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Los jueces tienen la obligación de resolver todos los casos que dentro de su
competencia les fueren planteados. Las decisiones de los jueces deben estar
fundadas en derecho, lo que implica que siempre podrán cumplir esa obligación 2.
Esto significa que en derecho siempre se encuentra una solución, al menos, para
cualquier problema planteado (vid 19 CPC venezolano, artículo 37 numeral 8°
CPC colombiano). El juez debe dictar sentencia en todo caso que conozca.
1
Doctor en Derecho Universidad de Salamanca. Maestría en Planificación y Desarrollo Regional.
Especialista en Derecho Procesal. Especialista en Derecho Constitucional. Especialista en Derecho
Penal General. Especialista en Derecho Penal Especial. Profesor Universitario de Pre y Postgrado
en Universidades Nacionales y Extranjeras invitado: España: Universidad de Salamanca,
Colombia: Universidad de Medellín, Universidad Libre, y Pontificia Universidad Católica de Perú.
Miembro del grupo de Investigación IUDICIUM Universidad Salamanca. Miembro del Consejo de
Redacción de la Revista de Derecho Procesal de la Universidad de Valencia-España.
Vicepresidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal. Presidente del Instituto de
Derecho Procesal Colombo-Venezolano. Autor de varias obras jurídicas.
2
BULYGIN, Eugenio (2003), “Los jueces ¿crean derecho? Buenos Aires: ISONOMIA N° 18/abril
2003, p. 9.
3
ORTELLS RAMOS, M. (2005). Derecho Procesal Civil, ob. cit. p. 422.
En la sentencia tiene que resolverse el problema planteado como objeto del
proceso y las cuestiones que inciden en el sentido de la resolución sobre él, o
también cuestiones de naturaleza procesal, que impiden un pronunciamiento
sobre el fondo. Así pues, junto a la obligación de dictar decisiones que resuelvan
los litigios y que sea conforme a derecho, el juez debe motivar dichas decisiones.
La obligación de motivar es un aspecto o un elemento integrante de la obligación
de dictar sentencia, dado que la decisión no es cualquier decisión sino motivada y
conforme a derecho4.
En casi todos los códigos procesales las normas que regulan la sentencia
exigen que en la motivación se realice un examen crítico de las pruebas. La
motivación es una garantía puesto que se erige en la forma instrumental para
legitimar que el poder del juez actúe racionalmente. Entendida la motivación en
esta concepción como instrumento para evitar la arbitrariedad del poder judicial.
Vale señalar que la motivación se configura como una dimensión político-jurídica
garantista, de tutela de los derechos. A manera de despejar nuestra asunción
teórica sobre la motivación diré en forma simple que una sentencia está motivada
si en su justificación se aducen buenas y rectas razones
4
HERNÁNDEZ MARÍN, Rafael (2005), Las obligaciones básicas de los jueces, Barcelona: Marcial
Pons, Ediciones jurídicas, p. 143.
5
TARUFFO, Michele (2009), "La motivación de la sentencia”, en obra recopiladora de escritos de
Taruffo Páginas sobre Justicia Civil, ob. cit. p. 520.
conocimiento le permite fundamentar la impugnación de la decisión y solicitar su
anulación o corrección. Tiene derecho a conocer que se da o se tiene por probado
en su contra.
La formación de la prueba
6
GOZAINI, Osvaldo (2005), Elementos de Derecho Procesal Civil, Buenos Aires, Editorial
Rubinzal-Colzoni. p. 378.
A través de los medios de prueba llevamos las fuentes al proceso para
verificar los contenidos materiales de las afirmaciones realizadas por las partes.
Cuando las partes hacer oferta probatoria, en realidad lo que hacen es manifestar
de que fuentes disponen7, y a través de que medios probatorios pueden
trasladarlas al debate probatorio. En la admisibilidad el juez autorizará acerca de
los medios para traer las fuentes al proceso.
Así tenemos que el hecho que fue observado por el testigo y percibido por
su psiquis es preexistente al proceso y esa percepción del hecho existirá así no
haya proceso. Esos testigos son fuente de prueba, y los llevaremos al proceso
mediante la prueba testimonial. Su testimonio se produce en el debate probatorio,
en este sentido puede decirse que se realiza o práctica en el proceso, conforme a
las reglas procesales, en debate contradictorio y público, obteniéndose una
declaración que tiene un contenido material, o datos o informaciones.
