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Tema 5

Emile Durkheim
Hechos sociales 1
En su deseo de separarla de la Filosofía, propuso que la Sociología estudiara los hechos
sociales. Los hechos sociales son las estructuras sociales y las normas y valores culturales
externos a los individuos, pero que los moldea. Propuso estudiar empíricamente los hechos
sociales como “cosas”. Por tanto, para estudiarlos se deben buscar datos en la sociedad,
observarlos y experimentar con ellos. Durkheim ofreció dos formas de definir el hecho social:
A) Se experimenta como coacción externa y no como impulso interno.
B) Los hechos sociales son generales a toda sociedad y no inherentes a un individuo en
concreto. Los hechos sociales no pueden reducirse a un individuo.
Para él, los hechos sociales tienen su propio carácter único, no reductible a la conciencia
individual. Los hechos sociales sólo se pueden explicar mediante otros hechos sociales.
Distingue dos tipos de hechos sociales:
A) Hechos sociales materiales: son los directamente observables.
B) Los inmateriales, que constituyen el núcleo de su teoría sociológica, son las normas,
los valores o la cultura, es decir, aquellos difícilmente materializables.
La sociedad no es una mera suma de individuos. Sólo a través del estudio de las interacciones y
no de los individuos se puede comprender la sociedad. Tipos de hechos sociales inmateriales:
1. Moralidad. Su concepción de la moralidad tiene dos aspectos:
A) Para él es un hecho social y, por tanto, estudiable empíricamente.
B) Fue un sociólogo de la moralidad. Su interés radica en la salud moral de la sociedad.
2. Conciencia colectiva. Es el conjunto de creencias y sentimientos comunes al promedio de los
miembros de una sociedad, que forma un sistema determinado con vida propia y que es
diferente a la conciencia individual. La conciencia colectiva es independiente y capaz de
determinar otros hechos sociales. Se refiere a la estructura general de las comprensiones,
normas y creencias compartidas. Para él, las sociedades primitivas tenían una conciencia
colectiva más fuerte (comprensiones, creencias y normas compartidas) que las sociedades
modernas.
3. Representaciones colectivas. Durkheim lo utiliza para referirse a un concepto colectivo y a
una fuerza social. Los símbolos religiosos, los mitos y las leyendas son ejemplos de
representación colectiva y son formas en que se refleja a sí misma la sociedad. Pueden
estudiarse de manera más directa pues se vinculan a símbolos materiales, como banderas,
íconos, imágenes, o con prácticas, como los rituales. Esto hace que se pueda comenzar a
estudiar las similitudes y diferencias entre representaciones colectivas.
4. Corrientes sociales. Son menos concretas que otros hechos sociales. Son hechos sociales
porque no pueden reducirse al individuo. Las corrientes sociales nos arrastran, pues ejercen un
poder coercitivo sobre los individuos. Las corrientes sociales se pueden considerar como
conjuntos de significados compartidos por los miembros de una colectividad, por ello, no
pueden explicarse en términos de la mente de ningún individuo. Las corrientes sociales varían
de una sociedad a otra, por lo que varía la incidencia de determinadas conductas
aparentemente individuales como el suicidio.

La división del trabajo social


Esta obra es, buena medida, una crítica a la obra de Comte, pues Durkheim sostiene que la
división del trabajo no representa la desaparición de la moralidad social, sino la aparición de
un nuevo tipo de moralidad social. Su tesis es que es la división del trabajo la que agrupa a las
personas obligándolas a depender unas de otras, y no las similitudes que comparten los
individuos que se dedican básicamente a lo mismo.
Solidaridad mecánica y orgánica. Lo que más le interesó de la división del trabajo fue la
transformación de la solidaridad social, es decir, el cambio en la forma en que la sociedad se
mantiene unida y cómo sus miembros se sienten parte de ella. Para explicarlo, aludió a dos
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tipos de solidaridad: la mecánica y la orgánica. La sociedad caracterizada por una solidaridad


