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MATERIALES DE LECTURA1 DE

Cs. Sociales
1° Año
Instituto Juan Segundo Fernandez

CATALANO, Noelia
FORTI, Lihuel

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Agradecemos a la profesora Natalia Tadic por la confección inicial de este documento que luego sufrió cambios por
los profesores a cargo. Asimismo, Juan Pablo Nardulli creó el documento original.
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Nacimiento de Roma según la arqueología:

En algunas regiones aparecen murallas cerca del 2500 a.C. También hay evidencia de buena
metalurgia y embarcaciones que se usaban para el traslado de productos que eran utilizados en el
comercio. En el 1000 a.C está la civilización vilanovense que era matriarcal y aparecen las primeras
armaduras, indicio que había una época guerrera.

Pero la civilización dominante de la zona eran los etruscos. Su lengua no tenía nada que ver con
las de las culturas vecinas asique su origen está en investigación. La principal hipótesis es que vienen de
Oriente por varios motivos, uno de ellos es por la costumbre de leer los órganos de los animales para
vaticinar hechos. Se destacaron por ser los primeros en la zona que supieron como llegar al punto de
fusión del hierro gracias a qué se les ocurrió usar un fuelle para eso.

Los investigadores consideran que Roma fue fundada alrededor del año 700 ac. Nació como un
asentamiento de campesinos de habla latina en la llanura del Lazio que se instalaron sobre siete colinas
cercanas al río Tíber en una zona en la que era sencillo cruzarlo. Se saben que los primeros reyes fueron
etruscos asique hay pruebas que tuvieron una gran influencia de esa civilización. Les copiaron las
instituciones, formas de gobierno, tradiciones, etc.

Nacimiento de Roma según el mito:

Sin embargo, los romanos creían que su origen estaba vinculado al mundo de los dioses y que eran el
pueblo elegido por las fuerzas superiores para gobernar la región. Evidentemente un origen que se
remonta a un modesto asentamiento campesino en una zona pantanosa era considerado indigno para los
sectores privilegiados romanos de épocas posteriores, por eso crearon la fábula de Rómulo y Remo que
resumiré a continuación:

El origen de la leyenda de Rómulo y Remo está en la ciudad latina de Alba Longa, gobernada por
el rey Numitor quien fue derrocado por su hermano, Amulio. La primera decisión que tomó fue asesinar a
todos los hijos varones de Numitor, dejando tan solo con vida a la hija, Rea Silvia. Por orden de Amulio, fue
obligada a convertirse en una vestal (una especie de sacerdotisa romana que debía estar alejada de los
hombres) y vivir en un convento. Pero el plan del malicioso rey fracasó, ya que Rea Silvia enamoró a
Marte, Dios de la Guerra, y tuvieron dos hijos, llamados Rómulo y Remo.

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Amulio ordenó asesinar a los dos bebés pero el encargado no fue capaz de matarlos y los dejó
abandonados en el río Tiber para que los dioses decidan su futuro. La corriente los desplazó hasta que
fueron encontrados por la loba Luperca, quien les cuido y alimento durante años. Más tarde, fueron
encontrados por el pastor Fáustulo, quien los crió en secreto.

Al crecer se les contó la verdad de su nacimiento y ambos juraron buscar venganza. Marcharon a
Alba Longa, asesinaron a Amulio y volvieron a colocar en el trono a su abuelo, Numitor. Consumado este
hecho, se fueron de Alba Longa con la idea de fundar una ciudad sobre la que poder gobernar. Rómulo
quería fundar Roma en el Monte Palatino y Remo quería fundar Remoria en el Aventino. Para resolver el
problema sobre qué ciudad fundar, decidieron que fueran los dioses quienes lo decidan. El vuelo de seis
buitres fue la señal divina para que Rómulo se imponga sobre su hermano y funde Roma.

Rómulo trazó líneas para marcar los límites de la ciudad ordenando que nadie los podía cruzar
pero Remo desobedeció, desafiando a su hermano. Esto provocó una pelea en la que Remo fue asesinado
a mano de su hermano. Tras enterrar a su hermano, Rómulo funda Roma el 21 de abril del 753 a.C.

Escudo actual y antigua de la Roma, principal equipo de fútbol de la ciudad.

Preguntitas:

1) ¿Cuál es la función del mito?


2) ¿Por qué Roma tiene que inventar la fábula de Rómulo y Remo?

Fin de la monarquía y conformación de la República.

Hasta el 510 a.C a Roma la gobernaron reyes pero ese año, tras una fuerte tensión social, el
pueblo expulsó a Tarquino el soberbio. De esta manera comienza la República que se caracteriza por un
consejo de notables llamado senado, en el que participaban los romanos del grupo privilegiado. Es el
comienzo de la República en la que el poder político estará en manos de una aristocracia formada por
ricos propietarios de tierra.

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Representación de la ciudad de Roma y sus alrededores hacia finales de la monarquía

Conflicto patricio-plebeyo

La sociedad romana empieza a dividirse entre patricios y plebeyos. Los primeros pertenecían al
grupo privilegiado ya que descendían de los fundadores de Roma. Mientras que los plebeyos eran un
sector social más numeroso y pobre. La tensión social fue creciendo porque los patricios controlaban el
gobierno y se enriquecían a expensas de la mayoría plebeya, quienes se endeudaban con los ricos y hasta
podían perder la tierra que tuvieran, además de la libertad. Poco tiempo después Roma se encontraba al
borde de la guerra civil: los plebeyos no estaban ya dispuestos a seguir tolerando la opresión de los
patricios.

