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Magno
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J.A
Fortea
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Editorial Dos latidos
© Copyright José Antonio Fortea Cucurull
Todos los derechos reservados
fortea@gmail.com
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Versión 6
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El Exorcismo Magno
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José Antonio
Fortea
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Índice
Introducción
El porqué de este ritual .................................................................................................................. 6
Cómo organizar esta ceremonia .................................................................................................... 9
Ritual
Pasos de la ceremonia ................................................................................................................. 13
Celebrantes .................................................................................................................................. 14
Efectos del ritual ......................................................................................................................... 17
Ritos de circunvalación del templo ............................................................................................. 23
Ritos en el eje del templo ............................................................................................................ 33
Unción de las puertas .................................................................................................................. 45
Regreso hacia el altar .................................................................................................................. 46
Añadiduras finales
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Introducción
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que también se puede exorcizar a las fuerzas infernales para que
se alejen de una parroquia, de una ciudad, de una diócesis, de una
nación o de la Iglesia universal.
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Me limito a ofrecer sugerencias. Después el obispo que desee
ponerlo por obra será muy libre de tomar lo que desee de estas
líneas, si es que desea tomar algo.
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Cómo organizar esta ceremonia
Una vez que me puse a ver cómo se podría organizar esta
ceremonia, no tuve la menor duda de que si esta se realizaba,
había que hacerla grandiosa, sin dubitaciones ni escrúpulos. Si lo
que estamos haciendo es teológicamente correcto, hagámoslo con
un ritual bello y magnificente.
Con unos cien sacerdotes y una catedral, qué duda cabe que
se puede idear una bellísima ceremonia. Por supuesto que, a
veces, no se dispondrá de una catedral ni de tantos presbíteros.
Pero incluso la misma lectura personal de este ritual ya supone
toda una enseñanza acerca de la realidad teológica de la
posibilidad de exorcizar a los demonios en general. Incluso,
aunque nunca se realizara esta ceremonia, la lectura de ella ya
supondría una catequesis acerca del combate invisible pero real de
las potestades demoniacas y del poder entregado a la Iglesia.
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Realizarlo por la noche no solo tiene como razón el
simbolismo de la hora, sino también para evitar el cerrarla durante
el horario diurno. La ceremonia debe realizarse a puerta cerrada
sin más laicos asistiendo que aquellos a los que expresamente se
les permita asistir. De lo contrario, la noticia de este exorcismo
puede provocar que la catedral esté tan literalmente repleta de
devotos y curiosos que sea imposible realizar el más pequeño
movimiento en ella. Por otra parte, un número pequeño de
asistentes (un centenar de laicos puede ser un buen número)
permite concentrarse mucho más en la ceremonia. La intimidad,
sin duda, beneficia a este ceremonial. La presencia de una
multitud dispersaría la concentración de los celebrantes.
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posterior. En las consideraciones finales de esta obra, explico por
qué no hay ningún momento reservado para la predicación.
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Pasos de la ceremonia
La estructura de esta ceremonia puede parecer muy
complicada, pero consiste tan solo en una procesión por el
perímetro del templo y otra por el eje central. Comenzando con
una oración inicial y otra final. Eso es todo.
Comienzo de la ceremonia
1. Oración de inicio
Conclusión de la ceremonia
10. Oración final
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la letanía de la Virgen María. El regreso final (por el pasillo
central) es a través del aleluya de la Resurrección.
Celebrantes
El obispo y doce presbíteros son los que realizan este rito, los
demás sacerdotes asisten. Esto no significa que sólo esos doce
sacerdotes ejerzan su poder y el resto de presbíteros simplemente
estén allí como espectadores, de ningún modo. Cierto que sólo
esos doce sacerdotes y el obispo (u obispos) recitan las fórmulas
en voz alta, pero todos participan, todos oran, todos se unen con
la mente y la voluntad en las mismas plegarias. Sin necesidad de
que todos pronuncien con la boca, la presencia de todos conforma
una sola ceremonia. Todos los asistentes participan en ese ritual
por la fuerza intercesora y deprecativa de todos. Todos, desde
luego, pronuncian las contestaciones “ruega por nosotros” en las
letanías.