mecánica está unida porque sus miembros son generalistas y los lazos entre ellos se deben a
que están involucrados en actividades similares y comparten parecidas responsabilidades. La
solidaridad orgánica la encontramos en las sociedades en las que encontramos diferencias
entre las personas y en las distintas tareas y responsabilidades que tienen. La sociedad
moderna se mantiene unida gracias a la especialización de las personas y a su necesidad de los
servicios que les suministran o prestan los demás. Esta especialización o sólo es individual, sino
de grupos, estructuras e instituciones. Las sociedades primitivas tienen una conciencia
colectiva más fuerte, con más comprensiones, normas y creencias comunes entre sus
miembros.
Densidad dinámica. Durkheim pensaba que la causa de la transición de la solidaridad mecánica
a la orgánica era la densidad dinámica. Este concepto se refiere a la cantidad de personas en
una sociedad y las interacciones que ocurren entre ellas. El aumento de la división del trabajo
permitió a los individuos complementarse, generando una mayor eficiencia y un aumento de
los recursos, lo que hace que la convivencia sea más pacífica. En las sociedades con solidaridad
orgánica las personas cooperan más, debido a la menor competencia y mayor diferenciación, y
sustentarse con la misma base de recursos. Todo lo cual permite que se formen lazos incluso
más estrechos entre las personas, por lo que genera más solidaridad e individualidad que con
la solidaridad mecánica. Por tanto, la individualidad no se opone a los lazos sociales estrechos,
sino que es esencial para ellos.
Ley represiva y restauradora. Una sociedad con solidaridad mecánica se caracteriza por leyes
represivas, pues las personas son muy similares y tienden a creer firmemente en una moral
común, cualquier ofensa contra su sistema de valores compartidos será castigado
estrictamente. La ley restauradora es característica de las sociedades con solidaridad orgánica.
En estas sociedades los transgresores deben resarcir sus delitos. Las ofensas se consideran
actos contra un individuo o un grupo que contra el sistema de creencias, pues la moralidad
común es débil. Esa es la razón de que no se reaccione emocionalmente a una violación de la
ley.
Normal y patológico. Utiliza la idea de patología para criticar algunas de las formas anormales
que la división del trabajo asume en la sociedad. Identificó tres:
A) La división anómica del trabajo, que se refiere a la ausencia de regulación en una
sociedad que celebra la individualidad aislada y se abstiene de decir a la gente lo que
tiene que hacer. Utiliza el término anomia para referirse a las condiciones sociales en
las que las personas carecen de restricciones morales suficientes. Las sociedades
modernas tienden a la anomia, que se hace visible en tiempos de crisis. La anomia
surgen cuando las personas dejan de sentir un lazo común con los que les rodean. La
solidaridad orgánica tiende a esta patología.
B) La división forzada del trabajo, que se refiere al hecho de que normas y expectativas
anticuadas obligar a los individuos a, grupos y clases sociales a ocupar puestos que no
les corresponden. Tradiciones, poder económico o estatus, pueden determinar quién
ejecutará el trabajo sin importar el talento y la cualificación.
C) La división del trabajo mal coordinada, en esta patología las funciones
especializadas realizadas por personas diferentes tienen una coordinación deficiente.
Si las especializaciones de los individuos no generan mayor interdependencia sino
aislamiento, la división del trabajo no crea solidaridad social.
Justicia. Las sociedades modernas han dejado de estar unidas por experiencias compartidas y
creencias comunes, pero lo han logrado mediante sus diferencias, siempre que se permita el
desarrollo de ellas de forma que promueva su interdependencia. Por eso, la tarea de las
sociedades avanzadas es el trabajo en la justicia, lograr que las relaciones sociales siempre
sean más equitativas, de forma que se garantice el libre desarrollo de las fuerzas socialmente
útiles.
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El Suicidio