En 494 ac los plebeyos abandonan la ciudad se establecieron en nuevas tierras, para liberarse del
control de los patricios. La crisis de Roma no podía ser más profunda y los patricios no les quedó otra
salida que darle ciertas concesiones para aflojar la tensión:

1) El Senado le otorgó la condición de ciudadanos a los plebeyos. De esta manera, la distinción


entre patricios y plebeyos dejó de tener sentido. Esto implicaba compartir privilegios pero no
significaba la igualdad económica o social: el grupo privilegiado de ciudadanos ricos siguió
ocupando el senado y acaparando las mejores tierras.
2) Se les dio más participación en el gobierno creando, por ejemplo, la figura del tribuno de la
plebe o la posibilidad de crear plesbiscitos. Ahora tenían una representación para protegerse de
la arbitrariedad de las autoridades
3) El fin de la esclavitud por deudas entre romanos. No todas las deudas fueron perdonadas pero si
las mayoría se redujeron considerablemente.
4) Promesa de tierras para los más pobres. Además se limitaron la posesión de tierras en 500
yugadas por familia.

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“Hacer de un problema, una oportunidad”
Los patricios se encontraban ante un problema: al no haber más esclavos por deudas, ¿cómo garantizar
mano de obra para los ricos sin someter a la servidumbre a otros romanos?. Asimismo, si todos los
plebeyos iban a tener tierras ¿cómo garantizaban tierras a todos los ciudadanos romanos sin repartir las
de los romanos ricos?

La solución: Para garantizar que todos los hombres romanos gozaran de la condición de ciudadanos, otros
pueblos fueron sometidos a la esclavitud y el saqueo. Roma se expandió violentamente sobre toda la
península italiana. Esta expansión territorial sobre benefició especialmente a los ricos terratenientes más
que a los romanos pobres que seguían esperando un lugar para asentarse. De esta forma, Roma empieza
a ser Roma.

La expansión romana sobre el Mediterráneo.

La expansión romana sobre la península itálica y la perspectiva de ir todavía más allá, generó un
enfrentamiento con Cartago. Los cartagineses estaban asentados en varias regiones de la costa del
Mediterráneo y tenían en sus manos el control del comercio en este mar. Romanos y cartagineses habían
firmado varios tratados de paz pero los sectores privilegiados de Roma pretendían dominar las rutas
comerciales y apropiarse de los beneficios. La disputa tomó la forma de enfrentamiento militar en lo que
los romanos llamaron las Guerras Púnicas.

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Territorios romanos y cartagineses antes de las Guerras Púnicas

La primera guerra púnica (264 ac-241 ac) puso bajo control romano las islas de Córcega, Cerdeña
y Sicilia. La segunda guerra púnica (218 ac–202 ac) es recordada por la campaña militar del general
cartaginés Aníbal Barca que estuvo a punto de arrasar Roma cuando cruzó Los Alpes en elefantes y
encontró a Roma desguarnecida ya que habían ido a atacarlos a través del mar pero el contraataque
romano fue contundente y terminó con la conquista del sur de Francia, sur de España y norte de África. La
tercera guerra púnica (149 ac- 146 ac) fue una guerra de exterminio: la ciudad de Cartago fue destruida
por completo y sus habitantes esclavizados. Los romanos del rico grupo privilegiado estuvieron en
condiciones de aumentar sus ingresos y el Estado romano puso bajo su control la mayor parte de la costa
del Mediterráneo.

En 72 años Roma conquistó TODO y eso fue gracias al imperium que era un concepto político,
militar y económico que preparaba la ciudad para expandirse. No tenían miedo de ir a la guerra contra
otras civilizaciones porque los guerreros estaban convencidos que en realidad peleaba Júpiter y no ellos,
entonces siempre iban a ganar.

Tuvo dos grandes consecuencias:

1) Los territorios conquistados se transformaron en provincias romanas. De esta manera, Roma se


transformó en una gigantesca aspiradora de recursos ya que estas nuevas provincias les daban a la
capital, en forma de tributo, infinidad de productos (como aceite, cereales, seda, lana, caballos, cobre,
hierro, sal, vinos, madera, oro, marfil, esclavos, etc).
Una preocupación especial de los gobernantes era el abastecimiento de alimentos. Una población
de las más numerosas de la época donde la mayor parte era pobre y podían rebelarse contra las
autoridades. Los gobernantes romanos comenzaron a desarrollar una política de reparto gratuito de
alimentos para prevenir un eventual estallido social.

2) Además se consolidó el ejército como una poderosa maquinaria de conquista y destrucción,


imponiendo el respeto hacia las civilizaciones vecinas. La organización del ejército reproducía la
desigualdad de la sociedad romana ya que los oficiales provenían de sectores sociales privilegiados,
quienes veían a la carrera militar como punto de partida para una importante carrera política. Mientras
que los soldados de infantería, que eran modestos campesinos que debían cumplir con el servicio
militar, tuvieron una actuación fundamental.
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Soldado de infantería y oficial romano. A la derecha, soldado de caballería.

De nuevo el Mito (Parte I)


Así como lo hicieron con Rómulo y Remo, los romanos también le dieron un tinte mítico para
poder justificar esta guerra. La Eneida es un relato que cuenta las aventuras de Eneas, hijo de la diosa
Venus, tras escapar de Troya cuando es destruída por los griegos. Por orden de su madre, el héroe busca
un lugar para fundar una nueva ciudad que va a conquistar el mundo.