Bajo estas premisas es forzoso concluir que para el juez, quien es quien
debe declarar qué está probado y que no, la prueba se forma como producto en el
proceso contradictorio que le posibilita o nutre su conocimiento para realizar el
procedimiento intelectivo de inferencias y conexiones entres los medios y datos
disponibles.
8
TARUFFO, Michele (2002), La prueba de los hechos, Madrid. Editorial Trotta, pp. 349 y ss.
9
FERRAJOLI, Luigi (1995), Derecho y Razón. Teoría del Garantismo Penal, Madrid, Editorial
Trotta, p. 38.
10
GUZMÁN, Nicolás (2006), La verdad en el proceso penal, Buenos Aires: Editorial Editores del
Puerto, p. 137.
deberán los medios probatorios que los trasladen practicarse en debate libre y
contradictorio para que pueda tenerse como resultado probado un hecho.
Así las cosas, se plantea como una tarea del procesalismo científico
contemporáneo la fundamentación y exigencia de que la decisión judicial esté
11
RIVERA MORALES, Rodrigo (2011), La Prueba: análisis racional y práctico, Madrid: Editorial
Marcial Pons, pp. 345 y ss
sustentada sobre un conocimiento racional sostenido en la práctica y formación de
la prueba. El problema mayor que confronta este tipo de conocimiento radica en
cómo conocer los hechos que no se pueden observar, sea porque se trate de
hechos pasados o porque no son observables directamente, o incluso sean
hechos del futuro.
Esto significa que se deben generar un conjunto de reglas que nos permitan
determinar si una hipótesis determinada se puede considerar verdadera. Se trata
de formar reglas que nos procuren la fijación de los grados de confirmación,
sustentabilidad y aceptabilidad de una hipótesis, así como el grado de refutación y
exclusión o rechazo de la hipótesis contraria u otras hipótesis.
12
CUENCA, Humberto (1980), Curso de Casación Civil, Caracas: Edita Universidad Central de
Venezuela, p. 132.
13
IGARTUA SALAVERRÍA, Juan (2003), La motivación de las sentencias, imperativo
constitucional, Madrid: Centros de Estudios Políticos Constitucionales, p. 7.
cincuenta años?. Preguntas válidas, especialmente, cuando no hay precisión en el
alcance del deber de motivar y el significado garantista del mismo.
Frente a esta crítica del proceso actual, que no deja de tener visos de
realidad, los juristas debemos procurar que el proceso sea un auténtico
mecanismo de protección de los derechos. De suerte que es necesario desarrollar
una cultura jurídica alrededor de la racionalidad del proceso y sus decisiones.
17
GUASCH FERNÁNDEZ, Sergi (2009), “La historia de la casación civil española”, en Revista de
Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, N° 33,pp. 345-367.
18
NIETO, A., (1998), El Derecho y el revés, Barcelona: Editorial Ariel, pp. 40-41.
La motivación de la decisión judicial forma parte de los derechos
fundamentales de tutela efectiva y debido proceso. Es así una exigencia
constitucional. En primer lugar, porque el acceso a ser oído implica una respuesta
y esta debe ser conforme a la Constitución y el ordenamiento jurídico. En segundo
lugar, la motivación implica el derecho de conocer lo que obra en contra y el
derecho a recurrir, pues uno y otro se condicionan. Mediante la motivación las
razones la forma porque se tiene un fallo en contra, lo cual permitirá denunciar la
arbitrariedad y los errores de derecho que se hayan cometido.
