durante el perfil biofísico fetal se observa el feto usando métodos ecográficos
para producir imágenes en tiempo real. Después de 30 minutos, los médicos
asignan una puntuación de 0 a 2 a cada uno de los siguientes parámetros:
Los resultados de la cardiotocografía en reposo (reactiva o no reactiva)
Cantidad de líquido amniótico
Presencia o ausencia de un periodo de movimientos respiratorios rítmicos
Presencia o ausencia de al menos tres movimientos fetales claramente visibles
Tono muscular del feto, indicado por sus movimientos hacia adelante y hacia
atrás, la posición de los dedos, de las extremidades o del tronco
Es admisible una puntuación hasta 10.
A partir de los resultados el médico puede permitir que el parto siga adelante o
practicar un parto por cesárea inmediatamente.
Durante la primera etapa del parto, la frecuencia cardíaca del feto se controla de
forma periódica mediante un estetoscopio o un ecógrafo o de forma continua
mediante un aparato electrónico. El control de la frecuencia cardíaca del feto es
la forma más fácil de determinar si el feto está recibiendo suficiente oxígeno. Las
anomalías de la frecuencia cardíaca (demasiado rápida o demasiado lenta) y las
variaciones (en el tiempo y en respuesta a las contracciones) pueden indicar un
peligro para el feto (sufrimiento fetal). El ritmo cardíaco de la mujer también se
monitorea periódicamente.
Durante la segunda etapa del parto, la frecuencia cardíaca del feto se controla
después de varias contracciones o bien de forma continua si se usa un control
electrónico. Se controla con regularidad la frecuencia cardíaca y la presión
arterial de la mujer.
ALIVIO DEL DOLOR

Con el asesoramiento de su médico o de su matrona (a veces llamada


comadrona), la mujer habitualmente planifica el tema del alivio del dolor mucho
antes del inicio del parto. Puede escoger una de las medidas siguientes:
El parto natural, que se basa en técnicas de relajación y respiración para
controlar el dolor durante el parto.
Analgésicos (por vía intravenosa)
Un tipo concreto de anestesia (local o regional) si es necesario
Una vez que comienza el parto, estos planes pueden modificarse, según se
desarrolle el mismo, cómo se sienta la mujer y lo que recomiende el médico o la
matrona.
La necesidad de la mujer de aliviar el dolor durante el parto varía en gran medida
y, hasta cierto punto, depende de su estado de ansiedad. La asistencia a clases
encaminadas a preparar a la mujer para el parto la ayudan a afrontar este
acontecimiento. Esta preparación y el apoyo emocional de las personas que
asisten al parto tienden a calmar la ansiedad y a reducir.
Pueden usarse analgésicos (medicamentos para aliviar el dolor). Si una mujer
solicita analgésicos durante el parto, se le suelen administrar. Sin embargo, dado
que algunos de estos fármacos pueden volver más lenta (deprimir) la respiración
y otras funciones del recién nacido, la cantidad administrada será lo más
pequeña posible. Por lo general, para aliviar el dolor se administra un opiáceo,
como fentanilo o morfina, por vía intravenosa. Estos fármacos pueden retrasar
la fase inicial de la primera etapa del parto, así que se suelen administrar durante
la fase activa de la primera etapa. Además, como estos fármacos tienen el
máximo efecto durante los primeros 30 minutos tras su administración, los
medicamentos no suelen administrarse cuando el parto es inminente. Si se
administran muy cerca del parto, el recién nacido puede estar demasiado
sedado, lo que le hará más difícil la adaptación a la vida fuera del útero. Para
contrarrestar los efectos sedantes de estos fármacos sobre el recién nacido, el
médico puede administrarle el antídoto opioide naloxona inmediatamente
después del parto.
La anestesia local adormece la vagina y los tejidos que se encuentran alrededor
de su abertura. Esta área puede insensibilizarse mediante la aplicación de un
anestésico local a través de la pared de la vagina en la zona alrededor del nervio
que brinda sensibilidad a la parte inferior de la zona genital (nervio pudendo).
Este procedimiento, denominado bloqueo pudendo, se utiliza solo al final de la
segunda etapa del parto, cuando la cabeza del bebé está ya a punto de salir de
la vagina. Este método se ha sustituido en gran medida por las inyecciones
epidurales. Un procedimiento más frecuente pero menos efectivo consiste en la
inyección de un anestésico local en el mismo orificio de la vagina. Con ambos
procedimientos, la mujer puede permanecer despierta y pujar, y no afectan a la
actividad del feto. Estos procedimientos son útiles en partos sin complicaciones.
La anestesia regional insensibiliza una zona más extensa. Se puede emplear en
las mujeres que desean un alivio del dolor más completo. Pueden utilizarse los
siguientes procedimientos:
Cuando hace falta aliviar el dolor, casi siempre se usa una inyección lumbar
epidural. Se inyecta un anestésico en la parte inferior de la espalda, en el espacio
comprendido entre la columna vertebral y la capa externa del tejido que cubre la
médula espinal (espacio epidural). De forma alternativa, se coloca un catéter en
el espacio epidural, a través del cual se administra de manera lenta y continua
un anestésico local como bupivacaína. A menudo también se inyecta un opiáceo,
como fentanilo o sufentanilo. La inyección epidural en el parto no impide que la
mujer empuje adecuadamente y no aumenta la probabilidad de que sea
necesario un parto por cesárea. También se puede usar la inyección epidural en
los partos por cesárea.
La anestesia raquídea consiste en la inyección de un anestésico en el espacio
comprendido entre el centro y las capas internas del tejido que cubre la médula
espinal (espacio subaracnoideo). Por lo general, se utiliza la anestesia raquídea
en los partos por cesárea cuando no existen complicaciones.
A veces el uso de cualquiera de los dos procedimientos ocasiona un descenso
de la presión arterial en la mujer. Por lo tanto, si se utiliza uno de estos
procedimientos, se debe medir con frecuencia la presión arterial de la madre.
PARTO NATURAL
El parto natural utiliza técnicas de relajación y respiración para controlar el dolor
durante el parto.
Con el fin de prepararse para un parto natural, la embarazada y su pareja asisten
a clases explicativas, por lo general de 6 a 8 sesiones durante varias semanas,
para aprender a usar las técnicas de relajación y de respiración. También
aprenden lo que sucede en las diversas etapas del parto.
La técnica de relajación consiste en poner bajo tensión en forma consciente una
parte del cuerpo y luego relajarla. Esta técnica ayuda a la mujer a relajar el resto
de su cuerpo mientras el útero se contrae durante el parto y a relajar todo el
cuerpo entre contracciones.
La técnica de respiración consiste en practicar varias clases de respiración que
se utilizan en diferentes momentos durante el parto. Los siguientes tipos de
respiración pueden ser de gran ayuda durante la primera etapa del parto, antes
de que la mujer comience a empujar:
La respiración profunda con espiración lenta ayuda a la mujer a relajarse al
comienzo y al final de una contracción
La respiración rápida y superficial (jadeo) en la parte superior del pecho durante
el máximo nivel de una contracción
Una serie de jadeos y soplidos para ayudar a la mujer a abstenerse de pujar
cuando siente necesidad de hacerlo antes de dilatar completamente y retraer
(borrar) el cuello uterino
Tanto la mujer como su compañero deben practicar las técnicas de relajación y
respiración regularmente durante el embarazo. Durante el parto, la pareja de la
futura madre puede, además de brindarle apoyo emocional, ayudarle a recordar
lo que debe hacer en cada etapa en particular y percibir los momentos en que
ella se tensa. La pareja también puede aplicar algún masaje a la futura madre
para mejorar su relajación.
Probablemente el método de parto natural más conocido es el de Lamaze. Otro
método, el de Leboyer, consiste en realizar el parto en una habitación con poca
luz y sumergir al bebé en agua tibia justo después del parto.

