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“Las brujas de la noche” el


temible (y único) escuadrón de
mujeres piloto que combatió por
la Unión Soviética en la Segunda
Guerra Mundial

AFP VIA GETTY


La mayoría de las voluntarias del 588º Regimiento de Bombardeos Nocturnos eran estudiantes adolescentes
que querían combatir por su país pero a las que solo daban la oportunidad de participar en puestos de
apoyo.

Redacción
BBC News Mundo

6 abril 2024, 09:11 GMT

Los soldados alemanes aseguraban que el sonido del viento en las alas de sus aviones se
asemejaba al barrido de una escoba, y empezaron a llamarlas “las Brujas de la noche”.

Eran muy jóvenes, en su mayoría adolescentes voluntarias que tuvieron que superar no solo la
dureza de la guerra, sino el escepticismo y machismo de la época, que no confiaba en que un
escuadrón formado solo por mujeres fuera a tener éxito.

Pero las aviadoras del 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno lograron lanzar más de 23.000
toneladas de bombas sobre las posiciones alemanas y llegaron a convertirse en una pieza clave
para la victoria soviética sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

“Al principio, los hombres se reían de nosotras”, relataba en una entrevista en 1993 la
matemática y física rusa Irina Rakovólskaya, que lideró el regimiento durante un tiempo.

Luego, sin embargo, “vieron cómo volábamos y los hombres del regimiento de bombarderos
nocturnos empezaron a llamarnos ‘hermanas’, y los de infantería nos decían ‘criaturas
celestiales’, mientras que los alemanes nos llamaban ‘brujas de la noche’”, recordaba la antigua
aviadora.

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Las políticas de la Unión Soviética, que otorgaba la misma educación a niños y niñas,
permitieron que muchas chicas aprendieran a volar, como explicó Debbie Land, que estudia a
mujeres aviadoras en la Colección Shuttleworth para la serie “The Documentary” del Servicio
Mundial de la BBC.

En aquella época existía en la URSS un programa, parecido al de los Scouts, al que podían ir
tanto chicos como chicas a aprender a volar, de forma completamente gratuita, explicó Land:
por eso, “cuando los alemanes invadieron y arrasaron con las tropas rusas, estas chicas estaban
listas”.

CORBIS/GETTY

El Polikarpov PO-2, el precario modelo de avión en el que volaban las mujeres del 588º Regimiento de
BOmbardeo Nocturno.

Lideradas por una heroína


Muchas estudiaban física, astronomía, geografía, matemáticas o química en la universidad
cuando Alemania atacó la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 y el Estado movilizó a los
hombres.

Ellas no quisieron quedarse atrás.

Un gran número de estas jóvenes empezaron a escribir cartas a Marina Raskova, ya entonces
una piloto famosa en la Unión Soviética y que se convertiría en la clave de la formación del
escuadrón.

Marina Raskova había sido la primera mujer en la URSS en conseguir el diploma de piloto
profesional, y se convirtió en Héroe de la Unión Soviética cuando consiguió batir el récord de
larga distancia de vuelo sin escalas en 1938.

En aquella ocasión, Raskova no participó como piloto sino como navegante en el vuelo, en una
tripulación también integrada por otras dos mujeres. El viaje fue muy accidentado y la
navegante tuvo que saltar en paracaídas antes del aterrizaje de emergencia, por lo que pasó 10
días en la taiga siberiana sola, sin comida ni apenas agua, buscando el avión.

Esta aventura y el libro que escribió después con sus vivencias la llevaron a la fama en la Unión
Soviética. Las jóvenes pilotos que querían combatir por su país. pero a las que solo daban la
oportunidad de participar en puestos de apoyo en oficinas o como enfermeras, tuvieron claro a
quién tenían que acudir.

Raskova se dirigió entonces al líder soviético Josef Stalin, que era admirador suyo, y le pidió
poder formar su propio escuadrón de pilotos integrado únicamente por mujeres.

