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E
ste libro trata sobre las maneras en las que las perso-
nas piensan, discuten, aciertan o se equivocan (sobre
todo, las maneras como se equivocan). En sus pági-
nas se encuentran algunas de las confusiones más comunes
y errores más frecuentes en la práctica, tal como se dan en-
tre las personas.
Problemas de distinciones
Efectos psicológicos
CAPÍTULO 1
Errores
de falsa
oposición
26 Lógica viva
A
lgunas cosas son opuestas porque son contrarias.
Por ejemplo, ser alto es lo opuesto a ser bajo. O el día
es lo opuesto a la noche. O el calor es lo opuesto al
frío. Si decimos “Juan no vino de noche, sino de día” o “Rita no
tiene frío, sino calor” estamos planteando oposiciones entre
venir de día o de noche o entre tener frío o calor. Son oposi-
ciones verdaderas, porque no pueden darse ambas a la vez. O
una cosa o la otra.
Por ejemplo, una vez en la fila del cine una madre le dijo lo
siguiente a su hija: “Las mejores películas no son las que son
divertidas, sino las que dejan un mensaje”. ¿La madre cometió
un error de falsa oposición? Sí. Aquí parece que hay una opo-
sición entre dos cosas: las películas con mensaje y las películas
divertidas, como si tuviese que ser una cosa o la otra. Pero en
realidad son dos cosas complementarias. Las mejores películas
podrían ser las que tienen un mensaje y además son divertidas.
Una cosa y además la otra.
Una vez un alumno dijo: “No sirve de nada ser bueno en mate-
máticas, sino ser bueno en escritura”. Allí está oponiendo dos
cosas: ser bueno en matemáticas y en escritura. O una cosa
o la otra. Pero, en realidad, no son dos cosas opuestas. Puede
servir tanto ser bueno en matemáticas como en escritura a la
vez. Una cosa y además la otra. Plantear ambas cosas como si
fueran opuestas es un error de falsa oposición.
La historia de Analía
P
ara Analía esa fue una de las conversaciones más
interesantes que tuvo en sus diez años. Desde pe-
queña supo reconocer que algunas charlas tenían un
montón de información para dejarle, y que ella misma podía
trasmitir a los demás lo que iba aprendiendo. En ese intercam-
bio todos salían ganando, como si el conocimiento se fuera
expandiendo de un lado al otro como el polen que arrastra el
viento de una punta a la otra de la Tierra. Ese día entendió que
tenía tanto para aprender como para trasmitir. También pen-
só que otras veces la conversación se volvía chata como esas
monedas que pisan los camiones del mercado. Y a veces hasta
pesada, como las ruedas de esos camiones.
que para ella también era buena. Entonces Marcos largó esa
pregunta que tenía escondida.
Como las dos se pararon cerca de él, les preguntó: “La maestra,
¿no puede ser al mismo tiempo buena e inteligente?”
CAPÍTULO 2
Cuestiones
de palabras
y cuestiones
de hechos
36 Lógica viva
Paulina Porcal,
Escuela n.º 105, Montevideo.
A
lgunas veces discutimos sobre el significado de las
palabras. Por ejemplo, podemos discutir lo siguiente:
¿qué significa la palabra “risa”? Todos sabemos qué
es reírse, pero no es tan fácil encontrar una definición para la
palabra “risa”. Podría haber muchas. Algunos podrían decir que
es “un sonido que sale de la boca a causa de una alegría”. Otros,
que es “un gesto de felicidad que se hace con todo el rostro”.
Cuando discutimos sobre el significado de las palabras, esta-
mos ante cuestiones de palabras.
porque ¡no hay una definición de “niño grande” que nos sirva
en esta situación! Aquí la definición debe ser creada y aceptada
por todas las personas involucradas. Por ejemplo, las maestras
y la directora podrían acordar que “niño grande” significa “los
niños que cursan quinto y sexto año”. Poniéndose de acuerdo
en la definición, ya saben a quiénes les darán clases de inglés.
¿Cómo se
Tipo de ¿Sobre qué
resuelve la Comentarios
cuestión se discute?
cuestión?
La definición puede
ser la del diccionario
Sobre el
Cuestión de Encontrando (de la lengua o espe-
significado de
palabras una definición cializado), o creada
las palabras
con el acuerdo de las
personas
2. Una vez que se ha encontrado definiciones claras para los términos clave,
se debe buscar evidencias para encontrar la respuesta correcta y verdadera.
