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CONTEXTO
1.1. Teatro de la inmediata posguerra
Historia de una escalera se estrenó a finales de los años 40 en un momento en que dominaba un teatro de
evasión y de repetición de autores como Arniches, Marquina y Benavente. Es el teatro que representaban
dramaturgos como José M.ª Pemán, Juan I. Luca de Tena, José López Rubio entre otros.
Estas obras tenían una estructura trabajada con una leve crítica social, humor y elementos melodramáticos
e finales felices. La obra de Buero Vallejo nada tenía que ver con este teatro por su apuesta por el
compromiso social.

1.2. Teatro de los años cincuenta


Esta perspectiva social del teatro bueriano influyó en la "generación realista". Las obras que trataban de las
penurias económicas y de injusticias que sufrían los más desfavorecidos fueron muy significativas. Entre
otras: El grillo, de Carlos Muñiz; Historia de unos cuantos de José María Rodríguez Méndez.

2.1. Biografía
Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara (1916) en el seno de una familia de clase media. Su padre era un
militar y profesor de matemáticas e inglés. Su madre nunca disimuló su escepticismo religioso. Antonio, ya
en su infancia y adolescencia, mostró unas claras inquietudes artísticas especialmente por la pintura, con lo
que al terminar el bachillerato en 1934 la familia se trasladó a Madrid para que él pudiera estudiar en la
Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
En la capital de España se sumó de manera entusiasta a la pasion cultural y social que vivía el país: se afilió
a la FUE , se sintió atraído por el socialismo, asistió a las representaciones teatrales y no dejó de leer a
autores que le marcaron huella (Dostoyevski, Galdós, Valle-Inclán, Unamuno, Machado, Ortega y Gasset...).
Al estallar la Guerra Civil en 1936 trabajó en la propaganda de la FUE y perdió a su padre fusilado. En 1937
intervino en varios frentes (Jarama y Aragón).
El fin de la guerra lo sorprendió en la Jefatura de Sanidad de Valencia. Pasó casi un mes en el campo de
concentración de Soneja (Castellón), donde empezó a empeorar su salud por las condiciones que hubo de
soportar.
Pudo regresar a Madrid. Una vez allí, a temor de comentarios que afirmaban que quienes comparecen ante
la autoridad eran devueltos a los campos de concentración, decidió no presentarse, pero sí unirse a un
grupo los cuales fueron denunciados, detenidos, juzgados, y condenados a muerte. Buero Vallejo pasó ocho
meses en la prisión de Conde de Toreno (Madrid) donde coincidió con el poeta Miguel Hernández y entre
ellos surgió una amistad.

El poeta oriolano murió mientras que Buero recorrió prisiones madrileñas y otras más alejadas (El Dueso y
Ocaña). Donde no dejó de dibujar y de escribir notas y apuntes, casi siempre sobre pintura. Favorecido por
sucesivas rebajas de condena, a principios de 1946 salió en libertad condicional, pero se le desterró de
Madrid y se instaló en Carabanchel Bajo, y dibujó para diversas revistas a fin de sobrevivir.
En la cárcel se decantó por las letras. Pensó en escribir una novela, pero enseguida se decidió por el teatro.
En tan solo siete días de agosto de 1946 redactó la primera versión de En la ardiente oscuridad y en agosto
del año siguiente Historia de una escalera. Con esta obra logró Buero en 1949 el Premio Lope de Vega y, lo
que es más importante, su estreno. El estreno de Historia d una escalera se produjo en el Teatro Español de
Madrid y con él arrancó, el mejor teatro español de posguerra. La obra obtuvo un éxito rotundo.
Desde este momento ya no dejó de escribir y en ese mismo año 1949 estrena también Palabras en la arena
y escribe El terror inmóvil y Aventura en lo gris hasta poco antes de su muerte con Misión al pueblo desierto
(1999), su última obra de casi cuarenta obras. Fue uno de los grandes dramaturgos españoles del siglo XX.
Por ello,consiguió premios como: Premio Nacional de Teatro o el Premio Nacional de las Letras Españolas.

