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10. BARRIOS DE ANGELIS, Dante. Teoría del Proceso. En Maestros del Derecho
Procesal. Montevideo-Bs. As, Editorial Julio César Faira Editores, 2002.
Pág. 234.
11. PALACIO, Lino Enrique. Manual de Derecho Procesal Civil. Décimo Sépti-
ma Edición Actualizada. Bs.As., Editorial Lexis Nexos, Abeledo-Perrot,
2003. Pág. 76 y 77.
TUTELA ORDINARIA 101
12. CAIRO ROLDAN, Cairo. «La naturaleza procesal del amparo». En Ponencias
del II Congreso Internacional de Derecho Procesal organizado por la Uni-
versidad de Lima. Lima, Fondo de Desarrollo Editorial de la Universidad
de Lima, 2002.
102 MARTÍN HURTADO REYES
do. Se prevé en los arts. 399 y ss., aunque otras muchas normas
hacen referencia a él.
El procedimiento recoge básicamente las siguientes insti-
tuciones:
I o ) Fase de alegaciones: Se mantiene la posibilidad de dili-
gencias preliminares (arts. 256 a 263), iniciándose a
continuación la fase alegatoria. La regulación actual de la
conciliación continúa en vigor (DD.1-20 LEC), hasta que la
futura Ley de Jurisdicción Voluntaria disponga lo pertinen-
te, según hemos apuntado al principio. La demanda se regula
en los arts. 399 y 400, a la que hay que acompañar los
documentos procesales, todos los de fondo, y copias perti-
nentes (arts. 264 a 280). La LEC prevé el incidente de
impugnación de cuantía, sin perjuicio de su control de oficio
(arts. 254 y 255). Sigue el trámite de admisión y, en caso
positivo, de emplazamiento (art. 400), previéndose igual-
mente la posibilidad de ampliar la demanda (art. 401.2). A
continuación el demandado contesta a la demanda, acto
igualmente escrito (art. 405), aunque previamente deberá
interponer la declinatoria, en su caso (arts 63 a 65). En la
contestación, además de manifestar las cuestiones de fondo
que tenga por oportunas, puede formular reconvención (arts.
406 a 409), que tiene una regulación muchísimo mejor que
la parquedad actual, u oponerse procesalmente (art. 405.3).
Se mantiene la prohibición de transformar la demanda (arts.
412, 420.1, II y 426).
2o) Fase oral preliminar (la audiencia): A partir de aquí se
entra en la fase oral del procedimiento, citándose para la
audiencia previa al juicio (art. 414.1), en la que se analiza-
rán todas las cuestiones procesales previstas en los arts. 414
a 430. Es posible dictar sentencia inmediata (art. 428.3), o
el sobreseimiento (arts. 421.1, 422.2, 423.3 y 424.2). En
108 MARTÍNHURTADO REYES
1. CONSIDERACIONES GENERALES:
£
1 Estado como ente privilegiado y excluyeme para
el otorgamiento de tutela jurisdiccional a través
de sus Jueces, cada vez soporta más el embate
de la complejidad de los conflictos intersubjetivos que
derivan del sustrato social, para el otorgamiento de
esta tutela jurídica se vale siempre del proceso. Sin
embargo asistimos hoy a una realidad donde el fenó-
meno social ha superado los instrumentos procesales
que utiliza el Estado para otorgar tutela de manera
eficaz, adecuada y oportuna.
Esta visión problemática de la falta de mecanis-
mos adecuados para solucionar situaciones nuevas que
exigen atención rápida y prioritaria han generado pre-
ocupación en la doctrina y jurisprudencia para
proponer nuevas herramientas procesales que hagan
112 MARTÍNHURTADO REYES
3. MONROY GÁLVEZ, Juan y Monroy Palacios Juan. Del mito del proceso ordi-
nario a la tutela diferenciada. Apuntes iniciales. Material de Trabajo del
Seminario de Temas Procesales realizado por Ius et Veritas el 28 de mayo
al 02 de junio de 2000 en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
TUTELA DIFERENCIADA 115
del derecho material. Si cierta pretensión del derecho material está invo-
lucrada en una situación de emergencia, la única forma de tutela adecuada
de esta pretensión es aquella que puede satisfacerla con base en cognición
sumaria». Agrega que «como observa el Profesor Donaldo ARMELIN, esas
formas especiales de tutela jurisdiccional, que para algunos constituye la
mayor novedad científica del campo del proceso civil, tienen en cuenta la
naturaleza de los derechos planteados y los mecanismos necesarios para
su efectiva satisfacción». Rodrigo CARVALHO en la «Tutela Jurisdiccional
Diferenciada como medio eficaz de adaptación de prestación jurisdiccio-
nal». Extraído de Internet en www.neofito.com.br.