42 Lógica viva
La historia de Marcelo
M
arcelo no va a olvidarse nunca de esa tarde, porque
jugaban la final contra los chiquilines de la calle
de atrás, y eso siempre lo había vivido como un
clásico. La noche anterior casi no había podido dormir. Bueno,
dormir durmió, pero se despertó un montón de veces, siempre
con la sensación de que estaba soñando con la gran final. En
el sueño estaban empatados y solo faltaban dos minutos para
que terminara el partido. Una pelota venía cruzando el cielo y
él se quedaba mirándola como si fuera un pájaro. Cuando quiso
saltar para impedir que entrara en el arco era tarde. Perdían
en la hora. Martín y Pablo se acercaban a consolarlo, y los tres
volvían hasta la cuadra donde estaban sus casas, escuchando el
festejo de los vencedores. Con esos gritos se despertaba Marcelo
en medio de la noche, y lo único que se oía en realidad era el
cric-cric de los grillos en el patio. Para contrarrestar la derrota
se quedaba un rato soñando despierto. Eso le resultaba más
sencillo, porque él mismo dirigía el sueño a su antojo. Entonces
imaginaba que, en el minuto que quedaba de tiempo de juego,
Pablo hacía un gol desde lejos, y en el último momento gana-
ban con un penal que pateaba al ángulo el mismo Marcelo.
Pablo dijo que, para él, que la mano tuviera vida no hacía la
diferencia. No había duda de que el guante entraba en la mano.
Incluso dijo que haría un experimento y se puso el guante de
Marcelo, tarareando una melodía de suspenso.
Volvieron a reírse.
CAPÍTULO 3
Cuestiones
de hechos
y cuestiones
normativas
50 Lógica viva
A
lgunas veces discutimos sobre cuestiones de hechos,
o sea, sobre cómo son las cosas, si son o no son de
determinada manera.2 Las cuestiones de hechos se
resuelven encontrando evidencias, es decir, pruebas que mues-
tren que algo es o no es así de modo tan claro que no pueda ser
puesto en duda o negado. Estas evidencias son las que buscan,
por ejemplo, los detectives, los científicos o nosotros mismos
cuando intentamos verificar algo.
por una alternativa, se debe saber que las otras también tienen
ventajas, aunque no las hayamos elegido.
¿Sobre ¿Cómo se
Tipo de
qué se resuelve la Comentarios
cuestión
discute? cuestión?
Este tipo de cuestión
Sobre cómo admite, en teoría, la
Cuestión de Encontrando
son las posibilidad de encon-
hechos evidencia
cosas trar una solución única
correcta y verdadera
Siguiendo tres
Este tipo de cuestión
pasos:
no tiene una única
solución. No es posible
Sobre cómo Paso 1. Buscar
encontrar una solución
deben ser y determinar
perfecta, pues siempre
Cuestión las cosas las alternativas
habrá buenas razones
normativa o cómo es posibles
para defender cual-
mejor que Paso 2. Evaluar
quiera de las alternati-
sean ventajas y desven-
vas en juego.
tajas para cada una
Admite solución por
de las alternativas
grados.
Paso 3. Elegir
Manuel Tabárez,
Escuela n.º 200, Montevideo.
La historia de Andrés
y Paula
A
ndrés y Paula son mejores amigos. Eso significa que
en el correr del año han hecho mil cosas juntos en
la escuela. Por nombrar solo algunas: salvaron un
pájaro que cayó herido en el patio, ayudaron a una compañera
que se sintió mal, pintaron el muro con ayuda del resto de los
compañeros y sus familias un sábado de mañana, y prepa-
raron la mejor torta de chocolate de toda la kermese. Pero lo
que todavía no hicieron, y se mueren de ganas de hacer, es el
viaje de fin de año. No solo ellos, sino todos los compañeros de
la clase están muy ansiosos por definir cómo será cada cosa.
Mirtha, la maestra, les dijo que está bueno que sean ellos los
que decidan. Sabe que comprometerlos a que demuestren que
pueden resolver las cosas por sí mismos es también una forma
de educarlos. Por eso ahora escribe en una punta del pizarrón
la palabra Piriápolis, y en la otra punta Termas del Daymán.
Apenas termina de escribir el nombre del balneario ya la mitad
de la clase levanta los brazos manifestando su elección. Unos
prefieren la playa. Otros prefieren las termas. Pero el viaje solo
puede ser a uno de los dos lugares, así que, como otras muchí-
simas veces en la vida, los chiquilines van a tener que ponerse
de acuerdo entre todos, y elegir una de las opciones.
que el mar es muy salado, y que uno se puede ver los pies en
el fondo, aun cuando el agua le llega al pecho. Y esas cosas lo
convencieron de inmediato de que es la mejor opción.