2.2. Concepción teatral


El autor quiso inscribirse en la tragedia. La nueva concepción de la tragedia y del teatro histórico son dos
de las claves de la renovación que supuso Buero para la dramaturgia española. Por un lado, cultiva una
tragedia contemporánea, con personajes del aquí y el ahora correspondientes al momento de escritura de
las piezas. Por otro lado, su visión del teatro histórico, como revisión del pasado para obtener lecciones
aplicables al presente. De esta manera, Buero contribuye al enlace de la dramaturgia española con la
occidental y abre un camino que continuarán escritores de los años 50.

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Los finales esperanzados de las tragedias de Buero afectan a los espectadores, a quienes pretende
conmover y hacer reflexionar con las pasiones representadas en los escenarios.
Los rasgos expuestos nos llevan a considerar el teatro de Buero Vallejo como un teatro moral.
Escribe ante todo dramas de conciencia sobre las responsabilidades humanas y las consecuencias de
nuestros actos. De ahí que plantee sus obras como un debate entre una actitud egoísta y otra generosa
hacia los demás.

Esto llevó a Ricardo Domènech a distinguir entre personajes; de un lado, aquellos, introducen violencia,
opresión, falsedad, mentira... Por otro lado, los soñadores representan solidaridad, libertad, autenticidad,
verdad... Es un teatro religioso: aunque el autor perdió la fe y mucho tiempo después retomó la cuestión.
De todas formas, el autor no está interesado por las actitudes, sino en cómo estas repercuten en la
sociedad. Por lo que también hablamos de un teatro social. Buero quiere demostrar que sin un cambio en el
interior del ser humano resulta imposible un cambio de la sociedad.

ETAPAS DEL TEATRO DE BUERO VALLEJO


1. Realismo simbólico.
Sus primeras obras presentan como rasgo fundamental la verosimilitud, un espacio escénico que es
reproducción de lugares reales o que podrían serlo; los personajes dejan ver los conflictos que encarnan.
Suele, además, respetar las 3 unidades clásicas en sus obras como ocurre en la Madrugada.
Este realismo de Buero no debe confundirse con el de los 50, porque el suyo se combina con el simbolismo
y tiene a Ibsen como modelo. De ahí que Buero, en este primer período, aborde ámbitos proscritos por el
realismo social de los 50 como el tema onírico. Dentro de esta línea tradicional, quiso introducir
innovaciones técnicas. Algunas afectan al espacio escénico y otras a la implicación total del espectador en
la obra.

2. Teatro histórico.
Buero da un giro a su producción a partir de 1958 con el estreno de Un soñador para un pueblo. Las obras
que la integran ya no pretenden la reproducción de la realidad. Se ensamblan como cuadros aislados que se
suceden dentro de cada acto.
La discontinuidad temporal se impone y el lugar escénico se convierte en un espacio abstracto. La
utilización de dos niveles separados por unos peldaños, permite al espectador distinguir cada uno de los
ambientes. Aparte del análisis del pasado histórico del país, Buero enuncia otra cuestión: el destino del
pueblo en una sociedad injusta.

3. Última Etapa.
Entre esta etapa y la anterior dos obras funcionarían como puente o transición: La doble historia del doctor
Valmy y El tragaluz. Ambas presentan construcciones semejantes por la existencia de personajes
intermediarios entre la trama y los espectadores.
Así, cada obra no es más que la visualización de lo que estos narradores saben y cuentan. En las siguientes
obras que producirá, suprimirá a estos personajes intermediarios y va a optar por la disposición de la
estructura de modo que el espectador no vea la realidad. Esta utilización de un punto de vista subjetivo se
dará también en otras de sus obras (Caimán. Lázaro en el laberinto ...).