Por ello pensamos que uno de los problemas que deben ser abordados
debe ser la respuesta a la pregunta ¿Qué es motivar o fundamentar? Lo primero
que hay que tener presente, al enfrentar esta cuestión, es precisamente la
23
JURISPRUDENCIA. ESPAÑA. Tribunal Constitucional (Pleno) Sentencia núm. 258/2007 de 18
diciembre[RTC 2007\258]: Este Tribunal ha reiterado que el derecho a la tutela judicial
8770 8770
efectiva sin indefensión comporta el de obtener una resolución
motivada, razonada y no incursa en arbitrariedad, irrazonabilidad o error patente, de modo que tan
8801 8801
sólo podrá considerarse que la resolución judicial impugnada
8809 8809
vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva cuando el
razonamiento que la funda incurra en tal grado de arbitrariedad, irrazonabilidad o error que,
por su evidencia y contenido, sean tan manifiestos y graves que para cualquier observador
8851
resulte patente que la resolución de hecho carece de toda motivación
8851
o razonamiento (por todas, STC 104/2006, de 3 de abril ( RTC 2006, 104) , F. 7).
8878
Igualmente se ha hecho especial incidencia en el deber de motivación
8878
de las Sentencias condenatorias penales tanto en relación con la eventual
concurrencia de eximentes o atenuantes ( STC 139/2000, de 29 de mayo [ RTC 2000, 139] , F. 6),
como en relación con el ejercicio de las facultades discrecionales que tiene reconocidas legalmente
el Juez penal en la individualización de la pena, imponiendo, para este último caso, no sólo que se
8949 8949
exterioricen las razones que conducen a la adopción de la decisión
, sino que éstas sean razonablemente acordes con los elementos objetivos y subjetivos cuya
valoración exige el precepto aplicable para la individualización de la pena ( STC 148/2005, de 6 de
junio [ RTC 2005, 148] , F. 4). Sin embargo, respecto de la condena al pago de una
responsabilidad civil, se ha destacado que sólo resulta exigible el deber genérico de motivación,
9009 9009
ya que es una condena en sí misma desconectada de los
derechos fundamentales susceptibles de amparo (por todas, STC 104/2006, de 3 de abril [ RTC
2006, 104] , F. 7). Tomado www.usal.es en Aranzadi www.westlaw.es. JURISPRUDENCIA.
VENEZUELA TSJ. SALA CIVIL, Sentencia N° RC-00301, de fecha 22 de mayor de 2008,
expediente N° 07-839, Magistrado ponente Luis Ortiz Hernández: En este sentido, la Sala ha
sostenido en relación al vicio de inmotivación, en sentencia N° 164, de fecha 2 de mayo de 2005,
expediente N° 04-749, lo que a continuación se transcribe: ‘…En relación al vicio de inmotivación,
la Sala en decisión N° 231 de 30 de abril de 2002, juicio Nory Raquel Quiñonez y otros contra
Instituto Autónomo de Policía del estado Yaracuy y otro, expediente N° 01-180, ratificada en fallo
Nº 476 de 26 de mayo de 2004, juicio Avilio José Trujillo contra Inversiones El Rolito, C.A.,
expediente Nº 2002-000099, se dijo lo siguiente: ...El propósito de la motivación del fallo es,
además de llevar al ánimo de las partes la justicia de lo decidido, permitir el control de la legalidad,
en caso de error. Sobre este particular, la Sala ha señalado en reiteradas decisiones, entre otras,
en sentencia Nº 83 del 23 de marzo de 1992, lo siguiente: …La motivación debe estar constituida
por las razones de hecho y de derecho que dan los Jueces como fundamento del dispositivo. Las
primeras están formadas por el establecimiento de los hechos con ajustamiento a las pruebas que
tremenda polisemia y ambigüedad del término “fundamentar”. Recuérdese nada
más lo siguiente: lo que para mí es una “fundamentación” suficiente no lo es para
otra persona, pues generalmente lo que se ofrece como “fundamento” no es más
que un juicio axiológico que no tiene por qué ser aceptado por todo el mundo.
Siempre es posible cuestionar el “fundamento” que se ofrezca como justificación
de una acción.
las demuestran; y las segundas, la aplicación a éstos de los preceptos y los principios doctrinarios
atinentes. Para la Sala en constante y pacífica doctrina, por lo menos a partir de 1906, el vicio de
inmotivación en el fallo, consiste en la falta absoluta de fundamentos y no cuando los
mismos son escasos o exiguos con lo cual no debe confundirse. También ha sostenido la
Sala en repetidas ocasiones que la falta absoluta de motivos puede asumir varias modalidades: a)
Que la sentencia no presente materialmente ningún razonamiento. b) Que las razones dadas por el
sentenciador no guarden relación alguna con la acción o la excepción y deben tenerse por
inexistentes jurídicamente. c) Que los motivos se destruyan los unos a los otros por
contradicciones graves e irreconciliables y, d) Que todos los motivos sean falsos...’. (Negrillas de la
Sala). Tomado www.tsj.gov.ve.
