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Emile Durkheim (1820-1917)

Es tributario del positivismo francés (la revolución francesa había pasado 100 años antes, comuna de parís,
intento de república socialista). Es completamente consciente de que esta asistiendo a un cambio de sociedad. Es
quien dice y especifica que la sociedad es algo independiente de la psicología y de la filosofía (no explica el cambio).
¿Quiere mantener el orden? Piensa en el orden, que no es económico, es un orden que se debe producir desde la moral
(diferente a la ética) normas y reglas comunes que rigen nuestra conducta. El orden es social. La moral muchas
veces se transforma en normas jurídicas (leyes); muchas veces chocan la ética y la moral  la moral nos da una
conciencia colectiva.
¿Qué nos mantiene unidos? Lazos sociales, solidaridad. ¿Quién produce estos lazos? La sociedad.
Durkheim desea que la sociología sea una ciencia.
La sociedad es un organismo vivo, tiene una conciencia colectiva, crea cosas, crea formas de actuar, sentir y
pensar que se imponen al individuo a través de la educación (normas, reglas, mandatos sociales).

División social del trabajo Responde a una necesidad social. Observa los movimientos que se generan por
esa necesidad. Es la fuente de la civilización, la condición necesaria para el desenvolvimiento intelectual y material de
las sociedades. Función: relación de correspondencia entre algunas necesidades del organismo y ciertos movimientos
orgánicos.
En la sociedad moderna, la moral esta dudosa y es el mínimo indispensable de una sociedad. Hay que
fortalecerla (las normas que estaban y nuevas). La moral puede fortalecer o debilitar el lazo social, por eso es
importante que tengamos reglas en común hacia una convivencia ordenada. Sentimiento de solidaridad (lazos que nos
hacen mantener unidos – individuos ligados unos con otros). La solidaridad es lo que une al individuo con la sociedad.
Las grandes sociedades políticas no pueden mantenerse en equilibrio sino gracias a la especialización de tareas, hacer
posibles sociedades que sin ellas no existirían. La función de la solidaridad es integrar el cuerpo social, asegurar su
unidad. Existe dos tipos de solidaridades:
- MECANICA: pequeñas sociedades, lazo y solidaridad a partir de semejanzas con el otro, conciencia
colectiva muy fuerte, equitativa sociedad, escasa división del trabajo. Ejemplo: comunidades religiosas. Si
se comete alguna falta, se lo excluye de la sociedad, castigo es social (derecho represivo) Cuando
ocurre esto el lazo social se fortalece. INTEGRACION.
- ORGANICA: Sociedades post-revolución, grandes, altamente diferenciada – individuos altamente
diferenciados; la conciencia colectiva es más débil (hay más lugar para el individualismo). Fuerte división
del trabajo: en esta división lo que me hace interdependiente de las demás personas es lo que nos une.
Genera un lazo social que es organizo. El derecho es restitutivo (el que comete un delito, lo comete él
solo, va a la cárcel y luego se lo restituye). El crimen y el castigo es en contra de alguien, no es social.
REGULACION.
Portantiero menciona la direccionalidad, pasar de la mecánica a la orgánica y pueden coincidir.
El suicidio no es algo individual, responde a lo social. Ocurren más durante crisis económicas y auges económicos
(aunque no se rigen necesariamente por la economía). Muestra el lazo social y la relación del individuo con la
sociedad. Es una problemática.
TIPOLOGIAS DE SUICIDIO:
- Egoísta (personas solas, individualistas, marginadas, que han roto vínculo con la sociedad, se rompe el
lazo social con la sociedad).
- Altruista (lazo social muy fuerte con la sociedad, pero ha caído en desgracia, por ejemplo, el suicidio por
el honor)
- Anómico (lazo social débil, poco claro, el individuo tiene algunas expectativas que la sociedad no cumple
o no responde, y se frustra – frustración-; grado de satisfacción o no que yo tengo con la sociedad,
expectativas)
- Fatalista (fuertes exigencias sociales que el individuo se suicida al no poder cumplir con ellas,
exigencias).

Las reglas del método: La sociedad es un organismo (positivismo). Tiene sistemas y órganos (instituciones). Si algo
falla, falla el organismo, la sociedad se enferma. Las partes forman un todo para que funcione (interacción). Piensa y
tiene conciencia (colectiva no individual) y nos da moral. Esa conciencia sabe lo que está bien y lo que está mal.
Determina la conciencia individual al ser colectiva.

¿Cuál es el objetivo de estudio de la sociología?  HECHOS SOCIALES: son creados por la sociedad, ya
están en la sociedad. ¿y qué son? Formas de pensar, hacer, sentir que existen fuera de las conciencias individuales. “El
hecho social es distinto de sus repercusiones individuales, nos trasciende, esta antes y después de nuestra vida
particular”. Lo que conecta a las personas de una sociedad es la forma particular de vincular las ideas, LA
SOCIEDAD TIENE CONCIENCIA COLECTIVA.
Cuando me encuentro con la sociedad, me muestra lo social.
Los hechos sociales: Son parte de la sociedad, no son toda la sociedad sino una parte. Se estudian a través de un
método: “Como si fueran cosas” (pero no son cosas ni ideas). Son formas de pensar, sentir, hacer. Se establecen en
normas y reglas implícitas o explicitas. Tienen tres características principales:
- Son colectivos (están hechos por la sociedad – creados socialmente)
- Son coercitivos (presión que no implica la violencia física, es implícita, no directa – me obliga a cumplir
ciertas reglas o normas, aunque parezca completamente naturalizado). Es una presión que sentimos, sino
se hace sanción (implícita o explícita) sino se hace lo que la sociedad esperaba.
- Son exteriores al individuo (yo no los puedo crear, ya están establecidos en la sociedad – conciencia
colectiva).