Sus obras vinieron ya más espaciadas en el tiempo y no revalidaron sus anteriores éxitos. Resulta muy
llamativo que las propuestas más innovadoras las realice Buero en su teatro de madurez.
No sigue la que podría considerarse trayectoria más natural, sino que va aportando gradualmente
propuestas más arriesgadas. La investigación en las formas de renovar la estructura teatral no es pura
técnica formal para el autor, sino que siempre va asociada a los problemas de fondo planteados.

4.HISTORIA DE UNA ESCALERA


4.1. Argumento
La obra cuenta la vida de tres generaciones de familias humildes que viven en una misma casa. En su
escalera, durante tres décadas. La escalera será el marco en el que se presentarán los conflictos del ser
humano consigo mismo y con la sociedad en la que habita.

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4.2. Temas
El drama presenta como tema fundamental el fracaso individual y colectivo repetido a lo largo del tiempo.
Por esa escalera suben y bajan durante treinta años tres generaciones de personajes en busca de unos
proyectos, ilusiones y promesas que acaban en frustraciones y desengaños. Las razones de estos fracasos
se deben sobre todo al medio en el que viven estos personajes y a su falta de voluntad para luchar por sus
deseos.

4.3 Género
Género popular del sainete. Del que el autor toma el lenguaje, las situaciones típicas y el carácter de los
personajes. Sin embargo, Buero Vallejo supera el modelo que le sirve de inspiración, haciendo que muchos
de los personajes se conviertan en personajes de tragedia. El propio autor ha considerado esta obra como
una tragedia.

4.4. Estructura
La obra presenta una estructura de tres actos; planteamiento (acto l), nudo (acto II) y desenlace (acto ll).
Cada acto se encuentra formado por un conjunto de escenas que el lector-espectador puede distinguir.
El acto I sirve para la presentación de los personajes y de los diferentes motivos temáticos; corresponde a
un día de 1919, en el que Fernando declara su amor a Carmina y le propone un dichoso futuro juntos.

El acto Il está destinado al desarrollo de los motivos anunciados y transcurre diez años después, 1929,
coincidiendo con el entierro del señor Gregorio, que deja en serias dificultades a su mujer Generosa y a su
hija Carmina, a quien Urbano, sin importarle el día que es, le propone matrimonio.

El acto III se sitúa en el invierno de 1949, el día del cumpleaños de Manolín, hijo de Fernando y Elvira, y se
produce la declaración amorosa de Fernando hijo a Carmina. Poco antes disputan agriamente a sus
progenitores.

A pesar de los saltos temporales, existe un perfecto equilibrio constructivo (el lector-espectador percibe
claramente el transcurso del tiempo). Al mismo tiempo también puede darse cuenta de que en realidad nada
cambia. Por otra parte, aunque el autor no explicite las escenas, existen en cada acto cuatro lo que muestra
la medida estructura de la obra. La obra posee poca acción.

Acto l Acto ll Acto lll

-Llamada del cobrador de la luz -Muerte Gregorio. Juan y Trini -Paso del tiempo (Jovenes bien
-Discusion Fernando y Urbano hablan de rosa. vestidos y Paca)
-Discusión Fernando y Elvira -Urbano-Carmina declaración y -3 generación de vecinos
-Promesas Fernando y Carmina y engaño. (Manolin, Fernando y Carmina
leche derramada -Solidaridad del sr Juan con Rosa hijos)
-Fernando-Elvira y -Final tragico generación
Urbano-Carmina intermedia
-Promesas amorosas Fernando y
Carmina hijos.

