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La posesión en la

propiedad y en el registro
Problemática en la transmisión inmobiliaria*

Héctor E. Lama More


Profesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Unidad de Posgrado de
la Universidad de San Martín de Porres y en la Academia de la Magistratura
Juez Superior de la Corte Superior de Justicia de Lima

Sumario: 1. Presentación. 1. El caso J. A. Suter. La propiedad sin posesión. 1.1.


Invasión y despojo. 1.2. El juicio. 1.3. Final. 2. Reflexiones y enseñanzas del
caso; acerca de la necesidad de abordar transversalmente los derechos sobre
la posesión, la propiedad y el registro, respecto de bienes. 2.1. Posesión y
propiedad. 3. La publicidad: necesidad de proteger la apariencia jurídica en
materia de derechos reales. 3.1. Posesión y registro. IL. La posesión como
apariencia jurídica de un derecho real. 1. influencia de la tesis posesoria
de Savigny. 2. Influencia de la tesis posesoria de Ihering. 3. Diferencias. 4.
Finalmente. III. Los riesgos en la dinámica de los derechos de propiedad. 1.
Concepto y dinámica del derecho de propiedad. 2. El título ymodo en el derecho
español. 3. El consensualismo en el derecho francés. 4. El modelo registral en
Alemania. 5. En el derecho civil peruano actual. 6. Trasmisión y usucapión
como modo de adquirir la propiedad. IV. Registro público inmobiliario. V. La
posesión y el registro de la propiedad. VI. Rol de la posesión frente a la propiedad
y el registro. Problemática en la transmisión inmobiliaria. VII. La posesión del
bien, como medio de publicidad, puede desvirtuar la “buena fe” del adquiriente.
1. Regulación positiva de la diligencia ordinaria del adquiriente. VIII. Breves
conclusiones. IX. Bibliografía.

El presente trabajo fue materia de ponencia en el “Congreso Internacional por los 30 años del
Código Civil” realizado en la ciudad de Arequipa del 5 al 7 de diciembre de 2014, organizado
por la Corte Superior de Justicia de Arequipa; y, entregado a los organizadores para su publica-
ción en el respectivo libro de ponencias del citado Congreso.
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1. Presentación 1.1. Invasión y despojo


Zweig, refiere: “¿El hombre más rico del mundo? No. El más pobre,
1. ElcasoJ. A. Suter. La propiedad sin posesión el más digno de compasión, el mendigo más desilusionado del mundo”
Johann August Suter (]. A. Suter)', inmigrante suizo de 31 años, llegó Efectivamente, tras ocho días, una mujer reveló el secreto, lo que provocó
en julio de 1834 a Nueva York, dejando atrás a los tribunales europeos, en que todos los hombres de J. A. Suter dejaran de trabajar de inmediato:
bancarrota, acusado de robar y de falsificar moneda; abandona a su es- los herreros dejaron la fragua; los pastores, los rebaños; los vinateros, las
posa y sus tres hijos. Trabaja unos años con relativo éxito en esta ciudad, cepas; los soldados, las armas. Todos —que parecen poseídos- corren al
luego en Missouri; y, finalmente, en 1838, se dirige al inexplorado oeste, aserradero a extraer el oro de la arena; las vacas nadie las ordeña; los bue-
rumbo al Pacífico; luego de tres meses de viaje, se instala en un lugar de- yes rompen los rediles y pisotean los sembrios; las queserías se paran;
nominado Sacramento. La autoridad de Monterrey -a cargo de México— los graneros se vienen abajo; los telégrafos difunden la noticia; llega la
le reconoce el derecho sobre el fértil valle de Sacramento. gente, de ciudades y puertos, los marineros abandonan los barcos, los
funcionarios abandonan sus puestos; largas colas humanas van del Este
En 1839, funda Nueva Helvecia. El proyecto Nueva Helvecia llegó al Oeste, a pie, a caballo o en carreta. “Una horda desbocada, brutal, que
a tener 25.000 hectáreas, 1000 trabajadores, un ejército privado, 12.000 no conoce más ley que la de su puño, ni más dictado que la de su revólver,
cabezas de ganado, etc.? El éxito fue contundente, J. A. Suter se convirtió se desparrama sobre la floreciente colonia”; derriban los graneros de]. A.
en el terrateniente más rico de California; hizo que desde Europa fueran Suter para construir casas, pisotean sus sembrados, roban sus máquinas;
con él, su esposa y tres hijos y compartan su riqueza; tiene crédito y cuen- de la noche a la mañana J. A. Suter se convierte en un pobre mendigo,
ta corriente en los grandes bancos de Inglaterra y Francia. Se conoce que “ahogado como el rey midas, en su propio oro”.
si bien se hizo ciudadano mexicano, no obstante, impulsó la anexión de
California a los Estados Unidos. En bancarrota, se retira lejos del maldito río y la maldita arena, y se
instala en su granja de Eremitage. Su esposa fallece por efecto del viaje y
Diez años después, en enero de 1948, uno de sus empleados se pre- continúa su vida con sus tres hijos; se dedica a la agricultura y vuelve a
senta -temblando de excitación y le informa que en la Granja de Colo- enriquecerse.
ma, lugar -de propiedad de J. A. Suter- donde había ordenado se cons-
truya un aserradero, habían encontrado en la arena abundantes pepitas 1.2. El juicio
de oro, prácticamente en la superficie; constituyéndose en la citada Gran-
En 1850 California, incorporada a Estados Unidos, vuelve a la tran-
ja, J. A. Suter hizo jurar a los pocos que se encontraban en ese lugar man-
quilidad, tras la riqueza llega el orden; la anarquía ha sido reprimida; de
tener el secreto hasta que termine el aserradero. En tierra que era suya, se
nuevo impera la Ley. J. A. Suter vuelve con sus reivindicaciones y recla-
había encontrado oro del modo más fácil de obtener, tan abiertamente en
ma, ante el incorruptible juez Thompson, toda la tierra sobre la cual se ha
la tierra. Era el hombre más rico del mundo.
edificado la ciudad de San Francisco, pues le pertenece a él por derecho.
Demanda a diecisiete mil doscientos veintiún granjeros, que se han es-
tablecido en sus plantaciones y les exhorta a que desalojen el suelo que
L ZWEIG, Stefan, Momentos estelares de la humanidad. Catorce miniaturas históricas, traducción
de Berta Vais Mahou, Acantilado, Barcelona, 2002. Entre las páginas 169 a 179, el autor narra,
le habían robado; y al Estado a que repare el robo que había sufrido en
bajo el título “El descubrimiento de El dorado. J. A. Suter, California. Enero 1948”, de modo su propiedad; reclama todo el oro que había sido extraído de su tierra;
breve la historia de este inmigrante europeo, al que se le atribuye la propiedad sobre la cual se exige que el Estado de California le pague veinticinco millones de dólares
levanta la ciudad de San Francisco. Lo que expongo en esta parte ha sido tomado de la obra
citada. por haberse apropiado de los caminos, canales, puentes, presas y moli-
a <http://www.zumalakarregimuseoa.net/blog/johann-august-suter-y-la-fiebre-del-oro-en-
california>.
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28 Defensa de la posesión

o millones de dolares 2. Reflexiones y enseñanzas del caso; acerca de la necesidad de


nos construidos por él; a la Unión, otros veinticinc abordar transversalmente los derechos sobre la posesión, la
y el oro extraido.
como indemnización por su destrozada hacienda propiedad y el registro, respecto de bienes
de 1855, el juez
Finalmente, luego de cinco años, el 15 de marzo La trágica historia de J. A. Suter nos muestra de modo directo y claro
sentencia y reconoce
Thompson, primer magistrado de California, dicta algunas lecciones; una de ellas es que única manera de aprovechar las
totalmente legítimos e
los derechos de J. A. Suter sobre el suelo como riquezas que nos brinda la naturaleza es ejerciendo directamente el po-
inapelables. der sobre ella; la posesión permite el ejercicio de poder sobre los bienes;
de propiedad, sino
J. A. Suter, no solo contaba ahora con sus títulos el ordenamiento jurídico brinda al propietario el derecho a poseer sus
P El acce
además, con la sentencia de un juez que le reconocía bienes y a aprovecharlos económicamente; la propiedad sin posesión es
de mundo? No.
díaÍ a sus reclamos. ¿VolvíaÍ a ser el hombre má. As rico derecho vacío, sin contenido y sin sentido, salvo para la especulación eco-
nómica. Otra enseñanza es que el goce de los bienes hace afortunada a las
1.3. Final personas. Una lección adicional es que, en el caso narrado, independien-
isco ypor todo
Tras conocerse el fallo, refiere Zweig, en San Franc temente de lo arbitrario e ilegal del resultado, la posesión, como evento
se amotinan, to dos os fáctico, como realidad, venció a la propiedad; con la anuencia del Estado,
el mundo, estalla el tumulto. Cientos de miles ma o
“propietarios” amenazados; “el populacho de la calle, la chus venció al derecho.
de Justicia, incen 0
deseosa de entregarse al pillaje. Asaltan el Palacio Nos muestra, además, la debilidad del Estado para garantizar, en de-
en camino, E roba o
dolo. Buscan al juez para lincharlo, y se ponen terminados casos -sobre todo cuando el conflicto transciende lo indivi-
edades , le an
inmenso, con la intención de saquear todas las propi dual y se convierte en “social”, la propiedad de las personas. La convulsión
dos, se ue a a
August Suter”; su hijo mayor, acosado por los bandi social invirtió, en los hechos, las reglas del Derecho. La conducta omisiva
el amino er grs
gundo es asesinado; y, el tercero huye y se ahoga en del Estado lo permitió. En este caso, el naciente Estado norteamericano,
cenizas. Sus mu e
a su casa; las granjas de J. A. Suter son reducidas a con su inacción, dio preferencia al interés colectivo de los pobladores de
quedan converti
sus colecciones, su dinero, robados; sus posesiones la emergente ciudad de San Francisco, frente al interés individual de J. A.
en un desierto. Suter, propietario de los terrenos sobre el que se levantó dicha ciudad; dicho
con la e de
Zweig narra que durante años, este hombre viejo en otras palabras el “interés social” prevaleció frente al “interés particular”.
cia en Was el s
litada y mal vestido vaga en torno al Palacio de Justi
a a todo tipo : asi . 2.1. Posesión y propiedad
reclama ante el Senado y ante el Congreso. Se confí
del asunto, 8 X ocn
tentes, que tomando con ostentación las riendas Lo expuesto líneas arriba muestra que la riqueza que nos brinda la
tajo de ma A ra :
un ridículo uniforme de general y arrastran al espan naturaleza, no se obtiene por el hombre, en estricto, en virtud de la pro-
mendicidad, pr
otra, de delegado en delegado”. Durante 20 años de piedad sobre los bienes; se obtiene, sin duda, por la posesión que se ejer-
io del congreso, pa
a 1880, pasa día tras día su vida en torno al Palac ce sobre ellos. Propiedad sin posesión es ilusión. La posesión —que lleva
el 17 de Jano e
co de burlas de todos los funcionarios; hasta que reo
consigo el goce— es la finalidad; la propiedad es el medio para asegurarla.
Palacio So
muere, de un ataque al corazón en las escaleras del 4 Como lo señaló sabiamente Saleilles, la
en el bolsi o va so posesión no ha sido inventa-
como un pordiosero. “Un pordiosero muerto que da como baluarte de la propiedad, es decir, para defenderla?; por el con-
mundo, garantiza : o
escrito que, de acuerdo con todas las leyes de este
na más grande de
sus derechos como la de sus herederos sobre la fortu
historia universal”. ? HERNÁNDEZ GIL, Antonio, La función social de la posesión: ensayo de teorización sociológica
jurídica, Alianza Editorial, Madrid, 1969, pp. 56-57.
30 Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro SL
A