Eligió estudiar el suicidio por ser un fenómeno concreto y específico del que había datos
disponibles. También por ser un acto considerado privado personal. Pensaba demostrar que la
Sociología podía explicar un acto aparentemente individual. Le interesaba estudiar y explicar
las diferencias en las tasas de suicidios, es decir, por qué un grupo tenía una tasa más elevada
que otro. Sólo los hechos sociales pueden explicar por qué un grupo presenta tasas más altas
de suicidio que otros. Propuso dos métodos para evaluar las tasas de suicidio:
A) Comparar diferentes sociedades o grupos.
B) Observar los cambios en la tasa de suicidios en una misma colectividad a lo largo del
tiempo.
Si existe variación se debe a cambios importantes en los factores sociológicos. Los factores
decisivos se encuentran en las diferencias al nivel de los hechos sociales: diferentes grupos
tienen diferentes sentimientos colectivos que provocan distintas corrientes sociales y son éstas
las que afectan a las decisiones individuales sobre el suicidio.
Cuatro tipos de suicidio: Dos hechos subyacentes entre ellos: la integración y la regulación. La
integración es la fuerza del apego que tenemos a la sociedad. Regulación es el grado de
constricción externa sobre los individuos. Para Durkheim, las dos corrientes sociales son
variables continuas y las tasas de suicidios ascienden cuando son muy altas o muy bajas. Si la
integración es alta hay suicidio altruista, si es baja de los egoístas; una regulación alta da lugar
a tasas elevadas de suicidios fatalistas y baja con el anómico.
1. Suicidio egoísta: Encontramos las tasas más altas en sociedades y grupos en los que los
individuos no están totalmente integrados. Este no integración les genera desarraigo, pues una
sociedad integrada provee a sus miembros de apoyo moral para superar dificultades. La
desintegración social crea corrientes de depresión y desilusión, mientras que las sociedades
integradas dificultan el suicidio.
2. El suicidio altruista: La tasa de este tipo de suicidio es más elevada cuando la integración
social es más fuerte. Un ejemplo, son los mártires o los miembros de sectas, militares o
fanáticos políticos. El suicidarse se concibe como un deber. Este tipo de suicidio surge de la
esperanza, pues depende de la arraigada creencia en una vida mejor en el más allá.
3. Suicidio anómico: Su tasa aumenta cuando no actúan las fuerzas reguladoras de la sociedad,
ya que crea insatisfacción en las personas. Cualquier tipo de interrupción hace que la sociedad
sea incapaz de ejercer su autoridad sobre sus miembros, pues los cambios ponen a las
personas en situaciones nuevas en las que no se observan las antiguas normas y valores, que
se sustituyen por otros nuevos. Apartado de las estructuras tradicionales de la sociedad, el
individuo es vulnerable a la anomia. Los individuos se ven inmersos en sus pasiones, sin control
social externo, por lo que realizan actos autodestructivos, que no harían en una situación de
normalidad.
4. Suicidio fatalista: Sucede cuando la regulación social es excesiva. Este tipo de suicidio es el
menos tratado por Durkheim en su obra. Los suicidas fatalistas son personas cuyo futuro está
determinado y sus pasiones reprimidas por una disciplina opresiva. La excesiva opresión libera
corrientes de melancolía en los individuos, lo que hace aumentar las tasas de suicidio fatalista.
El estudio concluye con propuestas para prevenirlo. Para él, un cierto número de suicidios es
normal, pero en las sociedades modernas hay una aumento patológico de los suicidios egoístas
y anómicos. Lo que se debe hacer es reequilibrar las corrientes sociales que provocan el
aumento de los suicidios. Las instituciones se han alejado del individuo. El Estado se ha
distanciado de las personas, la Iglesia no puede ejercer su efecto integrador sin reprimir al
mismo tiempo la libertad individual. También la familia, que es la institución más integradora,
fracasa, pues está expuesta a las mismas tendencias corrosivas que hacen aumentar las tasas
de suicidio. Durkheim propone instituciones distintas basadas en grupos profesionales.
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Las formas elementales de la vida religiosa