4.5. Personajes
La totalidad de personajes son vecinos que ocupan las cuatro viviendas de un quinto piso.
Al no destacar ninguno de ellos de modo especial sobre los demás hay un protagonista colectivo. De este
modo, Buero se acerca a un tipo de teatro donde el personaje es situado siempre en su entorno y los
conflictos. Todos eran mis hijos (1947) y La muerte de un viajante (1949) del norteamericano Arthur Miller.
También se ha considerado la escalera como un personaje más y especial, incluso el verdadero protagonista
de la obra. Vamos a ir destacando los rasgos más significativos de los personajes principales:

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Puerta 1 Puerta 2 Puerta 3 Puerta 4

ACTO I: ACTO I: ACTO I: ACTO I:


generosa elvira paca d asunción
gregorio don manuel sr juan fernando
pepe urbano
carmina ACTO II: trini ACTO II:
elvira rosa rosa
ACTO II: fernando pepe
generosa fernando hijo ACTO II:
carmina paca ACTO III:
ACTO III: sr juan sr bien vestido
ACTO III: elvira urbano
joven bien vestido fernando trini
fernando hijo
manolin ACTO III:
paca
urbano
trini
rosa
carmina y carmina hija

-Paca: fuerte y decidida, dictatorial para mantener la disciplina en familia. Con el paso del tiempo consigue
superar el trauma de la deshonra familiar y la muerte de su marido el señor Juan y el sentimiento de soledad
unido a la vejez. Es el personaje más positivo del drama y nunca se rinde.

-Elvira: mimada y consentida. Enamorada de Fernando, aprovecha la posición de su padre para que le
consiga un buen trabajo. En el segundo acto descubrimos que el matrimonio con aquel ha sido un fracaso,
aunque intenta guardar las apariencias. Se trata de un personaje negativamente activo en el drama.

-Don Manuel: hombre de mediana edad, viudo y padre de Elvira. Recibe el tratamiento de «don» porque
pertenece a una clase social superior a la de sus vecinos (burguesia). No ve con buenos ojos el interés de su
hija Elvira por Fernando, pero no la contradice nunca.

-Carmina: enamorada de Fernando, acepta su propuesta de matrimonio al final del acto l. En el siguiente
acto, casados Fernando y Elvira, parece resignada a la soltería y a sobrevivir con el trabajo de costurera,
pero Urbano le propone matrimonio y acepta. En el acto final muestra su amargura por su físico, matrimonio
y por seguir enamorada de Fernando. Su evolución psicológica resulta radical.

-Fernando: Hijo único, egoísta, quiere salir a toda costa del reducto mísero en que vive, pero por sus propios
méritos. Enamorado desde niño de Carmina, se casa sin embargo por puro interés con Elvira, a la que antes
siempre menospreciaba. Su fracaso, es tanto individual. Matrimonio infeliz y sigue con sus hijos las mismas
pautas que criticaba a sus padres. Su condición económica se ha deteriorado. Es el personaje con mayor
presencia en la obra y uno de los mejor perfilados.

-Urbano: Es solidario y cree que con la fuerza del sindicato se pueden cambiar y mejorar las condiciones
sociales. Único hijo varón del señor Juan y de Paca, se siente obligado a velar por el honor familiar y por ello
está siempre intentando alejar a su hermana Rosa de Pepe. En el acto Il aprovecha la situación de Carmina
para que esta acepte su propuesta de matrimonio. El acto III deja claro su fracaso individual.

-Señor Juan: en el acto Il aparece como «un viejo alto y escuálido, de aire quijotesco, que cultiva unos
anacrónicos bigotes lacios». Es el marido de Paca y padre de Urbano, Rosa y Trini y vive amargado porque
Rosa se ha amancebado con Pepe. En el diálogo que mantiene con su otra hija (acto ll), reniega falsamente
de Rosa y muestra su gran corazón, ya que entrega sus ahorros a Trini para que los haga llegar a su
hermana.
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-Carmina hija: «una atolondrada chiquilla de unos dieciocho años». Intenta romper sus relaciones con
Fernando hijo por las presiones que sufre por parte de sus padres. Sin embargo, al final, ilusionada con las
palabras de Fernando hijo sueña en un futuro compartido con él.