Los termantes festejan otra vez, ya que dan por entendido que
cuanto más caliente el agua más disfrutable será. Pero Mirtha
les comenta que eso depende, porque en las piscinas de 46
grados hay que estar muy quietitos y no se puede zambullirse.
–Las variables son tantas como los gustos de cada uno de uste-
des –dice Mirtha–. Para unos puede ser mejor el agua de mar,
para otros el agua termal. Lo de la temperatura lo veíamos
también: el agua muy caliente no deja que uno se meta de ca-
beza, porque puede ser peligroso. En el balneario puede haber
medusas, y por las corrientes la playa es un poco más peligrosa
que la piscina. Cada uno va a elegir de acuerdo a sus vivencias,
a lo que conoce, es decir, a lo que ha vivido, o también a lo que
ha imaginado.
CAPÍTULO 4
Falsa
precisión
64 Lógica viva
P
recisión significa exactitud. Lo contrario a la precisión
es la vaguedad. Por ejemplo, si nos preguntan la hora
y contestamos diciendo “debe ser más o menos las
ocho”, no estamos siendo precisos. Pero si contestamos dicien-
do “son las 8 horas, 20 minutos con 32 segundos”, estamos dan-
do la hora de modo muy preciso, de modo exacto.
En verdad, cada caso tenía sus matices, pero las notas no los
podían reflejar. ¿La profesora Hortensia había querido ser in-
justa? No. Ella quiso buscar un criterio preciso porque creyó
que para ser justa siempre era bueno tener precisión y exacti-
tud. Pero se equivocó porque la asistencia, las participaciones y
la conducta no siempre se pueden reducir a un número exacto
porque cada caso es diferente. La profesora cayó en un error de
razonamiento que se conoce como la falsa precisión. La falacia
de falsa precisión consiste en querer extraer resultados preci-
sos de una situación vaga o compleja provocando una distor-
sión de la situación de la que se ha partido. Sucede cuando las
personas buscan, para mayor tranquilidad y justicia, un criterio
fijo o simplificador. La realidad exige muchas veces tener más
matices, márgenes de flexibilidad o ver cada caso concreto.
La historia de Julieta
J
ulieta está tomada de la mano de Felipe. La otra mano
la tiene pegada al pecho. Siente que su corazón corre a
lo loco y cierra los ojos para respirar profundo y poder
calmarse. Un bullicio terrible la ensordece. Oye las voces
de sus compañeros y la de la maestra, que dirigió la versión de
Romeo y Julieta que acaban de representar. El público no deja
de aplaudir. La fila de pequeños actores vuelve a inclinarse.
Julieta siente que no hay dudas de que al público presente le
gustó mucho la obra. Ahora tienen que esperar la puntuación.
Mientras el jurado delibera ella decide distraerse con todo lo
que ha vivido en los últimos cinco meses. Y todo empieza el día
en el que se sortearon los papeles protagónicos.
Sonaba muy raro ese silencio en el salón. Parecía que todos los
niños habían dejado de respirar para recibir la noticia.
–Oh, Romeo, Romeo, ¿Por qué eres Romeo? –se decía a sí mis-
ma, repasando el parlamento que había leído tantas veces con
la ilusión de que le tocara el papel. Se había opuesto varias ve-
ces a que el azar fuera el que le diera ese papel, y no el trabajo.
Sentía que la demostración de ser una buena actriz debía estar
primero. Pero la maestra le había dicho que eso era una escuela,
no un centro de actuación, y que lo justo era que las cosas se
decidieran de esa manera.
Luego de esa charla con la maestra, Julieta les pidió a sus pa-
dres que la anotaran en clases de teatro. Sintió que había per-
dido mucho tiempo, que debería haber empezado actuación
unos años antes, poco tiempo después de aprender a cami-
nar o a hablar.
CAPÍTULO 5
Falsos
problemas
78
A
veces las personas cometen el error de discutir sobre
cosas que no tienen sentido, que también se llaman
falsos problemas.3 Por ejemplo, a veces discuten sobre
cosas que no existen o cuyo significado no comprenden bien y
no se dan cuenta. Pero, ¿por qué la gente puede caer en este error?