7. PÉREZ RAGONE, Alvaro J.D. «Concepto estructural y funcional de la tutela
anticipatoria» en Revista Peruana de Derecho Procesal IV. Lima, Estudio
Monroy Abogados, diciembre de 2001.
118 MARTÍN HURTADO REYES
René HERRERO, nos hace una reseña muy importante sobre el «refere»
en Francia, señalando que éste data desde el Siglo XVII. Su origen se
remonta a las prácticas del Chatelet de París y su partida de nacimiento
es el Edicto para la Administración de Justicia de Chatelet del 22 de
enero de 1665. El refere consiste en una decisión provisional de carác-
ter urgente que adopta el Presidente del Tribunal Civil, previa audiencia
de la contraria, cuando la ley le atribuye competencia para disponer
medidas que sean necesarias (salvo condenar al pago de suma de dine-
ro, con. la única excepción, del réféce «provisión», rescindir un contrato
de arrendamiento declarar nulo un acto manifiestamente ilícito) res-
pecto de un caso vinculado a la cuestión principal no sometida a su
conocimiento. La citación de la contraria podía realizarse en días festi-
vos y la audiencia celebrarse en el domicilio del Presidente del Tribunal,
a puertas abiertas. En el «refere clásico» el Presidente puede pronun-
ciar en caso de urgencia cualquier medida que fuere necesaria, siempre
que no hubiere una «contestación sérieuse», es decir, una total falta de
fundamentación en la petición de la medida (similar al «fumu boni iu-
ris»), pero cuidando de no pronunciarse sobre el fondo. El refere
«conservativo» o de «remise en état» para prevenir un daño inminente o
para hacer cesar un trastorno manifiestamente ilícito, aun en caso de
ausencia de «contestación sérieuse» (es decir, de falta de fundamenta-
ción del pedimento). En el «refere de provisión» no opera la urgencia
sino la evidencia del crédito, y se suele despachar en los supuestos de
daños corporales en los accidentes de transito, de reparación de daños
por defectos de construcción, alquileres impagos. El refere «injuction», u
TUTELA DIFERENCIADA 119
1. IDEAS PRELIMINARES:
£
mpecemos este capítulo citando un fallo expe-
dido en EE.UU por el Juez Learned Hand en
1947, caso seguido entre «US vs.Carroll Towing
Co.», un caso famoso que sirve de leading case en De-
recho de Daños. En este proceso se interpuso demanda
contra la armadora de un remolcador que en el puer-
to de New York arrastraba una línea de barcazas, una
de las cuales, «Anna C» rompió las amarras y fue a
colisionar con un petrolero, hundiéndose, se reclamó
por la falta de vigilancia en esas amarras. En este caso
se estableció un importante principio en el Derecho
de Daños el que luego fue conocido como «Fórmula
de Hand», según la cual si el coste de un accidente es
menor que el coste de evitarlo, una empresa econó-
micamente racional preferirá pagar la indemnización
que gastar más en prevenir el perjuicio.
128 MARTÍNHURTADOREYES
daño propio para los primeros, hasta el punto de afirmarse de que los
terceros protegidos serían causantes de aquel perjuicio: evitar su mal
afecta a los industriales. Agrega que el problema suele dilucidarse pro-
pugnando el sacrificio menor, es decir soslayado los deberes preventivos
Y citando a HIGHTON señala si la utilidad de evitar el perjuicio es mayor que
'a pérdida que se sufrirá en otro lugar (...). Así pues, la comparación entre
'o que se gana y lo que se pierde al impedir una conducta con efectos
Perniciosos sería decisiva para permitirla o para prohibirla. ZAVALA DE
RONZALES, Matilde. Resarcimiento de daños. Tomo 4. Presupuestos y fun-
ciones del Derecho de daños. Bs.As., Editorial Hamurabi, 1999, pág. 421.