En un parte del viaje, pasa por las costas cartaginesas y cuenta las penurias que sufre la gente que
vive ahí. De todos modos, Eneas se queda en esa ciudad porque se enamora de Dido, la fundadora de
Cártago. Pero por orden de Venus, Eneas debe continuar su viaje buscando la tierra para fundar Roma.
Tras la partida del troyano, la reina termina suicidándose por la tristeza que siente por el abandono
sufrido.

De esta manera, el enfrentamiento militar entre Roma y Cartago está justificado por un conflicto
de larga data donde las divinidades están involucradas. Suena más fácil de convencer a la población de ir
por todo contra el pueblo cartaginés.

Integración de los nuevos pueblos.

Cuando el ejército romano conquistaba un pueblo, reforzaba la opresión de campesinos y


artesanos que debían aportar el tributo que exigían los funcionarios más odiados del estado romano: los
recaudadores de impuestos. Asimismo, una parte de la población había sido esclavizada y vendida en
tierras lejanas. Podemos entender el descontento de las poblaciones marginales de estos pueblos

Sin embargo, el trato con las elites de los pueblos conquistados era diferente. Los romanos les
daban concesiones (en muchos casos la ciudadanía) permitiéndoles mantener los privilegios a cambio de
que los ayuden a que su gente les den el tributo pactado. Incluso los romanos han llegado a construirle
puentes, templos, foros, mercados, etc. para que se sientan a gusto con la nueva dominación.

En pocas palabras, no había un control directo sobre las tierras sometidas sino que a los romanos
solo les interesaba el cobro de tributo o el abastecimiento de tropas. Cabe aclarar que hubo culturas que
no se sintieron a gusto y los romanos tuvieron que combatirlos, una práctica usual era dejar una
guarnición militar en distintos puntos para que estén cerca en caso de tener que sofocar alguna rebelión.

También hay que mencionar el rol clave del ejército en este aspecto porque no solo eran quienes
conquistaban el territorio, sino que también sirvió para la difusión de las tradiciones a lo largo y ancho del
imperio. Incluso varios soldados decidieron licenciarse y quedarse en la región donde estaban. Se podría
decir que el ejército fue una espectacular fábrica de ciudadanos.

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Por último, los romanos admiraban la cultura griega y varios pueblos del sur de Italia tenían gran
influencia helénica. Los principales dioses del panteón (palabra de origen griego) romano parecen ser
versiones romanizadas equivalentes a las divinidades griegas. Para muchas familias romanas ricas tener
un esclavo griego culto para que educara a sus hijos era un signo de distinción. La construcción de un
anfiteatro similar a los de las ciudades griegas en los centros urbanos romanos era motivo de orgullo para
las autoridades, aunque el teatro escrito por autores romanos no fuera tan rico como el de los clásicos
griegos. El helenismo llegaría a todos los niveles transformando todos los niveles sociales: perfecciona el
arte, revoluciona la arquitectura, de aparición al calendario y a la escritura, etc. Podemos afirmar sin
problemas que la llegada de los griegos produjo una revolución cultural.

Panteón de los Dioses romanos y sus equivalentes griego

El Latifundio esclavista.
El Estado romano al expandirse puso bajo control extensos territorios y pueblos enteros (Europa,
el Cercano Oriente y el norte de África). La incorporación de tierras y prisioneros de guerra transformó a
la propia sociedad romana. La mayor parte de las tierras y los esclavos extranjeros (es decir, no romanos)
pasaron a ser propiedad de un grupo social de ricos terratenientes esclavistas que se transformaron en la
nueva clase dominante. Se desarrolló al mismo tiempo un grupo social constituido por esclavos que con
su trabajo posibilitaban el enriquecimiento de sus amos. Cuanto más esclavos tenía un romano
latifundista (es decir, con grandes extensiones de tierras), más poderoso era. Es por eso que
consideramos a la sociedad romana un ejemplo de sociedad esclavista.

Latifundista que tienen grandes extensiones


Amos
de tierras. Eran el sector dominante.

Prisiones de guerra que eran


Esclavos comercializados por mercaderes.

Sector minoritario de artesanos y


Pobres campesinos muy empobrecidos. Por lo
general se convertían en siervos por deudas
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Un típico latifundio romano incluye una enorme extensión de tierra cultivable, una villa (la lujosa
residencia del amo atendida por esclavos dedicados al servicio doméstico) y la ergástula (una especie de
pabellón donde los esclavos dormían todos juntos). La producción (cereales, vid y olivos) era vendida en
las ciudades en beneficio del amo que muchas veces lograba acumular una gran fortuna que utilizaba
para comprar más tierras y esclavos.

Alrededor de cada latifundio había pequeñas propiedades pertenecientes a campesinos libres


quienes trataban de producir cereales para vender en la ciudad más cercana, con ayuda de su propia
familia. La mayoría de estos campesinos era pobre y no era raro que terminaran endeudados con el gran
terrateniente vecino que trataba de quedarse con sus pequeñas propiedades para expandir su latifundio.
Cuando los campesinos eran obligados a cumplir con el servicio militar (que podía durar años) sus mujeres
e hijos no podían muchas veces mantener la producción y pagar las deudas. En ese caso el terrateniente
expulsaba a la familia y se apropiaba de su tierra.