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precedida de un número. Así que basta con que cada uno recuerde
su número en el ritual.
El obispo sólo dice las fórmulas que dan inicio y ponen punto
final a esta ceremonia, así como la que se dice justamente en el
centro del templo, tal como se indica en sus lugares
correspondientes.
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eje del templo, y el resto de sacerdotes con alba las otras
fórmulas.
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Ritual del
Exorcismo Magno
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adelantado que el grupo de presbíteros. Los acólitos se colocarán
a un lado.
Cuando los acólitos hayan recibido la mitra y el báculo, el
obispo hará inclinación profunda hacia el altar que tendrá sus
siete cirios encendidos. Los doce sacerdotes se unirán a esa
reverencia del obispo.
En este momento no se besa ni se inciensa el altar, porque
toda la ceremonia que va a tener lugar es como un largo recorrido
hacia el altar. Ritos que se culminan con la llegada hasta él,
momento en el que sí que por fin se besa e inciensa el altar.
El grupo de laicos presente en esta ceremonia, seguirá a los
sacerdotes detrás de ellos. Si hubiera tantos sacerdotes que no se
puede hacer de forma adecuada la procesión, por estar demasiado
lejos de la cabecera de esta, parte de los sacerdotes se colocarán
en los bancos y desde allí participarán en la ceremonia.
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1.Oración de inicio
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llegue a un punto cardinal, y se retomará la letanía en cuanto la
procesión se ponga en marcha de nuevo.
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Ritos de circunvalación del templo
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Hay que dejar muy claro que el exorcismo no tiene más
eficacia por dirigirse con exactitud hacia los puntos cardinales.
Exorcizar hacia esos puntos solo tiene un valor simbólico. Las
distintas estaciones de esta ceremonia solo tienen un valor
simbólico. No es porque orar en esos puntos concretos dote a
estos ritos de mayor eficacia.
2.Conjuración al Norte
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Al llegar a ese punto cardinal (o al primer punto cardinal que
se halle en el recorrido), el primer sacerdote designado realizará la
primera oración deprecativa con las manos en alto:
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3.Conjuración al Oeste
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En la tradición cristiana, el Oeste simboliza la muerte. Al
llegar a esa estación, otro sacerdote recita esta oración deprecativa
con los brazos extendidos:
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4.Conjuración al Sur
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No dejes que tus servidores,
a quienes Cristo redimió con su Sangre,
sean llevados a la cautividad del diablo;
impide que el templo de tu Espíritu
sea mancillado por los espíritus inmundos.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
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5.Conjuración al Este
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Ritos en el eje del templo
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En este eje central, el sacerdote que interviene no recita más
que una sola oración deprecativa. En los desplazamientos entre
las estaciones 6 hasta la 9, se recitarán las letanías de la Virgen
María, del mismo modo que antes se hacía con las letanías de los
santos, continuando donde se había interrumpido.
Santa María, ruega por nosotros Puerta del cielo,
ruega por nosotros. Estrella de la mañana,
Santa Madre de Dios, Salud de los enfermos,
Santa Virgen de las Vírgenes, Refugio de los pecadores,
Madre de Cristo, Consoladora de los afligidos,
Madre de la Iglesia, Auxilio de los cristianos,
Madre de la divina gracia, Reina de los Ángeles,
Madre purísima, Reina de los Patriarcas,
Madre castísima, Reina de los Profetas,
Madre siempre virgen, Reina de los Apóstoles,
Madre inmaculada, Reina de los Mártires,
Madre amable, Reina de los Confesores,
Madre admirable, Reina de las Vírgenes,
Madre del buen consejo, Reina de todos los Santos,
Madre del Creador, Reina concebida sin pecado original,
Madre del Salvador, Reina asunta a los Cielos,
Madre de misericordia, Reina del Santísimo Rosario,
Virgen prudentísima, Reina de la familia,
Virgen digna de veneración, Reina de la paz.
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa, Cordero de Dios, que quitas el pecado
Virgen clemente, del mundo,
Virgen fiel, perdónanos, Señor.