IMPORTANCIA DEL PARTO


En nuestra sociedad, por desgracia, se considera el parto como un mero trámite,
algo por lo que hay que pasar para poder tener a nuestro bebé en nuestros
brazos. Nuestra visión del parto tiene una fuerte carga patológica, casi
catastrófica y albergamos muchas ideas falsas y llenas de prejuicios sobre el
mismo. El nacimiento, en lugar de ser un acontecimiento bello y cargado de
emoción, nos parece algo desagradable e incluso muy peligroso. Por ello,
muchas mujeres nos enfrentamos al parto deseando que acabe pronto y, si es
posible, que no nos enteremos de nada. Nos aterra el dolor y vivimos el parto
atemorizadas. No se nos ocurre pensar que podamos disfrutar con nuestro parto,
que dar a luz puede ser una experiencia incluso placentera.

Pero el parto sí importa y el nacimiento también. Es obvio que no es lo


mismo parir con prisas que con tranquilidad, acompañada por alguien de
confianza que sola y no es igual dar a luz con cortes que sin ellos. No es lo mismo
nacer cuando se está preparado, que ser forzado a nacer antes de tiempo. No
es lo mismo nacer tras haber tenido sufrimiento fetal, que nacer sin haber sufrido
ningún estrés. No es lo mismo nacer y encontrarse en los brazos de mamá, que
nacer y verse solo y desamparado en una incubadora o cuna.

Cada parto es único e irrepetible, nacemos una sola vez, y lo que ocurra en esos
momentos nos acompañará irremediablemente toda la vida. Porque esta
experiencia nos marca, todos debemos velar por cuidar que tenga lugar de una
manera saludable y satisfactoria. Por el bien de las madres, por el bien de los
bebés, por el bien de todos, tenemos que tomar conciencia de que el parto sí
importa y que no solo es importante sobrevivir al parto, sino hacerlo de una
manera sana y feliz.

CUIDADOS DESPUÉS DEL PARTO

• Beba de ocho a diez vasos de agua al día.


• Es normal tener pérdidas vaginales.
• Evite las escaleras y levantar peso hasta que su médico le dé el visto bueno.
• No se bañe ni nade hasta que su médico le dé el visto bueno.

• No conduzca hasta que su médico le dé el visto bueno. Espere hasta que pueda
hacer movimientos rápidos y ponerse el cinturón de seguridad sin que le cause
molestias.
• Si la herida de la cesárea se le pone roja o se le hincha, llame al médico.

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