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Aristóteles nació en Estagira, Macedonia en el año 384 a. c.

y murió en Calcis, Eubea en el


año 322 a. c. Llego a Atenas con 17 años, allí estudio en la academia platónica y
permaneció hasta los treinta y siete años cuando murió Platón. Su partida parece ser que
estuvo motivada por los acontecimientos políticos del momento y la guerra entre
atenienses y macedonios que había empezado ya en el año 359 a. c. Cuando vivía en
Mitilene en el año 343 a. c. fue invitado por la corte de Macedonia para asumir la tutoría
de Alejandro Magno. En el año 335 a. c. regresa a Atenas y funda El Liceo donde dirigirá
planes de investigación y enseñanza hasta la muerte de Alejandro Magno y el
resurgimiento del odio a los macedonios, por lo cual tuvo que dejar Atenas. Se instaló en
Calcis y allí murió a sus sesenta y dos años.

Aristóteles reflexionó sobre biología, ética, lógica, retórica, política, física, entre otros
temas. En su visión sobre el ser humano consideraba que nuestra naturaleza era racional y
política, a partir de allí conjugó sus diversos temas de política y ética. Al contrario que su
maestro Platón, Aristóteles no creía en un mundo de las ideas, sino que pensaba que
todas las ideas están sujetas a nuestra razón. Por otro lado, el interés aristotélico centraba
su foco de investigación en la observación y la reflexión empírica, asumiendo que nuestros
conocimientos parten de los sentidos, la experiencia y la abstracción.

Al igual que Platón, Aristóteles dio gran importancia a la educación, adoptando posturas
de su maestro y enriqueciéndolas. A continuación, exponemos algunas de estas ideas.

En principio, es importante mencionar que para Aristóteles el fin último de la educación es


la enseñanza de la vida digna del ser humano, la felicidad. Esta idea hace referencia al
modo de vida adecuada para el ser humano según su naturaleza, y precisamente,
Aristóteles asegura que tal naturaleza esta supeditada a la inteligencia y la razón. Así, en el
pensamiento aristotélico, la vida digna del ser humano consiste en vivir racionalmente.

Ahora bien, el origen de la educación en Grecia surge desde el seno mismo de la familia y
fue rápidamente acaparada por diferentes clubes aristocráticos, cuyo mayor producto
cultural fue el Banquete donde se difundían las ideas y virtudes de la clase aristócrata
(Espinosa, D. E. 2006). Este tipo de educación privada fue puesta en tela de juicio por el
pensamiento platónico y aristotélico, puesto que, para ambos, la educación debería llegar
a ser pública e igual para todos los ciudadanos. Esto porque como el fin de la ciudad
estado es la vida buena de sus ciudadanos, y esta se expresa en la constitución propia del
estado, entonces, esto supone que todos los miembros acuñen este modo de vivir
constitucional a través de la educación pública, favoreciendo así, por otro lado, la
integración de los ciudadanos en la comunidad política (Calvo, T. 2003).

De modo que, se debe educar para cierta finalidad que incluye no sólo la idea de buen
vivir de los ciudadanos, sino también, complementariamente, Aristóteles sostiene que la
educación debe acomodarse a los principios constitucionales del Estado, principios que
son entendidos como un conjunto de valores comunes entre ciudadanos.

Además de la reflexión sobre la educación pública, Aristóteles se pregunta por qué se


debe enseñar y el cómo se debe educar. En principio, como se advirtió anteriormente, la
finalidad de la educación es la felicidad de los ciudadanos y a la vez que esta finalidad se
expresa en la constitución del estado, entonces, se sigue que la educación debe estar
dirigida acorde a los principios constitucionales del Estado. En segundo lugar, Aristóteles
sostiene que para educar se deben tener en cuenta tres factores; naturaleza, hábito y
razón. La naturaleza, según el filósofo, escapa de las manos del educador, por ende, su
foco debe dirigirse a los hábitos y la razón, y en especial, a construir los hábitos de
acuerdo con la naturaleza del ser humano, es decir, a la razón y la inteligencia.

Por último, como bien hemos ahondado, la finalidad de la educación es la felicidad o el


buen vivir de los ciudadanos, y esto implica dos cuestiones centrales: Una se debe educar
para la paz y no para la guerra, de modo que en Aristóteles, al igual que en Platón
encontramos que la educación tiene como finalidad vivir en concordia y en paz,
contrastando con ello la visión educativa que tenían otras ciudades estados en el
momento, por ejemplo, los espartanos quienes tenían como objetivo educar para la
guerra. Por otro lado, Aristóteles aboga por más que sólo vivir en concordia, pues
introduce una finalidad más de la educación y es el disfrute del ocio. Ocio entendido como
el tiempo libre de trabajos en el cual se realizan actividades nobles y placenteras, por
ejemplo, el disfrute de la música u otras actividades que en la actualidad podríamos
denominar humanidades.

- Visión de la educación como constitucional y acorde a los principios del estado, si


bien parece restar libertad al individuo como hoy en día lo entendemos, es clave
en la medida en que, como seres políticos y sociales, siempre debemos estar bajo
una organización social que requerirá elementos comunes para mantener la
unidad.
- La visión de una educación humanista en Aristóteles nos permite tener un punto
de fuga frente a la idea económica de la educación como un medio de utilidad y
productividad.
- Rescatar de nuevo la idea de una educación pública e igualitaria para todos los
ciudadanos es una idea potente en nuestros tiempos de desigualdad no sólo
dentro de cada uno de los países, sino también, en una visión global.

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