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Martín Mejorada
Jueves, 12 de Septiembre de 2019
El Decreto Legislativo Nº 1400 modificó el artículo 885 del Código Civil. Sobre el
particular, el autor comenta las principales implicancias jurídicas que origina el haber
retornado a las naves y embarcaciones a la condición de “inmuebles”, sobre todo en el
plano de las garantías reales.
Ahora bien, ¿qué implica considerar mueble a lo que es un inmueble? No se trata solo
del nombre de la garantía, sino de procesos constitutivos, alcances y vigencia
sustancialmente diferentes. Si las naves y embarcaciones se dieran en hipoteca solo
podrían garantizar obligaciones determinadas y determinables, mientras que la
garantía mobiliaria asegura obligaciones abiertas y de todo orden. La hipoteca
requiere un contrato, la otra garantía puede nacer del acto unilateral. Si fuera hipoteca
no podría recaer sobre bienes futuros o ajenos, mientras que la garantía mobiliaria
afecta todo tipo de bienes, incluso categorías de bienes o inventarios. Si fuera
hipoteca la inscripción sería constitutiva, no así la prenda cuya inscripción es opcional.
Si estuviésemos ante hipoteca la ejecución sería siempre judicial, en tanto el otro
aseguramiento admite la venta extrajudicial e incluso el pacto comisorio y la toma de
posesión directa.