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ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO
ACOMPAÑAMIENTO TERAPEUTICO
ESCOLAR
Gonzalez (2011) nos dice que la familia deja de ser una institución
constitutiva para transformarse en un simple lugar de encuentro entre vidas
privadas, cada uno con su proyecto personal. Los rituales de las familias
(comidas, descansos) son jaqueados por las solicitudes mediáticas: cada
uno con su programa, su televisor, su computadora, su celular.
Frank (2006) señala que el vínculo debe ser ético en su esencia, es decir,
instaurado en el respeto profundo por el otro, por su subjetividad, ya que de
esta manera permitirá construir legalidades internas en el sujeto psíquico,
en vez de poner límites.
Según Peres Duarte (2008), el A.T. debiera ser visto como un facilitador
del proceso de escolarización e integrante de una red que incluiría
profesionales, compañeros, familia, comunidad escolar y todo aquel que
participa en el cuidado del niño, niña y adolescente acompañado; una red
que implica varios elementos que se articulan en torno a un objetivo
común.
Habrá que tener en cuenta entre otras cosas su rutina escolar, tratando así
de comprender cómo aprende; fomentar y facilitar la integración de los
profesionales involucrados en la formación de este sujeto.
Cuando nos referimos al rol que cumple un A.T. existen cuatro preguntas
que podemos formular al respecto: ¿Qué es?, ¿para qué?, ¿cómo? y
¿dónde?.
¿Qué es?. Reyes (2006) postula que el rol es la unidad psicosocial que está
referida a la relación con otros. El rol es una experiencia social y para su
ejercicio siempre debe haber otro. Su función es la socialización y la
regulación social. Este proceso se inicia en la temprana infancia con la
estructuración del yo y con el aprendizaje de roles sociales disponibles. Es
pertinente aclarar que una persona ejerce varios roles a lo largo de su vida.
¿Dónde? . El rol del A.T. escolar debe pensarse como un espacio “entre”,
tal como afirman Kuras y Resnizky. Como acompañantes que nos
desenvolvemos en el ámbito escolar es imprescindible tener presente que
estamos en un espacio atravesado por lo pedagógico, pero con objetivos
terapéuticos. Rossi (2012) señala que un A.T. que se desempeña en una
Institución Educativa “es un agente de salud que trabaja inserto en un
equipo terapéutico, con una persona que está padeciendo una conflictiva
del orden de lo psíquico, emocional y en consecuencia manifiesta síntomas
en el plano educativo”.
El rol del docente del aula y del docente del apoyo a la integración
cumplirá con lo siguiente: El primero tendrá a cargo la elaboración de las
adecuaciones curriculares según las particularidades de los alumnos.
Llevará a cabo su tarea de manera colectiva, colaboradora e innovadora
junto al docente de apoyo según la frecuencia acordada. Por otro lado, el
segundo, cumple el rol de mediador y coordinador de las actividades y
relaciones interinstitucionales que se establezcan en los sistemas de apoyo
al proceso de integración y a su vez tiene funciones específicas en relación
a:
EL CONTEXTO ESCOLAR
“El caso de Juan, de 5 años que asiste a la sala de Jardín de una escuela privada, quien
experimenta mucha ansiedad cada vez que la maestra elige a alguien para realizar alguna
actividad. Esta sensación produce grandes desbordes de llantos, gritos y pataleos. Se trabajó con
el A.T. devolverle en estos momentos una vivencia de unidad que le permita registrarse a él
como un todo. De esta forma, Juan se sentaba en las piernas de su A.T. y acariciaba el cuello del
mismo hasta que lograba tranquilizarse. Con el tiempo, el paciente elegía esta conducta cada vez
que la docente estaba por elegir a alguien”.
-Escucha..
- Silencio.
- Instalación de lo privado: “Es el caso de Santino, de 7 años que va a tercer grado, quien
en determinadas circunstancias de mucho desborde interno, estando dentro del aula se tocaba los
genitales compulsivamente. Ante esta conducta, la A.T. intentando resguardar al paciente y
también al resto de los niños, indicaba con firmeza que esto debía hacerse en un lugar privado y
que el aula no lo era, por lo que si no podía detenerse debía salir”.
- Separación: :”Con un paciente de5 años con el cual se trabajaba la tolerancia de los
espacios propios y ajenos fue necesario trabajar, primero, sobre el reconocimiento del propio
cuerpo a partir del contacto con otro ( el A.T.), y en un segundo momento, empezar a trabajar
sobre el reconocimiento del otro como diferente a él mismo, separando cuerpos, sujetos. Para tal
fin el acompañante realizaba ensayos de presencia y ausencia, con y sin contacto corporal, de
distintas duraciones, para así poder detectar la tolerancia del paciente y promover la
reafirmación yoica del mismo.”
-Señalamiento: “Ciro estaba en recreo, él jugaba con n grupo de chicas, yo esaba parada en
la puerta del aula. Entra al salón y me insulta, le pido que se calme. Se va a la esquina opuesta a
la que yo estaba parada y sigue insultándome, me quedo callada ignorando su conducta, termina
el recreo y se sienta normalmente. Yo sentía mucha impotencia y enojo. Luego se acerca, me
habla como siempre, pero retomo lo sucedido explicándole como me sentía y responde que me
insultó porque sintió “mis” uñas que se le clavaban en el brazo, explicación que acompañaba
con el gesto en sus brazos y una expresión de mezcla de dolor y enojo en su cara. Le señalé que
no eran mías, le mostré que las tenía cortas, donde estábamos parados cada uno, que tenía
puesta la campera, un buzo y dos remeras ( que se veían asomar por debajo del buzo). Se miraba
pensativo. Luego, me mira fijamente diciéndome que lo tengo cansado y vuelve a su banco.”
- Confrontación
- Desde la omisión de una acción: “Jugar con Joki era complicado, el ajedrez y las
damas eran los únicos dos juegos posibles. En ellos, mostraba su escasa tolerancia a la
frustración, no podía equivocarse, él no podía perder. Nunca acepté jugarlos, justificando tal
acción con el hecho de no entenderlos. Pasado un tiempo, nadie ganaba ni perdía, empatábamos.
Joki jugaba, pero solo si yo pensaba a que, decidimos que rotaríamos en esta decisión o lo
pensaríamos juntos. Hubo que aprender a esperar, a “aburrirse2. Mi rol sostenía la incertidumbre
de no hacer nada, sin ofrecer la solución que llene el vacío del aburrimiento. Finalmente, se
presentó el disfrute por el juego, aparecieron chistes, bromas, risas. Movimiento por no
hacer…”