130 MARTÍN HURTADO REYES
Por ello es que suscribimos lo dicho por Adela SEGUÍ quien señala que el
tema de la prevención de los daños responde a un principio general de
prevención inmanente a cualquier ordenamiento jurídico del mundo civi-
lizado. En tiempos en que la evolución del sistema jurídico ha colocado en
el centro de sus preocupaciones a la persona humana, protegiéndola en
sus derechos inherentes y en los bienes que hacen a su confortabilidad
como los bienes que le pertenecen colectivamente como integrante de la
sociedad, se impone que el Derecho se haga cargo de la preocupación por
una tutela eficiente del hombre desde esta perspectiva, intensificando la
protección eminentemente preventiva de los daños. La presencia en el
ordenamiento jurídico de Derecho positivo de normas aisladas de carác-
ter inhibitorio, que permiten una actuación jurisdiccional preventiva ante
la sola amenaza de producción de daños, sin que sea preciso que los
mismos se hayan verificado, en particular en resguardo de derechos con-
siderados fundamentales, permite la construcción -por vía de comparación-
de una teoría general de un sistema de tutela preventiva. Ese nuevo
mecanismo de tutela de los derechos es diferente de la tutela civil resar-
citoria por cuanto atiende a un supuesto de hecho diferente. Prescinde de
la verificación de un daño y le basta con la sola amenaza de su
producción. La construcción conceptual de ese nuevo mecanismo de tu-
TUTELA PREVENTIVA 133
más abstractas que dan razón de, o prestan base y fundamento al Dere-
cho» (ARCE y FLÓREZ-VALDÉS, 1990, p. 63. El Digesto (1,1, 10) recoge ya
una definición de ULPIANO según la cual Iurís praecepta sunt haec: hones-
te vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere. El primero de los
tres preceptos en que los romanos condensaban su idea del Derecho,
honeste vivere (vivir honestamente), destaca a la persona como sujeto
básico del Derecho, así como la importancia de la buena fe en cuanto
fundamento de la seguridad jurídica y del tráfico. El segundo, alterum
non laedere (no dañar al otro), constituye el fundamento del principio de
responsabilidad y del deber indemnizatorio. Y el tercero, suum cuique
tribuere (dar a cada uno lo suyo), aparecería como el título legitimador de
la existencia del estado y del poder judicial en cuanto sujetos encargados
de resolver los conflictos jurídicos dando «a cada uno lo suyo» -atenién-
dose al sistema de fuentes, y con la obligación inexcusable de dar solución
a esos conflictos. Juan José GONZÁLEZ FERNÁNDEZ. «Los principios y funcio-
nes del derecho. El problema de la proliferación normativa». Obtenido de
Internet en www.noticias.juridicas.com.
6. En Revista de Derecho Privado Comunitario, N° 15, Doctrina, «Acciden-
tes», Aída KEMELMAJER DE CARLUCCI, págs. 265 y sgtes. y «La Responsabilidad»,
libro en homenaje de Isidoro GOLDEMBERG, dirigido por Atilío Alterini y
Roberto López Cabana, págs. 8 9 y 2 7 1 .
TUTELA PREVENTIVA 135
2. CONCEPTO:
Luiz Guilherme MARINONI aborda el tema con la denomi-
nación de tutela inhibitoria o tutela de prevención de lo ilícito
quien señala si es imprescindible una tutela dirigida únicamen-
te contra la probabilidad de la práctica del ilícito, es también
necesaria la construcción de un procedimiento autónomo y su-
ficiente para la prestación de esta modalidad de tutela - agrega
- que es preciso construir, en otras palabras, un procedimiento
que culmine en una sentencia que ordene, bajo pena de multa, y
que admita una tutela anticipatoria de la misma naturaleza. Se-
ñala MARINONI que lo ilícito no lo debemos entender como
sinónimo de hecho dañoso, este tipo de tutela que impide la
practica de lo ilícito, su repetición o continuación, es esencial-
mente preventiva, ya que siempre mira para el futuro.
Finalmente indica que se trata de una tutela jurisdiccional im-
prescindible dentro de la sociedad contemporánea, en que se
multiplican los ejemplos de derecho que no pueden ser adecua-
damente tutelados por la vieja forma de equivalencia pecuniaria,
es absolutamente necesaria para la protección de los llamados
nuevos derechos. 7
Jorge PEYRANO prefiere llamar a esta institución como tu-
tela preventiva, dejando de lado la denominación inhibitoria,
pues señala que su uso puede provocar equívocos que pueden
hacer pensar que la función judicial preventiva postulada por
vía de acción sólo puede proteger a quien pretenda hacer cesar
conductas que los puedan llegar a perjudicar. Define a la acción
10. MONROY GÁLVEZ, Juan y MONROY PALACIOS, Juan. Del mito del proceso
ordinario a la tutela diferenciada, apuntes iniciales. En Revista Peruana
de Derecho Procesal. No. IV. Estudio Monroy Abogados. Pág. 166.
