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Estátor: Este componente está fijo y generalmente contiene bobinas de alambre de cobre
enrolladas alrededor de un núcleo magnético. Al pasar corriente a través de estas bobinas
(mediante una fuente de energía eléctrica), se genera un campo magnético estacionario.
Rotor: El rotor, la parte móvil del motor, suele estar compuesto por conductores (a menudo
bobinas o barras de cobre) que pueden girar. Está ubicado dentro del campo magnético generado
por el estátor.
Giro del rotor: La interacción entre los campos magnéticos hace que el rotor se mueva, lo que se
traduce en un movimiento mecánico. Este giro se aprovecha para realizar un trabajo útil, como
mover las ruedas de un vehículo, las aspas de un ventilador o cualquier otra tarea mecánica.
Los motores eléctricos vienen en diferentes tipos y tamaños, desde motores pequeños utilizados
en electrodomésticos hasta grandes motores industriales. Estos principios básicos son comunes en
la mayoría de los motores eléctricos, pero cada diseño específico puede variar en su configuración
y detalles técnicos según su aplicación y eficiencia requerida.
Estator: Es la parte estacionaria del motor y contiene las bobinas de alambre enrolladas alrededor
de un núcleo magnético. Estas bobinas están dispuestas en relación con las tres fases de la
corriente alterna suministrada y generan un campo magnético giratorio cuando se aplica la
corriente eléctrica.
Rotor: Es la parte móvil del motor. Puede tener diferentes diseños según el tipo de motor. En los
motores trifásicos, los rotores suelen ser de dos tipos principales: rotor de jaula de ardilla (más
común en motores industriales) o rotor de bobina.
Rotor de jaula de ardilla: Está formado por barras conductoras (generalmente de cobre o
aluminio) conectadas por anillos en ambos extremos. Cuando el campo magnético giratorio del
estator interactúa con el rotor, induce corrientes eléctricas en las barras del rotor, lo que genera el
movimiento rotativo.
Rotor de bobina: Consiste en un devanado de bobinas que se conecta a anillos deslizantes y
escobillas para permitir la conexión eléctrica. A diferencia de la jaula de ardilla, este tipo de rotor
permite un control más preciso del motor, pero es menos común.
Carcasa: Es la estructura externa del motor que alberga y protege los componentes internos. Está
fabricada con materiales como hierro fundido, aluminio o acero y proporciona soporte y
protección al conjunto del motor.