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UNIDAD I
[2] BARINGOLTZ, S; LEVY, R. (2012). PUENTES EN TERAPIA
COGNITIVA.
CAP 1. PROBLEMAS Y ALTERNATIVAS EN TERAPIA COGNITIVA.
PANORAMA DESDE EL PUENTE
El terapeuta cognitivo considera al ser humano como un científico que en terapia
aprende activamente a detectar y trabajar con estrategias de tipo cognitivo, emocional,
conductual, lingüístico y narrativo para lograr un cambio psicológico relacionado con
procesos de conocimiento y propio del funcionamiento del ser humano como un todo.
Desde el puente= tener una visión global para reflexionar, analizar, sintetizar,
diferenciar, relacionar, evaluar y tomar decisiones.
Mahoney (2005): un problema es una discrepancia entre cómo una persona piensa
que son las cosas y cómo aspiran o les gustaría que fueran.-
La evaluación inicial supone una visión amplia, desde un lugar estratégico que
considere las variables y las personas implicadas en la situación de consulta para
identificar si hay un problema y cuáles son sus particularidades.
Las clasificaciones diagnósticas son útiles para poder hablar un lenguaje en común.-
En la evaluación inicial, uno de los propósitos es identificar cuáles son los factores
intervinientes en la etiología y mantenimiento de la situación problemática.-
Si considero que no soy el terapeuta indicando para el caso, dedico especial cuidado a
la derivación y su fundamentación.-
Una buena evaluación diagnóstica inicial puede ser en sí misma terapéutica si brinda
respuestas a las preguntas del paciente y ofrece opciones para su problema, puede
tender el puente de acceso a un camino que provea experiencias de alivio a su
malestar.
Panorama general
Mahoney (2005): “hay dos maneras de encarar los problemas: cambiar las cosas, o
cambiar las interpretaciones y expectativas sobre las cosas”.-
Al bajar a la práctica, hay que revisar y muchas veces modificar el plan previsto; esto
requiere volver a subir al puente para tener una visión de conjunto y reflexionar.-
Para dirigir hacia los objetivos compartidos con el paciente, es necesario planificar
estrategias que señalicen el camino y delimiten cursos de acción. Las técnicas son
secundarias a la estrategia.-
Otro pilar importante del puente en construcción es el trabajo del terapeuta sobre su
persona, su terapia personal.-
- Terapia personal;
- Formación teórico-clínica;
- Supervisión;
- Trabajo en equipo interdisciplinario;
- Habilidades interpersonales;
- Ética y valores;
- Flexibilidad;
- Sentido común;
- Creatividad;
- Sentido del humor;
- Auto-monitoreo;
- Empatía;
- Curiosidad y deseos de investigar;
- Capacidad de observación;
- Humildad;
- Auto-aplicación de técnicas cognitivas;
- Sensibilidad;
- Visión integral.-
Utilizar mis emociones como puente es utilizar mi persona como herramienta, para
sentir junto con el paciente.-
Detrás de la pantalla
El mito del terapeuta sobrehumano al que no le pasan cosas, no sufre y todo lo puede,
probablemente esté enraizado en la interpretación errónea de enfoques que sustentan
el estandarte de la imparcialidad del analista. El terapeuta funciona como una pantalla
neutra en la que el paciente deposita sus imagos parentales.-
La visión mítica del dueño del saber que nunca se equivoca, impermeable a los
estímulos, en pos de la disociación instrumental y al servicio de la neutralidad, hacen
grandes esfuerzos por ocultar atisbos emocionales.-
Safran (1994): “el terapeuta es un ser humano con sus propias dificultades y zonas de
particular sensibilidad, y estas interactúan inevitablemente con los problemas y puntos
sensibles del paciente”.
Un mundo de sensaciones
Greenberg (1996): los esquemas emocionales son modelos internos que proporcionan
nuestro sentido de significación emocional. Son estructuras sintetizadoras en varios
niveles de procesamiento que integran:
Puentes y canales
Para que podamos utilizar nuestras emociones como puente para cambios
estratégicos, tenemos que estar dotados de una sensibilidad y capacidad de
introspección que nos posibiliten diferenciar, en nuestra música interna, qué
escuchamos de nosotros y qué nos habla el paciente. Una vez que lo identificamos
debemos decidir si lo vamos a comunicar, cuando, para qué, cómo y a través de qué
canal.-
Autenticidad no supone decir o hacer todo lo que a uno se le ocurra, sino relacionarse
desde una “disciplinada espontaneidad”.
Cuando las emociones del terapeuta hacia el paciente pasan a ser un escollo, el mejor
puente puede ser la decisión de derivarlo.-
Señal de ajuste
1. Armonía empática con la experiencia del paciente (proceso del terapeuta para
conectarse con el paciente);
2. Vínculo genuino de aprecio y aceptación del paciente (importancia de
comunicárselo); y
3. Colaboración del paciente en el tratamiento.-
El vínculo terapéutico es una relación real. Ser auténtico es ser apropiadamente
congruente, íntegro, abierto y real, sin renunciar al propio estilo.
Hay una serie de señales que hay que ir ajustando para que las emociones sean un
vehículo facilitador del cambio. Stern (1991):
Cuando no hay un buen ajuste de estas señales, los puentes pueden convertirse en
atascos, por desentonamiento o sobre-entonamiento.
Para que el vínculo con el paciente sea terapéutico en sí mismo, el terapeuta tiene que
cuidar el instrumento: sus emociones. Tiene que mostrarle el rumbo al paciente a
través del modelo de su propia persona.-
Estas consideraciones nos llevan a ocuparnos, de las funciones actuales del psicólogo
clínico, entre las que cabe señalar:
1) La EVALUACION psicológica, que supone el estudio científico del
comportamiento, así como el análisis de las dimensiones básicas de la personalidad
humana.
A lo largo de la historia ha existido en todo momento una gran preocupación por los
problemas y el bienestar humano. El análisis histórico de la percepción, y actitudes
respecto de los trastornos mentales nos ha permitido apreciar en su debida
perspectiva los avances realizados en cada momento y la situación en que nos
encontramos en el presente.
Cuando las sociedades se hacen + complejas, como ocurre con las civilizaciones
antiguas, donde ya existe una cierta división social del trabajo y en las que el poder
esta simbolizado en un emperador identificado con la divinidad. La ideología
dominante va siendo cada vez menos mágica y + ppte religiosa. Las alteraciones del
comportamiento son percibidas desde una perspectiva religiosa. Toda la sabiduría
médica estaba asociada a los dioses y a sus revelaciones.
Galton fue el 1º en estudiar las diferencias psicológicas entre los individuos. Cattel
constituye el 1º test mental en 1890. Binet y Simon desarrollaron la 1º prueba eficaz de
inteligencia que ha sido prototipo para la mayoría de las pruebas de inteligencia.
4) Intervención en crisis para ayudar a las personas a que puedan manejar los
problemas graves en el momento en que ocurren.
Según el estudio europeo dirigido por Wittchen (2011), el 32,8 % de los europeos sufre
un T mental cada año, pero solo 1/3 de ellos recibe tratamiento.
Además del aumento de los T mentales, las demandas terapéuticas a los psicólogos
sanitarios/clínicos y a los psiquiatras han cambiado mucho durante los últimos años.
Ahora se tiende a consultar, además de por los cuadros clínicos “tradicionales”
(depresión, T de ansiedad, adicciones, etc.) por problemas “menores” derivados de
una exigencia de una mayor calidad de vida por parte de los pacientes, estos reflejan
una patología del sufrimiento o de la infelicidad, es decir una situación de
insatisfacción personal (x ej. el duelo por la pérdida de un ser querido, conflictos de
pareja, problemas de estrés laboral, etc) a la que hay que buscar algún tipo de
respuesta asistencial al margen de los centros de salud mental.
De hecho hay una tendencia malsana por asignar a todos los problemas un nombre
clínico, unos síntomas y un tratamiento: tendencia que se ve acentuada por el
marketing de la industria farmacéutica dirigido a médicos y pacientes. Por esto hay
que ser precavido ante los nuevos supuestos diagnósticos clínicos: como el síndrome
posvacacional, síndrome de Diógenes, vigorexia, síndrome de alienación parental,
síndrome de Ulises, son unos de los más populares. Los cambios sociales y
demográficos no son ajenos a esta problemática. Hay 3 factores recientes imp que
pueden dar cuenta de esta realidad: el envejecimiento de la población, el aumento de
inmigrantes y la crisis económica.
La legislación española (normativa U.70 del anexo II del real decreto 1277/2003 de
Autorización de Apertura de Centros Sanitarios) define al psicólogo clínico como el
especialista responsable de realizar el diag, eval, tratamiento y rehabilitación de los T
mentales, emocionales, relacionales y de comportamiento, mientras que las funciones
del psicólogo general sanitario están referidas a la “investigación, evaluación e
intervención psicológica sobre aquellos aspectos del comportamiento y la actividad de
las personas que influyen en la promoción y mejora de sus estado generales de salud,
siempre que dichas actuaciones no requieran de una atención especializada por parte
de otros profesionales sanitarios”. Hay 2 componentes importantes en esta norma:
A pesar de que el ámbito de actuación del psicólogo clínico sea bastante claro y se
cuente por años de experiencia, es importante diferenciarlo del ámbito de actuación
del psicólogo sanitario gral ya que es una profesión nueva y sus funciones pueden
resultar ambiguas.
Los psicólogos generales sanitarios pueden atender a ese gran grupo de pacientes
que acuden a los psicólogos en busca de ayuda para hacer frente a los problemas de
la vida y resolver situaciones de infelicidad y malestar emocional. De este modo estos
profesionales pueden ofrecer orientación, consejo y apoyo psicológico a los pacientes
para superar sus dificultades. Al uso abusivo del término “terapia” que se ha
desnaturalizado y gastado semánticamente, conviene sustituirlo por otros términos
como “orientación o apoyo”. Por ej) hablar de orientación fliar en lugar de terapia fliar,
porque no es propiamente una tarea de personas enfermas, o hablar de apoyo grupal,
en lugar de terapia de grupo.
Las competencias de estos profesionales pueden abarcar al menos los sig puntos:
Según la disposición adicional 7ma de la Ley Gral de Salud Pública 33/2011: Supone
en la práctica la reducción de la actividad profesional de los psicólogos grales
sanitarios al ámbito de la consulta privada o de las diversas asociaciones. Este
planteamiento, según los autores resulta incongruente por 2 razones:
De este modo hacer que lo útil sea utilizado, se convierte en una prioridad de
actuación. La difusión no es algo que ocurre automáticamente sino que esta ligada a 3
factores imp:
Se tiene que tener en cuenta que el terapeuta es un ser humano, que sufre la
mayoría de los problemas de cualquier otra persona: ansiedad, depresión,
agotamiento físico o emocional, sentimientos de soledad, etc. Y estas suelen ser
habitualmente fuentes de preocupación profesional del terapeuta, como el de cualquier
paciente que tiene sobre su vida personal y profesional. Por ello, como toda persona,
necesita disfrutar de la vida personal. Hoy más que nunca se aprecia el factor humano
de quien ayuda. El cuidado propio es esencial para el bienestar personal y además
hace a la calidad del trabajo.