trario, la propiedad ha sido creada para asegurar la posesión; la posesión en materia de derechos reales lÁ apariencia jurídica se encuentra estre-
apareció primero, la propiedad surgió después. Por ello, en determinados chamente ligada a los medios icidad; todo medio de publicidad
escenarios, la posesión vencerá a la propiedad; el que se presenta en el crea-ura apariencia y toda apariencia es en ella misma una forma de
caso narrado es uno de ellos; la usucapión es otro. publicidad. Señala con justa precisión que en el campo de los derechos
reales hay dos grandes formas de publicidad: i) la situación de apariencia
La posesión, en el sentido que la entendemos en nuestro país, la ejer- de titularidad real que se produce con la creación de un signo exterior de
ce quien, en los hechos, usa y disfruta un bien en interés propio; la pose- recognoscibilidad, como es el caso de la posesión; y ii) la situación creada
sión permite el goce de los bienes; es la realidad incontrastable. El Dere- por la inscripción en los registros públicos.
cho esla ficción, la entelequia, creado por el hombre para asegurar, con la
fuerza del Estado, que los bienes materiales o inmateriales- asignados a 3.1. Posesión y registro
determinadas personas no sean intervenidos por extraños; impone reglas
La posesión y el registro, cada uno en sus respectivos niveles, son
para proporcionar seguridad y tranquilidad a las personas y la sociedad;
medios de publicidad de derechos reales, y como tales cumplen un rol
sin embargo, el Estado puede fallar y convertir al propietario en un por-
diosero, por acción o por omisión. importante en el tráfico de bienes; al lado de la publicidad registral y del
registro inmobiliario como forma e instrumento básico de la publicidad
El Estado no tiene otra opción que la de prote posesión, sea por
la ger relativa al dominio y a los derechos reales sobre bienes inmuebles, con-
omisión —frente a casos de “convulsión social”- o por acción —frente a serva hoy todo su valor la figura de la posesión; no cabe duda, refiere el
supuestos en que la posesión puede ser la exteriorización de un derecho citado jurista español”, que en el derecho moderno la posesión es tam-
cierto y válido-; en esta última, la defensa posesoria -judicial o extra- bién instrumento de publicidad de los derechos reales, y puede colarse en
judicial- es un primer mecanismo para impedir el eventual abuso o la alguna medida como institución paralela de la publicidad registral.
arbitrariedad de quienes invocan tener un mejor derecho, abriendo el ca-
Por ello las reglas fijadas por el Derecho, con el objeto de dar seguri-
mino para que ello -la invocación del mejor derecho- se dilucide en un
dad a la titularidad sobre bienes, han encontrado un escenario propicio
proceso previsto legalmente.
en el mecanismo denominado Registros Públicos. El acceso libre a la in-
Ahora bien, en el debate sobre los derechos de propiedad sobre bie- formación, dado su carácter público, proporciona una referencia segura
nes, sería un contrasentido dejar de lado los derechos posesorios sobre sobre quiénes son titulares respecto de determinados bienes; deja de lado
estos o ignorar la realidad posesoria de los mismos, es decir, quiénes y la incertidumbre al momento de adquirirlos, pues impide la costosa ave-
por qué razón se encuentran en posesión de ellos. riguación de los antecedentes que dan origen al derecho de quien nos
los transfiere; sin embargo, la seguridad que proporciona la apariencia
3. La publicidad: necesidad de proteger la apariencia jurídica en jurídica que emana del registro si bien protege al tercero de buena fe, no
materia de derechos reales obstante, muchas veces el sistema no proporciona mecanismos de pro-
A diferencia de las relaciones obligatorias, que generalmente perma- tección al verdadero propietario o titular del derecho que mantiene la
necen en el ámbito de las partes, las relaciones jurídicas reales, por su posesión del bien, pero que no tiene su derecho publicitado en el registro;
naturaleza y por trat echos que recaen sobre bienes que ueden
eventualmente ser objeto de garantías, de circulación o tráfico económi-
= TA 4 el autor que el problema de la protección de la apariencia jurídica es un problema que pertenece
có o jurídico, requieren de publicidad; como bienlo señala Díez-Picazo”, a la parte general del Derecho Civil; pero tratándose de relaciones jurídico-reales la protección
AAA AAA de la apariencia jurídica reviste gran importancia, pues dichas relaciones son básicas para el
tráfico de bienes y debe tenerse en cuenta por los terceros a quienes este tráfico ocupa, como
por ejemplo el adquiriente de una cosa o el que presta dinero con garantía.
4 DÍEZ-PICAZO, Luis, Fundamentos del derecho civil patrimonial, 5* ed.,Thomson-Civitas, Ma-
drid, 2008, T. III (Relaciones jurídico-reales. El registro de propiedad. La posesión), p. 336. Explica DIEZ-PICAZO, Fundamentos del derecho civil patrimonial, cit., T. II, p. 337.
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vacío jurídico muy bien aprovechado por personas inescrupulosas, que Durante el siglo XIX se hizo evidente tales características; la doctrina y el
ante la difícil probanza de la mala fe, terminan privando del derecho de derecho comparado terminaron involucrados en un intenso debate sobre
propiedad a muchas personas. ella, sobre su configuración y su naturaleza, cuyos efectos se encuentran
presentes aún en la actualidad.
Es el caso de aquellos que como consecuencia de otras reglas fija-
das por el Derecho, como el de la adquisición de la propiedad inmobi- Dos grandes vertientes se abrieron al debate; una de ellas apareció
liaria por el simple consentimiento, quien aparece en el Registro Público en escena con la publicación, en 1803, de la obra Tratado de la posesión,
como titular de un derecho, por ejemplo, de propiedad, puede no serlo; escrito por Friedrich Carl von Savigny. Esta obra tuvo diversas edicio-
entonces la información del registro no resulta suficiente para identificar nes publicadas a lo largo del mencionado siglo; en ella el jurista alemán
la titularidad de los derechos; en tal supuesto, debe recurrirse a otras re- volcó su tesis sobre la posesión, al que se le ha conocido como la “teoría
ferencias jurídicas; como las que se aluden a la conducta de las personas, subjetiva de la posesión”, en razón del elemento subjetivo que permite la
es decir, la buena o mala fe en relación al conocimiento de la información diferenciación con la tenencia; se trata del animus cualificado que debe
registral; si conocía O estaba en condiciones de conocer que la informa- portar quien tiene el bien para ser considerado poseedor; este debe ser
ción que proporcionaba el Registro no era exacta; resultando, en tal caso, el resultado de considerarse así mismo como propietario —sin serlo-, es
necesaria no solo la verificación de los respectivos títulos, sino además la decir, sin reconocer en otro la propiedad; a este elemento se le denominó
verificación física del bien, quienes ejercen, en los hechos, los atributos de animus domini.
la propiedad; dicho en otras palabras, quienes ejercen la posesión. La otra vertiente fue sostenida por otro sabio alemán, Rudolf von
Por ello, en relación a la identificación de la titularidad de bienes en Ihering, quien en sus obras La voluntad en la posesión, con la crítica del
nuestro país, no es posible tener una certera sobre ello, sin hacer un enfo- método jurídico reinante, y Teoría de la posesión. Fundamento de la pro-
que tripartito: posesión, propiedad y registro. Es este el motivo del presente tección posesoria”, entre otras, expuso su franca discrepancia con la, en-
trabajo. tonces, teoría dominante, y sostuvo que para ser poseedor no se requiere
del animus que exige la tesis de Savigny. Consideró que el elemento cen-
Someteremos al análisis las citadas figuras a través de dos supuestos,
tral para calificar a una persona como poseedor es que tenga el bien en
que permitirán un enfoque transversal de ellas, así como la elaboración su poder —corpus—, entendido como el vínculo de la persona y el bien,
de propuestas compatibles con el Derecho y la Justicia. con independencia de considerarse a sí mismo como dueño, pero con la
intención y voluntad de mantener tal situación; consideró que además
TI. La posesión como solo se requiere de un animus tenendi, sin establecer sustancial diferencia
apariencia jurídica de un derecho real con la del tenedor, salvo que la ley la establezca; es decir, en esta idea,
quien tiene un bien en su poder es poseedor y será tenedor cuando la
La posesión constituye una institución del derecho civil, reconocida ley lo señale. A esta teoría se ha conocido como la “teoría objetiva de la
como una de las materias más difíciles de este derecho”, además de con- posesión”.
trovertida; sobre ella se hace referencia en el derecho romano, aparece en Dentro del ámbito de esta última tesis posesoria, se reconoce tam-
el Digesto de modo inconexo, con características y atributos dispares”. bién en la doctrina la teoría expuesta por Raymundo Saleilles*. Esta teo-