Stalin accedió, y Raskova formó tres regimientos femeninos: el 586º Regimiento de Combate
Aéreo, el 587º Regimiento Aéreo de Bombarderos y el 588º Regimiento de Bombardeo
Nocturno, que acabarían siendo popularmente conocidas como las “Brujas de la noche”.
AFP VIA GETTY

Marina Raksova fue la primera mujer en la Unión Soviética en recibir el diploma de piloto profesional.

La Unión Soviética se convirtió así en la primera nación en permitir oficialmente que las
mujeres participaran en combate.

“Había muchas pilotos, pero apenas había navegadoras o mecánicas capacitadas, así que
tuvieron que formar a mujeres en todo ese tipo de cosas y tuvieron que aprender esas
habilidades desde cero”, explicó al programa Reina Pennington, profesora de historia rusa y
militar en la Universidad de Norwich, un colegio militar privado en EE.UU.

Aviones precarios
Las mujeres del nuevo escuadrón también tuvieron que acostumbrarse a los biplanos Polikarpov
Po-2, unos anticuados aviones diseñados en 1928 como aviones de entrenamiento y de
fumigación.
Estaban fabricados con madera contrachapada y lona, y eran muy vulnerables, pero también
ligeros. La cabina estaba abierta, por lo que las pilotos no tenían ningún tipo de protección
contra las gélidas noches de invierno.

“No se podía hacer gran cosa con ellos a la luz del día porque eran muy vulnerables. No tenían
protección ni ametralladora, y tampoco serviría de mucho contra sus Messerschmitt. Así que no
podían hacer nada excepto volar de noche, pero eso, a pesar de que solo podían llevar un
puñado de bombas, era mejor que nada”, explicó Pennington.

Sin equipamiento para afinar el tiro, las pilotos del 588º Regimiento tenían que realizar una
operación peligrosa: cuando se acercaban al objetivo, apagaban el motor para desplazarse en
silencio. En ese momento, encendían una baliza para que la navegadora pudiera ver dónde
soltar la bomba. Pero la llama también advertía de su posición a los alemanes.
SOVFOTO/GETTY

Marina Roksova (derecha), junto a Polina Osipenko (izquierda) y Valentina Grizodubova batieron el récord
mundial femenino de vuelo sin escalas en 1938 con el Tupolev ANT-37bis "Rodina" (Patria), con el que
viajaron 6.000 kilómetros.

La piloto tenía que mantener la estabilidad del avión para que la navegadora pudiera apuntar,
algo que resultaba muy complicado porque los alemanes utilizaban unos potentes fotos que
las cegaban, además de las ametralladoras antiaéreas.

Pero los Polikarpov Po-2 no contaban con ninguna protección, por lo que a veces los aviones se
prendían fuego y ardían como una caja de cerillas.

El papel de las “Brujas de la noche” no era tanto el de lanzar bombas y sembrar muerte y
destrucción, explicó Debbie Land, sino “perturbar a los alemanes, que habían estado todo el día
haciendo maniobras. Así que se trataba más de no dejarles dormir y hacerles trabajar toda la
noche para que al día siguiente estuvieran agotados”.

A diferencia de sus homólogos hombres, el regimiento femenino no paraba para fumar un


cigarrillo o tomar una taza de té entre vuelo y vuelo. Apenas aterrizaban, cargaban nueva
munición y volvían a despegar, en ocasiones hasta 15 veces cada noche, más que los hombres.

La táctica de apagar los motores al acercarse al objetivo no fue inventada por ellas, sino que era
ampliamente utilizada en la fuerza aérea. Pero donde realmente se destacaron, describió
Pennington, fue en la forma en que lograron realizar más vuelos cada noche que casi cualquier
otra unidad, gracias a sus innovaciones en el mantenimiento y rearme de los aviones, y en la
forma en que entrenaron a los reemplazos”.

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