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El sistema del complemento consta de varias proteínas plasmáticas que actúan en conjunto para opsonizar microbios,
promover el reclutamiento de
fagocitos en las zonas de
infección y, en algunos casos,
matar directamente a los
microbios. En la activación del
complemento participan
cascadas proteolíticas, en las
que se altera una enzima
precursora inactiva, llamada
cimógeno, para convertirse
en una proteasa activa que
escinde y con ello induce la
actividad proteolítica de la
siguiente proteína del
complemento en la cascada.
Las cascadas enzimáticas dan
lugar a una tremenda amplificación de la cantidad de los productos proteolíticos que se generan. Estos productos realizan
las funciones efectoras del sistema del complemento. Además del sistema del complemento, otras cascadas proteolíticas
clínicamente importante son las vías de coagulación de la sangre y el sistema de la cinina-calicreína, que regula la
permeabilidad vascular. El primer paso en la activación del sistema del complemento es el reconocimiento de moléculas
en las superficies microbianas, pero no en las células del anfitrión, y esto ocurre de tres formas, cada una considerada una
vía distinta de activación del complemento.
La Vía alternativa, que se descubrió después, pero que es más antigua en la evolución filogenética que la vía clásica, se
desencadena cuando una proteína del complemento llamada C3 reconoce directamente ciertas estructuras de la superficie
microbiana, como el LPS bacteriano. El C3 se activa también de forma constitutiva en una solución a una concentración
baja y se une a las superficies celulares, pero después se inhibe por la acción de moléculas reguladoras presentes en las
células de los mamíferos. Como los microbios carecen de estas proteínas reguladoras, la activación espontánea puede
amplificarse en las superficies microbianas. De este modo, esta vía puede distinguir lo propio normal de los microbios
extraños en función de la presencia o falta de proteínas reguladoras.
• La vía de la lectina la desencadena una proteína plasmática llamada lectina ligadora de mañosa (MBL, del inglés
mannose-binding lectin), que reconoce mañosas terminales en glucoproteínas y glucolípidos microbianos, similar al
receptor para la mañosa de las membranas del fagocito descritas antes. La MBL es un miembro de la familia de las
colectinas con una estructura hexamérica similar al componente Clq del sistema del complemento. Después de que la MBL
se une a los microbios, dos cimógenos llamados MASP1 (serina proteasa 1 asociada a la mañosa, o serina proteasa asociada
a la lectina ligadora de manano) y MASP2, con funciones similares a Clry Cls , se asocian a la MBL e inician los pasos
proteolíticos consiguientes idénticos a la vía clásica. El reconocimiento de los microbios por cualquiera de las tres vías del
complemento da lugar a un reclutamiento y ensamblaje secuencial de otras proteínas del complemento en complejos de
proteasa.