GALIANO, José, De las cosas. La posesión y las acciones posesorias, Jesús Menéndez e hijo, Bue- Nació en Beaune en 1855, y falleció en 1912. Raymond Saleilles fue de familia acomodada, de
nos Aires, 1923, p. 41. terratenientes y viticultores. Estudió Leyes en la Universidad de París, donde posteriormente
7 RUSSOMANNO, Mario C., La posesión en los principales códigos civiles contemporáneos, Abele- fue profesor. Guardando distancia sobre lo expuesto por Jhering, es identificado como una de
do-Perrot, Buenos Aires, 1967, p. 9. las variantes de la teoría objetiva que este impulsó. Comentarios hechos por el editor de su obra
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ría difiere de la de Savigny, en que no se requiere de un acto de aprehen- Colombia, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Uruguay, etc.; el primer Código
sión realizado o a punto de realizarse; a su vez toma distancia de la tesis Civil peruano -1852- siguió la misma suerte.
de Ihering, en razón de que para este el corpus es la manifestación de
un vínculo jurídico —exterioridad de la propiedad—, mientras que para 2. Influencia de la tesis posesoria de Ihering
Saleilles el corpus es la exteriorización de un vínculo de subordinación, El Código Civil alemán (BGB), vigente desde 1900, incorporó -con
disfrute y explotación económicos de la cosa. sus particularidades- en este tema, la teoría objetiva de la posesión; en el
Este jurista francés, que se declaró partidario de la teoría objetiva Perú, el segundo Código Civil (de 1936) así como el actual Código Civil
de Ihering, sin embargo, sostuvo que se aparta de dicha teoría en lo si- (de 1984), abandonaron la tesis del animus de Savigny y se afiliaron a
guiente: el acto en que consiste el animus no es el simple acto de tenencia la teoría objetiva de la posesión. En este continente, los códigos civiles
y disfrute de la cosa, es el acto de señorío, que debe ser tal que implique de Brasil y México D. E siguen, junto al nuestro, la tesis objetiva de la
que no hay renuncia a este señorío y, por consiguiente, existe un animus posesión'”. Una tendencia de reformas legislativas en nuestro continente
incluye -en materia posesoria— un progresivo abandono de la tesis sub-
y distinto
possidendi distinto de la voluntad de retener y gozar la cosa, jetiva de la posesión, reconociendo, por ejemplo, al poseedor como la
también del animus detinend?.
persona que ejerce un poder de hecho sobre una cosa, comportándose
Sin duda, la tesis sostenida por Saleilles es, de lejos, mucho más com- como titular de un derecho real, lo sea o no.''
pleta y técnica, de la que expuso Ihering, aun siendo ambas parte de la
“teoría objetiva de la posesión”; no se trata de colocar en equivalencia Y 3. Diferencias
la tenencia con la posesión, como refiere Ihering; se trata más bien de
una situación donde la persona tiene un vínculo de subordinación con el
bien y busca el goce del mismo; además de la explotación económica en
interés propio, y no en interés ajeno. Para identificar al poseedor, no se
requiere que el legislador intervenga; es suficiente que se determine que
el goce del bien se realice en interés propio; si es en interés ajeno, habrá
tenencia y no posesión.

1. Influencia de la tesis posesoria de Savigny


En materia posesoria, la mayoría de los códigos civiles promulgados
en el siglo XIX, se adhirieron a la teoría del animus de Savigny —el Code en
Francia, el italiano, el español, etc.- En nuestro continente, la presencia
de la tesis subjetiva de la posesión en los diversos códigos civiles promul- == Por otro lado, siendo que la tesis subjetiva se sustenta en el hecho de
gados en el siglo XIX, se hizo evidente; el Código Civil de Vélez Sarsfield que el poseedor —para ser tal- no debe reconocer en otro la propiedad,
en Argentina o el de Andrés Bello en Chile, son una clara demostración solo pueden ser poseedores el usurpador, el ladrón u otros que acceden
de ello; estos dos códigos civiles tuvieron gran influencia en nuestro con-
tinente, en especial el de Andrés Bello, como se puede apreciar de los de GALINDO GARFIAS, Ignacio, “Algunas consideraciones sobre la posesión en el Código Civil
peruano”, ponencia presentada en el Congreso Internacional celebrado en Lima, del 9 al 11 de
La posesión de bienes muebles. Estudios de derecho alemán y derecho francés, Librería General de agosto de 1985; publicado en el libro de ponencias El Código Civil peruano y el sistema jurídico
Victoriano Suarez, Madrid, 1927, p. 2. latinoamericano, Cultural Cuzco, Lima, 1986, p. 307.
2 RUSSOMANNO, La posesión en los principales códigos civiles contemporáneos, cit., p. 31. <http://www.nfoleg.gov.ar/wp-content/uploads/2013/11/8842012.pdf>.
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al bien con intención de dueño; en consecuencia no serán poseedores los nas razones señalan que tal defensa resulta necesaria como interdicción a
arrendatarios, los usufructuarios, los comodatarios, los usuarios, etc.; es la violencia, es decir, para impedir la arbitrariedad y violencia que da lu-
decir, todos aquellos que recibieron el bien del propietario con el deber de gar al uso de la autotutela en la recuperación de bienes que se encuentran
devolución; o, quienes en general reconocen en otro la propiedad, en poder de otro; otra razón que se alega es la de presunción de propiedad
atribuida al poseedor de bienes, de tal modo que al defender la posesión
Por el contrario, en la teoría objetiva, son poseedores: el arrendata- se estaría protegiendo la propiedad; otros sostienen que con la posesión
rio, el usufructuario, el comodatario, el usuario, etc.; y, lo serán también,
se cumple con el principio del destino universal de los bienes; etc.
el arrendador y todos aquellos que entregaron temporalmente el bien; los
primeros serán poseedores inmediatos y los segundos serán poseedores Con ello podemos afirmar, que en la solución de las controversias,
mediatos; serán también poseedores quienes ejercen señorío fáctico so- discusiones o conflictos, respecto de derechos o titularidades sobre bie-
bre el bien y lo aprovechan en interés propio, incluso aquellos que acce- nes corpóreos, en especial sobre predios o inmuebles, deberá tenerse en
dieron a él directamente, es decir, sin autorización del dueño; diremos en cuenta siempre, la posesión que se ejerce sobre ellos; dicho en otras pa-
general que se considerarán como tales a todos aquellos que, aun recono- labras, la posesión que se ejerce sobre bienes, es un elemento importante
ciendo en otro la propiedad, usan y disfrutan un bien en su beneficio, sea a tenerse en cuenta en el escenario de identificación de los derechos o
en virtud de un título o derecho que le hubieren conferido, o sin él; sea de titularidades sobre los mismos.
modo legítimo como ilegítimo; se incluye en este grupo al precario, y al
que posee ad usucapión, es decir, con animus domini
III. Los riesgos en la
Estando a las diferencias glosadas, debemos tener cuidado, pues dinámica de los derechos de propiedad
quien es poseedor en nuestro país, no lo será en el derecho civil italiano,
portugués, chileno o argentino, debido a que la tesis posesoria vigente en La propiedad sobre bienes, figura creada por el Derecho, permite al
dichos países, difiere de la que predomina en el nuestro. propietario la seguridad del goce de los mismos. La propiedad no impli-
ca, necesariamente, el goce de las cosas; lo que permite es el derecho a
4. Finalmente gozar de ellas, a tener el bien o a reclamar su entrega para poder ejercer
En nuestro país, como es evidente, la defensa posesoria regulada por los atributos que el ordenamiento jurídico le reconoce; la posesión, en
el Derecho Civil proyecta un espectro mayor de protección que la exis- cambio, sí permite ello: la posesión da lugar al goce, al uso o al disfrute. La
tente en otras realidades jurídicas; existen mucho mayor número de per- propiedad proporciona el derecho a la posesión y concede al propietario
sonas bajo el ámbito de tutela posesoria. Ello resulta positivo, atendiendo la seguridad jurídica para su ejercicio.
a la función social de la posesión. Con relación a la persona, la posesión es el fin, la propiedad es un
Conforme a lo indicado, la posesión en el Perú permite al poseedor medio que proporciona seguridad. Propiedad sin posesión es derecho
el goce de los bienes; el uso o el disfrute de ellos, permite su aprovecha- vacío, solo sirve para la especulación o el artificio económico; muchas ve-
miento económico; en el lenguaje católico, la posesión se encuadra den- ces se utiliza para el tráfico ilícito de bienes o para el engaño. A la inversa,
la posesión ejercida por quien no es propietario, se encuentra expuesto
tro de los alcances del principio conocido como el destino universal de
los bienes. a perderla por quien ostente mejor derecho a poseer, en especial por el
propietario; pero también, en determinadas condiciones, puede llevarlo,
Son muchas las razones que justifican la defensa posesoria, como de- en virtud de una posesión cualificada —animus domini- a la propiedad
recho subjetivo del poseedor; que permite el derecho al poseedor de no del bien.
ser despojado del bien, unilateralmente, por acto de particulares. Algu-
38 Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 39

1. Concepto y dinámica del derecho de propiedad gozar: usar, abusar y disfrutar; ii) disponer: enajenar, gravar, transformar,
destruir, y iii) reivindicar. Precisa el autor español que del concepto sobre
Ahora bien, la propiedad sobre bienes ha sido reconocida desde propiedad puesto en el Code, se ha suprimido la expresión “de la manera
siempre como el derecho real por excelencia; el prototipo de los derechos más absoluta”, pues se ejerce dentro de las limitaciones impuestas por la
reales. Se ha señalado que se trata de un “derecho absoluto”, en el sentido ley.
que puede ser opuesto a cualquier persona; ello para diferenciarlo de los
derechos obligacionales -derechos relativos— que se ejercen respecto de Puig Peña'” al igual que el citado jurista español, reconoce que du-
determinada persona o personas. Existe otro sentido que se le atribuye al rante el último tercio del siglo XIX, va consagrándose y tomando relieve
carácter absoluto del derecho de propiedad, que está referido a la facultad la doctrina de las limitaciones, que representa ya un evidente y magnífico
omnímoda que tiene el propietario de hacer o no hacer con sus bienes o esfuerzo para ir reduciendo, poco a poco, la propiedad a sus límites pro-
cosas aquello que creyera conveniente. Este sentido, que antiguamente pios”. Estas limitaciones tienen que ver con las que emanan de las rela-
era la regla general y tenía el significado que permitía al propietario el ciones de vecindad, del abuso del derecho, las establecidas por el poder
ejercicio de su derecho de “la manera más absoluta”, ha ido perdiendo te- público sobre la propiedad y los deberes impuestos sobre la propiedad
rreno para dar pase a un interés que trasciende al individuo y se proyecta por la misma disposición del propietario, referente sobre todo a las pro-
a la sociedad, y al bien común. hibiciones de disponer.
Las referencias históricas así lo señalan; por ejemplo en el derecho En relación a la dinámica de los derechos reales en el derecho espa-
romano se señalaba que el derecho de propiedad confiere a su titular la ñol, la propiedad y los demás derechos sobre bienes -con excepción de la
potestad plena sobre la cosa. En las Partidas españolas se señala que tal hipoteca— se adquieren y transmiten por consecuencia de ciertos contra-
derecho constituye el poder que el hombre tiene sobre una cosa, de hacer tos mediante la tradición. El modelo adoptado es el de título y modo; el
en ello o en ella lo que quisiera, según Dios y el fuero. título es el acuerdo traslativo o el contrato de transferencia, el modo es la
tradición; según esta doctrina la tradición es la entrega de la cosa trans-
Lo importante en la propiedad no solo es su concepto, es además el
mitida hecha por el transmitente al adquiriente; es decir, en el modelo es-
modo como se transmite, es decir, si existen reglas jurídicas claras que pañol no se adquieren derechos reales sobre una cosa hasta que haya sido
permitan la protección del derecho del adquiriente como del verdade- entregada; así lo establece el Código Civil, en el que se establece, además,
ro titular o propietario del bien. Concurren en este caso muchos siste- que se entiende entregada la cosa vendida cuando se ponga en poder y
mas, no obstante, tres de ellos con los más relevantes: el sistema español posesión del comprador.
de título y modo, el sistema consensualista francés y el modelo registral
alemán. El primer sistema está vinculado directamente a la posesión del Sin embargo, advierte Díez-Picazo'* que debemos tener cuidado,
bien que se transfiere; en los otros dos modelos la posesión se encuentra pues el mero traspaso posesorio es en sí mismo incoloro y equívoco y
ausente. Veamos. puede tener una pluralidad de significados -en custodia, en préstamo,
en garantía, etc. —; se desvanece el equívoco y dicho traspaso significará
2. El título y modo en el derecho español la transmisión de propiedad cuando exista una concorde voluntad de las
Encontramos en este sistema civil, con relación al concepto de pro- partes de transmitir y de adquirir el dominio o de constituir un derecho
piedad, un enfoque más cercano a nuestro derecho civil. Diez-Picazo” real.
precisa que la propiedad sobre cosas es la reunión de tres facultades: i)
13 PUIG PEÑA, Federico, Tratado de Derecho Civil español, 8* edición actualizada en legislación
y jurisprudencia, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1972, T. III [Derechos reales],
volumen 1 [Teoría general de los derechos reales], pp. 215-216.
12 DIEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio, Sistema de derecho civil, 5 ed., Tecnos, Madrid, 1995,
vol. III, p. 161. 14 DÍEZ-PICAZO, Fundamentos del derecho civil patrimonial, cit., T. III, p. 870.
Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 41
40 Defensa de la posesión

a la po- tradición para realizar la tradición. En el citado derecho el contrato es, no


