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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II 2º BACHILLERATO CURSO 2018-19

TEMA 8. EL TEATRO ESPAÑOL DESDE LA GUERRA CIVIL HASTA LOS AÑOS 50


(MIHURA, BUERO VALLEJO, JARDIEL PONCELA...)

1. Contexto histórico- cultural.


El panorama que ofrece el teatro español tras la Guerra Civil resulta desalentador: la guerra
supuso una ruptura con las ricas corrientes anteriores, bien por la muerte (Valle, Lorca) o por el
exilio (Casona, Alberti, Max Aub). Los empresarios siguen sometidos a los gustos del público
burgués, poco aficionado a las innovaciones, que acudía al teatro deseoso de olvidar problemas; y la
fuerte censura limita la creación de los autores. Todo ello hizo inviable durante muchas décadas un
teatro abierto y renovador.

2. El teatro en el exilio.
El teatro del exilio, desarrollado especialmente en México y Argentina desde los años de
posguerra, presenta diferencias estéticas con el cultivado en España . Así, en Buenos Aires
triunfa la más conoci da a ctri z de la época r epu blica na, Margarita Xirgu, quien estrenó allí
obras tan significativas del teatro español como El adefesio, de Alberti, La dama del alba, de
Casona, y La casa de Bernarda Alba, de Lorca. A los dra maturgos qu e marcharon fuera de
Espa ña, como J acinto Grau, Raf ael Al berti, José Bergamín, Rivas Cherif, hay que añadir
los nombres de:
• Max Aub. Entre sus tema s destacan la Guerra Civil, los ca mpos d e concentración, el
nazi smo y su s secuelas, el exilio… Como en Morir por cerrar los ojos...
• Alejandro Casona escribió una veintena de piezas dramáticas en sus años de exilio.
Entre ellas, destacan Prohibido suicidarse en primavera y La dama del alba.

3. El teatro en la inmediata posguerra: los años cuarenta.

Pese a la pobreza de medios, se a provecha en la posguer ra la tradición teatral


a nterior com o vehí culo de pr opaga nda política, como es el caso de la dramaturgia, de escasa
calidad. El teatro de posguerra cumplió dos funciones básicas: entretener al público, que buscaba
el esparcimiento, y transmitir ideología.
Pasa dos los pr imer os a ños tras la Guerra Civil, atenuadas la militancia ideológica y el
triunfalismo nacionalista, las obras que se escriben durante estos años sigu en fundamenta lment e
dos lí neas:

A) El drama burgués, conti nuaci ón de la comedia bena vent ina , que defiende valor es
conserva dores en piezas de correcta construcción y diálogos elega ntes. Sobresale el tema del
amor para exaltar la familia, el matrimonio, el hogar… Dramaturgos de esta corriente son: J o s é
M a r í a Pe mán, Eduardo M arquina, J o a q u í n Calvo Sotelo, Juan Ignac io Luc a de Te na
(¿Dónde vas, Alfonso XII?) …

B) El teatro de humor, que es quizá, lo más interesante del período.

➢ Mig uel Mihura escribi ó en 1932 Tres sombreros de copa, pero la obra per ma neció
si n ser representada hasta veint e años má s tarde. El fracaso de la obra en los años 30
cortó las alas literarias de Mihura, que no r egr esó al t eatr o ha sta los años cincuenta.
Pese a la habilidad dramática e ingenio de su autor, en sus obras posteriores
r esulta n frecu entes las concesi ones melodra mática s y la sua vización de toda crítica .
Algunas piezas de este período son Melocotón en almíbar, Maribel y la extraña familia.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II 2º BACHILLERATO CURSO 2018-19

➢ Enrique Jar diel Poncel a r omperá con las forma s tradiciona les del hu mor por
al ejar se de la lógica, la huida del tópico y por su libr e concepción de la técni ca t eatral y
del espa cio escénico.. Sin embargo, chocará con u n público y una críti ca cerra das a su
origi nalidad. Eloísa está debajo de un almendro es una de sus obras más conocidas.

C)Teatro de tono existencial, intenta dar fe del malestar vital y de la desolada realidad del
momento desde un enfoque existencial. Historia de una escalera (1949) de Antonio Buero Vallejo
supone un giro radical frente al teatro dominante de tono costumbrista y evasivo: la escalera de una
casa de vecindad contempla cómo tres generaciones se ven el imposibilidad de mejorar su situación
económica y social. La escalera, que no conduce a ninguna parte, es el símbolo de la inmovilidad,
que acaba fatalmente con los deseos de los personajes

4. Los años 50 y 60: el teatro social de protesta y denuncia


A finales de los años cuarenta, aparece otro tipo de público, joven y universitario, que empieza a exigir un
cambio en los temas, además, la censura se relaja suavemente y permite algunos enfoques más críticos. La
temática, el enfoque y la técnica serán plenamente realistas. Supuso un intento de crear un teatro
comprometido con los problemas sociales del momento (problemas de obreros, estudiantes, etc.), y la
actitud del autor será de testimonio y protesta. Mu chas pi ezas nunca l legar on al escenar io.

• Alfonso Sastre es el más inquieto del grupo al adoptar di stinta s ma neras de


compromiso, como la se ri e d e mani fiest os para la r enovación del teatro español que
inició en 1950, cuando formó el TAS -Teatro de Agitación Social-, la denuncia del
militarismo en Escuadra hacia la muerte (obra retirada de escena y prohibida por su
antimilitarismo) o la invest i gación li ngüí st ica en La taberna fantástica

• Antonio Buero Vallejo. Al obtener el Premio Lope de Vega en 1949 con Historia
de una escalera, se convirtió en un dra maturgo impresci ndible durante décadas en la
escena española. Su produ cción está marca da por el compr omi so ante los tema s
hu manos. El género adopta do por Buero es la tra gedia, e n l a q u e no ofrece
soluciones, pla ntea ndo a sí el dilema de cómo resolverl os. El lenguaje de los diál ogos se
caract er iza por su hondura, densida d y preci sión. El espa ci o escénico suele estar
descrito con minuciosidad en la s a cotaciones, que adquieren una si gni fica ción
si mbólica concreta , como en E l tragaluz.
Aparte de las obras mencionadas, desta can los drama s históri cos, Un soñador para
un pueblo; y los dra mas de per sonaj es con li mi taci ones física s (ceguera, sordera u
otras) simbolizan las limitaciones humanas para enfrentarse con la realidad, E n la
ardiente oscuridad . En su s obras post er ior es a 1970 puede señalarse un ma yor
propósito experi mental, en consonancia con la literatura de la época (La Fundación).

Junto a Buero y Sastre, otros dra maturgos en cuya s obra s es patente la crítica social
son Lauro Olmo (La camisa), José M aría Rodr íguez Méndez (Los inocentes de la
Moncloa ), José Martín Recuerda (Las salva jes en Puente San Gil), C arlos M uñiz (El tintero)
o extremeño Manuel Martínez Mediero (Las hermanas de Bufalo Bill).

Pero, como ya hemos dicho, no es este teatro crítico el más habitual en las salas
españolas de los años cincuenta y sesenta, sino un teatro de consumo que oscila entre el
melodrama conformista y el humor intrascendente, como Alfonso Paso (Viuda ella, viudo él)
autor de más de un centenar de comedias, cuyos rasgos característicos son la fácil intriga y
la ideología reaccionaria.

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