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Defensores de los niños: "No hay registro

de las microviolencias, hay mucho por


concientizar"
La Defensora de los Niños, Niñas y Adolescentes y sus dos adjuntos, reflexionan sobre
las principales problemáticas de la infancia en la Argentina y el impacto del COVID-19
a mediano y largo plazo.
María Ayuso
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El panorama no podría ser más desafiante. Tras haber sido ratificados en sus cargos en
febrero, la Defensora de los Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA), Marisa Graham, y
sus dos adjuntos, Facundo Hernández y Fabián Repetto, tienen por delante una tarea
sumamente compleja agudizada por el contexto de la pandemia .

¿Cómo está cambiando el COVID-19 la agenda en materia de niñez y adolescencia?


¿Cuál será a mediano y largo plazo el impacto de la cuarentena en los más jóvenes? En
diálogo con LA NACION a través de videollamada -el medio en que los defensores
están canalizando la catarata de reuniones que tienen por estos días-, Graham,
Hernández y Repetto subrayan que el aislamiento social por el coronavirus puso de un
modo crudo sobre la mesa problemáticas estructurales de largo arrastre, desde el
hambre hasta la desigualdad en el acceso a una vivienda digna y a servicios básicos
como el agua . Pero, además, trajo aparejado "un tsunami" -como lo llama Graham-,
que profundizó otras vulneraciones de derechos vinculados a la coyuntura.

Con su designación comenzó a saldarse una deuda con la infancia que llevaba más de
una década: el cargo que hoy ocupa Graham fue creado en 2005 por la ley 26.061 de
protección integral de la infancia, pero nunca había sido ocupado.

-Para muchos menores, sus hogares están lejos de ser el sitio más seguro durante la
cuarentena y quedaron mucho más vulnerables frente a violencias atroces como el
abuso sexual ¿Cómo puede prevenirse?

-Graham: Si bien hay personas a las cuales no les gusta hablar de peores formas de
maltrato hacia los niños, niñas y adolescentes, y está bien porque la violencia es la
violencia, debemos aclarar que hay microviolencias cotidianas y desde ahí otras que van
hasta el abuso sexual infantil. No tienen el mismo tratamiento. Las microviolencias son
malos tratos que no están percibidos como tales por la mayoría de la población. Por
ejemplo, cuando los padres, las madres o en la escuela se utilizan el castigo corporal con
la excusa de "la corrección o educación" de chicos y chicas: el chirlo, el zamarreo,
humillarlos mandándolos al rincón delante de sus compañeros o insultar a los
adolescentes. En eso tenemos que trabajar mucho porque el no registro de esa violencia
genera después los desbordes que llegan hasta los delitos más atroces y siniestros, lo
que llamo la crueldad hacia los niños y las niñas.

-¿Registrar esas microviolencias es un primer paso?

-Graham: Si yo no registro que mi hijo o hija es un sujeto, un otro igual a mí al que


debo respetar y que no puedo avasallar sus cuerpos, es más probable que luego se
generen otras vulneraciones. La única manera de promover y prevenir las violencias
más atroces tiene que ver con concientizar sobre que los cuerpos adultos no pueden
avasallar los de los niños y las niñas. Hay que concientizar a los padres y las madres
sobre el buen trato y enfatizar sobre el mismo, porque cuando se habla de violencia en
general la gente piensa en una chico o chica golpeado brutalmente o abusado
sexualmente, y la mayoría de los papás o las mamás por suerte no se identifican con eso,
pero tampoco ven sus propias violencias hacia los niños.

-En este contexto, sin la presencia de la escuela y con los servicios de salud muy
limitados, el abuso sexual queda aún más en las sombras.

-Graham: El tema del abuso sexual infantil es un tema complejo, muy asociado a la
violencia contras las mujeres. Sabemos que los agresores tienen un modus operandi que
es el aislamiento de sus víctimas. Si a eso le sumamos el aislamiento obligatorio, es
tierra fértil para que se profundicen estas vulneraciones.