Teoría de la religión: lo sagrado y lo profano. En este trabajo, presenta una sociología de la
religión y una teoría del conocimiento. Propuso una conexión sociológica entre religión y
conocimiento. Lo sagrado se creó a través de rituales que transforman el poder moral de la
sociedad en símbolos religiosos que atan al individuo al grupo. La sociedad crea la religión al
definir determinados fenómenos como sagrados y otros como profanos. Lo sagrado genera
respeto y obligación. Es la actitud hacia estos fenómenos lo que los transforma de profanos en
sagrados. Para él, la religión encarna de forma simbólica a la sociedad, pues es el sistema de
símbolos mediante el que la sociedad toma conciencia de sí misma. La sociedad nos trasciende
como individuos y demanda nuestro sacrificio y suprime nuestras tendencias egoístas. La
sociedad ejercita ese poder a través de representaciones. Dios es sólo la sociedad
transfigurada y expresada simbólicamente, pues la sociedad es fuente de los sagrado.
Creencias, rituales e Iglesia. Tres condiciones para el desarrollo de la religión, además de las
dichas anteriormente:
A) Debe desarrollarse un conjunto de creencias religiosas, que son las
representaciones que expresan la naturaleza de lo sagrado y las relaciones que
sostienen entre sí o con las profanas.
B) Se necesita un conjunto de ritos, es decir, normas de conducta que nos dicen cómo
debemos comportarnos frente a lo sagrado.
C) Se requiere una Iglesia, es decir, una única comunidad moral gobernante.
La religión es un sistema unificado de creencias prácticas relativas a las cosas sagradas que
une en una misma comunidad moral (la Iglesia) a los que se adhieren a ella. Ritual e Iglesia
conectan en Durkheim las representaciones de los social con las prácticas individuales. Los
rituales y la Iglesia impiden que las representaciones sociales pierdan su fuerza, pues
representan la memoria colectiva del grupo y vuelven a conectar al individuo con lo social.
¿Por qué primitivo? Pues creía que:
A) Porque los sistemas religiosos de las religiones primitivas estaban menos
desarrollados que los de las modernas.
B) Era más sencillo estudiarlas pues se mostraban tal y como eran, lo que facilita su
comprensión.
C) En las sociedades modernas, la religión adopta variadas formas, mientras en las
primitivas hay conformidad moral e intelectual, lo que facilita la comprensión de las
relaciones entre creencias comunes y estructuras sociales comunes.
Totemismo: es un sistema religioso en el que ciertas cosas se consideran sagradas y
emblemáticas del clan. Para él, esta era la forma más primitiva de la religión que se podía
comparar con la forma social más primitiva: el clan. El Tótem era la representación del clan.
Son representaciones materiales de una fuerza inmaterial que mana de ellos, y no es otra cosa
que la sociedad. En el totemismo se relacionaban tres cosas:
A) El símbolo totémico.
B) El animal o la planta.
C) Los miembros del clan.
Para él, la capacidad de clasificar la naturaleza en categorías cognitivas se deriva de las
experiencias religiosas y de las sociales. El mundo social es, para Durkheim, el origen de
nuestras categorías mentales.
Sociología del conocimiento: Para él, ni el conocimiento humano es producto de la experiencia
solamente, ni nacemos con determinadas categorías mentales que aplicamos a la experiencia.
Nuestras categorías son creaciones sociales, representaciones colectivas.
Categorías de comprensión: las fundamentales nos permiten interpretar nuestras impresiones
sensoriales en conceptos abstractos que derivan de las experiencias sociales, en especial, de
los rituales religiosos. Aunque tengan un origen religioso, pueden desarrollarse en sistemas no
religiosos. Para Durkheim, la ciencia se ha desarrollado a partir de la religión. Ciertas categorías
de comprensión son universales y necesarias, pues se desarrollan para facilitar las
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interacciones sociales. Sin ellas, todo contacto entre las mentes de los individuos sería
imposible y cesaría toda vida social.
Efervescencia colectiva: “son los momentos en los que las categorías morales y cognoscitivas
fundamentales pueden cambiar”. Para él, hay momentos históricos, como la Reforma o el
renacimiento, en los que una colectividad alcanza un nuevo y elevado nivel de exaltación
colectiva que genera cambios importantes en las estructuras de la sociedad.