Hay veces que las discusiones se dan por frases que no se pue-
den ni siquiera pensar pero que, como nadie las entiende, pa-
rece que son muy profundas. Una vez, en un círculo de perso-
nas muy sabias, una dijo “Creo que la felicidad es cuadrada” y
entonces encontró a otras personas que se pusieron a discutir,
y estuvieron horas discutiendo, pero era un falso problema. La
frase se puede armar porque se pueden juntar las palabras, pero
no tiene sentido decir que la felicidad es cuadrada. La felicidad
es una característica humana. El ser cuadrado es una forma
geométrica. Combinar esas dos cosas sin ninguna explicación
no tiene sentido. Pero, aunque resulte muy alocado, a veces las
personas piensan que estas frases tienen sentido porque, si no
las entienden, creen que deben tener un significado oculto que
aún no han comprendido. ¡Es posible entusiasmarse y discutir
sobre cualquier cosa!
82 Lógica viva
Antonella Varela,
Escuela n.º 107, La Paz, Canelones.
Es necesario investigar
el significado y el sentido.
84 Lógica viva
La historia de Elías
E
lías tiene una empresa de fletes. Dos camionetas y un
camioncito. Trabajó mucho para poder comprar cada
cosa. Más de una vez dijo que “se rompió el lomo”. Es
un hombre callado, que sale muy temprano de su casa y que
vuelve tarde. Clara y su madre lo esperan para cenar. Cuando
Elías agarra el pan su hija le mira las manos. Son dos manos
enormes, y la palma es casi blanca, de los callos que le ha de-
jado el trabajo. Cuando terminan de cenar Clara corre al baño,
se echa un poco de crema hidratante en las manos y le acaricia
las manos a su padre. Él sonríe, un poco incómodo, y le dice
que con ese aroma no va a poder dormirse.
–No importa, papá. No tenés por qué leer nada. Podés contarme
de cuando eras chico.
–Otra.
–Bueno, voy con otra del abuelo, que era un gran personaje
del barrio. Un día vino a la zona un camioncito con chata y se
instaló en una calle secundaria. Primero pensamos que era un
circo, porque tenían banderas, y hacían mucho barullo mien-
tras llegaban. Pero al final quedó una chata, con una carpa
arriba, chica para ser circo, y ahí adentro vivía un viejito que
cada tarde daba un discurso. Tenía el pelo largo y blanco, estaba
medio encorvado y tomaba mate en una calabacita toda rota.
Cuando iba a caer el sol se sentaba en una sillita de plástico y
empezaba a hablar. Hablaba fuerte, y la gente se le iba acercan-
do. En el barrio empezaron a decir que era un profeta, que venía
a hablar del futuro de los hombres. La tía Jenny decía que había
tenido contacto con los extraterrestres y que traía su conoci-
miento. El padre de César decía que era un político que estaba
buscando crear un nuevo partido. Lo cierto es que el viejito
todas las tardes daba un discurso. Un día el abuelo me llevó a
escucharlo. Él estaba convencido de que era “puro humo”. Así
decía. Llevamos dos sillitas plegables y nos sentamos atrás
de todo para escucharlo. Decía algo así: “En las filigranas del
tiempo hay una mariposa que se posará en los costales de la
memoria y nos traerá frutos silvestres y promesas cumplidas”.
88 Lógica viva
CAPÍTULO 6
Pensar
por sistemas
y pensar
por ideas para
tener en cuenta
92 Lógica viva
M
uchas veces nos hacemos preguntas sobre qué
debemos hacer o qué es mejor que hagamos en
nuestra vida, ante las que tenemos que tomar de-
cisiones. Por ejemplo, podemos preguntarnos, ¿está bien comer
carne?, ¿es correcto prestar ayuda siempre que un amigo me lo
pida?, ¿debo jugar todo el rato que yo quiera?, ¿es mejor tomar
remedios naturales que medicamentos?
Pero pensar por sistemas tiene como desventaja que hay veces
que las personas pueden ser demasiado rígidas o fanatizarse
con el sistema que han elegido y verlo todo a partir de ese con-
junto de ideas.
Pensar por ideas para tener en cuenta tiene como ventaja que
nos permite tener mayor libertad en cada caso, sin atarnos a un
sistema de pensamiento, y nos da mayor poder de decisión a
partir de criterios propios. Pero, tiene como desventaja que pue-
de hacernos dudar más, o tomar decisiones con mayor lentitud.
Por otra parte, a veces es muy útil pensar a partir de ideas para
tener en cuenta, porque permite pensar cada caso, enriquece el
análisis y permite tener mayores herramientas sobre situacio-
nes complejas. Ante cada caso tenemos la posibilidad de pensar
con ideas o criterios propios para evaluar cada situación. Sin
embargo, debemos evitar que el análisis sea demasiado lento
y que, al final, la decisión llegue tarde.