Espejo de justicia, Cordero de Dios, que quitas el pecado
Trono de la sabiduría, del mundo,
Causa de nuestra alegría, escúchanos, Señor.
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor, Cordero de Dios, que quitas el pecado
Vaso de insigne devoción, del mundo,
Rosa mística, ten misericordia de nosotros.
Torre de David,
Ruega por nosotros, Santa Madre de
Torre de marfil,
Dios.
Casa de oro,
Para que seamos dignos de las promesas
Arca de la Alianza,
de Cristo.
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Como se observa, todo este ritual comienza con las letanías
de los ángeles, se sigue con la de los santos, y en el eje se rezan
las letanías de la Virgen María y de camino al altar se cantarán los
aleluyas con las tres antífonas.
Éste es el orden normal. Pero el maestro de ceremonias
determinará si hay que alargar una determinada letanía o todas, en
el caso de que el templo sea muy grande. Las letanías podrán
sufrir las adiciones que se crean convenientes añadiendo santos
propios de ese ciudad, diócesis o nación.
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6.Invocación de los Santos Ángeles
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Escucha, Señor, la oración de San Miguel Arcángel y de
todos los ángeles que te sirven. Dios de todo bien, impide la
acción diabólica;
Tú que eres la fuente de la verdad y del perdón,
destruye las falaces insidias del diablo;
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
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7. Conjuración hacia la Puerta del Abismo
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Acabada la oración, uno de los sacerdotes aspergerá el punto
marcado, la zona alrededor y, por último, a los celebrantes allí
congregados en torno a ese punto.
Después, el obispo (revestido con la mitra y el báculo en la
mano) recitará el siguiente exorcismo:
Rito de la percussio
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Golpeo los Poderes del Averno confiado en la intercesión de
María Santísima e Inmaculada. La cual golpeó y aplastó a las
potestades y principados rebeldes.
Tras estas palabras, golpeará por segunda vez el suelo otras
tres veces con el báculo. Entonces dirá la última fórmula breve:
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8.Invocación a la Santísima Virgen María
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9.Conjuración hacia la puerta de la Iglesia
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Te exorcizo, Serpiente Antigua, aléjate de este templo, aléjate
de esta ciudad, aléjate de esta diócesis, aléjate de la Santa Iglesia
de Dios. Te lo manda Dios Padre , te lo manda Dios Hijo , te
lo manda Dios Espíritu Santo . Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
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La puerta es símbolo de acogida, pero también es símbolo de
que la Iglesia se debe cerrar a todo aquello que no tiene cabida
dentro de ella. Los demonios no tienen cabida dentro de la
Iglesia, son sus enemigos, y lo único que hace la Iglesia respecto
a ellos es expulsarlos. Es suficiente, por tanto, hacer los ritos en
una sola puerta de la catedral, puesto que se hacen allí
únicamente porque se trata de un lugar simbólico. Si se decide
realizar estos ritos simultáneamente en otras puertas, eso tendría
el simbolismo de estar atentos a que, por ningún resquicio, por
ninguna puerta de atrás, entre el Mal en la Iglesia.
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La procesión ya no se detiene en ningún momento en el eje
central, sino que prosigue sin interrupción hacia el altar. Si el
trayecto hasta el presbiterio resultase más largo que el necesario
para cantar los aleluyas y antífonas indicados, se añadirán los que
sean necesarios o se repetirán los ya mencionados.
Allí, delante del altar, finalizan todos los movimientos
procesionales que se han realizado en el templo. Si unimos en un
solo dibujo las distintas estaciones de esta ceremonia, la unión de
estaciones perimetrales y las del eje de la iglesia formarían este
esquema.
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10. Oración final
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El Señor os bendiga y os guarde.
Amén.
Fin de la ceremonia
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Añadiduras en torno a este ritual
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Consideraciones y reflexiones
Al principio, cuando me puse manos a la obra en tarea de
escribir estas páginas, lo hice para responder con hechos a una
cuestión teórica: ¿cómo podría organizarse de un modo ritual un
exorcismo sobre los poderes del Infierno globalmente
considerados? Pensaba escribir un opúsculo de unas siete o diez
páginas. Poco a poco, el escrito fue creciendo y ampliándose.