Clasificación de los hechos sociales:


Morfológicos: Estructuran a la sociedad (ejemplo el matrimonio, es estructural); duran en el tiempo.
Funcionales: Tienen que ver con la función que cumplen dentro de la sociedad. Un ejemplo podrían ser las corrientes
de opinión (modos, opiniones públicas, efervescencia que no dura en el tiempo, son funcionales, sirven para algo o no)
Normales: Generalizados en la sociedad. Son hechos sociales que son todo lo que deben ser, “fenómenos normales”.
Costumbres que hacen que el todo funcione, es frecuente (sucedió, sucede y sucederá de forma general) ejemplo la
buena salud es deseable, sería el estado de un organismo en sus posibilidades máximas.
Patológicos: Esporádicos, ocurren de vez en cuando. Son hechos sociales que deberían ser de otra manera de como
son. Aparece excepcionalmente ejemplo, la enfermedad debe ser evitada, tiene por consecuencia la debilitación del
organismo.
Ejemplo: en los 80 era más patológico el divorcio y lo normal era matrimonio. Hoy podrían invertirse las
proporciones de dichos HS (hechos sociales). Otro ejemplo es colocar al delito dentro de los HS normales.

¿Cómo estudio al hecho social?  REGLAS DEL METODO:


1. Estudiar los HS como si fueran cosas (no son ideas, pero tampoco están en el plano material). A pesar de ello
si los puedo estudiar, los puedo describir. Definirlos a partir de sus caracteres propios, los más visibles
exteriormente.
2. Para estudiarlos, el científico debe alejarse de prejuicios y prenociones (se le presenta como extraño, como sí)
(no puedo estudiar algo sobre lo que yo ya tengo una idea, porque puede nublar mi entendimiento lo subjetivo,
y la ciencia es objetiva).
3. Hechos delimitados: mirarlos objetivamente, científicamente y encontrar regularidades. Observar lo más
objetivo, fijo, estable fuera de las manifestaciones particulares.
EL METODO DA RESULTADOS: leyes generales y universales. Teorías.
Busca lo externo, objetivo y visible en lo social: hay comportamientos que se repiten en todos los sujetos de una
misma época: su frecuencia y regularidad puede ser observada y medida a través de métodos estadísticos el
científico social puede hablar de leyes de la sociedad (hechos que se repiten y conforman regularidades).
Durkheim no da importancia a la construcción Histórica y cultural, pero los aportes son importantes para un comienzo
de la sociología.

El origen de la sociología – La sociología clásica: Durkheim y Weber- Juan Carlos Portantiero


Durkheim: el problema del orden (1858 – 1917)
Durkheim vivió en una época en la que Francia estaba experimentando cambios importantes, como la
secularización y la influencia del cientificismo. Se propuso ayudar en la construcción de un orden moral en la
sociedad francesa, basado en nuevas bases, después de la caída del Antiguo Régimen y eventos como la guerra con
Alemania y la Comuna de París.
La pregunta central de Durkheim es cómo garantizar el orden en una sociedad industrial compleja, donde los vínculos
tradicionales que solían unir a los individuos con la comunidad se han roto. En su libro "El suicidio", Durkheim
argumenta que la felicidad humana solo es posible si las personas no exigen más de lo que se les puede conceder. Pero
surge la pregunta de cómo determinar la cantidad de bienestar, comodidad o lujo que un individuo puede buscar
legítimamente. Sostiene que los límites no deben basarse en la constitución orgánica o psicológica del individuo.
Según Durkheim, para lograr que las pasiones de los individuos sean contenidas dentro de límites reconocidos
como justos en nombre de su propia felicidad, es necesario que un poder moral indiscutido imponga esos límites desde
el exterior. Estos límites deben ser impuestos por una autoridad a la que los individuos respeten y obedezcan de
manera espontánea. Argumenta que solo la sociedad, en su totalidad o a través de uno de sus órganos, tiene la
capacidad de desempeñar este papel moderador, ya que es el único poder moral que está por encima del individuo y
cuya autoridad es aceptada por él.
El orden moral es equivalente al orden social. Este, a su vez, se expresa como un sistema de normas que se
constituyen en instituciones.
Hay una primicia de la sociedad sore el individuo y que lo que permite explicar la forma en que los individuos se
asocian entre si es el análisis de4 los tipos de solidaridad que se dan entre ellos:
1) Solidaridad mecánica: Es una de las formas más primitivas de conexión. Se obtiene sobre la base de
su escasa diferenciación, es construida a partir de semejanzas. Pocas posibilidades de conflicto. En otras palabras: se
da en pequeñas sociedades a partir de la semejanza con el otro. Posee una conciencia colectiva fuerte (piensan casi lo
mismo) No hay una división del trabajo y el derecho es represivo, es decir, el crimen ocurre hacia toda la sociedad.
Por ejemplo: la religión
2) Solidad orgánica: La diferenciación entre los individuos y la recurrencia en sus conflictos, que solo
pueden ser resueltos por una autoridad exterior que fije los límites. Es propia del industrialismo. Esa autoridad, esa
fuerza externa (moral, social y normativa) es la conciencia colectiva, que es exterior a cada individuo y resume el
conjunto de creencias y sentimientos. Esta conciencia colectiva es la que permite que la sociedad no se trasforme en
un todos contra todos.
En otras palabras: son grandes sociedades altamente diferenciadas. Posee una conciencia colectiva débil
(colectiva para la sociedad); alta división del trabajo (nos une) nos diferencia de las otras personas. Los lazos sociales
son orgánicos y el derecho es restitutivo, es decir, el crimen es contra una persona particular.