Un factor relevante del replanteo del papel de la disciplina en relación con la salud y
las enfermedades fue la insatisfacción de los psicólogos con la estrechez de alcance
de la disciplina y sobre todo de la profesión y el modo en que se pensaba y practicaba
la psicología clínica.
En las primeras décadas del siglo XX los psicólogos se habían abierto algún campo en
los servicios de salud públicos y sobre todo, en los privados. La Segunda Guerra
Mundial, que trajo un notable aumento del número de personas con padecimientos
que involucran al psiquismo, puso de manifiesto el valor de los psicólogos para aportar
información que contribuyera al diagnóstico de tales padecimientos. Ese contexto
favoreció la ampliación del número de capacidades académicas en las universidades
para formar psicólogos e influyó en el comienzo de las carreras de psicología en
unidades académicas independientes en universidades de muchos países, como los
latinoamericanos, donde hasta entonces, generalmente la enseñanza de la psicología
en la educación superior estaba vinculada con otras carreras, escuelas y facultades
(como filosofía, pedagogía, ciencias sociales, etc.) sin un perfil y una identidad
profesional propias.
A pesar de las definiciones del campo que se han planteado, el término psicología de
la salud es usado a veces para designar prácticas diversas que no responden a un
núcleo conceptual común, lo que no se justifica ni siquiera por el hecho de ser una
rama aplicada emergente. Esto puede generar confusión, incomprensión y en el peor
de los casos, rechazo.
Esta definición postula a la psicología de la salud como una rama o campo aplicado
que
- reconoce el carácter multicausado del proceso salud-enfermedad
- encamina los saberes y prácticas psicológicas a
• la atención o curación de personas enfermas
• la promoción
• la prevención
- se relaciona con todos los problemas de salud, independientemente de que
se manifiesten como problemas de la “mente” o del “cuerpo”, ya que el ser
humano es una unidad
- puede trabajar con individuos, familias, grupos, comunidades, instituciones
y la sociedad en su conjunto, según cuál sea el tipo de problema que deba
ser reconocido, evaluado, interpretado y sobre el cual deba actuarse para
obtener un resultado deseado para el mejoramiento de la salud.
- Incluye los problemas que se desprenden de la atención de la salud y la
enfermedad, lo que supone de hecho diversos asuntos psicológicos, son
acciones que se producen por personas y para personas.
- no niega el papel de la psicología en la atención de las personas con
enfermedades y discapacidades, sino que prefiere utilizar en su
denominación el calificativo que alude a la parte positiva del proceso salud-
enfermedad.
Desde hace algunos años se ha dicho que la psicología de la salud surgió en los
Estados Unidos hacia 1974. Pero ya se veía este interés en otros lugares desde antes,
como el surgimiento de la psicología sanitaria en Argentina, hacia 1971, de la mano
del profesor Enrique Saforcada, y de la psicología de la salud, hacia 1969, en Cuba,
cuando se creó el Grupo Nacional de Psicología en el Ministerio de Salud Pública que
estableció un amplio plan de trabajo de psicología integrado a los programas
priorizados de los centros de atención primaria.
En aquella época se estaba produciendo un cambio en el pensamiento sobre la salud
y la enfermedad y en particular, sobre sus determinantes, perdiendo fuerza los
enfoques que centraban las causas en los agentes biológicos para pasar
progresivamente (no sin resistencia de fuerzas importantes asociadas al “mercado de
la enfermedad” que aún hoy subsisten) a una mirada más integradora y ecológica que
sitúa al ser humano en el centro del proceso de la salud y la enfermedad, no como un
huésped pasivo de los agentes patógenos, sino como un sujeto activo en capacidad
de construir su propia salud, cuidar de ella, participar activamente en su recuperación
e intervenir en la sociedad para limitar los riesgos y desarrollar ambientes saludables.
Saforcada (2006), sostiene que quedaron definidos dos paradigmas, uno individual
restrictivo, representado por la clínica, en el que el objeto de trabajo es el individuo
descontextualizado y lo que se busca es eliminar la enfermedad, basado en las
disciplinas biomédicas y otro social expansivo, multidisciplinario expansivo, en el cual
el objeto del saber es el proceso de la salud, en el que se buscan cambios en el
ecosistema, entre otros atributos. En el caso de la psicología, el modelo tradicional de
psicología clínica se corresponde con el paradigma individual restrictivo, muchas
veces reduccionista, réplica del modelo médico tradicional. El paradigma social
expansivo debe ser la base de una real psicología orientada a la salud.
Iatrogénesis social: se refiere a las prácticas que fomentan las dolencias y animan a la
gente a convertirse en consumidores de cuidados y servicios médicos. En general se
hablaría de una medicalización de la sociedad: proceso por el que condiciones
naturales llegan a ser definidas y tratadas como problemas médicos, usualmente en
términos de enfermedades.
Iatrogénesis cultural: la destrucción del potencial de las personas para afrontar sus
dificultades y vulnerabilidades. Esto se da en una sociedad organizada de acuerdo con
las mejores condiciones de vida, a lo cual parece corresponder un rebajamiento del
umbral de tolerancia para las dolencias y una elevación de la exigencia de confort. La
gente vive en una cultura clínica empeñada en una guerra contra el sufrimiento, en
matar el dolor, en eliminar la enfermedad y en escamotear la muerte, todos ellos
empeños destinados al fracaso. Hay un culto de la salud convertida en un objetivo,
asociado a la calidad de vida (como si la vida no mereciera la pena vivirla sin ciertos
estándares).
Siendo así las cosas cabe ver la psicología como una institución de la sociedad
moderna dispuesta a mediar entre la experiencia individual y la colectiva,
produciendo sentido.
Se reivindica una psicología crítica que empiece a revisar las teorías y prácticas
de la psicología en la medida en que mantienen las propias condiciones de los
problemas que tratan (una función crítica de la sociedad, incluyendo la crítica de la
psicología dominante). Proponer enfoques contextualmente orientados.
Participan de las siguientes actividades: (a) tratamiento preventivo; (b) consulta; (c)
desarrollo de programas de extensión académica; (d) orientación vocacional y (e)
terapia o consejería a corto plazo, desde una hasta 15 sesiones.
- Otros: para-profesionales.-
El Psicólogo Clínico
¿Arte o ciencia?
Mientras que los psicólogos clínicos de orientación subjetiva podrían buscar respuesta
a un problema de diagnóstico en su propia intuición, la mayoría de los psicólogos
clínicos de orientación empírica pueden poner su fe en la mejor fórmula estadística o
en la predicción actuarial.
La meta era la creación de una profesión única. En fechas más recientes, ese modelo
de enseñanza ha sufrido ataques por 1) estar alejado de la realidad, y 2) no responder
a las necesidades de los estudiantes que sólo aspiran a la práctica clínica.-
Investigación: la puesta en práctica del modelo del profesional científico requiere que
el estudiante adquiera competencia en la investigación.-
Demografía
Modelos de enseñanza
El modelo de enseñanza del profesionista científico, que todavía predomina, está bajo
fuego. Han surgido nuevos modelos. El grado de doctor en psicología; escuelas
profesionales; psicología de servicios humanos.-
Práctica Clínica
Raíces históricas
Las raíces de la psicología clínica moderna en los movimientos de reforma del siglo
XIX, que al final llevaron a una mejora en el cuidado del enfermo mental. Figuras
principales: Philippe Pinel. Director de Salpetriere. Su obra marcó un hito en el
desarrollo de la psiquiátrica, del enfoque de la salud, y por último, de la psicología
clínica. Se manejaba con benevolencia y humanidad en contraste con la brutalidad
que se acostumbraba en los “hospitales mentales”.
Dorothea Dix hizo campaña a fin de obtener mejores instalaciones para los enfermos
mentales.-
Sería un error evaluar estas contribuciones como independientes de las fuerzas
sociales y las ideas de la época.-
Diagnóstico y evaluación
Yerkes presidió una comisión de la APA encargada de elaborar las Pruebas Alfa
(escala verbal) y Beta (escala no verbal) del Ejército, para clasificar a los hombres de
acuerdo a sus niveles de capacidad. Woodworth elaboró su Inventario Psiconeurótico,
primer cuestionario diseñado para revelar la conducta anormal. Con estas pruebas se
puso en marcha el movimiento de las pruebas de grupo.
La gran noticia fueron las pruebas proyectivas. Progresos iniciales de Galton, Jung y
Kent y Rosanoff en investigación de asociación de palabras. En 1921 Rorschach
publicó Psychodiagnostik, utilización de manchas de tinta para diagnosticar pacientes
psiquiátricos. Técnicas proyectivas: Prueba de Apercepción Temática (TAT, 1935);
Prueba Bender-Gestalt (1938).-
Durante esos años los psicólogos clínicos eran vistos como expertos en
psicodiagnóstico. Las medidas objetivas se basan en un planteamiento nomotético
(contraste de medida obtenida con medidas estándar), las respuestas de las medidas
proyectivas con frecuencia se interpretan mediante un enfoque idiográfico.-
Intervenciones
En 1900 Freud publicó La interpretación de los sueños. Pleno apogeo del movimiento
psicoanalítico. Conceptos como el inconsciente, el complejo de Edipo y el yo
comenzaron su ascendencia, y la sexualidad se convirtió en la moneda del reino
psicológico.
William Healy funda una clínica de orientación infantil en Chicago en 1909, usaba un
enfoque de equipo que incluía psiquiatras, trabajadores sociales y psicólogos,
enfocados en lo que ahora se denomina delincuencia juvenil.
Terapia de juego: descrita en 1928 por Anna Freud, es una técnica que se basa en los
poderes curativos de la liberación de la ansiedad u hostilidad por medio del juego
expresivo.
En 1920 John Watson describe el famoso caso de Albert y la rata blanca, Mary Cover
Jones (1924) muestra cómo estos temores pueden eliminarse por medio del
condicionamiento. J. Levy (1938) describe la terapia de relación. Estos tres
acontecimientos marcaron los inicios de la terapia del comportamiento.-
De la Segunda Guerra Mundial en adelante (1940 al presente)
Aparece la terapia breve o de “tiempo efectivo” (Budman y Gurman, 1988) y junto con
ellas, también aparecen formas “manualizadas” de tratamiento. Actualmente se
dispone de manuales de tratamiento para una amplia gama de problemas
psicológicos.
Iván Pavlov; Binet y Simon (1905); las pruebas Alfa y Beta del Ejército.-
La década de los cincuenta también atestiguó los comienzos explícitos de las formas
de investigación de orientación más conductual. La investigación de Joseph Wolpe en
Sudáfrica, la creación del método de desensibilización sistemática.-
La profesión
La APA también estaba asumiendo una función más activista, comenzando a hacer
recomendaciones para la capacitación de los psicólogos clínicos y certificando
programas de capacitación clínica.-
El cisma de 1988
Dentro de la APA siempre hubo conflictos entre los psicólogos clínicos y los científicos.