Pero, en un primer momento, no tuve otra pretensión que la de
redactar unas pocas hojas con unas cuantas indicaciones
esquemáticas.
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bellísima. Sólo al verla materializada me di cuenta de la tremenda
fuerza visual que poseía un ceremonial de estas características.
Comprobamos que la ceremonia realizada con toda tranquilidad y
en una catedral de grandes dimensiones se realiza en algo menos
de tres cuartos de hora, sin contar los diez minutos que nos llevó
rezar la hora tercia en el coro de los canónigos.
A todos les pareció muy bien, pero cual fue nuestra sorpresa
cuando el padre Spahm, exorcista muy reconocido que no sabía
que iba a tener lugar el exorcismo magno, se quedó muy
sorprendido y dijo que por eso un poseso, dos días antes, durante
un exorcismo había dicho lleno de furia que estaba rabioso por
eso que vais a hacer los exorcistas en una reunión que vais a
tener dentro de dos días. El poseso insistía en que vais a hacer
algo, y era evidente que se trataba de algo que enfadaba mucho a
los demonios. Como les dije a todos esos exorcistas que
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representaban al ministerio en esa nación: Cuando algo pone muy
furioso al demonio, esa es la mejor señal.
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está compenetrada con la idea de comunidad y de la abundancia
de ministros presentes. Lo cual se puede sintetizar en estas dos
afirmaciones:
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privada”, me estoy refiriendo a un sacerdote que sentado en un
banco de la iglesia realiza estas oraciones en silencio o en voz
baja, musitándolas.
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Siempre puede sobrevenirnos la duda de si todo este ritual
no resulta excesivamente material, siendo que se pretende actuar
sobre realidades espirituales. Pero la tradición litúrgica de la
Iglesia, durante tantos siglos, ha sido continua: lo material como
expresión de lo espiritual. Basta hacer un recorrido somero a
través de la complejidad de los ritos que existían en siglos
pasados, para darse cuenta de que esta propuesta del exorcismo
magno se engloba en esa corriente pretérita. No se engloba, desde
luego, en una corriente que busque el minimalismo.
Ese solo era uno de los muchos pasos que contenía aquel
interesantísimo y arcaico ritual. Y este es solo uno de los antiguos
ceremoniales que se podrían mencionar, tales como la coronación
de reyes (con la unción de su pecho y la entrega de los símbolos
reales), la compleja consagración de altares (en la que se
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quemaban cinco montoncitos de incienso sobre el ara) o la
bendición en el Ritual Romano del “agua gregoriana” (compuesta
de agua, aceite, sal, vino y ceniza). En Inglaterra, llegó a existir
un ritual para la excomunión. Y en el Ceremonial de Obispos,
incluso hubo uno para la degradación del estado clerical. Rituales
que existían o existen en los libros litúrgicos y que constituyen un
tesoro para la Iglesia.
Acabo este escrito recordando una vez más que sólo la Santa
Sede y los obispos tienen potestad para aprobar nuevos rituales y
liturgias. Pero ante la disyuntiva de presentar una obra que
hubiera consistido en una larga y fría serie de áridas sugerencias o
presentar un ritual en todo su esplendor con todos sus detalles, he
preferido la segunda opción: ofrecer una visión más completa de
cómo podría ser este ceremonial.
Pero hay que recordar también a los lectores que no son los
sacerdotes los que pueden realizar un ritual como este por propia
iniciativa. Es al obispo al que compete tomar la decisión de si
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realiza algo como lo descrito o no. Los rituales, las ceremonias, la
liturgia tienen que practicarse de un modo ordenado, es decir,
bajo la atenta mirada del obispo que debe erigirse en defensor del
orden litúrgico. Al obispo se le puede proponer cualquier cosa,
pero al final hay que someterse gozosamente a su autoridad.