-Fernando hijo: «Es arrogante y pueril. Tiene veintiún años». Pese a los obstáculos de su familia y de la de
Carmina hija, no quiere renunciar a su amor por ella. La escena final de la obra, que protagoniza con su
enamorada, es casi un calco de la de sus respectivos padres al final del acto I. Pero aquí queda abierta una
puerta a la esperanza.

-La escalera: Aparece perfectamente descrita desde la primera acotación y la adjetivación empleada por el
autor («pobre», «sucia», «polvorienta»...)

PERSONAJES SECUNDARIOS:

-Cobrador de la luz:Representa las fuerzas sociales que oprimen a los vecinos. Cumple escrupulosamente y
sin piedad su cometido.
-Generosa: casada con el señor Gregorio y madre de Pepe y Carmina. Mujer insegura, agobiada por los
problemas más cotidianos. Su principal preocupación es ver bien casada a su hija antes de morir.
-Doña Asuncion: viuda, madre de Fernando, quien la desprecia repetidamente. Agradecida a don Manuel
por pagarle el recibo de la luz, intenta a pesar de todo guardar hipócritamente las apariencias.
-Trini: hermana de Rosa, siempre intercede por ella ante el padre o el hermano. En el acto III confía a su
hermana su frustración por no haber sido madre.
-Rosa: Acaba viviendo con Pepe, por lo que sufrirá insultos, desprecio y marginación. Al final vuelve a su
casa en busca del amor familiar.
-Pepe: Vive del favor de las mujeres y se acobarda en los enfrentamientos con Urbano. En el segundo acto
vive con Rosa, pero después la abandona porque se niega a ejercer la prostitución.
-Señor y joven bien vestidos: ambos aparecen emparejados y fugazmente en el acto III. Ocupan,
respectivamente, las antiguas viviendas de doña Asunción y Generosa. A través de su conversación
manifiestan la importancia que le dan al dinero y el desprecio que sienten por sus vecinos.
-Manolin: «un chico de unos doce años», hijo menor del matrimonio Fernando-Elvira. Repite el
comportamiento de su padre, cuando se escondía a fumar en el casinillo. Se muestra tierno con Trini y se
burla de los amores de su hermana con Fernando hijo.

4.6. Espacio y tiempo


La mayoría de los dramas de Buero están ambientados en espacios urbanos caracterizados por la oposición
entre un macrocosmos y un microcosmos. Ese microcosmos (la casa de vecindad) representa
simbólicamente lo que ocurre en el macrocosmos (España, entonces gobernada por el dictador Franco).
El propio título adelanta la relevancia: Historia (tiempo) de una escalera (espacio) y que, por tanto, serán dos
aspectos perfectamente ligados.

Los lugares por los que transcurre la acción dramática son siempre importantes para el autor, y en la
mayoría de sus obras suele realizar una descripción minuciosa de los decorados. El espacio escénico es
siempre el mismo: la escalera de una modesta casa de vecindad. El autor la describe destacando sobre todo
las notas de pobreza, miseria, dejadez y suciedad.
En este sentido, los nuevos inquilinos que aparecen en este acto, el Joven bien vestido y el Señor bien
vestido, tampoco contribuyen a la renovación.

Este modelo, donde se unen distintas vidas y destinos, se constituye por primera vez como una crítica ante
la dictadura franquista. La acción dramática, 1919-1949, tiene lugar en la escalera, lugar forzoso de
encuentro de los diferentes vecinos de la casa y durante décadas escenario de conflictos. Las
conversaciones informan de la problemática realidad social y de la carestía de la vida. El «casinillo» es el
espacio escondido, ideal para la confidencia, donde se habla veladamente de los movimientos políticos del
exterior, del renacer de la conciencia obrera, pero también del amor y del desengaño.