El ala académica científica de la APA parecía haber llegado a la conclusión de que la
APA estaba bajo control de los profesionales y que estos estaban utilizando su poder
para promover sus propios intereses (estilo gremial), ya no se respondía a las
necesidades académicas y científicas de gran parte de sus miembros. En 1988
fracasó un plan para reorganizar la APA y terminó en la formación de una organización
separada, la Sociedad Psicológica Estadounidense (APS). Muchos del grupo
académico-científico y muchos profesionistas científicos pertenecen tanto a la APA
como a la APS
Atender y escuchar son las conductas predominantes del Terapeuta durante el inicio o
primer estadio de la terapia.-
Las respuestas del terapeuta alcanzarán el propósito que persiguen la mayoría de las
veces, sin embargo, otros aspectos dinámicos internos de la entrevista pueden
producir diferentes resultados en los clientes.-
Los mensajes que pueden ser particularmente confusos son aquellos que incluyen
términos inclusivos (ellos o a ellos), frases ambiguas y palabras con significado doble.-
Fases de la Clarificación:
Fases de la Paráfrasis:
Fases de la Síntesis:
Propósitos:
- Formule preguntas que se centren en los problemas del cliente. Las preguntas más
adecuadas surgen de lo que ya ha dicho el cliente, no de la curiosidad o la
necesidad de cercanía del terapeuta.
- Permita una pausa que dé al cliente tiempo suficiente para responder.
- Formule solo una pregunta cada vez (el cliente podría responder sólo a la
pregunta menos importante de varias).
- Evite las preguntas acusadoras o antagonistas, pueden colocar al cliente a una
actitud defensiva.
- Evite preguntar por qué, utilizar en su lugar “qué”.
- Evite emplear preguntas como forma fundamental de respuesta.
- Las preguntas son más efectivas cuando producen nuevos insights y generan
nueva información.
- Antes de hacer una pregunta en un momento determinado durante una sesión,
plantéese a sí mismo la pregunta y vea si puede responderla usted por el cliente.
Si lo puede, la pregunta es probablemente innecesaria y otra respuesta sería
probablemente más productiva
Confrontación
Fases de la confrontación:
Interpretación
Destreza que conlleva entender y comunicar el significado de los mensajes del cliente.
Proporciona al cliente una perspectiva diferente de sí mismo u otra explicación de sus
actitudes y conductas y conduce a la introspección (llave de acceso a la mejora del
bienestar psicológico y un precursor del cambio de conducta).
Definimos la interpretación como una afirmación del terapeuta que asocia o establece
relaciones causales entre varias conductas, sucesos o ideas del cliente o presenta una
posible explicación de la conducta del cliente. Maneja también la parte implícita del
mensaje, en esto difiere de las respuestas de escucha. Egan (1990) “empatía precisa
avanzada”.-
Propósitos de la interpretación:
Fases de la interpretación:
Informar
Proporcionar información sobre los cambios psicológicos y sociales que conlleva una
situación problemática particular puede ser muy útil junto a cualquier estrategia
terapéutica.
Qué:
- Identificar el tipo de información que sea útil para el cliente (lo es cuando no puede
encontrarla por su propia cuenta y si puede actuar en base a la información
obtenida)
- Identificar fuentes de información fiables para validar la objetividad de la
información
- Identificar alguna secuencia para transmitir la información (opción A,B,...), puede
favorecer la lógica del cliente. Conviene presentar primero la información más
significativa.
Cómo:
Fases de la información:
La información histórica o del pasado del cliente no se recoge como un fin o porque el
terapeuta esté necesariamente interesado en examinar o centrarse en el «pasado» del
cliente durante el tratamiento. Normalmente se utiliza como uno de los apartados del
proceso general de evaluación que puede ser válido para que el terapeuta inserte
todas las piezas del rompecabezas relativas a los problemas actuales del cliente y las
dificultades frecuentes en su vida diaria.
Durante la recogida del historial pueden solicitarse diversos tipos de información, pero
las áreas más importantes son:
Si, después de la entrevista inicial, hay alguna duda sobre el estado psiquiátrico del
cliente o sospecha la existencia de algún trastorno cerebral orgánico, puede ser
conveniente practicarle un examen sobre el estado mental. Las principales categorías
incluidas este examen son la descripción del aspecto general del cliente, el estado de
ánimo y el afecto, la percepción, los procesos del pensamiento, el nivel de conciencia,
la orientación en el tiempo, la memoria y el control de impulsos. Por otra parte, el
examinador puede señalar el grado de objetividad o fiabilidad del autoinforme del
cliente. De las categorías anteriores, los trastornos de conciencia (que conllevan la
capacidad para ejecutar tareas mentales, grado de esfuerzo, grado de fluidez/dudas
para ejecutar tareas) y la orientación (si el cliente sabe quién es, dónde está y en qué
fecha, así como quienes son las otras personas) son indicativos del trastorno o
deterioro cerebral orgánico y precisan una evaluación y seguimiento neurológicos.
Puede preguntar: ¿cuáles son los problemas que más te preocupan en este
momento? ¿qué motivos de estrés sientes en la actualidad?
A menudo puede ser útil preguntar a los clientes para quién es más importante
resolver el problema: para ellos mismos o para otras personas. El terapeuta no deberá
asumir que la persona que llega a su consulta es siempre el cliente. El cliente es la
persona que desea el cambio y solicita asistencia para ello. En ocasiones el terapeuta
puede hallarse en una situación donde la familia o un cliente desea un cambio y la
persona cuya conducta debe ser cambiada es «enviada» a consulta como si fuera el
cliente.
C. Priorización y selección de los aspectos y problemas: el cliente establece
un orden de preferencia entre los problemas y selecciona el área inicial de
interés.
Otra forma posible de establecer un orden de preferencia en los problemas puede ser
plantearse para cada problema identificado cuáles son las consecuencias si
terapéuticamente no hago nada para manejar este problema particular.
Las tres primeras categorías son pautas lógicas. Es útil ofrecer al cliente alguna
explicación teórica, la razón para efectuar una entrevista de evaluación. Ayudar al
cliente a examinar todos los aspectos relevantes y priorizar los problemas sobre los
que se trabajará.
Las ocho categorías restantes siguen a la selección de los problemas. Una vez que el
cliente y el terapeuta han identificado y seleccionado los problemas sobre los que
actuará, estas categorías se emplean para definir y analizar los parámetros del
problema.
Una evaluación completa del problema implica no sólo preguntar las cuestiones
correctas sino también sintetizar e integrar las respuestas del cliente. En una
entrevista de evaluación, usted simplemente complementa sus destrezas básicas con
algunas guías específicas que están diseñadas para obtener ciertos tipos de
información. Usted puede obtener información y dar significado a esa información
mediante otras respuestas verbales como la síntesis, la clarificación, la confrontación y
la reflexión. Es muy importante clarificar y reflejar la información que recibimos del
cliente antes de pasar a otra pregunta.
REGISTROS ESCRITOS
Normalmente, desde el momento en que un cliente solicita una cita se inicia alguna
forma de registro escrito. En un principio se apuntan los datos de identificación del
cliente, los días de consulta, las cancelaciones, etc. A continuación se registra la
sesión de entrevista inicial. Es importante evitar las etiquetas, la jerga y las inferencias.
Trate de ser tan específico como le sea posible. Es importante también guardar los
registros de las siguientes sesiones terapéuticas y de los progresos del cliente. Es
importante también guardar los registros de las siguientes sesiones terapéuticas y de
los progresos del cliente. También es importante incluir cualquier detalle que pueda
tener consecuencias éticas o legales, especialmente los hechos de manejo de casos
El éxito de los registros escritos puede depender de la motivación del cliente para
hacerlo así como de las instrucciones y entrenamiento que recibe éste para
cumplimentarlo. Para aumentar la motivación del cliente para completar la auto-
observación es importante:
1. Explicar las razones del uso de los registros. Es más probable que mantenga
un registro si es consciente del propósito que persigue.
2. Proporcionar instrucciones específicas y detalladas sobre la forma de guardar
el registro. Informar qué, cómo, cuándo y durante cuánto tiempo debe registrar.
Se le puede presentar un modelo de registro para que sepa cómo es.
Proporcionar las instrucciones adecuadas puede aumentar la probabilidad de
que el cliente registre la información con precisión y consistencia.
3. Adaptar el tipo de registro a la capacidad de auto-observación del cliente.
Inicialmente puede ser necesario empezar con un registro sencillo que no
requiera anotar demasiados datos. Progresivamente, puede aumentar la
cantidad de información que el cliente observa y registra. Si un cliente tiene
problemas para guardar un registro escrito, se pueden utilizar sustitutos
(grabaciones, contadores, fichas) y brindar refuerzo por hacerlo.
4. Adaptar el registro y las instrucciones al problema del cliente y al grado y tipo
de patología, si existe. Algunos estudios recientes sugieren que los clientes
que sufren ciertos tipos de problemas parecen experimentar algunas
dificultades predictibles para poner en práctica la auto-observación,
especialmente cuando los sucesos son encubiertos o cognitivos.
5. Implicar al cliente en la discusión y análisis del registro durante la entrevista. Al
principio el terapeuta puede empezar a unir las hipótesis sobre los patrones de
la conducta problema y de los factores contribuyentes. Según va progresando
la terapia, el cliente puede adoptar un rol más activo en el análisis de los
registros. Aumentar la participación del cliente en dicho análisis debería servir
de incentivo a éste para seguir dedicando tiempo y esfuerzo a la recogida de
información.
Fracaso: puede influir para orientar la intervención o consejo con una actitud
excesivamente positiva. También para evitar conflictos cuando está
estructurando el consejo. Puede permanecer superficial porque los temas
conflictivos no se tratan. Puede mantener una negativa de sí mismo como
temor al éxito y evitar situaciones de interacciones favorables. Estructura el
consejo para mantener o confirmar su autoconcepto negativo. Este terapeuta
tiende a olvidar el feedback positivo y a tener expectativas que están fuera de
su alcance.
• Motivación al cambio.
Es importante el uso que hagamos del motivo de consulta y los objetivos: el paciente
establece objetivos y se da cuenta que puede lograr esos objetivos.
Es una forma de identificar y definir los problemas del paciente para adoptar
decisiones sobre el tratamiento. Existen diversos métodos o instrumentos: pruebas
estandarizadas como los cuestionarios de personalidad, listados de autoinforme,
autoobservación, el rol-play (donde el paciente puede mostrar en vivo parte del
problema aunque en un entorno simulado); entrevista directa.
Proporcionar cierta dirección, definir las metas con claridad refleja las áreas de
interés para el paciente que requieren mayor atención inmediata. Sirven para
anticipar lo que puede o no lograrse.
Les permiten al terapeuta determinar si disponen de las destrezas, competencia o
interés suficiente para trabajar con el paciente o no (derivación).
Permiten homogeneizar las bases en la selección de estrategias.
Evaluación de resultados terapéuticos, permite observar el progreso que se
produce en dirección a la meta y comparar el progreso antes y después de una
intervención terapéutica. Proporciona feedback continuo a paciente y terapeuta.
Selección y definición:
En base a las metas deseadas por el paciente, tomar alguna de las siguientes
alternativas: adoptar estas metas como la dirección que seguirá la terapia,
reconsiderar las metas del cliente o buscar un punto intermedio.
Definir la conducta.
Determinar la condición o circunstancia de cambio.
Establecer el nivel de la conducta meta.
Secuenciar las fases temporalmente y según el grado de dificultad.
Identificar los obstáculos que dificultan la consecución de las metas.
Revisar el progreso.
La meta debe ser expresada por el cliente, en términos de resultados operativos. Esto
lleva a que los objetivos sean individuales y las metas observables.