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más allá de sus atribuciones. Algunos albergarán este temor y lo
entiendo. Pero recuerden los obispos que, al dar su permiso para
esto, no están aprobando ningún ritual. Sino realizando un acto
puntual: un exorcismo, un gran exorcismo. No es lo mismo
aprobar un ritual que realizar un acto singular y extraordinario.
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fuerzas del Averno, debilitándolas, alejándolas. Pero el efecto
accidental de la belleza de una ceremonia no debe ser
despreciado. Aspectos estéticos como el que se realice todo esto a
la luz de las velas, sin ninguna luz eléctrica, es algo menor, pero
no carece de importancia. No es lo mismo celebrar este ritual en
una fea iglesia grande de una sola nave que en una catedral gótica
con sus recovecos, su deambulatorio, su coro de los canónigos en
medio de la nave central.
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del templo y los demás ritos por fuera, caminando alrededor de
los muros si no hay posibilidad de moverse con dignidad entre los
bancos.
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adaptabilidad a la idiosincrasia es una posibilidad, no una
obligatoriedad.
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se puede usar. Pero no es una ceremonia para usarla contra una
persona.
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excepcionales en que el obispo determine que se realice cuatro
veces durante un mes, o todos los viernes de una cuaresma. En
principio esta reiteración parece adecuada solo en ocasiones de
especial gravedad, pero también es cierto que esta ceremonia es la
típica a la que todo el mundo quiere asistir alguna vez.
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pero reconozco que cabe un uso algo más repetido en algunas
circunstancias. Por ejemplo, ese sería el caso de un monasterio
que quisiese tomar sobre sí de un modo más intenso la lucha
contra las potestades de las tinieblas, y lo realizase una vez cada
dos meses. Siempre, por supuesto, con permiso del obispo del
lugar. Si un convento pertenece a una federación, no es el superior
de la congregación el que tiene autoridad para otorgar tal permiso,
solo el ordinario del lugar.
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Añadir más elementos no considero que redundara en una mejora
del ritual.
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de madera barnizada o con superficies muy poco aptas para ello.
De manera que ya, desde la primera vez, deseché tal opción.
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por el contrario, en los últimos veinte minutos, mientras van
llegando los participantes, se van colocando cirios y velas sobre el
Altar de la Confesión. Un gran crucifijo en el centro rodeado de
seis impresionantes candelabros. Alrededor de estos candelabros
prinipales, dispuestos armónicamente, otros candelabros menores.
El altar como fuente de luz. También se colocarán más de una
decena de relicarios.
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Capilla del Santísimo Sacramento. Comenzarán de manera que las
dos procesiones (desde estas dos capillas) confluyan en la nave
lateral de la Capilla de San Juan Crisóstomo, cuando en este lugar
finalice el rezo de completas.
−doce cardenales
−treinta arzobispos
−cien obispos
−doscientos presbíteros
−doce diáconos
−doscientos laicos
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La procesión seguirá hacia el brazo norte, allí los pastores de
los hermanos separados (evangélicos, anglicanos, luteranos,
calvinistas, pentecostales, etc.) podrán exorcizar en esa dirección.
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Se invitará a los judíos a hacer un exorcismo en un punto
previo al brazo de las iglesias orientales: por ejemplo, en el
comienzo (desde el altar) de la nave lateral. En el mismo punto
del otro lado, al comienzo de la otra nave lateral, se invitará a lo
mismo a los clérigos musulmanes si desean participar
activamente. Este recorrido, como se ve, sigue un criterio
temporal: judíos, iglesias orientales, pastores protestantes,
musulmanes.
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La basílica estará iluminada de manera que reine una cierta
penumbra. La ceremonia tiene lugar por la noche para resaltar que
hay una hora de las tinieblas. En esa penumbra, resaltará mejor el
altar como fuente de luz. Pero, tras la oración final el papa, el
coro cantará la más bella y triunfal de las canciones mientras se
ilumina toda la basílica para simbolizar el triunfo final de la luz.
La primera canción coral puede ser un gran aleluya.
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José Antonio Fortea Cucurull, nacido en Barbastro,
España, en 1968, es sacerdote y teólogo especializado en
demonología.
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