Los esclavos realizaban diferentes tareas productivas en el latifundio

Para pensar

Crito es un esclavo agrícola. Desde el amanecer hasta que cae el sol cumple las órdenes del capataz
principal que cada mañana abre el portón de la ergástula para organizar la cuadrilla de trabajo. Dos
jóvenes esclavos domésticos sirven caldo de cerdo y pan negro. Los esclavos se lavan con agua de una
tinaja de barro, comen en silencio y salen al campo en grupos de diez, a las órdenes de un capataz. Es
otoño y la cosecha de trigo ya fue levantada. Crito y los esclavos agrícolas rastrillan los campos de cultivo
para juntar alimento para el ganado. En poco tiempo tendrán que podar los olivos y abonar con el
excremento del ganado las vides. Es duro el trabajo de los esclavos en el latifundio del senador Flavio. A
veces el amo pasa algunas semanas con su familia en la lujosa villa con amplios jardines adornados con
estatuas de mármol. Algunas esclavas domésticas sirven el almuerzo en el jardín para que el senador y los
niños jueguen a la sombra de los árboles o aprendan a leer con el esclavo griego que su padre compró
para instruirlos. “Maldito griego afortunado”, piensa Crito, “vive en la casa del amo, come carne y duerme
en una cama”. Crito y los esclavos agrícolas miran la escena a la distancia. No pueden aproximarse a la
villa y si el amo se acerca a ver el trabajo agrícola el capataz los obliga a bajar la cabeza y no mirarlo a la
cara. En esos momentos a Crito le pesa más que nunca el collar de hierro que lleva en el cuello y que dice:
“pertenezco a Flavio Marcio”. Otros esclavos nacieron en cautiverio, como el hebreo y los dos galos con los
que conversa por las noches antes de dormirse sobre el duro catre de cuero. Ellos no tienen memoria de
haber sido otra cosa que esclavos. Crito, sin embargo, tiene una vida anterior en la que fue jefe de
guerreros en las montañas de Tracia. Tenía una familia y vivía en una aldea de agricultores que fue
arrasada por los romanos hace cinco años. No sabe qué pasó con su mujer y su hija. Tal vez hayan muerto
o quizá sean esclavas domésticas de algún romano rico. Cuando piensa en su familia y en su pueblo Crito

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se entristece. Cuando los tracios fueron derrotados pagaron caro haber resistido la expansión romana. Los
guerreros capturados fueron vendidos por el ejército a un traficante de esclavos que los llevó encadenados
a la ciudad de Roma en una caminata de dos semanas terribles. Allí fueron vendidos a romanos ricos
ansiosos de incorporar brazos fuertes al trabajo de sus latifundios. Crito fue comprado por el senador
Flavio y llevado en un carro, junto a doce esclavos de distinto origen, hasta la propiedad del senador, a dos
días de viaje hacia el sur por la Vía Appia. Durante el primer año de esclavitud pensó en escapar. Sin
embargo el senador Flavio, como otros latifundistas, paga al cuartel de la ciudad cercana para mantener
una guarnición de soldados que se ocupan de cuidar los intereses del amo. Un esclavo traído de Hispania
intentó escapar una noche pero no logró quitarse el collar y unos viajeros lo identificaron en el camino.
Cuando los soldados de la guarnición lo trajeron de vuelta a la ergástula estaba irreconocible por los
golpes. Desde entonces Crito espera que llegue una oportunidad adecuada. Tal vez lo envíen a acompañar
al capataz cuando lleven a Roma la próxima cosecha. Mientras tanto Crito trata de no llamar la atención,
trabaja en silencio, baja la mirada si el amo se acerca y no habla con nadie de su deseo de huir. Por ahora
sólo puede recordar su vida anterior.

1. ¿Cuál es la diferencia entre un esclavo común y uno griego?


2. ¿Qué diferencias nos marca el texto entre un esclavo y un siervo por deuda?
3. ¿Quién era Crito antes de ser capturado como esclavo?

Las tensiones sociales de la República.

Optimates vs populares:

En el año 133 a.C podemos identificar dos grupos enfrentados: los optimates eran los ricos
terratenientes y funcionarios del Estado que pretendían conservar sus privilegios, por lo que rechazaban
la perspectiva de un reparto de tierras que significara un verdadero cambio social. Por otra parte, los
populares eran los campesinos pobres desalojados por la expansión de los latifundios que se trasladaban
a Roma para vivir del alimento que repartía gratuitamente el Estado.

Los hermanos Cayo y Tiberio Graco, aunque provenientes de una rica familia tradicional, se
constituyeron en voceros de las quejas populares: reclamaban el reparto de las tierras de los ricos entre
los pobres y la extensión de la ciudadanía romana a todos los habitantes de Italia. Los Graco y sus
seguidores fueron asesinados por orden de los optimates. Sin embargo, la tensión social continuó
creciendo hasta que entre ambos bandos estalló una verdadera guerra civil entre 88 a.C y 82 a.C que
culminó con una victoria de los optimates. De todas formas, tuvieron que darle algunas concesiones a los
populares para preservar la poca paz social que quedaba. Este conflicto se lo puede ver como una
continuación del conflicto patricio-plebeyo.

Pueblos de la península itálica

En el año 89 a.C los pueblos dominados de la península itálica protestaron violentamente contra
la explotación romana y, aunque fueron duramente reprimidos, el Estado romano extendió el derecho de
ciudadanía a todos los habitantes de Italia. Esta medida buscó aflojar la tensión previa al estallido de la
guerra civil entre optimates y populares.