Sin duda este modelo se encuentra estrechamente vinculado
posee dor y solamente fuente de obligaciones como en el derecho romano, sino tam-
sesión del bien que se transfiere; ello protege al propietario bién traslativo de propiedad; sin embargo, como lo señalan los mencio-
las partes o
evita la transmisión de bienes por el solo consentimiento de nados zutores, el paso del antiguo principio al nuevo no se hizo por una
la dinám ica no
por quienes no tienen la posesión de los mismos; si bien reforma legislativa, fue por una evolución extremadamente lenta, de tal
ón en la
es muy ágil, no obstante, con ello se evita el fraude y la especulaci suerte que no obstante que la tendencia estaba bastante adelantada en la
circulación de bienes.
época romana, no se llegó a sus resultados sino poco antes de la aparición
3. El consensualismo en el derecho francés del Código de Napoleón.
a
Para los juristas franceses Marcel Planiol y Jorge Ripert (en Franci En este modelo, como se indica, la propiedad se transmite por el sim-
de gozar y
contemporánea) se reconoce a la propiedad como el derecho ple consentimiento. Se encuentra ausente la entrega o el traspaso pose-
y Rau, sorio del bien materia de enajenación, así como la inscripción registral;
disponer de las cosas del modo más absoluto; por su parte, Aubry
del cual
refiriéndose a la propiedad señalan que es “el derecho en virtud si bien es obligación del enajenante la entrega del bien, tal hecho no es
la acción y
una cosa se halla sometida de modo perpetuo y exclusivo a requisito para transmitir la propiedad; sin embargo, existen algunas di-
estos au-
voluntad de una persona” (negritas nuestras). Del enfoque de ficultades; podría ser que el enajenante no esté en posesión del bien y
ican a la
tores se extraen las antiguas y clásicas características que identif resulte inviable la entrega por estar el bien en poder de un tercero, o que
propiedad: absolutividad, exclusividad y perpetuidad. el enajenante carecía de derecho para enajenar por no ser ya propietario.
Estaríamos frente a un propietario sin posesión; grave riesgo.
Autores contemporáneos reconocen que en la actualidad, ni el dere-
propietario,
cho de goce o disfrute, ni el derecho de disponer que tenga el 4. El modelo registral en Alemania
son realmente absolutos.
Martin Wolf, que tiene una obra conjunta con Enneccerus y Kipp, se-
Por otro lado, en relación al tráfico de bienes, la doctrina ha reco- ñala, desde el derecho civil alemán, que la propiedad es uno de los pilares en
ado de la
nocido que la transmisión consensual del dominio, es el result que se asienta el ordenamiento jurídico; sostiene que se trata del más exten-
rar
Escuela del Derecho natural; determinadas teorías pretenden encont so derecho de dominio que sobre una cosa permite el ordenamiento; es un
ación de
el origen del consensualismo francés en la progresiva espiritualiz derecho subjetivo especial que puede recaer sobre cosas singulares, integras
la práctica
la traditio. Diez-Picazo'* señala que al lado de la evolución de y especificamente determinadas, nunca sobre universalidades. Siguiendo la
escuela
jurídica, la teoría y las mentalidades filosóficas, sobre todo en la nueva tendencia que adopta la doctrina contemporánea, sostiene que el ti-
con ca-
del Derecho natural racionalista, al mismo tiempo que elevaban tular del derecho de propiedad puede proceder con la cosa a su arbitrio,
ción de
rácter general la función de la voluntad individual, hicieron aplica pero, dentro de los límites de la ley; además agrega que el propietario puede
medio
esta idea, sentando el dogma de que la voluntad de las partes por excluir a los demás, pero que tiene una obligación social.
de la pro-
del contrato es bastante para producir el efecto de transmisión
La propiedad tiene el carácter de una función y un servicio, sostiene
piedad.
Wolf”; y por consiguiente el propietario tiene no solo derechos, sino tam-
Refieren los juristas franceses Planiol y Ripert'* que el derecho fran-
ria la
cés ha abandonado el antiguo principio que imponía como necesa
que los espíritus filosóficos sacrificaron el principio antiguo que exigía la tradición y atribuye-
ron a la voluntad de las partes expresada en los contratos el poder suficiente para transmitir la
IL p. 865. propiedad.
15 DIEZ-PICAZO, Fundamentos del derecho civil patrimonial, cit., Y.
civil francés, traducido al espa- ENNECCERUS, Ludwig / KIPP, Theodor / WOLFF, Martin, Tratado de derecho civil, Bosch, Bar-
16 PLANIOL, Marcelo y RIPERT, Jorge, Tratado práctico de derecho celona, 1971, T. III [Derecho de cosas, por Martin WOLFF], vol. L, pp. 321-323.
1946, T. III [Los bienes], pp. 535-536. Señalan
ñol por don Mario Díaz Cruz, Cultural, Habana,
Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 43
42 Defensa de la posesión

En el primer caso —inmuebles-, el acuerdo de transmisión lleva aún


contenido de la propiedad
bién deberes con la sociedad; refiere que “el el antiguo nombre Auflassung (transmisión formal), la que se declara
público o en el de la eco-
puede ser configurado de tal suerte, en interés ante la oficina del registro, en cuyo distrito esté ubicada la finca, o ante
das determinadas for-
nomía en general, que al propietario le sean nega otra autoridad que sea competente para ello. Se trata de un negocio abs-
, se le exijan acciones
mas de uso, o sele impongan deberes de tolerancia tracto, pues la conclusión de un negocio causal válido no es requisito para
alemán que los bienes
positivas.” (negritas nuestras). Agrega este autor y medios la validez y eficacia del negocio de disposición. Señala Wolff que las de-
, tesoros naturales
económicos más importantes, a saber, suelo claraciones del enajenante y del adquiriente han de prestarse en presencia
otación individual y ser
de producción pueden así ser sustraídos a la expl simultánea de ambos, pues de lo contrario son nulas.
de un patrimonio, para
transferidos al Estado o a otro sujeto colectivo
ad". En relación al segundo supuesto -muebles—, Wolff señala que los de-
que sean aprovechados en interés de la colectivid
rechos romano y alemán prescriben para la trasmisión de propiedad de
n—- promulgado en
En la lógica señalada, el BGB -Código Civil alemá cosas muebles la entrega de la cosa con la voluntad de las partes dirigida
que laley o el derecho de
el año 1900, establece: “El propietario, en tanto a la transmisión. La “entrega” consiste en procurar la posesión inmediata
cosa según su voluntad y
terceros no se opongan, puede proceder con la al adquiriente y es, generalmente, una entrega del enajenante mismo, al
nuestras).
excluir a otros de toda intromisión” (negritas adquiriente mismo; salvo que el enajenante sea poseedor mediato, por
ermann'” señala “el
En la línea de los dos párrafos precedentes, West cuya orden el mediador posesorio entregue la cosa al adquiriente. Wes-
la comunidad". Sostiene
propietario es responsable de la cosa frente a termann” señala que tratándose de muebles el factor de voluntad es el
concepto unitario de la
además, este autor alemán que “El BGB parte del acuerdo —llamado acuerdo real- y la tradición o entrega como factor de
ebles. Esto lo muestran
propiedad que abarca a las cosas muebles e inmu ejecución; el factor de ejecución, es decir, la transmisión de la posesión
o de vinculación con e
los arts. 903 y ss., y 985 y ss. Sin embargo, el grad inmediata, debe facilitar la fijación del momento en que se produce la
de la propiedad inmue-
interés público es claramente mayor en el caso transmisión de la propiedad.
ta alemán resulta serper
ble” (negritas nuestras). Esta precisión del juris El acuerdo contiene, según Westermann””, simplemente la declara-
lo entre la propieda
tinente para los fines de este trabajo, es decir, el víncu ción del transmitente de querer transmitir la propiedad al adquiriente,
inmobiliaria y el interés público. y la declaración del adquiriente de querer adquirir la propiedad; dada la
propiedad, el mode-
Por otro lado, en materia de transmisión de naturaleza abstracta de la disposición, no pertenece al acuerdo el consen-
abstracto traslativo. La
lo alemán ha adoptado la doctrina del acuerdo so sobre el fundamento jurídico de la transmisión. El acuerdo traslativo
la transmisión de una
adquisición de la propiedad se produce mediante es abstracto, así lo reconoce la doctrina; la causa jurídica es indiferente
en virtud de un neo
propiedad anteriormente existente que se realiza -indica- tanto por lo que se refiere a la validez jurídica como a la posible
tro si se trata de bie-
jurídico, que va seguida de la inscripción en el regis contraprestación del adquiriente. Con el objeto de establecer diferencias,
de la posesión de la cosa si
nes inmuebles'* o de la entrega o transferencia el citado jurista alemán” señala que desde el punto de vista del derecho
se trata de bienes muebles” sustantivo, el acuerdo es válido sin necesidad de forma solemne, de ahí
que pueda efectuarse por actos concluyentes; solo es formal el acuerdo
: abstracto de transmisión (Auflassung).
Peter / GURSKY, Karl-Heinz / EICKMANN,
18 WESTERMANN, Harry/ WESTERMANN, Harm
Prius Fide Notario, Fundación Cultural del Notario,
Dieter, Derechos reales, 7* ed., Europa Nihil
Madrid, 2007, vol. Í, pp. 302 y 305.
civil, cit., T. II [Derecho de cosas, por Mar- WESTERMANN / WESTERMANN / GURSKY / EICKMANN, Derechos reales, cit., p. 481.
19 ENNECCERUS / KIPP / WOLEF, Tratado de derecho
tin WOLEF], vol. L p. 391. WESTERMANN / WESTERMANN / GURSKY / EICKMANN, Derechos reales, cit., p. 485.
civil, cit., T. TIL [Derecho de cosas, por Mar-
20. ENNECCERUS / KIPP / WOLFE, Tratado de derecho WESTERMANN / WESTERMANN / GURSKY / EICKMANN, Derechos reales, cit., p. 975.
tin WOLFE], vol. L, pp. 425-426.
44 Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 45