Suicidio:
La psicología puede estudiar el suicidio, pero deben considerarlos en conjunto, durante una unidad de tiempo y
en una sociedad dada. Es un hecho social y el estudio de los hechos sociales es el terreno de la sociología. Fenómenos
individuales que responden a causas sociales (relación entre el individuo y las normas) Según Durkheim existen tres
tipos de suicidio:
1) El egoísta: es motivado por un aislamiento con respecto al resto de la sociedad. Es el suicidio de los
que no tiene lazos fuertes de solidaridad social (rotura de lazo social)
2) El altruista: Persona fuertemente ligada a la sociedad, cualquier obstáculo que arruine esa fuerte
solidaridad puede transformarse para el individuo un acto suicida. Orden militar. Suicidio por honor.
3) El anómico: (ausencia de normas) es aquel que no ha sabido aceptar los límites que la sociedad
impone. Es aquel que aspira a más de lo que puede y cae en la desesperación. Lazo social débil, expectativa de la
sociedad que no cumple.
Objeto de estudio de la sociología:
El objeto de estudio de la sociología son los hechos sociales y su método para estudiarlo es el considerarlos
como cosas. Un hecho social consiste en toda forma de obrar, de pensar y sentir que ejerce sobre el individuo una
presión exterior, es decir que son anteriores y externos al individuo; lo obligan a actuar. Se expresan en normas, leyes,
en instituciones que aseguras la tendencia a la buena integración del individuo con la sociedad. Para Durkheim la
integración se logra a través de la profesión y la institución que agrupa a los hombres por profesión (el gremio)