11. LLAMAS POMBO, Eugenio. «Tutela Inhibitoria del Daño (la otra manifesta-
ción del derecho de daños)» en Estudios Jurídicos en Homenaje al
Profesor Luis Diez Picazo. Tomo II. Madrid, Editorial Thomson-Civitas,
2003. Pág. 2203 a 2225.
12. GOZAÍNI, Oswaldo Alfredo. «El amparo como vía de prevención del daño».
La Ley, 2000-F, Pág. 1106.
138 MARTÍN HURTADO REYES
tar para que ésta sea viable en función de una vinculación razo-
nable.13
Conforme a la opinión de SAUX la tutela inhibitoria se mate-
rializa a través de la asignación al Tribunal de la facultad de adoptar
medidas tendientes a evitar la causación de daños futuros. Desde
la óptica del derecho sustancial, el tema adquiere ribetes absolu-
tamente trascendentes, en cuanto asume una función que
tradicionalmente fuera ejercida por el Derecho Administrativo y
por el Procesal, otorgando un singular activismo al Juez en el
actuar ex ante la previsible causación del daño, sin limitar su
función tradicional de resarcir perjuicios expost.1*
Matilde ZAVALA DE GONZÁLES prefiere denominarle tutela sus-
tancial inhibitoria, e indica que ésta tiene por objeto la prevención
del daño mediante una orden para impedir que se cause (en
caso de amenaza de lesión) o bien, para que cese su producción
{si la actividad ofensiva ya se ha iniciado y es previsible su con-
tinuación o reiteración). Dicha tutela se traduce en un mandato
que dispone la abstención de un comportamiento ilícito o peli-
groso la realización de acciones que eliminen un riesgo injusto
de lesión o de continuidad. Normalmente, esa orden o mandato
emana del juez, pero en algunas hipótesis la ley autoriza a la
autoridad administrativa a brindar dicha protección (caso de la
protección al consumidor). 15
13. LORENZETTI, Ricardo Luis, «La tutela civil inhibitoria», La Ley, 1995-C, Pág.
1217 y sgtes.
14. SAUX, Eduardo Ignacio. «La Tutela inhibitoria y la multa civil. Dos modos
de evitar la causación del daño en el nuevo proyecto de código civil argen-
tino». Tomado de Internet en www.alterini.org/tonline/to_sel .htm.
15. ZAVALA DE GONZÁLES, Matilde. Resarcimiento de daños. Op. citada, pág.
427 - 4 2 8 .
TUTELA PREVENTIVA 139
20. LEIVA, Claudio Fabricio. «La llamada tutela inhibitoria contra daños en la
Ley de Defensa del Consumidor» Ponencia presentada en el VII Congreso
Internacional de Derecho de Daños, Responsabilidad en el Siglo XXI,
realizado en Buenos Aires, 2, 3 y 4 de octubre de 2002- Fac. de Derecho
- Univ. de Buenos Aires. Tomada de Internet en www.aaba.org.ar
146 MARTÍN HURTADO REYES
3.5. Legitimación:
Como parte activa en el pedido de tutela preventiva ten-
dremos al sujeto que intenta prevenir la consumación de un
potencial daño en el futuro, esto quiere decir impedir, evitar,
alejar un daño o peligro, es el sujeto llamado a poner en movi-
miento el órgano jurisdiccional en defensa de sus intereses, pero
como es obvio este pedido de tutela jurisdiccional de carácter
preventivo, tendrá un destinatario, el mismo que se denomina
sujeto pasivo, el cual podemos definir como aquel que soporta-
rá y de ser el caso resistirá o aceptará la pretensión preventiva
que proponga el sujeto activo, entre estos sujetos encontramos
al Estado o particulares, pues ambos pueden ser pasibles de ser
emplazados con pretensiones de tutela preventiva.
23. MONROY GÁLVEZ Juan y MONROY PALACIOS Juan. «Del mito del proceso ordi-
nario a la tutela diferenciada, apuntes iniciales». En Revista Peruana de
Derecho Procesal. No. IV. Estudio Monroy Abogados. Pág. 165.