En materia inmobiliaria, la transmisión de la propiedad opera o sur- en lugar de la de poseer. Creo que, técnicamente, el cambio es correcto,
te efecto independientemente de quien esté en posesión del bien. Este he- pues se posee un bien cuando se usa y también cuando se disfruta.
cho es indiferente; no interesa quién tiene el bien. No obstante, ello no es Como se ha indicado anteriormente, la tendencia contemporánea en
problema, pues siendo el registro constitutivo del derecho de propiedad, el derecho comparado ha marcado nuevas pautas en este tema. El dere-
quien esté en posesión del bien deberá entregarlo al propietario registral. cho del siglo XX, en materia referida al ejercicio del derecho de propie-
No obstante la posesión está presente en la transmisión mobiliaria, dad, se ha ido apartando progresivamente del viejo carácter meramente
donde subsiste, al igual que en el derecho español -y en el derecho ro- “individualista” de este derecho, para agregar un ingrediente limitativo al
mano antiguo- el acuerdo o contrato, y la entrega del bien o el traspaso ejercicio de ese derecho, en atención a su rol en la sociedad y la vida en
posesorio. común entre las personas. Este cambio viene desde el siglo XIX; se apre-
cia en el Code de Napoleón y, con mayor incidencia, en el BGB alemán.
5. Enel derecho civil peruano actual
isión y usucapión como modo
En nuestro país, el propietario tiene el derecho subjetivo de gozar del
bien, vale decir, de usar, abusar y disfrutar del mismo; de recibir sus bene- Nuestro derecho civil, en materia de transmisión de propiedad es re-
ficios económicos. El ordenamiento jurídico le confiere a su vez faculta- ceptor de dos de los modelos antes citados; en materia inmobiliaria se ha
des o poderes de disposición y reivindicación, pudiendo por ello excluir afiliado a la doctrina consensualista del derecho francés; así lo establece
a extraños que impidan o entorpezcan el ejercicio de los atributos confe- el art. 949 CC: “La sola obligación de enajenar un inmueble determinado
ridos por la ley. La propiedad regulada en el actual Código Civil recoge hace al acreedor propietario de él, salvo disposición legal o pacto en contra-
la misma idea y concepto de la norma anterior, y no la modifica sustan- rio”; se diferencia del sistema del título y modo español, pues no interesa
cialmente, sin embargo, se puede apreciar una sintonía con la tendencia quien está en posesión del bien; asimismo, se aleja del modelo alemán,
contemporánea internacional —en el derecho comparado- y que hemos en la medida que para los fines de la transmisión de la propiedad no s
referido en los párrafos precedentes, sobre la idea respecto del ejercicio requiere de su inscripción en el registro público.
del derecho de propiedad. La actual norma —artículo 923 CC- señala que Como es natural, lo expuesto entraña un grave riesgo, pues si bien la
la propiedad: “Debe ejercerse en armonía con el interés social”; disposi-
,

dinámica resulta ágil, es posible que quien transfiera el bien a una perso-
ción que no aparecía en la norma civil anterior -Código Civil de 1936-, na ya no sea el propietario por haberlo enajenado anteriormente a otro;
que circunscribía que dicho ejercicio debía efectuarse “dentro de los lími- los costos de transacción se elevan. En estos casos, normalmente quien
tes de la Ley”. La propiedad, en otras palabras, no solo tiene que ver con compra un inmueble en tales condiciones se cuida mucho de verificar
la ley -positivismo-, sino también con el interés social o el bien común, quien está en posesión del mismo y de exigir al enajenante la prueba de
La Constitución Política del Estado —artículo 70"- ha señalado que su derecho para transmitir la propiedad eficazmente; salvo que el antece-
el derecho de propiedad es inviolable y que se ejerce “en armonía con dente dominial aparezca en el registro, el que cumple un rol informativo,
el bien común y dentro de los límites de la ley” (negritas nuestras). Ello mas no constitutivo del derecho; o que sin interesar al adquiriente la po-
corrobora la citada tendencia. sesión del bien, lo adquiera como “derecho” para fines de simple especu-
lación económica o como un medio para burlar el derecho de propiedad
Se aprecia un cambio de forma en relación al concepto del derecho de quien no lo tiene inscrito.
de propiedad en el actual Código Civil, respecto del regulado en la norma
anterior. En la norma actual se ha señalado que “la propiedad es el poder En materia mobiliaria la transmisión regulada en nuestro país se ha
jurídico que permite usar”; la norma anterior señalaba que “el propietario adherido al modelo del título y modo del derecho español, y de la regla de
de un bien tiene derecho a poseerlo”; se ha reemplazado la expresión usar, transmisión mobiliaria del derecho civil alemán. En nuestro derecho civil
Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 47
46 Defensa de la posesión

a se efectúa con IV. Registro Público Inmobiliario


la transmisión de propiedad de cosa mueble determinad
nte; así lo señala
la tradición a su acreedor; salvo disposición legal difere Una de las características relevantes de los derechos sobre cosas es
ga posesoria del
el artículo 947 del CC. En este caso lo relevante es la entre la publicidad; siendo que tales derechos tienen la virtud de ser oponibles
exista contrato
bien; si no hay entrega, no hay transferencia, aun cuando erga omnes, resulta lógico el necesario conocimiento de ellos por todos o
o acuerdo de transferencia de propiedad. por la mayor cantidad posible de personas. En términos profanos, publi-
—sea de cidad se entiende como lo contrario a clandestinidad, a lo secreto u ocul-
En ninguno de los supuestos de transmisión de propiedad
que el derec ho del to; la difusión por cualquier medio —escrito, oral o visual- de un hecho a
muebles o de inmuebles— se exige como requisito
iente, para efecto que sea conocido por todos, nos da la idea de publicidad.
transferente esté en el registro, ni que la propiedad del adquir
ser reconocida como tal, se inscriba en el registro. No obstante, lo que nos interesa ahora, para los fines de este trabajo,
se adquirió esla publicidad en el sentido jurídico. Antonio Manzano” señala que esta
Sin embargo, tratándose de inmuebles, si la propiedad
se encuen- publicidad constituye la exteriorización de una situación jurídica para
a título oneroso y se inscribe en el registro público, el titular
ntra inscrito, no producir cognoscibilidad general o posibilidad de conocer; el concepto
tra protegido frente a terceros Cuyo derecho no se encue
ó bajo las re- más estricto y técnico de publicidad en el campo del Derecho, agrega,
obstante, su derecho sobrevivirá si la adquisición se efectu
entre la transmisión supone un sistema de divulgación encaminado a hacer cognocibles a to-
glas de la buena fe pública registral. La coexistencia
numeral 2014 dos determinadas situaciones jurídicas para la tutela de los derechos y la
consensual y mencionada regla del registro —prevista en el
ta, cuyos titulares seguridad del tráfico.
del CC-, coloca en grave riego la propiedad no inscri
mismo bien de
pueden ver burlado su derecho por quienes adquieran el Con notable precisión el citado jurista español establece: Cuando
itir el derecho en
quien en el registro aparece con facultad para transm ese sistema de divulgación se instrumenta a través de un órgano especia-
forma eficaz. lizado, creado y organizado por el Estado para tal fin, estamos frente a la
del bien publicidad jurídica registral. El órgano que la hace posible es el registro
Aparentemente resulta irrelevante en este caso la posesión
re es asi; como ve- inmobiliario, cuando del dominio y demás derechos reales sobre inmue-
objeto de la transferencia; sin embargo, ello no siemp
en este es- bles se trate y, tratándose de otros derechos y situaciones protegidas, lo
remos más adelante, la posesión cumple un rol importante
ser el dato o son los demás tipos de Registros jurídicos.”
cenario; pues una simple verificación de tal hecho puede
información pública sobre la inexactitud del registro. En la antigúedad, la ausencia de un registro en la que se deje constan-
es la usuca- cia de la transmisión o tráfico de los derechos reales, hacía incierto el de-
Otra forma de adquirir la propiedad fuera del registro
adquisitiva de recho que se adquiría; pues si bien el acto de adquisición del derecho del
pión o lo que nuestra norma civil denomina “prescripción
en virtud de la transferente pudo ser de conocimiento —por haber sido un acto solemne
propiedad”. En este caso, la propiedad del bien se adquiere
prevista en la ley y público— del adquirente, no obstante, nada aseguraba que en el ínterin
posesión ejercida sobre dicho bien, en el plazo y forma
en virtud de una senten- tal derecho hubiere sido transmitido a otro.
(art. 950 CC); no obstante, se accede al registro
la verificación
cia declarativa dictada en un proceso que tuvo por objeto
civil citada. En
del cumplimiento de los requisitos que exige la norma
tutivo del
este caso el registro es declarativo o informativo, no es consti 24 MANZANO SOLANO, Antonio y MANZANO FERNÁNDEZ, M*. del Mar, Instituciones del De-
derecho de propiedad. recho registral inmobiliario, Centro de Estudios / Colegio de Registradores de la Propiedad y
Mercantiles de España / Fundación Registral, Madrid, 2008, p. 45.
25
MANZANO SOLANO / MANZANO FERNÁNDEZ, Instituciones del Derecho registral inmobilia-
rio, cit., p. 46.
Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 49
48

