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ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL

SENTENCIA T-080 DE 2021

PRESENTADO POR:
MARIA DANIELA TAFUR VARGAS

PRESENTADO A:
DOC. GILBERTO CUELLAR BOTELLO

ELECTIVA DE ENFASIS 2

UNIVERSIDAD ANTONIO NARIÑO


NEIVA - HUILA
2023
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL
Sentencia T-080/21
Corte Constitucional

Magistrado Ponente:
Alejandro Linares Cantillo

Hechos jurídicamente relevantes:


La sentencia inicia con los antecedentes donde se menciona que la señora Didima
Peña de Sánchez, interpone una acción de tutela en contra del Banco de la
República, pretendiendo que este otorgue la sustitución pensional a su hijo Ramiro
Sánchez Peña quien presenta una discapacidad mental absoluta; sin embargo, el
Banco de la república, no reconoce su solicitud de sustitución pensional en su
condición de hijo con discapacidad que depende económicamente del causante
(Julio Sánchez Cruz).

Dentro de los hechos se expone que el señor Ramiro Sánchez Peña (R), es hijo
del causante Julio Sánchez Cruz y la accionante Didima Peña de Sánchez, nació
el 8 de enero de 1964 y cuenta con una incapacidad mental absoluta, que consiste
en un retardo mental leve moderado y esquizofrenia paranoica; estos certificados
por la EPS Seguro Social, en la fecha de 31 de julio de 1996 y el Instituto Médico
Legal y Ciencias Forenses, el día 28 de agosto de 2009. Se expresa que R, tuvo
dificultades de aprendizaje por lo que no continuo sus estudios sino hasta primero
de bachillerato, nunca ha trabajado, por lo que depende económicamente de sus
padres; este se encuentra afiliado a la seguridad social en calidad de beneficiario y
no tiene esposa, ni hijos. Con esto, se hace mención acerca de unas sentencias
que declaran la interdicción de este por discapacidad absoluta, designando a la
señora Didima (su madre), como su guardadora, decisión tomada por el juzgado
13 de familia de Bogotá y confirmada por la Sala de Familia del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá.

El día 14 de diciembre del 2014, el señor Julio Sánchez Cruz, beneficiario de una
pensión de jubilación por parte del Banco de la República desde el 2 de enero de
1984 fallece. Con ello, la señora Didima, solicita al Banco que se realice el
reconocimiento y pago de la sustitución pensional y de seguro de vida por su
calidad de cónyuge supérstite; y con ello, que se le reconozca a R como
beneficiario por su condición de hijo invalido y dependiente económicamente del
causante. Siendo así, se presentó una nueva solicitud de reconocimiento de
sustitución pensional por parte de la señora Luz Dary Suarez Z., en condición de
compañera permanente, presentando una declaración juramentada hecha por el
causante el 30 de mayo de 2014, donde este afirmaba que se encontraba viviendo
en unión marital con la señora Luz Dary, desde hace más de 40 años; tenían 4
hijos; reconocía que si se encontraba casado con Didima, pero no convivían; y que
le proveía todo a Luz Dary, por ser su compañera.

Siendo así, el 12 de febrero de 2015, la Junta Regional de Calificación de


Invalidez de Bogotá y Cundinamarca, determina que R, presenta un PCL de
42,55% con una fecha de estructuración del 2 de febrero de 2015. Frente a ello, el
Banco niega el reconocimiento de sustitución pensional a R, y solo reconoce a las
señoras Luz Dary y Didima, como beneficiarias de la sustitución pensional,
otorgando a Luz Dary un 68,71% y a Didima un 31,29%; y reconoce el 50% de
seguro de vida en las mismas proporciones que se les reconoció la sustitución
pensional y el otro 50% le es reconocido a los hijos del causante.

Sin embargo, la señora Didima vuelve y solicita al Banco el reconocimiento de


beneficiario a R, presentando las copias de afiliación a salud de la Nueva EPS y el
certificado de incapacidad laboral de fecha 03 de agosto de 2004. A pesar de ello,
el Banco vuelve a negarse ante la solicitud, manifestando que el dictamen
presentado por la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Bogotá y
Cundinamarca, R, no cumple con los requisitos legales para ser beneficiario;
siendo así la Junta, revisa nuevamente a R, el 24 de noviembre de 2018,
hallándole un PCL de 51% con fecha de estructuración 5 de noviembre de 2017.
La accionante, insiste al banco el reconocimiento, esta vez aportando el dictamen
emitido por la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Bogotá y
Cundinamarca, con fecha 24 de octubre de 2018; el historial clínico que contiene
los diagnósticos de retardo mental y esquizofrenia paranoide; el dictamen del
Instituto Médico Legal y Ciencias Forenses del 31 de julio de 1996 y las dos
sentencias, una del 19 de abril de 2010, que declara la interdicción por
discapacidad absoluta, y la otra de fecha 22 de noviembre de 2010, que confirma
la decisión tomada en la primera sentencia del 19 de abril. Siendo así, el banco se
niega una vez más, manifestando que no hay lugar al reconocimiento puesto que
la fecha de estructuración, tuvo posterioridad al fallecimiento del causante.