24. La cual se materializa con el ejercicio de una pretensión buscando aclarar
una duda respecto de algún extremo de una relación jurídica pre existen-
te, se genera con esta pretensión una consulta ante el órgano jurisdiccional
para que éste levante una incertidumbre jurídica, que aclare determina-
do aspecto de esta relación jurídica, no busca una decisión de condena
que ordene un dar, hacer o no hacer, en consecuencia no tier.e etapa de
ejecución, simplemente tiene por objeto la declaración de la existencia o
no de un derecho.
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25. FUENTE ERREPAR, Eduardo. «La acción declarativa, ¿tiene monto económi-
co?». Tomado de Internet en Legalmania.com.
152 MARTÍN HURTADO REYES
5. ÁMBITO DE APLICACIÓN:
El ámbito en el que puede utilizarse este tipo de tutela es
amplio, así tenemos que es procedente el uso de este tipo de
tutela para los llamados derechos constitucionales de tercera
generación27, igualmente sirven para la protección de los dere-
superaciones del sistema clásico que sólo genera la reacción jurídica fren-
te al daño ya producido. LEWA, Claudio Fabricio. La llamada tutela inhibitoria
contra daños en la Ley de Defensa del Consumidor. Op. citada.
158 MARTÍN HURTADO REYES
6. RASGOS SUSTANCIALES:
Esta tutela tiene un perfil especial, justamente por los dere-
chos de tercera generación y personalísimos o de interés difuso
que busca proteger, ya que en estos casos la tutela que se conceda
contiene una obligación de hacer o de no hacer (mandato de con-
dena) que debe ser cumplida por parte del sujeto que propicia el
potencial daño que amenaza los intereses del peticionante, así la
conducta comisiva u omisiva que se ordene con el mandato judi-
cial busca proteger generalmente derechos de orden
extrapatrimonial, no valuables en términos económicos, este
mandato no es posible que sea cumplido por tercero ni sustituido
con una prestación dinerada, es por ello que por este último ras-
go se señala que la condena que dispone la orden judicial es
infungible, esto quiere decir que no puede ser sustituida por otra
prestación, concretamente con una prestación que busque una
reparación patrimonial, pues esta tutela tiende a evitar que se
produzca el daño, o que continúe su ejercicio, no busca el resar-
cimiento. No es posible entonces hablar en la tutela inhibitoria de
la sustitución de un derecho que se pone en peligro de ser dañado
por una indemnización, por el contrario su carácter no subroga-
torio hace que se constituya una garantía misma del derecho.
Es por ello que Jorge PEYRANO30 la denomina tutela pre-
ventiva diferenciada, porque contiene una tutela con rasgos
especiales, prefiriendo llamar acciones preventivas indiferen-
ciadas a aquellas formas de tutela con contenido patrimonial,
sobre derechos fungibles y las condenas son susceptibles de ser
ejecutables por terceros o son sustituidas dinerariamente sin
mayores inconvenientes.
1. CONSIDERACIONES GENERALES:
y
a hemos anotado que la tutela ordinaria en es
tos tiempos ha mostrado ciertas deficiencias
para la solución de problemas que requieren
de atención rápida, tomando en cuenta que el hecho
jurídico denominado tiempo, resulta hoy en día de
suma importancia en el proceso, pues en determina-
das circunstancias el tiempo es factor fundamental para
determinar certeza en el juzgador para la toma de
decisiones (en la tutela ordinaria), pero en otras se debe
más bien luchar en contra de él, pues es nocivo y per-
judicial para los derechos e intereses que se discuten
en el proceso (tutela urgente).
La morosidad en el otorgamiento de tutela juris-
diccional por parte del Estado ha convertido el proceso
civil en un instrumento para la solución de conflictos
168 MARTÍNHURTADO REYES
2. DEFINICIONES:
La teoría cautelar ortodoxa5 no ha podido dar respuestas
adecuadas a ciertos requerimientos de los justiciables que cla-
8. MONROY GÁLVEZ, Juan y MONROY PALACIOS, Juan. «Del Mito del Proceso
Ordinario a la Tutela Diferenciada, apuntes iniciales» en Tutela Procesal
de los Derechos. Lima, Palestra Editores, 2004. Pág. 23 y ss.