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La figura simbólica de la escalera se asocia a un continuo subir y bajar, pero, a la vez, al no cambiar, es un
signo del estado de suspensión y tanto del individuo como de la sociedad. La escalera es un espacio donde
se superponen lo privado y lo público, ya que no muestra la intimidad del interior de las viviendas. La
escalera, a la vez, al ser un lugar tanto cerrado como público, lleva en sí la dicotomía de hermetismo. Así,
por un lado, la escalera permite el acceso a las viviendas y a lo privado, mientras que, recuerda el encierro
en que viven cada uno de los personajes.

La crítica ha destacado los métodos para poder criticar las consecuencias de la Guerra Civil. No es casual la
selección temporal: acto I-1919, acto II-1939, acto III-1949.
De ahí que resulta importante destacar que la escalera, sobre todo en el último acto, no simboliza ni
movilidad ni cambio, sino estancamiento y condena.

La ventana, que se describe en el acto I como una «sucia ventana lateral», se refiere a la falta de luz, y a la
incapacidad de los vecinos de la casa para mirar de manera clara la realidad.

4.7. Lenguaje.Debe diferenciarse siempre entre el de las acotaciones y el de los personajes.

4.7.1. Las acotaciones


Buero Vallejo se comporta como auténtico director de escena mediante acotaciones funcionales aquellas
destinadas a informar sobre la posible puesta en escena desde un punto de vista objetivo:
● entrada y salida de personajes -(«Se va. TRINI sube [...]»)
● disposición de los elementos del decorado -(«En el segundo rellano hay cuatro puertas: dos laterales
y dos centrales. Las distinguiremos, de derecha a izquierda, con los números I, II, III y IV-»)
● aspecto y gestualidad de los personajes -(«Sale ROSA, desolada, del IV para interponerse. [...]»)
● vestuario -(«Viste traje azul mahón»)

4.7.2. Lengua de los personajes


La elección de una trama cotidiana hace que el autor presente diálogos que encajan con los personajes. Se
trata de un lenguaje llano y natural, alejado de los localismos propios de los sainetes. Predomina un nivel
lingüístico coloquial-familiar.

Por ejemplo; Frases hechas: (tragarse la lengua o ahorrar como una urraca), insultos (basura y canalla),
coloquialismos (sacaperras, mosquita muerta, gentuza).
Dos aspectos más merecen consideración en este apartado lingüístico: la existencia de un único monólogo
en la obra y las diferentes formas de tratamiento entre personajes.
El monólogo corresponde al inicio del acto tercero y es un lamento de Paca por los inconvenientes de la
vejez , se identifica con la escalera e informa de lo sucedido en el transcurso de los dos últimos actos.

En cuanto al tratamiento de los personajes, no reciben todos el mismo, pues solo dos merecen el don
(Manuel) y el doña Asunción). Otros son designados por el popular señor (Juan, Gregorio) o señora
(Generosa). También son llamativas las distintas formas de cortesía: mientras Fernando y Elvira tutean a sus
padres, los tres hijos de Paca (Urbano, Trini y Rosa) y la hija de Generosa (Rosa) hablan de usted a sus
padres o los llaman "padre" y "madre". Esto manifieste las diferencias de clase entre ellos : la pequeña
burguesía.

4.8. Significación y trascendencia


Éticamente, en la obra se hacen especialmente notorios los valores que promueven la convivencia y la
solidaridad, la honestidad frente a la corrupción… Buero Vallejo es un perfecto ejemplo del compromiso ético
con el ser humano y con España que se proyecta hacia el futuro del mundo global.
Buero ha influido en autores como Domingo Miras, Ignacio Amestoy, Josep M. Benet i Jornet. Su concepción
del teatro histórico ha dejado su huella en generaciones posteriores ( juegos con el tiempo y el espacio, uso
de medios audiovisuales, nuevas formas espectaculares, etc.) con autores como Jerónimo López Mozo, José
Sanchis Sinisterra, Carmen Resino y Concha Romero, entre otros.
Es, por otra parte, uno de nuestros dramaturgos más conocidos internacionalmente, desde que en 1952 se
estrenó En la ardiente oscuridad en California.

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