La meta final es lo que el paciente desea que suceda como resultado del proceso
terapéutico. Implican dos clasificaciones fundamentales de los problemas:
Temor al fracaso.
Metas altas evitan que se los pueda responsabilizar por no lograr un objetivo tan
exigente; también es una forma de evitar riesgos y de no intentar.
Meta bajas: se sabe que estas metas sí pueden lograrse. El terapeuta ayuda a ver si
es por ansiedad, o a examinar la atribución inapropiada de su responsabilidad para
conseguir las metas.
Adoptar una decisión: coincide con los objetivos del paciente, reevaluar o derivar.
Son los modus operando o los planes de acción para descubrir las metas específicas
de cada cliente. Elegir la estrategia más efectiva para este paciente que desea lograr
estos resultados.
Calidad de la relación.
La elaboración de las metas terapéuticas.
Las señales de disposición y compromiso del paciente.
Disponer de las medidas de línea de base.
Calidad de la relación. Hackney y Cormier señalan que una estrategia puede ser
inefectiva si no se aplica junto con una fuerte relación terapéutica.
Evaluación del problema. Siempre es prematuro sugerir un plan de acción salvo que el
problema del paciente haya sido adecuadamente evaluado. El terapeuta debería
responder a estas preguntas para realizar una evaluación global:
Elaboración de las metas terapéuticas. Tener en cuenta que las metas son anteriores
a las estrategias.
Criterios para seleccionar estrategias. Cormier y Cormier establecen siete criterios que
influyen sobre la selección de las estrategias terapéuticas:
1. Las características y preferencias del consultor.
2. La documentación referente a las estrategias.
3. Los factores ambientales.
4. La naturaleza de la conducta problemática del paciente.
5. El tipo de resultados que desea.
6. Las características y preferencias del paciente.
7. Los signos o patrones diagnósticos.
Los más importantes son la naturaleza del problema del paciente y los signos y
patrones diagnósticos.
Las personas que buscan ayuda son muy diversas en sus estilos, historias, modos de
relacionarse, pero hay algunas generalidades o tendencias dominantes en su
comportamiento, por eso podemos disponer de algunos principios o ejes orientadores
para nuestras acciones.
Evolución de la demanda
Equipo de admisión
La idea central del Modelo es organizar la asistencia, en todos sus tramos, como un
servicio colectivo que se brinda en la articulación de equipos de trabajo. Buscamos
que en cada tramo de la secuencia asistencial, desde el ingreso del consultante hasta
el proceso de seguimiento posterior al fin del tratamiento, la actividad sea conducida
en el seno de redes de trabajo donde cada ejecutor pueda contar con compañeros de
los cuales pueda recibir retroalimentación y todos formen parte de un sistema de
supervisión.
El Equipo de Admisión es el primer nivel con que se encuentra cada paciente, funciona
con varios profesionales que cubren diversos roles: Entrevistadores, Observadores y
Evaluadores.
Algunas formas de evaluación que suelen aplicarse son los estudios con pruebas
psicológicas (se suelen implementar, salvo excepciones, en todos los casos de
admisión), los estudios neurobiológicos (cuando existen dudas diagnósticas sobre la
influencia de disfunciones orgánicas) y la evaluación social de los consultantes
(realizada por trabajadores sociales, sirve para tomar decisiones como el incluir al
paciente en programas becados o de ayuda comunitaria).
La tarea que lleva a cabo el Equipo de Admisión se vuelca en una Ficha donde
quedan registrados los datos relevantes del proceso con el fin de realizar los estudios
de seguimiento.
Principales ítems que se exploran durante el proceso y que sirven para el diseño de
indicaciones terapéuticas:
Otros llegan hasta nosotros buscando que los ayudemos a promover su desarrollo
personal. Algunos son los que facilitan más nuestra labor (solamente) en esta etapa .
Los factores más relevantes a los que apunta la exploración inicial incluyen:
1. Rotulación
Operación que todo sistema mental realiza, procurando darle un nombre a
su experiencia, en un primer intento por lograr organizarla. Esa operación la
hacen (resulte útil o no, sea más o menos controlable, etc.) tanto el
paciente como el entrevistador. El paciente en el acto de pedir ayuda, y
nosotros en nuestro afán por comprender, expresamos el firme propósito de
encontrar un puente que permita acortar la distancia inicial que media entre
ambos. El valor inicial de esta rotulación radica, no tanto en el grado de
certidumbre que posee ni en su capacidad para situar el motivo de consulta
dentro de una determinada categoría psicopatológica. Lo fundamental es
testear, desde un primer momento, el nivel de congruencia que existe entre
el sistema mental del paciente y el nuestro.
La dificultad de un paciente para rotular su problema suele presentarse
cuando la condición clínica es más compleja o severa.
En los casos más extremos, los pacientes se sienten sobrepasados por su
padecimiento y el desequilibrio que experimentan es tan marcado como
para impedirles, incluso, darle una forma lógica a su sufrimiento.
La manera de designar la condición que lo aqueja puede ser un obstáculo
para el paciente. Especialmente en esta época, donde el acceso a internet
puede proveer, entre otras cosas, una brutal cantidad de información que
puede desorientarnos y llenarnos de temores innecesarios.
En la primera entrevista puede ser conveniente sugerirle a un paciente que
desafíe el modo con que denomina su “perturbación” y lo que cree saber
sobre ello. La difusión y el marketing de un cuadro nosológico puede
terminar, efectivamente, por imponerlo aún a personas que no lo padecen.
o Una recomendación para admisores: al finalizar el primer encuentro no
deben olvidar transmitir al paciente su propia definición del problema que
les ha presentado. Ese acto tiene gran importancia y no deben ahorrarse
tiempo y esfuerzos hasta lograr una comunicación que produzca un feed-
back adecuado en el paciente. Muchas veces, esto constituye una primera
intervención que brinda por sí sola mucho sostén, especialmente, cuando la
persona se ve abrumada por una compleja situación emocional.
2. Atribución
Se trata de la forma de explicar el origen de lo que nos pasa, un modelo
explicativo de las razones de nuestras acciones, fundamental para sostener
nuestra experiencia.
En la mayoría de los casos, nuestras atribuciones son procesos implícitos
que guían nuestro comportamiento aunque no tengamos registro de ello.
Las hipótesis atribucionales se formulan en torno a tres operaciones
principales: el locus (o localización), la estabilidad y el grado de control.
o El locus se refiere al ámbito o procedencia que da origen a una
situación. Se trata de una dimensión cuyos extremos oscilan entre lo
interno y lo externo. La dominancia de un locus externo señala que la
persona atribuye lo que le ocurre a algo que él sitúa en el ámbito
exterior. Cierta inclinación hacia explicaciones centradas en un locus
interno suele ser un indicador de buen pronóstico.
o La estabilidad de la atribución describe la percepción que tiene el
paciente respecto al curso que siguen los fenómenos que son
responsables de su malestar. Están aquellos que describen su malestar
como algo que los ha acompañado “toda la vida” y aquéllos para
quienes las causas de su sufrimiento oscilan de acuerdo con las
circunstancias o varían con el transcurso del tiempo.
o La controlabilidad se refiere al grado de dominio que el paciente cree
tener sobre su situación disfuncional. Los pacientes que tienen
sensaciones más marcadas de falta de control sobre su disfunción
estarán, sin duda, más inclinados a recibir asistencia por vía de
medicamentos
3. Búsqueda: Se trata de lo que el paciente espera lograr con la consulta. La
declaración del motivo de consulta y la manifestación de lo que se espera
conseguir con esa consulta y, eventualmente, con un tratamiento posterior,
constituyen el marco dentro del cual el clínico deberá proceder a elaborar
un diagnóstico y un pronóstico que marquen el camino de la intervención y
del diseño terapéutico. En función de la búsqueda se fijará los objetivos y
dentro de su marco evaluaremos los recursos disponibles en el paciente
para intentar los cambios necesarios. La declaración del motivo de consulta
y la manifestación de lo que se espera conseguir con esa consulta y,
eventualmente, con un tratamiento posterior, constituyen el marco dentro
del cual el clínico deberá proceder a elaborar un diagnóstico y un pronóstico
que marquen el camino de la intervención y del diseño terapéutico. Los
objetivos que adoptará la terapia estarán condicionados por los límites de
las posibilidades y del esfuerzo que cada paciente esté dispuesto a realizar
para modificar su situación.
Devolución diagnóstica (y pronóstica)
Es una tarea ardua, ya que se trata de convertir en términos del lenguaje cotidiano
fórmulas que están escritas en un lenguaje erudito. A muchos pacientes puede no
gustarles escuchar lo que observamos en él, pero debemos trabajar para encontrar
la mejor fórmula para establecer un puente que nos acerque.
Llega un momento en que hay que indicarle al paciente cuál será el tratamiento
más adecuado para él: un tratamiento farmacológico, un tratamiento psicológico o
alguna combinación de ambos. Desgraciadamente, las decisiones no siempre se
toman siguiendo principios científicos y están muchas veces inclinadas por
intereses económicos y políticos.
* Exploración-Evaluación
* Comprensión–conceptualización
* Reformulación-Propuesta de tratamiento.
Fase de exploración-evaluación
En la mayoría de las consultas la persona que solicita una entrevista se siente
perturbada por un problema que no ha podido resolver. Al solicitar ayuda intenta hacer
algo para modificar su situación. Inicia una búsqueda que está sostenida por el senti-
miento de esperanza, la fuerza o tibieza de este sentimiento se pondrá de manifiesto
en la expectativa acerca de la psicoterapia.
Al comenzar la entrevista entramos en contacto con nuestro consultante, nos
acercamos con tacto, cuidado, interés y respeto a su cosmovisión y sentimientos.
La empatía permite la construcción de un espacio de participación intersubjetivo -
colaborativo que facilita el despliegue del diálogo terapéutico. "Conmover es
empatizar, es sentir, es alcanzar, es conectar. Es mediante esa comunicación
significativa entre dos seres humanos que se transmite la energía para el cambio
constructivo trascendiendo a todas las escuelas de pensamiento, este es el principio
global. Terapeuta y consultante estamos presentes como personas intercambiando
permanentemente sensaciones, emociones, creencias, valores y por qué no, prejuicios
que le darán a la entrevista un ritmo y sintonía particular.
En un primer momento, la actitud de escucha comprometida- abierta por parte del
terapeuta facilitará la modalidad de interacción colaborativa que ha de favorecer el
trabajo de exploración de la experiencia de padecimiento.
Cada persona activará en el terapeuta distintas sensaciones, emociones: tensión,
aceptación, rechazo, confusión, sueño, etc. así como distintos pensamientos; " me da
ganas de abrazarla", "no voy a poder sola con esto", "no termino de entender". La
activación sensorial, emocional, cognitiva nos brinda información importante en la
apertura hacia la búsqueda de nuevos niveles de comprensión.
Si bien contamos con una variedad de preguntas que facilitan el trabajo de
exploración, es importante mantener una actitud flexible, espontánea para evitar caer
en un interrogatorio rígido y/o estereotipado.
Fase de comprensión-conceptualización
En este momento, el terapeuta va articulando la teoría con la información que
surge en la interacción con el consultante.