Esclavos:

Si bien era frecuente las rebeliones de los esclavos, la más importante tuvo lugar en el sur cuando
en el año 73 a.C un gladiador llamado Espartaco lideró un levantamiento de esclavos y organizó un
poderoso ejército a medida que iba liberando a los esclavos que derrotó a varias legiones romanas. El
terror de los sectores sociales dominantes frente a este levantamiento fue tan grande que el senado
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ordenó poner en marcha toda la fuerza del Estado para terminar con el problema. Al parecer Espartaco
pretendía guiar a sus hombres fuera de Italia pero en el intento fue cercado por el ejército en las
montañas del sur de la península. Una vez derrotado el ejército de Espartaco en el año 71 ac, miles de sus
seguidores fueron ejecutados como advertencia al resto de los esclavos del territorio italiano. Las tropas
romanas aplicaron la pena que el Estado reservaba para sus peores enemigos: la crucifixión. Cerca de
6000 rebeldes crucificados a lo largo de la Vía Appia (una de las principales rutas de Italia) servirían de
aviso para el futuro.

Imágenes de la película Espartaco, dirigida en 1960 por Stanley Kubrick

La crisis de la República.

Los sectores privilegiados vivían con la preocupación por el reclamos de los populares y por el
temor a una nueva rebelión de esclavos. Cada romano rico presentaba como el mejor defensor del orden
y buscaba apoyos entre los ricos y los sectores no privilegiados. En el año 60 a.C se estableció un
triunvirato (gobierno de tres) con la intención de desactivar el conflicto entre populares y optimates.
Pompeyo, Craso y Julio César fueron designados como triunviros pero al poco tiempo ya estaba claro que
había fuertes desacuerdos entre ellos y el conflicto estalló. César se queda con el poder y se hizo nombrar
dictador vitalicio. En el año 44 a.C fue asesinado por senadores que temían que terminara proclamándose
rey de Roma.

“¿Tú también, Brutus?”

La muerte de los primeros tres triunviros fueron bastante trágica. Craso falleció tras ser obligada a
tragarse oro fundido en signo de su avaricia. Pompeyo escapa de César hacia África pero es capturado y
decapitado por Ptolomeo (rey de Egipto).

César al llegar y enterarse del asesinato de su enemigo, le declara la guerra a Egipto porque
“habían matado a su amigo”. Los romanos matan a Ptolomeo, César tiene un hijo con Cleopatra y vuelve a
Roma dispuesto a quedarse con todo el poder. En el 45 a.C se nombre dictador perpetuo y nombra varias
leyes que le permiten tener cada vez más poder. Finalmente, Cesar es asesinado al año siguiente cuando
al senado conspiró en su contra haciendo que más de 60 personas le aplicaron 23 puñaladas en una
plaza pública. La tradición cuenta que al recibir el ataque por parte de Brutus, César le dedicó esa palabra
ya que lo había traicionado porque era uno de sus principales aliados en el gobierno.

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Tres partidarios de César (Lépido, Marco Antonio y Octavio) formaron un nuevo triunvirato. Una
vez derrotados los asesinos de César estalló la lucha por el poder entre Octavio y Marco Antonio. Octavio
derrotó a Marco Antonio y el año 27 a.C fue nombrado augusto (sagrado), prínceps (primer ciudadano) e
imperator (jefe militar). Aunque nunca se propuso como rey y siguieron funcionando las instituciones
republicanas (como el propio senado), en los hechos Octavio concentró en sus manos el poder como
nadie antes que él, en nombre del “orden” y la “paz”. La República había desaparecido y comenzaba una
nueva etapa en la historia romana: el Imperio.

De nuevo el Mito (Parte II)

Augusto tenía que legitimar su presencia en el trono y entonces contrató a Virgilio, un poeta de la
época, para que le escriba un mito que pueda justificarlo como emperador de Roma. Tras mucho tiempo
de trabajo, Virgilio escribió La Eneida cuyo protagonista, Eneas, era 12 generaciones antecesoras de
Augusto y quien fundó Roma. Es decir, Augusto era el tátara- tátara- tátara- tátara- tátara- tátara-
tátara- tátara- tátara-nieto de quien creó la ciudad.

Tal como vimos antes, este texto también sirvió para legitimar distintos acontecimientos que ya
habían ocurrido como las Guerras Púnicas. Siempre la función de los mitos era la misma: enaltecer la
figura de Roma utilizando a los dioses como medio para ello. De esta manera, la guerras púnicas contra
Cartago quedaron encuadrada como una batalla donde las divinidades también jugaron su papel y Roma
al haberse quedado como ganadora sentó un precedente muy fuerte sobre la fortaleza de su panteón.

El Imperio.

El paso de la monarquía al imperio significó una ola de cambios políticos que se presentaron como
la mejor garantía contra los conflictos entre los miembros de la clase gobernante y contra el peligro de
nuevas rebeliones de pueblos sometidos o esclavos. El poder político se había concentrado en la
figura del Emperador quien era la personificación del Estado y cuestionar su autoridad era considerado un
delito muy grave que podía acarrar tremendos castigos. Sin embargo, no todos los emperadores tuvieron
tanta autoridad y algunos emperadores debieron hacer concesiones a los reclamos del senado aunque
otros fueron capaces de someterlo a sus decisiones.

De todos modos, hay que tener presente que el emperador y los senadores pertenecían al mismo
sector social que concentraba en sus manos la riqueza y la tierra, de modo que los unía la preocupación
por mantener el orden social que les permitía seguir enriqueciéndose. Los conflictos entre el emperador y
el senado eran entonces enfrentamientos dentro del grupo dominante.

Tampoco puede hablarse de paz social ya que el descontento del pueblo se hizo visible en varias
ocasiones pero la concentración del poder en manos de Octavio Augusto (y los futuros emperadores que
lo sucedieron) facilitaba la represión de todo aquello que pusiera en riesgo la supremacía de Roma. Un
ejército poderoso y un gran número de funcionarios era necesario para mantener en funcionamiento la
costosa maquinaria de la dominación imperial. Esta maquinaria requería una fuente constante de
recursos proveniente de los impuestos que pagaban los habitantes del Imperio que no tenían el privilegio
de la ciudadanía y de los tributos anuales que fluían desde las provincias.

