Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Qué es la lepra?
La lepra es una infección causada por bacterias denominadas Mycobacterium leprae.
La mayoría de los casos de lepra tienen lugar en India, Brasil e Indonesia
Una pérdida del sentido del tacto en sus dedos; usted tiene dificultades para sentir
el dolor o el calor y el frío
Debilidad muscular que puede hacer que los dedos de sus manos se curven o que
su pie se debilite demasiado para flexionarlo
Congestión nasal
Fiebre
Hinchazón de los ganglios linfáticos
¿Cómo saben los médicos si sufro lepra?
Los médicos tomarán una muestra de su piel y la observarán al microscopio.
Es posible que las personas con un sistema inmunológico debilitado necesiten tomar
antibióticos durante un tiempo prolongado.
Los antibióticos pueden evitar que la lepra empeore, pero no pueden curar el daño nervioso
que ya ha ocurrido. Por esta razón, es importante comenzar pronto el tratamiento.
Cuando las personas con lepra comienzan a tomar antibióticos ya no pueden transmitir la
enfermedad. No obstante, los médicos mantienen en observación a las personas que conviven
con las personas infectadas para ver si comienzan a presentar síntomas de lepra.
Datos clave
Las personas afectadas por la lepra suelen ser objeto de discriminación y estigmatización.
Esta situación tiene efectos negativos en el acceso al diagnóstico, el resultado del tratamiento
y los resultados de la atención, además de violaciones de los derechos civiles, políticos y
sociales. Poner fin a la discriminación, el estigma y los prejuicios es fundamental para acabar
con la lepra.
A nivel mundial, en 2015 se registraron 211.973 nuevos casos y en las Américas 33.789
nuevos casos.
En 24 países de las Américas se notificaron casos de lepra, algunos con más de 100 casos
por año: Argentina, Colombia, Cuba, México, Paraguay, República Dominicana, Venezuela
y Brasil. Éste último concentra el 94% de los casos de toda la región.
Lepra precoz o indeterminada
Lepra tuberculoide
La lesión inicial de este tipo de lepra suele ser una mácula hiperpigmentada muy bien
delimitada e hipoestésica. Más adelante, esta lesión aumenta de tamaño por expansión
periférica y sus bordes adquieren un aspecto elevado y circinado o con circunvoluciones.
A su vez, la zona central presenta atrofia y depresión. Las lesiones son anestésicas y
presentan pérdida de los órganos cutáneos normales, como glándulas sudoríparas y
folículos pilosos. La afección nerviosa se produce en la fase inicial, y los nervios
superficiales que atraviesan las lesiones presentan un aumento de tamaño; los nervios
periféricos de mayor calibre, como el cubital, peroneo y los más próximos a la lesión,
pueden ser palpables y visibles. El paciente puede presentar dolor neurítico importante.
La afección nerviosa puede causar atrofia muscular, especialmente en los músculos de las
manos y pies, y produce con frecuencia contracturas. Los traumatismos en estas zonas,
especialmente las quemaduras, pueden dar lugar a infecciones secundarias y úlceras e
incluso pérdida de falanges. Histológicamente las lesiones observadas consisten en
granulomas no caseificantes con linfocitos, células epitelioides y células gigantes en
algunos casos. Los bacilos están ausentes o es muy difícil demostrar su presencia.
Lepra lepromatosa
En esta forma las lesiones cutáneas son extensas y simétricas. Suele tratarse de máculas,
nódulos, placas o pápulas. Los bordes están mal definidos y la parte central de las
lesiones está elevada e indurada y es convexa en lugar de cóncava, como en los casos de
lepra tuberculoide.
Las localizaciones más frecuentes son la cara (mejillas, nariz, cejas), pabellones
auriculares, muñecas, codos, nalgas y rodillas. Es frecuente la pérdida de las partes
laterales de las cejas y, en estadios avanzados, la piel de la cara y de la frente presentan
engrosamiento y arrugamiento (facies leonina), mientras que los lóbulos de los
pabellones auriculares aumentan de tamaño y muestran un aspecto de péndulo.
Los síntomas más frecuentes que presentan los pacientes son congestión nasal, epistaxis y
dificultad respiratoria y, en ocasiones, laringitis y ronquera. La perforación del tabique y
la deformidad nasal causan la denominada nariz en silla de montar. La afección de la
porción anterior del ojo puede dar lugar a queratitis e iridociclitis. También pueden
aparecer adenopatías inguinales y axilares indoloras. Es frecuente la ginecomastia y, en
los hombres, la afección con cicatrización del parénquima testicular causa esterilidad. En
esta forma la afección de los troncos nerviosos importantes es menos llamativa que en la
forma tuberculoide.
Esta forma de lepra se encuentra entre la lepra tuberculoide y la lepra lepromatosa, por
ello se conoce también como lepra dimórfica. En este caso, las lesiones aumentan en
número y en heterogeneidad, y su tamaño disminuye a medida que se aproxima a la
forma lepromatosa. La afección de los troncos nerviosos periféricos múltiples es más
frecuente que en la forma tuberculoide.
Las formas limítrofes de la lepra son inestables y pueden evolucionar hacia la forma
lepromatosa en los pacientes no tratados o hacia la forma tuberculoide en los pacientes
que reciben tratamiento. El desplazamiento desde una de las formas hasta otra es
extremadamente infrecuente. A veces, aunque es muy raro, puede existir afección
nerviosa, en ausencia de lesiones cutáneas; a esta forma se la denomina lepra nerviosa
pura.
Evolución
La evolución de la clínica de la lepra puede estar afectada por dos tipos de reacción, que
pueden aparecer en pacientes que no han recibido tratamiento, aunque con mayor
frecuencia aparecen en pacientes que han sido tratados con antimicrobianos.
La reacción de inversión o reacción leprosa tipo 1 puede complicar cualquiera de las tres
categorías limítrofes. Las lesiones cutáneas preexistentes muestran eritema y
tumefacción, y pueden aparecer nuevas lesiones. La llegada de linfocitos a las lesiones
preexistentes se continúa con edema y con modificación del aspecto histológico hacia el
de la forma tuberculoide.
Complicaciones
Diagnóstico
Tratamiento
Las úlceras plantares se pueden prevenir mediante calzado de suela rígida o escayolas de
deambulación. Las contracturas de la mano se pueden evitar con fisioterapia y aplicación
de férulas y, a veces, es útil la aplicación de cirugía de reconstrucción, así como
trasplantes de nervios y tendones. La revisión oftalmológica debe ser rutinaria, así como
la aplicación de cirugía plástica en las situaciones de deformidad facial. El tratamiento y
control de estos pacientes puede realizarse con total garantía de forma ambulatoria .
10,13
Medidas de control