Con esta situación, las partes interesadas manifestaron su puntos frente a las
pretensiones de la señora Didima, donde el banco indica que esa acción es
improcedente pues no cumple con el requisito de subsidiariedad, por lo que el
escenario judicial apto para manifestar su desacuerdo, es frente a un proceso
ordinario ante el juez laboral del circuito; siendo así, solicita al juez que niegue la
acción de tutela interpuesta por la guardadora de R, puesto que no se estaría
vulnerando ningún derecho fundamental y aclara una vez más que al momento del
fallecimiento del causante, R, no contaba con un PCL igual o superior al 50%. Así
mismo, la señora Luz Dary, compañera permanente del causante, manifiesta que
dichas pretensiones no tienen lugar a prosperar, repitiendo lo que se había dicho
anteriormente, que R, no cumple con los requisitos formales y que la fecha de
estructuración fue después del fallecimiento del señor Julio.

En este caso se presentaron dos sentencias, la sentencia de primera instancia fue


proferida por el juzgado 23 laboral del circuito de Bogotá, en esta se niega por la
improcedencia de la tutela, nuevamente manifestando que el dictamen de PCL
emitido por la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Bogotá y
Cundinamarca, fue de fecha posterior al fallecimiento del causante; frente a esta
decisión, la señora Didima impugna la sentencia por medio de apoderado
indicando que el juzgado no tuvo en cuenta todas las pruebas aportadas que
certifican la incapacidad de R desde el año 1996, y que este desconoce la
protección que se debe brindar a las personas discapacitadas, por lo que pide que
se de protección a los derechos de R. La sentencia de segunda instancia es
proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá - Sala Laboral, en
esta, se confirma la sentencia de primera instancia, nuevamente se declara la
improcedencia de la acción de tutela, indicando que las pruebas no acreditan
perjuicios irremediables e insistiendo en que el medio idóneo para presentar su
desacuerdo, es por medio de proceso ordinario.

Siendo así este proceso es asignado para sustanciación a la sala de revisión 3,


durante su trámite se presenta una suspensión de términos por la emergencia
sanitaria del COVID-19, una vez se levantaron términos, se decretan pruebas
donde la corte solicita a las partes que, en un término de 3 días, informen sobre
algunas preguntas relevantes para el proceso; una vez más se suspenden
términos por un tiempo de 3 meses.

Dentro de las consideraciones, se realiza una revisión acerca de la procedibilidad


de la acción de tutela, concluyéndose que era improcedente dado que como lo
manifestaba el banco, al momento de solicitarlo, no cumplía con los requisitos de
ley y el trámite procesal debió realizarse por medio de la jurisdicción ordinaria
laboral y de la seguridad social. Sin embargo, la Corte admite su procedencia
fundamentándose en que R, es un sujeto de especial protección constitucional al
encontrarse en una situación de vulnerabilidad al ser mentalmente incapaz y por
su situación económica, puesto que este no cuenta con ingresos propios, ni puede
realizar actividades laborales dada su PCL de 50%, por lo que depende de su
madre, una mujer de 84 años; destaca que la señora Didima, había realizado
todas las actuaciones administrativas a su disposición para obtener el derecho
reclamado. Así, mismo, la Corte destaca algunos criterios a tener en cuenta al
momento de evaluar los asuntos que se solicitan y si el medio judicial es idóneo y
eficaz, algunos de estos criterios a tener en cuenta es la edad, estado de salud, la
composición de su núcleo familiar, situación económica, que haya agotado
actividad administrativa y judicial, el grado de formación escolar. Con esto, la
Corte menciona que la acción de tutela si cumple con los requisitos, al no ser
razonable exigirle al actor que inicie un proceso ordinario cuando se encuentra en
una situación económica vulnerable.