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Relación del Senado con el Emperador

Si bien el que mandaba era el emperador, era fundamental contara con el apoyo del Senado para
poder ejercer su poder. Haciendo un paralelismo, es como la necesidad mutua que tiene un curso y su
delegado que los representa ante las autoridades del colegio. El delegado es elegido por su compañero y
por lo tanto debe velar por los intereses del “pueblo” a quien representa (o sea su curso). Pero si el
delegado no consigue los objetivos planteados, sus compañeros se van a hartar y buscarán a otra persona
que los represente.

Esta misma relación existía entre el senado y el emperador, ya que el emperador asumía gracias al
apoyo recibido por el senado pero si conseguía una racha de fracasos militares y de gestión era probable
que pierda ese apoyo y decidan reemplazarlo.

Mapa del territorio conquistado por Roma y su división en provincias (117 d.C)

Los pobres están cansados de ser pobres


Escipión es un campesino que posee una parcela de tierra en el sur de Italia. Cerca de su pequeña
propiedad está marcado el límite del latifundio del rico Marco Craso. En épocas de su abuelo había
numerosas familias campesinas cultivando trigo en la región pero muchas se empobrecieron por las malas
cosechas, se endeudaron con el latifundista vecino y al no poder pagar su deuda perdieron la propiedad.

Algunos marcharon a la ciudad de Roma a vivir del alimento que el Estado reparte entre los más pobres.
Otros, sin embargo, aceptaron el ofrecimiento de Marco Craso: seguir trabajando la tierra pero ahora
como colono que debe pagarle con parte de la cosecha al latifundista. Escipión piensa con tristeza en esas
familias que de generación en generación cultivaban su propia tierra y que ahora seguían en ellas pero

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como inquilinos del latifundista. Los campesinos libres de toda Italia ven como los ricos se enriquecen cada
vez más mientras ellos apenas sobreviven.

Es una suerte que el emperador haya otorgado la ciudadanía romana a todos los habitantes libres de
Italia. Escipión recuerda que su abuelo vivió pagando el tributo anual al Estado que pagan todos los
habitantes libres que no son ciudadanos. Era una carga pesada. Escipión en cambio está libre de esa
obligación. Sin embargo tiene otras, propias de un ciudadano. La más difícil es el servicio militar. Aunque
todavía no fue convocado al ejército, Escipión recuerda el relato de su padre que fue incorporado como
legionario en la campaña de la Germania. “El estado romano incorporó nuevos territorios y los generales
se transformaron en héroes, además de enriquecerse con la venta de los prisioneros como esclavos. Pero
para los simples legionarios no hubo gloria, sólo una paga miserable después de dos años luchando en
pantanos y bosques contra esos bárbaros que peleaban como enloquecidos”, contaba su padre.

Para muchos campesinos romanos los ricos latifundistas eran una molestia. Desde el Senado decidían
nuevas guerras a las que enviaban a pelear a otros pero ellos eran quienes compraban cada vez más
tierras, más esclavos y se dedicaban a organizar lujosas fiestas. Por eso, a los campesinos ya no les
preocupa demasiado cuando se enteran de que algunos esclavos huyen de los latifundios. “Tal vez se
acerca el día en que los latifundistas tengan que ponerse a trabajar en sus propias tierras en lugar de
aprovecharse del esfuerzo de otros”, comenta a veces Escipión con otros campesinos.

El cristianismo.

En la región de Palestina un judío de condición modesta comenzó una prédica religiosa de


contenido igualitario y de tono crítico al orden social. La difusión de la palabra de Jesús entre los sectores
populares de la región ganó numerosos adeptos, los cristianos no aceptaban ni el culto a los dioses
romanos ni la idea del carácter sagrado del emperador y esto los volvía una presencia incómoda para los
sectores más tradicionales. Por esto fue considerado peligroso contra el orden establecido y, aunque
Jesús fue condenado a muerte y crucificado por los romanos en el 33 d.C, sus seguidores expandieron su
mensaje entre las comunidades de artesanos. Sufrieron varios períodos de persecución por parte del
Estado romano como cuando Nerón que los culpó de haber incendiado Roma en 64 d.C.

Aun así, dos siglos después de la ejecución de Jesús era posible encontrar comunidades cristianas
en todas las ciudades de la costa del Mediterráneo (e incluso en la misma Roma). La conversión al
cristianismo de un número creciente de personas de variados sectores socialesse transformó en un dato
político que los dirigentes romanos no podían desconocer. El emperador Constantino (306 al 337 dc.)
legalizó el cristianismo y auspició el Concilio de Nicea (325 dc.) en el que los jefes de la iglesia
establecieron los principios doctrinarios que durante los siglos posteriores orientaron a los fieles. La
iniciativa de Constantino, más allá de lo estrictamente religioso, tenía una dimensión política: el apoyo de
los influyentes obispos cristianos reforzaba la autoridad del emperador y del Estado romano.