En la legislación antigua —Grecia, Egipto, Roma- se han encontrado precisa el citado jurista español”, que el efecto del registro no es tanto
referencias a registros oficiales. Los antecedentes del Registro Oficial in- para la oponibilidad o inoponibilidad en relación con los terceros, como
mobiliario de los pueblos alemanes se remontan al siglo XII. En ese siglo, el carácter constitutivo que otorga la inscripción fundada o relacionada
con el acuerdo abstracto traslativo.
la autoridad municipal de algunas ciudades alemanas recoge en libros
oficiales las transmisiones y gravámenes inmobiliarios; posteriormente, Como bien lo señala Albaladejo”, la tan necesaria publicidad de los
es en el siglo XVII que en Prusia se inicia un movimiento de recupera- derechos reales se logra a través de la inscripción de los mismos en Regis-
ción del derecho nacional, y el sistema tradicional de publicidad registral tros Públicos, a los que puedan tener acceso las personas interesadas en
se perfecciona por las leyes promulgadas en los siglos XVII y XIX, en conocer su existencia y permanencia; deja constancia este jurista español
territorios que ahora forman parte de Alemania y Austria y diversos can- que el Registro más importante, es el llamado Registro de la propiedad.
tones suizos; por otro lado, la creación de los Registros inmobiliarios en
determinados países latinos, aparece recién en el siglo XIX, primero en
Francia y Bélgica y, poco después, en España e Italia. En estos países no V. La posesión y el Registro de la Propiedad
se perfecciona un sistema anterior, como los centroeuropeos, sino que se Como se ha indicado líneas arriba, la posesión puede ser la expresión
forma uno nuevo.” del ejercicio de un derecho real -como la propiedad, usufructo, etc.- O
El Registro público francés, según indica Díez-Picazo”, es de actos y puede ser la expresión de una voluntad propia de quien tiene el bien, sin
no de derechos; señala que la constancia registral no es de asientos, son que exista otro derecho real subyacente, salvo la posesión misma, ejercida
los propios documentos originales presentados y coleccionados a modo en interés propio y con fines de aprovechamiento económico —posesión
de protocolos notariales, que constituyen los libros del Registro. La ins- per se—. Existe otro tipo de posesión, se trata de una posesión cualificada
cripción no es nunca constitutiva ni produce efectos de legitimación o de apta para adquirir otro derecho —de propiedad o de servidumbre- como
fe pública; la inscripción es únicamente necesaria para la oponibilidad a es el caso de la usucapión. Tal distinción resulta relevante, como veremos,
terceros del derecho inscrito. Se entiende por tercero al adquiriente de un para los fines de relacionar la posesión con el Registro de la Propiedad.
derecho real inmobiliario inscribible; el tercero queda protegido frente a La posesión per se, que se ejerce aun sin que exista derecho alguno
otros actos del causante y frente a títulos que no se inscriban o que lle- que la justifique, permite al poseedor hacer valer el derecho subjetivo que
guen después al registro. le confiere el ordenamiento jurídico, esto es, la defensa del statu quo po-
Nuestro sistema registral ha adoptado del modelo francés en el sen- sesorio, que supone el derecho a no ser privado de la posesión de modo
tido que la inscripción no es constitutiva del derecho, así como respecto unilateral por cualquier particular. En este caso solo puede ser privado de
de la función que se asigna a la inscripción del derecho en el registro, la posesión por mandato judicial, luego de un proceso que tenga ese ob-
es decir, el de hacer oponible el derecho inscrito frente a terceros; como jeto o finalidad; en tanto ello no suceda defenderá la posesión mediante
veremos más adelante. la autotutela posesoria y los interdictos.
A diferencia del sistema registral francés, en el modelo registral ale- La defensa posesoria, en el supuesto descrito, es un derecho que se
mán se adopta el sistema del folio real con historia completa, con pleno ejerce en los hechos, frente a un evento fáctico contra la posesión, no re-
tracto sucesivo, tanto en el sentido material como en el sentido formal;

26 MONSERRAT, Antonio, Derecho inmobiliario registral, Civitas, Madrid, 2000, pp. 24 y 25. Las
28 DIEZ-PICAZO, Fundamentos del derecho civil patrimonial, cit., T. III, p. 349.
referencias históricas que se describen, han sido tomadas por el autor de las obras de Roca
29
Sastre -Derecho Hipotecario -y de La Cruz —Derecho inmobiliario—. ALBALADEJO, Manuel, Derecho Civil, 8* edición, José María Bosch, Barcelona, 1994, T. IN [De-
recho de bienes], vol. II [Derechos reales en cosa ajena y Registro de Propiedad], pp. 405-406.
27 DÍEZ-PICAZO, Fundamentos del derecho civil patrimonial, cit., T.IIL p. 347.
50 Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 51

quiere de más publicidad que la posesión misma. No necesita del registro Chico y Ortiz* reconoce que existen dos grandes problemas que
para hacer valer tal derecho. plantea la posesión, en sus relaciones con el Registro de la Propiedad;
Creo que a este tipo de posesión es la que aplica el comentario que uno de ellos se refiere a la configuración jurídica de la posesión como un
refiere Chico y Ortiz*, cuando citando a Núñez Lagos, señala que las re- hecho o como un derecho, dependiendo la solución que se le dé al pro-
laciones entre posesión y registro, al tratarse de dos figuras antípodas, blema el acceso o no de la misma al registro; el otro está referido a la legi-
antagónicas, una perteneciente al mundo jurídico de los derechos; y la timación basada en la apariencia que la misma lleva consigo al tratarse de
otra, al de la realidad avasalladora de los hechos, generan un constante una realidad posesoria, que se hace patente y se exterioriza de un hecho.
rechinar de sus piezas al ponerse en contacto. En el derecho registral español, la legislación en materia registral
Cosa distinta sucede cuando se está frente a la posesión como apa- desde la segunda mitad del siglo XIX —Ley Hipotecaria de 1861- incor-
riencia jurídica de un derecho real, en este caso la posesión permite al poró al registro la inscripción de la posesión como medida de derecho
poseedor el ejercicio de un doble derecho, el que le corresponde al posee- transitorio; las regulaciones legislativas en esta materia se modificaron a
dor per se —es decir, la defensa posesoria judicial y extrajudicial-, y el que raíz de la expedición de la Ley de diciembre de 1944. Refiere Díez-Pica-
emerge del derecho que da sustento a la posesión misma, que puede ser zo” que, en este caso, el legislador trata de resolver el problema a través
de propiedad, de usufructo, de uso u de otro derecho real; puede ser in- de la distinción entre el ius possidendi y el ius possessionis. El derecho a
cluso expresión del ejercicio de un derecho real plasmado en un contrato, poseer, sostiene el citado jurista, es un derecho real que el Registro debe
como el arrendamiento o comodato, entre otros. reflejar y proteger; en cambio el mero hecho de la posesión, aunque al-
cance trascendencia jurídica relevante, no alcanza la categoría de derecho
Por otro lado, en nuestro país, en determinadas condiciones, cuan- real; por ello, insiste, se protege el ¡us possidendi del titular registral.
do se trata de ocupaciones por pobladores sobre terrenos de propiedad
municipal o estatal, las autoridades extiendes certificados de posesión a Teniendo en cuenta el carácter constitutivo del derecho de propie-
dichos pobladores, en tanto se tramita el saneamiento físico-legal de di- dad y demás derechos reales en el registro, las dificultades descritas —re-
chos predios; tales certificaciones, que son la antesala de la propiedad que lación entre posesión y registro- no se advierten en el derecho registral
en su momento les conferirá la entidad pública respectiva, merecen ser alemán; en él, las situaciones de hecho se anotan en el catastro y las de
inscritas en el registro. derecho en el registro. Registro y catastro corren juntos en este sistema
registral. En relación al registro, Westermann** señala que los derechos
La posesión descrita en los dos párrafos precedentes merece la pro- reales sobre inmuebles los hace públicos el Registro inmobiliario, no así
tección del registro, cuando el derecho que le da sustento no está inscrito el catastro; registro y catastro se complementan entre sí, mientras que
en el registro; y a este supuesto aplica, en mi opinión, la idea que expone el registro hace públicas las relaciones de derecho, el otro hace públicas
Chico y Ortiz*, cuando expresa que posesión al igual que el registro na- las relaciones de hecho. El registro inmobiliario es un registro estatal que
cen con una finalidad común: la legitimación del derecho de propiedad, muestra la propiedad y los derechos reales sobre inmuebles.
a través de la publicidad que llevan consigo.
En términos generales, se puede afirmar que, en opinión de muchos
autores, las relaciones entre posesión y registro no son buenas, que si bien
30 CHICO Y ORTIZ, José María, Estudios sobre derecho hipotecario, 4* edición actualizada, Marcial se le reconoce a la posesión cierta identidad con el registro, en la medida
Pons, Madrid, 2000, T. IL, p. 887.
31
CHICO Y ORTIZ, Estudios sobre derecho hipotecario, cit., pp. 887-888. En este caso el autor pone
en una misma descripción la posesión en general, creo que, en el caso de la posesión, según la
naturaleza que atribuye nuestro ordenamiento jurídico —teoría objetiva de la posesión—, debe 32 CHICO Y ORTIZ, Estudios sobre derecho hipotecario, cit., pp. 885-886.
33
abordarse distinguiendo entre la posesión que se ejerce con derecho —o en virtud de un título-, DÍEZ-PICAZO, Fundamentos del derecho civil patrimonial, cit., T. IL p. 393.
de la que se ejerce sin derecho —o que se ejerce sin título alguno-. WESTERMANN / WESTERMANN / GURSKY / EICKMANN, Derechos reales, cit., p. 926.
Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 53
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que ambos son medios de publicidad de derechos reales, sin embargo, decir, que la propiedad se adquiere en virtud del simple consentimiento
entre las partes; la concurrencia de las voluntades entre la del transferente
al calificar la posesión como un hecho y no como un derecho —postura
propia de los sistemas jurídicos afiliados a la tesis savigniana de la pose- y la del adquirente permiten a este adquirir la propiedad, sin que sea ne-
sión, presente en la mayoría de países, entre ellos España, Francia, Italia, cesario el traspaso posesorio del bien, ni que el derecho —del transferente
Argentina, etc.- se concluye que el registro excluye ala posesión, en la ni del adquirente— se encuentre inscrito en el registro público, ello aten-
medida que el registro tiene por finalidad mostrar relaciones de derecho diendo que el derecho de propiedad no se constituye con la inscripción
en el registro*,
y no situaciones de hecho.
Tal percepción no resulta del todo cierta, ni aplicable integramente a Frente a la citada regulación, encontramos, por lo menos tres dis-
nuestro ordenamiento jurídico, teniendo en cuenta que el sistema pose- posiciones ubicadas en el libro IX del CC que coloca al propietario no
sorio vigente en nuestro país —a diferencia del de muchos autores-, reco- registral en una situación de riesgo inminente, frente a una conducta
noce a la posesión como un derecho subjetivo que le permite la defensa dolosa de quien aún permanece como propietario en el registro o de
posesoria. No obstante, es preciso distinguir, como se ha indicado, entre quien, luego de un ardid o artimaña legal, adquiere irregularmente un
la posesión que se ejerce sin derecho alguno, de aquella que expresa la derecho en el registro y despoja el derecho del verdadero propietario. En
apariencia de un derecho real. La primera se protege en los hechos, frente este último caso, el despojo incluso alcanza al propietario registral; tales
al ataque contra la posesión; la segunda requiere de una publicidad más normas son las contenidas en los numerales 2012”, 2014* y 2022” del
refinada y perfecta, como la que emana del registro. CC. Dichas normas son las que concurrentemente invocan los autores
de dichos despojos inmobiliarios; la primera de ellas constituye la piedra
angular del sistema registral, y establece una presunción ¡ure et ¡ur en la
VI. Rol de la posesión frente a publicidad registral, es decir, que toda persona conoce sin admitir prue-
la propiedad y el registro. Problemática ba en contrario, del contenido de las inscripciones; la segunda establece
en la transmisión inmobiliaria
36 EnlaCas. N*1974-2000-Cusco, publicada en El Peruano el 1 de marzo de 2000, la Corte Supre-
En la Sección Quinta del Libro Cuarto -De los Derechos Reales- del ma señala: “En el caso de la transferencia de inmuebles, la inscripción en los Registros Públicos
Código Civil de 1936, se reguló lo referido a los Registros Públicos; como no es constitutiva de derechos”.
se conoce, en la actualidad, el Código Civil vigente de 1984 ha incorpora- Asimismo, en la Cas. N* 1930-2001-La Libertad, publicada en El Peruano el 2 de febrero de
do dicha materia como un libro independiente del Libro de los Derechos 2002, la Corte Suprema señala: “De acuerdo a su naturaleza jurídica las inscripciones registrales
pueden ser declarativas o constitutivas, siendo las primeras aquellas que sirven para reconocer
Reales. un estado jurídico constituido previamente, y las segundas son aquellas con las que se consti-
Pese a dicho cambio, se mantienen aún regulaciones en ambos libros tuye o nace el derecho”. Tomado de Código Civil, edición actualizada, Jurista, marzo, 2012, pp.
239 y 427, respectivamente.
del Código Civil que no resultan compatibles para una mejor protección 7 Artículo 2012.- Principio de publicidad. Se presume, sin admitirse prueba en contrario, que
de los derechos de propiedad de las personas, en especial cuando se ad- toda persona tiene conocimiento del contenido de las inscripciones.
quieren tales derechos por transmisión o por usucapión; así por ejem- 38 — Artículo 2014 CC.- Principio de buena fe registral. El tercero que de buena fe adquiere a título
plo, como hemos indicado, el libro V del CC regula los citados modos de oneroso algún derecho de persona que en el registro aparece con facultades para otorgarlo,