Nuestra visión de la complejidad posibilitará ver las interconexiones y totalidades.
Nuestro trabajo ha de ser enlazar, ligar, reunir los eslabones que hacen a la trama del
padecimiento con la información sensorial, emotiva, cognitiva, que va surgiendo en el
terapeuta momento a momento.
Si pensamos el self como una complejidad en la que intervienen distintos niveles,
estructuras y procesos nos preguntamos: ¿Cómo es el proceso de construcción de
significados que da lugar a la autoevaluación, cosmovisión y conductas
idiosincráticas? Surgen nuevas preguntas, "preguntas silenciosas", que el terapeuta se
hace a sí mismo desde su marco teórico, parte del "andamiaje" que posibilitará la
comprensión-conceptualización: ¿cómo es la dinámica o interjuego entre emoción,
cognición y conducta?, ¿cuáles son los esquemas activados que mantienen el
problema?, ¿son centrales o periféricos?, ¿cuáles son los temas o situaciones críticas
para esta persona?, ¿cuáles son las áreas de vulnerabilidad?
Los argumentos del consultante así como sus pensamientos, sentimientos, gestos,
expresión facial-corporal y acciones son las vías de información que nos permiten
acceder a los procesos tácitos que guían la construcción de significados, cómo ve el
mundo esta persona, cómo lo siente.
Greenberg y Safran, sostienen que la emoción debe ser considerada una forma
importantísima de conocimiento, puesto que posee un significado para la persona que
la experimenta y expresa. Estas estructuras de conocimiento operan tácita o
explícitamente en la organización selectiva de las experiencias, proporcionando la
base para el auto concepto, conducta social y resolución de problemas.
Conclusiones
La entrevista inicial nos permite comenzar a desarrollar un vínculo empático,
afianzar el sentimiento de esperanza con respecto al cambio y construir una "visión
alternativa" que serán el andamiaje necesario para el descubrimiento de nuevos
sentidos acerca del malestar-padecimiento. La construcción alternativa que surge de la
entrevista inicial nos permite cerrar el momento de iniciación, pero a su vez, la de ser
la apertura a nuevas construcciones y desconstrucciones del significado en el devenir
del tratamiento.
El proces de comunicación está influido por el proceso perceptivo, el cual nos ayuda a
seleccionar y separar los estímulos deseados de los no deseados y además ayuda a
organizar lo que vemos y oímos para dar significado a la información.
Todo este proceso es el que nos permite “ver” el mundo exterior de forma más
coherente y como algo a lo cual podemos enfrentarnos. Si bien esto constituye la fase
positiva del proces, hay que ser consciente de que también es la causa de las
distorsiones que se producen. Por ello hay que incidir en la necesidad que existe de
comprobar continuamente las percepciones y suposiciones mediante el proceso de
retroalimentación.
Puede decirse entonces que el individuo es un sistema abierto que recibe estímulos,
éstos se convierten en sensaciones para pasar a ser percepciones. Las percepciones
transformadas y elaboradas se convierten en conductas, pensamientos, etc, y estos a
su vez pueden ser modificados por la retroalimentación.
También existen barreras de distinta índole que pueden estar afectndo el mensaje:
a. Personales/psicológicas
b. Clima o contexto de la comunicación
c. Semánticas.
Uno de los factores de este tipo es la sobrecarga, muy relacionada con la naturaleza
de la comunicación.
Siete tipos de reacciones ante la sobrecarga:
Rogers y Gibbs indican que uno de los mayores obstáculos para poder realizar una
comunicación eficaz es la tendencia o sesgo de las personas a valorar o emitir juicios
sobre la comunicación de la otra.
Por todo ello podemos decir que son los procesos de percepción y comunicación, las
variables que determinan el intercambio o las interacciones verbales, ambos están
afectados por factores de índole personal.
Comunicación no verbal
Relación entre ambos tipos de comunicación (lenguaje no verbal como soporte del
verbal):
1. Ser puntual
2. Recibir al entrevistado con cordialidad, sin demasiada familiaridad
3. Hacer que se sienta cómodo
4. Eliminar toda posible fuente de distracción
5. La entrevista no debe dar la impresión de ser un interrogatorio, establecer un
buen rapport
6. Hacer preguntas claras y concretas usando el estilo más adecuado al
momento.
7. Asegurarse de que el entrevistado tiene acceso a la información que le solicita
8. No desaliente nunca al entrevistado, nivele las expectativas
9. Durante la entrevista realice preguntas de contrastación
10. Cuidado con el tiempo. La entrevista debe durar el tiempo necesario, sin
prolongarla inútilmente. Su duración está íntimamente ligada al objetivo de la
misma.
1. Preparación de la entrevista
2. Inicio de la entrevista (establecer un buen rapport, contrato de compromiso de
ambas partes, explicitar la confidencialidad)
3. Cuerpo de la entrevista (desarrollar...)
4. Cierre de la entrevista
Relación terapéutica
1. Competencia
2. Atracción
3. Confianza
4. Objetividad emocional
5. Ética profesional
1. Calidez
2. Empatía
3. Autenticidad
Definición y Propósito
El motivo de consulta
La Entrevista
Una interacción: intercambio verbal cara a cara, con una meta, y que adopta muchas
formas; para obtener datos, información, creencias o actitudes en la forma más hábil
posible.-
Empatía
Comunicación
Inicio de una sesión: conversación breve diseñada para relajar las cosas antes,
facilita una buena entrevista.-
Silencio.-
Debe haber examinado con cuidado cualquier registro existente del paciente,
comprobado la información proporcionada. Esta preparación también puede minimizar
el desperdiciar el tiempo de entrevista. El clínico debe ser perfectamente claro
respecto al propósito de la entrevista. No perder de vista los propósitos.-
Variedades de Entrevistas
Entrevista de admisión
Dos propósitos: (1) determinar por qué el paciente ha acudido a la clínica u hospital;
(2) juzgar si las instalaciones, políticas y servicios de la dependencia satisfarán las
necesidades y expectativas del mismo.-
Proporcionar unos antecedentes y contexto amplio en los que pueda colocar tanto al
paciente como al problema. Colocar los problemas del paciente en un contexto
histórico y de desarrollo apropiado.-
Entrevista de Diagnóstico
De acuerdo con los criterios del DSM-IV. Una entrevista de diagnóstico estructurada
consiste en un conjunto estándar de preguntas y sondeos de seguimiento que se
hacen en una secuencia específica (alta confiabilidad inter-jueces).-
Validez predictiva.-
Confiabilidad
Las entrevistas estandarizadas serán más confiables que las no estructuradas. Las
primeras reducen la varianza de la información y del criterio. La varianza de la
información se refiere a la variación en las preguntas de los clínicos, las observaciones
que realizan.-
Validez
UNIDAD III
[24] DOCUMENTO DE CÁTEDRA. “PROCESO TERAPÉUTICO ” (OTRA
VEZ?)
En la clínica tiene enorme importancia las circunstancias en las que se producen estas
estructuras de filiación y parentesco. Serán muy diferentes las construcciones
elaboradas por niños que nacen en el contexto de un grupo familiar donde ambos
padres comparten juntos a otras figuras (hermanos, cuidadores, otros familiares) una
convivencia estable, que las de otro niños cuyos padres están separados, o las de
aquellos en que uno de los padres falleció durante el embarazo o los primeros
momentos de su vida.
Y el modo de significar de cada niño también variará, más allá de las circunstancias
que le toque enfrentar, en función de factores relativos a su potencial básico y al modo
que responda el entorno a su modo de tratar con él. Finalmente, existen personas
cuyos trastornos pueden rastrearse hasta situaciones es difícil resolución, vividas en
ese momento temprano de su desarrollo.
Entre los diferentes significados que componen esta construcción se destacan los
referidos a las ligaduras de rasgos físicos y actitudinales. Pero probablemente ninguno
sea tan importante como el que se organiza en torno a la creencia de que la persona
elaborará en relación con el amor de sus padres hacia él.
Cada uno de los sexos reconoce en el otro una diferencia que pruebe incompletud al
mismo tiempo que su capacidad. La superioridad relativa de uno sobre otro
probablemente dependa en buena medida de las interpretaciones específicas de cada
cultura.
Alrededor de un período que oscila entre los 4 y 5 años el individuo normal habrá
completado estas construcciones básicas y su organización mental se preparará para
iniciar el lento y difícil proceso de su inserción macrosocial como integrante, de grupos
artificiales, socialmente determinados. Esta nueva situación va acompañada del
desarrollo de nuevas estructuras que le permiten ahora procesar simbólicamente la
información que le llega y comenzar, a operar con los primeros sistemas
representaciones propios.
Como resultado, podrá alcanzar poco tiempo más tarde la certeza de que sus ideas le
pertenecen. El ingreso en la escolaridad formal lo confronta con la convocatoria a una
participación que no es realizada por los padres sino por el sistema social,
representado por las autoridades escolares.
Muchas de las dificultades con que se encuentran los adultos para enfrentar su
experiencia pueden estar originadas en las dificultades conocidas durante este
momento.
El desarrollo del adolescente está surcado por la presencia de marcas decisivas tanto
en el plano biológico como en el social y, en consecuencia, la actividad psicológica se
ve llevada a una evolución muy acelerada que implica un trabajo de procesamiento
nunca antes realizado. El cuerpo del adolescente asiste a la diferenciación física que
implica la aparición de los caracteres sexuales secundarios. Esto va acompañado por
un brutal impulso de desarrollo que afecta el conjunto de capacidades, aumentando la
potencialidad de la fuerza. Esto implica procesos de cambio en todos los patrones de
significación y exige una serie de operaciones de ajustes permanentes que el
adolescente realiza a diario y en el que pueden colaborar positiva o negativamente las
actitudes de los demás a través de las conductas confirmatorias o disconformatorias.
En el plano del desarrollo emocional, los cambios no son menos significativos, ya que
la capacidad expresiva y comunicativa que alcanzan en este período supone una serie
de cambios espectaculares.
Muchas de las dificultades más frecuentemente observadas entre los pacientes están
manifestadas por al existencia de estructuras de significado sumamente incoherentes
en este plano, como por ejemplo la existencia de dos modalidades de partenaire
sexual.
Los individuos que se ven exigidos por este nivel de la experiencia no pueden rehuir
su presencia, y en todos los casos existe alguna forma de respuesta.
Los pacientes que con más frecuencia nos consultan en relación con los fracasos de
esta etapa son aquellos que se denominan personas que padecen de una “crisis de la
edad media”. La línea del desarrollo inicia un descenso, que traduce los sucesivos
repliegues verificados en distintas capacidades.