Crisis del estado romano en el siglo III

En el siglo III una sucesión de emperadores terminaron asesinados y reemplazados por otros
nuevos apoyados por facciones del ejército entre 235 y 305 d.C. La autoridad del emperador como
personificación del Estado romano decayó y se abrió una época de crisis política que se transformó en
crisis social: huidas de campesinos que se negaban a pagar impuestos cada vez más altos, bandas de
ladrones en los caminos asaltando a los viajeros, huida de esclavos de los latifundios, etc. Los ejércitos
romanos, que hasta entonces eran los encargados de mantener el orden interno, estaban ocupados en
marchar en apoyo de sus generales quienes se encontraban en una disputa con el Senado. Las fronteras

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del Imperio, fueron descuidadas y se produjo la migración de algunas poblaciones extranjeras que se
asentaron en territorio romano. Era evidente que la crisis del Estado romano como aparato de
dominación abría las puertas a una crisis social y económica que perjudicaba los intereses del grupo social
privilegiado en su conjunto.

La superación de la crisis llegó de la mano del emperador Diocleciano (284 al 305) que decidió la
división del territorio bajo el dominio del Estado romano para su mejor administración en 4 partes. El
nuevo emperador debió tomar también medidas sociales y económicas importantes: prohibió a los
campesinos abandonar sus tierras y estableció el carácter hereditario de los oficios en las ciudades. Era un
modo de restablecer el orden social fijando por decisión del Estado romano la pertenencia de los
individuos al grupo social sometido al sector dominante. Nuevamente la salida de la crisis social
significaba más opresión para los sectores populares del campo y la ciudad.

No obstante, algunas décadas después el emperador Teodosio I dividió el imperio en dos partes
dejando a sus dos hijos como emperador de cada uno. Así fue que en 395 se consolidó la división
quedando el Imperio Romano de Occidente fue gobernado desde Roma por Honorio y el Imperio
Romano de Oriente lo fue desde la ciudad de Constantinopla dirigida por Arcadio.

El imperio dividido para su mejor administración por Diocleciano

La crisis terminal del Estado Romano


El sistema de dominación romano dependía de dos factores fundamentales:

1) Un ejército eficiente y disciplinado era necesario para proteger las fronteras y mantener el orden interno.
Los soldados no sólo peleaban en las guerras sino que protegían la seguridad de las ciudades y los
caminos, perseguían a los fugitivos y protegían a los funcionarios o recaudadores de tributo

2) Funcionarios leales y eficaces. . Los curiales, ciudadanos ricos que adelantaban dinero al Estado a cambio
del derecho a recaudar impuestos en una región determinada, encontraban cada vez más difícil su tarea.

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Mantener un numeroso ejército y un cierto número de funcionarios requiere recursos por eso era
fundamental el cobro de tributos para mantener el orden interno y la protección frente a los pueblos
“bárbaros”. Quienes pagaban tributos eran los habitantes libres que no eran ciudadanos romanos. Sin
embargo, la ciudadanía romana se fue extendiendo por decisión de diferentes emperadores para ganar la
lealtad de los pueblos sometidos. Ejemplo, el emperador Caracalla en 212 d.C extendió la condición de
ciudadano a todo habitante libre del imperio (siempre que no hubieran resistido al avance de los ejércitos
romanos). De esta manera se redujo la cantidad de habitantes que pagaban tributos al Estado cuando se
necesitaba cada vez más recursos. La expansión del Estado se detuvo e incluso mantener las fronteras se
volvió insostenible.

Para leer y pensar

Lúpulo Caspio era miembro de una familia de comerciantes de la ciudad de Alejandría, en el norte de
Egipto. Su abuelo comenzó a comerciar aceite de oliva y aceitunas que trasladaba desde Grecia a
Alejandría para su venta a las familias del sector privilegiado. Así la familia de Lúpulo Caspio logró una
cierta riqueza y la consideración de las familias respetables de la ciudad. Como solían hacer los ricos de las
ciudades, su abuelo y más tarde su padre pagaban habitualmente parte del gasto de la fiesta anual de la
ciudad, en la que participaban todos los habitantes. Era un modo de ganar la confianza de las autoridades
y el respeto de los pobladores en general. Así fue que su padre consiguió convertirse en curial de la ciudad.
Con su fortuna personal adelantaba al Estado romano una cantidad de dinero a cambio del derecho a
recaudar el tributo anual entre los campesinos de la zona. El negocio de los curiales era recaudar una
suma que significara recuperar la inversión inicial (lo que pagaban adelantado al Estado) y obtener una
diferencia para ellos mismos. Los que cargaban con el peso del tributo eran los campesinos de la zona ya
que los habitantes libres de la ciudad de Alejandría habían sido beneficiados por el decreto de Caracalla.
Durante un tiempo su padre obtuvo una considerable ganancia con la recaudación. Lúpulo Caspio quiso
continuar con el negocio pero los tiempos han cambiado. El Estado romano exige cada vez un adelanto
mayor de dinero a los curiales de todo el Imperio para cubrir sus gastos y cada vez cuesta más recuperar la
inversión con la recaudación. Los campesinos no pueden pagar tributos más altos. Las últimas cosechas no
fueron buenas e incluso un cierto número de familias campesinas huyeron a tierras del sur buscando
mejorar su suerte. Para los curiales como Lúpulo Caspio la situación es preocupante. Las necesidades del
Estado romano los están arruinando y ya hubo muchos que perdieron sus fortunas por no poder cumplir
con sus exigencias. Lo que tiempo atrás era un buen negocio se había transformado en una pesada
obligación de la que no podían escapar.

Torre de vigilancia del Limes Germánicus, la frontera del territorio romano con los pueblos germánicos
del norte. Al lado, imagen de soldados custodiando la frontera (película “La Legión del águila”).

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Un recaudador de tributo custodiado por soldados. Al lado, funcionarios romanos en una reunión.