La historia de Luciana
E
l papá de Luciana estaba arreglando parte de la casa
de la señora Elvira. La nieta de Elvira, a su vez, era
compañera de clase de Luciana, así que a ella le gus-
taba acompañar a su padre después de la escuela y mientras
él revocaba la pared, o pintaba, o hacía alguna labor similar,
Luciana y Silvina jugaban a inventarse otras vidas muy lejos
en el tiempo, o aprovechaban para hacer juntas los deberes
de la escuela.
–Bueno, ese no es de ella, pero viene, sí, igual que los pájaros,
que parece que le hicieran una fiesta cuando la ven.
CAPÍTULO 7
Psicología
en las
discusiones
108 Lógica viva
C
uando planteamos nuestras ideas, es muy importante
tener en cuenta la validez de nuestros argumentos (la
lógica) pero, además, el efecto psicológico que causan
nuestros argumentos en las personas que nos leen o nos es-
cuchan (la psicología).
La historia de Nicolás
N
icolás se dio cuenta de que había elegido el peor
momento para preguntarle a su madre si lo llevaba
al cine con Clara y Mauricio. Lo supo más tarde, por
supuesto, después de que le había hecho la pregunta. En el
momento le pareció que ella estaba un poco enojada, pero no
advirtió que no era poco su enojo, sino de esos que dejan la cara
colorada. Su madre volvía de la puerta de calle con un balde y
un trapo. Murmuraba mirando las baldosas. Algún vecino des-
almado había dejado que su perro hiciera sus necesidades en la
puerta. Y eso siempre la ponía de un humor de perros. Bueno,
o de gatos. Lo cierto es que Nicolás hacía días que pensaba que
una buena forma de aprovechar las vacaciones de invierno
era pedirle que lo llevara al cine. Ya les había preguntado a sus
amigos si se sumaban. Ellos les habían preguntado a sus padres
y todo venía sobre ruedas hasta que el vecino, y el perro… Y,
sobre todo, que Nicolás no se dio cuenta de que no era el mejor
momento. Así que la madre, que oyó en medio de su enojo la
pregunta, le respondió que no, que en ese momento no podía,
que no quería saber de nada con el cine, ni con el mundo, que
los vecinos desalmados esto y lo otro…
CAPÍTULO 8
Los planos
mentales
118 Lógica viva
P
ara explicar qué son los planos mentales vamos a
comenzar con un ejemplo. Una vez les hicieron a tres
personas adultas la siguiente pregunta: ¿está bien
que los niños menores de 10 años tengan teléfono celular? Dos
personas contestaron que no y una contestó que sí.
¿Cuál fue la
Nombre Plano mental
respuesta?
Plano mental 2
Juana Ha hecho dos razonamientos antes No
de contestar.
Plano mental 1
Ricardo Sí
Ha hecho un razonamiento antes de contestar.
Plano mental 0
Rosa No ha hecho ningún razonamiento antes No
de contestar.
Capítulo 8 121
Ahora bien, ¿para qué sirve conocer los planos mentales? Para
evitar malentendidos. Muchas veces dos personas contestan
lo mismo, pero están en distintos planos mentales. Por ejem-
plo, Rosa y Juana contestaron que no están de acuerdo con
que los niños menores de 10 años tengan celulares. Pero Rosa
ha contestado sin razonar nada y diciendo lo primero que se
le ocurrió. Sin embargo, Juana contestó luego de razonar, ya
que pensó que los celulares podrían ser buenos y luego se dio
cuenta de que eso no era tan cierto y que generan distracciones
en los niños. La respuesta de Juana es más elaborada y más
rica, porque está en un plano mental más alto. Es aquí cuan-
do viene la confusión. Cuando una persona no explica cómo
llegó a su respuesta, las demás personas pueden confundirse
y pensar que está en el plano mental más bajo, o sea, en la
respuesta menos elaborada. Por ejemplo, si Juana no explica
sus razonamientos, las otras personas podrán pensar que su
respuesta es impulsiva y sin razonamiento ninguno, como la
de Rosa. ¡Siempre que podamos debemos explicar a otros el
camino de nuestros razonamientos para que no crean que no
hemos razonado nada!