24
En sentido contrario la profesora TECLA MAZZARESE (1996), Forme de razionalità delle
decisioni giudiziali,Torino; Editore Giappicheli, quien se opone al uso de estas categorías
aduciendo que hay muchas diferencias en el manejo científico y las decisiones judiciales, y que en
el ámbito jurídico ha sido confuso el uso de estas categorías contexto de descubrimiento/contexto
de justificación.
25
ACCATINO SCAGLIOTTI, Daniela (2005), La motivación de las sentencias: genealogía y teoría,
Granada: Editorial Universidad de Granada, p. 152.
apunta a aportar las razones convincentes a favor de la decisión elegida, es decir,
cómo puede ser justificada exteriormente26.
Ahora bien, se trata de hacer una buena decisión que sea justa y conforme
a derecho y los principios que conforman la sociedad viva. No se trata de
argumentar simplemente, sino de fundamentar fáctica y jurídicamente la decisión.
Vale decir, que esa elección no es solo una cuestión lógica, sino, y esencialmente,
valorativa (política –en el buen sentido como conducción apropiada del
ciudadano). Esto hace del problema de la fundamentación un problema de
carácter moral que involucra la responsabilidad personal y social de los
magistrados. Por supuesto, existen respecto a la fundamentación jurídica “buenas”
y “malas” razones, “buenos” y “malos” argumentos, tal y como los juristas clásicos
ya lo habían reconocido cuando decían: Argumenta non sunt numeranda, sed
ponderanda (los argumentos no solo deben contarse, sino también pesarse).
Aquello que distingue un “buen” argumento de uno “malo”, representa, por
supuesto, una cuestión valorativa (y no sólo lógica) que resulta extremadamente
difícil resolver y que depende de múltiples factores: el punto de partida teórico e
ideológico de quien argumenta, la consistencia lógica del argumento mismo y su
fuerza persuasiva. El problema de la fundamentación se relaciona, por lo tanto y
de una forma estrecha, con el problema de la verdad, de la aceptación social de
las sentencias y, finalmente, con el problema de los fines de la vida humana27.
26
IGARTUA SALAVERRÍA, Juan (2003), La motivación de las sentencias, imperativo
constitucional, ob. cit. p. 62.
27
SALAS, Minor E., (s/f), “¿Qué significa fundamentar una sentencia? O el arte de redactar fallos
sin engañarse a sí mismo y a la comunidad jurídica”, Universidad de Costa Rica. tomado en
www.uv.es.
fáctica normativa que autorizan la aplicación de la consecuencia prevista en la
norma.
31
ATIENZA, Manuel (1994), Las razones del derecho. Sobre la justificación de las decisiones
judiciales, en Revista de Teoría y Filosofía, Doxa, N° 1, Octubre 1994: “Desde el punto de vista de
la lógica, un argumento es un encadenamiento de proposiciones, puestas de tal manera que de
unas de ellas (las premisas) se sigue(n) otra(s) (la conclusión). El ejemplo tradicional y bien
conocido es el silogismo que tiene a Sócrates como protagonista: Todos los hombres son mortales;
Sócrates es un hombre; luego, Sócrates es mortal. Quien acepta la verdad de las primeras
proposiciones (la mortalidad de los hombres y la humanidad de Sócrates) viene obligado a aceptar
también la última, la conclusión de que Sócrates es mortal. También a propósito de la sentencia
sobre los GRAPO podríamos decir que el tribunal en algún momento efectúa -explícita o, cuando
menos, implícitamente- una inferencia de este tipo. Lo que el Tribunal Constitucional establece en
dicha sentencia podríamos ponerlo, en efecto, en forma silogística o deductiva: [La Administración
tiene la obligación de velar por la vida de los presos, incluso cuando estos, voluntariamente, la
ponen en peligro; con su huelga de hambre, los presos del GRAPO están poniendo en peligro sus
vidas; por lo tanto, la Administración tiene la obligación de velar por la vida de estos presos].