-Repetto: Ante la ausencia del centro de atención primaria o la escuela, los detectores
naturales institucionales están en retracción coyunturalmente. Ahí juegan un rol
importante las organizaciones comunitarias. Nosotros venimos pensando fuertemente en
el papel que pueden tener, aunque sea de un modo más artesanal, en la detección de este
tipo de situaciones, por ejemplo, los comedores comunitarios. Hay que movilizar el
tejido social que está sensibilizado sobre el tema pero por ahí no tiene los instrumentos
para una detección temprana como los protocolos educativos o sanitarios. El rol
comunitario es fundamental no solamente en la emergencia, sino también a futuro.
Cuando vuelva todo a la "normalidad" es fundamental que se puede monitorear y
mejorar los mecanismos preexistentes y desde la defensoría vamos a estar muy atentos,
porque evidentemente no estaba todo bien hasta que la escuela se cerró o el centro de
salud no atendió, sino que había una asignatura pendiente.
La Defensora de los Niños, Niñas y Adolescentes, Marisa Graham (izq.), y sus dos
adjuntos, Fabián Repetto (centro) y Facundo Hernández (der.). Crédito: Gentileza

-Desde hace unos años el abuso sexual contra niños y niñas es un delito de acción
pública, lo que implica que todos podemos y debemos denunciar. ¿Qué conciencia
hay a nivel social sobre este deber?

-Graham: Esta pregunta hace diez años no era posible. Avanzó muchísimo el tema con
el movimiento Ni Una Menos, pero también desde 2005 con la ley de protección
integral de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Lo que pasa es que nuestro
país vive en un eterno corsi e ricorsi. A veces estamos mejor y otras retrocedemos.
Falta muchísimo por recorrer, pero también es necesario reconocer que hemos
transitado mucho.

-Hernández: Debemos recordar que hasta 2015 el Código Civil permitía el castigo
físico y el trato humillante a los chicos y las chicas. Hubo un movimiento mundial para
eliminar eso.

-Graham: Es cierto, éramos uno de los pocos países que no teníamos una norma que
prohibiera expresamente el castigo corporal. Ese año, en la Argentina derogamos el
artículo del código que le permitía a los padres ejercer el deber de corrección "en forma
moderada", lo que era muy subjetivo. Introducimos una norma que prohíbe
expresamente el maltrato corporal y en general hacia los niños y niñas en aras de su
educación y crianza.

-Durante la cuarentena creció el tiempo que los chicos y las chicas dedican a las
pantallas y también el alerta por los peligros vinculados a las redes sociales, como
el grooming. ¿Cómo disminuir los riesgos?

-Hernández: Existe un consenso sobre la necesidad de crear una ruta de protección de


los derechos en Internet. Pero antes de eso, hay que trabajar fuertemente en lo que es la
alfabetización digital y en la prevención, entendiendo que las redes tienen cosas
maravillosas (de hecho, ahora son un mecanismo de educación alternativo al
presencial), pero que también conllevan peligros. Es importante que las madres y los
padres entiendan eso, sin generar temores, pero estando atentos. En lo que implica la
ruta de protección, es fundamental que exista una coordinación de los distintos actores
que trabajan en la persecución de los delitos. En la ciudad de Buenos Aires las fiscalías
especializadas son muy buenas y sería importante que las haya en todo el país. Por otro
lado, es clave no solo buscar al responsable de esa violación de derechos, sino tener en
cuenta que atrás de las denuncias hay chicos y chicas que, como víctimas, requieren un
acompañamiento muy importante en la Justicia y no deben ser revictimizados.

-En la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) también hubo


avances, pero sigue habiendo muchas disparidades entre las provincias y hacia el
interior de cada una. ¿Será una prioridad garantizar este derecho?