adquirir la propiedad. En relación a la transmisión inmobiliaria, nuestra


mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después se anule, rescinda o re-
suelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en los registros públicos. La buena
norma civil -artículo 949*- sigue el modelo consensualista francés, es fe del tercero se presume mientras no se pruebe que conocía la inexactitud del registro.
9 — Artículo 2022 CC.- Oponibilidad de derechos sobre inmuebles inscritos. Para oponer derechos
un reales sobre inmuebles a quienes también tienen derechos reales sobre los mismos, es preciso
35 — Artículo 949.- Transferencia de propiedad de bien inmueble. La sola obligación de enajenar
o hace al acreedor propietario de él, salvo disposición legal diferente O que el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de aquél a quien se opone. Si se
inmueble determinad
pacto en contrario.
trata de derechos de diferente naturaleza se aplican las disposiciones del derecho común.
54, Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 55

el principio de fe pública registral, en virtud de la cual se fija la regla de tercero que prevé el numeral 2014 del CC. Algunos sostienen
que el tercero que de buena fe adquiere a título oneroso un derecho de que Á no perdería su derecho; no comparto tal postura, creo que
quien en el registro aparece con facultades para transferirlo eficazmen- si A demanda la nulidad del contrato de compraventa celebrada
te, el registro lo protege una vez que inscriba su derecho, aun cuando el entre B y C, solo podrá vencer si prueba que C desconocía de la
derecho del transferente pierda eficacia jurídica, en virtud de causas que inexactitud de la información del registro.
no constan en los registros; la tercera norma indica que encontrándose iii) Una persona A es propietaria registral de un inmueble; otra
dos derechos reales sobre inmuebles en oposición, prevalece el que se persona B suplanta a A y vende con títulos falsos -con poder
inscribió primero. falso o con DNI falso- el mismo bien a C, apareciendo en tales
Pese a lo expuesto en el párrafo precedente, en el sentido que el de- documentos como si fuera A quien vende a C. Este inscribe su
recho de propiedad inmobiliaria no es constitutivo en el Registro; sin derecho y luego vende a D; inscrito el derecho de este último, el
embargo, las reglas del Registro Público confieren a la información re- registro lo protege frente al derecho que pudiera invocar A (art.
gistral una fuerza jurídica vinculante respecto de tal derecho, que, en de- 2014 CC); A podrá vencer a D si acredita que este conocía de
terminadas condiciones, se protegerá al titular del derecho inscrito, en la inexactitud del registro. En este tercer supuesto, es evidente
perjuicio del derecho de propiedad anteriormente adquirido, pero que que Cno está bajo la protección del registro; en mi opinión si se
no aparece en el registro, el que se pierde. Todo ello, a condición de que condujo de buena fe, habría sido objeto de una estafa.
el adquirente del derecho se conduzca bajo las reglas de la buena fé, iv) Una persona A es propietaria registral de un inmueble; otra
Precisamente, en todo esto, ¿tiene algún rol la posesión del bien por su persona B elabora una minuta de compraventa, donde él aparece
verdadero titular? Veamos. como comprador y A como vendedor, suplanta la firma de A, e
Los escenarios son diversos; expondremos algunos de ellos: introduce en el contrato una cláusula arbitral; luego B inicia el
respectivo proceso arbitral -generalmente con arbitro único ad
1) Una persona A adquirió la propiedad de un inmueble de otra
hoc, con el objeto de que el árbitro ordene a A le otorgue la
persona B, que en el registro aparecía como propietario; A, por
escritura pública y luego se ordene la inscripción de su derecho
alguna razón, no inscribe su derecho; acto seguido, B constituye
de propiedad en el registro; en dicho proceso, A es notificado
hipoteca a favor de C en garantía de un crédito; B incumple los en un domicilio que no le pertenece; inscrito el derecho de B en
pagos y C ejecuta la hipoteca; A se entera que el inmueble de virtud solo del laudo debidamente protocolizado, este vende el
su propiedad se está ejecutando en virtud de una deuda ajena; bien a C, quien de inmediato inscribe su derecho; luego C vende
en este caso, el derecho real de hipoteca de C prevalecerá sobre a D y este último también lo inscribe. Comúnmente sucede en
el de propiedad de A, quien no tendrá mecanismo idóneo para estos casos que el expediente arbitral desaparece, quedando en
detener la subasta; salvo que se pruebe la mala fe de C (art. 949 el registro solo el laudo arbitral y algunas piezas del proceso
vs. art. 2022 del CC).
arbitral, en el que no se incluye la minuta que dio origen a dicho
ji) Una persona A adquirió la propiedad de un inmueble de otra proceso. A, que posee el bien inmueble, se entera después de
persona B, que en el registro aparecía como propietario; A, algún tiempo, que el bien de su propiedad ya no le pertenece
por alguna razón, no inscribe su derecho; sin embargo B, que en el registro, y que en él existe otra persona como propietaria
aún permanece en el registro como propietario, transfiere registral (arts. 2012 y 2014 del CC). En este caso, ¿con qué
nuevamente el mismo bien a C y este inscribe su derecho. El medios legales cuenta A para proteger o recuperar su derecho
registro protege a C frente a A, quien pierde su derecho. En este de propiedad?
ejemplo se discute si realmente C tiene o no la condición de
Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 57
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- Si B mantiene su derecho registral y no transfiere el bien, Una segunda opción, creo la más coherente con los tiempos mo-
¿qué vía procesal le permitiría a A dejar sin efecto el derecho dernos de ágil y seguro tráfico inmobiliario, es la de agregar al contra-
de propiedad de B que aparece en el registro* to consenso entre las partes— la inscripción registral, a efecto de que la
transmisión inmobiliaria sea constitutiva en el registro; sin embargo, ello
- Enelcaso indicado, C y D se encontrarían bajo la protección supondría la incorporación del folio real y el catastro en un solo registro
del registro, salvo que se acredite que estos conocian o estaban inmobiliario; no obstante, tal opción no resulta viable en nuestro país,
en condiciones de conocer la inexactitud del registro. por ahora. Diferentes propuestas legislativas llevadas al Congreso de la
v) A es propietario registral de un inmueble; B posee el mismo República en los últimos años han ido en este sentido, pero no han tenido
inmueble por más de 10 años cumpliendo cada una de las éxito ni acogida, y parece que no lo la tendrán en los próximos años.
exigencias impuestas en el artículo 950 del CC, habiendo por ello Mientras tanto debemos enfrentar este fenómeno que viene causan-
adquirido la propiedad del citado bien por prescripción; luego B do mucho daño a las personas, quienes ven perder su patrimonio frente
vence a A en el respectivo proceso de usucapión; sin embargo a inescrupulosos personajes de modo impune, adoptando medidas que
A había vendido el bien a C quien inscribió su derecho, y luego incluyen la constatación posesoria del material de transferencia, a efecto
este a D. Este último también inscribió su derecho; la sentencia de la evaluación de la buena fe registral del adquiriente; así como de pro-
que declara la usucapión no menciona a Cni a D; el juez decide puestas legislativas que permitan llevar al registro la información poseso-
no inscribir la sentencia; D toma conocimiento de la sentencia e ria que se ejerce sobre inmuebles. Veamos.
inicia un proceso de declaración de mejor derecho de propiedad
y reivindicación, alegando estar protegido por el artículo 2014
del CC, invoca que adquirió su derecho en base a la fe pública VII. La posesión del bien, como
registral, y señala que no había en el registro información alguna medio de publicidad, puede desvirtuar
que limite las facultades de disposición de A; B invoca en su la “buena fe” del adquiriente
defensa la norma prevista en el artículo 927 del CC —del libro de
derechos reales—. ¿Qué derecho prevalece? El denominador común en los conflictos descritos líneas arriba, vin-
culados al derecho de propiedad sobre inmuebles, es que el verdadero
La coexistencia de dos regulaciones o modelos en materia de trans- propietario, es decir, quien está siendo despojado de su derecho, se en-
misión y adquisición de propiedad inmobiliaria, una en el libro de de- cuentra en posesión del bien materia de controversia.
rechos reales y la otra en el libro de Registros Públicos, hace a nuestro
ordenamiento jurídico vulnerable frente a situaciones como las que se El proceder normal y común de una persona que adquiere un in-
exponen. La adquisición de la propiedad en virtud del solo contrato, sin mueble, es la previa verificación de la situación fáctica del bien materia
la posesión y sin el registro, ha evidenciado suineficacia en la solución de de adquisición, en razón de que la idea es entrar de inmediato en pose-
graves problemas en materia de propiedad inmobiliaria. sión del bien para gozar del mismo y percibir sus beneficios, sea para
ocuparlo, o para volverlo a vender o para arrendarlo. Ello en razón de
Una opción frente a los citados escenarios podría ser agregar al con- que si el bien se encuentra deteriorado, o se encuentra ocupado por otras
trato consenso de las partes- la entrega del bien -traditio— o el traspaso personas, podrá calcular los costos que suponen su reparación del mis-
posesorio al adquiriente a efecto de hacer realidad la transferencia; sin mo, o el tiempo que tomará tener el bien desocupado, a efecto de que
embargo, tal opción constituiría un franco retroceso al antiguo sistema dichos costos sean trasladados al precio del bien; salvo que el objetivo sea
romano del título y modo. la simple especulación económica, lo que es muy difícil y extraño, pues el
escenario ideal de ello sería la bolsa de valores; o que la finalidad sea la de
Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 59
58 Defensa de la posesión

de transmisión por la cual a la demandante no le asiste la presunción de la buena fe re-