Alguien podría decir que esa no es aún la conclusión a que llega el tribunal, pero una objeción
semejante puede ser fácilmente contestada mediante otro silogismo u otra deducción: la obligación
de la Administración de velar por la vida de los presos implica que cuando su salud corra grave
riesgo como consecuencia de una huelga de hambre, debe alimentarles por la fuerza; la huelga de
hambre de los presos del GRAPO les sitúa, en efecto, en una situación de riesgo grave para su
salud; por lo tanto, la Administración debe alimentarles por la fuerza”.
32
BULYGIN, Eugenio (2003), “Los jueces ¿crean derecho?, ob. cit. p. 13.
y derecho, es demostrar la subsunción del hecho dentro de la norma; la segunda,
exige que el juez desarrolle argumentos en apoyo de la elección relativa a la
norma que ha considerado aplicable como regla de decisión en el caso concreto, y
en apoyo de la interpretación que adoptado de la misma33.
36
GASCÓN ABELLÁN, Marina (2010), Los hechos en el derecho: Bases argumentales de la
prueba, ob. cit. pp. 206 y ss.
37
JURISPRUDENCIA. ESPAÑA. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, STC 220/1998, “La protección
del derecho a la presunción de inocencia comporta, según hemos dicho, ‘en primer lugar ... la
supervisión de que la actividad probatoria se ha practicado con las garantías necesarias para su
adecuada valoración y para la preservación del derecho de defensa ... en segundo lugar ...
comprobar, cuando así se nos solicite, que el órgano de enjuiciamiento expone las razones que le
han conducido a constatar el relato de hechos probados a partir de la actividad probatoria
practicada ...en tercer y último lugar ... supervisar externamente la razonabilidad del discurso que
une a la actividad probatoria y el relato fáctico resultante’ (STC 189/1998, FJ 2; STC 220/1998, FJ
3”.
38
FERRER BELTRÁN, Jordi (2005), Prueba y verdad en el derecho”, Madrid: Editorial Marcial
Pons. p. 35 y ss y 96 y ss.
suficientes para aceptar o dar por verdadera a esa proposición. La aceptación es,
a diferencia de la creencia, un acto voluntario que admite justificación –la que
deberá referir a la suficiencia de los elementos de juicio– y la suficiencia de los
elementos de juicio es, a diferencia de la afirmación de una creencia, una
circunstancia respecto de la cual cabe, desde el punto de vista conceptual, la
equivocación y la crítica.
Así que la motivación sobre las diversos actos que conforman o pueden
surgir en la actividad probatoria requieren de motivación, como un derecho y
garantía del judiciable, entendiéndola como la consideración objetiva de
argumentos jurídicos relevantes a la luz de la situación presentada y del caso y la
narración de la justificación de los criterios de valoración, así como satisfacer las
condiciones de racionalidad lógica, substancial, científica y normativa. La
motivación debe cumplir el principio de exhaustividad, expresando la valoración y
el porqué de cada uno de los medios y su conexión con otros medios. Todos los
medios probatorios practicados deben ser apreciados y valorados, expresando el
resultado sobre cada uno de ellos.
39
RIVERA MORALES, Rodrigo (2010), Actividad probatoria y valoración racional, ob. cit. pp. 656 y
ss.
40
Vid. RIVERA MORALES, Rodrigo (2009), Recursos procesales, ob. cit. p. 342.
En todo caso, la decisión sobre los hechos debe partir de un análisis de lo
aportado por cada uno de los medios de prueba, de sus respectivos valores
probatorios y de las inferencias que se fundamentan en cada medio de prueba 41.
Así, es ineludible un análisis que consiste en la valoración individualizada de todas
las pruebas practicadas, la cual debe incluir los criterios de valoración utilizados,
las inferencias correspondientes y el resultado de la valoración. Todo ello ha de
comprender tanto las pruebas referidas a un hecho principal, como las referidas a
la comprobación de un hecho secundario, cuando corresponda a una premisa
respecto de una inferencia orientada a establecer la ocurrencia de un hecho
principal42.