Se plantea el problema jurídico que gira en torno a resolver el interrogante acerca


de si el banco vulneró los derechos a la vida digna, debido proceso y seguridad
social se R, al negarle el reconocimiento y pago de la sustitución pensiónale que
solicita, al basarse en que los dictámenes de la junta regional establecen una
fecha posterior a la muerte del causante, ignorando los demás elementos
probatorios; para dar respuesta a este la Corte plantea explicar el derecho a la
seguridad social, centrándose en la sustitución pensiónalo, identificar los requisitos
para acceder a la sustitución pensiónalo por hijo inválido, y dar a conocer cuál es
el procedimiento para reconocer la sustitución pensional.

La sala hace mención del objeto que tiene el sistema de seguridad social integral,
creado con la ley 100 de 1993, siendo este, el garantizar a los particulares el
amparo en las diferentes contingencias que se presenten a causa de la vejez,
invalidez o la muerte, por medio del reconocimiento de pensiones y prestaciones.
Frente a los requisitos para acceder a la sustitución pensional en calidad de hijo
invalido, se fundamenta en el artículo 47 de la ley 100 de 1993, que establece que
tendrán acceso los hijos inválidos que dependían económicamente del causante,
que no tengan ingresos adicionales y que subsistan las condiciones de invalidez.
Siendo así, menciona que para que una persona, tenga acceso a la prestación,
debe acreditar tres requisitos, siendo, la existencia de la relación de parentesco
con el causante, su dependencia económica para su subsistencia y su estado de
invalidez que debe estar debidamente certificado con el porcentaje de pérdida de
capacidad laboral con la fecha de estructuración. Ahora bien, otro punto
importante a destacar por la Corte para tomar la decisión es la manera en que se
acredita el estado de invalidez, destacándose que en los casos de primera
instancia las entidades encargadas de esta calificación podrán ser, Colpensiones,
las ARL, las Compañías de Seguros y las EPS; mientras en segunda instancia
podrá hacerlo la Junta Regional de Calificación de Invalidez. Por lo tanto, recuerda
que existen otros medios probatorios diferentes al dictamen de la pérdida de
capacidad laboral, establecido en el artículo 38 de la ley 100 de 1993, siempre y
cuando este contenga la información necesaria y suficiente que acredite su
estado, algunos de estos medios probatorios son las historias clínicas,
evaluaciones neuropsicológicas y sentencias que declaren la interdicción, tal como
sucedió con R.
Es así como la Corte destaca que no se está vulnerando el derecho a la salud ni el
derecho a la igualdad, pues se encuentra afiliado al sistema de salud en calidad
de beneficiario de su madre y no se evidencia un trato desigual por parte del
Banco de la República, es entonces que ampara los derechos a la vida digna,
mínimo vital y seguridad social, junto a ellos el derecho al debido proceso por no
considerarse en su totalidad las pruebas presentadas por la accionante; con esto
la Sala declara que en el contenido del expediente se encuentran suficientes
pruebas que según la ley 100 de 1993, lo hacen titular del derecho a la pensión de
sobrevivientes en calidad de hijo invalido. Por lo tanto, la Corte decide y ordena,
se le reconozca la pensión de sobrevivientes, al señor Ramiro Sánchez Peña, hijo
del causante Julio Sánchez Cruz, al encontrar acreditado el estado de invalidez en
el contenido de todos y cada uno de los exámenes presentados como prueba;
Estableciendo así que el Banco de la República, al momento de negarse, si habría
vulnerado los derechos a la vida digna, mínimo vital, debido proceso y seguridad
social, del señor R, además de solo considerar como prueba el dictamen expedido
por la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Bogotá y Cundinamarca.

Para concluir, desde mi punto de vista, en efecto el Banco de la República vulnero


los derechos fundamentales a la vida digna, mínimo vital, seguridad social y
debido proceso, puesto que desde que se instauro la acción de tutela, no tuvo
presente la documentación anexada por la accionante, tomando la decisión de
manera deliberada, sin realizar una debida revisión de la misma. Igualmente
considero que esto podría considerarse como una conducta negligente, dado que,
así como no se tuvieron en cuenta la historia clínica, ni la documentación anexa
por la señora Didima, tampoco se tuvo presente que la accionante, era una mujer
de avanzada edad quien lo único que buscaba al iniciar este proceso, era dejar un
ingreso económico seguro a su hijo con invalidez, previniendo así situaciones a
futuro que puedan perjudicarlo, dado que como se mencionó, nunca había
trabajado y tampoco podría realizar actividades laborales a futuro por su PCL de
51%, que si bien se destacó, este progresaba a medida del tiempo.

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