Historia de Manuel
y Patricia
M
anuel y Patricia van a la escuela caminando. El
año pasado iban a caballo, pero era un caballo
viejo y, de un día para el otro, enfermó y ya no
pudieron montarlo. Después probaron en bicicleta, pero había
zonas del terreno que no podían atravesarlas porque había
que saltar montañas de barro, atravesar sembradíos y zanjas
hondísimas. Caminando es más sencillo, aunque también es
más cansador. Caminan durante media hora a la ida y durante
media hora a la vuelta. La ida es más complicada, porque en
invierno el campo entero parece cubierto por nieve. Una vez
Manuel agarró un puñado de escarcha y dio un grito. Le juró
a Patricia que fue como haber tocado el fuego. Por las dudas
Patricia se puso alerta. Se imaginó que, a su hermano, que es
un poco bromista, se le iba ocurrir ponerle un poco de hielo en
la nuca, entre la ropa y la piel. Pero por suerte Manuel ya iba
pensando en otra cosa.
–No vale, te aprovechás de que sos más rápido que yo. Tendría
que darte vergüenza, siendo más grande.
Manuel extendió los dos puños y ella estuvo un rato para deci-
dirse por una mano o la otra. Al final le dio un golpecito a la de-
recha. Él aprovechó el momento de tensión para preguntarle si
estaba segura. Ella sintió que él hacía eso porque estaba en esa
mano, era un síntoma de inseguridad, así que mantuvo el dedo
sobre el puño de su hermano. Él dio vuelta la mano y la abrió.
En el centro, como un animalito recién nacido, estaba el anillo.
126 Lógica viva
Le dijo que era muy lindo y que parecía valioso y que, aunque
no lo fuera, podía ser valioso por ser un recuerdo de alguien que
ya no estaba, o un objeto que recordaba algo importante para
la persona que lo había perdido. Manuel y Patricia quedaron en
silencio, y prometieron que al otro día tratarían de saber quién
lo había perdido.
–Y a mí más.
Leonardo Maciel,
Escuela n.º 1, Mercedes.
CAPÍTULO 9
Ilusión
de experiencia
134 Lógica viva
Alexander Gómez,
Escuela n.º 10, Durazno.
cambiar la forma de construir
para obtener mejores resultados.
Capítulo 9 135
M
uchas veces las personas hacen las cosas de una
misma manera, siempre igual. Por ejemplo, para
hacer un pan flauta, un panadero mezcla siem-
pre una determinada cantidad de harina, levadura, agua y sal,
y hornea el pan durante determinado tiempo. Todos los días
repite la misma receta y, cuanto más la hace, más se convence
de seguirla haciendo siempre igual. La práctica de una activi-
dad durante mucho tiempo le permite confiar en su trabajo.
Si sabe por qué utiliza esa receta en lugar de otras, o si prueba
el pan cada tanto, puede incluso ir perfeccionando su trabajo.
Cuando las personas piensan que las cosas están bien porque
siempre las han hecho de esa manera sin preguntarse por qué,
Capítulo 9 137
¿No habrá algo qué hacemos hace tiempo y nunca nos hemos
preguntado por qué lo hacemos?
138 Lógica viva
Kimberly Coelhos,
Escuela n.º 119, Salto.
E
l abuelo de Matías es el médico del pueblo. El único
médico en toda la zona. Por conocer muy bien la salud
de los humanos, más de una vez le pidieron también
que auxiliara a algunos animales que estaban en peligro: la
yegua gateada de los Molina, por ejemplo, que tenía al potrillo
atravesado en el momento de parir. Por suerte todo salió bien
y, para homenajearlo, nombraron al potrillo con el nombre del
abuelo; Vicente. Es un médico muy bueno, y muy querido por
todos, pero a veces siente que debería jubilarse. Hace mucho
tiempo que se dedica a curar a los otros, y más de una vez lo
dijo. Al final, tiempo, parece ser una de sus palabras preferidas.
CAPÍTULO 10
Valor
y uso del
razonamiento
146 Lógica viva
C
uando las personas discuten u opinan sobre algún
asunto, muchas veces suelen fanatizarse o plantear
su posición de modo muy extremo.
El raciocinio
La investigación
Combinar el raciocinio
y la investigación
Algunos decían que era mejor una hoja muy blanca y otros,
una hoja más gris. Para defender la hoja blanca, un raciocinio
sería el siguiente: conviene que entre el color de la tinta y el
color del papel haya la mayor diferencia posible para que las
letras puedan distinguirse con mayor facilidad, lo cual ahorra
trabajo a la vista; de aquí se deduciría, por ejemplo, que la ins-
cripción negra sobre el papel blanco es la mejor. Otro raciocinio
para defender una hoja grisácea sería el siguiente: conviene
que no haya demasiado contraste entre el color de la tinta y el
color del papel, porque el contraste molesta a la vista y la hace
sufrir. Así se llegaría a concluir que el papel debe ser gris o tal
vez más oscuro.