- No debe interpretarse como una entidad definida por un contenido específico del
conocimiento (por ej.: una creencia) sino como un proceso ordenador unitario, en el
que se buscan la continuidad y la coherencia interna en la especificidad de las
propiedades formales, estructurales, de su procesamiento del conocimiento (es decir,
en la flexibilidad, la generatividad y el nivel de abstracción), más que en las
propiedades semánticas definidas de los productos de ese conocimiento. Esto llevo a
la adopción de una metodología orientada - hacia - los sistemas / procesos, que puede
identificar las reglas sintácticas profundas (“yo”) capaces de crear una gama
homogénea de representaciones semánticas superficiales (“mi”) en concordancia con
una interacción cambiante con el mundo. De este modo, la tensión esencial de la
mismidad como un todo se encontraría en el foco de la atención del Observador y, en
consecuencia el “yo” percibido, sería el proceso ordenador unificador que organiza con
coherencia los patrones de la actividad afectiva, motriz y cognitiva. - En cada una de
las Orgs S. P.: “la depresiva”, “la fóbica”, la “obsesivo - compulsiva”, y la de los
“desórdenes alimentarios”, el ordenamiento inicial de guiones nucleares (como
despliegue inicial de un camino de desarrollo especifico) da origen, en el curso de las
etapas de la maduración, a categorías básicas de significado personal (autoidentidad,
verdad-falsedad, etc.) que, a partir de la abstracción reflexiva del adolescente, crean
una estructuración de la realidad capaz de producir pruebas de sostén para la propia
apreciación del sí-mismo y el mundo. Las O. S. P. básicas posibles deben ser
relativamente pocas, tal vez entre cuatro y seis, o a lo sumo 9 o 10. Por cierto, sí
damos por sentado que el significado personal refleja el patrón de la organización
emocional y psicofisiológica, y tenemos presente la cantidad relativamente pequeña de
emociones fundamentales que los seres humanos pueden experimentar, vemos que
las posibilidades de combinación y recombinación capaces de producir una
autopercepción fiable, acompañada de un nivel aceptable de autoestima, deben ser
más bien pocas. - En otras palabras, un conjunto diferenciado de Orgs. S. P.
representa las modalidades autorreferenciales por medio de las cuales la consciencia
humana llega a ordenar esa multiplicidad y variabilidad de un modo coherente con su
experiencia vital.
Sendas Evolutivas
La Organización depresiva:
La organización fóbica
- La delimitación del “mí”: sí bien el sentido de continuidad que tiene el sujeto se basa
en la experiencia del control de la modulación de excitación provocado por la
oscilación rítmica de las tonalidades emocionales negativas (es decir,
angustia/necesidad de protección y necesidad de libertad/miedo), las actitudes
paternales sobreprotectoras inclinan la autorreconocibilidad hacia una demarcación
positiva del “mí”. El niño se vuelve capaz de apreciarse como querible y valioso. En el
nuevo perfil del “mí”, la emocionalidad y la conducta efusiva son equiparadas a la
fragilidad y debilidad y en consecuencia son excluidas del rango emocional percibido.
Esta apreciación del sí mismo cobra coherencia atribuyendo la necesidad sentida de
protección a una causa externa negativa estable (es decir, a un mundo “objetivamente”
peligroso), y explicando la propia actitud sobrecontroladora en términos de la
necesidad de libertad e independencia. A medida que avanza la infancia, el niño pasa
a ser más capaz de mantener, dentro de un nivel aceptable, toda modulación
discrepante de la excitación conectada con experiencias angustiosas de soledad. El
niño puede lograr un equilibrio dinámico y constante siguiendo patrones específicos de
control descentralizado con autoengaños, mediante: la exclusión progresiva de todo
flujo sensorial capaz de activar la necesidad de libertad e independencia; y la
estructuración de una repertorio de perturbaciones somáticas y viscerales, que actúan
como actividad diversiva para mantener la proximidad a figuras protectoras sin tener
que descodificarla como una restricción. En consecuencia, en una senda evolutiva de
este tipo, muchas piezas de guiones nucleares cargados de afecto no son
reordenadas y transformadas adecuadamente en un contenido cognitivo semántico. El
miedo y la angustia siguen siendo así los sentimientos más estructurados y fácilmente
reconocibles dentro del propio rango emocional percibido, por lo que resulta
indispensable buscar el propio autocontrol mediante el logro de una proximidad segura
a las figuras protectoras.
La organización obsesivo-compulsiva
UNIDAD IV
[31] BECK, A., RUSH, J., SHAW, B. Y EMERY, G. (1979). TERAPIA
COGNITIVA DE LA DEPRESIÓN. EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER.
BILBAO. (CAPÍTULO 8)
Capítulo 8. Técnicas cognitivas
Las técnicas cognitivas (como hacer preguntas, id. pensamientos ilógicos) se dirigen a
proporcionar puntos de entrada en la organización cognitiva del paciente y a
determinar las reglas en base a las cuales organiza la realidad, por lo tanto, se
emplean para ayudar a P y T a entender la interpretación que el P hace de la realidad.
- En primer lugar, el T revisa los intentos del P para definir y resolver sus
problemas psicológicos, para modificar las ideas inadecuadas.
- La idea principal que el T debe comunicar es que ambos (PyT) van a actuar
como dos colaboradores científicos que pretenden “investigar” el contenido de los
pensamientos del P. Es crucial determinar la información relevante que se va a
obtener e investigar. La información central es cómo comprende e interpreta el P sus
experiencias.
El T puede definir la cognición como “Un pensamiento o una imagen de la que uno
puede no ser consciente, a no ser que le preste atención” Es una valoración de
acontecimientos hecha desde cualquier perspectiva temporal (pasada-presente-
futura).
2. Le pide que imagine una escena agradable y que describa sus sentimientos.
Esta técnica sirve para poner de manifiesto el impacto de las imágenes que ellos
mismos se forman y les hace comprender cómo los pensamientos influyen en el
estado de ánimo.
1. La más frecuente suele ser que se le den instrucciones para “Atrapar” cuantas
cogniciones sea posible y registrarlas en un cuaderno. Puede tomar las variaciones en
su estado de ánimo como indicio para identificar o recordar sus cogniciones.
2. Que el P reserve tiempo (ej.: 15`de cada tarde) para recordar los
acontecimientos del día y las cogniciones asociadas a cada uno de ellos; con la mayor
precisión posible. Este método fuera de la sesión resulta útil para P que han recibido
instrucción de mantenerse ocupados con el objeto de evitar pensamientos depresivos
recurrentes.
3. Identificar las situaciones ambientales que tengan relación con la depresión del
P. Ej: peores momentos del día entre las 7 y 9hs
4. Otra alternativa es que el T enfrente al P con una de sus situaciones
ambientales perturbadoras con objeto de activar e identificar las cogniciones
depresivas.
5. Una técnica provechosa es instruir al P para que registre las cogniciones que
tengan contenidos comunes. Ej: rechazo
1. TÉCNICAS DE RETRIBUCIÓN
Explicar el uso de la hoja una vez que se haya entendido la noción de pensamiento
automático o cognición. El fundamento teórico de este procedimiento consiste en
enseñarle al P a discriminar con precisión sus emociones y sirve para asegurarse que
anote sus pensamientos que le resultan “extraños”.
Ejemplo: una enfermera de 24 años con una depresión profunda presento el siguiente
registro poco después de haber sido dada de alta en el hospital.
Situación Sentimientos Cogniciones Otras interpretaciones posibles
¿Cómo estás?
caso perdido. Realmente debo tener muy mal aspecto para que él se preocupe.
Se preocupa porque verdaderamente le
importo.
Se ha dado cuenta de que tengo mejor aspecto que antes de ir al hospital y quiere
saber si realmente me siento mejor.
Una vez que el paciente ha recibido instrucciones precisas del terapeuta para
identificar los pensamientos automáticos, se le pide que los anote. Cuando el
terapeuta piensa que el paciente identifica correctamente sus cogniciones, pasa a
mostrarle el empleo del contador de pulsera.
Las percepciones y las actitudes sobre la resolución del problema pueden desempeñar
un rol tanto facilitativo como destructivo:
- Rol facilitativo: el cliente se motiva para aprender y ejecutar las conductas para
la resolución del problema.
- Rol destructivo: los clientes se encuentran desmotivados o evitan enfrentarse al
problema a consecuencia de su percepción del problema, por eso no desearán
aprender la estrategia de resolución de problemas.
Muchos clientes sienten que es más fácil ignorar o evitar un problema porque creen
que el problema desaparecerá sólo. Algunos problemas no desaparecerán si se
ignoran o evitan. De hecho, pueden empeorar y constituir los antecedentes de más
problemas si el cliente no resuelve el problema inicial.
El rol del terapeuta consiste en ayudar al cliente a responsabilizarse de la resolución
de los problemas y a comprometerse para dedicar el tiempo y la energía necesarios
para resolverlos cambiando las actitudes y las percepciones sobre el problema del
cliente.
«Vas a aprender a ser consciente de la forma que tienes para analizar el problema.
Observarás la cantidad de control, el tiempo, el esfuerzo y el compromiso que sientes
para resolver un problema. Necesitaremos recabar información para comprender y
definir los problemas. También observaremos qué puede impedirte que lo resuelvas.
Es conveniente que examinemos diversas soluciones para resolver cada problema, y
una vez que las hayamos obtenido, decidirás qué soluciones te parecen más
razonables de aplicar simultáneamente. Por último, aplicarás los planes de solución.
(Pausa). Me pregunto qué piensas y sientes con respecto a lo que acabo de decirte.
¿Tienes alguna pregunta?».
El terapeuta deberá ayudar al cliente a ver que los problemas son parte de la vida
diaria. En vez de considerar los problemas como una amenaza o incapacidad
personal, el terapeuta ayuda al cliente a observarlos como una oportunidad de
crecimiento personal, autocontrol y mejora propia (D’Zurilla, 1988). Los clientes
pueden sentir que es más fácil evitar el problema y esperar que las cosas vayan mejor.
El terapeuta debe ayudar a estos clientes a concienciarse de que los problemas no
resueltos pueden reproducirse posteriormente (Peck, 1978). Los clientes deberían
creer que existe una solución para el problema y que disponen de la capacidad y el
autocontrol suficientes para encontrar una solución independiente y satisfactoriamente
(D’Zurilla, 1988). La expectativa de que uno puede manejar y resolver un problema
satisfactoriamente producirá la habilidad y capacidad para manejarlo.
La resolución de problemas requiere tiempo y energía. A veces es más fácil evitar el
manejo de un problema si está influido más por los sentimientos que por la razón.
Normalmente las personas responden impulsivamente a los problemas y no se toman
el tiempo y esfuerzo necesarios para pensar en las soluciones viables.
El cliente necesita información relevante sobre el problema, identificando para ello los
obstáculos que generan la discrepancia mencionada o impiden la ejecución de las
respuestas efectivas para reducir dicha discrepancia. También es importante examinar
las condiciones antecedentes o los problemas no resueltos que pueden estar
contribuyendo o causando el problema o conflicto actual. El terapeuta puede aplicar
las técnicas presentadas en el Capítulo 8 para esta fase de definición del problema.
Una vez que el problema haya sido identificado y definido (ver Capítulo 8), el terapeuta
y el cliente establecen metas realistas (ver Capítulo 9). Una meta se define como lo
que el cliente desea que ocurra como resultado de resolver el problema. Las metas
deberían ser realistas, alcanzables y deberían especificar el tipo de conducta, nivel de
conducta y bajo que condiciones la meta facilitará la resolución del problema. El
terapeuta debería ayudar al cliente a identificar los obstáculos que pueden interferir en
el logro de las metas. Por último, el terapeuta debería ayudar al cliente a comprender
que las complejidades implicadas en la mayoría de las situaciones normalmente
requieren atacar el problema desde diversos puntos (Nezu & Nezu, 1989). Establecer
las metas resolutivas ayudará al cliente en el siguiente paso terapéutico, la elaboración
de soluciones alternativas.