TEXTO – DURKHEIM: Las reglas del método sociológico


 Primer Capítulo: ¿Qué es un hecho social?
Se emplea dicho concepto para designar más o menos a todos los fenómenos que se desarrollan en el interior de
la sociedad, siempre que presenten, con cierta generalización, algún interés social. Pero en este sentido puede decirse
que no hay acontecimientos humanos que no puedan llamarse sociales. Cada individuo bebe, duerme, come, razona y
a la sociedad le interesa que dichas funciones se ejerzan en forma regular. Por lo tanto, si esos hechos fueran sociales,
la sociología no tendría objeto propio y su campo se confundiría con el de la biología y la psicología.
Pero, en realidad, en todas las sociedades existe un grupo determinado de fenómenos que se distinguen marcadamente
de los que estudian las otras ciencias de la naturaleza.
En resumen: modos de actuar, de pensar y de sentir que presentan la propiedad notable de que existen fuera de
las conciencias individuales. Estos tipos de conducta o de pensamiento no son sólo exteriores al individuo, sino que
están dotados de un poder imperativo y coercitivo en virtud del cual se imponen a él, lo quiera o no.
 Si intento infringir las reglas del derecho, éstas reaccionan contra mí de tal manera que impiden mi acto si
están a tiempo, o lo anulan y lo restablecen bajo su forma normal si ya es irreparable; o me lo hacen expiar si ya no
puede ser reparado de otra manera. La conciencia pública reprime todo acto que las ofende, mediante la vigilancia que
ejerce sobre la conducta de los ciudadanos y las penas o castigos especiales de las que dispone. En otros casos, la
coacción es menos violenta, pero no deja de existir. Si yo no me someto a las convenciones del mundo, producen,
aunque en forma más atenuada, los mismos efectos que un castigo propiamente dicho.
He aquí que los hechos sociales presenten características muy particulares: Consisten en modos de actuar, de
pensar y de sentir, exteriores al individuo, y están dotados de un poder de coacción en virtud del cual se imponen
sobre él. Consisten en representaciones y actos; constituyen una nueva especie y a ellos debe darse y reservarse el
calificativo de sociales. Tienen por sustrato a la sociedad, tanto a la sociedad política en su integridad o grupos
parciales que contiene. Constituyen por ende al propio campo de la sociología. Hoy día es indiscutible que la mayoría
de nuestras ideas y de nuestras tendencias no son elaboradas por nosotros, sino que nos llegan de fuera, sólo pueden
penetrar en nosotros imponiéndose: y eso es todo lo que significa nuestra definición. Además, ya se sabe que no todas
las coacciones sociales excluyen necesariamente la personalidad individual.
Se podría creer que sólo hay un hecho social donde existe una organización definida. Pero hay otros hechos que,
sin presentar estas formas cristalizadas, tienen la misma objetividad y el mismo ascendiente sobre el individuo. Esto es
lo que llamamos las corrientes sociales. Si un individuo intenta oponerse a una de esas manifestaciones colectivas, los
sentimientos que rechaza se vuelven en su contra. Somos entonces juguetes de una ilusión que nos hace creer que
hemos elaborado nosotros mismos lo que se nos impone desde fuera. Aquí se observa la característica externa al
individuo. Aunque no hayamos colaborado en la emoción común, la impresión que hemos sentido es muy distinta de
la que hubiéramos experimentado solos. “nos dejamos arrastrar”. Esto se puede representar con la educación de los
niños: toda educación consiste en un esfuerzo continuo por "imponer al niño formas de ver, de sentir y de actuar, los
cuales no llegaría espontáneamente”. Cuando deja de sentir la coacción, es porque poco a poco engendró hábitos,
tendencias internas que sustituyen a esa coacción pero que derivan de ella. La educación tiene justamente por objeto
constituir al ser social. La constante que el niño padece es la presión misma del medio social que tiende a moderarlo a
su imagen y del cual los padres y maestros no son más que representantes e intermediarios.
Por lo tanto, no es su generalización la que puede servir para caracterizar los fenómenos sociológicos. Un
pensamiento que se encuentra en todas las conciencias, un movimiento que repiten todos los individuos no por ello
son hechos sociales. Si nos hemos contentado con ese aspecto para definirlos, es porque se les ha confundido, con lo
que podríamos llamar sus encarnaciones individuales. Lo que los constituyeron las creencias, las tendencias, las
prácticas del grupo considerado colectivamente. La costumbre colectiva no existe solamente en estado de
inmanencia en los actos sucesivos que determina, sino que, por un privilegio del que no encontramos ejemplo en el
reino biológico, se expresa de una vez por todas en una fórmula que se repite de boca en boca, que se transmite por
medio de la educación y que se fija incluso por escrito. Existen incluso sin ser aplicados. Con esto, Durkheim
demuestra que el hecho social es distinto de sus repercusiones individuales. Además, explica que, mediante el método,
se puede aislar al hecho social mediante ciertos artificios de método para observarlo en toda su pureza (célula unidad
mínima del organismo vivo – positivismo). Así menciona hechos sociales como el matrimonio o el suicidio. Los casos
particulares, las circunstancias individuales que participan de algún modo en la producción del fenómeno, se
neutralizan entre sí y, en consecuencia, no contribuyen a determinarlo. Lo que expresa es cierto estado del alma
colectiva.
He aquí, lo que son los fenómenos sociales, despojados de todo elemento extraño. En cuanto a sus
manifestaciones privadas, éstas tienen algo social, puesto que reproducen en parte un modelo colectivo; pero cada una
de ellas depende también, y en gran parte, de la constitución orgánico-psíquica del individuo, de las circunstancias
particulares en las que se encuentra.
Un fenómeno solo es colectivo si es común a todos los miembros de la sociedad, o por lo menos a la mayoría, si
es un fenómeno general. Si es general, es porque será colectivo; se trata de un estado del grupo, a que se repite entre
los individuos porque se impone a ellos. Está en cada parte porque está en el todo. Nos son transmitidos ya hechos por
las generaciones anteriores; los recibimos y los adoptamos porque, siendo a la vez una obra colectiva y una obra
secular, están investidos de una autoridad particular que la educación nos ha enseñado a reconocer y a respetar. Y,
aunque el hecho social se debe, en parte, a nuestra colaboración directa, no es de otra naturaleza. El hecho social es
resultante de la vida común y cada uno es arrastrado por la fuerza del todos.
Un hecho social se reconoce gracias al poder de coacción exterior que ejerce o que es susceptible de ejercer
sobre los individuos; y la presencia de dicho poder es reconocida a su vez, bien por la existencia de alguna sanción
determinada, o bien por la resistencia que le lleva a oponerse a toda empresa individual que tienda a violentarlo. La
coacción es fácil de comprobar cuando se traduce en el exterior por alguna reacción directa de la sociedad. Pero
cuando es sólo indirecta, no se deja percibir siempre con tanta claridad. Solo por imposición puede generalizarse una
manera de actuar que es exterior a las conciencias individuales. También hay modos de ser colectivos, es decir, de
hacer de orden morfológico.
Nuestra definición abarcará, pues, todo lo definido si decimos: un hecho social es toda manera de hacer,
establecida o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una coacción exterior; o también, el que es general en la
extensión de una sociedad determinada teniendo al mismo tiempo una existencia propia, independiente de sus
manifestaciones individuales.
 Segundo Capítulo: Reglas relativas a la observación de los hechos sociales
La primera regla es CONSIDERAR A LOS HECHOS SOCIALES COMO COSAS. Durkheim
influenciado por el positivismo busca observar las cosas, describirlas, compararlas, lejos de un análisis ideológico. El
método utilizado hasta entonces no daba resultados objetivos (la introspección), por ello las nociones o conceptos no
son sustitutivos legítimos de las cosas. Las ideas derivadas de los hechos no eran objeto de la ciencia. Durkheim busca