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1. GENERALIDADES:
n este acápite del trabajo nos referiremos a la
mentos para defender los derecho subjetivos, sino que sirven para
garantizar la eficacia, en tanto a la seriedad de la función juris-
diccional. En tal virtud la burla que pretenda ejercer el pretenso
deudor demandado basado en la dilación del proceso, disponien-
do o escondiendo sus bienes u otras acciones que hagan posible
la mofa de la condena se ve protegida por las medidas cautelares,
con éstas el Imperium judiéis aparece protegido y ven reducidas
así las posibilidades de que la tardía emisión de una sentencia
colabore para la insatisfacción objetiva de la pretensión del actor.
Algunos, sin faltarle razón, como SPOTA han visto en las
medidas cautelares «elementos útiles para alcanzar una mejor
justicia».
En consecuencia, resumiendo podemos decir que las me-
didas cautelares sea la que fuere su naturaleza o finalidad5
ayudan ineluctablemente a fortalecer el valor «eficacia» del pro-
ceso civil. Eficacia que resulta inescindible con la tutela
jurisdiccional, pues básicamente son ambas las que implícita-
mente busca el justiciable cuando usa el proceso como
instrumento para el logro de su pretensión; la misma que según
PEYRANO -del cual somos epígonos- pueden satisfacer formal-
mente la sed de justicia o calmarla sustancialmente.6
es, por ejemplo, que abundan los fallos de la Corte Suprema de Justicia de
la Nación que insisten en la necesidad de dictar decisiones jurisdiccional-
mente «eficaces», ven la repulsa de aquellas sentencias cuyo único mérito
sea el de constituir un grupo de frases bellamente escritas pero carentes
del afán de hacer justicia en serio. Más vale a veces un empeño desmaña-
do en procura de alcanzar el valor «justicia», que una estructura impecable
y elegante pero despreocupada por el contenido de la resolución dictada.
Continua diciendo, que la pepita de oro de la justicia se halla oculta en el
cieno de una sentencia primorosa.
7. MONROY GÁLVEZ, Juan. Temas de Proceso Civil. Lima, Ediciones Librería
Studium, 1987 . Pág. 16.
184 MARTÍN HURTADO REYES
a) Instrumentales
b) Jurisdiccionales
c) Provisorias
d) Variables
e) Revocables
f) Discrecionales
g) Implican responsabilidad
h) Están sujetas a caducidad
i) Se dictan in audita altera pars
2.1. Instrumentalidad:
i.
12. En Doctrina el tratadista Ugo Rocco expresa sus ideas negando la carac-
terística de instrumentalidad de las medidas cautelares, señalando que
en su esencia intima las providencias cautelares no tienen carácter ins-
trumental ni están preordenadas a la providencia llamada definitiva y en
particular a la providencia de mérito, que sólo mediante la declaración de
certeza de la existencia o inexistencia de los intereses sustanciales, incier-
tos y opuestos, conducen a la eliminación del conflicto. Rocco, Ugo. Tratado
de Derecho Procesal Civil. Bogotá - Bs.As., Editorial Temis - Depalma,
1977. Tomo V, Parte Especial. Pág. 417.
188 MARTÍN HURTADO REYES
2.2. Jurisdiccionalidad:
Se dice que las medidas cautelares son jurisdiccionales en
virtud a que su despacho o concesión está reservada a la deci-
sión de una autoridad judicial. En doctrina se ha tratado de
determinar, sí estas medidas son una manifestación de la activi-
dad jurisdiccional del Estado, tomando en cuenta que ellas son
dictadas por diversos órganos del Poder Judicial.
Esta característica en nuestro medio no es absoluta, es
decir que la facultad de dictar medidas cautelares no sólo está
reservada como exclusiva para el Estado a través de sus órga-
nos jurisdiccionales, sino que más bien el legislador ha ampliado
el horizonte de éstas y le ha brindado la posibilidad para que
algunos organismos y/o autoridades administrativas tengan tam-
bién la posibilidad de dictarlas.21
2.3. Provisionalidad:
La idea de la tutela cautelar en cuanto trata de evitar per-
juicios derivados del proceso, hace que la materia cautelar exista
mientras persistan las condiciones que la provocaron. De ello se
deriva que la materia cautelar tenga característica de provisiona-
lidad con la definición del derecho debatido en el principal.26
24. REDENTI, Enrico. Derecho Procesal Civil. Tomo II. Bs.As., Ediciones Jurídi-
cas Europa-América, 1957. Pág. 244-245.
25. MONROY GÁLVEZ, Juan. Op. citada. Pág. 35
26. CASTAGNET Jorge E. y BARLUENGA Horacio D. «Las llamadas Medidas Caute-
lares en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación» En Práctica
196 MARTÍN HURTADO REYES