41
TARUFFO, Michele (2002), La prueba de los hechos, ob. cit. p. 307.
42
GASCÓN ABELLÁN, Marina (1999), Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la
prueba. ob. cit. pp. 180-183.
43
IGARTUA SALAVERRÍA, Juan (2003), La motivación de las sentencias, imperativo
constitucional, ob. cit. pp. 151-154.
44
RIVERA MORALES, Rodrigo (2010), Actividad probatoria y valoración racional, ob. cit. p. 659.
todo el acervo probatorio que surge en el proceso45. Debe tenerse en cuenta que
el resultado particular de un medio probatorio puede, junto a otros, tomar un
significado distinto46.
Conclusiones
3.- Debe haber una fijación descriptiva, sistemática y jurídica de los hechos que
deben ser declarados probados o tenidos por probados.
45
JURISPRUDENCIA. COLOMBIA. Corte Constitucional. Sentencia T-329 de 1996, M. P. José
Gregorio Hernández Galindo: “Para la Corte es claro que, cuando un juez omite apreciar y evaluar
pruebas que inciden de manera determinante en su decisión y profiere resolución judicial sin
tenerlas en cuenta, incurre en vía de hecho y, por tanto, contra Ia providencia dictada procede la
acción de tutela. La vía de hecho consiste en ese caso en la ruptura deliberada del equilibrio
procesal, haciendo que, contra lo dispuesto en la Constitución y en los pertinentes ordenamientos
legales, una de las partes quede en absoluta indefensión frente a las determinaciones que haya de
adoptar el juez, en cuanto, aun existiendo pruebas a su favor que bien puedan resultar esenciales
para su causa, son excluidas de antemano y la decisión judicial las ignora, fortaleciendo
injustificadamente la posición contraria”. JURISPRUDENCIA.VENEZUELA TSJ. Sala Civil,
sentencia N° RC.00591, de fecha 8 de agosto de 2006, expediente N° 05-818, Magistrado ponente
Carlos Oberto Vélez; SALA PENAL, sentencia N° 24, de fecha 29 de enero de 2009, expediente N°
C08-357, Magistrado ponente Eladio R. Aponte. Tomado de www.tsj.gov.ve. JURISPRUDENCIA.
ESPAÑA. Tribunal Supremo (Sala de lo Penal). Sentencia núm. 1377/2003 de 20 octubre [RJ
2003\7316]: “la sentencia guarda un absoluto silencio en relación a los elementos de prueba sobre
los extremos esenciales del relato de hechos, omitiendo toda cita de las pruebas en que se
fundamenta su declaración del estado psicosomático de la víctima, la actuación desarrollada por
los acusados sobre los medios utilizados para abrir a nombre de la anciana la libreta de ahorro a
nombre de aquélla en la que figuraba como «autorizada y facultada» la coacusada, y las distintas
operaciones de transferencias dinerarias efectuadas por los hoy recurrentes así como los
elementos probatorios que acrediten la participación de ambos acusados en los hechos reseñados
en el relato histórico. Ninguna prueba pericial, testifical o documental, directa o circunstancial se
señala en la sentencia como fundamento de convicción del Tribunal sobre el «desarrollo de los
hechos» que alega el motivo casacional, y, mucho menos, se expone la valoración efectuada por
los jueces a quibus de esas ignoradas pruebas para declarar acreditada la realidad de los hechos
descritos en el «factum» y la culpabilidad (en el sentido de autoría material de aquéllos) de los
acusados, vulnerándose de este modo los derechos fundamentales invocados, lo que conlleva la
estimación del motivo de casación y exime a esta Sala del examen de los restantes que conforman
el recurso, debiendo casarse la resolución impugnada y remitirse las actuaciones al Tribunal de
instancia para que redacte nueva sentencia ajustada a derecho”. Tomado de www.usal.es en
Aranzadi www.westlaw.es.
46
FLORIAN, Eugenio (1995), De las pruebas penales, ob. cit., pp. 357 y ss.
4.- La motivación debe ser exhaustiva, integral y suficiente conforme a derecho
para permitir su control por el órgano jurisdiccional superior.
Bibliografía Básica