un método de estudio, de las ciencias naturales, lejos de la filosofía y psicología; busca descubrir las leyes de la
realidad. La reflexión se ve incitada a alejarse del objeto mismo de la ciencia, para resultar un análisis más objetivo.
Los fenómenos sociales son cosas y deben ser tratados como cosas (hace referencia a los hechos sociales). Es
cosa todo lo que está dado, todo lo que se ofrece o, más bien, se impone a la observación. Tratar a los fenómenos
como cosas, es tratarlos en calidad de data que constituyen el punto de partida de la ciencia. Los fenómenos sociales
presentan indiscutiblemente ese carácter. Debemos considerar los fenómenos sociales en sí mismos, desprendidos de
los sujetos conscientes que se los representan; es preciso estudiarlos desde fuera como cosas exteriores, porque así se
nos presentan. La solución no puede ser prejuzgada y, aunque finalmente no tendrían todos los caracteres intrínsecos
de la cosa, primero hay que tratarlos como si los tuvieran. Esta regla se aplica pues a la realidad social entera.
Los hechos más arbitrarios en apariencia presentan después al observador atento, rasgos de constancia y de
regularidad, síntomas de su objetividad. No son producto de nuestra voluntad, la determinan desde afuera y dominan
las conciencias individuales. Los hechos quizás son más difíciles de interpretar porque son complejos, pero resulta
más fácil alcanzarlos.
La segunda regla es HAY QUE ALEJAR SISTEMATICAMENTE TODAS LAS PRENOCIONES, lo
cual constituye la base de todo método científico. Durkheim también critica las nociones vulgares o prenociones
(representaciones esquemáticas y sumarias) que existen en la base de algunas ciencias y ocupan el lugar de los hechos.
Son esos idola, especie de fantasmas, que desfiguran el aspecto de las cosas y que se toman por cosas mismas. Es
posible de suceder que en la sociología las prenociones dominen espíritus y sustituyan las cosas. En efecto las cosas
sociales solo son realizadas por los hombres, son un producto de la actividad humana, son ideas que llevamos en
nosotros. El método querría que nos prohibiéramos todo uso de estos conceptos, mientras no estén científicamente
constituidos.
Si alguna vez la necesidad le obliga al sociólogo a recurrir a ellas, que lo haga teniendo conciencia de su
escaso valor, a fin de no hacerles desempeñar un papel del que no son dignas. El sentimiento complica la liberación de
la sociología. Una ciencia elaborada en esta forma no puede satisfacer más que a los espíritus que prefieren pensar con
su sensibilidad más que con su entendimiento, que prefieren las síntesis inmediatas y confusas de la sensación a los
análisis pacientes y luminosos de la razón. El sentimiento es objeto de la ciencia, pero no el criterio de la verdad
científica.
La tercera regla es HAY QUE RECONOCER LOS HECHOS Y ESTUDIARLOS OBJETIVAMENTE.
Pero la regla anterior es totalmente negativa. Enseña al sociólogo a escapar del* imperio de las nociones vulgares,
para hacerle volver su atención hacia los hechos; pero no dice de qué manera debe captar estos últimos para
estudiarlos objetivamente.
La primera gestión del sociólogo debe ser la de definir las cosas de las que trata, a fin de que se sepa y de que
él sepa bien a qué se refiere. Es la condición primera y más indispensable de toda prueba y de toda verificación; en
efecto, una teoría sólo puede ser controlada si se saben reconocer los hechos de los que debe dar cuenta.
Para que sea objetiva, es evidente que debe expresar los fenómenos en función, no de una idea del espíritu,
sino de propiedades que le son inherentes. Cuando los hechos no han sido sometidos todavía a ninguna elaboración,
los únicos caracteres que pueden ser descubiertos son aquellos lo bastante exteriores para ser inmediatamente visibles.
Los que están situados a un nivel más profundo son, sin duda, más esenciales; su valor explicativo es más alto, pero
son desconocidos en esta fase de la ciencia y no pueden ser anticipados más cuando se sustituye la realidad por alguna
concepción del espíritu. Por tanto, es entre los primeros donde debe buscarse la materia de esta definición
fundamental. Por otra parte, está claro que esta definición debe comprender, sin excepción ni distinción, todos los
fenómenos que presentan igualmente esos mismos caracteres; porque no tenemos ningún motivo, ningún medio, para
escoger entre ellos. Estas propiedades son entonces todo lo que sabemos de la realidad; por consiguiente deben
determinar en forma soberana cómo se deben agrupar los hechos. De aquí deducimos la regla siguiente: no tomar
nunca como objeto de las investigaciones más que un grupo de fenómenos previamente definidos por ciertas
características exteriores que les son comunes, e incluir en la misma investigación todos los que responden a dicha
definición.
El sociólogo desde su primera gestión está en contacto con la realidad. En efecto, la manera en que clasifica los
hechos no depende de él, de la tendencia particular de su espíritu, sino de la naturaleza de las cosas. El signo que las
hace pertenecer a tal o cual categoría puede ser mostrado a todo el mundo, reconocido por todos, y las afirmaciones de
un observador pueden ser controladas por los otros.
Puesto que la definición cuya regla acabamos de dar se sitúa en los principios de la ciencia, no puede tener por
objeto expresar la esencia de la realidad; debe solamente ponernos en situación de llegar a ella ulteriormente. Su única
función consiste en ponernos en contacto con las cosas y, como éstas no pueden ser alcanzadas por el espíritu más que
desde fuera, las expresa desde ahí. Pero no las explica; proporciona solamente el primer punto de apoyo necesario para
nuestras explicaciones.
PRINCIPIO DE CAUSALIDAD causas que imprimen en un acto, que producen normalmente el mismo
efecto. cuando unos caracteres determinados se vuelven a encontrar idénticamente y sin excepción alguna en todos los
fenómenos de cierto orden, podemos estar seguros de que pertenecen íntimamente a la naturaleza de estos últimos y
que son solidarios de ellos. Estas propiedades muestran al científico la vía que debe seguir para penetrar más al fondo
las cosas.
En resumen: para ser objetiva, la ciencia debe partir, no de conceptos formados sin ella, sino de la sensación.
Debe tomar directamente de los datos sensibles los elementos de sus definiciones iniciales. Necesita conceptos que
expresen en forma adecuada las cosas tal como son, no tal como resulta útil concebirlas en la práctica. Es preciso pues
que cree otros nuevos y, para ello, que, apartando las ideas comunes y las palabras que las expresan, se vuelvan a la
sensación, materia prima y necesaria de todos los conceptos. El punto de partida de la ciencia o conocimiento
especulativo no podía ser otro que el del conocimiento vulgar o práctico.
Pero la sensación es fácilmente subjetiva. Por eso en las ciencias naturales la regla exige que se aparten los
datos sensibles que pueden ser demasiado personales en el observador, para retener exclusivamente los que presentan
un grado suficiente de objetividad. HAY QUE SER LO MAS OBJETIVO POSIBLE. Se puede plantear que los
hechos sociales son tanto más susceptibles de ser objetivamente representados cuanto estén más completamente de los
hechos individuales que los manifiestan. Una sensación es más objetiva cuanto más fijo es el objeto con el cual se
relaciona. Punto de apoyo constante e idéntico eliminando así todo lo variable. El estudio de la realidad social puede
ser susceptible de cristalizarse. Fuera de los actos individuales que suscitan, los hábitos colectivos se manifiestan bajo
formas definidas, reglas jurídicas, morales, dichos populares, hechos de estructura social, etc. Como estas formas
existen de una manera permanente, como no cambian con las diversas aplicaciones que se hacen de ellas, constituyen
un objeto fijo, una norma constante, siempre al alcance del observador y que no deja lugar a las impresiones subjetivas
y a las observaciones personales.
Por lo tanto, cuando el sociólogo se propone explorar un orden cualquiera de hechos sociales, debe esforzarse
por considerarlos bajo un aspecto en el que se presenten aislados de sus manifestaciones individuales.