Si hay muchas metas para un problema, el terapeuta animará al cliente para que
elabore otras tantas soluciones alternativas por cada meta, argumentando que la
mayoría de los problemas son complejos y una alternativa simple es frecuentemente
inadecuada.
Toma de Decisiones
En tercer lugar, el cliente evalúa si las soluciones seleccionadas logran las metas
deseadas para resolver el problema. Este proceso de autoevaluación se ejecuta en
relación a la solución en las siguientes áreas: (1) resolución del problema, (2)
bienestar emocional, (3) tiempo y esfuerzo necesarios y (4) el ratio total beneficios/
costes (D’Zurilla, 1988).
D’Zurilla (1988) recomienda precaución ante el posible fracaso del terapeuta para
reconocer cuándo son más adecuadas otras estrategias. Un cliente con un conflicto o
una conducta desajustada grave puede requerir otras estrategias. Por ejemplo, una
persona deprimida puede necesitar reestructuración cognitiva intensiva (ver Capítulo
16) antes de proceder a la estrategia de resolución de problemas (D’Zurilla, 1988). En
segundo lugar también recomienda precaución ante el peligro de considerar la terapia
de resolución de problemas como un «ejercicio» o terapia «racional» o «intelectual» en
lugar una estrategia de enfrentamiento que implica los tres componentes conductual,
cognitivo y afectivo (D’Zurilla, 1988). La estrategia de resolución de problemas debería
considerarse como un sistema terapéutico global y general que debe incluir los
aspectos emocionales, cognitivos y conductuales de la persona. En último lugar
D’Zurilla (1988) sugiere que el rapport con el cliente o la relación terapéutica positiva
es imprescindible para que la terapia sea efectiva (ver Capítulo 2) y como las variables
que fomentan la relación terapéutica (ver Capítulo 3) son importantes para la
aplicación satisfactoria de cualquier estrategia y en este sentido la estrategia de
resolución de problemas no es una excepción.
Nezu, Nezu y Peni (1989) (pp. 133-136) proponen algunas pautas para la aplicación
de las estrategias de resolución de problemas:
3. Las tareas para casa y la práctica in vivo (Ver Capítulo 12) de los componentes
resolutivos son esenciales.
4. El terapeuta debería cuidar y ser sensible a los sentimientos y conflictos del cliente.
5. El uso prudente del humor por parte del terapeuta puede ser un recurso terapéutico
efectivo.
7. El terapeuta debe animar al cliente para que aplique todas las posibles soluciones
durante el tratamiento.
RESUMEN
En el próximo capítulo veremos cómo se puede enseñar a los clientes a detener los
pensamientos autopunitivos y sustituir estos por pensamientos o destrezas de manejo
incompatibles con los primeros. Las estrategias presentadas en el Capítulo 16
(inoculación al estrés y reestructuración cognitiva) van dirigidas a la sustitución y no
sólo a la eliminación de las cogniciones autopunitivas.
UNIDAD V
FALTA[37] CARO, I. (1997). MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS .
ESPAÑA: PAIDÓS. (CAPÍTULO 21, 22, 25, 26)
Dado que la meta es conseguir que la cta del cliente se adecue a un conjunto de
axiomas racionales, a menudo el terapeuta se siente motivado a introducir actitudes
más adaptativas mediante maniobras relacionales o cognitivo-conductuales que
excluyen casi por completo la autoconsciencia del sujeto, es decir, la comprensión de
su propio modo de experimentar y explicar el sí mismo y la realidad. Si la perspectiva
concreta está centrada en un orden objetivo exterior inmutable, que inequívocamente
gobierna la tendencia y el sentido de los acontecimientos humanos, la relación
terapéutica solo puede ser un instrumento más o menos autoritario para restablecer
ese orden, y no un proceso que facilite las indagaciones personales de los clientes
tendientes a encontrar, a través del aparente sinsentido de sus emociones
perturbadoras, una senda para la comprensión gradual de las reglas que imponen la
coherencia rígida de un significado personal.
Desde un punto de vista evolucionista, la racionalidad parece ser una nueva propiedad
de los sistemas que se autoorganizan, y desde el principio está relacionada con el
desarrollo de una cta dirigida hacia metas cada vez más eficaz. Como la racionalidad
esta entrelazada con la experiencia de actuar, no puede referirse solo a las categorías
lógico- abstractas (V-F) empleadas en el reordenamiento semántico de esa
experiencia. La racionalidad solo puede destacar la autorreferencialidad de los
procesos adaptativos de un sistema determinado, y la adaptación en si no consiste
tanto en alcanzar un propósito V o correcto (validez) como en perseguir una meta,
cuya utilidad solo puede decidirse desde el punto de vista interno del sistema
involucrado (viabilidad).
Se pueden formular dos principios: acerca de la estrecha conexión que existe entre la
afectividad y el cambio en el proceso de la psicoterapia:
A lo largo del desarrollo del ciclo vital, la continuidad y coherencia de los procesos del
significado personal se apoyan en el equilibrio dinámico entre la unidad organizativa
del campo emocional individual (yo) y la autoimagen Cc (MI), por medio del cual esa
experiencia sentida se vuelve congruente; la autorregulación entre los temas afectivos
nucleares aporta la meta y la dirección para organizar los pensamientos, sentimientos
y acciones del individuo a lo largo de dimensiones de conocimiento abstracto e
integrado, compatible con su autoconciencia. Si bien los temas de pensamiento
(dimensiones del conocimiento abstracto) suelen pasar por un proceso más o menos
continuo de diferenciación, recombinación e integración, los temas afectivos básicos
parecen mucho más constantes en el tiempo, y presentan un ritmo y mecanismo de
cambio diferentes de los de las estructuras cognitivas. La autorregulación y el
autodesarrollo de temas afectivos nucleares no parece verse tan influido por las reglas
lógicas de la diferenciación y la integración como los temas abstractos. Parece
evidente que si bien el pensar generalmente cambia los pensamientos, solo el
sentimiento puede cambiar las emociones; solo la aparición de nuevas experiencias
emocionales, puede afectar la autorregulación, modificar los patrones actuales de
autoconsciencia, y de este modo facilitar un reordenamiento de los procesos del
significado personal.
En segundo lugar, para que esa estrategia sea eficaz, el cliente debe experimentar
gradualmente, durante el proceso terapéutico, algunos acontecimientos cargados de
afecto que presionan progresivamente hacia la reorganización. A lo largo de este
proceso, el terapeuta debe proporcionar herramientas de análisis y autoobservacion
que, al aumentar la flexibilidad y plasticidad del nivel de autoconsciencia del cliente, le
permitirán realizar gradualmente un reordenamiento progresivo de la experiencia
personal.
El terapeuta evitara afrontar las emociones perturbadoras con una actitud crítica y/o
preocupada. Dado que la meta no es modificar las creencias del cliente a cualquier
precio sino ayudarlo a percatarse de su propio modo de elaborarlas, el terapeuta,
desde el principio, orienta la comprensión del cliente hacia los patrones básicos que la
emplea para autorreferir la experiencia inmediata. Al reconstruir gradualmente la
coherencia interna que existe bajo el carácter aparentemente extraño de los
sentimientos perturbadores, el terapeuta consigue que el cliente advierta con creciente
claridad que dichas emociones contienen una información fundamental, cuya
comprensión probablemente facilitara la comprensión posterior del atolladero
existencial presente.
Para que el terapeuta pueda mantener esa actitud, es indispensable que, como parte
de su experiencia profesional, conozca la dinámica de las principales organizaciones
de los significados personales, así como los desafíos evolutivos a los que se enfrentan
en su progresión ortogenética a lo largo del ciclo vital.
Los afectos negativos (angustia, tristeza, desamparo, etc) forman parte de la gama de
tonalidades de sentimiento con la que los seres humanos experimentan su ambiente.
La adhesión a un modelo orientado hacia los procesos del desarrollo del significado
personal hace que el terapeuta este menos ligado externamente a los problemas
presentes y le permite utilizarlos para promover nuevos niveles de comprensión,
posibilitando de este modo que los procesos de autoorganización del cliente influyan
en el rumbo de la terapia. Los racionalistas parecen más ligados externamente a los
aspectos inmediatos y concretos de los síntomas presentes, y tienden a dirigir el curso
de la terapia en función de la presentación continua de los problemas y las metas
específicas.
Las Org. S.P no debe considerarse como una entidad constituida por contenidos
específicos de conocimiento, susceptibles de definirse de una sola vez y para siempre.
Se trata de un ordenamiento autoorganizado de invariables de significado, capaces de
estructurar una amplia variedad de posibles contenidos de conocimiento; su
coherencia solo puede captarse centrándose en las modalidades del procesamiento
(flexibilidad, abstracción, integración), con la que su dimensión de significado se
despliega a lo largo del ciclo vital. Cada persona es un experimento único de la
naturaleza, y tiene por lo tanto un modo absolutamente singular de articular su
dimensión de significado y de los procesos de reordenamiento que tiene lugar en ella.
La evaluación forma parte de un proceso complejo y multidireccional, la psicoterapia,
que se despliega simultánea en varios niveles estrechamente entrelazados, pero
recíprocamente irreductibles. Es casi imposible diferenciar la evaluación de la
intervención. La evaluación se realiza en la interfaz experiencia/ explicación, por medio
de aptitudes de autoobservacion que el cliente desarrolla de forma gradual, y por lo
tanto, esta intrínsecamente relacionada con el proceso de reordenamiento.
Una distinción básica entre estos dos niveles es que el segundo tiene valor de verdad,
y el primero no. La experiencia inmediata simplemente expresa el modo ineludible de
“ser en el mundo” y, como tal, nunca puede ser mal comprendida, mientras que las
explicaciones, que pertenecen a un metanivel semántico, pueden ser erróneas cuando
se las compara con la experiencia que intenta explicar.
Efecto de los datos indirectos sobre los directos: el modo en que el cliente resuelve la
reorganización por la que está atravesando (el tipo de resistencia al cambio), así como
su posición emocional en el dispositivo terapéutico (ej. los miedos expresados, los
reaseguramientos requeridos, las garantías afectivas esperadas), permiten vislumbrar
la historia del apego de esa persona y de su trayectoria evolutiva, lo que a su vez
ayuda al terapeuta a captar el significado tácitamente asignado por dicho cliente en el
contexto terapéutico interpersonal afectivo.
- EL MÉTODO DE LA AUTOOBSERVACIÓN
En las fases iniciales de la terapia, en las que es necesario guiar al cliente hacia la
comprensión y apreciación de las diferencias entre la experiencia inmediata y su
autorreferencia y explicación, el análisis básico de las escenas consiste en reconstruir:
1) los patrones de la experiencia inmediata que han aparecido en la situación,
enfocando el comportamiento global del cliente en la escena (Ej. la imitación, el gesto,
la postura, las acciones inversas o indeseadas, las omisiones significativas, el rol
emocional asumido en el contexto interpersonal) y 2) las emociones conscientemente
autorreferidas en el curso de la situación y las reglas de interpretación en virtud de las
cuales esa situación ha producido esas emociones. Estos aspectos pueden
reconstruirse directamente a partir de los informes del cliente.