aprovechar la deficiente regulación normativa en materia gistral, incluso el representante de la demandante, Juan Francisco Vásquez
bles.
inmobiliaria y despojar ilegalmente a las personas de sus inmue Soto, quien participó en la supuesta adquisición de esta empresa, fue el
de modo
Como hemos indicado líneas arriba, la doctrina reconoce mismo que suscribió la compraventa del dos de noviembre de dos mil seis,
idóneos de pu-
unánime que la posesión y el registro constituyen medios donde se señala (cláusula quinta) expresamente que el predio está ocupa-
rar la inciden-
blicidad de derechos reales, por lo que corresponde ponde do por terceras personas; en cuanto a los demás requisitos, se verifica que
posesoria del
cia de la denominada buena fe registral con la situación la demandante adquirió el derecho de propiedad de aquella persona que
marc har juntos
predio materia de enajenación; posesión y registro deben
aparecía en el registro como titular del inmueble, habiendo inscrito el suyo
encia del adqui-
en este tema. Debe formar parte de la sana y debida dilig
a continuación, no obstante conocer la existencia de poseedores continuos,
bien; si bien no pacíficos y públicos del inmueble citado, cuya ignorancia no ha podido sus-
riente de un inmueble la verificación de la posesión del
mina la ad- tentar en el proceso.
debe considerarse la posesión como un elemento que deter
regis tro puede
quisición de la propiedad, sin embargo, la inexactitud del Según se verifica de la Casación que se cita, la inexactitud del re-
del bien.
comprobarse con la comprobación del estatus posesorio gistro, a que se refiere el artículo 2014 del CC puede comprobarse o ser
Justicia,
La jurisprudencia de la Sala Civil de la Corte Suprema de conocida por el adquiriente a través de la constatación posesoria del bien;
del adquir iente, o de la información que toma conocimiento el adquiriente respecto de las
ha incorporado a la evaluación de la buena fe registral
materia de la personas que poseen el predio.
la necesaria verificación de la situación posesoria del bien
transferencia. El pronunciamiento citado constituye la expresión de una jurispru-
la Sala
Así, en la Casación N* 3667-2010-La Libertad, expedida por dencia uniforme, donde la fe registral es un elemento a tener en cuenta,
ica, el vein- siendo el otro elemento a ser evaluado la situación del bien, incluida la
Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la Repúbl
tiuno de junio de dos mil once, ha establecido en su
lo siguiente:
quinto fundamento
| posesión del mismo. Asilo ha dejado establecido la Casación Ne 3098-
2011-Lima, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia de la República el treinta de julio del año dos mil doce:
contrato oneroso,
Quinto.- Que, el contrato de compraventa es sin duda un
ción, como en
porque oneroso es todo aquello que genera una contrapresta Décimo Tercero.- Que, en relación a la aplicación de la fe pública registral
le y por otro contenida en el artículo 2014 del Código Civil han quedado establecidos
el caso de autos en que por un lado se ha transferido un inmueb
se ha cumpli do con el pri- por las instancias de mérito los siguientes hechos: a) Con fecha seis de abril
se ha pagado un precio por la misma, por lo que
lo Ue respecta
mer requisito establecido en el considerando precedente. En del año dos mil la demandada Constructora Odeón Sociedad Anónima ha
ción de buena
al Segundo requisito, sin embargo, entendiendo que la presun otorgado la Escritura Pública de Compraventa del inmueble ubicado en la
si no se acredita que conocía de Avenida del Aire números 559-561 del distrito de La Victoria a favor de
fe asiste al adquiriente a título oneroso solo
siones
la inexactitud del registro, es de advertirse que conforme a las conclu los codemandados Héctor Alejandro Regalado Villegas y cónyuge Carmen
autos que
arribadas por las instancias de mérito, ha quedado acreditado en Yvonne Mejía de Regalado quienes han inscrito su derecho en la Partida
en latransferen-
la demandante no puede alegar que le asiste la buena fa Electrónica número 43261185 de los Registros Públicos de Lima; b) a la
de laexiste ncia, en el
cia, toda vez que a la fecha de su adquisición conocía fecha de la venta en cuestión el inmueble ubicado en la avenida Del Aire
os, pues se
inmueble sub litis, de poseedores continuos, pacíficos y públic números 559-561 del distrito de La Victoria se encontraba en posesión de
cuatro cero cero cinco Rodrigo Enrique Ramírez López y Carmen Rosa Cruz Mori de Ramírez en
encuentra inscrito en la Ficha Registral número cero
aventa del dos
siete seis uno el contenido de la Escritura Pública de Compr calidad de propietarios por haberlo adquirido de su anterior propietaria la
de laexistencia
de noviembre de dos mil seis, en donde se deja constancia Constructora Odeón Sociedad Anónima; c) los demandados compradores
gación
de Terceros poseedores del inmueble ubicado en la Avenida Prolon Héctor Alejandro Regalado Villegas y cónyuge Carmen Yvonne Mejía de
de Trujillo, razón
Unión número mil setecientos doce, Distrito y Provincia
Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 61
60 Defensa de la posesión

exigible al comprador tener el adquiriente de un derecho sobre inmuebles, respecto de la verifi-


Regalado no han actuado con la diligencia mínima a- cación de la situación en que se encuentra el bien.
no verificaron intern
de bienes inmuebles pues al momento de la venta
el estado físico del mismo; da . El segundo párrafo del artículo 2014 del CC tendría el siguiente tex-
mente las características del inmueble ni
os compradores tampoco
la fecha de la presunta adquisición los demandad to: La buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe que cono-
ión del bien materia de
han verificado quién o quiénes detentaban la poses cía la inexactitud del registro, quien deberá conducirse con la diligencia
mil dólares americanos
adquisición; y, e) el precio de venta fijado en trece ordinaria respecto de la verificación de la situación de hecho en que se
del inmueble constituido
es ínfimo y no resulta proporcional al valor real encuentra el bien”
metros cuadrados
por un chalet de doscientos trece punto cuarenta y ocho
construido en dos plantas.
de la buena VIII. Breves conclusiones
Hace bien la Corte Suprema al agregar, a la evaluación
la situación, estado y
fe del adquiriente de un inmueble, el dato sobre L. Si lo que se busca es el goce y disfrute de los bienes, y la posesión
caso que se indica, el
posesión del bien materia de la transferencia; en el permite ello, entonces la posesión es la finalidad. La propiedad es el me-
parte de la diligencia
órgano jurisdiccional dejó establecido que forma dio que proporciona el Derecho para asegurar la posesión. Propiedad sin
icación de quién o
mínima exigible al adquiriente -comprador- la verif posesión es derecho vacío, es solo ilusión.
adquisición.
quiénes detentaban la posesión del bien materia de 2. Nuestro ordenamiento jurídico se ha adherido acertadamente —
jurisprudencia na-
En cierta medida, con tales pronunciamientos la desde el Código Civil de 1936- a la teoría objetiva de la posesión y re-
como “sistemas ba-
cional adopta la postura reconocida en la doctrina conoce al poseedor aun sin que este tenga animus domini; no blsteta
e al registro”. Según
sados en la eficacia o ineficacia de la posesión frent exige que tenga el bien en interés propio. Nuestro Código Civil ubica a la
der que en ciertos
Chico y Ortiz, una versión de este sistema es el de enten posesión como un supuesto en el libro de los derechos reales.
perjudicar al tercero
casos de posesiones públicas y visibles estas pueden 3. La posesión en nuestro país es un derecho subjetivo que permite
despliega una acti-
que adquiere confiado en el registro si, además, no al poseedor mantener el status quo posesorio, es decir, a mantener en su
dad extrarregistral40.
vidad de diligencia comprobando la posible reali poder el bien, en tanto no exista decisión judicial que determine a quien
jurídica y social, la
Sin embargo, no resulta aplicable a nuestra realidad le corresponde ejercer la posesión; tal derecho subjetivo del poseedor le
ene que tal exigencia
conclusión arribada por este autor en cuando sosti permite hacer uso de la autotutela posesoria -defensa posesoria extraju-
ro, o la creación de
produciría una degeneración en el concepto del terce dicial- y de la tutela judicial -interdictos-, sin tener que justificar la causa
un tercero “pluscuamperfecto”. de la posesión.
riente
1. Regulación positiva de la diligencia ordinaria del adqui 4. Si el poseedor tiene el bien en virtud de otro derecho real —pro-
en la jurispru- piedad, usufructo, etc. -que da sustento o justifica jurídicamente la po-
Sin embargo, tales exigencias al adquiriente, puestas
, no estarán sujetas sesión, entonces agregará a su derecho posesorio las prerrogativas que el
dencia, en tanto no constituyan precedente vinculante
los descritos líneas ordenamiento confiere a ese otro derecho real, con el objeto de excluir a
a una única respuesta frente a los casos que, como
dueños. erceros.
arriba, dan lugar al despojo indebido de los bienes a sus
párrafo nume- a 5. a ió edios de publicidad cl
Creo que resulta razonable introducir en el segundo
ordinaria que debe reales. En consecuencia, la adquisición de algún derecho real sobre in-
ral 2014 del CC, la exigencia de la diligencia mínima
muebles no puede estar ajena a dichos medios de publicidad; en razón de
AAA ue tal adquisición se tornaría en insegura. LS
cit., p. 888
CHICO Y ORTIZ, Estudios sobre derecho hipotecario,
o
40.
A
A
Defensa de la posesión Héctor E. Lama More / La posesión en la propiedad y en el registro 63
62

dad GALINDO GARFIAS, Ignacio, “Algunas consideraciones sobre la posesión en


6. Nuestro modelo consensualista de transmisión de la propie
te se tor- el Código Civil peruano”, en AA.VV. El Código Civil peruano y el sistema
inmobiliaria, si bien permite un ágil tráfico de bienes, no obstan jurídico latinoamericano, Cultural Cuzco, Lima, 1986.
ón O el
na, en la actualidad, inseguro —por estar ausente en él la posesi
al con-
registro—. Nuestro ordenamiento civil en esta materia debe incluir HERNÁNDEZ GIL, Antonio, La función social de la posesión: ensayo de teoriza-
pción en el registro a
trato -consenso entre las partes— traslativo, la inscri ción sociológica jurídica, Alianza Editorial, Madrid, 1969.
iente; ello
efectos de que la propiedad quede constituida a favor del adquir JHERING, Rudolf von, La posesión de bienes muebles. Estudios de derecho alemán
permitirá un ágil y seguro tráfico inmobiliario. y derecho francés, Librería General de Victoriano Suarez, Madrid, 1927.
la
7. En tanto lo expuesto en el punto anterior no se haga realidad, MANZANO SOLANO, Antonio y MANZANO FERNÁNDEZ, Ma. del Mar, Insti-
la debida
buena fe a que se refiere el numeral 2014 del CC debe incluir tuciones del Derecho registral inmobiliario, Centro de Estudios / Colegio de
la situa-
diligencia que debe tener el tercero, respecto de la verificación de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España / Fundación Regis-
adquisición
ción de hecho en que se encuentra el inmueble materia de la tral, Madrid, 2008.
del derecho.
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