TEXTO: Las dimensiones de lo social en el pensamiento sociológico de Durkheim – Motto


Acá vuelve a mencionarse el contexto histórico donde escribe Durkheim: la restauración monárquica había
quedado obsoleta y la comuna de París socialista había caído. Aquí escribe, y su propósito era Su propuesta era mirar
el pasado, pero no con la perspectiva nostálgica de los restauradores, sino para estudiar en ese pasado las leyes
generales de funcionamiento de la sociedad, y de este modo poder diagnosticar sobre los males que en el presente
provocaba el desarrollo económico y contribuir a su resolución en procura de lograr estabilidad social y política para
la República francesa. Con ese horizonte se propuso delimitar a la sociología influenciado por la biología de la cuál
tomara dos conceptos importantes: órgano y función. Sin embargo, la distancia de aquella indicando que la sociedad
era un organismo vivo pero reunida por vínculos de ideas.
Pero que el vínculo social estuviera hecho de ideas no significaba tampoco la subordinación de la sociología a la
psicología, pues las representaciones individuales, objeto de la última, no debían considerarse del mismo orden que las
representaciones colectivas que no eran ni una suma de las individuales ni su derivación (la diferencia también de la
psicología). Durkheim buscará las leyes propias de lo social y se aplicará más al estudio de las funciones que al de las
estructuras si quería llegar a una comprensión de lo social, ya que las primeras eran más flexibles. Ahora, tanto las
estructuras y funciones se bifurcan como dos dimensiones básicas del hecho social en su misma definición, a la vez
que la primera aparece claramente subordinada a la segunda.
Las dos dimensiones del hecho social: Durkheim se propuso el estudio de “fenómenos sociales concretos”,
aquellos hechos que eran pertinentes de observar para la sociología, o sea delimitar el objeto de estudio de su
ciencia hechos sociales. Estos son MANERAS DE OBRAR, DE PENSAR Y SENTIR, EXTERIORES AL
INDIVIDUO Y QUE ESTAN DOTADAS DE UN PODER COACTIVO EN VIRTUD DEL CUAL SE LE
IMPONEN. Esas formas de obrar, pensar y sentir que sentimos tan propias e individuales tienen un origen social.
Opuesto al utilitarismo como al liberalismo (individuo ahistórico), Durkheim indica que la individualidad sólo
puede constituirse como resultado del desarrollo de la sociedad, tanto la categoría individuo como las cualidades de
los individuos realmente existentes son el producto de la sociedad (lo veremos con más detalle en el apartado
siguiente). Por esto en el planteo de Durkheim la coacción no es un carácter esencial, sino que viene a manifestar la
exterioridad de los hechos sociales en relación a los individuos. Durkheim se plantea definir su objeto a partir de los
datos de la observación, de modo que la percepción más clara del hecho social la tendremos cuando alguien pretende
resistirse a su influjo, tendremos entonces una sanción como algo que puede observase de modo inmediato en una
relación de oposición y exterioridad del individuo. Pero cuando los individuos se avienen a ese influjo, lo consienten,
no encontraremos una sanción que delimite la existencia del hecho social, la observación puede dirigirse entonces a su
generalidad, o sea a la manifestación de una característica en un número elevado de individuos de un grupo social,
entonces la estadística nos permitirá aislarla como hecho social, pero siempre con la precaución de no invertir el
sentido de la relación: es general porque es un hecho exterior y colectivo que se encarna en los individuos.
Otro ejemplo de cómo Durkheim entiende la exterioridad del hecho social se encuentra en su estudio sobre
funcionamiento de la moral, destacará que ese mecanismo de imposición, que mencionábamos al principio, debe estar
acompañado de otro de predisposición del individuo, cuyo origen también es social pero que ya no se le presenta
como coacción, sino como deseo de hacer el bien. Durkheim encuentra entonces que la disposición que tenemos a
realizar actos morales, o sea actos que implican cierta renuncia de las inclinaciones individuales, están movidas por
dos fuerzas: el deber y el bien, pero ambas tienden a la formación o conservación de lazos sociales justamente porque
ambas son de origen social.
Estos modos de obrar, pensar y sentir, que podemos distinguir como sociales por su coacción sobre los
individuos o por su generalidad en un grupo determinado de ellos, funcionan como productores y revitalizadores de
lazos sociales.
Se nos esboza así una primera dimensión (1) del hecho social relativa al modo funcional de solidaridad, esto es:
las formas en que funciona el lazo social que une a los individuos en sociedad. Podrá presentarse bajo la forma de una
coerción manifiesta sobre el individuo, el cual actuará entonces de modo heterónomo sometiéndose a un deber o
arriesgándose a una sanción si no se somete; o podrá presentarse bajo la forma de tendencias voluntarias hacía un bien
deseado por el individuo, entonces este se nos presentará como actuando con autonomía, tendiendo a lo bueno, bello,
justo y razonable. Pero tengamos presente que en la vida estas formas típicas tienen una relación de coexistencia.
Segunda dimensión (2) es “la plasticidad en el tiempo” de los hechos sociales, lo que podría denominarse grado
de estructuración. Hay dos tipos de hecho social, las corrientes sociales (formas no cristalizadas pero objetivas y
ascendentes en el individuo) por un lado y los hechos de orden morfológico (estructurales, prácticas y creencias
constituidas) por el otro, que según Durkheim están contenidos en la primera definición en la medida que también se
nos imponen desde el exterior.
Tercera dimensión (3) su grado de estructuración, que constituye un continuo: de los fenómenos estructurales,
que son modos de ser consolidados, hasta un extremo de máxima maleabilidad constituido por las corrientes de
opinión, pasando por las maneras de obrar, pensar y sentir más
constituidas que una simple corriente de opinión, pero no lo
suficientemente cristalizadas para ser de orden estructural.
RESUMEN HASTA EL MOMENTO: definición de los hechos
sociales y dimensiones básicas para realizar comparaciones: por una parte,
el modo funcional de solidaridad predominante, ya que se manifieste
como coerción social sobre el individuo o como ámbito de despliegue de
su voluntad; y por otra, el grado de estructuración de un hecho social
cuyos extremos están dados por modos de ser cristalizados o modo de
obrar, pensar o sentir más o menos constituidos.
Durkheim presenta al HS como exterior al individuo, pero siempre
interrelacionando lo individual y social, ya que lo 1ro es producto de lo
2do. Las dimensiones del HS se comprenden mirando las dimensiones de
la sociedad en su conjunto.
¿Cuáles son los lazos que unen a los hombres? Durkheim coloca
sus preocupaciones en el modo funcional de solidaridad. “...se planteaba
como una cuestión de determinar la naturaleza de la solidaridad social en las sociedades industriales, en cuanto
opuesta a la existente en las sociedades tradicionales o preindustriales, y explicar la transición histórica de unas a
otras”. La tesis central de Durkheim era que la división del trabajo, por la que entendía la especialización ocupacional,
desempeñaba crecientemente el rol que en las sociedades primitivas cumplía la conciencia colectiva, o sea el conjunto
de creencias y de sentimientos comunes al término medio de los miembros de una misma sociedad, era aquella la que
principalmente mantenía unidos a los agregados sociales de las sociedades modernas. La división del trabajo era el
único proceso que permite hacer compatibles las necesidades de la cohesión social con el crecimiento de la
individualidad.
Durkheim habla de dos tipos de atracción: semejanza y desemejanza que causa simpatía entre las personas. Los
sentimientos no deberían, pues, ser los mismos si son movidos por semejanzas o desemejanzas, ni las relaciones
sociales que de ellos se derivan ser iguales, por lo tanto, Durkheim va a establecer, a partir de estos dos tipos de
atracción, dos tipos de solidaridad, solidaridad mecánica, según funcionen por semejanza de los miembros, o
solidaridad orgánica, por complementariedad de ellos. Además, Durkheim va a relacionar cada uno de estos tipos de
solidaridad con una estructura social definida y con un principio evolutivo que va del primero a segundo.
SOLIDARIDAD MECANICA una solidaridad que, nacida de las semejanzas, une directamente el individuo
con la sociedad; proviene del hecho de que un cierto número de estados de conciencia son comunes a todos los
miembros de una sociedad. Sólo puede ser fuerte en la medida en que las ideas y las tendencias comunes a todos los
miembros de la sociedad sobrepasen en número e intensidad a aquellas que pertenecen a cada uno de ellos
personalmente y es más enérgica cuanto más considerable es ese excedente. Hay dos conciencias: una que nos es
común con todo el grupo, que, por consiguiente, no nos representa a nosotros mismos, sino a la sociedad viviente en
nosotros; la otra, por el contrario, sólo nos representa en lo que tenemos de personal y distinto eso que nos
individualiza. La solidaridad que deriva de las semejanzas llega al máximo cuando la conciencia colectiva cubre
nuestra conciencia individual en todos los puntos entonces nuestra personalidad es nula. La solidaridad mecánica es
propia de las comunidades primitivas, caracterizadas por segmentos homogéneos y parecidos entre sí. La similitud de
las conciencias origina normas jurídicas que, bajo la amenaza de medidas represivas, imponen creencias y prácticas
uniformes a todos. El castigo social mantiene dicha solidaridad al reforzar los sentimientos y valores colectivos. Según
Durkheim el contenido de la conciencia colectiva, en condiciones de solidaridad mecánica, es predominantemente
religiosa y la moral está fuertemente impregnada de religión. El individuo se mueve en este ámbito de modo
heterónomo, conducido por un principio aún más coercitivo que el del deber, es el respeto supersticioso por lo
sagrado.
SOLIDARIDAD ORGANICA Cuando nos encontramos ante una sociedad que es un sistema de funciones
diferentes y especiales unido por relaciones definidas, y el individuo depende de ella porque depende de las partes que
la componen, entonces estamos ante la solidaridad orgánica. Los individuos difieren unos de otros. Para que esto
suceda, es necesario que la conciencia colectiva deje al descubierto una parte de la conciencia individual para que allí
se establezcan estas funciones especiales. En efecto, por un lado, cada uno depende más estrechamente de la sociedad,
cuanto más dividido está el trabajo, y por el otro, la actividad de cada uno es más personal cuanto más especializada.
La fusión de los segmentos se vuelve más completa.
La división del trabajo origina normas jurídicas que determinan la naturaleza y las relaciones de las funciones
divididas, pero cuya violación ocasiona medidas reparadoras sin carácter represivo. Esto significa que la sociedad no
interviene como una unidad repudiando al infractor, sino que ciertos órganos, por ejemplo, el Estado, tienden a
reconstituir las relaciones violentadas regulando el conflicto. El derecho restitutivo, que implica, entonces, el
restablecimiento de las relaciones perturbadas a su forma normal.
Estas reglas, legales y consuetudinarias, son necesarias para mantener la solidaridad orgánica, ya que para que
la solidaridad orgánica exista es necesario que la manera como deben concurrir los órganos esté predeterminada. Así
el contrato no se basta por sí solo, sino que supone una red de normas extendidas por la sociedad que lo sostiene. La
conciencia colectiva sólo es una parte muy restringida de las sociedades modernas, de modo que se vuelve más débil y
más vaga a medida que la división del trabajo se desarrolla. Las sociedades políticas encuentran el equilibrio en la
especialización de tareas, y la división del trabajo es la única fuente de solidaridad social.
La acción de los individuos se hace más autónoma y su moral más proclive a guiarse por el principio del bien
que por la imposición de un deber, esto presupone un proceso de interiorización de las normas.
Disminución del carácter religioso en detrimento de creencias y sentimientos colectivos. había un lugar donde la
conciencia colectiva se afirmó y se precisó; es aquel que se refiere al individuo. Este se vuelve el objeto de un tipo de
religión, hacemos un culto de la dignidad de la persona, la igualdad de oportunidades y la justicia social.