Educación social y reforma social


Durkheim sostenía que la función de la Ciencia social era orientar intervenciones sociales
determinadas. Creía en la reforma social, pues pensaba que los problemas de la sociedad de su
tiempo eran de carácter temporal. Sus programas de reforma social se basan en que las
sociedades tienen que dar dirección moral a las personas, por lo que debe reformarse la
sociedad pues está perdiendo esa capacidad. El programa de reforma debe generarse desde
las fuerzas sociales y no desde un sistema ético-filosófico. Las ideas no pueden legislarse para
que existan.
Moralidad: Cualquier nueva moralidad sólo puede surgir de nuestras tradiciones morales
colectivas. Para él, la moralidad se compone de:
A) Disciplina, un sentido de autoridad que se resiste a los impulsos particulares.
B) Apego a la sociedad, pues es la fuente de la moralidad.
C) Autonomía, el sentimiento de responsabilidad individual por nuestras acciones.

Educación moral
La educación moral es el proceso por el que el individuo adquiere las herramientas físicas,
intelectuales y morales necesarias para funcionar en sociedad. Sostuvo que la educación
debía ayudar a los niños a desarrollar una actitud moral hacia la sociedad. La clase es una
sociedad en pequeño, por lo que su efervescencia colectiva podía ser poderosa para inculcar
una actitud moral, lo que permitiría que la educación enseñara y reprodujera los tres
elementos de la moralidad:
A) La disciplina, que se necesita para controlar las pasiones.
B) La devoción hacia la sociedad y su sistema moral.
C) La autonomía, en la que la disciplina se desea libremente y el apego a la sociedad se
genera en virtud del conocimiento iluminado.
Asociaciones profesionales: Los compromisos morales genuinos requieren un grupo concreto
vinculado al principio básico organizador de la sociedad moderna: la división del trabajo. Todos
los trabajadores, administradores y propietarios involucrados en una industria deberán unirse
a una asociación que debe ser profesional y social. Para él, la causa de los conflictos podía
encontrarse en la ausencia de una moral común que se remontaba a la ausencia de una
estructura integradora (la asociación profesional). La asociación profesional abarcaría a todos
los agentes de una misma industria unida y organizada dentro de un solo grupo. Involucrados
en una organización común, las personas reconocerían sus intereses y necesidades comunes
dentro de un sistema moral integrador, que serviría para contrarrestar la tendencia hacia la
desintegración o atomización de la sociedad contemporánea.

Críticas
Se le ha criticado por entenderse que es un precursor del funcionalismo estructural por su
enfoque macro de los hechos sociales. Esta crítica depende de cómo definamos el
funcionalismo, pues si definimos a la sociedad como un organismo vivo, Durkheim lo sería de
forma ocasional. No se oponía a la comparación de la sociedad con organismos biológicos,
aunque sí a inferir leyes sociológicas por analogía con las Ciencias puras de la Sociología. En
algunas ocasiones, Durkheim sí utilizó el análisis funcional, al asumir que las sociedades tienen
necesidades y que las estructuras sociales surgen espontáneamente para satisfacerlas.
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Durkheim ha sido acusado de positivista, término que el uso para definir su obra, puesto que
pretendía comprobar sus teorías empíricamente. Pero, en la actualidad, el positivismo es algo
más. Él creía que los hechos sociales eran independientes de su sustancia y también de su
relación con otros hechos sociales, pues cada hecho social requiere ser investigado
históricamente y ninguno puede predecirse en base a leyes sociológicas inmutables. Otras
críticas a su obra se han centrado en su idea de hecho social, pues no queda claro que éstos
puedan abordarse desde una perspectiva objetiva como la que recomienda Durkheim.
Además, la interpretación objetiva puede contener sesgos que distorsiones los resultados de la
investigación. Otra crítica se centra en su enfoque sobre el individuo, ya que afirmó que él no
parte de cierta concepción predeterminada de la naturaleza humana para derivar una
sociología, sino que parte de la sociología para comprender la naturaleza humana, lo que no
está claro, en opinión de Ritzer. La centralidad de la moralidad también ha sido criticada en su
obra, pues para él, la moralidad era más que un motor detrás de la sociología, pues era su
meta. Decir que la moral es un aspecto inevitable de los social no significa que pueda haber
una Ciencia de la moralidad, como él hace.

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