Aquí hay dos raciocinios. Cada uno de ellos, aislado, parece bue-
no. Cuando hemos hecho los dos, notamos que hay una cues-
tión de grados; que debemos combinar los dos raciocinios, y
decimos: “Conviene, por una parte, que haya bastante diferen-
cia entre el color del papel y el color de la letra, para que la letra
se vea bien; por otra parte, conviene también que el contraste
no sea demasiado grande, porque entonces llegaría a molestar
la vista”. Hasta aquí el raciocinio. Ahora: ¿cuál es el punto pre-
ciso al que debe llegar, y del que no debe pasar la diferencia de
color? ¿Cuándo es “excesiva”, o deja de serlo? ¿Cuál es el grado?
¿Cómo puede resolverse cuál es ese grado? Únicamente por la
investigación. Bien, en este caso, la experiencia sería posible:
observar los resultados que producen textos impresos de di-
ferente manera.
La historia de Elisa
E
lisa no se puede dormir. Se acostó hace un rato, pero
sigue teniendo los ojos fijos en el techo de la habitación.
Aunque no parezca, se siente feliz, porque la felicidad
a veces también nos quita el sueño. En la mañana recibió una
llamada. Una mujer le contó que es la heredera de unas tierras en
el sur de Italia donde vivían unos familiares lejanos que ella no
sabía que existían. Repitió su nombre, su apellido, su número de
cédula. Pensó que era un engaño, pensó que era una broma. Pero
confirmó en la tarde con un profesional que todo es exactamente
como se lo contaron.
Primero piensa que hará una casa grande para que puedan que-
darse familiares cuando estén de visita. No enorme, se dice, ¿para
qué tanto? Pero sí amplia. Después piensa que le hará muy bien
oír el mar para dormirse, así que decide comprar un terreno fren-
te al mar, para construir su casa. De eso se va a encargar Filucho,
el sobrino de una amiga con la que salen los domingos a tomar
el té, que se dedica a la construcción. Elisa no sabe su verdadero
nombre, pero Martha siempre lo nombra así. Piensa en grandes
ventanales para poder mirar la caída del sol. Cada una de las cosas
las anota. Quiere también un gran jardín junto a la casa para que
Coquita, su perra, tenga mucho espacio para corretear. Le gus-
tan los techos a dos aguas, entonces lo anota en un cuadernito.
Intenta hacer un dibujo que vaya siguiendo la procesión de la
casa imaginaria. Dos baños, por si justo vienen visitas. Una cocina
grande y cómoda, con una mesada larguísima para poder estirar
la pasta y cortar los tallarines. También piensa que si su dormi-
torio tiene una ventana que dé al mar tendrá una vista hermosa,
pero en invierno será muy frío. “¿Qué será más conveniente a la
hora de calefaccionar la casa?, se pregunta”. Pero ya no le alcanza
con lo que puede razonar ella misma. Necesita información que
no tiene. Así que una tarde invitará a Martha y a Filucho y les
preguntará cada cosa. Él traerá catálogos con fotos de casas en
diferentes lugares del mundo. Si Elisa quiere saber el tamaño
ideal de una cocina, él se lo comentará. Si quiere saber si en el
baño es mejor una bañera que una ducha, Filucho le contará lo
que ha aprendido en su trabajo a lo largo de la vida. Si ella quiere
saber si es mejor un altillo o un sótano, algo que puede variar de
acuerdo al uso que se le vaya a dar, entonces Filucho recomenda-
rá, propondrá, planteará lo positivo y lo negativo de cada opción.
Capítulo 10 153
CAPÍTULO 11
Paralogismo
de los
descubrimientos
156 Lógica viva
E
n un determinado momento, hay algunas afirmacio-
nes o teorías que se piensa que son verdaderas. Por
ejemplo, en una época se creyó que era verdadero
afirmar: “El sol gira alrededor de la Tierra” porque a simple vista
se veía al sol en movimiento. Pero a veces se descubre algo nue-
vo y la afirmación que se creía verdadera pasa a ser falsa. Por
ejemplo, a través de la astronomía y de las observaciones con
el telescopio, luego se descubrió que la afirmación verdadera
era la siguiente: “La Tierra gira alrededor del sol”.
La historia de Pablo
H
ace unos meses que Pablo concurre al taller de
escritura que el profesor Domínguez realiza en el
fondo de su casa. Cada sábado después de almorzar
prepara su mochila con el cuaderno y algunos lápices de colo-
res y sale hacia los mundos de fantasía que muchas veces son
creados por otros, pero últimamente también por él mismo.