RELACION ENTRE LAS SOLIDARIDADES MECANICAS Y ORGANICAS: Si bien Durkheim destaca en La


División del Trabajo Social una relación evolutiva entre solidaridad mecánica y orgánica, por la cual la segunda va
desplazando a la primera, no es menos cierto que en el desarrollo de sus escritos la relación entre solidaridad mecánica
y orgánica es tratada en términos de coexistencia. Así al describirse las características de la conciencia colectiva en
sociedades modernas, en las que consideraba predominante la solidaridad orgánica, parece deslizarse una
contradicción. Por una parte, se dice que la conciencia colectiva es desplazada en el marco de la solidaridad orgánica,
pero, por otra hay una región de la conciencia colectiva que se refuerza y extiende: es la consideración de la
individualidad humana como un ámbito sagrado.
Así Durkheim elabora una “teoría de la socialización”. Esta “opera una distinción entre el proceso de
integración social y el proceso de regulación social. El primero corresponde a la manera en que el grupo social atrae al
individuo a él, se apropia de él, de algún modo; este proceso pasa por interacciones frecuentes entre los miembros del
grupo, por la existencia de pasiones uniformes en el grupo y, finalmente, por la prosecución de objetivos comunes. El
segundo designa otro aspecto de la socialización, pues no solamente se trata de integrar a los individuos, sino que
también hay que regular y armonizar los comportamientos de estos individuos. Este proceso de regulación pasa por la
existencia de una jerarquía social que es considerada justa y legítima por los individuos que forman parte del grupo.
Así los dos modos funcionales de solidaridad (como una de las dos dimensiones del hecho social) adquieren una
denominación precisa en la teoría antes nombrada: por una parte, tendremos procesos de integración tendientes a
construir semejanza que promoverán una moral heterónoma en los individuos estos movidos por la noción de deber
apelaran a la sanción de los otros, los que no cumplan con la norma. Por la otra parte, tendremos procesos de
regulación tendientes a vincular las desemejanzas promoverán una moral autónoma en los individuos, estos habiendo
incorporado las normas, tenderán a lo bueno y lo razonable, en el marco de jerarquías legítimas, y cuando entren en
conflicto apelarán a la mediación de la justicia retributiva.