-Repetto: Definitivamente. Pero yo le pondría un marco más grande. Hay una


necesidad de que los estados provinciales y municipales tomen en serio abordajes
integrales en materia de adolescencia, que tiene un montón de problemáticas irresueltas
desde el punto de vista de las políticas públicas: la terminalidad educativa de la
secundaria es un ejemplo muy emblemático, así como los consumos problemáticos. En
la familia de esos problemas se inscribe la salud sexual y reproductiva. Las asignaturas
pendientes en ESI son enormes. Hay mucho trabajo por hacer en todas las franjas
etáreas y con distintos actores de la políticas pública, por ejemplo en materia de
educación inicial y en los espacios de primera infancia, donde hay más de 100.000 niños
y niñas. Sino tenemos abordajes comunes en materia de ESI desde ese momento hasta la
adolescencia, tendremos consecuencias muy dramáticas.

-¿El mayor desafío será lograr acuerdos entre las provincias respecto a su
implementación?

-Repetto: Vamos a tener que hacer muchos esfuerzos de conversación política, técnica
e institucional con las provincias: en algunas, las asignaturas pendientes son muy
evidencias y a veces pasa que el problema no es a nivel de la gobernación sino con el
efector, ya que los responsables del sistema educativo guardan en algunos casos en la
gaveta los materiales que les llegan del Ministerio de Educación de la Nación. La
defensoría va a tener que desplegar sus alianzas territoriales para bregar porque esto no
suceda.

-La línea 102 de atención gratuita a NNyA tiene cada vez una presencia más
extendida en todo el país. Sin embargo, algunas provincias todavía no cuentan con
la misma. ¿Se va a trabajar para implementar otros canales de atención que sean
más accesibles para los chicos y las chicas?

-Hernández: Estamos teniendo permanentemente reuniones con distintas redes de la


sociedad civil y ya nos juntamos con un centenar de organizaciones de forma virtual. Lo
que escuchamos de varias es que con el 102 no alcanza. Hay que dotar a la línea, por un
lado, de mayores servicios, de lo que está atrás. Como defensoría hicimos un pedido
para que todos los servicios de atención a la infancia sean declarados esenciales. La
novedad es generar mecanismos accesibles para niños o niñas: al 102 los chicos no
llaman. Tiene que acceder de otra forma. Estamos trabajando con los defensores
provinciales fuertemente para pensar propuestas innovadoras. Otro tema que discutimos
mucho es la importancia de alertar a la población, porque como las niñas y niños más
pequeñas no tienen voz, o incluso los adolescentes en el estado de indefensión que se
encuentran en la situación de abuso o maltrato, deben ser otros los que puedan hacer esa
denuncia, los que están físicamente más cerca y puedan llegar a escuchar o sospechar.
Ellos tienen la responsabilidad de denunciar.

-Graham: Apelamos a la sociedad, a todo el mundo adulto. Lo que decimos es: "él y
ella no pueden denunciar porque tienen a su agresor al lado, pero vos que escuchas o
sabes, sí". Por que en el edificio, se sabe; en el pueblo, se sabe. Muchas veces se sabe.
El que tiene el dato, por favor debe denunciar y saber que los NNyA están en una
situación de absoluta indefensión y con mucho miedo, porque están viviendo con su
agresor permanentemente.

-¿Cuáles serán los principales desafíos que dejará la pandemia y la cuarentena


respecto a la vulneración de derechos de los NNyA?

-Graham: La pandemia generó como una especie de tsunami. Hay problemáticas muy
estructurales y otras que se profundizan. El tema de la vivienda digna es una de las
deudas de la democracia. No lo hemos logrado resolver ni en la ciudad de Buenos Aires,
el distrito más rico de la Argentina, ni en la provincia, ni en muchas de las
jurisdicciones con mayor o menor presupuesto. Lo que hizo el COVID-19 fue poner
sobre la mesa déficits estructurales que venimos arrastrando: lo que está pasando hoy en
las villas tiene que ver con no haber podido saldar el tema de las viviendas dignas y que
tengamos sectores populares que sigan viviendo en el hacinamiento, sin luz, sin agua.
Hay que resolver el tema de la vivienda como uno de los derechos de los NNyA. Con
respecto a las villas, sobre todo en este momento de pandemia, exhortamos a que los
temas coyunturales se resuelvan lo antes posibles.