–Mariana…
–Agar y mozoides.
–¡¿Qué?!
–No, no creo que sea bueno –aclaró Pablo–, en cada época uno
cuenta con lo que tiene. Imaginate el viaje de Colón hoy en día,
sería una papa en avión y con GPS. Pero en ese momento no
tenían aviones, y lo hicieron muy bien con lo que tenían.
–Sí, entiendo.
El capitán Cor recorrió gran parte del espacio en esas tres pági-
nas. Se volvió un justiciero de una punta a la otra del sistema
solar. Un día consiguieron cercarlo. Estaba junto a Mazden en la
nave mayor. Un problema había ocurrido y si bien el científico
sabía muchísimo de mecánica no podían dar con el error. Estaba
convencido de que era un problema electrónico. Algo vinculado a
la robótica de la nave. Intentaba encontrar el problema mientras
tecleaba en la computadora. El capitán miraba por las ventanitas
redondas. Los misiles y los láseres pasaban muy cerca. Además,
las otras naves los iban cercando y se aproximaban demasiado
al planeta enano y oscuro. De repente, Ginko, el perro del capi-
tán, levantó la patita e hizo sus necesidades contra una pared.
El capitán se molestó, dijo que los perros del futuro seguían con
costumbres tan viejas como las de los primeros perros, y cuando
fue a acercar un trapo para limpiar vio que junto a la mancha que
había dejado la orina había un tornillo salido. Lo apretó con la
mano y la nave se arregló. Así fue que pudieron escapar del ase-
dio de las otras naves y seguir peleando por la justicia galáctica.
–Ya tendremos otras cosas. Igual pensá que hace cuarenta años
nadie hubiera imaginado que todos tendríamos un teléfono en
el bolsillo todo el día, y que además sería una computadora.
Capítulo 11 165
El día que salieron los resultados del fallo el profesor los llamó
y los dos fueron a visitarlo. No habían ganado el primer premio
y eso los hizo enojarse un poco. Pero el profesor, conversan-
do con ellos, les hizo darse cuenta de que habían ganado algo
mucho más valioso que tenía que ver con la confianza en la
posibilidad de inventar una buena historia o una ilustración,
y con la amistad que había crecido gracias al trabajo conjunto.
Eso era para siempre. Les había faltado poco, además, porque
tenían que pasar a buscar el segundo premio que eran diez
libros para ellos y diez para la biblioteca. Uno se lo regalaron al
profesor. Era una versión de La Odisea mucho más nueva, con
ilustraciones, no como la que tenía él que era tan viejita que
se rompía toda al pasar las páginas, como si fuera el original
en el que el antiguo poeta Homero había contado la aventura.
166 Lógica viva
Capítulo 12 167
CAPÍTULO 12
Bueno
en teoría,
malo en la
práctica
168 Lógica viva
C
uando las personas discuten, muchas veces lo hacen
sobre ideas que podrían tener una aplicación concre-
ta. Por ejemplo, podríamos discutir sobre si es bueno
construir un refugio para animales en la zona donde vivimos.
Esta idea está enfocada a algo que podría tener un efecto real,
que es la construcción del refugio. Es un proyecto.
La historia
de Valentina
V
alentina escuchó que su tío iba a mudar el taller me-
cánico y ya no usaría el galpón que había en el fondo
de su casa. En un primer momento le dio un poco de
pena. Desde que tiene memoria por el caminito de la entrada
van y vienen autos viejos, algunos medios destartalados inclu-
so, que entran a los empujones, como si fueran pacientes que
llegan al médico. Ella vio a su tío Nacho, toda la vida, vestido
con su mameluco azul, probando piezas, haciendo sonar mo-
tores, quietito, pidiéndole silencio mientras identificaba un
ruidito que el auto hacía quién sabe en qué parte. Por eso que
terminara le daba un poco de pena.
–Bueno, pero hay que pensarlas. ¿Por qué no agarrás una de tus
tantas libretas y te hacés una lista? O bien diagramás la idea y
le vas agregando cosas.
Decidieron hacer una rifa para conseguir fondos. Así que du-
rante días las dos vendieron números para poder tener un ca-
pital inicial. La mamá de Vale es repostera, y preparó una torta
de dos pisos donde parece haber más chocolate que estrellas en
el cielo. La mamá de Carmela tenía una batidora sin usar, que
le regalaron para un cumpleaños, y la donó. Así que el premio
era una torta maravillosa, la receta de esa torta, y una batidora
para hacer otra parecida, o para empezar a intentarlo.