LA RELIGION Y LA EFERVESCENCIA SOCIAL:


Efervescencia social relación entre integración y regulación; se ubica en un extremo de la dimensión
estructural.
Durkheim relaciona el fenómeno religioso con los sentimientos promovidos por la semejanza, o sea los lazos
establecidos por la solidaridad mecánica (sociedades primitivas), y si repasamos lo que hemos dicho sobre la teoría de
la socialización veremos que la solidaridad mecánica corresponde a una predominancia de los procesos de integración.
Saca algunas conclusiones que trascienden las sociedades primitivas y pueden aplicarse a las modernas la
religión era un hecho social que cumplía una función.
El problema para dicho autor era captar la realidad bajo el símbolo, las prácticas religiosas eran verdaderas en el
sentido de que afirmaban y expresaban de manera simbólica o metafórica, verdades sobre las realidades que estaban
subyacentes a ellas. La realidad subyacente a la que aludía Durkheim era la sociedad misma. La religión no es pura
ilusión sino una realidad sociológica efectiva que tiene por función mantener integrados a los individuos en sociedad.
La religión ve disminuido su campo de acción en las sociedades modernas, sin embargo, las funciones que cumplía
deben seguir produciéndose, aunque sea en forma distinta y por medios laicos. Dicho autor considera los modos de ser
social como el sustrato de los modos de obrar, de pensar y de sentir, o sea que, de aquello que se ha cristalizado
provienen las determinaciones para el obrar humano, en el mismo sentido vimos como a cada tipo de solidaridad le
corresponden estructuras sociales definidas. Así cuando analiza la religión de las sociedades primitivas el sentido de
las determinaciones es el mismo.
Ser social requiere cierta exacerbación de las pasiones sociales para reafirmarse RITO. Son las situaciones de
efervescencia colectiva las que recrean creencias y sentimientos religiosos. Así la efervescencia social tanto en su
forma fundante (que retomaremos al final del artículo) como en su forma recurrente del rito cumple funciones de
integración que los grupos humanos no pueden desdeñar. Fenómenos de la efervescencia religiosaactos que tienen
por objeto la perpetua creación y recreación del alma de la colectividad y de los individuos, ya que su función era la
de estrechar los vínculos que unen a los individuos con la sociedad de la que eran miembros.
Durkheim consideraba que la religión cumplía todas esas funciones sociales, a la vez como sistema de
comunicación de ideas y sentimientos y como medio de especificar y regular las relaciones sociales. El simbolismo es
necesario para permitir a la sociedad tomar conciencia de sí, y no es menos indispensable para asegurar la continuidad
de esta conciencia. La función de los emblemas es perpetuar y recrear los sentimientos sociales suscitados por los
ritos; además, los ritos como tales posibilitaban la comunicación social al culminar en la fusión de todos los
sentimientos particulares en un sentimiento colectivo, y no sólo expresan, sino que sirven, para mantener las creencias
sobre las cuales se basan. Por su parte a nivel individual, el fiel es un hombre que puede más.

INTEGRACION COMO FUNCION CONTEMPORANEA: La religión ha perdido fuerza, sin embargo, las
funciones que cumplía siguen vigentes ya que todas las sociedades generan sistemas de creencias, consideran sagradas
determinadas actividades y prescriben determinadas prácticas rituales. Entre las formas modernas de tales creencias,
Durkheim destacaba el carácter sagrado otorgado a las autoridades políticas, la creencia en el progreso y el culto del
hombre que tiene como dogma la autonomía de la razón y como rito la libertad de pensamiento. Todas estas cosas
sagradas, que tienen un papel positivo y que ponen al individuo en un lugar de privilegio, son juntamente las que
hacen posible el despliegue de la solidaridad orgánica en las sociedades modernas, o sea, son las creencias que
viabilizan los procesos de regulación social, de modo que la integración aparece en este sentido como condición de
posibilidad de la regulación y no ya como desplazada por esta.
Tesis de efervescencia social relación entre integración y regulación y su relación con la otra dimensión del
hecho social, el grado de estructuración. Estos hechos sociales, como los fenómenos de efervescencia social, están en
el origen de los valores que mantienen cohesionada la sociedad y deben reanimarse y recrearse ritual y periódicamente
para que los modos de ser no se desestructuren. Por eso la religión cumplía funciones que eran comunes a todas las
sociedades. No puede haber sociedad que no sienta la necesidad de mantener y reafirmar los sentimientos colectivos y
las ideas colectivas que constituyen sus lazos sociales básicos y reafirmen en común sus sentimientos.
Los procesos de integración, en tanto constituyentes de solidaridad mecánica,
no parecen entonces quedar tan relegados, como podría llevarnos a pensar una
primera lectura de La División del Trabajo Social. Por el contrario, tienen una
función complementaria de los procesos de regulación constituyentes de
solidaridad orgánica.
La efervescencia social aparece como un acontecimiento fundante de lo social
cuando los hechos más estructurados pierden funcionalidad. La ritualización es el
recurso de refuerzo institucional que procura integrar lo que está definitivamente
regulado.

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