-Repetto: El efecto tsunami de la pandemia del que habla Marisa deja muy en
evidencia, además de esas cuestiones estructurales como la vivienda, la desigualdad.
Puso blanco sobre negro las enormes desigualdades no solo de ingresos sino de acceso a
Internet y al capital cultual de los hogares, por ejemplo. Estamos trabajando en un
documento sobre el día después y esbozando una especie de decálogo de temas
fundamentales que estaban presentes, pero que se agudizan actualmente. En este
contexto de desigualdad un rol fuerte de la defensoría se vincula con el tema del
presupuesto, no solo nacional sino provinciales. Aproximadamente tres cuartos de la
inversión que se hace en niñez y adolescencia son presupuestos provinciales y en menor
medida municipales, por lo cual ahí tenemos una tarea muy fuerte de seguimiento. El de
septiembre va a ser un presupuesto muy asociado a la reconstrucción de cómo se
blindan los recursos necesarios para que se potencien y fortalezcan los derechos de los
NNyA, en un contexto que por supuesto va a ser de muchísimas restricción fiscal.

-Hernández: Una de nuestras prioridades será lo que llamamos la rejerarquización o


fortalecimiento del sistema de protección integral de derechos, que es este conjunto de
instituciones federales, nacionales, provinciales y municipales, que por un lado atienden
los casos específicos de niñez vulnerada pero también tienen todo el trabajo de
promoción y articulación con otros grandes efectores como la salud, o educación.
Muchas veces el sistema de protección queda como olvidado, y más que nunca va a
tener que tener un rol destacado. Todo indica que la vuelta a clase va a ser escalonada y
sabemos que la escuela es un canal de transmisión y contacto entre el Estado y los
chicos, donde muchas veces nos enteramos de un montón de cosas que pasan en el seno
de la familia. Va a haber un debate muy fuerte del sistema de protección respecto a
cómo se va a acompañar toda esta vuelta a la escuela.
-Las muertes por desnutrición de chicos y chicas en el norte del país ocuparon un
lugar central en la agenda durante el verano, pero el riesgo es que el tema vuelva a
caer en el olvido. ¿Será una prioridad para ustedes?

-Hernández: Antes y durante la pandemia tuvimos varias reuniones con la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos. Estamos recabando información propia de las
poblaciones más afectadas para ver cómo están evolucionando las intervenciones del
Estado, sabiendo que es un problema estructural y complejo. También tuvimos dos
encuentros virtuales con autoridades de la provincia de Salta y es un tema que
seguramente nos va a llevar bastante tiempo.

- Graham: El hambre era el tema principal de nuestros tres planes de trabajo cuando
participamos del concurso para asumir el cargo de defensor. Para nosotros, era
prioritario antes de la pandemia, que lo que hizo fue agudizar el problema de la
emergencia alimentaria. Tenemos un gran reconocimiento a los esfuerzos que se han
hecho desde el Gobierno Nacional y los provinciales con la Tarjeta Alimentar y con el
Ingreso Familiar de Emergencia, por ejemplo. Pero seguramente, más allá de esto,
vamos a tener mayores problemas en relación a NNyA con hambre, ni hablar en
sectores que ya lo padecían como los pueblos originarios. Además, seguramente vamos
a tener mayor malnutrición, una problemática que atraviesa a todos los estratos sociales.

-Repetto: El reto de la defensoría es ser muy capaz de dialogar y controlar lo que haga
el Estado en los distintos niveles respecto a las políticas públicas para atender las
consecuencias inmediatas que van a tener una pandemia a fideo y harina. Tenemos
previstas reuniones con distintos especialistas sobre este tema, para un plan de
continencia nutricional que hay que hacer con múltiples aristas para el día después. La
malnutrición en la Argentina es un tema tan estructural como la vivienda. Aunque por
supuesto los sectores más vulnerables requieren una atención prioritaria, como
defensoría nos propusimos trabajar en temas que crucen a todos los sectores sociales y
la malnutrición es uno de ellos.

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