En cuanto esta diferenciación está en marcha, el cliente empieza a verse desde dos
puntos de vista alternativos: 1) desarrolla una escena determinada en primera persona
(subjetivo); y 2) se mira a si mismo desde afuera (objetivo).
La primera meta consiste en hacer comprender al cliente que esos tipos diferentes de
atribución corresponden a dimensiones totalmente distintas de uno mismo y la
realidad. En los pasos siguientes, por medio del análisis en escenas de los
acontecimientos interactivos importantes, el terapeuta guía al cliente a fin de que
cambie su punto de vista sobre los otros, mientras al mismo tiempo evalúa y
reconstruye las dificultades intrínsecas de ese cambio.
Existen dos tipos de clientes en el mundo: aquellos que buscan un lugar seguro para
desmoronarse y aquellos que buscan ayuda para volver a poner su vida en su sitio.
Muchas personas comienzan una terapia porque han perdido su equilibrio, atascados
e incapaces de salir de sus patrones destructivos o disfuncionales. Es frecuente
encontrar personas que informan de una mezcla de esos dos aspectos. Con algunos
clientes, la tarea principal implica la búsqueda de un sentido de su centro. Se suele
comenzar la terapia con ejercicios dirigidos a desarrollar y perfeccionar las habilidades
de centramiento.
Puntos clave sobre las técnicas:
- La psicoterapia constructiva no se define por las técnicas, sino por la forma global
de entender la experiencia, el conocimiento y el desarrollo humano. Se puede
utilizar todo el espectro de técnicas relativas a la terapia o a la enseñanza. Un
elemento esencial es la exploración, experimentación y otras formas de
experiencias novedosas que impliquen riesgo, que desafíen los viejos patrones de
actividad. Este aspecto suele requerir de la creatividad y de un espíritu de
aventura por parte del terapeuta constructivo.
- La práctica constructiva reconoce que el poder para cambiar se encuentra en los
procesos más que en un procedimiento determinado. Estos procesos necesitan el
compromiso activo del cliente, se pueden captar a partir de diferentes ejercicios
concretos. El objetivo de las técnicas es activar aquellos procesos de la persona
en su totalidad que le ayuden tanto en la adaptación momentánea como en el
desarrollo continuo. Con la práctica, la persona llega a ser menos dependiente de
una técnica concreta y tener más habilidades para activar los procesos adecuados
en las circunstancias nuevas y desafiantes.
- Las técnicas se pueden entender como una forma especializada de comunicación.
Son herramientas que ayudan a enseñar las habilidades para la vida. Son rituales
en los que se prescriben formas concretas de actividad diferenciadas de la
conversación habitual u ocasional. Pueden ser rutinas de actividad saludables que
simbolizan y facilitan aspectos relevantes de la experiencia.
Las técnicas o ejercicios pueden requerir una introducción o un énfasis especial
dentro de la terapia, ya que se presentan como algo diferenciado.
- Las personas se diferencian en sus respuestas ante la misma técnica. Este hecho
refleja el poder de la creación de significado en las diferentes realidades
personales. La relajación muscular progresiva puede producir ansiedad en
algunos clientes, debido quizá a su sensación de pérdida de control. El aspecto
más importante es la reacción del cliente. Por este motivo es tan importante una
comunicación sincera y de confianza para el proceso terapéutico.
“Permanecer de pie sobre una pierna”: comienza permaneciendo de pie en una postura
relajada y cómoda, con la espalda recta y la cabeza en una posición equilibrada. Se libera la
respiración. Se mira fijamente a algún punto justo delante de los ojos. El objetivo es
permanecer balanceándose de una forma segura sobre una sola pierna. Se trata de acercarse
a este objetivo lenta y suavemente con una conciencia viva de lo que se siente mientras se
realiza esta acción.
Manteniendo la espalda recta, se comienza a cambiar el peso lentamente de un pie al otro, en
un movimiento de balanceo hacia los lados que va cambiando muy poco a poco. Se continúa
con este balanceo suave hacia los lados durante aproximadamente 30 segundos y durante este
periodo se focaliza la atención en las sensaciones que se dan entre las piernas y en los pies.
Después se decide que pie se va a levantar. En el momento en que se empieza a desplazar el
peso al otro pie, el sentido físico de centro también se desplaza. Se percibe un cambio muy
sutil en la pelvis y en las caderas. También se siente un ligero cambio en la presión que soporta
la pierna sobre la que descansamos (especialmente en la rodilla, el tobillo y la planta del pie).
Es importante ser conscientes de las sensaciones que van variando en el pie que se va a
levantar, notar como se va eliminando poco a poco la presión que se hace en el suelo y como
la última parte de dejar de tocarlo es la parte delantera del pie y el dedo gordo. Se respira
lentamente y se presta atención a lo que sucede también en la parte superior del cuerpo
mientras se realiza este ejercicio. En el momento en que se esté preparando, se experimenta
con las diferentes sensaciones que se producen al mover lentamente la pierna elevada hacia
delante y hacia detrás.
→ Relajarse en el centro: “Dejarse ir” es la esencia de la relajación, lo que implica una lenta
entrega (abandonar las resistencias innecesarias, entregarse a los ritmos vitales básicos). La
relajación es principalmente un proceso de aceptación que no se puede conseguir intentándolo
con mucha insistencia. El esfuerzo, como el ser crítico, es lo contrario a la relajación. La
relajación implica una confianza en la propia sabiduría corporal y en los procesos naturales de
reposo y recuperación.
UNIDAD VI
FALTA[45] RUIZ, M.A.; DIAZ, M.I.; VILLALOBOS, A. (2012) MANUAL
DE TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN COGNITIVO CONDUCTUAL . BILBAO:
DESCLÉE DE BROUWER. (CAPÍTULOS 10 Y 11).
Cap 11
Los dos grandes principios que sirven de base a las intervenciones de las TTG son:
La aceptación. El abandono de la búsqueda permanente del bienestar
(evitación experiencial) y, por tanto, la aceptación de los síntomas y del
malestar como experiencia vital normal.
La activación. Si la atención y recursos de la persona ya no se dirigen hacia la
evitación de los síntoma, es posible promover un cambio conductual hacia la
persecución de objetivos valiosos en la vida. En este tipo de terapias la eficacia
no se mide por la cantidad de síntomas eliminados, sino por los logros
personales del paciente a partir de la clarificación de valores.
CONTEXTUALISMO FUNCIONAL
producen.
función de la conducta aprender para que le sirve al sujeto una determinada forma
de comportarse por qué necesita actuar así y que gana o pierde a corto y a largo
plazo.
cuando un contexto
3. ACT
UNIDAD 2
TRULL Y PHARES - ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
La Evaluación en la Psicología Clínica
Definición y Propósito
El motivo de consulta
La Entrevista
Una interacción: intercambio verbal cara a cara, con una meta, y que adopta muchas
formas; para obtener datos, información, creencias o actitudes en la forma más hábil
posible.-
Empatía
Comunicación
Inicio de una sesión: conversación breve diseñada para relajar las cosas antes,
facilita una buena entrevista.-
Silencio.-
Debe haber examinado con cuidado cualquier registro existente del paciente,
comprobado la información proporcionada. Esta preparación también puede minimizar
el desperdiciar el tiempo de entrevista. El clínico debe ser perfectamente claro
respecto al propósito de la entrevista. No perder de vista los propósitos.-
Variedades de Entrevistas
Entrevista de admisión
Dos propósitos: (1) determinar por qué el paciente ha acudido a la clínica u hospital;
(2) juzgar si las instalaciones, políticas y servicios de la dependencia satisfarán las
necesidades y expectativas del mismo.-
Proporcionar unos antecedentes y contexto amplio en los que pueda colocar tanto al
paciente como al problema. Colocar los problemas del paciente en un contexto
histórico y de desarrollo apropiado.-
Entrevista de examen de estado mental
Entrevista de Diagnóstico
De acuerdo con los criterios del DSM-IV. Una entrevista de diagnóstico estructurada
consiste en un conjunto estándar de preguntas y sondeos de seguimiento que se
hacen en una secuencia específica (alta confiabilidad inter-jueces).-
Validez predictiva.-
Confiabilidad
Las entrevistas estandarizadas serán más confiables que las no estructuradas. Las
primeras reducen la varianza de la información y del criterio. La varianza de la
información se refiere a la variación en las preguntas de los clínicos, las observaciones
que realizan.-
Validez
A partir del análisis de las diferentes definiciones sobre el tema Fernando Jiménez
analiza cuatro factores comunes en todo informe psicológico:
Se debe evitar que el informe ofrezca simplemente una descripción sin ninguna
interpretación, puesto que la formulación del mismo es un proceso a través del cual se
incorporan los detalles que ponen de relieve el nivel de funcionamiento psicológico
exclusivo del sujeto. Es necesario referirse a los datos originales sobre los que se
basan las inferencias, así como también recurrir a ejemplos de respuestas dadas por
los sujetos, con el fin de mejorar la significación total del informe. Para aumentar la
claridad del informe hay que concentrarse en la presencia de un rasgo de conducta y
no en la ausencia, ya que se puede cometer el error de ofrecer una lista interminable
de cosas que no caracterizan a la persona.
Debe ser competente: incluye todos los datos significativos, es capaz de transmitir
con fidelidad las características de personalidad del paciente a través del material
obtenido.
1.Carátula.
2.Identificación del Paciente. Nombre y apellido. Edad. Fecha de nacimiento. Sexo.
Estado civil. Escolaridad. Ocupación. Domicilio. Teléfono.
3.Presentación del caso. Consiste en describir al paciente y su experiencia actual.
Se debe consignar en lo posible de manera textual el motivo de consulta,
desarrollando de manera concisa los aspectos descriptivos relevantes, teniendo en
cuenta las once categorías diagnósticas para evaluar los problemas del paciente, que
surgen de la primera y segunda entrevista.
4.Descripción de la primera entrevista. Se realiza una síntesis descriptiva de la
primera entrevista, consignando los temas, síntomas centrales y las observaciones
significativas.
5.Pruebas Administradas. Se presentan los resultados y la interpretación de las
pruebas administradas.
6.Síntesis Diagnóstica. Se realiza un análisis e integración de la información
recogida en las entrevistas clínicas y los resultados de las pruebas administradas; se
considera la dinámica de los subsistemas en torno a los cuales el self cumple su
función integradora y reguladora.
7.Diagnóstico Multiaxial siguiendo los criterios del DSM-IV.
8.Explicación Psicodinámica. Es el resultado de un proceso de análisis e
integración que posibilite la comprensión de los procesos implicados en la
problemática del paciente; aplicando y desarrollando para el caso individual los
conceptos referidos a: configuración del desarrollo del self, procesos de apego,
funcionalidad o disfuncionalidad de las construcciones, estructuras de significado más
comprometidas con el padecimiento.
9.Tratamiento. Planificación de la estrategia psicoterapéutica más adecuada a
seguir de acuerdo a la problemática presentada. Se consigna tipo de estrategia.
Abordaje terapéutico sugerido. Frecuencia y duración.
10. Pronóstico. Comprende la explicitación de la probable evolución del proceso
del paciente, consignando las condiciones en que dicha evolución se prevee.
Anexo. Deben constar las entrevistas realizadas transcriptas y el material de las
pruebas psicológicas administradas.