Factores externos Factores internos

Invasión de los pueblos Campesinos rebeldes


germánicos
Fuga de esclavos

Los emperadores ya no podían Se multiplicaron las fugas ya Se refugiaban en los bosques


pagarles a los soldados y su que aprovecharon el para escapar de deudas y
lealtad volvió hacia sus generales. desinterés de los soldados impuestos. Se dedicaban al
Las fronteras se volvieron más en capturarlos para bandidaje de los caminos sin
permeables y frágiles devolverlos a sus amos que el Estado pudiera evitarlo

La sociedad esclavista romana, que se sostenía sobre el aparato represivo del Estado para
mantener los privilegios de los grupos dominantes, comenzó a sufrir modificaciones importantes y
definitivas. Para los grandes terratenientes la falta de mano de obra en sus latifundios era una
preocupación de primer orden: sin esclavos no podrían enriquecerse.

En ese escenario, el Estado romano no pudo contener el avance de los pueblos germánicos que
entraron, con o sin autorización romana, en el territorio del Imperio. Aunque algunos migraron en forma
relativamente pacífica, otros desplegaron un avance de conquista y saqueo. Algunos jefes germánicos
negociaron con terratenientes romanos la entrega de tierras para crear aldeas para su gente. Otros
optaron por aliarse a los germanos para conservar al menos parte de sus propiedades y con el tiempo se
fusionaron por matrimonio a los nuevos dirigentes.

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Si bien en 410 el rey de los visigodos, Alarico, destruye e incendia la ciudad de Roma decretando
la caída del Imperio Romano de Occidente; se podría decir que el fin fue paulatino y muchos de los
habitantes no se dieron cuenta del cambio de mando. Simplemente ellos dejaron de tributarle a un
empleado romano que venía frecuentemente (cada vez menos) para hacerlo con otro jefe que tenía unas
tradiciones distintas. Pero su condición de vida no cambió.

Esto pasó en el Imperio Romano de Occidente, el Imperio de Oriente siguió en pie poquito más de
mil años más pero con otro nombre (Imperio bizantino por su capital en Bizancio –actual Estambul-).
Pero en el Imperio de Occidente, tal como dijimos, la historia fue diferente y en su antiguo territorio
nacieron reinos más pequeños gobernados por los recién llegados dándole comienzo al feudalismo.

Para Pensar

A mediados del verano, llega el momento del año en que los hombres de la familia se reúnen en la Gran
Casa del dux para organizar alguna expedición de saqueo sobre las poblaciones de la costa. En la reunión
anual con el dux, jefe guerrero al que los aldeanos respetan, comparten un banquete de cerdo asado y
cerveza. Luego el dux sacrifica una cabra en honor a Odín, el rey de los dioses, para que la expedición sea
exitosa y puedan regresar a la Gran Casa con objetos valiosos y esclavso para ayudar en tareas agrícolas.

Cuando Ragnar y los demás hombres de las aldeas de la región llegan ese verano a la Gran Casa
encuentran al dux más preocupado que otras veces. Cada uno se sienta en el salón de los banquetes con
su escudo y su espada. Luego de comer y beber el dux, desde su sillón, se dirige a los campesinos-
guerreros. “Hermanos, nos llegan noticias de un gran movimiento de población que llega del Este. Muchas
familias ocupan tierras del otro lado de los bosques. Cada vez será más difícil para nosotros conseguir
nuevas tierras de cultivo para nuestras familias. Nuestros hijos y nietos tendrán dificultades para formar
sus familias y mantenerlas”. Los campesinos-guerreros escuchan con respeto y en silencio. Ragnar sabe
que lo que dice es verdad y que cada vez hay menos tierras en la región para que su pueblo pueda en el
futuro instalar nuevos asentamientos. El dux continúa: “Hace diez días nos reunimos los dux de todo el
valle y estuvimos de acuerdo en que debemos migrar hacia el sur, hacia el territorio de los romanos más
allá del río”. Los guerreros se miran con preocupación. Uno pide la palabra, según la vieja costumbre de
los pueblos germánicos para quienes todo campesino-guerrero tiene derecho a expresar su opinión incluso
en presencia de los dux. “Estimado señor, creo que varios de nosotros entendemos la situación pero nos
preguntamos si es prudente avanzar hacia el territorio romano. Nuestros abuelos lucharon contra ellos y
fueron derrotados. Gracias a los dioses pudimos establecer un pacto con los romanos para que la frontera
entre nosotros fuera el río”, dijo el guerrero. “Es cierto lo que dice este hermano. Sin embargo las cosas
cambiaron desde los tiempos de nuestros abuelos. Tenemos información sobre la situación de los
romanos. Los políticos de Roma están ocupados peleando entre ellos, los ejércitos ya no obedecen al
emperador y los soldados reciben su paga atrasada. Sabemos que muchos esclavos escapan de sus amos y
nadie se preocupa como antes de capturarlos”, dice el dux. “Si ahora los romanos son débiles es el
momento de saquear sus ciudades”, opinó otro campesino-guerrero entusiasmado. “No vamos a
saquearlos como hacemos habitualmente con los pueblos del mar. Lo que les estoy proponiendo es que
nos traslademos, con la protección de Odín, a las tierras de los romanos, construyamos allí nuestras
nuevas aldeas y cultivemos allí nuevas tierras. Los romanos tendrán que aceptar nuestra presencia porque
no tienen otra opción”, concluyó el dux. La asamblea de guerreros aprobó la propuesta como lo hacía
tradicionalmente, golpeando sus escudos con las espadas. El siguiente invierno miles de familias germanas
cruzaron el río Rin para asentarse definitivamente en tierras del Imperio Romano sin que los soldados que
custodiaban las fronteras hicieran nada por impedirlo.

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